Orientaciones Generales para Exámenes Orales Las prueba o examen oral es un método de evaluación muy usado antiguamente en Educación. Actualmente continúan usándose con menor frecuencia no está exenta de crítica y de ciertas limitaciones que deben considerarse al momento de utilizarlas Según Galli y Castro (1992), habitualmente las pruebas orales presentan una serie de desventajas, ya que en esta evaluación intervienen variables no necesariamente relacionadas con el aprendizaje que se quieren evaluar como por ejemplo: influencia de rendimientos anteriores, conducta lingüística del examinado, etc. De parte del docente pueden influir sus estado anímico, cansancio, capacidad de juicio crítico, etc. También es muy común que se utilicen para evaluar cómo se expresa oralmente el alumno olvidando su propósito de evaluar aprendizajes. Podemos confirmar entonces, que generalmente, los exámenes orales son percibidos como poco objetivos; sin embargo no podemos desconocer como una ventaja que los exámenes orales sirvan para evaluar la calidad de aprendizajes complejos y la utilización de lenguaje técnico. El que se puedan sistematizar más limitaciones que ventajas en los exámenes orales no quiere decir que estos exámenes sean inapropiados. Simplemente el tener a la vista sus ventajas y limitaciones puede contribuir a mejorarlos cuando se estime necesario o conveniente tener exámenes orales. Algunos de los errores más frecuentes que se cometen al momento de realizar pruebas o exámenes orales y que afectan a la validez y objetividad son los siguientes: Improvisación de las preguntas Preguntas poco relevantes. Favorecer una atmósfera de tensión. Repetición de preguntas. Fatiga del examinador. Carencia de pauta de corrección. Falta de uniformidad en la distribución del tiempo para todos los examinados. Falta de claridad en la distribución del puntaje por pregunta. Por lo anteriormente expuesto es necesario tomar en cuenta al momento de utilizar las pruebas o exámenes orales como forma de evaluar los siguientes aspectos: Los exámenes orales deben ser utilizados para evaluar el sentido de análisis y la capacidad de síntesis del estudiante (niveles superiores de la taxonomía). Nunca debería recurrirse a un examen oral para medir simplemente la memoria o la comprensión de un estudiante (niveles 1 y 2 de la taxonomía de Bloom) Tener un variado set de preguntas, de manera de no agotar las preguntas cuando se ha evaluado a los estudiantes por un periodo largo de tiempo, para ello se sugiere escribirlas, de esta manera el docente se asegura de formular preguntas que apunten a todos los resultados de aprendizajes presentes en el programa de asignatura. Se puede clasificar las preguntas por resultados de aprendizajes o nivel de complejidad, (de las más simples a las más complejas). De esta manera aumentará la objetividad al momento de designar preguntas a los estudiantes. Tener una pauta de corrección detallando previamente los aspectos más importantes de la respuesta esperada, destacando los puntos o temas que el docente considere relevante para considerar una respuesta correcta. Es importante que cada pregunta considere el puntaje correspondiente. Que el examen cuente con al menos dos evaluadores, que conozcan previamente las preguntas, las respuestas esperadas y los puntajes asignados, aumentando de esta manera la objetividad del examen oral. Crear un clima sin tensiones No apurar a los estudiantes, es decir distribuir bien el tiempo de las respuestas. Tener organizado por escrito el procedimiento de cómo se realizará el examen oral, es decir número de preguntas por estudiante, selección de las preguntas (asignadas o al azar) tiempo aproximado por examen etc. comunicando a los estudiantes previamente el procedimiento que se llevará a cabo. ha alcanzado adecuadamente los objetivos previstos. Durante un examen oral, el estudiante tiene poco tiempo para reflexionar y preparar mentalmente sus respuestas. Por ello, un examen de estas características requiere para ser válido de 20 a 25 minutos ya que esto permite al alumno expresar sus pensamientos sobre varios tópicos y no ser penalizado por una o dos respuestas insatisfactorias. Al momento del examen tener un registro con puntajes obtenidos por los estudiantes, observaciones y calificación final. REFERENCIAS Galli A, Castro C. (1992) Exámenes orales y escritos. Programa de Formación Docente-Pedagógica. Washington DC: OPS www.sre.urv.es/web/aulafutura/php/fitxers/496-5.pdf sobre exámenes orales