Incidencia de las nuevas tecnologías en el aprendizaje autónomo de lenguas extranjeras Autonomía y Tecnología Ponencia Enrique Rodríguez Tapia Palabras clave: Aprendizaje autónomo, nuevas tecnologías, auto-acceso, aprendizaje colaborativo, profesor-facilitador. El término “nuevas tecnologías” hace referencia a las tecnologías “digitales”, también llamadas tecnologías de la información y la comunicación” porque facilitan el fluido de la información y la comunicación entre personas. Su relación con el autoaprendizaje se da porque su implantación está propiciando la organización de entornos que tienen como objetivo potenciar la autonomía de los alumnos y su (co)responsabilidad en los procesos de aprendizaje. La aplicación de las nuevas tecnologías en los procesos de aprendizaje autónomo exige la creación de nuevos modelos de aprendizaje, nuevos procedimientos y estrategias de búsqueda, organización, procesamiento y utilización de la información. La aplicación de nuevas tecnologías afecta además a procesos cognitivos: producen un cambio en las representaciones mentales y alejan de los objetos reales situándolos en un espacio de abstracción para el desarrollo de la actividad humana. El aprendizaje mediado por las tecnologías de la información y la comunicación es un aprendizaje autónomo y colaborativo; autónomo porque uno es el autor de su propia norma en cuanto al tiempo que le va a dedicar, al espacio que utilizará, a los recursos de apoyo para dicha búsqueda y a la cantidad de información que podrá buscar. Colaborativo, porque el estudiante no se encuentra solo: está asistido por los materiales organizados por especialistas pensando en provocar su aprendizaje; tiene tutores a quienes recurrir ante las dudas técnicas o de contenidos y tiene a sus compañeros de curso con quienes intercambia informaciones, aclara dudas y desarrolla una vida social más allá de los temas que estudian. La autonomía es cognitiva, ya que cada alumno sigue un ritmo propio de aprendizaje acorde con su estilo, pero también física, ya que el alumno aprende cuando el profesor no está a su lado. Cabe señalar que las nuevas tecnologías no son recursos que acaban en sí mismos sino que realmente conectan y comunican al alumno con el mundo exterior; su incidencia en el aprendizaje autónomo de una lengua extranjera modifica cada vez más tanto a los contenidos como a las estrategias de enseñanza y aprendizaje, bajo un modelo comunicativo que acerca cada vez más al estudiante con la realidad y le permite crear entornos de adaptación a situaciones diferentes de aplicación. La auto-dirección no es una habilidad natural sino una meta, donde la mejora en las habilidades de aprendizaje se decide como un objetivo importante. Las estrategias de aprendizaje de los estudiantes, Memorias ISBN: 970-32-4198-0 tales como la selección, integración, transformación y organización determinan finalmente la información que adopten y lo que aprendan al estudiar la lengua; de manera que todo contexto educativo se transforma con la introducción de una herramienta nueva. La experiencia demuestra que si bien no es cierto que por el mero hecho de tener a disposición herramientas tecnológicas aumenta el grado de conocimiento y las habilidades de nuestros alumnos, sí es cierto que estas herramientas son realmente útiles si se utilizan de acuerdo con planteamientos pedagógicos sólidos que tengan en cuenta la experiencia profesional de los docentes y las investigaciones realizadas en cada área de aprendizaje. Las nuevas tecnologías facilitan el fluido de información y la comunicación, por lo que las interacciones escritas y orales son necesarias para el aprendizaje significativo de la lengua. Si hace pocas décadas las únicas “tecnologías” que entraban en el aula eran el pizarrón, el lápiz y el papel, ahora hay que dar paso a unas tecnologías “nuevas” –ordenadores, conexiones telefónicas, discos cd-rom, cámaras digitales, escáners, impresoras, módems y un sin fin de componentes que van en aumento cada día. Los docentes no solamente deben estar al día en cuanto al avance en su campo de conocimientos, sino también en cuanto a las herramientas y metodologías que les permitan comunicar mejor esos conocimientos. La mayor duda que se plantea en la mente de los profesionales de la enseñanza es la de qué modelos pedagógicos y qué tipos de aprendizaje surgirán o se favorecerán con la implantación de las tecnologías digitales. Ante este contexto deben estar preparados para la independencia respecto a la participación activa del estudiante en su propio aprendizaje, así como en la selección de contenidos y recursos para aprender. En las últimas décadas del siglo XX, los modelos de enseñanza de lenguas más tradicionales que primaban el conocimiento de la forma lingüística y el producto final de la comunicación escrita y oral dieron paso a metodologías comunicativas que valoraban las funciones del lenguaje y el proceso de comunicación; a su vez, éstas últimas metodologías han cedido su protagonismo a nuevos modelos didácticos basados en la realización de tareas y proyectos. La utilización de las nuevas tecnologías en las escuelas puede favorecer un aprendizaje constructivo, entendido desde esta perspectiva como un proceso auto-regulatorio para resolver conflictos cognitivos internos. La introducción de la tecnología en las aulas puede comportar la integración de las escuelas en el mundo real. Los llamados centros de autoacceso son un buen ejemplo de dicha integración al convertirse en espacios donde los estudiantes escogen y usan material para estudiar y aprender por sí mismos y el material les da la habilidad de corregir o asegurar su propio desempeño, facilitándoles dirigir su propio aprendizaje. El término autoacceso se refiere a una forma de aprender una lengua sin el control directo de un profesor, respetando el estilo y el ritmo propio de aprendizaje. El alumno asume la responsabilidad de su propio aprendizaje, involucrándose activamente en la toma de decisiones sobre sus metas lingüísticas y comunicativas y el profesor es un “facilitador” y guía de aprendizajes para la selección y uso de recursos para aprender. Desde un punto de vista constructivista se supone que la percepción y la comprensión son operaciones que se realizan con base en la experiencia. De esta manera el aprendiz construye conocimientos integrando los nuevos conceptos, ideas o información con sus conocimientos previos, haciendo que el proceso de aprendizaje pueda ser controlado por los alumnos mismos y los resultados del aprendizaje variarán según cada individuo. Desde esta perspectiva, los docentes no pueden transferir conocimientos como expertos, sino que deben dedicarse a fomentar las habilidades de cada individuo para que construya conocimiento por sí solo, haciendo que el aprendizaje sea un proceso creativo personal. En el caso del aprendizaje de lenguas el aprendiz puede construir la representación cognitiva de la segunda lengua a partir de sus conocimientos de la lengua materna, de estrategias de aprendizaje como la generalización, la simplificación o la analogía, y finalmente, de sus conocimientos sobre el mundo real. Una condición para que el aprendizaje sea constructivo es que sea significativo; el alumno debe estar motivado y para ello las actividades y el lenguaje que aprende han de ser auténticos y proporcionar conocimiento personal y útil (Trenchs, 2001). En muchos casos las nuevas tecnologías facilitan la creación de entornos que propician un aprendizaje constructivo. Podemos ver que mediante los programas informáticos basados en la exploración, las simulaciones y los entornos virtuales se pueden crear contextos en los cuales los alumnos construyen conocimiento sobre el lenguaje a partir de estructuras ya conocidas. Otro ejemplo de aprendizaje constructivo y significativo lo encontramos en la utilización en las aulas de los programas de concordancia y de los córpora de textos auténticos, ya que en ellos los estudiantes pueden por sí mismos formular las reglas que determinan el uso de distintas construcciones gramaticales o elementos léxicos. Mediante las nuevas tecnologías se puede ofrecer al alumno la oportunidad para explorar el lenguaje libremente y para elegir los propios materiales de aprendizaje y el ritmo al que ese aprendizaje se realizará. Esto se puede conseguir, por ejemplo, al incorporar en el aula de idiomas la exploración libre de la información existente en Internet o al utilizar, junto a otros materiales didácticos, los programas informáticos que estén a su disposición en los centros de autoaprendizaje. Es importante recordar que la función principal de los medios con fines didácticos es la de facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje, pero podemos desglosar esta función principal en otras más específicas, tales como: a) Función motivadora: se utilizan como herramienta para motivar a los alumnos. El uso mismo del medio es lo que provoca la motivación. Cuanto más atractiva sea la forma de presentar el contenido más sensación causaremos en los alumnos. b) Función de acercamiento de la realidad: los medios facilitan el encuentro del alumno con la realidad: la presentan, organizan, la connotan afectivamente, etc. c) Función de facilitar y organizar las acciones formativas: los medios cumplen una función de facilitar y organizar las acciones formativas. Un ejemplo de ello lo encontramos en los programas de enseñanza asistida por ordenador, donde el programa actúa de guía metodológica, adaptándose al nivel y necesidades de los alumnos. d) Función innovadora: generalmente se tiende a identificar la introducción de medios didácticos en la formación con la existencia de renovaciones en esa entidad, aunque en ocasiones puede tratarse sólo de un cambio superficial y no de una verdadera innovación. Se piensa por ejemplo que la incorporación al aula de muchos recursos didácticos aumentará la calidad de la enseñanza, sin embargo, si sólo se produce una integración física de los medios al aula, o no se utilizan correctamente, es evidente que el proceso de enseñanza no sufrirá ningún cambio. e) Función formativa global: algunos medios ayudan a los estudiantes a desarrollar el pensamiento, expresar sus sentimientos, emociones, etc. Así mismo, se les atribuye la cualidad de facilitar a los alumnos el aprendizaje de actitudes y valores, dependiendo siempre de las características del propio medio y del uso que de él se haga. El cine sirve como un ejemplo de la función formativa global de los medios, sus características lo hacen un recurso apropiado para que los espectadores asimilen actitudes, valores, aprendan normas, exterioricen sentimientos, etc. El video también es un medio para expresar ideas y emociones. f) Función democratizadora de la formación: facilitando el acceso a los medios a un mayor número de personas (por ejemplo el uso de la Internet desde puntos geográficamente lejanos y de difícil acceso). Un ejemplo generalizado que ilustra tales funciones son los programas informáticos, cuya utilización para el aprendizaje de lenguas puede, por una parte, introducir en el entorno del aprendizaje de lenguas más cantidad y variedad de input; por otra, puede aportar distintos modos de acceder a la información y, por lo tanto, incrementar el aprendizaje individualizado. También se puede producir más “output comprensible”, ya que un aprendiz que se sienta más identificado con la información y las actividades experimentará más con el nuevo lenguaje que está aprendiendo. La variedad de unidades de información –visuales, sonoras o textuales- propiciará una experiencia más rica en detalles y, como consecuencia, facilitará la retención de la información. Recordar lo aprendido dependerá del grado de asimilación de la información, que suele ir asociado al interés y la motivación del aprendiz y a su papel protagonista en el proceso de aprendizaje. Los alumnos pueden y deben aprovechar las tecnologías digitales para “aprender a aprender” como un desarrollo de la habilidad de reconocer los procesos de aprendizaje propios, de evaluarlos y de mejorarlos; aprender a evaluar el propio proceso de aprendizaje y los materiales que se necesitarán para llevarlo a cabo es una habilidad fundamental. La auto-organización del aprendizaje se ve como base de la construcción de significado. La introducción de tecnologías digitales en el aprendizaje de idiomas implica la creación de entornos de aprendizaje nuevos; de ahí el aumento de los servicios de educación a distancia y de centros que ofrecen auto-formación. La noción de aula está cambiando progresivamente hacia la llamada aula virtual, en cuyos entornos se producen nuevas maneras de comunicarnos, de enseñar, de aprender y de acceder a la información, ya que, según ella, la enseñanza a distancia es un método de docencia y aprendizaje que redefine la relación entre el aprendiz y el profesor. Estos entornos virtuales pueden darse en mayor o en menor grado, ya que algunos de ellos combinan la no-presencialidad de la instrucción con la asistencia presencial de tutores de la materia. Aunque los centros de autoaprendizaje no tienen carácter virtual, también conllevan la responsabilidad auto-formativa del aprendiz de lenguas. Es en la actualidad cuando estos centros, aún cuando cuenten ya con algunas décadas de historia, ven incrementada su presencia en el mundo educativo gracias a la incorporación de la tecnología en dos vertientes: la tecnología como recurso didáctico y la tecnología como herramienta organizativa. Los nuevos entornos de aprendizaje y enseñanza comportan un cambio en los roles de sus participantes, tanto alumnos como docentes, porque las nuevas tecnologías son en gran parte intelectuales, es decir, amplifican, exteriorizan y modifican muchas funciones humanas: memoria (bases de datos, hiperdocumentos, ficheros numéricos), imaginación (simulaciones), percepción (captadores numéricos, tele-presencia, realidad virtual). El docente se convierte en un “animador de la inteligencia” y en un facilitador del aprendizaje, al mismo tiempo en que se vuelve un diseñador que utiliza la tecnología para preparar materiales didácticos y actividades más interactivas. El exceso de información requiere una lectura crítica y una selección rápida e inteligente de la información que deseemos utilizar; por lo anterior, el profesor tendrá todavía la función de enseñar a usar las nuevas fuentes de información para que sean realmente útiles y propicien procesos de aprendizaje satisfactorios. En este mundo de especialización será vital aprender a buscar y encontrar la información, y esa habilidad, tanto en una lengua extranjera como en la nativa, es la que deberán aprender los alumnos. Los nuevos modelos de enseñanza buscan integrar lengua y contenidos, considerando el lenguaje como un medio que permite el aprendizaje de otras materias y al contenido de esas materias como un medio para aprender el lenguaje. Una clase de este tipo se basa en el “aprendizaje en acción” (learning by doing), ya que no da tanta importancia al aprendizaje de las formas lingüísticas sino al uso de esas formas en el estudio de una materia concreta. Las estrategias que fomenta rechazan el aprendizaje memorístico ya relegado por las actuales metodologías de la didáctica de lenguas, y privilegian el aprendizaje de estrategias fundamentales en el aprendizaje de lenguas, como la comparación y el contraste, el descubrimiento de causas y consecuencias, la predicción, la interpretación y la valoración, apoyadas en el uso de información visual, textual y sonora, cuya autenticidad radica en lo que se analizará como contenido. La información visual es un elemento imprescindible ya que proporciona el contexto necesario para la comprensión de muchos términos lingüísticos que designan conceptos y que quizás el alumno aún no domina. La Internet es una herramienta donde el alumno puede hallar información contextualizada en la lengua extranjera de manera más auténtica. Si en sus inicios hablábamos de las tecnologías aplicadas como aprendizaje de lenguas asistido por ordenador porque la tecnología constituía un mero complemento a la docencia, ahora hemos empezado a referirnos a estas aplicaciones pedagógicas como aprendizaje de lenguas integrado en la tecnología. Esta orientación, también llamada tools approach (la tecnología como herramienta), indica que cualquier tipo de programa informático de uso general se puede integrar en el aprendizaje y la enseñanza de cualquier materia. La tecnología ya no se ve como un facilitador de práctica e instrucción programada sino como un facilitador de exploración de conocimiento y de colaboración entre personas. Gracias a las nuevas tecnologías que facilitan la producción final, los alumnos podrán dedicar más tiempo al contenido de la información en sí y al proceso de aprendizaje. Los sistemas de enseñanza / aprendizaje de idiomas basados en medios tecnológicos de tipo multimedia ofrecen: a) Variedad de canales informativos e instructivos: lengua oral, escrita, lenguaje icónico e ilustraciones y situaciones animadas, bien por técnicas cinematográficas, bien por dibujos y caricaturas. b) Facilidad de consulta, tanto de diccionarios interactivos como de contextos de comunicación. c) Diversidad de técnicas y métodos. En teoría, un curso asistido por medios tecnológicos puede incluir técnicas y métodos propios del vacío de información, de la transferencia de información, de la dependencia de la tarea, del rompecabezas, de la corrección, de la comunicación opcional y otras. d) Compatibilidad y complementariedad con la enseñanza convencional en clase con un profesor. e) Libertad de horarios, a la vez que dependencia de sistemas informáticos. f) Elección personal de nivel (enseñanza individualizada). g) Posibilidades de atender eficazmente la diversidad. Existen cursos de iniciación que potencian el aprendizaje por imágenes. Por ejemplo Playing with language, creado en la Universidad Norteamericana de Siracusa, con fundamento en el llamado “Método directo”, no presenta traducción de las palabras de la L2, pretendiendo la comprensión por medio de la imagen o descripción gráfica. Telephone Talk y Travel talk son programas para aprender aspectos muy concretos: a conversar por teléfono en distintas situaciones y para hablar sobre viajes. Un programa de enseñanza de idiomas asistida (ayudada o complementada) por medios tecnológicos debe reunir, en términos generales, los mismos elementos de cualquier sesión docente considerada eficaz. Dadas las posibilidades que la tecnología ofrece y la multiplicidad de programas diferentes para el estudio de idiomas, hay que considerar que tales programas deben reunir características como: 1. Facilidad de uso: interfaz usuario-máquina sencillo, facilitador de la interactividad. 2. Máxima interactividad, en el sentido de que las respuestas del programa sean rápidas y adecuadas. 3. Múltiples niveles, de modo que cada usuario pueda escoger el que necesite. 4. Control del aprendizaje e historia del mismo con vistas a la retroalimentación. 5. Seguridad y flexibilidad. Seguridad en tanto que las informaciones y datos (bases de datos) no se estropeen fácilmente y flexibilidad en tanto que sean programas abiertos de modo que el usuario pueda introducir sus propias fichas de datos, de otras fuentes de información o de aprendizaje. 6. Facilidad de ofrecer múltiples tipos de ejercicios. 7. Facilidad de importar y exportar información y ejercicios a otros medios, como el papel. 8. Pertinencia de los canales de información y de los contenidos ofrecidos. En conclusión, las nuevas tecnologías facilitan el fluido de la información y la comunicación entre personas, lo que puede aprovecharse en el aula para mejorar y diversificar el aprendizaje y la enseñanza de lenguas, así como su estudio de manera autónoma. Su implantación puede también propiciar la organización de entornos educativos que potencien la autonomía de los alumnos y su (co)responsabilidad en los procesos de aprendizaje, convirtiéndolo en un proceso creativo personal donde se haga una exploración individual del lenguaje y de los materiales de aprendizaje por parte de un alumno activo. Se debe avanzar en la concepción de ambientes de aprendizaje innovadores, que aprovechen las aportaciones tecnológicas tradicionales y nuevas. No se trata de sustituir lo existente, sino de enriquecer la diversidad y con ello aumentar las posibilidades. Los entornos de aprendizaje no tienen que estar separados, hay que promover su articulación con un enfoque global, holístico del proceso educativo. A medida que el estudio independiente sea más dominante, es esencial que el estudiante controle concientemente sus actividades. Un estudiante hábil es una persona que observa y evalúa su propio aprendizaje y modifica sus estrategias de aprendizaje si es necesario. Esta habilidad llamada “metacognitiva” significa que el estudiante puede reflexionar sobre su propio pensamiento para controlar y analizar sus procesos intelectuales. Al estudiar de manera autónoma una lengua extranjera, tomando en cuenta el desarrollo de dicha habilidad y haciendo un uso eficiente de las llamadas nuevas tecnologías el aprendizaje será significativo y motivador, además de estar intrínsecamente ligado al conocimiento útil de materiales auténticos que integrarán el entorno educativo en el mundo exterior al aula. Aprender con la mediación de las nuevas tecnologías es el nuevo reto que se plantea a la actividad docente. Es necesario adquirir los instrumentos cognitivos y operacionales que permitan desenvolverse en una sociedad marcada por el impacto de la tecnología o resignarse a que la incapacidad o falta de habilidad para utilizar las herramientas tecnológicas pueda conducir irremediablemente a la marginación. Bibliografía Ávila, P. y Morales, C. (1996) “Estudio Independiente” México: Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa. Cebrián, M. y Ríos, J. M. (coord.) (2000) “Nuevas Tecnologías aplicadas a las Didácticas especiales” Madrid: Ediciones Pirámide Fainholc, B. y col. (2000) “Formación del profesorado para el nuevo siglo. Aportes de la Tecnología Educativa apropiada” Buenos Aires: Distribuidora Lumen SRL. Fainholc, B. (1999) “La interactividad en la educación a distancia” Buenos Aires: Paidós. Holec, H. (1989) “Autonomie et enseignement apprentissage des langues étrangeres” France: Les Editions Didier. Sheering, S. (1992) “Self Access” U.S.A: Oxford University Press Sturdridge, G. (1992) “Self Access”.U.K: The British Council. Tejedor, F. J. y Varcárcel, A. G. (1996) “Perspectivas de las Nuevas Tecnologías en la Educación” Madrid: Narcea S.A. de Ediciones. Trenchs, Mireia (ed.) (2001) “Nuevas tecnologías para el autoaprendizaje y la didáctica de lenguas” Madrid: Milenio. Para hacer referencia a este texto RODRÍGUEZ, ENRIQUE “Incidencia de las nuevas tecnologías en el aprendizaje autónomo de lenguas extranjeras” en Memorias del 6° Encuentro Nacional e Internacional de Centros de Autoacceso de Lenguas. La autonomía del aprendiente: escenarios posibles. Agosto 2006. En línea. Página consultada el 9 de agosto de 2006. México: CELE, UNAM. Disponible en:<http:// cad.cele.unam.mx/memorias6> ISBN 970-32-4198-0.