Observatorio Riojano sobre Drogas

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Observatorio Riojano
sobre Drogas
Trabajos de Investigación
Las percepciones
sociales como
determinantes
del consumo de
psicoestimulantes
entre los jóvenes
riojanos
INVESTIGACIÓN
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3
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN: LA RELEVANCIA DE LOS FACTORES SOCIOCULTURALES COMO
DETERMINANTES DE LOS CONSUMOS DE DROGAS
5
2. JUSTIFICACIÓN DEL PROYECTO: LA NECESIDAD DE CONTAR CON UNA NUEVA
PERSPECTIVA DEL RIESGO ASOCIADO AL CONSUMO DE DROGAS
7
3. MARCO TEÓRICO DE LA INVESTIGACIÓN: PERCEPCIONES SOCIALES Y CONSUMOS DE
DROGAS
3.1. Representaciones sociales y consumo de drogas
3.2. Elementos del contexto claves para interpretar los significados que los consumos de
drogas tienen para los jóvenes
3.3. Lectura de los riesgos y beneficios que los jóvenes realizan de los consumos de drogas
3.4. El discurso de los consumidores sobre los riesgos asociados al consumo
3.5. La imagen de las sustancias y su impacto en las representaciones sociales
4. OBJETIVOS Y METODOLOGÍA
4.1. Objetivos de la investigación
4.2. Universo poblacional y muestra
4.3 Metodología
5. ACTITUDES Y PERCEPCIONES DE LOS JÓVENES RIOJANOS ANTE LAS DROGAS Y LOS
PSICOESTIMULANTES
5.1. Posición vital de los jóvenes ante el riesgo
5.2. Nivel de conocimiento e imagen de los psicoestimulantes
5.3. Actitudes ante las drogas ilícitas y los psicoestimulantes
5.4. Posición ante los riesgos y beneficios asociados al consumo de drogas
5.5. Problemas y beneficios asociados al consumo de cocaína y otros psicoestimulantes
los fines de semana
5.6. Percepción del riesgo asociado al consumo de psicoestimulantes
5.7. Elementos determinantes del riesgo de consumir psicoestimulantes u otras drogas
5.8. Límite que hacen inamovible la decisión de no consumir psicoestimulantes y riesgos
que estarían dispuestos a consumir
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6. PREVALENCIA DE LOS CONSUMOS DE PSICOESTIMULANTES Y OTRAS DROGAS
84
7. MOTIVOS PARA CONSUMIR Y NO CONSUMIR PSICOESTIMULANTES
87
8. HÁBITOS DE CONSUMO Y ACTITUDES ANTE LOS PSICOESTIMULANTES ENTRE LOS AMIGOS
90
9. VALORES SOCIALES DOMINANTES
93
10. RELACIONES ENTRE ACTITUDES ANTE EL RIESGO, VALORES SOCIALES, ACTITUDES Y
PERCEPCIONES FRENTE A LAS DROGAS Y CONSUMO DE PSICOESTIMULANTES
10.1. Actitudes ante el riesgo, actitudes frente a las drogas y hábitos de consumo
10.2. Experimentación con psicoestimulantes, actitudes hacia estas sustancias y
percepción del riesgo asociado a su consumo
10.3. Influencia de los hábitos de consumo de drogas en el grupo de iguales en las
actitudes y percepciones hacia los psicoestimulantes
10.4. Valores sociales dominantes, actitudes ante el riesgo vital, actitudes hacia los
psicoestimulantes y percepciones del riesgo asociado a su consumo
101
11. TIPOLOGÍAS JUVENILES EN BASE A LAS ACTITUDES ANTE LOS PSICOESTIMULANTES
126
12. CONCLUSIONES
131
13. BIBILIOGRAFÍA
137
ANEXO I: CUESTIONARIO
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108
120
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
4
RESUMEN
Las evidencias señalan que el contexto social y cultural en el que se desenvuelven los
jóvenes y, en especial, sus actitudes y percepciones hacia las drogas condicionan de
forma importante los hábitos de consumo de estas sustancias. La presente investigación,
realizada sobre una muestra de 300 universitarios de La Rioja, confirma esta relación,
evidenciando la existencia de una intensa asociación entre las actitudes ante la
asunción de riesgos en la vida, las actitudes ante los psicoestimulantes y las prevalencias
de uso de estas sustancias. Por su parte, la experimentación con los psicoestimulantes
modula las actitudes hacia los mismos y la evaluación de los riesgos atribuidos a su
consumo, de modo que los jóvenes que han consumido alguna vez psicoestimulantes
tienen una imagen más positiva de estas sustancias y de sus consumidores, mantienen
actitudes más favorables hacia su consumo (en particular en contextos recreativos) y
perciben un menor riesgo asociado al consumo ocasional.
Las percepciones y actitudes de los jóvenes riojanos hacia los psicoestimulantes están
caracterizadas por una imagen negativa de estas sustancias y una actitud poco
favorable a su consumo, lo cual no impide que al menos uno de cada diez universitarios
los haya consumido alguna vez a lo largo de su vida. Los resultados de la investigación
cuestionan el estereotipo dominante que asocia a los jóvenes con la disposición a la
aventura, la transgresión y la asunción de riesgos: entre los jóvenes son minoritarias (15,4%)
las actitudes claramente favorables a la asunción de riesgos.
Como pone de relieve el análisis de cluster realizado, las actitudes de los jóvenes hacia
los psicoestimulantes no son uniformes. Junto a una amplia mayoría de jóvenes
plenamente conscientes de los riesgos que entrañan estas sustancias y una posición de
abierto rechazo a su consumo, se observan posicionamientos intermedios, que dejan
entrever actitudes en cierto modo favorables a su consumo ocasional en contextos
lúdicos, acompañada de un bajo nivel de riesgo asociado a este patrón. Finalmente,
existe un reducidísimo grupo de jóvenes con una actitud claramente proclive al consumo
de estas sustancias, integrado en su mayoría por personas que ya han experimentado
con los psicoestimulantes.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
5
1. INTRODUCCIÓN: LA RELEVANCIA DE LOS FACTORES SOCIOCULTURALES COMO
DETERMINANTES DE LOS CONSUMOS DE DROGAS
El conocimiento de las variables predictoras del consumo de drogas resulta fundamental
para orientar las estrategias preventivas, permitiendo adaptar sus contenidos a los
diferentes niveles de exposición a las mismas de cada grupo social. Por este motivo,
buena parte de las investigaciones realizadas en el campo de la prevención de las
drogodependencias se han dirigido a identificar los factores asociados al consumo de
drogas. Los resultados obtenidos avalan la presencia de múltiples y muy diversos factores
de riesgo que incrementan la probabilidad de que surjan conductas de uso o abuso de
drogas. Asimismo, señalan que estas conductas no se desarrollan en base a un único
factor de riesgo, sino que son el resultado de un complejo juego de influencias o
interacciones, ejercidas por diversas variables que predisponen al consumo (factores de
riesgo) o que reducen la probabilidad de que estos aparezcan (factores de protección).
Las evidencias científicas disponibles, sobre la influencia ejercida por los factores de tipo
sociocultural o macrosocial, indican que las percepciones de los adolescentes y jóvenes
sobre los riesgos y beneficios del alcohol y otras drogas se correlacionan con la
probabilidad del inicio y/o la continuidad de su consumo. Así, las actitudes sociales
favorables o tolerantes hacia ciertas drogas, la ausencia de valores ético-morales o el
predominio de valores sociales de carácter hedonista o presentista se correlacionan con
una mayor prevalencia de los consumos de drogas.
El estudio de los factores de riesgo y protección resulta de una gran complejidad. Por un
lado, su influencia no se ejerce de forma aislada, sino en un contexto de múltiples
influencias positivas y negativas. Por otro, la relevancia de un determinado factor cambia
en función del contexto en el cual está presente el mismo, la etapa evolutiva en la que
se encuentran los sujetos sometidos a su influencia y de si están presentes o no otros
factores de riesgo o de protección.
Los modelos teóricos explicativos de las drogodependencias en boga en estos momentos
tienen como elemento común la consideración de las conductas de uso y abuso de
drogas como fenómenos multideterminados, resultado de la interacción entre
determinadas características de los sujetos, las sustancias y el entorno donde se
desenvuelven los primeros. Desde esta perspectiva socio-ecológica las actuaciones
humanas están condicionadas, en gran medida, por contextos sociales más amplios,
siendo el resultado de la progresiva acomodación mutua entre un ser humano activo, en
desarrollo, y las propiedades cambiantes de los entornos inmediatos en los que vive
(BRONFENBRENNER, U. 1987).
El comportamiento humano es el producto de complejos campos de fuerzas que operan
en direcciones y sentidos variados y variables. Los seres humanos actúan dentro de
contextos sociales, que influyen en sus conductas y donde se establecen relaciones
complejas, de manera que los comportamientos se explican por lo que ocurre o ha
ocurrido en esos contextos relacionales. De este modo, la conducta, la personalidad, el
autoconcepto, las actitudes o los valores son producto de procesos socializadores
ocurridos en marcos microsociales (familia, grupos de iguales, etc.) y macrosociales
(instituciones sociales, medios de comunicación, etc.), que a su vez son creados y
desarrollados por los individuos en ellos incubados (PINAZO, S, et al, 2002).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
6
Entender porqué surgen conductas de uso y abuso de drogas requiere llevar el
conocimiento más allá del sujeto consumidor. Como han señalado algunos autores
(BECOÑA, E. 2007), el consumo de drogas exige una explicación socio-psico-biológica,
porque el aspecto más importante, a nivel cuantitativo y cualitativo, para explicar el
consumo o no en una sociedad concreta, serían los factores sociales, seguidos de los
factores psicológicos y, en último lugar, los factores biológicos.
La explicación comprensiva del comportamiento humano requiere integrar en un mismo
ser: a) los componentes socioculturales o del contexto donde nace, aprende, desarrolla
sus habilidades y vive (aprendemos cosas dentro de una cultura concreta, que tiene una
concepción del mundo distinta a la de otros grupos sociales y que afronta el mundo con
valores y creencias propias), b) los componentes psicológicos o modo de comprender y
afrontar el mundo desde su realidad y c) el componente biológico, o parte física que le
permite ser hombre, por una parte, y hombre social por otra.
Como han puesto de relieve distintas investigaciones, los valores, creencias y actitudes
son predictores fiables del consumo de sustancias adictivas. La decisión de experimentar
o no con las drogas a la que se enfrentan los adolescentes y jóvenes está condicionada,
no sólo por el repertorio de competencias personales y habilidades sociales del sujeto, o
por la influencia socializadora ejercida por la familia o la escuela, sino por los valores, las
creencias y actitudes dominantes en cada cultura/sociedad. Lo que los jóvenes piensan
de las drogas, sus creencias sobre sus efectos y sobre el propio hecho de consumir, y lo
que experimentan con ellas, arroja un balance subjetivo, positivo o negativo, que
determinará la ocurrencia o no del consumo.
Existen reiteradas evidencias de que las creencias y actitudes positivas hacia las drogas
se relacionan con el consumo, al igual que ocurre con una menor identificación con los
valores convencionales o normativos (ROMERO, E. 1996). La no interiorización o el
alejamiento de ciertos valores convencionales o normativos predisponen a transgredir la
norma en mayor medida (CATALANO, RF. et al, 1996). Las personas con conductas
problemáticas se identifican con valores con un significado personal inmediato, como el
placer o la diversión, y menos con valores prosociales (LUENGO, MA. et al, 1999).
Asimismo, los jóvenes consumidores de drogas se identifican con valores presentistas y
vinculados a la búsqueda de sensaciones (ELZO, J. et al, 2000), mostrando una menor
identificación con los valores normativos (salud, familia, desarrollo profesional, etc.).
Pero las actitudes por sí solas no tienen por qué ser un predictor directo del consumo de
drogas, puesto que existe un proceso intermedio entre la actitud y la conducta. Como
señalan Pons y Borjano (1999), el sujeto aceptaría consumir drogas porque además de
mantener una actitud permisiva, ha experimentado personalmente el consumo de esa
sustancia en determinados ambientes y de esta forma ha podido consolidar o desmentir
las creencias provenientes del medio sociocultural sobre ellas. Ello no resta valor a la
constatación de que la probabilidad de consumo aumentará en tanto en cuanto más
permisivo sea el medio social.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
7
2. JUSTIFICACIÓN DEL PROYECTO: LA NECESIDAD DE CONTAR CON UNA NUEVA
PERSPECTIVA DEL RIESGO ASOCIADO AL CONSUMO DE DROGAS
Los resultados obtenidos en el marco de distintas investigaciones nacionales e
internacionales aportan un amplio catálogo de factores de riesgo asociados al consumo
de drogas, que se agrupan habitualmente en tres grandes categorías: personales
(genéticos, psicológicos, etc.), microsociales (vinculados a la familia, al grupo de iguales,
la escuela, etc.) y macrosociales o socioculturales.
La presencia de un sistema cultural que contribuye a mantener, justificar y aceptar el uso
y/o abuso de drogas, es señalado como uno de los factores que explican que los sujetos
se comporten de manera no saludable (BECOÑA, E, OBLITAS, L. 2006). En este proceso la
publicidad y los medios de comunicación contribuyen a minimizar los efectos del
consumo de drogas y a asociar su uso con contenidos positivos o gratificantes
(seducción, libertad, etc.), alterando la percepción del riesgo de adolescentes y jóvenes
en relación a estas conductas. La presencia en los medios de comunicación de modelos
juveniles (músicos, actores, comunicadores, etc.), que consumen drogas o que muestran
opiniones o actitudes favorables hacia su uso, dificulta la percepción del riesgo de estas
conductas y facilita su aceptación.
Entre las variables de tipo sociocultural más relevantes para explicar la decisión
adolescentes y jóvenes de consumir o no sustancias psicoactivas se incluye
percepción del riesgo asociado a esta conducta. Diversos estudios confirman
presencia de una correlación inversa entre el nivel de riesgo percibido y el consumo
las sustancias (BACHMAN, JG. et al, 1988).
de
la
la
de
Sobre la base de la Teoría de la acción razonada de Fishbein y Ajzen, y de la Teoría de la
conducta planificada de Ajzen, la conducta de los sujetos podría predecirse en base a
sus actitudes y a las normas subjetivas. Las personas toman decisiones en función de las
consecuencias positivas que esperan obtener y para evitar las consecuencias negativas,
de modo que si perciben que una decisión o conducta va a acarrearles consecuencias
negativas no la adoptarán (BECOÑA, E. 2007).
Consecuentemente, en la decisión de muchos jóvenes de consumir drogas no sólo pesan
los efectos negativos y riesgos conocidos asociados a la sustancia (al margen de los
sesgos que introduzca su percepción), sino los efectos positivos atribuidos, tanto a la
propia sustancia, como al hecho mismo de consumirla. En ese balance de ventajasinconvenientes que comporta la decisión de consumir drogas los jóvenes ponderan
particularmente las ventajas que les aporta el consumo.
La percepción que se tiene sobre las distintas drogas dependerá del nivel de uso, de las
creencias y de la propia construcción social sobre la sustancia, y esta percepción influirá
en la decisión que se tome sobre su consumo. Por otra parte, ciertos sesgos sobre los
efectos de las sustancias, como por ejemplo desconocer las consecuencias adversas
que pueden derivarse de su uso, o la atribución de efectos que no responden a su
acción farmacológica, pueden favorecer el consumo de ciertas sustancias. Así pues, la
evaluación de los efectos negativos y positivos con que se asocia el consumo de una
sustancia en un contexto y circunstancias concretas, no viene determinado
exclusivamente por factores de tipo racional, sino también por factores emocionales,
muy relevantes en el caso de adolescentes y jóvenes.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
8
A diferencia de lo que ocurre habitualmente con los adultos, donde los procesos de
toma de decisiones están fuertemente condicionados por los elementos racionales, en
los adolescentes y jóvenes los aspectos emocionales y vinculados a las interacciones
sociales son determinantes en la decisión a adoptar. Por ello, no es suficiente que los
jóvenes conozcan los efectos y riesgos asociados al uso de una droga para modificar sus
hábitos de consumo (de hecho, la mejora en los niveles de información sobre las
sustancias no ha impedido la escalada en los consumos registrada en los últimos años),
siendo esencial modificar las funciones que le atribuyen a estos consumos en sus
relaciones sociales.
Entre las razones esgrimidas habitualmente para explicar las dificultades que encuentran
los programas de prevención, para modificar los hábitos de uso y/o abuso de drogas, se
alude al efecto placentero que tienen la mayor parte de los consumos en los estadios
iniciales, frente al largo período de tiempo que transcurre desde que se inicia el consumo
hasta que son visibles los efectos adversos asociados al mismo. Este argumento,
soportado en una respuesta racional centrada en los efectos o consecuencias del
consumo de sustancias, no tiene en cuenta cómo afectan los consumos a ciertas
dimensiones claves en la vida de los jóvenes, como es la sociabilidad.
Los jóvenes encuentran numerosas ventajas en lo que ha dado en denominarse
“consumos recreativos de drogas en los fines de semana”: les facilita un espacio
compartido con otros jóvenes (donde ver y ser visto), fortalece el sentido de pertenencia
al grupo, les permite relacionarse con sus iguales, ligar, y escenifican una suerte de
autonomía virtual con respecto a los adultos (hacen lo que quieren lejos del control de los
padres). Por el contrario, decidir no consumir acarrea algunos inconvenientes: asumir que
se es un joven diferente o raro, arriesgarse a ser rechazado por los iguales, sentirse aislado
o no participar en las dinámicas propias de los jóvenes. Son este tipo de ventajasinconvenientes relacionadas con la dimensión social de los jóvenes las que condicionan
de manera muy importante la decisión última de consumir o no hacerlo, sin duda tanto o
más que los efectos adversos que puedan derivarse del uso de las sustancias.
La omisión de los componentes emocionales, tan relevantes en la psicología de los
adolescentes y jóvenes, lleva con frecuencia a formular interpretaciones erróneas acerca
del significado que el riesgo atribuido a las drogas tiene verdaderamente para los
jóvenes. Recientes estudios (RODRÍGUEZ, E. et al, 2008) confirman que para los jóvenes el
uso de drogas no sólo implica riesgos, sino también beneficios, medidos en forma de
integración social.
La amplia y sólida base científica de conocimientos actualmente disponibles sobre los
factores asociados al consumo de drogas presenta, no obstante, limitaciones importantes
en lo relativo a los mecanismos a través de los cuales los factores de riesgo ambientales o
situacionales influyen en el inicio o la continuidad de los consumos. Las dificultades para
el controlar y medir el impacto de los factores ambientales sobre los consumos de drogas
hacen que éstos sean menos conocidos que los factores de riesgo y protección
individuales y familiares. Sólo algunas variables, como la disponibilidad/accesibilidad de
las sustancias y el riesgo atribuido a diferentes conductas relacionadas con las drogas
(experimentación, consumo ocasional y habitual), han sido objeto de estudio sistemático.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
9
La investigación sobre los factores de tipo sociocultural, que actúan como determinantes
de los consumos juveniles de drogas, debe hacer frente a un doble reto: a) superar la
interpretación sesgada, estereotipada o errónea que con frecuencia se hace de la
influencia de factores concretos, como el riesgo percibido o atribuido a las drogas y b) la
necesidad de analizar el impacto que sobre los consumos tienen los nuevos elementos
aparecidos en la cultura y el ambiente que rodea a los jóvenes, como son los modelos de
ocupación del ocio y la función que el uso de drogas desempeña actualmente en la
sociabilidad de los jóvenes.
Aunque la percepción de riesgo varía de forma importante de unas drogas a otras, y es
diferente en función de la frecuencia de su uso, resulta evidente su influencia en los
consumos. Son numerosas las evidencias que relacionan la percepción de riesgo y el
inicio y/o continuidad del consumo de drogas, estando bastante asentada la ecuación
que establece que, cuanto mayor es la percepción de riesgo, menor es la probabilidad
que existe de que una persona consuma drogas.
A pesar de la influencia ejercida por percepción del riesgo, se conoce relativamente
poco acerca de cómo se instaura esta variable la y cuáles son los elementos que
intervienen en este proceso. Todavía hoy es dominante la lectura que tradicionalmente
se ha hecho del riesgo asociado al consumo de drogas, marcadamente reduccionista,
que vincula el mismo en exclusiva al impacto potencial de las sustancias sobre la salud y
al incremento de la probabilidad de que surjan problemas derivados del consumo.
A pesar de la influencia ejercida por la percepción del riesgo, se conoce relativamente
poco acerca de cómo se instaura esta variable y cuáles son los elementos que
intervienen en este proceso. Todavía hoy es dominante la lectura que tradicionalmente
se ha hecho del riesgo asociado al consumo de drogas, marcadamente restrictiva, que
vincula el mismo exclusivamente con el impacto potencial que las sustancias tienen
sobre la salud y con el incremento de los problemas derivados de su consumo.
Afortunadamente comienza a aceptarse que el riesgo es un constructo social de
carácter multidimensional, donde los factores de tipo psicosocial y culturales juegan un
papel determinante. La percepción del riesgo está condicionada, además de por el
sistema de creencias y valores de los individuos y sus aspectos afectivos y emocionales,
por un modelo social y cultural concreto (RODRÍGUEZ, E. et al, 2008). De este modo, lo
que se considera o no riesgo y su aceptabilidad se apoya en valores, creencias y
actitudes socialmente establecidas.
La moderna concepción del riesgo ha dejado de considerar el mismo desde la óptica
exclusiva del peligro, para entenderlo como una oportunidad para avanzar (que puede
hacer necesario olvidar los peligros), como algo consustancial a la toma de decisiones
(LUHMANN, N. 1998).
Los riesgos que los sujetos están dispuestos a asumir están condicionados por su adhesión
o no a una determinada forma de sociedad (BECK, U. 1999). Así pues, la propia definición
del riesgo y sus categorías, o la jerarquización de los mismos, entran de lleno en el ámbito
de las representaciones sociales, puesto que los riesgos se definen a partir de la cultura.
Como apuntan Pigdeon, NF. et al (1992), la percepción del riesgo se construye sobre
creencias, valores y disposiciones sociales y culturales amplias, que las personas adoptan
frente a las fuentes de peligro y los beneficios que estas conllevan.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
10
A nivel práctico, lo más novedoso de esta nueva perspectiva del riesgo es que sitúa los
procesos de toma de decisiones considerando no sólo los potenciales peligros, sino
también los potenciales beneficios.
Conviene destacar que la percepción del riesgo conlleva, además de una dimensión
objetiva otra de tipo subjetivo. Es precisamente en el terreno de las atribuciones
subjetivas asociadas a las sustancias donde los beneficios (reales o subjetivamente
percibidos) tienen una gran importancia para los jóvenes. Consumir drogas comporta un
evidente riesgo, pero no cabe duda de que también incorpora vivencias de tipo positivo.
Por esta razón es preciso conocer el imaginario colectivo de los jóvenes en torno a los
riesgos asociados al consumo de drogas (tanto de consumir como de no hacerlo),
instalado en unas convenciones y expectativas, muy diferentes y alejadas de las que
manejan los profesionales y expertos en drogodependencias. Dada la relevancia que la
percepción del riesgo tiene como determinante de los consumos, resulta esencial que el
constructo sobre el riesgo asociado a las drogas incorpore el discurso y la perspectiva de
los jóvenes. Un discurso donde, complementariamente a los aspectos relacionados con
la salud, se integren diversas dimensiones relacionadas con la sociabilidad, la integración
grupal, la identidad juvenil, etc.
La presente investigación pretende abordar, desde una perspectiva suficientemente
amplia y comprensiva la influencia que la percepción del riesgo asociado al consumo
ejerce como variable predictora del consumo de psicoestimulantes entre los jóvenes
riojanos
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
3. MARCO TEÓRICO DE LA
CONSUMOS DE DROGAS
3.1.
INVESTIGACIÓN:
PERCEPCIONES
SOCIALES
11
Y
Representaciones sociales y consumo de drogas
Las representaciones sociales han sido definidas como “el conjunto de valores, nociones
y creencias que permiten a los sujetos comunicarse y actuar, y así orientarse en el
contexto social donde viven, racionalizar sus acciones, explicar eventos relevantes y
defender su identidad" (MEGÍAS, E. et al, 2001). La relevancia de las representaciones
sociales en el campo de la prevención reside no sólo en que generan determinadas
actitudes, sino en que blindan en cierto modo las informaciones en las que se apoyan,
haciendo muy difícil que las personas que comparten dichas representaciones sean
receptivas a mensajes e informaciones que contravengan las mismas. Además, estas
representaciones sociales compartidas son claves en los procesos de establecimiento de
la identidad social de los jóvenes y adolescentes, que a su vez son responsables del
modo en que responderán los miembros de estos grupos ante determinadas situaciones.
La relación entre los sujetos y los fenómenos sociales está mediada por procesos de tipo
cognitivo (creencias, percepciones, etc.) y culturales, en base a los cuales se desarrolla
un proceso de categorización social que permite a los sujetos definir el fenómeno social
representado y el tipo de relación a establecer con el mismo.
En el proceso de construcción de las representaciones sociales destacan dos elementos
esenciales:
ƒ
ƒ
La historicidad, que alude al hecho de que diferentes factores culturales van
modificando las representaciones sociales que los sujetos elaboran de ciertos
fenómenos sociales a través del tiempo (dinamismo de las representaciones).
La subjetividad, que hace referencia al hecho de que al definir un fenómeno social se
establece una mediación de tipo simbólico entre el sujeto y el fenómeno, que
introduce un elemento interpretativo sobre un fenómeno supuestamente objetivo.
Esta subjetividad está en la base de que la realidad no sea percibida de igual manera
por los diferentes sujetos que interactúan en ella. No se trata de que la misma realidad
objetiva sea percibida de distintas maneras por diversos actores sociales, sino que más
bien la realidad es producto de un proceso subjetivo de construcción social (BERGER, P.
LUCKMANN, T. 1968).
Las raíces sociales de las representaciones sociales, su elaboración colectiva, reflejan la
interacción entre el individuo y la sociedad y, en la medida en que el sujeto es activo en
esta labor de síntesis colectiva, la representación social deja de ser un mero reflejo de la
sociedad (BEHAR, J. 1988). Las representaciones sociales son pues la forma en la que un
grupo o colectivo imagina o piensa los hechos sociales, convertidos en objetos que han
adquirido significación para el sujeto, de ahí que los aspectos simbólicos e imaginarios
sean fundamentales en la construcción de la realidad.
La importancia de las representaciones sociales radica en que estructuran la experiencia
y construyen el mundo social, actuando como guías operacionales que tienen por
finalidad ayudar a regular los comportamientos intra e intergrupales (DI GIACOMO, JP.
1987). Por ello, las representaciones y actitudes sociales compartidas son claves en la
construcción de la realidad social de las drogas, puesto que condicionan las creencias y
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
12
las percepciones del riesgo sobre las drogas y determinan disposiciones conductuales y
hábitos de consumo. Precisamente, a través del discurso dominante sobre las drogas, se
crean actitudes, se normalizan pensamientos, se orientan las valoraciones y se atribuyen
significados a los consumos de las distintas sustancias (MORAL, M.V. 2007).
Así pues, las representaciones sociales sobre las drogas y sus usuarios condicionan las
actitudes hacia el consumo, distorsionando las percepciones del riesgo por parte de los
consumidores, y conformando una mentalidad adaptativa en base a: la consideración
social del daño de la sustancia, la permisividad con la que se regule su consumo en las
disposiciones legales y el estatuto diferencial de la sustancia entre los consumidores
amparado, en su raigambre sociocultural.
Son numerosas las evidencias que confirman que las percepciones de los adolescentes y
jóvenes respecto de las consecuencias derivadas de los consumos cambian en función
del nivel de experimentación de los sujetos. Asimismo, se ha observa una tendencia
según la cual a medida que avanza la edad existe una mayor permisividad ante los
riesgos derivados del consumo y una mayor valoración de las consecuencias positivas
que conlleva la experimentación y el uso de drogas. Esta tendencia estaría
condicionada en gran medida por el hecho de que una edad más avanzada se asocia
con una mayor experimentación y proximidad a las sustancias.
Algunas investigaciones (CORRAL, M.V. OVEJERO, A. 2005) corroboran que los
adolescentes de mayor edad expresan autopercepciones más favorables al consumo,
una mayor valoración de las drogas y sus usos, un debilitamiento de las actitudes
contrarias al consumo y una disposición más positiva hacia el consumo, en comparación
con las actitudes de los adolescentes de menos edad. Ello evidenciaría el efecto que la
edad tiene sobre las creencias, valoraciones y disposiciones comportamentales hacia la
experimentación, consumo y habituación a las drogas. La tendencia a manifestar
actitudes más permisivas hacia el consumo de sustancias psicoactivas en edades
superiores podría interpretarse abundando en la posibilidad de una distorsión valorativa
de las creencias y percepciones de riesgo, motivada por la inducción de un sesgo
cognitivo entre quienes ya consumen.
Tanto las representaciones sociales, como los valores y las percepciones sociales
modulan el comportamiento de los sujetos, al condicionar sus actitudes, que actúan
como una guía inmediata para la acción, orientando las respuestas ante situaciones
concretas. Las percepciones sociales sobre las drogas actúan a modo de actitudes
colectivas recreadas por el imaginario popular, con un importante componente
ideológico, influyendo en las actitudes individuales hacia el consumo.
Si las percepciones orientan los comportamientos, cabría pensar que modificando
algunos elementos de la percepción social de las drogas sería posible evitar o reducir los
comportamientos de riesgo. De este modo, si las drogas son percibidas como
extremadamente peligrosas, una mayoría de jóvenes considerará que no merece la
pena arriesgarse a experimentar con ellas, mientras que si se piensa que probarlas no
implica ningún riesgo, seguramente la mayoría se iniciará en su consumo. Hay de hecho
datos que avalan esta dinámica, pudiendo observarse como, por ejemplo, la evolución
alcista de los consumos de cannabis entre los escolares españoles en las últimas décadas
ha discurrido en paralelo a la reducción del daño asociado al consumo de esta
sustancia (OED, 2008).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
13
Esta lógica estaría en la base de un modelo cíclico que condicionaría las percepciones y
los hábitos sociales en relación con las drogas y que respondería a la siguientes dinámica
(COMAS, D. 2002): alarma social, reacciones de rechazo, disminución del consumo (o de
su percepción), normalización social y banalización de las sustancias, aumento del
consumo y otra nueva situación de alarma social.
Sin embargo, este modelo, que se soportaría en el mecanicismo existente entre las
percepciones y las conductas, encuentra dificultades para explicar, por ejemplo, el
porqué algunos jóvenes experimentan con ciertas sustancias a pesar de considerar
peligroso el consumo de drogas. Las evidencias disponibles señalan que la relación entre
percepciones sociales y consumo de drogas es compleja y está llena de matices,
escapando de los automatismos con los que en ocasiones se pretende asociar ambas
dimensiones.
Asistimos a un momento en el cual resultan compatibles unos elevados niveles de riesgo
percibido asociados al consumo de drogas ilícitas diferentes del cannabis, con unas
elevadas prevalencias de uso de estas sustancias y con la expansión de los problemas de
salud asociados a su consumo. Ello es así porque en la sociedad española se ha
instaurado la percepción de que las drogas son más un problema del pasado. Un buen
ejemplo de ello es la evolución de la relevancia que los ciudadanos atribuyen a las
drogas como problema social, reflejada en los sucesivos barómetros de opinión
realizados por el Centro de Investigaciones Sociológicas.
La evolución seguida en el período mayo 1985 a septiembre 2009 por las percepciones
ciudadanas acerca de los principales problemas del país (Tabla 1.1) confirma la
progresiva y drástica reducción de la naturaleza problemática de las drogas para la
opinión pública. A finales de los años ochenta, en plena crisis de la heroína, las drogas
ocupaban la segunda posición entre los problemas del país, una relevancia que se
mantuvo en la segunda mitad de la década de los noventa, para reducirse desde
entonces de forma sostenida, pasando a ocupar en septiembre de 2009 la decimoctava
posición en el ranking de los problemas nacionales (CIS, 2009). Por su parte, el porcentaje
de ciudadanos que sitúan a las drogas entre los problemas que más les afectaban
personalmente pasó del 11,8% en julio de 1998 al 0,3% de septiembre de 2009, hasta
ocupar la posición vigésimo segunda en el ranking de problemas personales.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
14
Tabla 1.1. Evolución de los principales problemas del país identificados por los ciudadanos en los
barómetros del CIS (mayo 1985 a septiembre 2009).
Mes y año
Mayo 85:
Octubre 85
Septiembre 86
Junio 88
Septiembre 93
Septiembre 94
Abril 95
Marzo 06
Noviembre 06
Marzo 97
Octubre 97
Julio 98
Marzo 99
Septiembre 00
Marzo 01
Julio 01
Septiembre 01
Marzo 02
Julio 02
Septiembre 02
Marzo 03
Julio 03
Septiembre 03
Marzo 04
Septiembre 04
Marzo 05
Julio 05
Septiembre 05
Marzo 06
Julio 06
Septiembre 06
Marzo 07
Julio 07
Septiembre 07
Marzo 08
Julio 08
Septiembre 08
Marzo 09
Junio 09
Septiembre 09
% de encuestados que señalan las
drogas como el principal problema
17,5
19,3
10,5
49,0
35,8
26,3
17,6
19,4
26,5
23,5
29,2
27,5
25,3
14,7
13,3
19,4
14,3
23,3
11,3
11,3
7,2
13,0
12,0
5,7
9,5
8,0
6,7
6,4
6,0
5,8
4,8
3,9
4,8
4,1
2,9
2,3
1,9
1,5
2,1
0,2
Posición que ocupan las drogas en el
ranking de problemas nacionales
5ª
5ª
5ª
2ª
2ª
2ª
3ª
5ª
2ª
3ª
3ª
3ª
3ª
3ª
3ª
3ª
3ª
3ª
4ª
4ª
5-6ª
5ª
4ª
6ª
6ª
6ª
6ª
7-8ª
9ª
9ª
9ª
10ª
9ª
12ª
14ª
14ª
16-17ª
18ª
16ª
18ª
FUENTE. Barómetros de opinión del Centro de Investigaciones Sociológicas.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
3.2.
15
Elementos del contexto claves para interpretar los significados que los
consumos de drogas tienen para los jóvenes
Las drogas tienen importantes significados culturales, jugando un papel relevante en los
procesos de integración social y en los espacios de ocio, complementarios a los usos
instrumentales (como estimulantes, depresores, etc.). Unos significados y atribuciones que
son claves para comprender la forma en la que los jóvenes se relacionan con las drogas.
Aunque existe una tendencia generalizada a vincular las drogas con los jóvenes,
conviene precisar que ni los consumos son exclusivos de los sectores juveniles, ni sus
pautas de uso sustancialmente diferentes a las de los adultos, dado que éstas les han sido
trasmitidas por los adultos a los jóvenes (de forma consciente o inconsciente), a través de
sus estilos de vida, valores sociales de referencia, modelos de ocupación del ocio,
relevancia atribuida a las sustancias y modos de relacionarse con ellas.
En la construcción social de las identidades juveniles (en la forma de pensar y actuar que
tienen los jóvenes), son claves los valores sociales y los modelos de conducta que los
adultos transmiten a los jóvenes a través de los medios de comunicación. Una identidad
juvenil en la que se potencian valores como el hedonismo, la búsqueda del placer y la
inmediatez, que diversas investigaciones señalan como facilitadores del uso de drogas.
Para comprender los comportamientos que mantienen los adolescentes y jóvenes
españoles en relación con las drogas y la lectura que realizan sobre los riesgos que
comportan estas conductas, adquieren gran relevancia algunos elementos presentes en
el contexto sociocultural en el que se desenvuelven estos colectivos, entre los que cabe
mencionar los siguientes:
a)
La importante presencia social y cultural de las drogas
La normalización de los consumos de ciertas drogas entre los adolescentes y los jóvenes
contribuye a facilitar la aceptación social de estos comportamientos, lo que
indirectamente incrementa la probabilidad de mantener esa conducta.
Esta percepción “normalizada” de las drogas influye notabilísimamente en los hábitos de
consumo de los jóvenes, puesto que provoca la reducción de la percepción del riesgo
asociado al uso de estas sustancias y de los niveles de rechazo. Pero además, condiciona
las posiciones y respuestas de los distintos agentes sociales (familias, profesionales de la
educación y la salud, etc.) y de las propias instituciones (SÁNCHEZ. L. 2003).
La creciente presencia social de los consumos de algunas drogas y la banalización de sus
efectos, han provocado un cambio importante en las percepciones sociales sobre las
drogas (MEGÍAS, E. et al, 2005; MEGÍAS, E. et al, 1999), observándose la reducción drástica
de los niveles de rechazo de las mismas, su creciente aceptación (expresa o tácita) y la
normalización de su consumo, en especial entre los grupos juveniles, aquellos que de
forma directa o indirecta están más familiarizados con su presencia.
El que una conducta como es el uso de drogas por parte de la población adolescente,
considerada formalmente como desajustada, esté generalizada facilita la consolidación
y expansión de estos comportamientos. Esta contradicción entre la norma formal (que
impide el consumo de drogas a los menores) y la norma tácita (que acepta, tolera y, en
ocasiones, promueve los consumos) tiene un efecto doblemente potenciador del
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
16
consumo: convierte de facto el consumo de drogas en un modelo cultural de referencia
y lanza el mensaje de que las normas sociales pueden ser fácilmente contravenidas. El
consumo de alcohol entre los menores ejemplifica este proceso, pese a estar legalmente
prohibido es una conducta que ha mantenido en alguna ocasión la mayoría de los
adolescentes, ante la connivencia tácita de una sociedad incapaz de poner en marcha
medidas que garanticen el cumplimiento de la norma social.
Este fenómeno ejerce una influencia directa sobre otras variables socioculturales, como
la accesibilidad a las sustancias, la aceptación o permisividad de su uso o la percepción
del riesgo asociado, que incrementan la probabilidad de los consumos. Todo ello al
margen del riesgo inherente a que el uso de drogas como el alcohol o el tabaco en
edades tempranas se consoliden en la vida adulta y de que actúen como
favorecedoras de la experimentación con otras drogas ilícitas.
La normalización social del consumo de drogas entre los jóvenes es un elemento esencial
para explicar la lectura que éstos realizan de las drogas y de los riesgos asociados a las
mismas. Unas sustancias que han superado la barrera de lo marginal para convertirse en
una conducta cotidiana, identificada básicamente con los espacios de ocio juvenil (por
más que estén presentes en diferentes ámbitos de actividad y colectivos sociales). Las
drogas se han convertido en un producto más de consumo, inmerso en un modelo
cultural en el que para ser “normal” hay que consumir. No en vano, el consumo de
bienes y servicios, incluidas las drogas, se consagra como un mecanismo que
proporciona placer y felicidad, en una sociedad como la actual en la que el placer y el
riesgo son, cada vez más, elementos definitorios de la misma.
Los problemas asociados a las drogas no han crecido con la misma intensidad con que
lo hicieron los consumos en las dos últimas décadas. Esto se debe a diferentes procesos
individuales y colectivos, que han contribuido a limitar las consecuencias o efectos más
graves de los consumos (muertes, intoxicaciones agudas, enfermedades orgánicas
asociadas, demandas de tratamiento, etc.). Los consumidores, y la sociedad en su
conjunto, han incorporado diversos conocimientos que les permiten relacionarse con las
drogas de manera menos lesiva. Dicho de otro modo, la mayor familiaridad con las
drogas ha permitido el desarrollo de ciertos “aprendizajes sociales” que posibilitan a los
sujetos relacionarse mejor con las drogas, manejar ciertos riesgos y limitar el impacto de
los consumos.
La contención o retroceso de los problemas más graves con que tradicionalmente se
asocia el consumo de drogas no significa, ni mucho menos, que no se produzcan otro
tipo de problemas, mucho más frecuentes al afectar a una base de consumidores
mucho más amplia. La naturaleza de los nuevos problemas vinculados al consumo de
drogas y los ámbitos donde los mismos tienen un mayor impacto (los procesos de
socialización y maduración personal y la salud mental), explican por qué éstos no son
percibidos y reconocidos a nivel individual (por los propios consumidores) y social.
Asistimos a una tremenda paradoja: cuando los problemas asociados al consumo de
drogas tienen una extensión jamás conocida, la percepción social dominante no los
reconoce (recuérdese que la opinión pública ha desplazado a las drogas hasta una
posición testimonial entre los problemas que afronta en estos momentos la sociedad
española). Los nuevos problemas asociados al consumo de drogas son un gran medida
“problemas virtuales”, sólo percibidos por los profesionales del sector.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
b)
17
La consolidación de un modelo de ocio juvenil centrado en el consumo de drogas
Un elemento característico de las sociedades post-industriales es la modificación de la
estructuración en el uso del tiempo, con el surgimiento de un nuevo estilo de vida en el
que el ocio tiene un protagonismo creciente, en detrimento del tiempo dedicado al
trabajo o la formación. Una nueva cultura del ocio que implica asumir riesgos y que
facilita, entre otros comportamientos, el consumo de drogas.
Durante el fin de semana se desarrollan las actividades de ocio de carácter
eminentemente social, convirtiéndose en un espacio/tiempo para romper con la rutina y
las tensiones del trabajo o del estudio, y dedicado a la diversión y el “desmadre”. Ciertas
conductas de riesgo (el consumo de drogas en los fines de semana con fines recreativos
es un buen ejemplo de ello) están social y culturalmente aceptadas, no sólo por los
jóvenes que las practican, sino por el conjunto de la sociedad.
La asociación del consumo de ciertas drogas (alcohol, hachís y psicoestimulantes) con el
ocio juvenil ha adquirido tal arraigo entre los jóvenes que ha pasado a conformar un
elemento de referencia de su cultura. Ser joven implica ocupar el tiempo de ocio del fin
de semana en consumir drogas con los amigos/as para divertirse. Tal es la fuerza de esta
asociación que incluso se ha rebautizado a estas sustancias como drogas recreativas
(CALAFAT, A. et al, 2004).
Se trata de un fenómeno doblemente paradójico, no sólo porque ha convertido un
comportamiento minoritario, como es el consumo de drogas, en un elemento
determinante de la identidad juvenil (SANCHEZ, L. et al, 2004), sino porque ha hecho del
ocio un espacio donde se concentran los mayores riesgos para los jóvenes (accidentes,
agresiones, conductas sexuales de riesgo, etc.).
c)
La creciente influencia de la socialización en el grupo de iguales
Frente a la progresiva pérdida de influencia de las instituciones socializadoras clásicas
(familia, escuela, etc.), el grupo de iguales ha ganado un creciente protagonismo como
instancia socializadora. Es precisamente en el tiempo de ocio del fin de semana donde
tiene lugar de forma preponderante esta forma de socialización, en la que adolescentes
y jóvenes experimentan, comparten y aprenden de y con sus iguales. Ello explica la
importancia que las actitudes y comportamientos dominantes en el grupo de iguales
tienen como predictores de los consumos de drogas de sus integrantes, habiéndose
constatado reiteradamente la influencia del modelado de los iguales en los hábitos de
consumo de alcohol y otras sustancias (SCHEIER, LM. et al, 1997; REIFMAN, A. et al, 1998:
GARNIER, HE. STEIN, JA. 2002).
Las relaciones personales, y en particular las vinculadas con la amistad y el grupo de
iguales, son claves en el comportamiento de adolescentes y jóvenes. Las relaciones con
los amigos/as están presentes en prácticamente todos sus escenarios vitales, en especial
en aquellos relacionados con el ocio. Esta realidad, unida al papel que las drogas juegan
en los procesos de integración social, explica porqué las relaciones grupales son claves
en el inicio y la continuidad del consumo de drogas (SÁNCHEZ, L. et al, 2007; RODRÍGUEZ,
E. et al, 2008). Una influencia que se relaciona con los aprendizajes sociales que se
realizan en el grupo de iguales y con los procesos de reforzamiento que se producen en
su seno. Ello a pesar de que los jóvenes afirman sentirse totalmente libres en su grupo de
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
18
iguales, negando la influencia del mismo sobre su comportamiento, en un afán de
reivindicar la independencia, rasgo característico de la psicología adolescente y juvenil.
La identidad grupal de los jóvenes se construye en base a un doble proceso de cohesión
interna y diferenciación externa (ser distintos a otros grupos). Precisamente las
representaciones sociales (las ideas, actitudes, valores y posiciones compartidas ante
determinados aspectos de la vida dentro del grupo) contribuyen al reforzamiento del
sentido de pertenencia y adhesión al grupo. Por ello, la influencia ejercida por los iguales,
sobre la base de unas representaciones sociales compartidas, es clave en la instauración
de ciertos hábitos, entre ellos el consumo de alcohol y otras drogas.
El grupo de iguales constituye un importante apoyo en el proceso de construcción de la
identidad de los adolescentes y jóvenes, confiriendo a sus integrantes un sentimiento de
pertenencia y adhesión, un entorno seguro y un espacio de reconocimiento, aceptación
y apoyo, aspectos todos ellos trascendentales en la transición hacia la vida adulta. Pero
el grupo puede actuar como contexto de riesgo en la medida en que inhiba la
responsabilidad individual y la libertad para tomar decisiones, favorezca la excesiva
dependencia y conformismo o facilite la instauración de conductas inadecuadas, tales
como el consumo de drogas u otras conductas problema (LAESPADA, T. 2009).
El inicio del consumo adolescente en el grupo de iguales propicia la sensación de
acceder a algo prohibido que escapa a la tutela de los padres o de otras figuras de
autoridad, y que proporciona la posibilidad de compartir nuevas experiencias con sus
iguales, en lugares y horarios que hacen propios, por contraposición a los del mundo
adulto. El consumo de drogas en el grupo de iguales actuaría como una forma más de
cohesión y de identidad grupal, como la imagen personal o cualquier otra conducta
seleccionada para definir un estilo de vida vivido como propio.
El ocio de tipo social compartido con los iguales resulta clave para comprender la
instauración de ciertos hábitos de consumo de drogas, no sólo porque se trate de un
espacio de riesgo donde se producen la mayor parte de los consumos, sino porque es ahí
donde colectivamente los jóvenes construyen las representaciones sociales de las
drogas. El resultado de este proceso socializador es un determinado imaginario social,
que será determinante en las decisiones que a nivel individual adopten los jóvenes a la
hora de decidir consumir o no drogas.
En la lectura de los riesgos relacionados con el consumo de drogas, conviene destacar el
hecho de que las drogas son un elemento clave en la integración social de los jóvenes.
Este elemento de la identidad juvenil está tan arraigado que, a pesar de ser una minoría
los jóvenes consumidores, no consumir drogas es percibido como un potencial elemento
de exclusión social. La resultante del proceso es que los jóvenes que no consumen, que
no se ajustan al estereotipo que les presenta como transgresores y en disposición de
asumir riesgos, comienzan a ser percibidos como bichos raros, que no se ajustan al
modelo juvenil dominante.
Se trata de un factor determinante en la visión de los riesgos. Cuando está en cuestión la
integración social (sin duda la máxima prioridad para adolescentes y jóvenes) es lógico
que la percepción del riesgo tienda a reducirse, mientras que aumenta la percepción de
los beneficios que implica el consumo. Una dinámica que no sólo propicia el consumo de
drogas, sino que dificulta la puesta en marcha de medidas de autocontrol.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
3.3.
19
Lectura de los riesgos y beneficios que los jóvenes realizan de los consumos
de drogas
El riesgo es una construcción social, histórica y culturalmente cambiante (DOUGLAS, M.
1996). Variables como la edad, el género, la clase social o las condiciones de vida
determinan la escala de valores de las personas y el nivel de riesgos con el que coexisten
o que están dispuestas a asumir.
Existe una tendencia general a realizar una lectura lineal de los riesgos atribuidos al
consumo de drogas, soportada en una interpretación del riesgo en clave racional, según
la cual una mayor percepción del riesgo se traduce en menores consumos. Esta
interpretación, aunque coherente y soportada en sólidas investigaciones
epidemiológicas, debe ser complementada con otras dimensiones de tipo subjetivo, que
permitan profundizar en la lectura que realizan los jóvenes de los riesgos y los beneficios
asociados a las drogas.
El proceso de construcción de la percepción del riesgo asociado a las drogas conlleva
un balance de los beneficios y daños, que habitualmente está muy alejado del discurso
de los expertos en drogodependencias (TULLOCH, J. LUPTON, D. 2003).
Sucede, además, que la aproximación de los jóvenes a los riesgos y beneficios que
comporta el consumo de drogas se realiza de forma bietápica. En una primera
aproximación predominan los elementos de carácter racional, lo que explica que la
percepción del riesgo asociada al consumo de drogas sea muy elevada, en particular en
el caso de las ilícitas y dentro de estas de sustancias como la heroína y la cocaína, que
sitúan en el extremo de sustancias con mayor peligrosidad. En esta aproximación formal
a la percepción de las drogas los jóvenes mantienen un discurso similar al de los adultos,
en el que destacan sus aspectos negativos (como su poder adictivo), claramente
superiores a sus potenciales beneficios, lo que determina que no merezca la pena su
consumo.
Sin embargo, esta aproximación inicial de tipo racional al riesgo percibido del consumo
de drogas se solapa con una segunda aproximación de tipo subjetivo, soportada en la
construcción social que los jóvenes, en general, y el grupo de referencia, en particular,
realizan del riesgo, así como en las propias experiencias de los sujetos con las sustancias.
Por ello, y esto es muy importante destacarlo, no existen opiniones y actitudes juveniles
únicas frente a las drogas, sino diversas categorías o modelos de posicionamiento ante
ellas (MEGÍAS, E. et al, 2006), del mismo modo que no existe una única lectura juvenil de
los riesgos asociados al consumo, sino diversas categorías que oscilan entre el rechazo
frontal a cualquier comportamiento que implique riesgos y la aceptación del mismo
como ingrediente básico y definitorio de la identidad juvenil, todo ello con diversos
posicionamientos intermedios (RODRÍGUEZ, E. et al, 2008).
Las experiencias personales de los sujetos y la construcción que de los riesgos asociados a
las drogas se realiza en el grupo de iguales y por el entorno social, permiten ajustar y
redefinir el discurso formal sobre las drogas, que expresa el deber ser, lo que el conjunto
de la sociedad considera que debe ser la respuesta frente a un comportamiento que
incide negativamente en la salud y el bienestar personal, familiar y social. Ello permite
relativizar el riesgo, que deja de ser cierto para pasar a la categoría de probable, y
legitimarlo en ciertas condiciones.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
20
De este modo, la mayoritaria percepción del riesgo atribuido a las drogas desde
posiciones formales, que las presenta como sustancias peligrosas cuyo consumo debe ser
evitado, se llena de matices cuando se contrapone a las experiencias personales y a las
lecturas que se realizan en el grupo de referencia. Así pues, el rechazo formal (y frontal)
inducido desde una primera aproximación racional al riesgo se compatibiliza con la
aceptación y legitimación del consumo de drogas en ciertos ámbitos, un proceso de
legitimación soportado en experiencias personales y de amigos y conocidos y en
determinadas atribuciones subjetivas a las sustancias.
De este modo, la mayoritaria percepción del riesgo atribuido a las drogas, que desde
posiciones formales se presentan como sustancias peligrosas cuyo consumo debe ser
evitado, se llena de matices cuando se contrapone a las experiencias personales y a las
lecturas que se realizan en el grupo de referencia. Así pues, el rechazo formal (y frontal)
inducido desde una primera aproximación racional al riesgo se compatibiliza con la
aceptación y legitimación del consumo de drogas en ciertos ámbitos, un proceso de
legitimación soportado en experiencias personales y de amigos y conocidos, así como en
determinadas atribuciones subjetivas a las sustancias.
La lógica que subyace a la lectura que realizan los jóvenes de los riesgos asociados al
consumo es contundente: los riesgos (genéricos y potenciales) están ahí, pero es
aceptable consumir en determinadas circunstancias y condiciones: en aquellas que se
corresponden con los patrones de uso dominantes entre los jóvenes.
Asistimos pues a un proceso de relativización subjetiva de los riesgos objetivos atribuidos a
las drogas, que hace que los mismos sean asumibles o no, dependiendo de quién
consuma, cuándo y cómo. Cuando los consumos se ajustan al patrón dominante, a las
normas y patrones de conducta compartidos con otros jóvenes (consumir porque se es
joven y para divertirse), son considerados como normales, legítimos e inocuos.
Este discurso, rediseñado desde la subjetividad y basado en la compatibilidad entre el
conocimiento (reconocimiento objetivo) de los riesgos que entraña el consumo de
drogas y la aceptación o legitimación de ciertas formas de consumo, se soporta en una
serie de elementos que se refuerzan mutuamente:
a) La diferenciación entre probar o consumir de forma ocasional y los consumos
problemáticos. Los riesgos asociados a la experimentación con las sustancias se
minimizan, concentrando los mismos en los consumos habituales que se relacionan
con la adicción. Una lectura, la de la adicción, que pasa por el mismo tamiz de la
subjetividad, y que explica que la misma sólo se asocie comúnmente a situaciones
extremas (donde el impacto del consumo sobre la salud física o mental y la vida
cotidiana del consumidor es claramente perceptible) a cuando los consumos
desbordan el espacio de la fiesta.
b) La capacidad auto atribuida por los consumidores para manejar de forma eficaz los
riesgos asociados al consumo, que se explicita en la idea del control del consumo.
Una capacidad de control que cada sujeto se atribuye a sí mismo, pero que tiende a
negar a terceros. Esta suerte de auto inmunidad atribuida frente al riesgo de adicción
explica porqué los riesgos tienden a proyectarse sobre los demás consumidores, con
frecuencia percibidos como débiles o viciosos, incapaces de ajustarse a las normas
en las cuales es legítimo consumir (en grupo dentro de contextos festivos).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
21
c) El retraso del riesgo en el tiempo, estableciendo diferentes niveles de riesgo a corto y
largo plazo. Una constante en la lectura del riesgo que realizan los jóvenes pasa por
proyectar el riesgo a largo plazo. Ello implica reforzar la idea de la incertidumbre del
riesgo y su condicionamiento a un patrón de consumo excesivo o problemático (muy
alejado del consumo ocasional en el fin de semana que practican numerosos
jóvenes), en el cual el sujeto intensifica el consumo y lo mantiene durante largos
períodos de tiempo, lo que provoca su pérdida de control sobre el mismo y la
aparición de graves riesgos.
d) La asunción de que el consumo ajustado a la norma comporta ventajas o beneficios.
Si bien la decisión de experimentar o de consumir de forma más o menos habitual
drogas dependerá del balance personal que cada persona realice de los riesgos y los
beneficios atribuidos al consumo, se constata que un porcentaje relevante de jóvenes
consideran que los beneficios del consumo superan en cantidad y calidad a los
riesgos, avalando la idea de que merece la pena experimentar con las drogas y
asumir sus riesgos.
e) Los beneficios que los jóvenes atribuyen al consumo (sentirse integrados, facilitar o
potenciar la diversión, aguantar más tiempo de fiesta, facilitar las relaciones
interpersonales, mejorar la sociabilidad, propiciar la desinhibición, etc.) se
corresponden con los efectos deseados o buscados con el mismo, que suelen
aparecer asociados a los consumos de tipo experimental u ocasional. Ello refuerza, no
sólo la atribución de beneficios, sino la propia idea de que la experimentación resulta
clave para poder tener una idea clara de los riesgos y beneficios y poder tomar una
decisión libre e informada acerca de consumir o no determinadas sustancias.
Las investigaciones epidemiológicas realizadas en las últimas décadas en nuestro país
reiteran una serie de elementos centrales que caracterizan la percepción del riesgo
asociado al consumo de drogas entre los jóvenes españoles (MEGÍAS, E. et al, 2006):
o
o
o
o
o
El éxtasis y las anfetaminas ocupan una posición intermedia entre el cannabis (la
droga ilícita a la que se le atribuye el menor riesgo) y la heroína y la cocaína en
cuando al nivel de riesgo percibido.
La percepción del riesgo es inversamente proporcional a los consumos de drogas
ilícitas que realizan los jóvenes.
Para todas las sustancias las mujeres registran mayores niveles de riesgo percibido que
los varones.
Los jóvenes de menor edad presentan una percepción del riesgo asociada al
consumo de drogas ilícitas más baja, que aumenta a medida que lo hace la edad.
Los jóvenes que consumen drogas de manera frecuente presentan una percepción
del riesgo por debajo del conjunto de la población juvenil.
Respecto a la percepción de los beneficios atribuidos al consumo de drogas, los
elementos básicos serían:
o
o
La abrumadora opinión existente entre los jóvenes acerca de que las drogas no
tienen o tienen pocos beneficios, una opinión que en el caso del éxtasis y la cocaína
sostiene aproximadamente el 90% de los jóvenes.
Existe una correlación inversa entre la percepción del riesgo y los beneficios atribuidos
al consumo, de manera que según desciende el nivel percibido de riesgo aumentan
los beneficios atribuidos.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
o
o
o
o
22
A medida que aumenta la edad se observa una tendencia a atribuir más ventajas o
beneficios al consumo de drogas ilícitas.
Los chicos atribuyen más beneficios que las chicas al consumo de todas las drogas y
se muestran actitudes más permisivas y proclives al consumo. Por el contrario, las
chicas se muestran más precavidas y reticentes frente al consumo.
Los consumidores frecuentes atribuyen más beneficios al consumo que el conjunto de
los jóvenes.
No existen diferencias destacables entre los jóvenes y los adultos en cuanto a la
lectura que realizan de los riesgos y beneficios del consumo de drogas.
En todo caso, y como ponen de relieve estas investigaciones, no existe una actitud
uniforme entre los jóvenes acerca de las drogas, como tampoco la hay de los riesgos y
beneficios atribuidos a su consumo. Algunos estudios (MEGÍAS, E. et al, 2006) han
identificado la presencia de una serie de modelos o categorías a las que se adscriben los
jóvenes, a) una percepción realista del fenómeno, actitud que aglutina al mayor número
de jóvenes y que compagina la responsabilidad en su manejo y la reticencia y/o rechazo
a su consumo, b) un rechazo frontal que aboca por su desaparición, c) la resignación o
fatalidad: las drogas no tienen solución, siempre estarán presentes y es imposible
manejarlas y d) una actitud proclive a su consumo y a su normalización. Esta última
actitud proclive al consumo es la que menos adhesiones concita entre los jóvenes.
Por lo que se refiere a la lecturas de los riesgos, los jóvenes se adscriben a una serie de
grandes categorías, relativamente uniformes: a) quienes se identifican con el estereotipo
juvenil, que incluye la asunción de riesgos y el consumo de drogas como una experiencia
necesaria para la integración y el disfrute en el tiempo de ocio, b) quienes formulan un
rechazo frontal a los comportamientos que supongan el quebrantamiento de las normas
y la asunción de riesgos, c) quienes apuestan por las nuevas experiencias y consideran
que los beneficios del consumo superan a los riesgos y d) quienes se muevan en la
contradicción de afirmar los riesgos que, en general, suponen los consumos, pero que
banalizan los riesgos del consumo propio (RODRÍGUEZ, E. et al 2008).
Es importante tener en consideración el hecho de que los comportamientos de riesgo
cumplen importantes funciones entre los jóvenes: facilitan su integración grupal, les
otorgan cierto protagonismo social, potencian su sensación de poder, escenifican el
rechazo a la autoridad y a las normas sociales impuestas por los adultos, etc.
Son múltiples los factores que convergen y explican las lecturas que los adolescentes y
jóvenes realizan de los riesgos y que propician su implicación en este tipo de conductas,
en su mayoría relacionados con ciertos rasgos de la personalidad de estos colectivos y
con los procesos de construcción de la identidad personal (LAESPADA, T. 2009):
o
o
o
o
La asunción de riesgos en la adolescencia es una conducta bastante generalizada,
con independencia de la clase social o grupo de referencia.
El afán exploratorio característico de los adolescentes, la búsqueda de nuevas
sensaciones, les hace proclives a asumir conductas que comportan riesgos, que no
generan un temor especial, puesto que perciben los riesgos como eventos cotidianos
en el mundo en que viven.
Se sienten llenos de vitalidad y energía, invulnerables, inmunizados frente a cualquier
riesgo.
La necesidad de pertenencia al grupo es, en general, muy fuerte, por ello si los
amigos/as asumen riesgos, ellos/as también lo harán para ser aceptados. La
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
o
o
o
o
o
o
o
23
posibilidad de verse excluido/a del grupo actúa como elemento de presión, que
puede llevarles a comportarse de manera diferente a la que adoptarían
individualmente, asumiendo riesgos que en otras condiciones no aceptarían.
No perciben la “presión” de los iguales para adoptar determinados comportamientos,
puesto que la necesidad de reafirmar la propia identidad individual les obliga a
rechazar cualquier tipo de influencia o presión.
Aceptan conductas de riesgo en sus amigos porque interferir en las mismas supone
actuar como lo harían los adultos.
Tratan de inculcarse sus propios valores y no quieren ser identificados con los valores
de sus progenitores.
Muchos adolescentes son conscientes de que el comportamiento de sus iguales
ejerce influencia sobre sus decisiones, atribuyendo su conformidad en el
comportamiento a una curiosidad general sobre lo que hacen sus amistades y al
deseo de integrarse en el grupo.
Cuando el apoyo familiar es escaso los adolescentes son más vulnerables a la
influencia de los pares y más proclives a buscar su aprobación a través de la
realización de conductas de riesgo.
La necesidad de transgredir las normas de los adultos es una razón de peso para
explicar la asunción de riesgos, que además resulta excitante por el sentido de
aventura que implica. Asumir riesgos y rebelarse sirve como impulso simbólico para
liberarse del control parental. Además, si cuando mantienen una conducta de riesgo
no hay castigo o no surge un daño, aumenta su sensación de invulnerabilidad, lo que
favorece el deseo de reiterar la trasgresión.
Viven tan intensamente el presente que sólo se preocupan por el aquí y el ahora, y no
por las cosas que puedan pasar en el futuro. Los humanos aprendemos de las
consecuencias negativas y positivas de nuestros comportamientos acumulativamente
a lo largo de la vida, pero la mayoría de adolescentes carecen de una experiencia
suficientemente amplia como para que relacionar sus acciones con las
consecuencias a largo plazo de las mismas.
El hecho de que numerosos jóvenes experimenten con diferentes drogas, a pesar de ser
conocedores de las posibles consecuencias negativas que pueden derivarse de este
comportamiento, se explica porque atribuyen a esta conducta beneficios que
compensan los riesgos. La percepción del riesgo incorpora esta doble faceta de
riesgo/beneficio y del balance que cada sujeto realiza de ambas dimensiones se deriva
el que jóvenes que tienen la posibilidad de consumir drogas respondan, en algunos casos
experimentando con las mismas y en otros rechazando su consumo.
Como señalan algunos autores (PARKER, H. et al. 1998), el consumo de drogas no está
únicamente ligado a una respuesta pasiva frente a la oportunidad y/o el incentivo de
uso, sino que las decisiones sobre el consumo están relacionadas con las apreciaciones
del beneficio y del riesgo que supone el consumo.
Un estudio realizado entre adolescentes (TRUJILLO, AM. et al, 2007), que analizó 9
variables asociadas a la percepción del riesgo (conocimiento del riesgo, miedo a los
riesgos, riesgo personal, riesgo a terceros, beneficios o placer, presión de los iguales,
admiración, evitación y facilidad para hacerlo) de cuatro actividades relacionadas con
el consumo (beber alcohol los fines de semana y en reuniones sociales, fumar tabaco
como mínimo una vez al día, fumar marihuana con regularidad -1 o más veces por
semana- y probar drogas como la cocaína, la heroína o pastillas), puso de relieve que la
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
24
variable de percepción de placer o de beneficios es la que explica, en mayor grado, la
intención de consumo de las cuatro sustancias estudiadas.
Estos datos sugieren que el placer o los beneficios percibidos influyen de modo
consistente y evidente en la intención de consumir y en la frecuencia de su uso en la
mayoría de las sustancias. El estudio confirmó, no sólo que la decisión de usar o no
sustancias psicoactivas está relacionada con la percepción de los beneficios y los riesgos,
sino además que en los adolescentes de mayor edad los beneficios percibidos o
atribuidos al consumo son los mejores determinantes de la intención de consumir una
sustancia, más aún que los riesgos percibidos. Unos resultados coincidentes con los
formulados por (PARSONS, J.T. et al, 1997). Estamos por tanto ante un hecho de enorme
relevancia desde la perspectiva de las políticas de prevención, puesto que en la
configuración de la percepción del riesgo asociado al consumo de drogas (y por
extensión de la probabilidad de que se produzcan los consumos) los beneficios tendrían
mayor peso o influencia que los riesgos.
Las experiencias personales de consumo son un aspecto que afecta de manera
importante a la percepción de los riesgos asociados a las drogas ilícitas. Entre los jóvenes
no consumidores de psicoestimulantes los riesgos atribuidos al consumo de estas
sustancias son muy superiores a sus potenciales ventajas, pero un dato revelador es que
la percepción del riesgo es también muy elevada entre los consumidores, grupo en el
cual los riesgos atribuidos al consumo superan a las ventajas, lo que no les impide seguir
consumiéndolas.
Como han puesto de relieve estudios realizados entre jóvenes europeos (CALAFAT, A. et
al, 2001a), para un elevado porcentaje de consumidores de éxtasis y anfetaminas esta
conducta implica asumir un cierto riesgo, del que se obtiene una gratificación que va
más allá de las ventajas que proporciona la propia sustancia consumida. De hecho, para
un sector minoritario de consumidores de éxtasis el riesgo actúa como factor de
atracción, más que de rechazo, como lo evidencia el hecho de que al menos uno de
cada cinco consumidores de éxtasis no considera importante conocer la composición
de las sustancias que ingieren.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
3.4.
25
El discurso de los consumidores sobre los riesgos asociados al consumo
Puesto que las experiencias de consumo influyen en las percepciones del riesgo, resulta
de gran interés conocer el posicionamiento de los jóvenes consumidores sobre las drogas
y sus riesgos y beneficios.
El discurso de los consumidores sobre las drogas se soporta en la normalización de los
consumos y en el carácter irremediable de los mismos. El primero de los componentes del
discurso (normalización) es en gran medida coincidente con el imaginario colectivo
existente sobre las drogas, y se apoya en la idea de que las drogas constituyen un
elemento más de la identidad juvenil, claves en su forma de ocupación del ocio, cuyo
uso se irá extinguiendo progresivamente a medida que los jóvenes maduren y asuman
responsabilidades que resulten incompatibles con los consumos.
Lo novedoso y diferencial del paradigma en torno al cual se construye el discurso de los
jóvenes consumidores es la supuesta inexorabilidad de los consumos. Puesto que el ocio
ocupa un papel central en la vida de los jóvenes, y las drogas son un elemento inherente
a ese espacio/tiempo, éstos deben convivir necesariamente con las drogas, dado que
resulta prácticamente imposible abstenerse de su consumo al no existir ninguna otra
alternativa, al soportarse los actuales modelos de ocio en el consumo de drogas
(MEGÍAS, I. 2008).
Este posicionamiento endogámico de los consumidores, que les lleva a generalizar sus
propias conductas al conjunto de los jóvenes (“todos los jóvenes consumen drogas”),
busca en último extremo legitimar su comportamiento, puesto que supuestamente
actuarían como lo hacen los jóvenes. Una percepción está en gran parte influenciada
por el carácter endogámico, cerrado, de ciertos ambientes festivos (en particular de
aquellos donde se producen consumos de psicoestimulantes), en los que los
consumidores se relacionan con otros consumidores con quienes establecen afinidades
y complicidades, y que resultan en gran medida inaccesibles a otros jóvenes no
consumidores. En este sentido debe recordarse el papel que los consumos juegan como
reforzadores de la identidad grupal de los consumidores y diferenciador de otros grupos
que, bien no consumen, o que consumen otras sustancias.
Lo paradójico de esta visión endogámica y claramente distorsionada de la realidad que
mantienen los jóvenes consumidores (es evidente que no todos los jóvenes consumen
drogas, ni siquiera la mayoría lo hace) es que la misma acaba siendo aceptada por el
grueso de los jóvenes, incluso por parte de los no consumidores, que pueden llegar a
sentirse como “bichos raros” al no participar de aquello que supuestamente caracteriza
a los jóvenes (consumir drogas). Así pues, el discurso de los consumidores (una minoría)
acaba calando en el conjunto de los jóvenes.
El paradigma de la normalización y la inexorabilidad de los consumos se soporta en los
siguientes elementos (MEGÍAS, I. 2008):
¾ La pérdida de cualquier connotación de marginalidad de los consumos y su
aceptación en los contextos lúdicos de carácter grupal. La estigmatización del
consumo de las drogas ilegales entre los jóvenes, ha dado paso a una imagen social
más neutra, que la acerca a los rasgos de cualquier otro consumo tolerado. El
discurso de censura o rechazo resulta globalmente poco atractivo y carente de
fuerza para los jóvenes en estos momentos.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
26
¾ La indisoluble relación entre la noche, la fiesta y los jóvenes, en cuyo desarrollo las
drogas resultan determinantes.
¾ La ignorancia e infravaloración de los riesgos reales del consumo. Una constante en el
discurso de los consumidores es la despreocupación por el impacto de los consumos
en el medio y largo plazo, cuyos riesgos son percibidos como inciertos y lejanos. Para
la inmensa mayoría de jóvenes consumidores lo único importante es el hoy, el ahora, y
ya habrá tiempo de preocuparse por los problemas cuando aparezcan, si es que lo
hacen.
Vivir el presente es un valor de referencia y una actitud genuinamente joven, que facilita
el consumo de drogas. Esta actitud es esgrimida como explicación del desajuste que se
produce entre su conocimiento sobre los riesgos que entrañan las drogas y la conducta
de los consumidores: saben que son nocivas para su salud en sentido general y que
pueden entrañar graves riesgos, incluso inmediatos, pero igualmente las consumen. Ello
porque los consumidores muestran una clara tendencia a despreocuparse por el futuro y
lo que pueda ocurrir. Viven el presente sin pensar en las consecuencias negativas que
puede tener el consumo de drogas a medio o largo plazo sobre la salud y otros ámbitos
de su vida.
Dada su relevancia, nos detendremos en el análisis del posicionamiento de los
consumidores de drogas sobre cuatro aspectos estrechamente relacionados con la
percepción del riesgo y su impacto sobre los consumos: la información sobre las drogas,
las consecuencias de los consumos, las motivaciones para iniciarse al mismo y la
percepción del riesgo.
1. La información sobre las drogas y su influencia en la percepción del riesgo
Del paradigma de que los consumos son inevitables, definitorio del discurso de los
consumidores, deriva la exigencia de normalizar la presencia de las drogas (las drogas
están ahí y debemos aprender a convivir con ellas). Una normalización que pasa,
inexorablemente, por modificar la información que se trasmite sobre las drogas y sus
efectos, que no oculte lo que de positivo tienen los consumos y que delegue en la
capacidad, madurez y autonomía de los sujetos la decisión de consumirlas o no. De
hecho, una constante en el discurso de los consumidores es la reivindicación de su
capacidad para decidir libremente sobre sus comportamientos con relación a las drogas.
Los consumos forman parte de la teórica capacidad de cada cual para relacionarse
adecuadamente con las drogas, así como de la irrenunciable autonomía personal para
hacerlo (consumo porque puedo, quiero y decido hacerlo). El punto central de la
relación de los consumidores con las drogas es que, cuando consumen, saben lo que
hacen y juegan de manera consciente con el riesgo que implican determinadas
sustancias. Se reivindica pues la capacidad del individuo para decidir sobre cuestiones
que afectan a su cuerpo, lo que en el caso de los jóvenes implica además reafirmar que
se es maduro y responsable para ello.
Para hacer creíble la información institucional, los consumidores demandan, como
estrategia, que se de un tratamiento equilibrado de la información sobre las drogas,
destacando los aspectos positivos del consumo (a corto plazo) junto con los negativos
(que los consumidores sitúan a largo plazo). Esta demanda no deja de ser contradictoria
si se tiene en cuenta, que a los consumidores sólo les interesan los efectos a corto plazo,
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
27
tendiendo a ignorar los efectos a largo plazo. En suma, el tratamiento informativo sobre
las drogas que reclaman los consumidores pretende que ratifique la bondad de los
consumos a corto plazo, para legitimar su propio comportamiento, o si se prefiere, para
difundir argumentos “desproblematizadores” de los consumos. Esta demanda de
información se complementa, en el caso de los consumidores más habituales, con la
exigencia de informaciones que les permitan reducir los efectos adversos derivados del
consumo.
La información sobre las drogas y su influencia en la percepción del riesgo es una
cuestión de gran relevancia, no en vano uno de los axiomas sobre los que se han
apoyado hasta fechas recientes los programas de prevención es que el nivel de
información sobre las drogas y sus consecuencias se asocia con la frecuencia de los
consumos, un axioma que queda explicitado en el eslogan “más información, menos
riesgos”. En relación a esta cuestión conviene destacar un dato que podría parecer
contradictorio en una primera lectura, como es que en general los adolescentes y
jóvenes españoles expresan un amplio conocimiento sobre las drogas y sus efectos, tanto
en el caso de los no consumidores de drogas, como también en el de los bebedores
abusivos, los consumidores de cocaína, heroína y anfetaminas y, en especial, los
policonsumidores (GÓMEZ, E. et al, 2006).
La explicación a esta aparente contradicción habría que buscarla, no tanto en la
cantidad de información, como en la calidad de la misma. Como es sabido, entre las
informaciones a las que acceden los jóvenes acerca de las drogas y sus consecuencias
algunas destacan sus aspectos positivos o placenteros, mientras que otras enfatizan los
aspectos negativos y los peligros potenciales de su uso, cuestión que nos remite a los
procesos de acceso a la información y a la calidad de las fuentes. Los jóvenes adquieren
la información sobre las drogas de forma espontánea en distintos ámbitos de relación
(compañeros de estudios o trabajo, amigos, familia, etc.), o bien de manera orientada
por parte de diversas instituciones socializadoras, cuando no directamente en base a las
propias experiencias personales. Como ponen de relieve diferentes estudios, la
información obtenida de forma espontánea suele actuar como inductora o
favorecedora de los consumos, a diferencia de la información orientada, a la que suele
atribuirse un papel inhibidor de los mismos.
Un aspecto central para comprender el discurso de los jóvenes en relación a los riesgos y
beneficios asociados al consumo de drogas es que la cuestión de si las drogas son
buenas o malas queda relegada en la práctica a un segundo plano, siendo lo relevante
la cuestión de si se saben utilizar o no estas sustancias. Para los jóvenes la ecuación “más
información, menos riesgo” queda desplazada por otra: “información más experiencia,
igual a control”, que para ellos es la llave de acceso a un consumo no dañino, en
especial de las sustancias que a su juicio más riesgos encierran, como las pastillas y la
cocaína (GÓMEZ, E. et al, 2006).
Este posicionamiento es coherente con el hecho de que una demanda recurrente de los
jóvenes sea la de obtener una información objetiva de fuentes neutrales (lo que en
muchos casos excluye a los padres, por más que contradictoriamente esta sea la fuente
que con frecuencia señalan entre las que proporciona la información más útil), frente a
los mensajes alarmistas, simplificados o “preparados” para condicionar sus conductas.
Porque lo que los jóvenes reivindican es saber la verdad para poder tomar sus propias
decisiones, preservando sus opciones de consumo.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
28
2. Las consecuencias percibidas del consumo
Las consecuencias del consumo suelen ser infravaloradas por los consumidores, quienes
consideran que un uso no frecuente o no abusivo puede ser controlado. Se interioriza de
este modo un falso y excesivo grado de confianza sobre el control del consumo. Entre los
jóvenes existe la creencia implícita de mantener alejados los posibles daños a largo
plazo, al tener un consumo reducido, sin que lleguen a plantearse que pueda ser
perjudicial un consumo de tipo ocasional. Este exceso de confianza en la capacidad de
control que expresan los jóvenes consumidores, unido a la infravaloración de las
consecuencias derivadas del consumo y a los efectos gratificantes que suelen
acompañar los contactos iniciales con las sustancias, actúan como elementos que
propiciarían la reiteración de los consumos (GÓMEZ, E. et al, 2006).
Esto explica porqué en el discurso de los jóvenes se observa una generalizada defensa
del consumo, en especial de aquellos de tipo experimental, siempre que se establezcan
determinados limites. Probar las drogas es percibido como un mecanismo esencial para
conocer las drogas, sus efectos y consecuencias, como una vía legítima para decidir o
no consumirlas y elegir qué, cómo, cuándo y cuánto consumir. Pero probar es, además
de una forma fundamental de (auto) conocimiento directo, una experiencia gratificante
que se asociada al descubrimiento de novedades, no en vano experimentar cosas
nuevas es un valor de referencia para numerosos jóvenes.
Aunque se trata de un planteamiento más verbalizado y elaborado entre los jóvenes de
más edad, en la base de las conductas de todos los jóvenes cercanos al consumo se
percibe el consumo de drogas como un espacio abierto a la experimentación, donde los
riesgos y peligros han de afrontarse desde la información/racionalidad individual y el
control, más que desde planteamientos y regulaciones impuestos a priori desde fuera,
que generan desconfianza porque se perciben como simplificados, limitados o
exagerados, y más orientados a asustar que a informar.
Entre los jóvenes el término probar es identificado como una instancia intermedia de
control entre el no consumo y el consumo excesivo que permite, sin renunciar a la
experiencia gratificante, mantener bajo control los elementos de riesgo/peligro.
Como se ha indicado anteriormente, la cuestión clave para los jóvenes cercanos a las
drogas es saber o no utilizarlas. Saber utilizarlas significa para los jóvenes no generar
adicción o dependencia, una de las consecuencias más temidas en general, aunque no
percibida como demasiado real o próxima. Se busca poder vivir una experiencia
gratificante sin llegar a engancharse, sin perder el control. Por tanto, y en general, los
jóvenes consumidores piensan que todas las drogas encierran cierto peligro (con
diferentes intensidades), pero que puede ser evitado manteniendo cierta racionalidad
en el consumo. Dicho de otro modo, perciben que se puede jugar con las drogas sin ser
vencidos por ellas (MEGÍAS, I. 2008).
Buena parte de los discursos de los jóvenes consumidores asumen que crecer y madurar
equivale a reducir y restringir el consumo de drogas, en base a la asunción de nuevas
responsabilidades y a la incompatiblidad del consumo con el normal desarrollo de las
actividades cotidianas. Por ello, y a pesar de que los consumidores tratan de normalizar el
uso de sustancias, siguen vinculando su consumo a espacios vitales concretos como la
adolescencia y la juventud.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
29
En la visión que los consumidores mantienen de las drogas, un punto generalmente
aceptado es la asunción de que saben que consumir es nocivo, lo cual no significa que
no se recurra a justificaciones teóricas para seguir jugando con las drogas: “puesto que
las drogas producen efectos diferentes según las personas, no tengo que fiarme de lo
que les pase a los otros, puesto. A mí no tiene porque pasarme lo mismo o sentarme mal
consumir”. Paradójicamente, el hecho de que los efectos de las drogas sean
imprevisibles, lo que debería ampliar el repertorio de los riesgos asociados al consumo por
su ausencia de control sobre los efectos, se usa de forma engañosa para justificar un
“consumo consciente y responsable”.
3. Las motivaciones para consumir
La búsqueda del hedonismo (el disfrute, la diversión, la aventura y la experimentación de
nuevas experiencias), convertido en elemento característico de la identidad juvenil, está
en la base motivacional del consumo de drogas. Un hedonismo que se mezcla con una
exigencia de inmediatez, puesto que los jóvenes no conciben la satisfacción a medio o
largo plazo, sino que buscan la contraprestación instantánea. Una mezcla de
satisfacción y disfrute inmediato que aportan las drogas.
Entre los principales motivos verbalizados por los consumidores para probar y/o reiterar el
consumo de drogas se incluyen las siguientes:
o
El gusto por experimentar cosas nuevas, una experimentación que tiene al grupo de
iguales como referente esencial, el espejo en el que se reflejan los comportamientos a
seguir (experimentar lo que otros experimentan sin aparentes problemas y con
evidentes muestras de pasarlo bien).
o
La atracción por lo prohibido, no tanto desde la perspectiva de la rebeldía (que
también), sino como mecanismo de reafirmación de la propia voluntad (yo decido
sobre mi cuerpo).
o
Pero el grueso de los consumidores simplifican las motivaciones afirmando que
consumen porque les gusta y porque se lo pasan bien.
La influencia del grupo de iguales actúa como elemento motivador del consumo, no sólo
en los adolescentes, sino también entre los jóvenes adultos. La igualación de los
consumos funciona como un factor de cohesión e integración dentro del grupo. La
motivación de integración se convierte así, junto a la búsqueda del hedonismo, en uno
de los motores básicos de la iniciación y progreso en la relación con las drogas.
Los consumidores reconocen abiertamente que en la adolescencia el inicio del consumo
está condicionado esencialmente por el deseo de no desentonar del grupo y de
integrarse en el mismo, a través de la imitación de sus patrones de comportamiento. Una
motivación de tipo gregario que habitualmente se relativiza al hablar de los consumos
propios.
En los contextos lúdicos el grupo tiene una importancia clave: los consumos de fin de
semana, realizados en grupo, simbolizan la celebración de la diversión y la amistad y la
prueba de la integración, que hace que pierdan su dimensión de problemáticos
(inocuidad de los consumos grupales). Por ello los consumos problemáticos tienden a
asociarse con conductas aisladas, individuales (consumir solos).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
3.5.
30
La imagen de las sustancias y su impacto en las representaciones sociales
La normalidad de los consumos ha desplazado al viejo paradigma de la marginalidad
como referente de los discursos sociales dominantes sobre las drogas. Pese a ello, el viejo
paradigma focalizado en la heroína, sustancia que ilustra el carácter nocivo de las
drogas y la adicción y la pérdida de control del individuo sobre las drogas, sigue en cierto
modo condicionando las percepciones que, tanto jóvenes como adultos, mantienen
sobre las drogas. La imagen que se proyecta de los consumos de heroína constituye el
punto de referencia para clasificar los otros consumos y fijar la necesidad de su control.
De algún modo, los discursos juveniles (también de los adultos) sobre las diferentes
sustancias se construyen por contraposición al discurso existente sobre la heroína,
inequívocamente vinculado a la adicción, la enfermedad y el deterioro personal y social.
Este hecho tiene un efecto perverso sobre las percepciones de estas drogas. Aunque en
cierta manera sirve para recordar el efecto dramático de la adición, el estereotipo que
proyecta está muy alejado de la realidad cotidiana de los consumidores del resto de
sustancias, lo que contribuye a minimizar el impacto de su consumo. En general, sea cual
sea el patrón de consumo que mantenga una persona, el mismo será percibido como
muy alejado de la adicción y de los riesgos y daños que simboliza el consumo de heroína.
Las representaciones sociales que los sujetos tienen de las sustancias actúan pues como
moduladores de las actitudes y las percepciones del riesgo asociadas a su consumo.
Unas actitudes que están condicionadas tanto por factores de tipo cognitivo (creencias,
percepciones del riesgo, expectativas, etc.), como por factores afectivos
(identificación/rechazo con los usuarios de drogas, agrado o desagrado, etc.) y
comportamentales (disposiciones personales, resistencia a la incitación grupal, etc.).
Las sustancias y sus significados resultan fundamentales en los procesos de identificación
y/o diferenciación juvenil. Una forma de distinguir entre qué tribus o subculturas se
relaciona un sujeto es conociendo qué drogas consume y cuáles consumen sus
amistades (CALAFAT, A. et al. 2001 b). De hecho, en el ámbito de los psicoestimulantes
existe una división más o menos clara entre los consumidores de cocaína y de éxtasis.
Diferencias que afectan tanto al resto de sustancias que integran el repertorio de
consumo, como a la edad y al estatus social de los consumidores.
Los consumidores más ‘aristocráticos’ de cocaína marcan diferencias con otros
consumidores, especialmente con los consumidores de éxtasis. De alguna manera esas
dos sustancias dividen estilos de diversión entre dos subculturas. El éxtasis, que ha perdido
prestigio entre las élites, empieza a ser considerada una sustancia de los más jóvenes, de
menor categoría, de “bakaladeros” que gustan de una diversión más vinculada al baile y
a la masificación, que no aporta mayores alicientes.
Esta diferenciación no supone que no existan consumidores, en particular entre los más
jóvenes, con un consumo preferente de éxtasis y secundario de cocaína a lo largo de las
sesiones de marcha nocturnas. Un proceso bastante frecuente es que con el paso del
tiempo el consumo de éxtasis es desplazado por el de cocaína, quedando el éxtasis
como una droga complementaria y la cocaína como la droga principal. Esta transición
se atribuye a la pérdida de los efectos agradables del éxtasis por aparición de tolerancia
inversa y a necesidad o el deseo que experimentan muchos consumidores de éxtasis de
mejorar su estatus como consumidores a medida que se hacen mayores y tienen una
mayor disponibilidad económica.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
31
A) Percepciones y atribuciones de la cocaína
Diversos estudios realizados, para conocer las atribuciones que los consumidores de
cocaína realizan de esta sustancia (CALAFAT, A. et al, 2001a; CALAFAT, A. et al, 2001b;
ARÓSTEGUI, E. et al, 2007), muestran como la cocaína se vincula mayoritariamente a
valores, ideales y significados de tipo positivo y con personas con una posición social
elevada. Ello explicaría su creciente inserción en los entornos de tipo recreativo y, en
menor medida, laborales.
Los consumidores vinculan la cocaína con el placer, la diversión, el éxito y el prestigio
social. Ocupa además un papel clave en las relaciones sociales y en la fiesta (con sus
rituales de consumo colectivo y fetiche de celebraciones importantes), convirtiéndose en
un instrumento que ayuda a ligar. Ello explica el porqué entre los jóvenes el consumo de
cocaína está directamente relacionado con la vida recreativa y los espacios sociales
adjudicados al ocio y a la diversión.
La cocaína juega un importante papel en esa dinámica, puesto que quienes tienen
cocaína mejoran su posición en las relaciones de poder, por lo menos en el espacio
recreativo: son la imagen del éxito, de capacidad de consumo, aguantan más tiempo
de fiesta, transmiten sensación de mayor disfrute, superan límites físicos al lograr que sus
cuerpos se mantengan con energía y permanezcan despiertos, pueden beber sin
experimentar embriaguez, etc.
Con independencia de que los consumos de cocaína se realicen habitualmente en
espacios sociales o colectivos, esta sustancia se asocia a una simbología con un fuerte
componente individual e instrumental. El análisis de las motivaciones expresadas para
consumirla por quienes tienen contacto con esta droga (para divertirse, sentir placer,
olvidar problemas, recuperarse de una borrachera, sentirse superior, superar retos, logra
un mayor rendimiento, ser más competitivo, obtener prestigio, etc.) muestra como los
ideales simbólicos que acompañan y justifican el consumo de cocaína tienen siempre
una trascendencia individual. Todas ellas son razones egocéntricas que buscan
satisfacciones únicamente personales. Como señalan Calafat y colaboradores (2001b),
la necesidad de consumir en compañía se ajusta a un ritual en el que el consumidor
demuestra al lado de quién está y se relaciona, en el que se pactan relaciones de
solidaridad, se demuestra atrevimiento y los otros sirven de espejo de uno mismo. Sin la
mirada de los otros el consumo individual perdería escenario y con ello buena parte de
su motivación estética. (CALAFAT, A. et al. 2001 b).
Todos estos elementos contribuyen a situar a la cocaína como la reina de las drogas,
tanto por la potencia de sus efectos, como por la imagen positiva que se atribuye a sus
consumidores. La imagen positiva de la cocaína se ha construido por oposición o
contraste a todo lo que de negativo representaban los consumidores de heroína. Frente
a lo antiguo, lo marginal y el fracaso personal y social, la cocaína simboliza lo nuevo, la
integración, el éxito social y el prestigio. Esta positiva percepción social de la cocaína,
elaborada entre quienes participan en su consumo y distribución, actúa como una suerte
de muralla que impide que calen en ella los aspectos negativos que se asocian a su
consumo (sustancia adictiva, objeto de tráfico, etc.).
Si bien el consumo responde a objetivos de tipo instrumental e individual (divertirse,
obtener placer, mayor aguante físico, contrarrestar el efecto del alcohol, mejorar la
posición de prestigio en el grupo, etc.), el mismo sigue un ritual colectivo en el que se
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
32
refuerza la solidaridad entre los sujetos consumidores. Una solidaridad entre los miembros
del grupo consumidor que se vincula a los consumos positivos, controlados, y que se
rompe con quienes realizan consumos problemáticos, que pasan a ser vistos como
fracasados, sujetos débiles que no han sabido estar a la altura de las circunstancias. El
éxito está en consumir sin traspasar la línea del abuso, o por lo menos que la adicción no
adopte signos visibles. Y es que los significados atribuidos al consumo de cocaína, así
como las relaciones e interacciones entre sus consumidores, están claramente
condicionados por la categoría de referencia.
En la ya clásica clasificación que se ha realizado de los consumidores de cocaína
(CALAFAT, A. et al, 2001; CALAFAT, A. et al, 2002), se diferencian tres arquetipos de
consumidores (aristocráticos, recreativos y atrapados) en base al estilo de consumo y al
lugar que la cocaína ocupa en sus vidas.
Los consumidores aristocráticos son quienes generan el discurso imperante en torno a la
cocaína, actúan como legitimadores de su uso sobre la base de la posibilidad de control,
que ellos tienen la oportunidad de ejercer, y son una de las fuentes principales de
transmisión de los mitos existentes sobre esta sustancia. Consumen de manera ocasional,
en situaciones especiales, de forma discreta y jactándose de saber controlar el consumo,
que realizan en espacios más selectos y privados, rodeados de consumidores de su
misma clase, participan de un modelo de diversión más alejado del baile y las discotecas
y marcan diferencias con otros consumidores de psicoestimulantes, como por ejemplo los
de éxtasis. Para ellos consumir drogas es disfrutar de la vida, y diferencian mucho entre su
estilo de consumo ‘inteligente’ y el que hacen los otros: un consumo más banal, más
orientado a un consumo masivo o a la evasión de los problemas. A pesar de ser uno de
los grupos menos visibles y numerosos en los ambientes juveniles, tiene una gran influencia
y capacidad definitoria de la cocaína. Puede decirse que esté grupo es quien más
contribuye a la definición que la cocaína adopta en el imaginario de los consumidores.
Los consumidores recreativos, que serían el grupo más numeroso y visible, vinculan el
consumo de cocaína con la diversión, las relaciones grupales y los contextos lúdicos. Este
colectivo está conformado por jóvenes de reciente incorporación al consumo, en
proceso de consolidación como profesionales o como adultos, y son el grupo receptor
de los mitos. Para ellos la cocaína es una droga más (aunque la más codiciada) de todo
el repertorio de sustancias que han probado y a las que pueden optar cuando salen a
divertirse, Consumen cocaína en espacios lúdicos, junto con otras drogas recreativas
(alcohol y cannabis fundamentalmente). Consumir cocaína y aprender a controlarla es
su objetivo, un reto que no siempre consiguen.
Los consumidores atrapados o de riesgo, son aquellos individuos pertenecientes
originalmente al grupo de recreativos que realizan un consumo más compulsivo y
quedan atrapados en la adicción. En este grupo la cocaína ocupa un lugar central, en
la dinámica vital de los sujetos, no sólo en su vida recreativa. Son policonsumidores
compulsivos (además de cocaína consumen éxtasis, alcohol, cannabis, etc.) y buscan en
las drogas una solución a sus intereses emotivos, económicos y sociales. La adicción
marca toda la dinámica de consumo, en el que se alternan periodos de uso compulsivo
seguidos de breves periodos de abstinencia autoimpuesta como resultado de la
saturación cerebral de cocaína. Se trata de un grupo de alto riesgo, no sólo porque
realicen un consumo abusivo, sino también porque es frecuente que trafiquen con
cocaína (exponiéndose a ser detenidos). Es frecuente que entren en una dinámica de
rupturas familiares y que mantengan relaciones débiles en su contexto de amigos, muy
vinculadas a la cocaína.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
33
Existen además consumidores marginales, en su mayoría heroinómanos o exheroinómanos, algunos en tratamiento con metadona, que tienen una subcultura
particular.
Lo relevante es que en estos flujos de información acerca de la cocaína, entre los
emisores (aristocráticos) y los receptores de la misma (recreativos), lo que se manejan son
elementos simbólicos (prestigio, ascenso social, capacidad para relacionarse). Un capital
que unos creen poseer y los otros desean, lo que facilita los procesos de diferenciación
social de los consumidores. Pero además, en el caso de la cocaína, sirve para diferenciar
a sus consumidores de los “pastilleros” y “consumidores de drogas de club”.
Son diversos los mitos que se trasmiten en torno a la cocaína a través de circuitos
informales, entre los que cabe mencionar:
o
Considerar que su consumo habitual en los fines de semana responde a un patrón de
uso (no de abuso), porque entre semana no se consume y los consumos se realizan
con la finalidad de divertirse.
o
Pensar que la dependencia psicológica es una cosa poco relevante, que lo
importante es la dependencia física y el síndrome de abstinencia, que no está claro
que produzca la cocaína.
o
Vincular la estabilidad de las dosis consumidas con la ausencia de problema de
abuso o dependencia.
o
Atribuir a la cocaína una sensación de pureza, que minimiza el riesgo de adulteración,
a diferencia de lo que ocurre con las pastillas.
Otro aspecto que merece ser destacado es que la cocaína afecta de manera distinta a
quienes la consumen. La presencia de consumidores capaces de gestionar el consumo,
que consiguen funcionar sin excesivos problemas, junto a otros que desarrollan una
adicción y se ven expuestos a múltiples problemas, hace que la cocaína sea percibida
como una sustancia peligrosa sólo para algunos individuos, no para todos. Ello contribuye
a fortalecer la idea de que el problema está en las personas que la consumen, unas
fuertes y otras débiles incapaces de controlarla, y no tanto en la sustancia.
Un reciente estudio sobre las atribuciones simbólicas de la cocaína entre la población
joven consumidora de esta sustancia (ARÓSTEGUI, E. et al 2007) aporta una visión
esclarecedora de las ventajas e inconvenientes que los propios consumidores asocian a
la cocaína. Ello a pesar de la resistencia que tienen los consumidores de cocaína a
reconocer los efectos adversos del consumo, debido al hecho de que la percepción
social dominante sobre la cocaína está construida sobre asociaciones de carácter
positivo. La mayoría de consumidores hace referencia a efectos positivos o agradables
relacionados con el carácter estimulante de la cocaína (euforia, hiperactividad,
desinhibición, etc.), que se traducen en una sensación de fortaleza, aumento de
confianza y bienestar tras el consumo, que contribuyen a la mejora de la integración
social y en los contextos de ocio. No obstante, algunos consumidores refieren
consecuencias desagradables como apatía, aislamiento personal, irritabilidad, agobio,
tensión o ansiedad tras el consumo de cocaína. Esta diferente lectura de los efectos del
consumo estaría relacionada con la sucesión de fases euforizantes y de decaimiento que
se producen habitualmente desde el momento de la administración de la cocaína.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
34
Aunque algunos consumidores, en especial los que mantienen un consumo menor o
limitado, consiguen funcionar en su vida diaria sin excesivos problemas, son mayoría los
consumidores que reconocen diversas dificultades asociadas al consumo de cocaína,
principalmente sus efectos negativos sobre la salud física y en especial sobre la mental.
Son también habituales las referencias a problemas de orden legal y, en menor medida,
a problemas de tipo familiar o económico.
En su discurso formal, los consumidores afirman que no es necesario consumir para
relacionarse y alternar en el ambiente en que se desenvuelven habitualmente, pero
luego reconocen que, estar en ciertos lugares de ocio a determinadas horas, ejerce una
influencia muy grande para consumir. De hecho el ambiente en el que se mueven y la
fiesta son, junto con ciertas motivaciones personales, los detonantes del consumo
identificados de forma más frecuente. No en vano, el consumo cumple un papel clave
en la integración social en los entornos lúdicos.
La influencia que el consumo tiene en las relaciones sociales no está exenta de
contradicciones. Frente a la posición mayoritaria que señala que las mismas no se ven
afectadas y que el consumo permite una mayor integración en los espacios de ocio y el
grupo de iguales, una minoría de consumidores indica un empeoramiento de sus
relaciones como consecuencia del mismo, en especial con las personas no
consumidoras. Este dato es congruente con el reconocimiento generalizado de que el
consumo condiciona las amistades y el grupo de pertenencia, en la búsqueda de una
mayor identificación con el mismo.
Cuando en un grupo coexisten consumidores y no consumidores es frecuente que los
consumos de cocaína provoquen el distanciamiento de las relaciones entre sus
miembros, o la separación del grupo cuando se hacen explicitas las diferencias entre
ambos colectivos.
Las opiniones de los consumidores participantes en el estudio ponen en cuestión algunos
mitos que rodean a la cocaína:
•
•
•
De forma unánime los consumidores reconocen la presencia de sentimientos
asociados a la rabia y la indignación cuando no pueden consumir cocaína,
Es mayoritaria la opinión de que la cocaína, lejos de potenciar el placer, disminuye la
respuesta sexual, dificultando las relaciones sexuales.
Los efectos positivos del consumo de cocaína en el rendimiento laboral se restringen a
los estadios iniciales del consumo, siendo frecuentes entre los consumidores las
referencias a la presencia de problemas laborales.
Por lo que se refiere a las connotaciones sociales del consumo de cocaína la gran
mayoría de los consumidores considera que en estos momentos no facilita prestigio
social, ni éxito, porque son plenamente conscientes de que puede generar adicción,
problemas psicológicos e incluso la muerte. El reconocimiento de los efectos indeseables
asociados al consumo y la democratización de su uso facilitan esta evolución en la
percepción que los consumidores tienen de la cocaína. Ello no impide que sigan
pensando que su consumo sea más frecuente entre famosos, personas del mundo de la
moda, el arte o la farándula y quienes tienen un mayor poder adquisitivo (perdura entre
los consumidores la imagen de los denominados consumidores aristocráticos).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
35
Esta percepción de la cocaína, bastante más ajustada a la realidad de sus efectos, es
congruente con la posición mayoritaria de los consumidores que señalan que quienes no
han probado la sustancia no se pierden realmente nada importante. Una opinión, que no
comparten los consumidores más jóvenes, que la consideran una experiencia positiva
que no comporta especiales riesgos. Pese a estas diferencias, son mayoría quienes
opinan que probar la cocaína es una experiencia interesante o positiva, si bien fijan una
línea divisoria clara entre la experimentación y el consumo más o menos habitual.
Los consumidores habituales relacionan la cocaína con la violencia y la agresividad, la
violencia doméstica, el aislamiento social y los problemas familiares económicos,
judiciales y sanitarios. Estas conexiones nos llevan a una conclusión relevante: los
consumidores conocen los efectos negativos de la cocaína y en su mayoría admiten
haberlos padecido (algunos los sitúan en personas de su entorno próximo), una
circunstancia que no supone un motivo para abandonar o alejarse del consumo. Resulta
revelador comprobar como la mayoría de consumidores aseguran que volverían a
consumir si pudieran volver atrás, ello a pesar de que entre los encuestados aparecen
personas que en algún momento han participado en tratamiento por
abuso/dependencia de cocaína o con estancias en prisión por este mismo motivo.
Estudios recientes (MEGIAS, I. 2008) confirman que las connotaciones sociales del
consumo de cocaína son claramente negativas, motivo por el cual su consumo tiende a
ser ocultado en mayor medida que en el caso de otras sustancias. Ello no es óbice para
que socialmente esté instaurada la convicción de que la cocaína es la droga de moda,
algo que asumen los propios consumidores.
Las percepciones acerca de la cocaína varían en función de la experiencia o no de
consumo y de la mayor o menor proximidad con los consumos. En el caso de los
adolescentes se han identificado diferentes miradas o percepciones hacia la cocaína
(MARTÍNEZ, O. et al, 2009), cuyos elementos básicos serían los siguientes:
•
•
•
Consumidores: mantienen un discurso normalizador hacia el consumo de drogas en
general y de la cocaína en particular, el consumo de cocaína es percibido en
positivo y aceptan a los consumidores normalizados, no así a los “desviados”.
No consumidores, próximos a la sustancia: mantienen un discurso ambivalente hacia
el consumo de cocaína, son tolerantes hacia el consumo de cocaína por parte de
otras personas y aceptan a los consumidores normalizados, no así a los “desviados”.
No consumidores alejados de la sustancia: mantienen un discurso peyorativo hacia la
cocaína, que es percibido en negativo y no aceptan a los consumidores, aunque si se
interesarían por ellos si fueran amigos suyos.
La experiencia consumidora también afecta a la lectura que los adolescentes realizan
de las motivaciones para iniciarse al consumo de cocaína y para seguir consumiendo.
Las razones que los adolescentes consumidores identifican como motivaciones para
iniciarse al consumo son fundamentalmente la curiosidad, la transgresión (motivaciones
personales), porque lo hacen los/as mayores y los/as amigos/as, para no ser el “rarito/a” y
por ir borracho/a. La lectura que los no consumidores realizan de las motivaciones que
llevan a los adolescentes a iniciarse al consumo difieren de forma radical, destacando
entre ellas las siguientes: consumir para hacerse el/la “guay” y/o para hacerse los/as
mayores, la falta de personalidad y la presión del grupo de iguales.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
36
Los consumidores indican las siguientes razones para seguir consumiendo cocaína: por
sus efectos estimulantes, para mitigar los efectos del alcohol, para sentirse mejor (efecto
euforizante), para aguantar más horas de fiesta y compartir más tiempo con los amigos.
Por su parte los no consumidores vinculan la continuidad en el consumo con
motivaciones como aparentar, hacerse el/la mayor o el/la “guay”, diferenciarse de los
demás, evadirse de la realidad, integrarse en el grupo, abrirse a los demás, solidarizarse
con los/as amigos/as o por la atracción del ritual de esnifar.
El discurso de los jóvenes consumidores respecto a lo que consideran un uso adecuado o
inadecuado de la cocaína y, sobre los riesgos asociados a su uso, básicamente está
condicionado por el contexto de consumo (MEGÍAS, I. 2008). El consumo de cocaína en
contextos festivos (contrapuestos al tiempo de las responsabilidades que supone el
trabajo o los estudios) simboliza el buen uso de la sustancia, en contraposición a su uso
inadecuado, que sería el que se realiza en días laborables o cuando se realizan
actividades laborales o académicas. La diversión sirve de frontera para establecer el
buen y el mal uso de la sustancia, de manera que el consumo de cocaína en contextos
recreativos, con independencia de la frecuencia o la cantidad, tiene entre los
consumidores la consideración de un consumo controlado y adecuado.
Es en los contextos festivos y lúdicos del fin de semana donde la cocaína adquiere su
significado como sustancia catalizadora de la diversión para los consumidores, no sólo
porque sus efectos estimulantes/energizantes les permite aguantar más tiempo de fiesta,
sino principalmente porque les permite contrarrestar los efectos negativos para la fiesta
derivados del consumo de otras sustancias, como el alcohol. Un significado que ratifica el
carácter utilitarista y marcadamente individualista que tiene, mayoritariamente, la
cocaína para sus consumidores (consumir para poder aguantar más tiempo de fiesta).
Los consumos que se realizan en espacios privados o en tiempos ajenos al fin de semana
son considerados como inadecuados por la mayoría de los consumidores, quienes los
asocian con la pérdida de control sobre la sustancia: consumir fuera del espacio/tiempo
de la fiesta implica tener problemas con la cocaína. Ello permite, a quienes consumen
regularmente cocaína los fines de semana, desvincularse de los consumos problemáticos
y “desproblematizar” los consumos propios. En esencia, el elemento central del discurso
de los consumidores sobre la cocaína se sustenta en su legitimación dentro de la fiesta y
en su rechazo en otros ámbitos.
El policonsumo, un patrón muy extendido entre los consumidores de cocaína, se
enmarca en esa concepción utilitarista, que tiene como fin el sacar el máximo partido a
la fiesta mediante la mezcla de sustancias. En este patrón de policonsumo, el speed suele
utilizarse como sustitutivo de la cocaína, consustancia con la que comparte sus efectos
estimulantes.
Los discursos de los consumidores respecto a los riesgos que entraña la cocaína
coinciden en destacar tres aspectos fundamentales: a) lo difícil que resulta dosificar su
uso y resistirse a su consumo en contextos festivos, b) los peligros de su consumo se
vinculan a su capacidad para enganchar psicológicamente a los consumidores (por más
que sean muy pocos quienes reconozcan sufrir esa dependencia psicológica) y c) la
ignorancia de los afectos del consumo sobre la salud.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
37
Resulta altamente contradictorio el discurso formal de los consumidores, que define
como controlado todo el consumo que se realiza en contextos festivos, pero que
incorpora constantes referencias a lo frecuente que resulta “pasarse” o a que no es fácil
controlar el consumo. Como indican algunos estudios (MEGÍAS, I. 2008), los consumidores
son conscientes de que “juegan” con el riesgo. Aunque aceptan que el tema es
suficientemente serio, nadie asume que algún día pueda encontrarse en la situación
problemática que visualizan en otros. Como hasta la fecha han ido superando los
problemas puntuales del día a día y los peligros en el medio o largo plazo no les
preocupan (entre ellos la dependencia a la cocaína), siguen jugando con el riesgo.
Los propios consumidores sugieren que el mayor riesgo de la cocaína es que resulta fácil
vivir con ella y hacer una vida aparentemente “normal”, mientras que la adicción
“maneja” tu vida. Sin embargo, esta percepción del riesgo potencial de la sustancia no
actúa como cabría pensar, reforzando la idea de que cualquier consumidor puede verse
implicado en problemas serios, dado que la mayoría de los consumidores no se sienten
identificados con el estereotipo de consumidor problemático.
B) Percepciones y atribuciones de las drogas de síntesis
Como se ha señalado anteriormente, las sustancias están asociadas a una determinada
simbología que, habitualmente, contribuye a legitimar su uso y promocionar su consumo.
En el caso del éxtasis, el estereotipo dominante lo presenta como la droga del amor y la
amistad, asociada a la música y el baile y que permite la conexión espiritual con los otros.
Estudios que han analizado la imagen que las drogas de síntesis tienen entre los
universitarios (NAVARRETE, L. et al, 1999) señalan que estas sustancias son consideradas
como “menos drogas”, en contraposición con el modelo de la heroína, asociado a la
falta de control, la adicción, la enfermedad y lo marginal. Las drogas de síntesis ocupan
una posición intermedia en cuanto a su peligrosidad, entre el cannabis y la heroína, en
cualquier caso menor que la cocaína, que es considerada una sustancia más peligrosa
porque sus consecuencias a largo plazo son más lesivas.
La percepción de la peligrosidad de las drogas de síntesis resulta en cierto modo
contradictoria. Son percibidas como poco peligrosas a corto plazo, pero como muy
peligrosas a largo plazo, debido a que se desconocen sus verdaderos efectos a largo
plazo y a que se tiene constancia del deterioro que causan a nivel psicológico. Entre
algunos jóvenes existe la conciencia de que el gran problema de estas drogas es que no
se conocen sus consecuencias y perjuicios a largo plazo, pues no se ha producido un
periodo de tiempo suficiente que permita tal evaluación. Lateralmente, han incorporado
algunos datos que les inducen a proyectar un futuro dramático para los que ahora están
realizando un consumo excesivo, con graves secuelas psíquicas (GÓMEZ, E. el al, 2006).
En la percepción de la peligrosidad de las drogas de síntesis confluyen diversos factores.
Por un lado, la vía de administración oral (similar a la de los fármacos) es considerada
como menos dañina que la intranasal o esnifada. Por otro lado, el carácter sintético de
estas sustancias se vincula con una menor capacidad de control de sus efectos, en
relación con las drogas de origen natural, lo que refuerza su peligrosidad. Las drogas de
síntesis incorporan como elemento definitorio el miedo a sus efectos, no sólo porque el
desconocimiento de su composición, sino porque sus reacciones son impredecibles y se
tiene un menor control de la conducta cuando se está bajo sus efectos que en el caso
de otros psicoestimulantes como la cocaína.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
38
El problema que perciben los consumidores de drogas de síntesis es la falta de seguridad
acerca de sus componentes, lo que implica no saber nunca si los efectos del consumo
serán iguales en sucesivas ingestas, dosis o circunstancias. Este discurso sobre las drogas
de síntesis, que las caracteriza como sustancias peligrosas e incontrolables, sirve a los
consumidores de cocaína para minimizar los riesgos que asumen con esta sustancia.
Las motivaciones que señalan los jóvenes para iniciarse en el consumo de estas
sustancias se relacionan con la búsqueda de nuevas sensaciones, la curiosidad, con el
hecho de que se consuman en el círculo de amigos, junto con el deseo de vivir a tope,
estar más animado y relacionarse mejor. En suma, el inicio al consumo de drogas de
síntesis es percibido como una experiencia novedosa, que refuerza los lazos con los
amigos y que permite disfrutar de la fiesta.
La presión del ambiente (hacer lo que hace la gente para integrarse mejor) es
identificado como un factor clave para consumir estas sustancias. Una influencia que se
va reduciendo a medida que avanza la edad. Por este motivo, los universitarios, que se
consideran más maduros y menos influenciables, se perciben como alejados de este tipo
de drogas, consideradas propias de adolescentes, con cuyo consumo se buscan nuevas
sensaciones y plegarse a las pautas de conductas del grupo de iguales.
El estereotipo dominante que los jóvenes tienen del consumidor de drogas de síntesis es el
de un adolescente, al que habitualmente se refieren como “pastillero”, que es percibido
como inconsciente, descerebrado y carente de metas/compromisos. En contraposición,
el consumo de cocaína se percibe como más adulto, propio de personas más asentadas
y responsables, con más opciones de consumo, que permite gozar de la vida a
sabiendas de los potenciales riesgos y efectos negativos que puede acarrear su
consumo. Así pues, la sustancia consumida aparece como un elemento claramente
diferenciador, que además refuerza el precio de las diferentes drogas. De hecho, a juicio
de los jóvenes universitarios, el speed y las drogas de síntesis son la cocaína de los pobres,
de los adolescentes que no pueden acceder a esta sustancia.
Está ampliamente asentada la idea de la transición del consumo de drogas de síntesis
hacia la cocaína vinculada con la edad y con el proceso de maduración personal. Las
drogas de síntesis son percibidas por los jóvenes como cosas propias de niños, sustancias
con las que se entretienen los adolescentes hasta que pasan a lo que verdaderamente
importa, el consumo de cocaína. Por más que el tránsito desde las drogas de síntesis a la
cocaína es relativamente habitual, es reconocido como una decisión trascendente, que
debe madurarse, puesto que sus efectos son más graves que los de las drogas de síntesis.
En el tránsito hacia el consumo de cocaína pesa la diferente capacidad para generar
dependencia que se atribuye a las drogas de síntesis y a la cocaína. Existe una creencia
generalizada de que el consumo de drogas de síntesis no provoca dependencia, al
restringirse su ingesta a los fines de semana y momentos festivos. La negación de la
dependencia hace que el abandono del consumo sea visto como algo sencillo. De
hecho, la posición de los ex consumidores de estas sustancias alude a la existencia de
cierta dependencia psicológica, no tanto hacia la sustancia, como hacia el estilo de
vida y ocio de los consumidores. Esta percepción, que atribuye a las drogas de síntesis
una suerte de dependencia blanca (frente al potencial adictivo que sin paliativos se le
reconoce a otras drogas como la cocaína), es congruente con el hecho de que la
mayoría de jóvenes considere que su consumo está determinado básicamente, por el
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
39
círculo de amigos y las relaciones sociales mantenidas con el entorno. Basta pues
cambiar de ambiente para abandonar el consumo sin mayores dificultades.
Los consumos de estas sustancias tienen un marcado carácter relacional, lo que explica
que se realicen habitualmente acompañados de los amigos. Asimismo, aparecen
vinculados a ciertos lugares (discotecas, fiestas, pubs) y a los espacios de ocio. Por ello la
imagen que tienen los jóvenes de los efectos inmediatos que provocan las drogas de
síntesis, como la euforia, la desinhibición, la sociabilidad o ciertas alucinaciones visuales,
se corresponden con los efectos buscados con el consumo.
Existe un estereotipo muy marcado del consumo de drogas de síntesis, asociado al ocio
en los fines de semana, a altas horas de la noche, en macro discotecas o grandes
eventos festivos, donde la música juega un papel importante, resultando extraño que se
produzcan consumas fuera de estos entornos. El consumo sólo se concibe en grupo, por
más que el disfrute sea individual y los consumidores pertenecen a grupos cerrados, muy
homogéneos entre si, sin excesivo interés por relacionarse con otros grupos.
Respecto a la percepción del impacto del consumo de drogas de síntesis en distintos
ámbitos de la vida, señalar que son mayoría los jóvenes que perciben que estas afectan
negativamente a las relaciones familiares y de pareja, mientras que consideran que las
relaciones con los amigos podrían beneficiarse de los consumos. También son
conscientes del impacto negativo de los consumos en la salud, la actividad académica
y laboral y en la situación económica. El reconocimiento de la negativa influencia de los
consumos en estos ámbitos es superior entre las mujeres, aumentando con la edad.
El reconocimiento de los efectos asociados al consumo de drogas de síntesis, explicaría el
porqué son mayoría los jóvenes que rechazan su uso, frente a quienes expresan su
aceptación, si bien las diferencias entre ambas posiciones no son demasiado rotundas.
En el caso de los adolescentes, además de la influencia que las atribuciones simbólicas
de tipo positivo con que se vinculan las drogas de síntesis, confluyen otros factores que
facilitan su consumo, tales como la confianza que estos depositan en estas sustancias y la
sensación subjetiva de control de su consumo (NAVARRETE, L. et al, 2000). No obstante las
motivaciones verbalizadas para consumir son similares a las descritas por los jóvenes,
pudiendo agruparse las mismas en tres categorías: 1) la curiosidad y el deseo de
experimentar nuevas sensaciones (identificada como la motivación principal), 2) la
influencia de los amigos consumidores y la presión del ambiente y 3) los efectos buscados
o esperados del consumo, tales como aumentar la diversión, mejorar la resistencia física,
(poder aguantar toda la noche bailando), desinhibición, etc.
Los adolescentes tienen una percepción en cierto modo benévola del consumo de estas
sustancias y una sensación de control de su uso, ello a pesar de que aproximadamente
dos de cada tres consumidores reconozca haber sufrido algún efecto adverso como
consecuencia de su consumo. Todo ello no es óbice para que el consumo de drogas de
síntesis sea percibido de forma mayoritaria por los adolescentes como algo peligroso,
debido a su composición y a sus efectos a largo plazo. En todo caso, la peligrosidad
percibida por el consumo de drogas de síntesis es menor que la de de la cocaína o la
heroína. Ello se debe a que creen que generan menor dependencia, a que su patrón de
consumo ocasional previene el uso abusivo, a que la vía de administración oral provoca
un menor rechazo y porque las imágenes con las que se asocia su consumo se vinculan
exclusivamente a la diversión.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
40
4. OBJETIVOS Y METODOLOGÍA
4.1.
Objetivos de la investigación
1º) Realizar una exhaustiva revisión bibliográfica para identificar los factores de riesgo de
tipo sociocultural asociados al consumo de drogas y, en particular, los relacionados
con el riesgo asociado al consumo de sustancias psicoestimulantes en el marco de
diferentes investigaciones nacionales e internacionales.
2º) Analizar los discursos sociales de los jóvenes riojanos (percepciones, actitudes, etc.)
hacia las principales sustancias psicoestimulantes (cocaína, éxtasis/drogas de síntesis y
metaanfetamina).
3º) Conocer el imaginario juvenil en torno a los riesgos asociados a las drogas y, en
particular de los psicoestimulantes.
4º) Elaborar un nuevo constructo multidimensional de los riesgos que los jóvenes asocian
al consumo de drogas, que integre dimensiones complementarias a la salud
(aspectos relacionales, socialización, construcción de la identidad juvenil, aceptación
grupal, afectividad, etc.).
5º) Identificar los riesgos y beneficios que a juicio de los jóvenes entraña consumir y no
consumir diferentes pscioestimulantes.
6º) Jerarquizar los riesgos y los beneficios que para los jóvenes supone el consumo de
psicoestimulantes.
7º) Determinar las diferencias que el género establece en los discursos sociales hacia los
psicoestimulantes y en la percepción del riesgo asociado a las drogas.
8º) Elaborar una tipología juvenil en función del riesgo asociado al consumo de
psicoestimulantes.
9º) Identificar los límites que a juicio de los jóvenes harían inasumible el riesgo de consumir
psicoestimulantes.
10º) Analizar cómo perciben los jóvenes su propia capacidad para controlar los riesgos
que entraña el consumo de psicoestimulantes.
11º) Establecer la influencia que la percepción del riesgo asociado al consumo de
psicoestimulantes ejerce como determinantes del consumo de estas sustancias
(analizar las correlaciones existentes entre percepciones y consumos).
41
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
4.2.
Universo poblacional y muestra
La población objeto de estudio la integran los estudiantes universitarios de entre 18 y 25
años matriculados en el curso académico 2009/2010 (modalidad presencial), en los
centros universitarios adscritos a la Universidad de La Rioja. En el curso 2007/08, último con
datos oficiales publicados, el universo poblacional lo integraron 4.794 efectivos.
La muestra, de tipo probabilístico y con distribución proporcional por centros y tipo de
estudios, está integrada por 300 universitarios pertenecientes a las seis facultades y
escuelas universitarias con que cuenta la Universidad de la Rioja, distribuidos en 17 aulas
(Tabla 4.1. El error muestral para el conjunto de la muestra, para un nivel de confianza del
95,5%, siendo P = Q, se sitúa en ± 2,8%.
El tipo de muestreo utilizado es de conglomerados bietápico, con estratificación de las
unidades de primera etapa (centros). La selección de las unidades muestrales de
segunda etapa (aulas) se ha realizado de forma probabilística mediante el uso de la
Tabla de Números Aleatorios.
Tabla 4.1. Distribución de la muestra por centros y aulas/cursos.
CENTRO
Facultad de Ciencias, Estudios Agrícolas e Informática
Ingeniería Técnica Agrícola, en Industrias Agrarias y Alimentarias
Licenciatura en química
Grado en Ingeniería Informática
Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial
Ingeniería Técnica Industrial en Mecánica
Ingeniería Industrial
Ingeniería Técnica Industrial Electricidad
Facultad de Ciencias Empresariales
Grado en Dirección y Administración de Empresas
Licenciatura Administración y Dirección Empresas
Facultad de Letras y de la Educación
Licenciatura en Humanidades
Licenciatura en Filología Hispánica
Grado en Educación Infantil
Maestro en Educación Infantil
Maestro en lengua extranjera (ingles)
Magisterio Educación física
Escuela Universitaria de Enfermería
Diplomatura en Enfermería
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
Grado en derecho
Diplomatura en Trabajo Social
Total cuestionarios:
CURSO
Segundo
Primero
Primero
Tercero
Quinto
Segundo
Primero
Tercero
Tercero
Tercero
Primero
Tercero
Tercero
Segundo
Primero
Primero
Primero
CUESTIONARIOS
48
13
17
18
40
12
11
17
38
25
13
99
7
5
32
22
5
28
17
17
58
36
22
300
La distribución de la muestra en función del sexo y la edad fue la siguiente (Tabla 4.2).
Tabla 4.2. Distribución de la muestra por sexo y edad.
TOTAL
300
SEXO
Hombre
103 (34,3%)
Mujer
197 (65,7%)
18 a 21 años
250 (83,35)
EDAD
22 a 25 años
50 /16,7%
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
4.3.
42
Metodología
a) Revisión bibliográfica para la localización de evidencias acerca de la influencia de las
actitudes sociales y otros factores de tipo ambiental o situacional en el consumo de
sustancias psicoestimulantes por parte de adolescentes y jóvenes. Incluye la consulta
de las principales bases de datos nacionales e internacionales (COCHRANE, MEDLINE,
EMBASE, etc.).
b) Encuesta a estudiantes universitarios sobre percepciones y actitudes ante los
psicoestimulantes y otros factores de riesgo socioculturales asociados al consumo de
estas sustancias.
La recogida de información se realizó mediante cuestionario elaborado “ad hoc” (Anexo
I), autocumplimentado por los entrevistados en los centros de enseñanza en donde
cursaban sus estudios. El trabajo de campo se desarrolló entre el 19 de octubre y el 13 de
noviembre de 2009.
El cuestionario consta de 31 preguntas, repartidas en 7 bloques temáticos:
1)
Características sociodemográficas de los/as entrevistados/as (preguntas 1 y 2).
2)
Posición vital ante el riesgo (preguntas 3, 4 y 5).
3)
Opiniones y actitudes ante las drogas (preguntas 6, 7, 8, 9 y 10).
4)
Riesgos percibidos asociados al consumo de drogas (preguntas 11 a 19).
5)
Aceptación del consumo de psicoestimulantes (pregunta 20).
6)
Hábitos de consumo de drogas (preguntas 21 a 30).
7)
Valores sociales (pregunta 31).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
43
5. ACTITUDES Y PERCEPCIONES DE LOS JÓVENES RIOJANOS ANTE LAS DROGAS Y
LOS PSICOESTIMULANTES
En este apartado se ofrecen los resultados obtenidos tras la aplicación del cuestionario a
los 300 universitarios riojanos que han participado voluntariamente en la investigación.
El análisis de los resultados se ha estructurado en tres niveles diferentes:
a) El análisis de las frecuencias obtenidas por los jóvenes encuestados en las diferentes
variables que integran el cuestionario, que a efectos expositivos se agrupan en los
siguientes bloques temáticos:
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Posiciones vitales ante el riesgo.
Conocimiento e imagen de los psicoestimulantes.
Opiniones y actitudes ante las drogas.
Riesgos y beneficios atribuidos al consumo de psicoestimulantes.
Grado de aceptabilidad del consumo de psicoestimulantes.
Hábitos de consumo de distintas drogas y presencia de consumidores en el grupo
de iguales.
Valores sociales dominantes.
Con el fin de establecer la influencia que el sexo o la edad tienen en los aspectos
mencionados se han cruzado todas las preguntas del cuestionario con estas variables.
Para determinar cuáles de las diferencias detectadas en función del sexo o la edad
son o no estadísticamente significativas se ha utilizado el Test-T de Proporciones,
comparando los valores de las columnas B y C (hombre y mujer) y D y E (de 18 a 21
años y de 22 a 25 años) que se incluyen en las tablas que aparecen a continuación.
Las columnas han sido testadas al 95% las mayúsculas (nivel de riesgo 5%) y al 90% las
minúsculas (nivel de riesgo 10%). Aquellos valores de las variables analizadas en los
que las diferencias resultan significativas aparecen acompañados de las letras b, c, d
y e, bien en mayúsculas o minúsculas, en función del nivel de confianza elegido.
b) El cruce de diferentes variables hipotetizadas como condicionantes de las opiniones y
actitudes juveniles ante las drogas y del posicionamiento ante el riesgo asociado al
consumo, tales como: la posición vital ante el riesgo, la experimentación con
psicoestimulantes, el consumo de psicoestimulantes en los últimos 30 días, los hábitos
de consumo de cannabis y psicoestimulantes en el grupo de amigos, las actitudes
dominantes en el grupo de amigos ante el consumo de psicoestimulantes y los valores
sociales dominantes entre los encuestados.
c) La elaboración de una tipología en función de las actitudes de los jóvenes ante los
psicoestimulantes y el riesgo que entraña su consumo, mediante el análisis de cluster.
44
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
5.1.
Posición vital de los jóvenes ante el riesgo
El estereotipo juvenil dominante asocia a los jóvenes con una disposición a la aventura, la
asunción de riesgos y la trasgresión. Sin embargo, el análisis del posicionamiento de los
universitarios riojanos ante la asunción de riesgos en la vida cuestiona que este sea
efectivamente un rasgo mayoritario de la personalidad juvenil.
Para medir la posición de los jóvenes ante el riesgo vital se aplicó una escala de diez ítem
en la que los encuestados debían indicar su grado de acuerdo del 1 (“nada de acuerdo
con la asunción de riesgos”) al 10 (“totalmente de acuerdo con la asunción de riesgos”).
La puntuación media para el conjunto de la escala (que oscila en un rango de 10 a 100
puntos), se sitúa para el conjunto de la muestra en 51,45 puntos (Tabla 5.1), lo que
indicaría la existencia de una ligera disposición de los jóvenes a asumir riesgos en la vida.
Tabla 5.1. Posición vital de los universitarios riojanos ante el riesgo, según sexo y edad.
Puntuación media obtenida en los distintos ítems de la a escala.
POSICIÓN VITAL ANTE EL RIESGO
En la vida hay que arriesgarse
No me gustan los riesgos, prefiero pensar las
cosas antes de hacerlas
La prudencia es fundamental en la vida
Es mejor hacer las cosas sin pensarlas mucho
Me gusta experimentar cosas nuevas, aunque
suponga riesgos
Siempre hay que elegir lo conocido, evita
problemas
Es normal que los jóvenes se arriesguen más
Jugarse el tipo en aventuras es una locura
Lo importante es disfrutar el presente, lo que
tenga que pasar, pasará
Más vale evitar las cosas que nos pueden
complicar el futuro
Puntuación total escala
Desviación típica
TOTAL
(A)
6,95
SEXO
Mujer
Hombre
(B)
(C)
7,04
6,91
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
7,06 (e)
6,40
4,48
4,46
4,50
4,48
4,48
3,63
3,48
3,78
3,70
3,55
3,37
3,63
3,50
3,60
3,36
5,20
5,34
5,13
5,25
4,94
5,94
5,49
6,18 (B)
5,98
5,76
6,64
4,90
7,05 (C)
5,36 (C)
6,43
4,65
6,64
4,95
6,66
4,64
6,42
6,18
6,54
6,48
6,12
3,83
3,47
4,02 (b)
3,82
3,84
51,45
11,79
51,85
12,88
51,24
11,21
51,78
10,94
49,80
15,39
(*) Las respuestas a las preguntas 2, 3, 6, 8 y 10 se puntúan en sentido inverso de 1 “Totalmente de acuerdo” a
10 “Totalmente en desacuerdo”.
Columnas testadas al 5% las mayúsculas y 10% las minúsculas de nivel de significación: B/C - D/E.
Los varones y los más jóvenes tienen una posición más favorable a la asunción de riesgos,
aunque no hay diferencias significativas en los valores medios de la escala.
Si se agrupan por intervalos las puntuaciones medias obtenidas para el conjunto de la
escala, distribuyéndolas en los intervalos siguientes, es posible obtener una tipología
básica de posiciones vitales de los universitarios riojanos ante el riesgo:
•
•
•
Posición no favorable a la asunción de riesgos: de 10 a 45 puntos.
Posición intermedia ante la asunción de riesgos: de 46 a 64 puntos.
Posición favorable a la asunción de riesgos: 65 a 100 puntos.
La aplicación de estos intervalos permite comprobar que los jóvenes que no se muestran
favorables a la asunción de riesgos (29,1%) superan ampliamente a quienes muestran
una actitud favorable (Figura 5.1).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
45
Figura 5.1. Tipología juvenil en función de su posición ante la asunción de riesgos en la vida.
(% de encuestados con puntuaciones medias en los respectivos intervalos).
Posición favorable (65-100 puntos)
29,1%
Posición intermedia (46-64 puntos)
55,5%
Posición no favorable (10-45 puntos)
15,4%
Las actitudes no favorables a la asunción de riesgos son más prevalentes entre los jóvenes
de mayor edad, sin que el sexo introduzca diferencias significativas (Tabla 5.2).
Tabla 5.2. Tipología de jóvenes en función de su disposición a la asunción de riesgos en la vida,
según sexo y edad (% de encuestados con puntuaciones globales en los diferentes intervalos).
DISPOSICIÓN A LA ASUNCIÓN DE
RIESGOS EN LA VIDA
No favorables a asunción de riesgos
Intermedia
Favorables a asunción de riesgos
TOTAL
(A)
29,1
55,5
15,4
SEXO
Hombre
(B)
31,1
51,5
17,5
Mujer
(C)
28,1
57,7
14,3
18-21 años
(D)
26,9
58,2 (E)
14,9
EDAD
22-25 años
(E)
40 (d)
42
18
Columnas testadas al 5% las mayúsculas y 10% las minúsculas de nivel de significación: B/C - D/E.-
Esta disposición vital ante el riesgo es coherente con la forma de afrontar las situaciones
que pueden suponer algún riesgo, donde las posiciones reflexivas o precavidas superan
ampliamente las posiciones irreflexivas (Figura 5.2).
Figura 5.3. Modo de afrontamiento ante situaciones que comportan riesgo (%).
30,0%
20,3%
2,0%
0,3%
47,3%
Reflexionan mucho antes de tomar una decisión que entrañe peligro
Sólo si puede existir un peligro grave dediden no asumir riesgos
Sólo si tienen la certeza de que van a tener problemas deciden no asumir riesgos
No suelen pensar nunca en los posibles peligros
Ns/Nc
46
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
También en este caso las posiciones más reflexivas frente a situaciones que puedan
implicar riesgos son más frecuentes entre las mujeres, sin que la edad introduzca
variaciones significativas al respecto (Tabla 5.3).
Tabla 5.3. Forma habitual de afrontar las situaciones que pueden suponer riesgos, según sexo y
edad (%).
MODO DE AFRONTAR LAS SITUACIONES
POTENCIALES DE RIESGO
TOTAL
(A)
Suelen reflexionar mucho antes de tomar
una decisión que entrañe peligro
Sólo si puede existir peligro grave deciden
no asumir riesgos
Sólo si tienen certeza de que van a tener
problemas deciden no asumir riesgos
No suelen pensar en los posibles peligros de
las cosas que hacen
Ns/Nc
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
47,3
32,0
55,3 (B)
47,2
48,0
30,0
37,9 (C)
25,9
29,6
32,0
20,3
25,2
17,8
20,8
18,0
2,0
3,9
1,0
2,0
2,0
0,3
1,0
0,0
0,4
0,0
Columnas testadas al 5% las mayúsculas y 10% las minúsculas de nivel de significación: B/C - D/E.-
Por lo que se refiere a la identificación de los encuestados con ciertos valores asociados
a sensaciones, como es la exposición a experiencias y sensaciones nuevas y excitantes,
aunque puedan ser peligrosas o implicar riesgos, indicar que son mayoría (37,6%) quienes
afirman que no les gustan estas experiencias (suma de las categorías nada + poco). No
obstante, al 23,0% de los encuestados les gusta bastante o mucho este tipo de
experiencias o sensaciones (Figura 5.4). Dicho de otro modo, en un escenario mayoritario
de convencionalismo social y/o de ajuste a la norma, casi uno de cada cuatro jóvenes
se identifica con un valor asociado a sensaciones que no implica necesariamente la
trasgresión de ninguna norma social.
Figura 5.4. Grado de identificación con ciertos valores asociados a sensaciones, como el deseo de
tener experiencias y sensaciones nuevas aunque sean peligrosas o supongan riesgos (%).
39,3%
20,0%
9,3%
3,0%
28,3%
Nada
Poco
Regular
Bastante
Mucho
La identificación con valores asociados a sensaciones es superior entre los varones y los
jóvenes de menor edad, si bien en el último caso las diferencias no son estadísticamente
significativas (Tabla 5.4).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Tabla 5.4. Grado de identificación con el deseo de tener experiencias y sensaciones nuevas,
aunque entrañen peligro o riesgos, según sexo y edad (% y medias).
GRADO IDENTIFICACIÓN CON EL DESEO
NUEVAS EXPERIENCIAS/SENSACIONES
(1) Nada
(2) Poco
(3) Regular
(4) Bastante
(5) Mucho
MEDIA
Desviación Típica
TOTAL
(A)
9,3
28,3
39,3
20,0
3,0
2,79
0,97
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
4,9
11,7 (B)
29,1
27,9
31,1
43,7 (B)
30,1 (C)
14,7
4,9
2,0
3,01 (C)
2,68
1,00
0,93
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
8,0
16,0
27,6
32,0
41,2
30,0
20,0
20,0
3,2
2,0
2,83
2,60
0,95
1,05
Columnas testadas al 5% las mayúsculas y 10% las minúsculas de nivel de significación: B/C - D/E.-
47
48
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
5.2.
Nivel de conocimiento e imagen de los psicoestimulantes
a) Conocimiento de los efectos y daños asociados al consumo de diferentes drogas
psicoestimulantes
El nivel de información que los encuestados afirman tener de los efectos y daños
asociados al consumo de psicoestimulantes varía de forma notable, en función de las
distintas sustancias (Figura 5.5). Mientras que en el caso de la cocaína son mayoría
(67,9%) quienes declaran estar suficientemente o perfectamente informados de sus
efectos y daños, no ocurre lo mismo con el éxtasis/drogas de síntesis o el speed, donde
los encuestados que mantienen esta posición se reducen, respectivamente, hasta el
48,0% y el 49,3%.
Figura 5.5. Nivel de conocimiento sobre los efectos y daños asociados al consumo de
psicoestimulantes (%).
0%
Perfectamente
informado/a
10%
9,7%
20%
30%
23,3%
Les gustaría mejorar su
información
8,7%
60%
14,0%
38,3%
35,3%
Poco o nada
informado/a
50%
15,7%
Suficientemente
informado/a
Ns/Nc
40%
52,0%
37,7%
34,3%
14,0%
15,7%
0,3%
0,3%
0,7%
COCAÍNA
ÉXTASIS/D.SÍNTESIS
SPEED
El nivel de conocimiento auto atribuido sobre los efectos y daños de las diferentes
sustancias psicoestimulantes es mayor entre los varones y los jóvenes de 22 o más años
(Tabla 5.5).
49
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Tabla 5.5. Nivel de información auto atribuido acerca de los efectos y daños asociados al
consumo de sustancias psicoestimulantes, según sexo y edad (%).
NIVEL DE INFORMACIÓN
COCAÍNA
Perfectamente informados/as
Suficientemente informados/as
Les gustaría mejorar información
Poco o nada informados/as
Ns/Nc
ÉXTASIS/DROGAS SÍNTESIS
Perfectamente informados/as
Suficientemente informados/as
Les gustaría mejorar información
Poco o nada informados/as
Ns/Nc
SPEED
Perfectamente informados/as
Suficientemente informados/as
Les gustaría mejorar información
Poco o nada informados/as
Ns/Nc
TOTAL
(A)
SEXO
EDAD
22-25 años
(E)
Hombre
(B)
Mujer
(C)
18-21 años
(D)
15,7
52
23,3
8,7
0,3
26,2 (C)
55,3
13,6
4,9
0,0
10,2
50,3
28,4 (B)
10,7 (b)
0,5
12,4
54,8 (E)
24,4
8,4
0,0
32,0 (D)
38,0
18,0
10,0
2,0
9,7
38,3
37,7
14,0
0,3
17,5 (C)
45,6 (c)
26,2
10,7
0,0
5,6
34,5
43,7 (B)
15,7
0,5
7,2
40,0
39,2
13,6
0,0
22,0 (D)
30,0
30,0
16,0
2,0
14,0
35,3
34,3
15,7
0,7
25,2 (C)
39,8
26,2
8,7
0,0
8,1
33,0
38,6 (B)
19,3 (B)
1,0
10,8
36,0
36,4 (e)
16,4
0,4
30,0 (D)
32,0
24,0
12,0
2,0
Columnas testadas al 5% las mayúsculas y 10% las minúsculas de nivel de significación: B/C - D/E.-
b) La imagen de las diferentes sustancias psicoestimulantes
Para profundizar en la imagen que los entrevistados tienen de las diferentes sustancias
psicoestimulantes se ha utilizado una doble vía de aproximación:
¾ Las evocaciones espontáneas que les sugieren los términos “cocaína”, “éxtasis” y
“speed”, mediante la selección de un máximo de tres conceptos que los definan.
¾ La selección de diferentes frases que recogen la imagen de estas sustancias.
Por lo que respecta a los conceptos utilizados para definir a la cocaína, los más
recurrentes fueron droga, adicción, peligro, problemas, muerte, dependencia y dinero
(Tabla 5.6).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
50
Tabla 5.6. Conceptos o términos utilizados para definir a la cocaína. Evocación espontánea,
máximo tres términos por entrevistado (entre paréntesis el número de menciones).
TÉRMINOS ASOCIADOS ESPONTÁNEAMENTE CON LA COCAÍNA
Abandono( 2)
Absurdo (2)
Adicción (52)
Adrenalina (1)
Afrodisíaca (1)
Aguante (1)
Ajeno (2)
Alteración (2)
Alucinación (2)
Amigos (1)
Ansiedad (2)
Anulación (1)
Asco (10)
Baile (1)
Búho (1)
Bajón 3
Baños 1
Basura (2)
Blanca/Blanco (6)
Bienestar (2)
Buscar (1)
Calma (1)
Calle (1)
Capricho (1)
Cara (2)
Cárcel (2)
Catástrofe (1)
Ciego (1)
Coma (1)
Consecuencias (2)
Consumo (1)
Curiosidad (1)
Chulería (1)
Chungazo 1
Dañina/Daño (13)
Decadencia (2)
Decepción (1)
Degeneración (2)
Delito (1)
Demacración (2)
Dependencia/Dependiente (25)
Derrota (1)
Derrumbe (1)
Desajuste (1)
Desastre (5)
Descontrol/Pérdida control (11)
Deseable (1)
Desencajar (1)
Desequilibrio (1)
Desgracia 3
Desinhibición (2)
Desintegración (1)
Desorientación (1)
Destrucción (10)
Deterioro (2)
Devore (1)
Dinero (21)
Discoteca (9)
Disgusto (1)
Diversión (4)
Dolor (4)
Droga (57)
Drogadicto/drogata/yonqui (5)
Efusividad (1)
Elitismo (2)
Endeudamiento (1)
Enfermedad (7)
Enganche (4)
Equivocación/Error (5)
Esnifar (5)
España (1)
Estafa (1)
Estimulante (4)
Estrés (1)
Estupidez/Tontería/Idiotez (4)
Euforia (1)
Evasión (7)
Exaltación (3)
Excitación (7)
Éxito (1)
Falta personalidad (2)
Farlopa (1)
Felicidad (1)
Fiesta (9)
Fracaso (9)
Frustración (1)
Fumar (1)
Gasto (1)
Gusto (1)
Habitual (2)
Harina (1)
Idiotez (1)
Ilegal (1)
Impura (1)
Incoherencia (1)
Inconsciente/Inconsciencia (3)
Incontrolable/Inmanejable (2)
Inconveniente (1)
Innecesaria (1)
Insana (4)
Insensatez (4)
Insomnio (1)
Intensidad (1)
Inutilidad (2)
Irresponsabilidad (1)
Juventud/Jóvenes (6)
Labia (1)
Lástima 1
Límite (1)
Locura (16)
Lujuria (2)
Mal rollo (1)
Mala/Malo/Maligna (16)
Mala salud (1)
Mala vida (1)
Malestar (7)
Malgastar (1)
Mareo(1)
Mayores (1)
Miedo (4)
Mierda (5)
Muerte (28)
Nariz (7)
Negativo (1)
Negocio (5)
Nerviosismo/inquietud (4)
Nivel (1)
Noche (4)
Odio (1)
Paranoia (1)
Parking (1)
Películas (1)
Peligro (51)
Pena (3)
Perdición (3)
Pérdida/Perdido (3)
Perjudicial/Perjuicio (8)
Perversión (1)
Placer (2)
Pobreza (1)
Poder (2)
Polvos (4)
Problemas (33)
Raya (1)
Rechazo (1)
Relax/Relajante (2)
Repulsión (1)
Respeto (1)
Riesgo (11)
Rito (1)
Roto (1)
Ruina (4)
Sangre (1)
Secuelas (3)
Sensaciones (2)
Sobredosis (2)
Soledad/aislamiento (7)
Subidón (5)
Sudamérica (1)
Sufrimiento (3)
Taquicardia (1)
Tirado (1)
Tráfico/Traficante (3)
Trance (1)
Tóxico (1)
Tristeza (1)
Veneno 1
Violencia (2)
Vómito (1)
Vicio (2)
Si se agrupan estas evocaciones espontáneas sobre la cocaína, en función de la similitud
de sus significados, es posible apreciar el predominio de aquellas relacionadas con el
carácter adictivo de la sustancia, los efectos negativos derivados de su consumo y el
carácter problemático de dichos consumos (Tabla 5.7).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
51
Tabla 5.7. Naturaleza de las asociaciones espontáneas que definen a la cocaína.
Análisis de significados.
¾ Relativas al carácter adictivo de la sustancia (148 menciones): droga (57), adicción (52),
dependencia (25), drogadicto/drogata/yanqui (5), enganche (4), enfermedad (7) e
incontrolable/Inmanejable (2).
¾ Relacionadas con los espacios y entornos de consumo (42 menciones): fiesta (9),
juventud/jóvenes (6), mayores (1), diversión (4), discoteca (9), baile (1), amigos (1), noche
(4), búho (1), baños (1), calle (1), parking (1) y películas (1),
¾ Vinculadas al riesgo (67 menciones): peligro (51), riesgo (11), miedo (4) y límite (1).
¾ Vinculadas a los efectos positivos del consumo de la sustancia, en su mayor parte de tipo
estimulante (46 menciones): excitación (7), subidón (5), estimulante (4), aguante (1),
exaltación (3), euforia/efusividad (2), afrodisíaca (1), adrenalina (1), taquicardia (1), placer
(2), bienestar (2), felicidad (1), sensaciones (2), relax (2), calma (1), evasión (7), desinhibición
(2), intensidad (1) y labia (1).
¾ Vinculadas a los efectos negativos del consumo de la sustancia (107 menciones): muerte
(28), sangre (1), locura (16), paranoia (1), descontrol (11), soledad/aislamiento (7),
nerviosismo/inquietud (4), dolor (4), sufrimiento (3), bajón (3), ansiedad (2), estrés (1),
alteración (2), alucinación (2), sobredosis (2), anulación (1), abandono (2), coma (1),
mareo(1), vómito (1), insomnio (1), desorientación (1), demacración (2), Violencia (2), delito
(1), cárcel (2), desencajar (1), desintegración (1), devore (1), roto (1) y tirado (1).
¾ Vinculadas al carácter problemático del consumo (63 menciones): problemas (33),
perjudicial/perjuicio (8), malestar (7), insana (4), secuelas (3), consecuencias (2), deterioro
(2), mal rollo (1), mala salud (1), mala vida (1) y pobreza (1).
¾ Valoraciones de tipo moral sobre la sustancia o el consumo de la misma, de tipo negativo
que enfatizan su carácter dañino/destructivo (118 menciones): mala/o/maligna (16),
dañina/daño (13), destrucción (10), ruina (4), asco (10), fracaso (9), desastre (5), mierda (5),
equivocación/error (5), estupidez/tontería/idiotez (4), desgracia (3), perdición (3), basura (2),
degeneración (2), decadencia (2), pérdida/perdido (3), catástrofe (1), veneno (1), vicio (2),
odio (1), lujuria (2), capricho (1), chulería (1), chungazo (1), derrota (1), derrumbe (1),
absurdo (2), desajuste (1), desequilibrio (1), perversión (1), negativo (1), irresponsabilidad (1),
incoherencia (1), estafa (1) y malgastar (1).
¾ Atribuciones simbólicas positivas de la sustancia (27 menciones): dinero (21), elitismo (2),
éxito (1), poder (2) y nivel (1).
¾ Actitudes o relaciones personales con la sustancia (23 menciones): insensatez (4),
inconsciencia (3), inutilidad (2), ajeno (2), curiosidad (1), rechazo (1), repulsión (1), disgusto
(1), respeto (1), gusto (1), buscar (1), deseable (1), habitual (2), inconveniente (1) e
innecesaria (1).
¾ Referencias a ciertos atributos de la sustancia (44 menciones): nariz (7), blanca/o(6), esnifar
(5), fumar (1), polvos (4), farlopa (1), Harina (1), raya (1), rito (1), trance (1), consumo (1),
cara (2), endeudamiento (1), gasto (1), Ilegal (1), impura (1), tóxico (1), negocio (5) y
tráfico/traficante (3)
¾ Otras evocaciones (11 menciones): pena (3), falta personalidad (2), lástima (1), tristeza (1),
frustración (1), decepción (1), Sudamérica (1) y España (1).
La distribución de las 696 evocaciones emitidas en las categorías antes mencionadas
confirma el peso abrumador de las menciones de tipo negativo o que generan rechazo
a la cocaína (Tabla 5.8).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
52
Tabla 5.8. Peso de las distintas categorías de evocaciones suscitadas por la cocaína.
TIPO DE EVOCACIÓN
Relativas al carácter adictivo de la sustancia
Valoraciones morales sobre la sustancia o el consumo de tipo negativo
Vinculadas a los efectos negativos del consumo de la sustancia
Vinculadas al riesgo
Vinculadas al carácter problemático del consumo
Referencias a ciertos atributos de la sustancia
Vinculadas a los efectos positivos del consumo de la sustancia
Relacionadas con los espacios y entornos de consumo
Atribuciones simbólicas positivas de la sustancia
Actitudes o relaciones personales con la sustancia
Otras evocaciones
TOTAL EVOCACIONES (media 2,3 evocaciones/encuestado)
EVOCACIONES
Número
%
148
21,3
118
17,0
107
15,4
67
9,6%
63
9,1
44
6,3
46
6,6
42
6,0
27
3,9
23
3,3
11
1,6
696
100
Si se analiza el carácter positivo o negativo de las evocaciones emitidas, con
independencia de la categoría a la que pertenezcan, se obtiene la siguiente distribución
(Figura 5.6):
1. Evocaciones de carácter positivo (103): fiesta (9), diversión (4), discoteca (9), baile (1), amigos
(1), dinero (21), elitismo (2), éxito (1), poder (2), nivel (1), excitación (7), subidón (5), estimulante
(4), aguante (1), exaltación (3), euforia/efusividad (2), afrodisíaca (1), adrenalina (1),
taquicardia (1), placer (2), bienestar (2), felicidad (1), sensaciones (2), relax (2), calma (1),
evasión (7), desinhibición (2), intensidad (1), labia (1), curiosidad (1), gusto (1), buscar (1),
deseable (1) y habitual (2).
2. Evocaciones de carácter negativo (546): droga (57), adicción (52), dependencia (25),
drogadicto/drogata/yanqui (5), enganche (4), enfermedad (7), incontrolable/Inmanejable (2),
peligro (51), riesgo (11), miedo (4), límite (1), muerte (28), sangre (1), locura (16), paranoia (1),
descontrol (11), soledad(7), nerviosismo(4), dolor (4), sufrimiento (3), bajón (3), ansiedad (2),
estrés (1), alteración (2), alucinación (2), sobredosis (2), anulación (1), abandono (2), coma (1),
mareo(1), vómito (1), insomnio (1), desorientación (1), demacración (2), violencia (2), delito
(1), cárcel (2), desencajar (1), desintegración (1), devore (1), roto (1), tirado (1), problemas (33),
perjudicial/perjuicio (8), malestar (7), insana (4), secuelas (3), consecuencias (2), deterioro (2),
mal rollo (1), mala salud (1), mala vida (1), pobreza (1), mala/o/maligna (16), dañina/daño
(13), destrucción (10), ruina (4), asco (10), fracaso (9), desastre (5), mierda (5), equivocación
(5), estupidez (4), desgracia (3), perdición (3), basura (2), degeneración (2), decadencia (2),
pérdida/perdido (3), catástrofe (1), veneno (1), vicio (2), odio (1), lujuria (2), capricho (1),
chulería (1), chungazo (1), derrota (1), derrumbe (1), absurdo (2), desajuste (1), desequilibrio
(1), perversión (1), negativo (1), irresponsabilidad (1), incoherencia (1), estafa (1), malgastar (1,
insensatez (4), inconsciencia (3), inutilidad (2), ajeno (2), rechazo (1), repulsión (1), disgusto (1),
respeto (1) inconveniente (1) e innecesaria (1). cara (2), endeudamiento (1), gasto (1), Ilegal
(1), impura (1), tóxico (1), negocio (5) y tráfico/traficante (3), pena (3), falta personalidad (2),
lástima (1), tristeza (1), frustración (1) y decepción (1).
3. Evocaciones neutras (47): juventud/jóvenes (6), mayores (1), noche (4), búho (1), baños (1),
calle (1), parking (1) y películas (1) nariz (7), blanca/o(6), esnifar (5), fumar (1), polvos (4),
farlopa (1), Harina (1), raya (1), rito (1), trance (1), consumo (1), Sudamérica (1) y España (1).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
53
Figura 5.6. Naturaleza de las evocaciones espontáneas emitidas para definir la cocaína (%).
78,4%
De tipo positivo
6,8%
De tipo negativo
Neutras
14,8%
Por lo que se refiere a los conceptos utilizados para definir al éxtasis, los más recurrentes
fueron droga, peligro, locura y adicción (Tabla 5.9).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
54
Tabla 5.9. Conceptos o términos utilizados para definir el éxtasis. Evocación espontánea, máximo
tres términos por entrevistado (entre paréntesis el número de menciones).
TÉRMINOS ASOCIADOS ESPONTÁNEAMENTE CON EL ÉXTASIS
Absurdo (4)
Aceleración (1)
Adicción (27)
Adrenalina (2)
Agresividad (2)
Aguante (1)
Alteración (4)
Alucinar/alucinación (12)
Ambulancia (1)
Anfetas (1)
Anormal (1)
Anulación (1)
Aparentar (1)
Atontado (1)
Asco (11)
Bacalao (3)
Baja autoestima (1)
Bajón (1)
Barato (1)
Basura (3)
Bienestar (1)
Botellín agua (1)
Bumping música electrónica- (1)
Calor (1)
Capricho (1)
Clandestino (1)
Calle (1)
Colocón (2)
Complicación (1)
Corazón (1)
Curiosidad (1)
Chungazo (1)
Daños (3)
Dañino (2)
Delincuencia (2)
Demacrado (1)
Deformación realidad (1)
Degeneración (1)
Dependencia/Dependiente (12)
Depresión (2)
Desajuste (1)
Desbocado (1)
Desastre (1)
Descontrol (19)
Desequilibrio (2)
Desfase (1)
Desinhibición (2)
Despierto (1)
Desprecio (1)
Destrucción (7)
Devorado/Devore (2)
Dieta (1)
Dinero (2)
Discoteca (22)
Disfrute/Diversión (6)
Dolor (2)
Desenfreno (1)
Droga (41)
Drogadicto/yanqui/colgado (7)
Empatía (1)
Enajenación (1)
Enemigo (1)
Energía (1)
Enfermedad (7)
Engaño (1)
Equivocación/Error (4)
Esnifar (1)
Estimulación/Estimulante (3)
Estrés (1)
Euforia (4)
Exaltación (2)
Excitación (9)
Extasiarse (1)
Falso (1)
Falta personalidad (6)
Fantasía (1)
Fiesta (18)
Fracaso (8)
Frenesí (1)
Fuera (1)
Gasto (2)
Gilipollez (1)
Gozada (1)
Hiperactividad (2)
Hippy (1)
Hospital (2)
Ibiza (1)
Idiotez (2)
Iglesia (1)
Ignorancia (2)
Ilegal (1)
Incoherencia (1)
Incomprensión (1)
Inconsciencia (4)
Incontrolable (1)
Inmadurez (1)
Innecesario (1)
Imprudencia (1)
Insalubre/Insano (4)
Inseguridad (1)
Irresponsabilidad/Insensatez (4)
Jolgorio/Juerga (2)
Jóvenes/Juventud (5)
Libertad (1)
Libro (1)
Líquido –Éxtasis- (1)
Locura (33)
Lujuria (1)
Mal rollo (1)
Mal viaje (1)
Mala vida (2)
Malestar (6)
Malgastar (1)
Malo/Maligno (12)
Miedo (6)
Mierda (8)
Mono (1)
Movimiento (1)
Muerte/Mortal (15)
Negativo (1)
Negocio (4)
Nerviosismo/ Inquietud (9)
Noche (8)
Nocivo (2)
Nuevo (1)
Nunca (5)
Odio (1)
Orgía (1)
Oscuro (1)
Paranoias (4)
Parking (1)
Pasado (1)
Pastillas (12)
Pastillero (1)
Peleas (1)
Peligro (38)
Pena (1)
Perdición (4)
Pérdida (5)
Pérdida dinero (1)
Perjudicial (6)
Placer (3)
Policía 81)
Precipitación (1)
Problemas (20)
Rechazo (2)
Remordimientos (1)
Repulsión (1)
Riesgo (9)
Roto (1)
Ruina (1)
Sangre (1)
Secuelas mentales (2)
Sobredosis (4)
Soledad (4)
Subidón (12)
Tontería (2)
Tráfico/traficante (2)
Tragedia (1)
Trastorno (2)
Tóxico (1)
Veneno (1)
Violencia (2)
Yeso (1)
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
55
La agrupación de las evocaciones espontáneas utilizadas para definir el éxtasis, en
función de la similitud de sus significados, evidencia el predominio de aquellas
relacionadas con los efectos negativos derivados de su consumo, las valoraciones
morales de tipo negativo frente al consumo y el carácter adictivo de la sustancia.
Tabla 5.10. Naturaleza de las asociaciones espontáneas que definen el éxtasis.
Análisis de significados.
¾ Relativas al carácter adictivo de la sustancia (97 menciones): droga (41), adicción (27),
dependencia/dependiente (12), drogadicto/yanqui/colgado (7), pastillero (1), enfermedad
(7), incontrolable (1) y pasado (1).
¾ Relacionadas con los espacios y entornos de consumo (69 menciones): discoteca (22),
fiesta (18), noche (8), jolgorio/juerga (2), jóvenes/juventud (5), disfrute/diversión (6), bacalao
(3), bumping -música electrónica- (1), parking (1), calle (1), Ibiza (1) y hippy (1).
¾ Vinculadas al riesgo (48 menciones): peligro (38), riesgo (9) e imprudencia (1).
¾ Vinculadas a los efectos positivos del consumo de la sustancia, en su mayor parte de tipo
estimulante (66 menciones): alucinar/alucinación (12), subidón (12), excitación (9),
hiperactividad (2), adrenalina (2), aceleración (1), aguante (1), placer (3), bienestar (1),
gozada (1), colocón (2), desenfreno (1), desinhibición (2), despierto (1), empatía (1), energía
(1), estimulación/estimulante (3), extasiarse (1), exaltación (2), euforia (4), fantasía (1), frenesí
(1), movimiento (1), y orgía (1).
¾ Vinculadas a los efectos negativos del consumo de la sustancia (130 menciones): locura
(33), paranoias (4), enajenación (1), descontrol (19), desfase (1), desbocado (1),
precipitación (1), malestar (6), nerviosismo/inquietud (9), estrés (1), alteración (4), hospital (2),
ambulancia (1), bajón (1), calor (1), demacrado (1), deformación realidad (1), mal rollo (1),
dolor (2), devorado(2), mono (1), mal viaje (1), sobredosis (4), muerte/mortal (15), sangre (1),
soledad (4), violencia (2), agresividad (2), peleas (1), delincuencia (2), policía (1)depresión
(2), roto (1), atontado (1).
¾ Vinculadas al carácter problemático del consumo (60 menciones): problemas (20),
destrucción (7), daños (3), nocivo (2), complicación (1), secuelas mentales (2), perjudicial
(6), pérdida (5), insalubre/insano (4), mala vida (2), desequilibrio (2), desajuste (1), trastorno
(2), gasto/pérdida de dinero (3).
¾ Valoraciones de tipo moral sobre la sustancia o el consumo de la misma, de tipo negativo
que enfatizan su carácter dañino/destructivo (99 menciones): malo/maligno (12), dañino (2),
asco (11), fracaso (8), fuera (1), absurdo (4), degeneración (1), desastre (1), desprecio (1),
chungazo (1), engaño (1), equivocación/error (4), enemigo (1), falso (1),
irresponsabilidad/insensatez (4), capricho (1), perdición (4), rechazo (2), nunca (5), tragedia
(1), malgastar (1), mierda (8), negativo (1), repulsión (1), odio (1), oscuro (1), basura (3),
anormal (1), anulación (1), aparentar (1), ruina (1), idiotez/gilipollez/tontería (5), lujuria (1),
tóxico (1), veneno (1), inmadurez (1), innecesario (1), ignorancia (2) e incoherencia (1).
¾ Atribuciones simbólicas positivas de la sustancia (3 menciones): dinero (2) y libertad (1).
¾ Actitudes o relaciones personales con la sustancia (23 menciones): miedo (6), inconsciencia
(4), inutilidad (2), incomprensión (1), inseguridad (1), curiosidad (1), remordimientos (1)
¾ Referencias a ciertos atributos de la sustancia (27 menciones): pastillas (12), anfetas (1),
negocio (4), clandestino (1), ilegal (1), botellón de agua (1), barato (1), líquido –éxtasis- (1),
esnifar (1), nuevo (1), tráfico/traficante (2), yeso (1).
¾ Otras evocaciones (12 menciones): pena (1), falta personalidad (6), baja autoestima (1),
corazón (1), dieta (1), libro (1) e iglesia (1).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
56
La distribución de las 634 evocaciones emitidas por categorías confirma el peso
mayoritario de las menciones de tipo negativo o de rechazo al éxtasis (Tabla 5.11).
Tabla 5.11. Peso de las distintas categorías de evocaciones suscitadas por el éxtasis.
TIPO DE EVOCACIÓN
Vinculadas a los efectos negativos del consumo de la sustancia
Valoraciones morales sobre la sustancia o el consumo de tipo negativo
Relativas al carácter adictivo de la sustancia
Relacionadas con los espacios y entornos de consumo
Vinculadas a los efectos positivos del consumo de la sustancia
Vinculadas al carácter problemático del consumo
Vinculadas al riesgo
Referencias a ciertos atributos de la sustancia
Actitudes o relaciones personales con la sustancia
Otras evocaciones
Atribuciones simbólicas positivas de la sustancia
TOTAL EVOCACIONES (media: 2,1 evocaciones/encuestado)
EVOCACIONES
Número
%
130
20,5
99
15,6
97
15,3
69
10,9
66
10,4
60
9,5
48
7,6
27
4,3
23
3,6
12
1,9
3
0,5
634
100
Si se analiza el carácter positivo o negativo de las evocaciones emitidas, al margen de la
categoría a la que pertenezcan, se obtiene la siguiente distribución (Figura 5.7):
1. Evocaciones de carácter positivo (119): discoteca (22), fiesta (18), disfrute/diversión
jolgorio/juerga (2), barato (1), alucinar (12), subidón (12), excitación (9), hiperactividad
adrenalina (2), aceleración (1), aguante (1), placer (3), bienestar (1), gozada (1), colocón
desenfreno (1), desinhibición (2), despierto (1), empatía (1), estimulación/estimulante
energía (1)extasiarse (1), exaltación (2), euforia (4), fantasía (1), frenesí (1), movimiento
orgía (1), dinero (2), libertad (1) y curiosidad (1).
(6),
(2),
(2),
(3),
(1),
2. Evocaciones de carácter negativo (471): droga (41), adicción/dependencia (39), enfermedad
(7), drogadicto/yanqui/colgado (7), pastillero (1), incontrolable (1), pasado (1), peligro (38),
riesgo (9), imprudencia (1), locura (33), paranoias (4), enajenación (1), descontrol (19), desfase
(1), desbocado (1), precipitación (1), malestar (6), nerviosismo/inquietud/estrés (10), alteración
(4), hospital (2), ambulancia (1), bajón (1), calor (1), demacrado (1), deformación realidad (1),
mal rollo (1), dolor (2), devorado(2), mono (1), mal viaje (1), sobredosis (4), muerte/mortal (15),
sangre (1), soledad (4), violencia (2), agresividad (2), peleas (1), delincuencia (2), policía (1),
)depresión (2), roto (1), atontado (1), problemas (20), destrucción (7), daños (3), nocivo (2),
complicación (1), secuelas mentales (2), perjudicial (6), pérdida (5), insalubre/insano (4), mala
vida (2), desequilibrio (2), desajuste (1), trastorno (2), gasto/pérdida de dinero (3),
malo/maligno (12), dañino (2), asco (11), fracaso (8), fuera (1), absurdo (4), degeneración (1),
desastre (1), desprecio (1), chungazo (1), engaño (1), equivocación/error (4), enemigo (1),
falso (1), irresponsabilidad/insensatez (4), capricho (1), perdición (4), rechazo (2), nunca (5),
tragedia (1), malgastar (1), mierda (8), negativo (1), repulsión (1), odio (1), oscuro (1), basura
(3), anormal (1), anulación (1), aparentar (1), ruina (1), idiotez/gilipollez/tontería (5), lujuria (1),
tóxico (1), veneno (1), inmadurez (1), innecesario (1), ignorancia (2) e incoherencia (1), miedo
(6), inconsciencia (4), inutilidad (2), incomprensión (1), inseguridad (1), remordimientos (1), yeso
(1), negocio (4), clandestino (1), ilegal (1),pena (1), falta personalidad (6), baja autoestima (1)
3. Evocaciones neutras (44): noche (8) jóvenes/juventud (5), bacalao (3), bumping -música
electrónica- (1), parking (1), calle (1), Ibiza (1) y hippy (1), pastillas (12), anfetas (1), botellón de
agua (1), líquido –éxtasis- (1), esnifar (1), nuevo (1), tráfico/traficante (2). corazón (1), dieta (1),
libro (1) e iglesia (1).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
57
Figura 5.7. Naturaleza de las evocaciones espontáneas emitidas para definir el éxtasis (%).
74,3%
De tipo positivo
6,9%
De tipo negativo
Neutras
18,8%
Por su parte, entre los conceptos utilizados para definir el speed destacan droga, peligro,
adicción y problemas (Tabla 5.12).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
58
Tabla 5.12. Conceptos o términos utilizados para definir el speed. Evocación espontánea, máximo
tres términos por entrevistado (entre paréntesis el número de menciones).
SPEED
Absurdo (2)
Acabado (1)
Accesible (2)
Aceleración (2)
Accidentes (1)
Actividad (1)
Adicción (30)
Adrenalina (1)
Agobio (1)
Agresividad (1)
Aguante (1)
Alegría (1)
Alteración/agitación (6)
Amigos (1)
Asco (10)
Atrevimiento (2)
Bacalao (2)
Baño (1)
Baja autoestima (1)
Bajón (1)
Barato (4)
Basura (3)
Bienestar (1)
Blanco (1)
Cansancio (1)
Calle (2)
Cambio conducta (3)
Camello (1)
Capricho (1)
Catástrofe (1)
Cisco (1)
Coche (1)
Confusión (2)
Consecuencias (2)
Contaminante (1)
Cuerpo destrozado (1)
Colocón (1)
Curiosidad 82)
Chungazo (1)
Demacrado (2)
Daños (6)
De moda (1)
Delirios (1)
Degeneración (1)
Dependencia (12)
Depresión (2)
Derroche económico/coste (6)
Desequilibrio/desajuste (2)
Desastre (2)
Desconocido (2)
Descontrol (13)
Desgracia/pena (2)
Desfase (1)
Desinhibición (2)
Destrucción (5)
Devorado/Devore (1)
Discoteca (16)
Diversión/disfrute (10)
Dolor (3)
Droga (54)
Drogadicto/yanqui (3)
Dudas (1)
Energía (1)
Enfermedad (7)
Emoción (1)
Enganchado (1)
Engaño (1)
Equivocación/error (5)
Esnifar
Estruendo (2)
Estimulación (2)
Euforia (3)
Evasión (2)
Exaltación (1)
Excitación (3)
Explosión (1)
Extraño (1)
Falta personalidad (2)
Fiesta (21)
Flipados (1)
Fracaso (9)
Fresco/frío (2)
Fuerte (1)
Gentuza (1)
Hiperactividad (4)
Hospital (1)
Hundimiento (1)
Idiotez/tontería (6)
Ignorancia/incultura (4)
Ilegal (1)
Impensable (1)
Impulsividad (1)
Incoherencia (2)
Incapacidad (1)
Inconsciencia (1)
Inconveniente (1)
Influencias (1)
Inmadurez (3)
Innecesario (1)
Insalubre/Insano (3)
Inseguridad (1)
Insomnio (5)
Inútil (1)
Irrealidad (1)
Irresponsabilidad/Insensatez (1)
Jóvenes/Juventud (6)
Locura (19)
Mandíbula (1)
Mal rollo (1)
Mala vida (1)
Malas amistades (1)
Malestar (5)
Maligno (2)
Malo (13)
Mareo (1)
Miedo (3)
Mierda/porquería (6)
Motivación (1)
Movimiento (1)
Muerte (15)
Nariz (1)
Necesidad (1)
Negativo (1)
Negocio (1)
Nerviosismo (6)
Noche (7)
Oscuridad (1)
Papelina (1)
Paranoias (1)
Parking (2)
Pastillas (3)
Peleas (2)
Peligro (36)
Perdición (4)
Pérdida (3)
Perjudicial/dañino (8)
Picor (1)
Pobreza (1)
Poco futuro (1)
Poco poder adquisitivo (1)
Poligonero (1)
Poder (1)
Problemas (26)
Punkies (1)
Rápido (3)
Rayas (4)
Resacón (2)
Rechazo (4)
Reflejos (1)
Repulsión (3)
Roto/reventado (2)
Riesgo (14)
Ruina (3)
Sábado (1)
Secuelas (2)
Sobredosis (3)
Soledad/aislamiento (4)
Solución (2)
Suave (1)
Subidón (7)
Sudor (1)
Sufrimiento (1)
Traición (1)
Taquicardia/arritmia (3)
Tranquilidad (1)
Tortura psicológica (1)
Velocidad (14)
Veneno (6)
Vicio (2)
Violencia (4)
Viveza (1)
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
59
La agrupación de las evocaciones espontáneas utilizadas para definir el speed permite
comprobar un claro predominio de aquellas relacionadas con los efectos negativos
derivados de su consumo, el carácter adictivo de la sustancia y las valoraciones morales
de tipo negativo frente al consumo (Tabla 5.13).
Tabla 5.13. Naturaleza de las asociaciones espontáneas que definen el speed.
Análisis de significados.
¾ Relativas al carácter adictivo de la sustancia (108 menciones): droga (54), adicción (30),
dependencia (12), drogadicto/yanqui (3), enfermedad (7), enganchado (1) necesidad (1).
¾ Relacionadas con los espacios y entornos de consumo (71 menciones): fiesta (21), discoteca
(16), diversión/disfrute (10), noche (7),jóvenes/juventud (6), baño (1), calle (2), coche (1), parking
(2), poligonero (1), amigos (1), bacalao (2), sábado (1)
¾ Vinculadas al riesgo (51 menciones): peligro (36), riesgo (14), inseguridad (1).
¾ Vinculadas a los efectos positivos del consumo de la sustancia, en su mayor parte de tipo
estimulante (64 menciones): aceleración (2), actividad (1), movimiento (1), adrenalina (1),
aguante (1), alegría (1), bienestar (1), colocón (1), energía (1), estruendo (2), estimulación (2),
euforia (3), evasión (2), exaltación (1), excitación (3), explosión (1), flipados (1), hiperactividad (4),
solución (2), suave (1), subidón (7), velocidad (14), rápido (3), atrevimiento (2), desinhibición (2),
emoción (1), reflejos (1), viveza (1) tranquilidad (1).
¾ Vinculadas a los efectos negativos del consumo de la sustancia (134 menciones): acabado (1),
roto/reventado (2), accidentes (1), agobio (1), agresividad (1), alteración/agitación (6), bajón
(1), cansancio (1), cambio conducta (3), cisco (1), confusión (2), cuerpo destrozado (1),
demacrado (2), depresión (2), derroche económico/coste (6), delirios (1), descontrol (13),
desfase (1), destrucción (5), devorado (1), dolor (3), hundimiento (1), insomnio (5), locura (19),
paranoias (1), mal rollo (1), malestar (5), mareo (1), muerte (15), nerviosismo (6), peleas (2), picor
(1), pérdida (3), sobredosis (3), soledad/aislamiento (4), sudor (1), taquicardia/arritmia (3),
violencia (4), resacón (2), impulsividad (1), mandíbula (1).
¾ Vinculadas al carácter problemático del consumo (70 menciones): consecuencias (2), daños (6),
degeneración
(1),
insalubre/insano
(3),
mala
vida
(1),
malas
amistades
(1),
desequilibrio/desajuste (2), desastre (2), hospital (1), problemas (26), perjudicial/dañino (8), malo
(13), pobreza (1), secuelas (2), sufrimiento (1).
¾ Valoraciones de tipo moral sobre la sustancia o el consumo de la misma, de tipo negativo que
enfatizan su carácter dañino/destructivo (92 menciones): absurdo (2), asco (10), basura (3),
capricho (1), catástrofe (1), chungazo (1), desgracia/pena (2), engaño (1), equivocación/error
(5), fracaso (9), gentuza (1), idiotez/tontería (6), ignorancia/incultura (4), incoherencia (2),
inconsciencia (1), inconveniente (1), inmadurez (3), falta personalidad (2), inútil (1), irrealidad (1),
irresponsabilidad/Insensatez (1), maligno (2), mierda/porquería (6), negativo (1), oscuridad (1),
perdición (4), rechazo (4), repulsión (3), ruina (3), traición (1), tortura (1), veneno (6), vicio (2).
¾ Atribuciones simbólicas positivas de la sustancia (1 menciones): poder (1)
¾ Actitudes o relaciones personales con la sustancia (13 menciones): curiosidad (2), desconocido
(2), extraño (1), dudas (1), impensable (1), incapacidad (1), innecesario (1), miedo (3),
motivación (1).
¾ Referencias a ciertos atributos de la sustancia (27 menciones): accesible (2), barato (4), blanco
(1), camello (1), contaminante (1), de moda (1), esnifar (1), fresco/frío (2), fuerte (1), ilegal (1),
nariz (1), negocio (1), papelina (1), pastillas (3), poco futuro (1), poco poder adquisitivo (1), rayas
(4)
¾ Otras evocaciones (3 menciones): baja autoestima (1), influencias (1), punkies (1).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
60
La distribución de las 634 evocaciones emitidas por categorías confirma el peso
mayoritario de las menciones de tipo negativo o de rechazo al speed (Tabla 5.14).
Tabla 5.14. Peso de las distintas categorías de evocaciones suscitadas por el speed.
TIPO DE EVOCACIÓN
Vinculadas a los efectos negativos del consumo de la sustancia
Relativas al carácter adictivo de la sustancia
Valoraciones morales sobre la sustancia o el consumo de tipo negativo
Relacionadas con los espacios y entornos de consumo
Vinculadas al carácter problemático del consumo
Vinculadas a los efectos positivos del consumo de la sustancia
Vinculadas al riesgo
Referencias a ciertos atributos de la sustancia
Actitudes o relaciones personales con la sustancia
Otras evocaciones
Atribuciones simbólicas positivas de la sustancia
TOTAL EVOCACIONES (media: 2,1 evocaciones/ encuestado)
EVOCACIONES
Número
%
134
21,1
108
17,0
92
14,5
71
11,2
70
11,0
64
10,1
51
8,0
27
4,3
13
2,1
3
0,5
1
0,2
634
100
Si se analiza el carácter positivo o negativo de las evocaciones emitidas, al margen de la
categoría a la que pertenezcan, se obtiene la siguiente distribución (Figura 5.8):
1. Evocaciones de carácter positivo (132): fiesta (21), discoteca (16), diversión/disfrute (10), noche
(7),jóvenes/juventud (6) amigos (1), bacalao (2), sábado (1), aceleración (2), actividad (1),
movimiento (1), adrenalina (1), aguante (1), alegría (1), bienestar (1), colocón (1), energía (1),
estruendo (2), estimulación (2), euforia (3), evasión (2), exaltación (1), excitación (3), explosión (1),
flipados (1), hiperactividad (4), solución (2), suave (1), subidón (7), velocidad (14), rápido (3),
atrevimiento (2), desinhibición (2), emoción (1), reflejos (1), viveza (1) tranquilidad (1), poder (1)
curiosidad (2), motivación (1),
2. Evocaciones de carácter negativo (466): droga (54), adicción (30), dependencia (12),
drogadicto/yanqui (3), enfermedad (7), enganchado (1) necesidad (1), peligro (36), riesgo (14),
inseguridad (1), acabado (1), roto/reventado (2), accidentes (1), agobio (1), agresividad (1),
alteración/agitación (6), bajón (1), cansancio (1), cambio conducta (3), cisco (1), confusión (2),
cuerpo destrozado (1), demacrado (2), depresión (2), derroche económico/coste (6), delirios (1),
descontrol (13), desfase (1), destrucción (5), devorado (1), dolor (3), hundimiento (1), insomnio (5),
locura (19), paranoias (1), mal rollo (1), malestar (5), mareo (1), muerte (15), nerviosismo (6), peleas
(2), picor (1), pérdida (3), sobredosis (3), soledad/aislamiento (4), sudor (1), taquicardia/arritmia (3),
violencia (4), resacón (2), impulsividad (1), mandíbula (1), consecuencias (2), daños (6),
degeneración (1), insalubre/insano (3), mala vida (1), malas amistades (1), desequilibrio/desajuste
(2), desastre (2), hospital (1), problemas (26), perjudicial/dañino (8), malo (13), pobreza (1), secuelas
(2), sufrimiento (1), absurdo (2), asco (10), basura (3), capricho (1), catástrofe (1), chungazo (1),
desgracia/pena (2), engaño (1), equivocación/error (5), fracaso (9), gentuza (1), idiotez/tontería (6),
ignorancia/incultura (4), incoherencia (2), inconsciencia (1), inconveniente (1), inmadurez (3), falta
personalidad (2), inútil (1), irrealidad (1), irresponsabilidad/Insensatez (1), maligno (2),
mierda/porquería (6), negativo (1), oscuridad (1), perdición (4), rechazo (4), repulsión (3), ruina (3),
traición (1), tortura (1), veneno (6), vicio (2), miedo (3), desconocido (2), extraño (1), dudas (1),
impensable (1), incapacidad (1), innecesario (1), baja autoestima (1),
3. Evocaciones neutras (36): accesible (2), barato (4), blanco (1), camello (1), contaminante (1), de
moda (1), esnifar (1), fresco/frío (2), fuerte (1), ilegal (1), nariz (1), negocio (1), papelina (1), pastillas
(3), poco futuro (1), poco poder adquisitivo (1), rayas (4), baño (1), calle (2), coche (1), parking (2),
poligonero (1), influencias (1), punkies (1).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
61
Figura 5.8. Naturaleza de las evocaciones espontáneas emitidas para definir el speed (%).
73,5%
De tipo positivo
5,7%
De tipo negativo
Neutras
20,8%
c) Imagen de la cocaína y de sus consumidores
Cuando se pidió a los jóvenes encuestados que indicaran en una batería de diez
opciones de respuesta cuál de ellas definía mejor la imagen que tenían de la cocaína y
de sus consumidores (podían marcar hasta un máximo de tres respuestas) afloran algunas
ideas con claridad (Figura 5.9):
ƒ
Los encuestados destacan por encima de todo el peligro que entraña la cocaína,
con un 88,0% de adhesiones a la afirmación de que consumirla puede destrozar tu
vida y el reconocimiento de que nadie puede controlarla (33%). Esta imagen
mayoritaria, en la que destaca su peligrosidad y la incapacidad para su control, se
complementa con imágenes más neutras que la sitúan como la reina de las drogas
(el 18,3% se identifica con esa afirmación). Las imágenes abiertamente positivas de la
sustancia (quien no la consume no sabe qué se pierde y su consumo aporta prestigio
social) registran un bajo nivel de adhesiones, en ambos caso de un 1,7%.
ƒ
La imagen de los consumidores de cocaína está dominada por el deterioro que
sufren (73,3% de adhesiones), en coherencia con la peligrosidad atribuida a la
sustancia, y por el rechazo (25,3%) y la desconfianza (13,0%) que producen los mismos
a los encuestados. Hay, pese a ello, un 5,0% de encuestados que asocia a los
consumidores con el éxito social.
62
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Figura 5.9. Imagen de la cocaína de y de sus consumidores (%).
Respuesta múltiple (los % superan el 100).
0%
25%
50%
75%
100%
88,0%
Consumirla puede destrozar tu vida
33,0%
Nadie puede controlarla
18,3%
Es la reina de las drogas
Quien no la ha probado no sabe lo que se pierde
1,7%
Su consumo aporta prestigio social
1,7%
Los consumidores presentan graves secuelas
físicas y mentales
Los consumidores me producen un fuerte
rechazo
Los consumidores no merecen ninguna
confianza
73,3%
25,3%
13,0%
La consume gente que tiene éxito
1,7%
La consume gente que sabe estar a la altura
1,7%
La imagen de la cocaína es menos positiva entre las mujeres, que destacan la
imposibilidad de control de su consumo en porcentajes significativamente superiores a los
hombres, en tanto que entre éstos son mayores las adhesiones que la reconocen como la
reina de las drogas o las que aluden a lo positivo de probarla. Aunque la edad introduce
algunas variaciones, no se observan diferencias destacables en la imagen de la
sustancia (Tabla 5.15). Indicar que ni la edad ni el sexo introducen diferencias
significativas en la imagen de los jóvenes acerca de los consumidores de cocaína.
Tabla 5.15. Imagen de la cocaína y sus consumidores, según sexo y edad (% sobre total de
respuestas emitidas). Respuesta múltiple (máximo tres respuesta).
IMAGEN DE LA COCAÍNA Y DE SUS
CONSUMIDORES
Consumirla puede destrozarte la vida
Una droga que nadie puede controlar
La cocaína es la reina de las drogas
Quien no la ha probado no sabe lo que se
pierde
Su consumo aporta prestigio social
Los consumidores presentan secuelas
físicas y mentales graves
La gente que la consume me produce un
fuerte rechazo
Los consumidores son gente que no
me merece ninguna confianza
La consume la gente que tiene éxito
La consume gente que sabe estar a
la altura cuando sale de marcha
Número de respuestas emitidas
TOTAL
(A)
88,0
33,0
18,3
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
83,5
90,4
26,2
36,5 (b)
31,1 (C)
11,7
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
89,2
82,0
33,2
32,0
16,4
28,0 (d)
1,7
3,9 (c)
0,5
1,2
4,0
1,7
1,9
1,5
2,0 (E)
0,0
73,3
70,9
74,6
74,4
68,0
25,3
22,3
26,9
26,4
20,0
13,0
14,6
12,2
13,2
12,0
5,0
7,8
3,6
4,0
10,0
1,7
2,9
1,0
1,6
2,0
783
273
510
654
129
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
63
d) Imagen del éxtasis y otras drogas de síntesis y de sus consumidores
Mientras que la imagen de los jóvenes sobre la cocaína se articulaba, básicamente, en
torno a las nociones del peligro de sus efectos y la imposibilidad de controlar su consumo
(riesgo de adicción), la imagen del éxtasis y otras drogas de diseño aparece vinculada a
la peligrosidad de su consumo y a la inseguridad o incertidumbre sobre sus efectos. Esto
es, se perciben también como sustancias peligrosas, pero deja de enfatizarse su
potencial adictivo. Esta sería la imagen dominante del éxtasis y otras drogas de síntesis
(Figura 5.10):
ƒ
Los encuestados destacan principalmente el peligro que entraña el éxtasis por los
importantes daños psicológicos que producen (75,7% de adhesiones) y la inseguridad
o incertidumbre sobre sus efectos (71,0%). Aunque minoritarias, son relevantes las
imágenes que enfatizan el papel potenciador de las emociones (14,3% de
adhesiones) y desinhibidor (9,0% de adhesiones) atribuido al éxtasis. Aunque es
residual el porcentaje de encuestados que considera el éxtasis menos peligroso que la
cocaína (2,3%), los porcentajes de encuestados que proyectan imágenes positivas
del éxtasis superan a los de la cocaína.
ƒ
La imagen de los consumidores de éxtasis está más diluida, destacando entre sus
rasgos la inmadurez (51,7% de adhesiones) y el que los consumidores de esta
sustancia sean personas que no pueden acceder al consumo de cocaína (15,0%).
Ambos rasgos indicarían una asociación de los consumidores con un grupo social de
edad más reducida (adolescentes).
Figura 5.10. Imagen de éxtasis y otras drogas de síntesis y de sus consumidores (%).
Respuesta múltiple (los % superan el 100).
0%
25%
50%
75,7%
Produce importantes daños psicológicos
71,0%
Nunca sabes qué consumes
14,3%
Potencia sensaciones, abre sentidos
Su consumo ayuda a desinhibirse
9,0%
Su consumo es menos peligroso que la cocaína
2,3%
Son sustancias que no producen dependencia
2,3%
Fortalecen la amistad
0,3%
51,7%
Los consumidores son gente inmadura
La consumen adolescentes que no tienen
accceso a la cocaína
La consumen "bakaladeros", gente a la que sólo
le interesa la música y el baile
75%
15,0%
15,0%
100%
64
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Al igual que ocurría con la cocaína, también las mujeres tienen una imagen menos
positiva del éxtasis y las drogas de síntesis que los hombres, que destacan los importantes
daños psicológicos y lo imprevisible de sus efectos en porcentajes significativamente
superiores. Por su parte, lo hombres vinculan la imagen de los consumidores a la figura de
los “bakaladeros” en niveles significativamente superiores a los de las mujeres.
La edad introduce algunas variaciones en la imagen de las drogas de síntesis (los
encuestados más jóvenes asocian en mayor proporción estas sustancias con lo
imprevisible de sus efectos) y en la imagen de sus consumidores, que entre los jóvenes de
más edad se vinculan en mayor proporción con adolescentes que no pueden acceder a
la cocaína (Tabla 5.16).
Tabla 5.16. Imagen del éxtasis y otras drogas de síntesis y de sus consumidores, según sexo y edad
(% sobre total de respuestas emitidas). Respuesta múltiple (máximo tres respuesta).
IMAGEN DEL ÉXTASIS/D. SÍNTESIS
Y DE SUS CONSUMIDORES
TOTAL
(A)
Producen importantes daños psicológicos
Nunca sabes lo que consumes, sus efectos
son imprevisibles
Potencia sensaciones, abre los sentidos
Su consumo ayuda a desinhibirse, a
mejorar relaciones sociales y ligar
Su consumo es mucho menos peligroso
que el de la cocaína
Son
sustancias
que
no
producen
dependencia, manejables
Fortalece la amistad
Sus consumidores son gente inmadura,
descerebrados
Las consumen adolescentes que no
tienen acceso a la cocaína
La consumen "bakaladeros", gente a la
que sólo le interesa música y baile
Número de respuestas emitidas
75,7
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
62,1
82,7 (B)
18-21 años
(D)
76,8
EDAD
22-25 años
(E)
70
71,0
64,1
74,6 (b)
73,2 (e)
60,0
14,3
16,5
13,2
13,6
18,0
9,0
12,6
7,1
8,0
14,0
2,3
3,9
1,5
2,4
2,0
2,3
2,9
2,0
1,6
6,0
0,3
1,0
0,0
0,4
0,0
51,7
51,5
51,8
53,6
42,0
15,0
16,5
14,2
12,4
28,0 (D)
15,0
28,2 (C)
8,1
14,0
20,0
770
267
503
640
130
Columnas testadas al 5% las mayúsculas y 10% las minúsculas de nivel de significación: B/C - D/E.-
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
5.3.
65
Actitudes ante las drogas ilícitas y los psicoestimulantes
La aproximación a las actitudes que los jóvenes mantienen frente a los psicoestimulantes
se ha realizado a través de dos vías diferentes, la primera más general, la segunda
específicamente destinada a profundizar en las actitudes relacionadas con el consumo
de psicoestimulantes en contextos festivos. Para ello se han utilizado sendas escalas
(pregunta 10 y pregunta 20), cuyos resultados se describen seguidamente.
a) Actitudes generales de los jóvenes hacia las drogas ilícitas y los psicoestimulantes
Para analizar las actitudes de los jóvenes ante las drogas ilícitas se aplicó una escala de
actitudes ante el consumo de drogas, coincidente con la incluida en el Banco de
Instrumentos para la evaluación de intervenciones preventivas del Observatorio Europeo
de las Drogas y las Toxicomanías (COMUNIDAD DE MADRID, 2003), a la que se le
incorporaron cinco ítems específicos relativos a las actitudes ante los psicoestimulantes.
De este modo junto con las puntuaciones globales de la escala de actitudes ante las
drogas, integrada por 18 ítems, se dispone de las puntuaciones de las subescalas
“Actitudes hacia la cocaína y el éxtasis” (preguntas 1 a 5) y “Actitudes hacia las drogas
ilícitas en general” (preguntas 6 a 18 de la escala). Los encuestados debían mostrar su
nivel de acuerdo con los distintos ítems en una escala de Likert que oscila entre 1
“totalmente en desacuerdo” a 5 “totalmente de acuerdo”. El resultado de la escala
oscila de 18 a 90 puntos, mostrando las puntuaciones más altas (cercanas a 90) una
actitud favorable hacia las drogas.
La puntuación promedio de los encuestados en la escala de actitudes ante el consumo
de drogas ilícitas es de 35,23 puntos (Tabla 5.17). Estos resultados confirmarían la
existencia de unas actitudes, en general, poco favorables al consumo de drogas ilícitas.
Los varones y los jóvenes de mayor edad (22 a 25 años) mantienen actitudes mas
favorables hacia el consumo de drogas que las mujeres y los jóvenes de 18 a 21 años,
como lo confirma la existencia de diferencias estadísticamente significativas en los
valores medios de la escala, así como en la mayor parte de los ítems que integran la
misma.
66
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Tabla 5.17. Actitudes de los universitarios riojanos ante el consumo de drogas, según sexo y edad.
Puntuación media obtenida en los distintos ítems de la escala.
ACTITUDES ANTE EL CONSUMO
DE DROGAS ILÍCITAS
1.
Es agradable meterte una raya de coca
de vez en cuando
2. Debería controlarse más el consumo de
cocaína y éxtasis en lugares de marcha
3. Tomar cocaína o éxtasis ayuda a resultar
mas interesante y atractivo/a a los demás
4. La gente que consume cocaína o éxtasis
no sabe de verdad los riesgos que asume
5. Tomar coca o éxtasis te ayuda a disfrutar
de verdad de la fiesta
6. Consumir drogas ilegales puede ser
agradable
7. Un joven nunca debería probar drogas
8. Hay pocas cosas más peligrosas que
experimentar con drogas
9. Consumir drogas es divertido
10. Hay muchas cosas mucho mas arriesgadas
que probar drogas
11. Todo el que prueba drogas acaba
lamentándolo
12. Las leyes en materia de drogas ilegales
deberían ser más estrictas
13. El uso de drogas es uno de los grandes
males del país
14. Las drogas ayudan a la gente a tener una
experiencia plena de la vida
15. En los colegios se deberían enseñar los
peligros reales del consumo de drogas
16. La policía no debería meterse con los
jóvenes que prueban drogas
17. Probar las drogas es perder el control de tu
vida
18. Las drogas no tienen porque ser un
problema ni para el consumidor ni para la
sociedad
Puntuación media total escala
Desviación típica
TOTAL
(A)
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
1,34
1,49 (C)
1,26
1,25
1,77 (D)
1,58
1,72 (c)
1,51
1,56
1,67
1,45
1,69 (C)
1,33
1,41
1,65 (d)
2,24
2,40 (c)
2,16
2,21
2,39
1,60
1,99 (C)
1,39
1,53
1,92 (D)
1,94
2,41 (C)
1,69
1,86
2,33 (D)
2,36
2,56 (c)
2,25
2,33
2,53
2,55
2,50
2,57
2,49
2,82 (D)
1,73
2,19 (C)
1,49
1,62
2,27 (D)
2,95
3,18 (C)
2,82
2,89
3,22 (d)
2,32
2,46
2,25
2,21
2,88 (D)
1,93
2,14 (C)
1,83
1,90
2,08
2,20
2,44 (C)
2,07
2,17
2,35
1,53
1,75 (C)
1,41
1,50
1,65
1,50
1,64 (C)
1,43
1,49
1,55
1,94
2,14 (C)
1,84
1,89
2,20 (d)
2,39
2,67 (C)
2,24
2,32
2,71 (d)
1,85
2,07 (C)
1,73
1,79
2,16 (D)
35,23
10,22
39,03(C)
10,67
33,34
9,45
34,24
9,44
40,08 (D)
12,40
(*) Las respuestas a las preguntas 2, 4, 7, 8, 11, 12, 13, 15 y 17 se puntúan en orden inverso, de 1
“Totalmente de acuerdo” a 5 “Totalmente en desacuerdo”.
Columnas testadas al 5% las mayúsculas y 10% las minúsculas de nivel de significación: B/C - D/E.-
Si se agrupan por intervalos las puntuaciones medias obtenidas para el conjunto de la
escala, es posible obtener una tipología básica de actitudes ante el consumo de drogas:
•
•
•
Actitudes poco favorables ante el consumo de drogas: de 18 a 48 puntos:
Actitudes intermedias ante al consumo de drogas: de 49 a 59 puntos.
Actitudes favorables ante el consumo de drogas: 60 a 90 puntos.
La aplicación de estos intervalos a los resultados obtenidos en los cuestionarios permite
constatar que los jóvenes riojanos mantienen una actitud abrumadoramente
desfavorable ante el consumo de drogas ilegales (87,9%). Únicamente un 2,1% de
encuestados expresa una actitud favorable ante el consumo (Figura 5.11).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
67
Figura 5.11. Tipología juvenil en función de su actitud ante el consumo de drogas ilícitas.
(% de encuestados con puntuaciones medias incluidas en los respectivos intervalos).
87,9%
Actitudes poco favorables (18-48
puntos)
Actitudes intermedias (49-59 puntos)
9,9%
Actitudes favorables (60-90 puntos)
2,1%
Las actitudes desfavorables hacia el consumo de drogas son significativamente
superiores entre las mujeres y los jóvenes de menos edad, mientras que las actitudes
intermedias son más frecuentes entre los hombres y jóvenes de 22 a 25 años (Tabla 5.18).
Tabla 5.18. Tipología de jóvenes en función de su actitud básica ante el consumo de drogas
ilícitas, según sexo y edad (%).
ACTITUDES ANTE EL CONSUMO DE
DROGAS ILÍCITAS
Actitudes poco favorables
Actitudes intermedias
Actitudes favorables
TOTAL
(A)
87,9
9,9
2,1
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
78,7
92,6 (B)
17,0 (C)
6,4
4,3
1,1
18-21 años
(D)
90,6 (E)
7,7
1,7
EDAD
22-25 años
(E)
75,0
20,8 (D)
4,2
La puntuación media obtenida por los encuestados en la Subescala “Actitudes hacia el
consumo de psicoestimulantes (cocaína y éxtasis)”, cuyos valores oscilan en un rango de
5 a 25 puntos, es de 8,19 puntos, un 45,4% por debajo del punto de equilibrio (15 puntos).
Los varones y jóvenes de 22 a 25 años obtienen puntuaciones promedio más elevadas en
la subescala, indicativas de una actitud algo más favorable al consumo de
psicoestimulantes (Tabla 5.19).
Tabla 5.19. Puntuaciones subescala “Actitudes ante el consumo de psicoestimulantes“(medias).
SUBESCALA ACTITUDES ANTE EL
CONSUMO DE PSICOESTIMULANTES
Media
Desviación típica
TOTAL
(A)
8,19
2,87
SEXO
Hombre
(B)
9,27 (C)
3,18
Mujer
(C)
7,64
2,54
18-21 años
(D)
7,96
2,66
EDAD
22-25 años
(E)
9,35 (D)
3,58
Por su parte, la puntuación media obtenida por los encuestados en la Subescala
“Actitudes hacia el consumo de drogas ilícitas”, cuyos valores oscilan en un rango de 13
a 65 puntos, es de 27,05 puntos, un 30,6% por debajo del punto de equilibrio (39 puntos).
Los varones y jóvenes de 22 a 25 años obtienen también en este caso puntuaciones
promedio más elevadas en la subescala, indicativas de una actitud algo más favorable
al consumo de drogas ilícitas (Tabla 5.20). Los resultados de las dos subescalas permiten
constatar que la actitud de los jóvenes encuestados en más desfavorable hacia el
consumo de psicoestimulantes que de las drogas ilícitas en general.
68
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Tabla 5.20. Puntuaciones subescala “Actitudes ante el consumo de drogas ilícitas“(medias).
SUBESCALA ACTITUDES ANTE EL
CONSUMO DE DROGAS ILÍCITAS
Media
Desviación
TOTAL
(A)
27,05
8,23
SEXO
Hombre
(B)
29,86 (C)
8,35
Mujer
(C)
25,63
7,81
18-21 años
(D)
26,30
7,79
EDAD
22-25 años
(E)
30,73 (D)
9,36
b) Actitudes hacia el consumo de psicoestimulantes en contextos recreativos
Para analizar las actitudes de los jóvenes hacia el consumo de psicoestimulantes en
contextos recreativos se aplicó una escala compuesta por 7 ítems, que los encuestados
debían responder puntuando cada pregunta en una escala de Likert del 1 “totalmente
en desacuerdo” al 5 “totalmente de acuerdo”. El resultado global de la escala oscila
entre 7 y 35 puntos, mostrando las puntuaciones más altas (cercanas a 35) unas actitudes
más favorables hacia el consumo de psicoestimulantes en espacios de ocio.
Los encuestados obtienen una puntuación promedio en la escala de 11,60 puntos, lo que
ratifica la existencia de una actitud poco favorable al consumo de psicoestimulantes en
contextos recreativos. No obstante, esta disposición es algo más favorable que en caso
de las actitudes generales ante las drogas ilícitas y los psicoestimulantes. Ello indica que
cuando las actitudes se refieren a conductas en algún modo próximas a la realidad de
ciertos jóvenes (consumo de psicoestimulantes en espacios lúdicos) las mismas dejan de
ser tan abiertamente desfavorables, si bien sólo un 1,7% de encuestados considera
normal que los jóvenes consuman psicoestimulantes cuando salen de fiesta.
Los varones y los jóvenes de mayor edad mantienen actitudes más favorables hacia el
consumo de psicoestimulantes en contextos recreativos que las mujeres y los jóvenes de
18 a 21 años (Tabla 5.21).
Tabla 5.21. Actitudes de los universitarios riojanos ante el consumo de psicoestimulantes en
contextos recreativos, según sexo y edad. Puntuaciones medias en los distintos ítems de la escala.
ACTITUDES CONSUMO PSICOESTIMULANTES
EN CONTEXTOS RECREATIVOS
1.
Es normal que los jóvenes consuman
psicoestimulantes cuando salen de fiesta
2. Consumir psicoestimulantes los fines de
semana no tiene porque ser peligroso
3. Merece la pena experimentar con
cocaína y D. Síntesis y asumir sus riesgos
4. Probar estas sustancias es esencial para
conocer sus riesgos y beneficios y decidir
sobre su consumo
5. Consumir psicoestimulantes de modo
ocasional aporta más beneficios que
problemas
6. Si sales de fiesta por la noche es casi
imposible abstenerse de consumir
cocaína
7. El ocio juvenil esta organizado de modo
que no existe alternativa al consumo de
psicoestimulantes u otras drogas
MEDIA (intervalo de 7 a 35 puntos)
Desviación típica
TOTAL
(A)
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
2,10
2,41 (C)
1,94
2,08
2,22
1,68
1,75
1,64
1,64
1,88
1,52
1,73 (C)
1,41
1,45
1,84 (D)
1,76
2,03 (C)
1,61
1,69
2,08 (D)
1,54
1,73 (C)
1,43
1,48
1,82 (D)
1,36
1,45
1,31
1,33
1,50
1,65
1,91(C)
1,51
1,59
11,60
4,50
12,91(C)
4,37
10,91
4,43
11,26
4,32
13,26 (D)
5,05
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
69
Por su interés se muestran a continuación los porcentajes de respaldo que obtienen cada
uno de los ítems de la escala (Tabla 5.22).
Tabla 5.22. Actitudes de los universitarios riojanos ante el consumo de psicoestimulantes en
contextos recreativos, según sexo y edad (%).
ACTITUDES CONSUMO PSICOESTIMULANTES
EN CONTEXTOS RECREATIVOS
TOTAL
(A)
SEXO
EDAD
Hombre
Mujer
18-21 años
22-25 años
(B)
(C)
(D)
(E)
1. Es normal que los jóvenes consuman psicoestimulantes cuando salen de fiesta
(1) Total desacuerdo
35,7
22,3
42,6 (B)
38,4 (E)
22,0
(2)
33,7
34,0
33,5
32,0
42,0
(3)
17,0
26,2 (C)
12,2
14,8
28 (d)
(4)
12,0
15,5
10,2
12,8
8,0
(5) Total acuerdo
1,7
1,9
1,5
2,0 (E)
0,0
2. Consumir psicoestimulantes los fines de semana no tiene porque ser peligroso
(1) Total desacuerdo
48,3
40,8
52,3 (b)
50,0
40,0
(2)
39,7
46,6 (c)
36
38,8
44,0
(3)
8,7
9,7
8,1
8,8
8,0
(4)
2,7
2,9
2,5
2,4
4,0
(5) Total acuerdo
0,7
0,0
1,0
0,0
4,0
3. Merece la pena experimentar con la cocaína y las drogas de síntesis y asumir sus riesgos
(1) Total desacuerdo
64,7
51,5
71,6 (B)
67,6 (E)
50
(2)
24,0
33,0 (C)
19,3
23,2
28
(3)
5,3
5,8
5,1
4,0
12 (d)
(4)
4,7
7,8
3,0
4,0
8,0
(5) Total acuerdo
0,7
1,0
0,5
0,4
2,0
4. Probar estas sustancias es esencial para conocer sus riesgos y beneficios y decidir sobre su consumo
(1) Total desacuerdo
53
39,8
59,9 (B)
55,2 (e)
42,0
(2)
26,7
31,1
24,4
26,8
26,0
(3)
13,7
19,4 (c)
10,7
12,8
18,0
(4)
4,0
5,8
3,0
2,8
10 (d)
(5) Total acuerdo
2,3
3,9
1,5
2,0
4,0
5. Consumir psicoestimulantes de modo ocasional aporta más beneficios que problemas
(1) Total desacuerdo
64,7
54,4
70,1 (B)
68,0 (E)
48
(2)
25,7
31,1
22,8
22,8
40
(3)
3
6,8 (C)
1
3,2
2
(4)
3,7
2,9
4,1
4
2
(5) Total acuerdo
2,7
4,9
1,5
1,6
8
6. Si sales de fiesta por la noche es casi imposible abstenerse de consumir cocaína
(1) Total desacuerdo
76,3
68,9
80,2 (B)
78,4 (e)
66
(2)
15,3
20,4 (c)
12,7
13,2
26 (d)
(3)
5,7
7,8
4,6
6,0
4,0
(4)
1,3
2,9
0,5
1,6 (E)
0,0
(5) Total acuerdo
1,3
0
2,0 (B)
0,8
4,0
7. El ocio juvenil esta organizado de tal modo que no existe alternativa al consumo de psicoestimulantes
(1) Total desacuerdo
60,7
48,5
67,0 (B)
64,0 (E)
44,0
(2)
23
27,2
20,8
20,4
36,0
(3)
8,7
13,6 (C)
6,1
8,8
8,0
(4)
5,3
5,8
5,1
4,8
8,0
(5) Total acuerdo
2,0
4,9 (C)
0,5
1,6
4,0
Columnas testadas al 5% las mayúsculas y 10% las minúsculas de nivel de significación: B/C - D/E.-
70
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
5.4.
Posición ante los riesgos y beneficios asociados al consumo de drogas
La posición que los jóvenes mantienen respecto a los riesgos o beneficios asociados al
consumo de drogas ha sido analizada mediante la aplicación de una escala integrada
por diez ítems. Los encuestados debían mostrar su nivel de acuerdo con los distintos ítems
en una escala de Likert que va del 1 “totalmente en desacuerdo” al 10 “totalmente de
acuerdo”. El resultado de la escala oscila de 10 a 100 puntos, indicando las puntuaciones
más altas (cercanas a 100) una posición más favorable a la asunción de riesgos
relacionados con las drogas.
La puntuación promedio obtenida por los encuestados en la escala fue de 27,57 puntos
(Tabla 5.23), lo que confirmaría la existencia de posiciones poco favorables a la asunción
de riesgos relacionados con las drogas.
Los varones y los jóvenes de mayor edad (22 a 25 años) mantienen una posición más
favorable hacia la asunción de riesgos relacionados con el consumo de drogas que las
mujeres y los jóvenes de 18 a 21 años, tal y como se desprende de la existencia de
diferencias estadísticamente significativas en los valores medios de la escala.
Tabla 5.23. Posición de los universitarios riojanos ante los riesgos y beneficios asociados al consumo
de drogas, según sexo y edad. Puntuación media obtenida en los distintos ítems de la escala.
POSICIÓN ANTE RIESGOS/BENEFICIOS
ASOCIADOS AL CONSUMO
1.
Las drogas pueden más que tu, es
imposible controlarlas
2. Las drogas destruyen a quienes las
consumen, no hay que probarlas
3. En la vida hay que probar de todo,
también drogas
4. Las drogas tienen riesgos, como todo lo
que merece la pena en la vida
5. Las drogas no suponen mas peligros que
cualquier otra forma de diversión
6. Consumir drogas es cosa de jóvenes
7. Los riesgos de consumir drogas se
pueden controlar
8. Se pueden usar drogas, pero hay que
tener cuidado con ellas
9. Usar drogas tiene demasiados riesgos, es
preferible evitarlas
10. Probar drogas es la única forma de
aprender a manejar sus riesgos
MEDIA
Desviación típica
TOTAL
(A)
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
3,57
4,29 (C)
3,19
3,44
4,22
2,85
3,33 (C)
2,60
2,75
3,36
2,69
3,18 (C)
2,44
2,52
3,58 (D)
3,13
3,70 (C)
2,84
3,10
3,30
2,11
2,46 (C)
1,92
2,05
2,38
2,18
2,79 (C)
1,85
2,11
2,52
3,11
3,07
3,13
3,07
3,30
3,24
4,04 (C)
2,83
3,16
3,68
2,58
2,98 (C)
2,37
2,53
2,84
2,08
2,72 (C)
1,74
1,94
2,80 (D)
27,57
14,40
32,39(C)
14,79
25,02
13,55
26,65
13,40
31,98 (D)
18,00
(*) Las respuestas a las preguntas 1, 2 y 9 se puntúan en orden inverso, de 1 “Totalmente de
acuerdo” a 10 “Totalmente en desacuerdo”.
Columnas testadas al 5% las mayúsculas y 10% las minúsculas de nivel de significación: B/C - D/E.-
Si se agrupan por intervalos las puntuaciones medias obtenidas para el conjunto de la
escala, es posible obtener una tipología básica de los posicionamientos de los jóvenes
riojanos ante los riesgos y beneficios asociados al consumo de drogas:
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
•
•
•
71
Posición no favorable a la asunción de riesgos: de 10 a 45 puntos:
Posición intermedia: de 46 a 64 puntos.
Posición favorable a la asunción de riesgos: 65 a 100 puntos.
Las respuestas obtenidas en los cuestionarios que se corresponden con cada uno de
estos intervalos (Figura 5.12), muestra que los jóvenes riojanos mantienen
mayoritariamente (87,3%) una posición poco favorable a la asunción de riesgos
relacionados con el consumo de drogas, frente al 2,4% que muestra una actitud
favorable.
Figura 5.12. Tipología juvenil en función de su posición ante la asunción de riesgos relacionados
con el consumo de drogas. (% de puntuaciones medias incluidas en los respectivos intervalos).
Posición no favorable (10-45 puntos)
87,3%
Posición intermedia (46-64 puntos)
10,3%
Posición favorable (65-100 puntos)
2,4%
Las actitudes poco favorables hacia la asunción de riesgos relacionados con las drogas
son significativamente superiores entre las mujeres y los jóvenes de menos edad (18 a 21
años). Por su parte, las actitudes intermedias son más frecuentes entre los hombres,
mientras que las más favorables a la asunción de riesgos se registran entre los jóvenes de
22 a 25 años (Tabla 5.24).
Tabla 5.24. Tipología de jóvenes en función de su actitud básica ante el consumo de drogas
ilícitas, según sexo y edad (%).
POSICIÓN ANTE ASUNCIÓN DE RIESGOS
RELACIONADOS CON LAS DROGAS
No favorable a asunción de riesgos
Intermedia
Favorable a asunción de riesgos
TOTAL
(A)
87,3
10,3
2,4
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
80,2
91,1 (B)
16,8 (C)
6,8
3
2,1
18-21 años
(D)
89,7 (E)
9,1
1,2
EDAD
22-25 años
(E)
76
16
8,0 (d)
Columnas testadas al 5% las mayúsculas y 10% las minúsculas de nivel de significación: B/C - D/E.-
72
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
5.5.
Problemas y beneficios asociados al consumo de cocaína y otros
psicoestimulantes los fines de semana
Los problemas que mayoritariamente atribuyen los jóvenes al hecho de consumir cocaína
de vez en cuando los fines de semana son los problemas con la familia (61,7% de
menciones), los riesgos de convertirse en un adicto (60,3%) y los problemas de salud
(51,7%). En una posición intermedia se encuentran los accidentes (36,3% de menciones) y
las broncas y peleas (36,0%).
Los problemas de salud y los accidentes son mencionados en porcentajes
significativamente superiores por las mujeres, en tanto que los hombres destacan más las
molestias físicas y psicológicas después del consumo y/o el malestar al día siguiente
(Tabla 5.25).
Tabla 5.25. Problemas que los jóvenes atribuyen al consumo ocasional de cocaína los fines de
semana, según sexo y edad (%). Respuesta múltiple (máximo 4 opciones).
PROBLEMAS ATRIBUIDOS
Problemas con la familia
Convertirse en un adicto
Problemas de salud
Accidentes
Broncas y peleas
Molestias físicas o psicológicas
después del consumo
Problemas con la pareja
Problemas económicos
Malestar al día siguiente
Problemas en los estudios
Malos rollos con amigos/as
Rechazo de quienes no consumen
Problemas legales
Problemas laborales
Ninguno
Ns/Nc
61,7
60,3
51,7
36,3
36,0
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
60,2
62,4
58,3
61,4
43,7
55,8 (B)
26,2
41,6 (B)
35,0
36,5
25,7
33,0 (C)
21,8
26,8
20,0
24,7
22,0
13,7
12,3
11,3
11,3
9,7
3,3
0,0
1,3
27,2
22,3
21,4 (C)
14,6
13,6
13,6
13,6
1,9
0,0
0,0
23,4
21,8
9,6
11,2
10,2
10,2
7,6
4,1
0,0
2,0
25,6
23,2
12,4
12,0
11,6
9,6
9,6
3,6
0,0
1,2
20,0
16,0
20,0
14,0
10,0
20,0 (d)
10,0
2,0
0,0
2,0
TOTAL
(A)
18-21 años
(D)
61,6
60,8
50,4
36,8
36,0
EDAD
22-25 años
(E)
62,0
58,0
58,0
34,0
36,0
Columnas testadas al 5% las mayúsculas y 10% las minúsculas de nivel de significación: B/C - D/E.-
Por lo que se refiere a los problemas asociados al consumo de otros psicoestimulantes
distintos de la cocaína, con este mismo patrón (tomar de vez en cuando éxtasis o speed
los fines de semana), son los problemas de salud (53,0%) y de convertirse en adicto
(51,3%) los que reciben menciones mayoritarias. Los problemas con la familia, las broncas
y peleas y los accidentes se encuentran en una posición intermedia.
Los hombres señalan con mayor frecuencia problemas como el malestar al día siguiente,
los malos rollos con los amigos y el rechazo por parte de quienes no consumen, en tanto
que las mujeres lo hacen con los problemas laborales (Tabla 5.26).
73
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Tabla 5.26. Problemas que los jóvenes atribuyen al consumo ocasional de éxtasis o speed los fines
de semana, según sexo y edad (%).Respuesta múltiple (máximo 4 opciones).
SEXO
Hombre
(B)
47,6
50,5
42,7
39,8
34,0
TOTAL
(A)
PROBLEMAS ATRIBUIDOS
Problemas de salud
Convertirse en un adicto
Problemas con la familia
Broncas y peleas
Accidentes
Molestias físicas o psicológicas
después del consumo
Problemas con la pareja
Problemas económicos
Problemas en los estudios
Malestar al día siguiente
Malos rollos con amigos/as
Problemas legales
Rechazo de quienes no consumen
Problemas laborales
Ninguno
Ns/Nc
53,0
51,3
47,3
38,0
37,0
EDAD
Mujer
(C)
55,8
51,8
49,7
37,1
38,6
18-21 años
(D)
53,2
50,4
46,0
39,2
36,8
22-25 años
(E)
52,0
56,0
54,0
32,0
38,0
26,7
26,2
26,9
27,2
24,0
20,3
16,3
14,3
12,7
9,3
13,0
11,3
8,3
0,0
5,7
21,4
14,6
12,6
17,5 (c)
14,6 (C)
20,4 (C)
18,4 (C)
3,9
0,0
3,9
19,8
17,3
15,2
10,2
6,6
9,1
7,6
10,7 (B)
0,0
6,6
20,8
18,4 (E)
14,8
11,6
7,6
13,2
10,4
8,8
0,0
6,0
18,0
6,0
12,0
18,0
18 (d)
12,0
16,0
6,0
0,0
4,0
La intensidad de los problemas atribuidos al consumo ocasional de psicoestimulantes en
los fines de semana difiere ligeramente según el tipo de sustancia (Figura 5.13).
Figura 5.13. Problemas atribuidos al consumo ocasional de cocaína y éxtasis/speed los fines de
semana (%).
0%
10%
20%
30%
40%
Problemas con la familia
Problemas de salud
Broncas y peleas
25,7%
26,2%
24,7%
21,4%
22,0%
Molestias tras el consumo
Problemas con la pareja
Problemas económicos
Malestar al día siguiente
Problemas en los estudios
Malos rollos con amigos/as
Rechazo de quienes no consumen
Problemas legales
Ns/Nc
60%
53,0%
Convertirse en adicto
Problemas laborales
50%
3,3%
36,3%
39,8%
50,5%
51,7%
47,6%
14,6%
13,7%
17,5%
12,3%
12,6%
11,3%
14,6%
11,3%
18,4%
9,7%
20,4%
8,3%
1,3%
5,7%
COCAÍNA
ÉXTASIS/SPEED
70%
61,7%
60,3%
74
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
El hecho de que tanto la imagen de los psicoestimulantes, como las actitudes hacia su
consumo, sean mayoritariamente desfavorables entre los jóvenes encuestados, no
implica que los mismos no atribuyan beneficios a su consumo ocasional los fines de
semana. En el caso de la cocaína, al menos uno de cada tres encuestados atribuye a
esta sustancia la capacidad de prolongar el tiempo de marcha (34,0% de adhesiones) y
un 23,3% para animarse o estimularse. Indicar que sólo el 40,3% de los jóvenes no atribuye
a la cocaína ningún beneficio, porcentaje significativamente superior en el caso de las
mujeres (Tabla 5.27).
Tabla 5.27. Beneficios que los jóvenes atribuyen al consumo ocasional de cocaína los fines de
semana, según sexo y edad (%).Respuesta múltiple (máximo 4 opciones).
BENEFICIOS ATRIBUIDOS
Permite aguantar mas tiempo de marcha
Ayuda a animarte, a estimularte
Ayuda a desinhibirte, a ser más
espontáneo
Hace que te olvides de todos tus
problemas
Ayuda a pasarlo mejor, a divertirse mas
Hace que las sensaciones sean mas
intensas
Te da energía, te hace sentir capaz de
todo
Ayuda a relacionarte con los demás, a
ligar
Hace que tengas más confianza, que
estés más seguro/a
Hacen más fáciles y mejores las relaciones
sexuales
Mejora tu aceptación social, te hace mas
popular
Te ayudan a estar delgada/o
Te da prestigio ante los demás
Evita que los demás te vean como
persona rara/antigua
Puedes beber lo que quieras sin
emborracharte
Mejora tu creatividad
Ayuda a tener éxito
Ayuda
a
concentrarte
y
a
estudiar/trabajar mejor
Ninguno
Ns/Nc
TOTAL
(A)
34,0
23,3
SEXO
Hombre
(B)
40,8 (c)
26,2
Mujer
(C)
30,5
21,8
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
32,4
42,0
23,6
22,0
17,7
15,5
18,8
16,8
22,0
17,7
17,5
17,8
20,4 (E)
4,0
15,3
19,4
13,2
13,6
24,0
14,3
13,6
14,7
14,0
16,0
12,7
20,4 (C)
8,6
13,2
10,0
10,0
11,7
9,1
10,4
8,0
9,7
13,6
7,6
10,0
8,0
5,0
8,7 (c)
3,0
4,8
6,0
4,7
4,9
4,6
4,4
6,0
4,0
3,3
1,0
2,9
5,6 (B)
3,6
4,4
2,8
2,0
6,0
3,3
2,9
3,6
3,2
4,0
3,0
2,9
3,0
3,2
2,0
1,7
1,3
2,9
1,9
1,0
1,0
2,0 (E)
0,8
0,0
4,0
1,0
1,9
0,5
0,8
2,0
40,3
2,3
34,0
0,0
43,7 (b)
3,6
40,8
2,4
38,0
2,0
Columnas testadas al 5% las mayúsculas y 10% las minúsculas de nivel de significación: B/C - D/E.-
Al igual que en el caso de la cocaína, los beneficios que los jóvenes atribuyen al
consumo de psicoestimulantes como el éxtasis o el speed se relacionan con su acción
estimulante, que vinculan a su poder para prolongar o intensificar la fiesta (Tabla 5.28).
75
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Tabla 5.28. Beneficios que los jóvenes atribuyen al consumo ocasional de otros psicoestimulantes
distintos de la cocaína los fines de semana, según sexo y edad (%).
Respuesta múltiple (máximo 4 opciones).
BENEFICIOS ATRIBUIDOS
Permite aguantar mas tiempo de marcha
Ayuda a animarte, a estimularte
Te da energía, te hace sentir capaz de todo
Ayuda a desinhibirte, a ser más espontáneo
Ayuda a pasarlo mejor, a divertirse más
Hace que te olvides de todos tus problemas
Hace que las sensaciones sean mas intensas
Hace que tengas más confianza, que estés
más seguro/a
Ayuda a relacionarte con los demás, a ligar
Mejora tu aceptación social, te hace mas
popular
Te ayudan a estar delgada/o
Puedes
beber
lo
que
quieras
sin
emborracharte
Evita que los demás te vean como persona
rara/antigua
Ayuda a concentrarte y a estudiar/trabajar
mejor
Hacen más fáciles y mejores las relaciones
sexuales
Ayuda a tener éxito
Mejora tu creatividad
Te da prestigio ante los demás
Ninguno
Ns/Nc
TOTAL
(A)
32,3
17,3
17,0
16,0
13,3
13,3
12,0
SEXO
Mujer
Hombre
(B)
(C)
35,9
30,5
19,4
16,2
21,4
14,7
12,6
17,8
14,6
12,7
12,6
13,7
14,6
10,7
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
29,6
46 (D)
18,0
14,0
17,6
14,0
16,8
12,0
12
20
13,6
12,0
10,8
18,0
9,3
11,7
8,1
9,6
8,0
7,0
6,8
7,1
7,2
6,0
6,0
4,9
6,6
6,8 (e)
2,0
5,3
2,9
6,6
5,6
4,0
4,3
4,9
4,1
4,8
2,0
3,3
5,8
2,0
3,2
4,0
3,3
1,9
4,1
4,0 (E)
0,0
3,0
5,8 (c)
1,5
2,8
4,0
2,7
2,7
2,0
38,0
7,0
4,9
4,9
1,9
33,0
5,8
1,5
1,5
2,0
40,6
7,6
2,4
2,8
1,6
38,8
7,2
4,0
2,0
4,0
34,0
6,0
Columnas testadas al 5% las mayúsculas y 10% las minúsculas de nivel de significación: B/C - D/E.-
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
5.6.
76
Percepción del riesgo asociado al consumo de psicoestimulantes
Para conocer la percepción del riesgo asociada a diferentes conductas de consumo de
psicoestimulantes se aplicó una escala de 8 ítems, que los encuestados debían puntuar
de 1 (“Ningún riesgo”) a 4 (“Gran riesgo”), en función del riesgo que consideran que
alguien asume de perjudicarse a sí mismo manteniendo esa conducta.
Los resultados obtenidos confirman la existencia de unos elevados niveles de riesgo
asociados al consumo de todas las sustancias, sensiblemente superiores en el caso de los
patrones de consumo habitual, sin que el tipo de sustancia afecte de forma notable al
riesgo atribuido.
En una escala de 8 a 32 puntos, el riesgo atribuido a los psicoestimulantes obtiene una
puntuación global de 28,23 puntos (Tabla 5.29). Por lo que se refiere a las puntuaciones
medias que la escala facilita para cada uno de los 8 patrones de consumo de
psicoestimulantes analizados (que oscilan en un rango de 1 a 4), las diferencias son
mínimas, alcanzando los siguientes registros para el consumo ocasional de anfetaminas
(3,93 puntos), cocaína ((3,14), éxtasis (3,19) y speed (3,13). Por su parte, y aunque en
niveles sensiblemente superiores, los niveles de riesgo asociado al consumo habitual de
estas mismas sustancias son muy similares, alcanzando valores del 3,93, 3,92, 3,90 y 3,90
puntos, respectivamente, para las anfetaminas, la cocaína , el éxtasis y el speed.
La puntuación global en la escala alcanza valores significativamente superiores en el
caso de las mujeres (28,72 puntos frente a los 27,27 de los hombres). De igual modo, las
puntuaciones medias del riesgo asociado al consumo ocasional de anfetaminas,
cocaína y speed son también significativamente superiores entre las mujeres, lo mismo
que en el caso del consumo regular de éxtasis y speed.
La influencia de la edad en la percepción del riesgo es más limitada, sin que se aprecien
diferencias estadísticamente significativas entre los dos grupos de edad analizados. No
obstante, los jóvenes de menor edad (18 a 21 años) obtienen los valores medios en la
escala significativamente superiores para el consumo habitual de anfetaminas y el
consumo ocasional de cocaína.
77
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Tabla 5.29. Percepción del riesgo atribuido al consumo de psicoestimulantes, según sexo y edad.
TOTAL
(A)
TOMAR ANFETAMINAS ESPORÁDICAMENTE
(1) Ningún riesgo
(2) Pequeño riesgo
(3) Riesgo moderado
(4) Gran riesgo
Difícil de decir/no se
Media (Escala de 1 a 4 puntos)
CONSUMIR ANFETAMINAS HABITUALMENTE
(1) Ningún riesgo
(2) Pequeño riesgo
(3) Riesgo moderado
(4) Gran riesgo
Difícil de decir/no se
Media (Escala de 1 a 4 puntos)
PROBAR COCAINA OCASIONALMENTE
(1) Ningún riesgo
(2) Pequeño riesgo
(3) Riesgo moderado
(4) Gran riesgo
Difícil de decir/no se
Media (Escala de 1 a 4 puntos)
CONSUMIR COCAINA CON REGULARIDAD
(1) Ningún riesgo
(2) Pequeño riesgo
(3) Riesgo moderado
(4) Gran riesgo
Difícil de decir/no se
Media (Escala de 1 a 4 puntos)
PROBAR EXTASIS OCASIONALMENTE
(1) Ningún riesgo
(2) Pequeño riesgo
(3) Riesgo moderado
(4) Gran riesgo
Difícil de decir/no se
Media (Escala de 1 a 4 puntos)
CONSUMIR EXTASIS CON REGULARIDAD
(1) Ningún riesgo
(2) Pequeño riesgo
(3) Riesgo moderado
(4) Gran riesgo
Difícil de decir/no se
Media (Escala de 1 a 4 puntos)
PROBAR OCASIONALMENTE SPEED
(1) Ningún riesgo
(2) Pequeño riesgo
(3) Riesgo moderado
(4) Gran riesgo
Difícil de decir/no se
Media (Escala de 1 a 4 puntos)
CONSUMIR SPEED CON REGULARIDAD
(1) Ningún riesgo
(2) Pequeño riesgo
(3) Riesgo moderado
(4) Gran riesgo
Difícil de decir/no se
Media (Escala de 1 a 4 puntos)
PUNTUACIÓN MEDIA TOTAL ESCALA
Desviación típica
SEXO
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
Hombre
(B)
Mujer
(C)
0,3
19,3
45,3
30,0
5,0
3,11
0,0
26,2 (C)
41,7
24,3
7,8
2,98
0,5
15,7
47,2
33,0
3,6
3,17 (B)
0,0
19,2
46,4
29,6
4,8
3,11
9,2
20
40
32,0
6,0
3,09
0,0
0,3
6,3
90,7
2,7
3,93
0,0
0,0
9,7
86,4
3,9
3,90
0,0
0,5
4,6
92,9 (b)
2,0
3,94
0,0
0,0
5,2
92,0
2,8
3,95 (e)
0,0
2,0
12,0
84,0
2,0
3,84
2,0
17,7
41,3
35,0
4,0
3,14
4,9 (C)
23,3 (c)
36,9
31,1
3,9
2,98
0,5
14,7
43,7
37,1
4,1
3,22 (B)
1,2
16,4
42,4
36,4
3,6
3,18 (e)
6,0
24
36
28
6
2,91
0,0
0,7
6,0
90,0
2,3
3,92
0,0
0,0
9,7 (c)
85,4
3,9
3,90
0,0
1,0
4,1
92,4 (b)
1,5
3,94
0,0
0,4
5,6
90,8
2,0
3,93
0,0
2,0
8,0
86,0
4,0
3,88
1,0
14,7
46,0
34,7
3,7
3,19
2,9 (c)
18,4
41,7
34,0
2,9
3,10
0,0
12,7
48,2
35,0
4,1
3,23
1,2
12,8
47,2
35,2
3,6
3,21
0,0
24 (d)
40,0
32,0
4,0
3,08
0,0
1,3
7,0
88,0
2,7
3,90
0,0
2,9
12,6 (C)
81,6
2,9
3,81
0,0
0,5
4,1
91,4 (B)
2,5
3,95 (B)
0,0
1,2
6,0
88,8
2,8
3,91
0,0
2,0
12,0
84
2,0
3,84
3,0
16,7
41,3
34,7
4,0
3,13
7,8 (C)
21,4
40,8
26,2
3,9
2,89
0,5
14,2
41,6
39,1 (B)
4,1
3,25 (B)
2,4
15,2
42,4
35,6
4,0
3,16
6,0
24,0
36,0
30,0
4,0
2,94
0,3
0,7
7,0
89,0
2,3
3,90
28,23
2,92
1,0
1,0
13,6 (C)
80,6
2,9
3,81
27,27
3,11
0,0
0,5
3,6
93,4 (B)
2,0
3,95 (B)
28,72 (B)
2,69
0,4
0,4
8,0 (E)
88
2,4
3,90
28,36
2,78
0,0
2,0
2,0
94
2,0
3,94
27,61
3,48
(*) Las respuestas “difícil de decir/no se” se consideran como no respondidas para calcular las medias.
78
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Si se agrupan las categorías de respuestas ningún + pequeño riesgo por un lado, y por
otro moderado + gran riesgo, tampoco se evidencian diferencias en los porcentajes de
quienes atribuyen un bajo y alto riesgo para las distintas conductas de consumo de
psicoestimulantes que vienen siendo analizadas (Figura 5.14).
Figura 5.13. Riesgo percibido asociado al consumo de psicoestimulantes (%).
0%
100%
120%
76,3%
15,7%
80,7%
19,7%
Consumir ocasionalmente speed
Consumir habitualmente speed
80%
19,7%
Consumir ocasionalmente éxtasis
Consumir habitualmente éxtasis
60%
75,3%
Consumir ocasionalmente cocaína
Consumir habitualmente cocaína
40%
19,6%
Consumir ocasionalmente anfetaminas
Consumir habitualmente anfetaminas
20%
76,0%
0,3%
97,0%
0,7%
96,0%
1,3%
95,0%
1,0%
96,0%
Bajo riesgo
Alto riesgo
Categoría bajo riesgo: ningún + bajo riesgo. Categoría alto riesgo: Riesgo moderado + gran riesgo.
Para completar el análisis de la percepción del riesgo asociado al consumo de
psicoestimulantes se pidió a los encuestados que ponderaran, en una escala de 1 (“nada
en absoluto”) a 10 (“muchísimo”), el riesgo que a su juicio tiene que un joven se metiera
una raya de cocaína o tomara otros psicoestimulantes los fines de semana. La
ponderación del riesgo alcanza una puntuación media de 8,31 puntos (Tabla 5.30), que
resulta significativamente superior en el caso de las mujeres (8,46 puntos).
Tabla 5.30. Ponderación del riesgo de meterse una raya de cocaína o tomar otros
psicoestimulantes los fines de semana, según sexo y edad (% y medias).
NIVEL DE RIESGO
(1) Nada en absoluto
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10) Muchísimo
Ns/Nc
Media
Desviación típica
TOTAL
(A)
0,3
1,0
0,3
3,0
2,7
3,7
16,7
19,7
19,7
32,3
0,7
8,31
1,75
SEXO
Hombre
(B)
0,0
1,0
0
5,8 (c)
3,9
4,9
23,3 (C)
17,5
12,6
31,1
0,0
8,01
1,86
Mujer
(C)
0,5
1,0
0,5
1,5
2,0
3,0
13,2
20,8
23,4 (B)
33
1,0
8,46 (B)
1,68
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
0,4
0
0,4
4,0
0,4
0,0
2,0
8,0
2,0
6,0
3,6
4,0
17,6
12,0
21,6 (E)
10,0
20,4
16,0
31,2
38,0
0,4
2,0
8,37
7,98
1,61
2,33
79
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
5.7.
Elementos determinantes del riesgo de consumir psicoestimulantes u otras
drogas
Los factores que ponderan los jóvenes para establecer el riesgo que supone consumir
psicoestimulantes u otras drogas son básicamente los efectos negativos del consumo a
nivel psicológico o mental (52,7%) y el potencial adictivo de las sustancias (20,7%). Los
efectos nocivos o el impacto de los consumos en las actividades académicas o laborales
tienen un papel secundario en la configuración del riesgo (Figura 5.14).
Figura 5.14. Factores que condicionan el riesgo de consumir psicoestimulantes u otras drogas (%).
0%
Efectos nocivos del consumo a nivel físico
10%
1,0%
La opinión que mis amigos/as tienen sobre el tema
1,0%
50%
60%
10,0%
6,0%
20,7%
El potencial adictivo de las sustancias
Ns/Nc
40%
52,7%
Mi capacidad para poder controlar y consumir sin
riesgos
La influencia que el consumo tendrá en mis
actividades académicas o laborales
30%
5,3%
Efectos negativos del consumo a nivel
psicológico/mental
Como puede afectar el consumo a mis relaciones con
amigos/as
El impacto que el consumo tendrá en mis relaciones
familiares o de pareja
Las ventajas de consumir frente a potenciales riesgos
20%
0,0%
2,3%
1,0%
Aunque hay algunas diferencias estadísticamente significativas en la influencia atribuida
a los distintos elementos que condicionan el riesgo, en función del sexo y la edad,
fundamentalmente son los efectos de los consumos a nivel psicológico y el potencial
adictivo los factores que más determinan el riesgo, con independencias del sexo o la
edad (Tabla 5.31).
80
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Tabla 5.31. Elementos que condicionan el riesgo de consumir psicoestimulantes u otras drogas,
según sexo y edad (%).
ELEMENTOS DETERMINANTES DEL RIESGO
Efectos negativos del consumo a nivel
psicológico o mental
El potencial adictivo de las sustancias
Efectos nocivos del consumo a nivel físico
El impacto que el consumo tendrá en mis
relaciones familiares o de pareja
Mi capacidad para poder controlar y
consumir sin riesgos
La influencia que el consumo tendrá en mis
actividades académicas o laborales
El como puede afectar el consumo a mis
relaciones con amigos/as
La opinión que mis amigos/as tienen sobre el
tema
Las ventajas de consumir frente a los
potenciales riesgos
Ns/Nc
TOTAL
(A)
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
52,7
46,6
55,8
52,4
54
20,7
5,3
22,3
8,7 (c)
19,8
3,6
22,0
5,6
14,0
4,0
10,0
9,7
10,2
8,4
18,0 (d)
6,0
5,8
6,1
6,0
6,0
2,3
2,9
2,0
2,8 (E)
0,0
1,0
2,9 (c)
0,0
0,8
2,0
1,0
0,0
1,5 (b)
0,8
2,0
0,0
0,0
0,0
0,0
0,0
1,0
1,0
1,0
1,2
0,0
81
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
5.8.
Límite que hacen inamovible la decisión de no consumir psicoestimulantes
y riesgos que estarían dispuestos a consumir
En consonancia con los factores anteriormente descritos como determinantes del riesgo,
es la gravedad de los riesgos que entraña su consumo y el temor a no ser capaz de
controlar su consumo los factores que, a juicio de los encuestados, harían inamovible su
decisión de no consumir psicoestimulantes (Tabla 5.32).
Tabla 5.32. Límites que harían inamovible la decisión de no consumir psicoestimulantes, según sexo
y edad (%).
LÍMITES QUE HARÍAN INAMOVIBLE LA
DECISIÓN DE NO CONSUMIR
Si estuviera convencido/a de gravedad de
riesgos que entraña su uso
Si pensara que no iba a ser capaz de
controlar el consumo
Si pensara que existe una alta probabilidad
de tener algún problema
Otra razón
Si con ello pusiera en riesgo mi relación con
amigos/as
Si con ello pusiera en riesgo mi relación con
mi pareja
Ninguna
Ns/Nc
TOTAL
(A)
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
37,0
30,1
40,6 (b)
37,2
36
22,0
19,4
23,4
22,0
22,0
14,3
18,4
12,2
13,6
18
8,7
10,7
7,6
9,2
6,0
3,3
5,8
2,0
3,6
2,0
4,0
7,8 (C)
2,0
4,0
4,0
7,3
3,3
5,8
1,9
8,1
4,1
6,4
4,0
12,0
0,0
El miedo a no poder controlar el consumo de psicoestimulantes (riesgo de adicción) es
pues uno de los principales elementos que condiciona la decisión de consumir o no
psicoestimulantes. Un temor que se ve refrendado por la baja confianza personal que
autoperciben los encuestados para controlar los daños que pudieran derivarse, tanto de
su consumo habitual, como ocasional de estas sustancias.
En una escala de 1 (“Totalmente incapaz”) a 10 (“Totalmente capaz”) los jóvenes
encuestados se atribuyen una capacidad personal para controlar los daños potenciales
que pudiera ocasionar el consumo habitual de psicoestimulantes de 3,14 puntos. Si se
comparan las posiciones extremas de la escala se constata que el porcentaje de quienes
se declaran totalmente incapaces de controlar los daños (44,7%) es 4,8 veces superior al
de quienes se declaran totalmente capaces (9,3%).
La capacidad personal autoatribuida para controlar los daños potenciales del consumo
es significativamente superior entre los hombres, que obtienen una puntuación media de
3,67 puntos frente a 2,84 puntos de las mujeres (Tabla 5.33). No existen diferencias
significativas en la capacidad de control en función de la edad, algo mayor entre los
jóvenes de 22 a 25 años.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
82
Tabla 5.33. Capacidad personal atribuida para controlar los daños potenciales del consumo
habitual de psicoestimulantes, según sexo y edad (% y medias).
CAPACIDAD PERSONAL PARA
CONTROLAR DAÑOS POTENCIALES
(1) Totalmente incapaz
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10) Totalmente capaz
Ns/Nc
Media
Desviación típica
TOTAL
(A)
44,7
11,3
7,0
6,3
9,7
2,3
0,7
1,3
1,0
9,3
6,3
3,14
2,91
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
35
49,7 (B)
8,7
12,7
9,7
5,6
9,7
4,6
14,6 (c)
7,1
4,9 (c)
1,0
1,9
0,0
2,9
0,5
0,0
1,5 (b)
9,7
9,1
2,9
8,1
3,67 (C)
2,84
2,88
2,90
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
44,4
46,0
12,4
6,0
6,8
8,0
5,6
10,0
10,8 (E)
4,0
2,0
4,0
0,8
0,0
1,2
2,0
1,2 (e)
0,0
8,8
12
6,0
8,0
3,11
3,28
2,87
3,13
Por su parte, la capacidad personal atribuida para controlar los daños potenciales que
pudiera ocasionar el consumo ocasional de psicoestimulantes de 4,07 puntos. Si se
comparan las posiciones extremas de la escala se constata que el porcentaje de quienes
se declaran totalmente incapaces de controlar los daños (28,2%) es 2,7 veces mayor al
de quienes se declaran totalmente capaces (10,3%). Aunque la capacidad de control
de los daños es en el caso de los consumos ocasionales superior a la de los consumos
habituales, no cabe duda de que el consumo de pscioestimulantes genera un elevado
grado de incertidumbre respecto a la capacidad de los encuestados para controlar sus
daños, al margen de la frecuencia de uso de estas sustancias (Tabla 5.34).
También en este caso la capacidad personal autoatribuida para controlar los daños
potenciales es significativamente superior entre los hombres (4,77 puntos de media) que
entre las mujeres (3,68 puntos).
Tabla 5.34. Capacidad personal atribuida para controlar los daños potenciales del consumo
ocasional (“de vez en cuando”) de psicoestimulantes, según sexo y edad (% y medias).
CAPACIDAD PERSONAL PARA
CONTROLAR DAÑOS POTENCIALES
(1) Totalmente incapaz
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10) Totalmente capaz
Ns/Nc
Media
Desviación típica
TOTAL
(A)
28,3
8,7
10
11,3
13
3,3
3,3
3
3
10,3
5,7
4,07
3,01
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
18,4
33,5 (B)
8,7
8,6
11,7
9,1
11,7
11,2
14,6
12,2
5,8
2
5,8
2
4,9
2
1,9
3,6
14,6
8,1
1,9
7,6
4,77 (C)
3,68
3,04
2,93
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
29,2
24
9,2
6
10
10
10,8
14
14
8
2,8
6
2,8
6
3,2
2
3,2
2
9,6
14
5,2
8,0
3,98
4,50
2,98
3,16
A pesar de todo lo expresado hasta el momento, al menos uno de cada cuatro jóvenes
afirma estar dispuesto a asumir algún riesgo consumiendo psicoestimulantes (Figura 5.15).
83
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Figura 5.15. Riesgos que están dispuestos a asumir los universitarios riojanos consumiendo
psicoestimulantes (%). Respuesta múltiple.
0%
5%
10%
Consumir habiendo bebido bastante y/o consumido
otras drogas
30%
6,7%
5,0%
Consumir aunque no le guste a su pareja
Ns/Nc
25%
8,3%
Consumir sabiendo que tiene un exámen
próximamante
Consumir sabiendo que tienen que conducir
20%
11,0%
Consumir sabiendo que pueda sentarle mal
Consumir aunque pudieran enfadarse sus padres
15%
4,0%
3,0%
2,0%
NINGUNO
25,0%
Ni el sexo ni la edad establecen diferencias estadísticamente significativas en los riesgos
que están dispuestos a asumir los encuestados por consumir psicoestimulantes, salvo en lo
relativo a la conducción de vehículos, donde el porcentaje de varones dispuestos a
mantener esta conducta es casi cuatro veces superior al de mujeres (Tabla 5.35).
Tabla 5.35. Riesgos asumibles por consumir psicoestimulantes, según sexo y edad (%).
Respuesta múltiple.
RIESGOS ASUMIBLES
Consumir sabiendo que pueda sentarme
mal
Consumir habiendo bebido bastante y/o
consumido otras drogas
Consumir sabiendo que tengo examen
próximamente
Consumir aunque no le guste a mi pareja
Consumir aunque pudieran enterarse mis
padres
Consumir sabiendo que tengo que conducir
Ninguno
Ns/Nc
TOTAL
(A)
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
11,0
10,7
11,2
11,6
8,0
8,3
10,7
7,1
7,2
14,0
6,7
5,0
9,7
7,8
5,1
3,6
6,4
4,8
8,0
6,0
4,0
3,0
73,0
2,0
4,9
5,8 (c)
68,0
0,0
3,6
1,5
75,6
3,0
4,0
2,8
73,2
2,0
4,0
4,0
72
2,0
84
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
6. PREVALENCIA DE LOS CONSUMOS DE PSICOESTIMULANTES Y OTRAS DROGAS
Aunque entre los objetivos de la investigación no se incluye el conocimiento de las
prevalencias de los consumos de las diferentes drogas, se han registrado los mismos para
poder analizar en qué medida las experiencias con las sustancias condicionan las
actitudes hacia las mismas y la evaluación de los riesgos y beneficios asociados a su
consumo. Además de los consumos de psicoestimulantes, se han chequeado los
consumos de alcohol (en este caso sólo en los últimos 30 días) y derivados del cannabis,
para comprobar en qué medida el contacto con estas sustancias, en ausencia de
consumos de psicoestimulantes, modifica los discursos hacia los mismos.
Los niveles de experimentación con las diferentes sustancias incluidas en el cuestionario
alcanzan el 45,3% en el caso del hachís/marihuana, el 9,7% para el speed, el 9,3% para la
cocaína y el 4,3% para el éxtasis. Señalar que un 11% de los encuestados ha consumido
alguna vez en su vida una de los tres psicoestimulantes mencionados.
Las prevalencias de consumo alguna vez en la vida son mayores entre los hombres, si
bien sólo en el caso del cannabis y la cocaína estas diferencias son estadísticamente
significativas. Para todas las sustancias los niveles de experimentación son
significativamente superiores entre los jóvenes de mayor edad (Tabla 6.1).
Tabla 6.1. Consumo alguna vez en la vida de distintas drogas, según sexo y edad (%).
SUSTANCIAS
Hachís, marihuana
Cocaína
Éxtasis
Speed
TOTAL
(A)
45,3
9,3
4,3
9,7
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
52,4 (c)
41,6
15,5 (C)
6,1
6,8
3,0
13,6
7,6
EDAD
18-21 años
(D)
42,8
4,8
2,0
6,0
22-25 años
(E)
58,0 (D)
32,0 (D)
16 ,0(D)
28,0 (D)
Las prevalencias de uso de psicoestimulantes en los últimos 12 meses son sensiblemente
más reducidas que las de los consumos experimentales, y en el caso de la cocaína y el
éxtasis significativamente superiores entre los varones. También en el caso del indicador
consumo en los últimos 12 meses las prevalencias son más elevadas entre los jóvenes de
mayor edad (Tabla 6.2).
Tabla 6.2. Consumo en los últimos 12 meses de psicoestimulantes, según sexo y edad (%).
SUSTANCIAS
Cocaína
Éxtasis
Speed
TOTAL
(A)
4,0
2,3
5,0
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
7,8 (C)
4,9 (c)
7,8
2,0
1,0
3,6
EDAD
18-21 años
(D)
22-25 años
(E)
2,4
1,6
3,6
12,0 (D)
6,0
12,0 (d)
Los consumos en los últimos 30 días, que nos aproximan al núcleo de sujetos que
mantienen un contacto más asiduo con las diferentes drogas, son claramente
minoritarios en el caso de los psicoestimulantes, con valores que oscilan entre el 2,3%
para el speed y el 1,3% para el éxtasis (Tabla 6.3).
85
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Tabla 6.3. Consumo de alcohol, derivados del cannabis y psicoestimulantes en los últimos 30 días,
según sexo y edad (%).
TOTAL
(A)
SUSTANCIAS
Alcohol
Hachís, marihuana
Cocaína
Éxtasis
Speed
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
EDAD
18-21 años
(D)
22-25 años
(E)
86,0
41,9
87,4
50,0
85,3
36,6
85,2
43,9
88,0
34,5
1,7
1,3
2,3
2,9
2,9
4,9 (c)
1,0
0,5
1,0
1,6
1,2
2,0
2,0
2,0
4,0
A modo de síntesis se ofrecen a continuación las prevalencias para los indicadores de
consumo alguna vez en la vida, últimos 12 meses y últimos 30 días (Figura 6.1).
Figura 6.1. Prevalencias de uso de distintas drogas en diferentes momentos temporales (%).
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
9,3%
Alguna vez en la vida
4,3%
9,7%
45,3%
4,0%
Últimos 12 meses
Últimos 30 días
2,3%
5,0%
1,7%
1,3%
2,3%
41,9%
COCAÍNA
ÉXTASIS
SPEED
CANNABIS
La frecuencia de consumo de estas sustancias en los últimos 30 días permite dimensionar
la prevalencia de los consumos habituales. En este sentido debe destacarse la presencia
de (Tabla 6.4):
ƒ
ƒ
ƒ
Un 35% de jóvenes que beben todos los fines de semana y/o diariamente.
Un 6,7% de jóvenes (el 14,7% de quienes lo han consumido alguna vez) que consumen
cannabis diariamente o entre 3 y 6 días a la semana.
Un 1% de jóvenes (el 10,7% de quienes la han probado) que consumen cocaína al
menos una vez en semana.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
86
Tabla 6.4. Frecuencia de consumo de alcohol, derivados del cannabis y psicoestimulantes en los
últimos 30 días, según sexo y edad (%).
SUSTANCIAS
TOTAL
(A)
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
ALCOHOL (conjunto de la muestra)
Todos o casi todos los días
1,7
2,9
1,0
1,6
2,0
laborables
Todos los fines de semana
33,3
44,7 (C)
27,4
33,2
34,0
Tres fines de semana
13,0
7,8
15,7 (B)
15,2 (E)
2,0
Dos fines de semana
19,7
18,4
20,3
19,6
20
Un fin de semana
17,7
12,6
20,3 (b)
15,2
30 (D)
No han bebido ningún fin de
semana, sólo ocasionalmente
0,7
1,0
0,5
0,8
0,0
algún día laborable
No han bebido alcohol en los
13,7
12,6
14,2
14,0
12,0
últimos 30 días
Ns/Nc
0,3
0,0
0,5
0,4
0,0
HACHÍS/MARIHUANA (Base: 136 personas han consumido alguna vez hachís/marihuana)
Menos de 1 día a la semana
16,2
9,3
20,7 (b)
18,7 (e)
6,9
1 o 2 días a la semana
8,8
11,1
7,3
11,2 (E)
0,0
Entre 3 y 6 días a la semana
8,1
16,7 (C)
2,4
6,5
13,8
Todos los días
6,6
9,3
4,9
5,6
10,3
Sin datos
2,2
3,7
1,2
1,9
3,4
Ninguno
58,1
50
63,4
56,1
65,5
COCAÍNA (Base: 28 personas que han consumido alguna vez en su vida cocaína)
Ninguno
82,1
81,3
83,3
66,7
93,8 (d)
Menos de 1 día a la semana
7,1
6,3
8,3
16,7
0,0
1 o 2 días a la semana
10,7
12,5
8,3
16,7
6,3
Entre 3 y 6 días a la semana
0,0
0,0
0,0
0,0
0,0
Todos los días
0,0
0,0
0,0
0,0
0,0
87
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
7. MOTIVOS PARA CONSUMIR Y NO CONSUMIR PSICOESTIMULANTES
Los motivos que llevaron a los encuestados a iniciarse en el consumo de cocaína, éxtasis
o speed fueron básicamente la curiosidad (69,7% de menciones), la diversión (42,4%), la
experimentación de nuevas sensaciones y el darse un homenaje en un día especial
(Tabla 7.1). Ni el sexo ni la edad introducen variaciones significativas en los motivos que
llevaron a los jóvenes encuestados a experimentar con los psicoestimulantes.
Tabla 7.1. Motivos para iniciarse al consumo de cocaína, éxtasis o speed, según sexo y edad (%).
Base: pacientes que han consumido alguna vez alguna de esas sustancias. Respuesta múltiple.
MOTIVOS PARA INICIARSE
EL CONSUMO
La curiosidad
Para divertirme
Para experimentar nuevas sensaciones
Por darme un homenaje en un día
especial
Para evadirme de mis problemas
Para no sentirme fuera del grupo
Para estudiar o trabajar
Ns/Nc
TOTAL
(A)
69,7
42,4
30,3
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
64,7
75,0
35,3
50,0
35,3
25,0
EDAD
18-21 años 22-25 años
(D)
(E)
58,8
81,3
52,9
31,3
23,5
37,5
30,3
35,3
25,0
29,4
31,3
6,1
3,0
3,0
9,1
5,9
0,0
5,9
11,8
6,3
6,3
0,0
6,3
5,9
5,9
5,9
17,6
6,3
0,0
0,0
0,0
Los motivos por los cuales siguieron consumiendo psicoestimulantes, aquellos
entrevistados que tomaron cocaína, éxtasis o speed más de una vez, muestran algunos
cambios relevantes respecto de las motivaciones para iniciarse en el consumo.
Se observa una polarización en las razones que llevan a seguir consumiendo, si bien todas
ellas tienen como fondo la fiesta y la diversión (Tabla 7.2). En un extremo estarían todas
aquellas motivaciones que vinculan el consumo como una vía de acceder a la diversión
o para hacer posible que no decaiga la fiesta, categoría que englobaría motivaciones
tales como: el placer/la diversión (66,7% de menciones), para evitar el cansancio y poder
seguir de marcha (42,9%), para disfrutar el momento (38,1%), para contrarrestar los
efectos del alcohol o el cannabis (9,5%) y para dejar de sentirse agobiados (9,5%). En el
otro extremo se incluyen motivaciones que dejan traslucir que los consumos se convierten
en una inercia, en una realidad de algún modo impuesta por el entorno, categoría que
incluiría motivaciones tales como la rutina (14,3% de menciones) o porque si sales de
marcha es los que hay (4,8%).
Las motivaciones relacionadas con el placer o la diversión registran entre las mujeres
niveles de adhesión (88,9%) significativamente superiores a los de los hombres (50,0%).
88
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Tabla 7.2. Motivos para seguir consumiendo psicoestimulantes, según sexo y edad (%).
Base: pacientes que han consumido más de una vez cocaína, éxtasis o speed. Respuesta múltiple.
MOTIVOS PARA SEGUIR
CONSUMIENDO
TOTAL
(A)
Por placer, me gusta divertirme
Para evitar el cansancio y poder seguir
de marcha
Porque me gusta disfrutar el momento
Por rutina, te acostumbras a consumir
Para contrarrestar efectos de alcohol o
cannabis
Para dejar de sentirme agobiado/a
Porque si sales de marcha es lo que hay
Otros
66,7
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
50,0
88,9 (B)
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
60,0
72,7
42,9
41,7
44,4
30,0
54,5
38,1
14,3
33,3
16,7
44,4
11,1
50,0
10 ,0
27,3
18,2
9,5
16,7
0,0
0,0
18,2
9,5
4,8
14,3
8,3
0,0
16,7
11,1
11,1
11,1
10,0
0,0
20,0
9,1
9,1
9,1
Desde la perspectiva de la influencia que la percepción de los riesgos y los beneficios
atribuidos a los psicoestimulantes ejerce sobre su consumo, resulta de interés constatar
que la reiteración en el uso de estas sustancias resulta en gran medida compatible con el
hecho de haber sufrido algún tipo de problema derivado del mismo. Así, el 69,7% de los
encuestados que consumieron en más de una ocasión psicoestimulantes afirma haber
tenido algún problema derivado de estos consumos (Figura 7.1).
Figura 7.1. Problemas a lo largo de la vida derivados del consumo de psicoestimulantes (%).
Base: pacientes que han consumido más de una vez cocaína, éxtasis o speed. Respuesta múltiple.
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
45%
42,4%
Problemas para dormir
18,2%
Paranoias
Irritabilidad
15,2%
Fatiga o cansancio
15,2%
Detenciones policiales
15,2%
12,1%
Problemas económicos
Faltar a clase
9,1%
Tristeza, depresión
9,1%
Ansiedad
9,1%
Problemas con los padres o la pareja
9,1%
Dificultades para estudiar
6,1%
Problemas con el sexo
6,1%
Problemas físicos
6,1%
Riñas, peleas, agresiones físicas
6,1%
Problemas de adicción a la sustancia
6,1%
NINGUNO
40%
30,3%
Aunque ni el sexo ni la edad introducen variaciones estadísticamente significativas en el
tipo de problemática derivada del consumo de psicoestimulantes, la ausencia de
problemas es significativamente superior entre las mujeres (Tabla 7.3).
89
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Tabla 7.3. Problemas a lo largo de la vida por el consumo de psicoestimulantes, según sexo y edad
(%). Base: pacientes que consumieron más de una vez psicoestimulantes. Respuesta múltiple.
PROBLEMAS ASOCIADOS AL
CONSUMO
TOTAL
(A)
Problemas para dormir
Paranoias
Irritabilidad
Fatiga o cansancio
Detenciones policiales
Problemas económicos
Faltar a clase
Tristeza, depresión
Ansiedad
Problemas con los padres o la pareja
Dificultades para estudiar
Problemas con el sexo
Problemas de tipo físico
Riñas, peleas y agresiones físicas
Problemas de adicción
Ninguno
Ns/Nc
42,4
18,2
15,2
15,2
15,2
12,1
9,1
9,1
9,1
9,1
6,1
6,1
6,1
6,1
6,1
30,3
12,1
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
47,1
37,5
17,6
18,8
11,8
18,8
17,6
12,5
23,5
6,3
11,8
12,5
5,9
12,5
11,8
6,3
11,8
6,3
5,9
12,5
5,9
6,3
11,8
0,0
11,8
0,0
5,9
6,3
5,9
6,3
17,6
43,8 (b)
17,6
6,3
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
35,3
50
11,8
25
11,8
18,8
17,6
12,5
11,8
18,8
5,9
18,8
11,8
6,3
5,9
12,5
11,8
6,3
5,9
12,5
5,9
6,3
5,9
6,3
5,9
6,3
11,8
0,0
5,9
6,3
29,4
31,3
23,5
0,0
Las razones básicas para no consumir psicoestimulantes, esgrimidas por aquellos jóvenes
que no han consumido nunca cocaína, éxtasis o speed, son porque perjudican la salud
física y mental (53,9% de menciones), porque se sienten bien y no precisan consumirlas
(42,3%), Por convicciones personales de tipo moral (34,8%) y porque provocan problemas
personales, familiares, académicos y laborales (30,3%). No existen grandes diferencias en
las razones para no consumir psicoestimulantes en función del sexo o la edad,
destacando la mayor influencia de las convicciones personales en el caso de los
hombres y los jóvenes de menor edad. Por su parte, las referencias a la disponibilidad de
un ocio alternativo al consumo es más prevalente entre las mujeres (Tabla 7.4).
Tabla 7.4. Motivos para no consumir psicoestimulantes, según sexo y edad (%).
Base: pacientes que no han consumido nunca cocaína, éxtasis o speed. Respuesta múltiple.
MOTIVOS PARA NO CONSUMIR
Porque perjudican la salud física y mental
Porque me siento bien y no me hace falta
consumirlas
Por convicciones personales de tipo moral
Porque crean problemas personales,
familiares, académicos y laborales
Porque generan adicción
Porque tengo un ocio gratificante y
alternativo al consumo de drogas
Porque no me fío de mi, de mi capacidad
de control
Porque son ilegales
Porque provocan accidentes
Por otras razones
Ns/Nc
TOTAL
(A)
53,9
SEXO
Hombre
Mujer
(B)
(C)
51,2
55,2
EDAD
18-21 años 22-25 años
(D)
(E)
53,6
55,9
42,3
34,8
37,2
43 (c)
44,8
30,9
42,5
36,9 (E)
41,2
20,6
30,3
13,5
27,9
17,4
31,5
11,6
31,3
12,4
23,5
20,6
11,6
7
13,8 (b)
12
8,8
2,2
0,4
0,4
4,1
0,4
4,7
0
0
5,8
1,2
1,1
0,6
0,6
3,3
0
1,7
0,4
0,4
3,4
0,4
5,9
0
0
8,8
0
90
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
8. HÁBITOS DE CONSUMO Y ACTITUDES FRENTE A LOS PSICOESTIMULANTES ENTRE
LOS AMIGOS
Los hábitos de consumo de drogas y las actitudes existentes hacia las mismas dentro del
grupo de iguales es señalado como un elemento clave en la configuración de las
percepciones de los jóvenes hacia las drogas. Por este motivo se han chequeado sendas
variables.
Por lo que se refiere al consumo de drogas por parte de los amigos/as con quienes se
relacionan habitualmente los jóvenes encuestados, hay que destacar que sus
apreciaciones se ajustan bastante a las prevalencias de uso indicadas para los consumos
propios (Figura 8.1).
Figura 8.1. Hábitos de consumo de hachís/marihuana y psicoestimulantes en grupo amigos/as (%).
0%
25%
Han consumido alguna vez éxtasis o speed
Consumen habitualmente éxtasis o speed
100%
83,0%
Fuman habituamente hachís/marihuana
Consumen habitualmente cocaína
75%
55,0%
44,6%
Han fumado alguna vez hachís/marihuana
Han consumido alguna vez cocaína
50%
16,7%
92,0%
7,3%
96,0%
3,3%
92,0%
7,3%
96,3%
2,7%
ALGUNOS/NINGUNO
TODOS/MAYORÍA
El sexo y la edad introducen algunas variaciones en los consumos que los encuestados
afirman que mantienen los integrantes de sus respectivos grupos de amigos/as. En el caso
de los hombres los porcentajes de respuestas que señalan que todos o la mayoría han
consumido las diferentes sustancias son superiores a los de las mujeres, percepción que se
explicaría por el hecho de que los consumos son más reducidos entre las mujeres y por
extensión entre los grupos de éstas (Tabla 8.1).
91
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Tabla 8.1. Hábitos de consumo de derivados del cannabis y psicoestimulantes en el grupo de
amigos/as, según sexo y edad (%).
HÁBITOS DE CONSUMO DE DROGAS
EN EL GRUPO IGUALES
TOTAL
(A)
HAN FUMADO ALGUNA VEZ HACHIS O MARIHUANA
Todos
7,3
La mayoría
37,3
Algunos
47,0
Ninguno
8,0
Ns/Nc
0,4
FUMAN HABITUALMENTE HACHIS O MARIHUANA
Todos
3,0
La mayoría
13,7
Algunos
48,0
Ninguno
35,0
Ns/Nc
0,3
HAN CONSUMIDO ALGUNA VEZ COCAÍNA
Todos
1,0
La mayoría
6,3
Algunos
34,0
Ninguno
58,0
Ns/Nc
0,7
CONSUMEN HABITUALMENTE COCAÍNA
Todos
0,3
La mayoría
3,0
Algunos
17,3
Ninguno
78,7
Ns/Nc
0,7
HAN CONSUMIDO ALGUNA VEZ ÉXTASIS O SPEED
Todos
1,0
La mayoría
6,3
Algunos
30,7
Ninguno
61,3
Ns/Nc
0,7
CONSUMEN HABITUALMENTE ÉXTASIS O SPEED
Todos
0,0
La mayoría
2,7
Algunos
17,0
Ninguno
79,3
Ns/Nc
1,0
SEXO
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
Hombre
(B)
Mujer
(C)
8,7
44,7 (c)
43,7
2,9
0,0
6,6
33,5
48,7
10,7
0,5
7,6
36,4
48
7,6
0,4
6,0
42,0
42,0
10,0
0,0
3,9
20,4 (C)
50,5
24,3
1,0
2,5
10,2
46,7
40,6 (B)
0,0
3,6 (E)
13,2
48,0
34,8
0,4
0,0
16,0
48,0
36,0
0,0
1,9
8,7
37,9
50,5
1,0
0,5
5,1
32,0
61,9 (b)
0,5
0,8
5,6
30,8
62,4 (E)
0,4
2,0
10
50 (D)
36,0
2,0
1,0
4,9
18,4
74,8
1,0
0,0
2,0
16,8
80,7
0,5
0,4
2,8
16,8
80,0
0,0
0,0
4,0
20,0
72,0
4,0
1,9
9,7
35,9
50,5
1,9
0,5
4,6
27,9
67 (B)
0,0
0,8
4,8
29,2
64,8 (E)
0,4
2,0
14 (d)
38,0
44,0
2,0
0,0
4,9
20,4
72,8
1,9
0,0
1,5
15,2
82,7 (b)
0,5
0,0
2,4
16,0
81,2
0,4
0,0
4,0
22,0
70,0
4,0
Las actitudes que, a juicio de los encuestados, mantienen sus amigos/as respecto al
consumo de psicoestimulantes son mayoritariamente de rechazo (61,7%). No obstante,
uno de cada diez jóvenes señala que existe un actitud favorable hacia su consumo
ocasional y el 20,0% afirma que dejan que cada uno consuma lo que quiera, una actitud
que cuanto menos no censuraría el consumo (Figura 8.2).
92
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Figura 8.2. Actitudes mayoritarias de los amigos/as respecto al consumo de psicoestimulantes (%).
20,0%
10,0%
61,7%
6,7%
1,7%
La mayoría rechaza el consumo de estas drogas
Dejan que cada uno consuma lo que quiera
La mayoriá mantiene una actitud favorable hacia el consumo ocasional
No existe una actutd uniforme
Ns/Nc
Las actitudes grupales de rechazo al consumo de psicoestimulantes son más prevalentes
entre las mujeres y los jóvenes de menor edad (Tabla 8.2).
Tabla 8.2. Actitudes mayoritarias de los amigos/as respecto al consumo de psicoestimulantes,
según sexo y edad (%).
ACTITUDES DE LOS AMIGOS
HACIA LOS PSICOESTIMULANTES
La mayoría rechaza el consumo de
estas drogas
Dejan que cada uno consuma lo
que quiera
La mayoría mantiene una actitud
favorable hacia el consumo
ocasional
No percibo actitud uniforme
Ns/Nc
TOTAL
(A)
SEXO
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
Hombre
(B)
Mujer
(C)
61,7
52,4
66,5 (B)
64,8 (E)
46,0
20,0
19,4
20,3
17,2
34 (D)
10,0
17,5 (C)
6,1
10,0
10,0
6,7
1,7
10,7 (c)
0,0
4,6
2,5
6,0
2,0
10,0
0,0
93
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
9. VALORES SOCIALES DOMINANTES
Para analizar los valores sociales dominantes entre los universitarios se les pidió que
señalaran en qué medida consideraban que una batería de doce valores eran o no
importantes en la vida, puntuando los mismos en una escala de 1 (“nada importantes”) a
10 (“muy importantes”).
Los resultados obtenidos muestran que los jóvenes son en cuestión de valores finalistas
(aquellos que establecen los objetivos y metas a perseguir en la vida) claramente
normativos, identificándose con los valores socialmente deseables. Como han puesto de
relieve las investigaciones realizadas en el campo de los valores juveniles, los jóvenes
comparten en lo esencial los mismos valores que los adultos, no en vano los valores
sociales son trasmitidos por estos últimos a los jóvenes en la familia, escuela o los propios
medios de comunicación. Una estructura de valores que cuestiona la imagen frívola que
con frecuencia proyectan de este colectivo la publicidad y los medios de comunicación
(SÁNCHEZ, L. MEGÍAS, I. RODRÍGUEZ, E. 2004), que muestra a los jóvenes como hedonistas,
presentistas, desimplicados socialmente y sólo interesados en la fiesta y la diversión.
Tener buenas relaciones familiares, mantener y cuidar la salud, obtener un adecuado
nivel de formación/capacitación cultural y profesional, esforzarse y superarse para lograr
cosas en el futuro, tener éxito en el trabajo, ganar dinero, la solidaridad con los demás y
disponer de tiempo libre son, por este orden, los valores que encabezan el ranking
valorativo de los universitarios riojanos, todos ellos con puntuaciones media superiores a
los 7 puntos (Figura 9.1).
Figura 9.1. Ranking de valores finalistas de los universitarios riojanos.
Puntuación media escala de 1 “nada importante” a 10 “muy importante”.
0
2
4
6
8
9,28
Tener buenas relaciones familiares
9,02
Mantener y cuidar la salud
8,82
Obtener buena formación cultural/profesional
Esforzarse/superarse para lograr cosas en
futuro
Tener éxito en el trabajo
8,76
7,88
Ganar dinero
7,26
Solidaridad con los demás
7,25
Disponer de mucho tiempo libre
7,23
Sedución, atracción sexual
6,06
Hacer cosas para mejorar tu barrio o comunidad
5,52
Vivir al día sin pensar en el mañana
5,47
Invertir tiempo y dinero en estar guapo/a
10
4,89
94
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
El sexo, fundamentalmente, y la edad introducen diferencias en los niveles de adhesión a
los mencionados (Tabla 9.1).
Tabla 9.1.Valores finalistas de los universitarios riojanos, según sexo y edad.
Puntuación media en una escala de 1 “nada importante” a 10 “muy importante”.
VALORES SOCIALES
Tener buenas relaciones familiares
Mantener y cuidar la salud
Obtener un buen nivel de formación o
capacitación cultural o profesional
Esforzarse, superarse para lograr cosas
en el futuro
Tener éxito en el trabajo
Ganar dinero
La solidaridad, ayudar a los demás
Disponer de mucho tiempo libre/ocio
La seducción, la atracción sexual
Hacer cosas para mejorar tu barrio o
comunidad
Vivir al día sin pensar en el mañana
Invertir tiempo y dinero en estar
guapo/a
TOTAL
(A)
SEXO
EDAD
18-21 años
22-25 años
(D)
(E)
9,31
9,14
9,06
8,82
9,28
9,02
Hombre
(B)
9,08
8,82
Mujer
(C)
9,38 (b)
9,13 (b)
8,82
8,62
8,92 (b)
8,82
8,82
8,76
8,54
8,87 (b)
8,78
8,62
7,88
7,26
7,25
7,23
6,06
7,76
7,52 (c)
6,86
7,61 (C)
6,48 (C)
7,94
7,13
7,45 (B)
7,03
5,85
7,90
7,24
7,34 (e)
7,28
6,07
7,78
7,36
6,80
7,00
6,00
5,52
5,21
5,68 (b)
5,55
5,34
5,47
5,33
5,55
5,59 (E)
4,85
4,89
4,43
5,13 (B)
4,96
4,56
Las mujeres emiten puntuaciones significativamente más elevadas que los hombres en los
valores familistas, normativos y altruistas, además de en invertir tiempo y dinero en estar
guapas. Por su parte los jóvenes de menor edad, muestran una adhesión a valores como
la solidaridad y el vivir al día significativamente superior a los de mayor edad.
Tabla 9.2. Categorías de valores dominantes entre los jóvenes, según sexo (medias escala 1 a 10).
CATEGORÍAS DE VALORES
FAMILISTAS
ƒ Tener buenas relaciones familiares
NORMATIVOS
ƒ Mantener y cuidar la salud
ƒ Esforzarse, superarse para lograr cosas en el futuro
ƒ Obtener buen nivel formación/capacitación cultural o profesional
ƒ Tener éxito en el trabajo
ƒ Ganar dinero
HEDONISTAS Y PRESENTISTAS
ƒ Disponer de mucho tiempo libre/ocio
ƒ Vivir al día sin pensar en el mañana
ƒ La seducción, la atracción sexual
ƒ Invertir tiempo y dinero en estar guapo/a
ALTRUISTAS
ƒ La solidaridad, ayudar a los demás
ƒ Hacer cosas para mejorar tu barrio o comunidad
HOMBRES
MUJERES
9,08
9,38 (b)
8,82
8,54
8,62
7,76
7,52 (c)
9,13 (b)
8,87 (b)
8,92 (b)
7,94
7,13
7,61 (C)
5,33
6,48 (C)
4,43
7,03
5,55
5,85
5,13 (B)
6,86
5,21
7,45 (B)
5,68 (b)
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
95
10. RELACIONES ENTRE ACTITUDES ANTE EL RIESGO, VALORES SOCIALES, ACTITUDES Y
PERCEPCIONES FRENTE A LAS DROGAS Y CONSUMO DE PSICOESTIMULANTES
En el presente apartado se pretende profundizar en las influencias mutuas existentes
entre las actitudes vitales frente al riesgo, los valores sociales, las actitudes y percepciones
sobre las drogas y los hábitos de consumo de estas sustancias. Para ello se ha procedido
a realizar los siguientes cruces de variables:
a) Variable independiente (cabecera) “Actitudes vitales ante el riesgo” (posiciones
favorables, intermedias y no favorables de la pregunta 3) y como variables
dependientes:
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Actitudes ante los psicoestimulantes y las drogas ilícitas en general (Pregunta 10):
puntuación general escala, puntuación subescala psicoestimulantes y puntuación
subescala drogas ilícitas.
Posicionamiento ante riesgos/beneficios asociados al consumo de drogas
(Pregunta 11): puntuación global escala y posiciones no favorables, intermedias y
favorables a la asunción de riesgos.
Percepción del riesgo asociado al consumo de psicoestimulantes (Pregunta 14):
puntuación global escala y pequeño/ningún riesgo y Moderado/gran riesgo
Ponderación del riesgo de meterse una raya o tomar psicoestimulantes los fines de
semana (Pregunta 15).
Actitudes ante el consumo de psicoestimulantes (Pregunta 20): puntuación global
escala y % de respuestas “Totalmente de acuerdo/De acuerdo” y “En
desacuerdo/Totalmente en desacuerdo”.
Frecuencia consumo de alcohol (Pregunta 21): opciones 1-2, 3-4-5-6 y 7.
Frecuencia consumo cannabis (Pregunta 23): opciones 1, 2, 3 y 4-5.
Han consumido alguna vez cocaína, éxtasis o speed y/o alguna de las tres
sustancias (Pregunta 24.1).
Han consumido cocaína, éxtasis o speed y/o alguna de las tres sustancias en los
últimos 12 meses (Pregunta 24.2).
Han consumido alguna vez cocaína, éxtasis o speed y/o alguna de las tres
sustancias en los últimos 30 días (Pregunta 24.3).
Frecuencia de consumo de cocaína en los últimos 30 días (Pregunta 25): opciones
1-2-3 y 4-5.
b) Variable independiente (cabecera) “Han experimentado con la cocaína, el éxtasis y
el speed, con cualquiera de las tres sustancias y con ninguna” (Pregunta 24.1) y como
variables dependientes:
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Imagen de la cocaína y sus consumidores (Pregunta 8).
Imagen de las drogas de síntesis y sus consumidores (Pregunta 9).
Actitudes ante los psicoestimulantes y las drogas ilícitas en general (Pregunta 10):
puntuación general escala, puntuación subescala psicoestimulantes y puntuación
subescala drogas ilícitas.
Posicionamiento ante riesgos/beneficios asociados al consumo de drogas
(Pregunta 11): puntuación global escala y posiciones no favorables, intermedias y
favorables a la asunción de riesgos.
Problemas de meterse una raya (Pregunta 12.1) o tomar otros psicoestimulantes
(Pregunta 12.2) los fines de semana.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
96
Percepción del riesgo asociado al consumo de psicoestimulantes (Pregunta 14):
puntuación global escala y pequeño/ningún riesgo y Moderado/gran riesgo
Ponderación riesgo meterse una raya o tomar psicoestimulantes los fines de
semana (Pregunta 15).
Capacidad de autocontrol de los daños derivados del consumo habitual
(Pregunta 18.1) y ocasional (Pregunta 18.2) de psicoestimulantes.
Actitudes ante el consumo de psicoestimulantes (Pregunta 20): puntuación global
escala y % respuestas “Totalmente de acuerdo/De acuerdo” y “En
desacuerdo/Totalmente en desacuerdo”.
c) Variable independiente (cabecera) hábitos de consumo de cannabis y
psicoestimulantes entre los amigos/as: “Han consumido todos/la mayoría” y
“Algunos/ninguno” (Pregunta 29) y como variables dependientes las mismas que en el
apartado b.
d) Variable independiente (cabecera) “Actitudes mayoritarias de los amigos/as ante el
consumo de psicoestimulantes” (sólo categorías “La mayoría mantienen una actitud
favorable y “La mayoría rechaza el consumo” (Pregunta 30) y como variables
dependientes las mismas que en los apartados b y c.
e) Variable independiente (cabecera) “Identificación con valores sociales familistas
(puntúan con 7 o más en “tener buenas relaciones familiares”), normativos (puntúan 7
o más puntos en “Mantener y cuidar la salud”, “Obtener un buen nivel de formación”.
“Esforzarse, superarse”, “Tener éxito en trabajo” y “Ganar dinero”), hedonistaspresentistas (puntúan 7 o más puntos en “Seducción y atracción sexual”, “Invertir
tiempo en estar guapo/a”, “Vivir al día” y “Disponer de mucho tiempo libre”) y
altruistas (puntúan 7 o más puntos en “La solidaridad” y “Hacer cosas para mejorar mi
barrio”) de la Pregunta 31 y como variables dependientes:
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Actitudes vitales ante el riesgo (Pregunta 3): posiciones favorables, intermedias y
no favorables
Imagen de la cocaína y sus consumidores (Pregunta 8).
Imagen de las drogas de síntesis y sus consumidores (Pregunta 9).
Actitudes ante los psicoestimulantes y las drogas ilícitas en general (Pregunta 10):
puntuación general escala, puntuación subescala psicoestimulantes y puntuación
subescala drogas ilícitas.
Posicionamiento ante riesgos/beneficios asociados al consumo de drogas
(Pregunta 11): puntuación global escala y posiciones no favorables, intermedias y
favorables a la asunción de riesgos.
Problemas de meterse una raya (Pregunta 12.1) o tomar otros psicoestimulantes
(Pregunta 12.2) los fines de semana.
Percepción del riesgo asociado al consumo de psicoestimulantes (Pregunta 14):
puntuación global escala y % “Pequeño/ningún riesgo“ y “Moderado/gran riesgo”.
Ponderación riesgo meterse una raya o tomar psicoestimulantes los fines de
semana (Pregunta 15).
Capacidad de autocontrol de los daños derivados del consumo habitual
(Pregunta 18.1) y ocasional (Pregunta 18.2) de psicoestimulantes.
Actitudes ante el consumo de psicoestimulantes (Pregunta 20): puntuación global
escala y % respuestas “Totalmente de acuerdo/De acuerdo” y “En
desacuerdo/Totalmente en desacuerdo”.
97
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
10.1. Actitudes ante el riesgo, actitudes ante las drogas y hábitos de consumo
La influencia de las actitudes vitales ante el riesgo sobre las actitudes ante los
psicoestimulantes y las drogas ilícitas en general resulta clara, de modo que cuanto más
favorables son las actitudes a la asunción de riesgos en la vida, más favorables son
también las actitudes positivas ante el consumo de psicoestimulantes y drogas ilícitas. Los
encuestados con una actitud vital favorable o intermedia a la asunción de riesgos en la
vida obtienen valores medios más elevados en la Escala de actitudes hacia los
psicoestimulantes y las drogas ilícitas y en las Subescalas que miden específicamente las
actitudes hacia los psicoestimulantes, por un lado, y hacia las drogas ilícitas en general,
por otro (Tabla 10.1).
Tabla 10.1. Puntuaciones en la Escala de actitudes hacia los psicoestimulantes y las drogas ilícitas,
la Subescala de actitudes hacia los psicoestimulantes y la Subescla de actitudes hacia las drogas
ilícitas en general, según la actitud vital ante los riesgos (% y medias).
Intermedia (C)
ACTITUDES ANTE PSICOESTIMULANTES
TOTAL
No favorable (B)
87 casos
166 casos
Y DROGAS ILÍCIITAS
(A)
PUNTUACIÓN ESCALA ACTITUDES HACIA LOS PSICOESTIMLUNATES Y LAS DROGAS ILÍCITAS
Actitudes poco favorables
87,9
93,9 (D)
88,5 (D)
Actitudes intermedias
9,9
6,1
10,2
Actitudes favorables
2,1
0,0
1,3
Puntuación media escala
35,23
31,34
35,34 (B)
Desviación típica
10,22
8,67
9,58
Favorable (D)
46 casos
73,8
16,7 (b)
9,5
42,52 (CB)
11,53
SUBESCALA DE ACTITUDES HACIA LOS PSICOESTIMULANTES
Puntuación media Subescala
Desviación típica
8,19
2,87
7,28
2,55
8,25 (B)
2,50
9,84 (CB)
3,95
27,17 (B)
8,01
32,21 (CB)
8,76
SUBESCALA DE ACTITUDES HACIA LOS DROGAS ILÍCITAS EN GENERAL
Puntuación media Subescala
Desviación típica
27,05
8,23
24,12
7,03
También las actitudes vitales ante el riesgo condicionan la posición ante los
riesgos/beneficios asociados al consumo de drogas, observándose una correlación
positiva entre las actitudes más favorables a la asunción de riesgos en la vida y la
atribución de mayores beneficios al consumo de drogas (Tabla 10.2).
Tabla 10.2. Posición general frente a los riesgos/beneficios asociados al consumo de drogas en
general, en función de la actitud vital ante los riesgos (% y medias).
POSICIÓN ANTE RIESGOS/BENEFICIOS
ASOCIADOS CONSUMO DROGAS
No favorable asunción riesgos
Intermedia
Favorable asunción riesgos
Puntuación media
Desviación típica
TOTAL
(A)
87,3
10,3
2,4
27,57
14,40
No favorable (B)
87 casos
94,2 (Dc)
3,5
2,3
23,33
13,14
Intermedia (C)
166 casos
88,1 (D)
10,6 (B)
1,3
27,89 (B)
13,64
Favorable (D)
46 casos
71,1
22,2 (cB)
6,7
34,38 (CB)
16,80
Del mismo modo, la actitud vital ante el riesgo en la vida condiciona la percepción del
riesgo asociado al consumo de psicoestimulantes, tanto para el conjunto de la escala,
como para todos los patrones de consumo ocasional (Tabla 10.3). Los encuestados con
una actitud más favorable a la asunción de riesgos en la vida tienden a considerar que el
consumo de psicoestimulantes, en general, y, en particular, su consumo ocasional,
comporta pocos o ningún riesgo en porcentajes significativamente superiores a los de
quienes no mantienen posiciones vitales proclives al riesgo.
98
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Tabla 10.3. Percepción del riesgo asociado al consumo de psicoestimulantes, según la actitud vital
ante los riesgos (% y medias).
PERCEPCIÓN RIESGO ASOCIADO AL
CONSUMO PSICOESTIMULANTES
Tomar anfetaminas esporádicamente
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
Riesgo moderado/Gran riesgo
Difícil de decir/no saben
Consumir anfetaminas habitualmente
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
Riesgo moderado/Gran riesgo
Difícil de decir/no saben
Probar cocaína ocasionalmente
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
Riesgo moderado/Gran riesgo
Difícil de decir/no saben
Consumir cocaína con regularidad
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
Riesgo moderado/Gran riesgo
Difícil de decir/no saben
Probar éxtasis ocasionalmente
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
Riesgo moderado/Gran riesgo
Difícil de decir/no saben
Consumir éxtasis con regularidad
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
Riesgo moderado/Gran riesgo
Difícil de decir/no saben
Probar speed ocasionalmente
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
Riesgo moderado/Gran riesgo
Difícil de decir/no saben
Consumir speed con regularidad
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
Riesgo moderado/Gran riesgo
Difícil de decir/no saben
Puntuación media escala
Desviación típica
TOTAL
(A)
No favorable (B)
87 casos
Intermedia (C)
166 casos
Favorable (D)
46 casos
19,7
75,3
5,0
5,7
87,4 (DC)
6,9
22,9 (B)
72,3
4,8
34,8 (B)
63,0
2,2
0,3
97,0
2,7
0,0
96,6
3,4
0,0
97,0
3,0
2,2
97,8
0,0
19,7
76,3
4,0
8,0
87,4 (DC)
4,6
22,9 (B)
72,9
4,2
30,4 (B)
69,6
0,0
0,7
96,0
2,3
0,0
96,6
3,4
0,0
96,4
2,4
2,2
95,7
0,0
15,7
80,7
3,7
6,9
89,7 (DC)
3,4
16,9 (B)
78,9
4,2
28,3 (B)
71,7
0,0
1,3
95
2,7
1,1
95,4
2,3
0,0
95,8
3,0
6,5 (c)
91,3
2,2
19,7
76,0
4,0
12,6
82,8 (D)
3,4
19,9
75,3
4,8
32,6 (cB)
65,2
2,2
1,0
96,0
2,3
28,23
2,92
0,0
96,6
2,3
29,45 (DC)
2,20
0,6
95,8
3,0
27,95 (d)
2,84
4,3
95,7
0,0
26,95
3,53
La ponderación del riesgo de meterse una raya de coca o tomar otros psicoestimulantes
los fines de semana que realizan los encuestados se ve también condicionada por las
actitudes vitales ante el riesgo, de modo que quienes son más proclives al mismo asignan
puntuaciones más bajas al riesgo de mantener esta conducta (Tabla 10.4).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
99
Tabla 10.4. Ponderación del riesgo de meterse una raya de coca o tomar otros psicoestimulantes
los fines de semana, según la actitud vital ante los riesgos (% y medias).
PONDERACIÓN DEL RESGO
(1) Nada en absoluto
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10) Muchísimo
Ns/Nc
Media
Desviación típica
TOTAL
(A)
0,3
1,0
0,3
3,0
2,7
3,7
16,7
19,7
19,7
32,3
0,7
8,31
1,75
No favorable (B)
87 casos
0,0
0,0
0,0
2,3
2,3
0,0
6,9
17,2
19,5
50,6 (DC)
1,1
8,99 (DC)
1,39
Intermedia (C)
166 casos
0,6
0,6
0,0
1,2
2,4
5,4 (B)
22,3 (B)
19,9
20,5
26,5
0,6
8,21 (D)
1,62
Favorable (D)
46 casos
0,0
4,3
2,2
10,9 (Cb)
4,3
4,3
13
23,9
17,4
19,6
0,0
7,41
2,30
Asimismo, los encuestados más proclives a la asunción de riesgos en la vida muestran
unas actitudes significativamente más favorables hacia el consumo de psicoestimulantes
en contextos lúdicos (Tabla 10.5).
Tabla 10.5. Actitudes ante el consumo de psicoestimulantes en contextos lúdicos, según la actitud
vital ante los riesgos (% y medias).
Intermedia (C)
Favorable (D)
TOTAL
No favorable (B)
87 casos
166 casos
46 casos
(A)
1. Es normal que los jóvenes consuman psicoestimulantes cuando salen de fiesta
Total desacuerdo/En descuerdo
69,8
82,6 (DC)
68,5 (D)
52,2
Intermedia
17,1
12,8
18,2
19,6
Total acuerdo/De acuerdo
13,8
5,8
13,9 (B)
28,3 (CB)
2. Consumir psicoestimulantes los fines de semana no tiene porque ser peligroso
Total desacuerdo/En descuerdo
88,0
90,8
86,7
87,0
Intermedia
8,7
6,9
10,8 (d)
4,3
Total acuerdo/De acuerdo
3,3
2,3
2,4
8,7
3. Merece la pena experimentar con la cocaína y las drogas de síntesis y asumir sus riesgos
Total desacuerdo/En descuerdo
88,7
90,8 (D)
92,2 (D)
73,9
Intermedia
5,3
4,6
4,8
6,5
Total acuerdo/De acuerdo
5,3
3,4
3,0
17,4 (CB)
4. Probar estas sustancias es esencial para conocer sus riesgos y beneficios y decidir sobre su consumo
Total desacuerdo/En descuerdo
79,7
87,4 (Dc)
79,5
67,4
Intermedia
13,7
10,3
14,5
15,2
Total acuerdo/De acuerdo
6,3
2,3
5,4
17,4 (CB)
5. Consumir psicoestimulantes de modo ocasional aporta más beneficios que problemas
Total desacuerdo/En descuerdo
90,3
89,7
93,4 (D)
80,4
Intermedia
3,0
4,6
2,4
2,2
Total acuerdo/De acuerdo
6,3
5,7
4,2
15,2 (C)
6. Si sales de fiesta por la noche es casi imposible abstenerse de consumir cocaína
Total desacuerdo/En descuerdo
91,7
92,0
94,6 (D)
82,6
Intermedia
5,7
5,7
4,2
8,7
Total acuerdo/De acuerdo
2,7
2,3
1,2
8,7 (c)
7. El ocio juvenil está organizado de tal modo que no existe alternativa al consumo de psicoestimulantes
Total desacuerdo/En descuerdo
83,7
83,9
86,1
76,1
Intermedia
8,7
8,0
9,0
6,5
Total acuerdo/De acuerdo
7,3
8,0
4,8
15,2 (c)
PUNTUACIÓN GLOBAL ESCALA
11,60
10,57
11,44
14,02 (CB)
Desviación típica
4,50
4,05
4,06
5,88
ACTITUDES
(*) El resto de % hasta completar 100 se corresponden con los valores desconocidos.
100
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Para analizar en qué medida las actitudes vitales ante el riesgo condicionan los hábitos
de consumo de drogas, en general, y, en particular, de psicoestimulantes se han
seleccionado las prevalencias de uso de psicoestimulantes en diversos períodos
temporales (alguna vez en la vida, últimos 12 meses y últimos 30 días), además de la
frecuencia de consumo de alcohol, cannabis y cocaína en los últimos 30 días.
Los resultados obtenidos indican que la prevalencia de los consumos de
psicoestimulantes es significativamente superior para todos los indicadores utilizados entre
los encuestados con actitudes favorables a la asunción de riesgos en la vida (Tabla 10.6).
Tabla 10.6. Prevalencia de los consumos de psicoestimulantes, según actitud vital ante riesgos (%).
PREVALENCIA DE LOS CONSUMOS
TOTAL
(A)
HAN CONSUMIDO ALGUNA VEZ:
Cocaína
9,3
Éxtasis
4,3
Speed
9,7
Algún psicoestimulante
11,0
No han consumido
89,0
HAN CONSUMIDO EN LOS ÚLTIMOS 12 MESES:
Cocaína
4,0
Éxtasis
2,3
Speed
5,0
Algún psicoestimulante
5,7
No han consumido
94
Ns/Nc
0,3
HAN CONSUMIDO EN LOS ÚLTIMOS 30 DÍAS:
Cocaína
1,7
Éxtasis
1,3
Speed
2,3
Algún psicoestimulante
2,3
No han consumido
96,7
Ns/Nc
1,0
No favorable (B)
87 casos
Intermedia (C)
166 casos
Favorable (D)
46 casos
4,6
1,1
3,4
5,7
94,3 (D)
7,2
1,8
9,0 (b)
9,6
90,4 (D)
26,1 (CB)
19,6 (CB)
23,9 (CB)
26,1(CB)
73,9
0,0
0.0
2,3
2,3
97,7 (D)
0,0
1,8 (b)
0,6
3,6
4,2
95,8 (D)
0,0
17,4 (CB)
13,0 (CB)
15,2 (CB)
17,4 (CB)
80,4
2,2
0,0
0,0
0,0
0,0
100 (Dc)
0,0
0,0
0,0
1,2
1,2
98,2 (D)
0,6
6,5 (cb)
8,7 (CB)
10,9 (CB)
10,9 (CB)
84,8
4,3
De igual modo, también las frecuencias de los consumos en los últimos 30 días, tanto en
el caso de la cocaína, como en el del alcohol y el hachís/marihuana son superiores entre
los jóvenes con actitudes favorables a la asunción de riesgos (Tabla 10.7).
Tabla 10.7. Frecuencia de los consumos de cocaína, hachís/marihuana y alcohol en los últimos 30
días, según la actitud vital ante los riesgos (%).
Intermedia (C)
Favorable (D)
TOTAL
No favorable (B)
87 casos
166 casos
46 casos
(A)
FRECUENCIA CONSUMO DE COCAINA (Base: 28 sujetos que han consumido cocaína)
Ningún día
82,1
100 (D)
100 (D)
58,3
Menos de 1día a la semana
7,1
0,0
0,0
16,7
1 o 2 días a la semana
10,7
0,0
0,0
25,0 (CB)
FRECUENCIA CONSUMO HACHÍS/MARIHUANA (Base: 136 sujetos que han consumido hachís/marihuana)
Ningún día
58,1
80,8 (DC)
58,3 (D)
34,6
Menos de 1día a la semana
16,2
11,5
13,1
30,8 (cb)
1 o 2 días a la semana
8,8
7,7
9,5
7,7
3 o más días a la semana
14,7
0,0
17,9 (B)
19,2 (B)
FRECUENCIA CONSUMO ALCOHOL (todos los encuestados)
Todos días/Todos los fines de semana
35,0
24,1
35,5 (b)
54,3 (CB)
Ningún fin de semana/3 fines semana
51,0
50,6
53,0
43,5
No han bebido en los últimos 30 días
13,7
25,3 (DC)
10,8 (D)
2,2
Ns/Nc
0,3
0,0
0,6
0,0
SUSTANCIAS
101
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
10.2. Experimentación con psicoestimulantes, actitudes hacia estas sustancias y
percepción del riesgo asociado a su consumo
Como se ha puesto de relieve en el apartado dedicado a describir el marco teórico que
sirve de referencia a la presente investigación, son múltiples las evidencias que señalan
que el mayor o menor contacto con las sustancias modulan las percepciones y actitudes
frente a las drogas. Una influencia que queda patente cuando se analiza la imagen que
los encuestados tienen de la cocaína y sus consumidores en función de su nivel de
experimentación con diferentes psicoestimulantes, más positiva entre aquellos que la han
consumido en alguna ocasión o que consumieron algún psicoestimulante (Tabla 10.8).
Tabla 10.8. Imagen de la cocaína y sus consumidores en función de la experimentación con
psicoestimulantes (%).
IMAGEN DE LA COCAÍNA
Y DE SUS CONSUMIDORES
La cocaína es la reina de las
drogas
Es una droga que nadie
puede controlar
La consume la gente que
tiene éxito
Los consumidores son gente
que no me merece ninguna
confianza
Quien no la ha probado no
sabe lo que se pierde
Los consumidores presentan
secuelas físicas y mentales
graves
Su consumo aporta prestigio
social
Consumirla puede destrozarte
la vida
La consume gente que sabe
estar a la altura cuando sale
de marcha
La gente que la consume me
produce un fuerte rechazo
EXPERIMENTACIÓN CON PSICOESTIMULANTES
Éxtasis
Speed
Algún psic.
Ningún psic.
(C)
(D)
(E)
(F)
13 casos
29 casos
33 casos
267 casos
TOTAL
(A)
Cocaína
(B)
28 casos
18,3
50,0 (F)
53,8 (F)
48,3 (F)
45,5 (F)
15,0
33,0
25,0
23,1
24,1
27,3
33,7
5,0
17,9 (f)
23,1 (f)
17,2 (f)
15,2 (f)
3,7
13,0
7,1
15,4
10,3
9,1
13,5
1,7
14,3 (F)
15,4
13,8 (F)
12,1 (F)
0,4
73,3
50 (c)
23,1
55,2 (C)
57,6 (C)
(C)75,3
(EDCB)
1,7
0,0
0,0
0,0
0,0
1,9 (EDCB)
88,0
71,4
76,9
72,4
75,8
89,5 (eDB)
1,7
3,6
7,7
3,4
3,0
1,5
25,3
14,3
7,7
17,2
15,2
26,6 (eCb)
Lo mismo ocurre respecto a la imagen del éxtasis y otras drogas de síntesis y de sus
consumidores. Como puede comprobarse en la Tabla 10.9, los encuestados que han
consumido alguna vez éxtasis u otros psicoestimulantes mantienen una imagen más
positiva de esta sustancia y de sus consumidores.
102
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Tabla 10.9. Imagen del éxtasis y otras drogas de síntesis y de sus consumidores en función de la
experimentación con psicoestimulantes (%).
IMAGEN ÉXTASIS/D. SÍNTESIS
Y DE SUS CONSUMIDORES
Potencia sensaciones, abre
los sentidos
Las consumen adolescentes
que no tienen acceso a
cocaína
Fortalece la amistad
Sus consumidores son gente
inmadura, descerebrados
Son
sustancias
que
no
producen
dependencia,
manejables
La consumen "bakaladeros",
gente a la que solo le interesa
música y baile
Su
consumo
ayuda
a
desinhibirse, a mejorar las
relaciones sociales y ligar
Producen importantes daños
psicológicos
Su consumo es mucho menos
peligroso que el de la
cocaína
Nunca
sabes
lo
que
consumes, sus efectos son
imprevisibles
EXPERIMENTACIÓN CON PSICOESTIMULANTES
Éxtasis
Speed
Algún psic.
Ningún psic.
(C)
(D)
(E)
(F)
13 casos
29 casos
33 casos
267 casos
TOTAL
(A)
Cocaína
(B)
28 casos
14,3
35,7 (F)
61,5 (FEd)
34,5 (F)
30,3 (F)
12,4
15,0
21,4
23,1
27,6
24,2
13,9
0,3
3,6
7,7
3,4
3,0
0,0
51,7
35,7
15,4
27,6
36,4
53,6 (eDCb)
2,3
3,6
7,7
3,4
3,0
2,2
15,0
32,1 (F)
15,4
27,6 (f)
27,3 (f)
13,5
9,0
25 (F)
46,2 (F)
20,7 (f)
21,2 (f)
7,5
75,7
53,6
46,2
58,6
57,6
77,9 (EDCB)
2,3
3,6
7,7
3,4
3,0
2,2
71,0
50,0
38,5
51,7
54,5
73 (EDCB)
La experimentación con psicoestimulantes condiciona también las actitudes hacia los
estas sustancias y las drogas ilícitas en general. Los jóvenes que han experimentado con
psicoestimulantes mantienen actitudes favorables hacia las drogas ilícitas en general y,
en particular, hacia los psicoestimulantes en porcentajes significativamente superiores a
los de quienes no han consumido nunca estas sustancias, en especial aquellos que han
consumido alguna vez cocaína (Tabla 10.10).
Tabla 10.10. Actitudes hacia los psicoestimulantes y las drogas ilícitas en general, en función de la
experimentación con psicoestimulantes (%).
EXPERIMENTACIÓN CON PSICOESTIMULANTES
Cocaína
Éxtasis
Speed
Algún psic.
Ningún psic.
(B)
(C)
(D)
(E)
(F)
28 casos
13 casos
29 casos
33 casos
267 casos
PUNTUACIÓN ESCALA ACTITUDES ANTE LOS PSICOESTIMULANTES Y LAS DROGAS ILÍCITAS (18 A 90 PUNTOS)
Actitudes poco favorables
87,9
32,0
16,7
38,5
43,3 (c)
93,3 (EDCB)
(18 a 48 puntos)
Actitudes intermedias
9,9
44, 0 (F)
41,7 (F)
38,5 (F)
36,7 (F)
6,7
(49 a 59 puntos)
Actitudes favorables
2,1
24, 0 (F)
41,7 (F)
23,1(F)
20, 0 (F)
0,0
(60 a 90 puntos)
MEDIA
35,23
51,84 (F)
57,58(FED)
50,50 (F)
48,90 (F)
33,61
Desviación
10,22
11,57
10,18
12,29
12,58
8,58
Puntuación “Subescala actitudes hacia los psicoestimulantes” (5 a 25 puntos)
Media
8,19
12,38 (F)
14,92(FEdb)
12,19 (F)
11,61(F)
7,79
Puntuación “Subescala actitudes hacia drogas ilícitas en general” (13 a 65 puntos)
Media
27,05
39,56 (F)
42,67 (FEd)
38,42 (F)
37,40 (F)
25,82
ACTITUDES
PSICOESTIMULANTES Y
DROGAS ILICITAS
TOTAL
(A)
103
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
El análisis del posicionamiento ante los riesgos/beneficios asociados al consumo de
drogas, en función del contacto que los encuestados han mantenido con los
psicoestimulantes, muestra que los jóvenes que han experimentado con los
psicoestimulantes mantienen posiciones más favorables a la asunción de riesgos
asociados al consumo de drogas (Tabla 10.11).
Tabla 10.11. Posicionamiento ante los riesgos/beneficios asociados al consumo de drogas, en
función de la experimentación con psicoestimulantes (%).
POSICIÓN ANTE
RIESGOS/BENEFICIOS
ASOCIADOS AL CONSUMO
DE DROGAS
No favorable a la asunción
de riesgos (10 a 45 puntos)
Intermedia (46 a 64 puntos)
Favorables
(65 a 100 puntos)
Media
EXPERIMENTACIÓN CON PSICOESTIMULANTES
Éxtasis
Speed
Algún psic.
Ningún psic.
(C)
(D)
(E)
(F)
13 casos
29 casos
33 casos
267 casos
TOTAL
(A)
Cocaína
(B)
28 casos
87,3
42,9
23,1
37,9
45,5
92,7 (EDCB)
10,3
42,9 (F)
61,5 (F)
44,8 (F)
39,4 (F)
6,6
2,4
14,3 (F)
15,4
17,2 (F)
15,2 (F)
0,8
27,57
47,21(F)
52,46 (F)
47,62 (F)
45,55 (F)
25,27
La experimentación con psicoestimulantes también condiciona la naturaleza de los
problemas que los encuestados atribuyen al consumo ocasional de cocaína los fines de
semana. Mientras que los no experimentadores destacan el riesgo de convertirse en
adicto en porcentajes significativamente superiores a los experimentadores, estos últimos
asocian este patrón de consumo con problemas como el malestar al día siguiente o las
dificultades económicas (Tabla 10.12).
Tabla 10.12. Problemas asociados al consumo ocasional de cocaína los fines de semana, en
función de la experimentación con psicoestimulantes (%).
PROBLEMAS ASOCIDOS AL
CONSUMO DE COCAÍNA
LOS FINES DE SEMANA
Problemas con la familia
Problemas con la pareja
Molestias
físicas/psicolog.
después del consumo
Malestar al día siguiente
Accidentes
Malos rollos con amigos/as
Rechazo de quienes no
consumen
Broncas y peleas
Problemas en los estudios
Problemas de salud
Problemas económicos
Problemas laborales
Problemas legales
Convertirse en un adicto
Ns/Nc
TOTAL
(A)
EXPERIMENTACIÓN CON PSICOESTIMULANTES
Éxtasis
Speed
Algún psic.
Ningún psic.
(C)
(D)
(E)
(F)
13 casos
29 casos
33 casos
267 casos
53,8
48,3
48,5
63,3 (b)
53,8 (F)
34,5
33,3
23,6
61,7
24,7
Cocaína
(B)
28 casos
46,4
35,7
25,7
32,1
23,1
31,0
30,3
25,1
13,7
36,3
11,3
32,1(F)
28,6
10,7 (c)
23,1
15,4
0,0
27,6 (f)
31,0
13,8 (C)
27,3 (f)
33,3
12,1 (C)
12,0
36,7 (C)
11,2 (C)
11,3
14,3
15,4
13,8
12,1
11,2
36,0
12,3
51,7
22,0
3,3
9,7
60,3
1,3
32,1
7,1
42,9
42,9 (F)
0,0
10,7
39,3
0,0
30,8
0,0
38,5
53,8 (F)
0,0
7,7
38,5
0,0
31,0
3,4
44,8
37,9 (f)
3,4
10,3
41,4
0,0
33,3
6,1
45,5
39,4 (F)
3,0
12,1
39,4
0,0
36,3
13,1 (DC)
52,4
19,9
3,4 (CB)
9,4
62,9(EDcB)
1,5
Una situación similar se reproduce respecto a los problemas derivados del hecho de
tomar otros psicoestimulantes diferentes a la cocaína, de forma ocasional los fines de
semana. Si bien en este caso los no experimentadores, además del riesgo de adicción,
asocian los problemas de salud en porcentajes significativamente superiores a los de los
experimentadores (Tabla 10.12).
104
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Tabla 10.12. Problemas asociados al consumo ocasional de otros psicoestimulantes distintos a la
cocaína los fines de semana, en función de la experimentación con psicoestimulantes (%).
PROBLEMAS ASOCIDOS AL
CONSUMO DE OTROS
PSICOESTIMULANTES LOS
FINES DE SEMANA
Problemas con la familia
Problemas con la pareja
Molestias físicas/psicologic
después del consumo
Malestar al día siguiente
Accidentes
Malos rollos con amigos/as
Rechazo de quienes no
consumen
Broncas y peleas
Problemas en los estudios
Problemas de salud
Problemas económicos
Problemas laborales
Problemas legales
Convertirse en un adicto
Ns/Nc
TOTAL
(A)
EXPERIMENTACIÓN CON PSICOESTIMULANTES
Éxtasis
Speed
Algún psic.
Ningún psic.
(C)
(D)
(E)
(F)
13 casos
29 casos
33 casos
267 casos
38,5
48,3
48,5
47,2
30,8
20,7
18,2
20,6
47,3
20,3
Cocaína
(B)
28 casos
46,4
17,9
26,7
42,9 (f)
30,8
44,8 (F)
39,4
25,1
12,7
37,0
9,3
39,3 (F)
35,7
10,7 (c)
53,8 (F)
23,1
0,0
37,9 (F)
31,0
10,3 (c)
33,3 (F)
36,4
9,1 (c)
10,1
37,1
9,4 (c)
11,3
17,9
30,8
17,2
15,2
10,9
38,0
14,3
53,0
16,3
8,3
13,0
51,3
5,7
35,7
17,9
28,6
7,1
3,6
14,3
32,1(C)
3,6
46,2
7,7
23,1
7,7
7,7
30,8
7,7
0,0
37,9
13,8
37,9
10,3
6,9
17,2
31(C)
0,0
36,4
15,2
36,4
12,1
6,1
15,2
33,3 (C)
3,0
38,2
14,2
55,1(EdCB)
16,9 (b)
8,6
12,7
53,6 (EDCB)
6,0
La percepción del riesgo asociado al consumo de psicoestimulantes está influenciada
por la experimentación de los encuestados con estas sustancias, observándose que los
porcentajes de quienes no perciben riesgos o perciben pequeños riesgos asociados al
consumo ocasional de anfetaminas, cocaína, éxtasis y speed son significativamente
superiores entre los sujetos que han experimentado con psicoestimulantes (Tabla 10.13).
Sin embargo, en el caso de los consumos regulares sólo se aprecian diferencias
estadísticamente significativas en el caso del consumo regular de éxtasis.
Los valores medios obtenidos en la escala de percepción del riesgo asociado al consumo
de psicoestimulantes son significativamente superiores entre quienes no han consumido
nunca estas sustancias.
105
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Tabla 10.13. Percepción del riesgo asociado al consumo de psicoestimulantes, en función de la
experimentación con psicoestimulantes (% y puntuación media escala).
PERCEPCIÓN DEL RIESGO
ASOCIADO AL CONSUMO DE
PSICOESTIMULANTES
TOTAL
(A)
TOMAR ANFETAMINAS ESPORÁDICAMENTE
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
19,7
Riesgo moderado/Gran riesgo
75,3
Difícil de decir/No saben
5,0
TOMAR ANFETAMINAS HABITUALMENTE
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
0,3
Riesgo moderado/Gran riesgo
97,0
Difícil de decir/No saben
2,7
PROBAR COCAÍNA OCASIONALMENTE
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
19,7
Riesgo moderado/Gran riesgo
76,3
Difícil de decir/No saben
4,0
CONSUMIR COCAÍNA CON REGULARIDAD
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
0,7
Riesgo moderado/Gran riesgo
96,0
Difícil de decir/No saben
2,3
PROBAR ÉXTASIS OCASIONALMENTE
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
15,7
Riesgo moderado/Gran riesgo
80,7
Difícil de decir/No saben
3,7
CONSUMIR ÉXTASIS CON REGULARIDAD
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
1,3
Riesgo moderado/Gran riesgo
95,0
Difícil de decir/No saben
2,7
PROBAR SPEED OCASIONALMENTE
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
19,7
Riesgo moderado/Gran riesgo
76,0
Difícil de decir/No saben
4,0
CONSUMIR SPEED CON REGULARIDAD
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
1,0
Riesgo moderado/Gran riesgo
96,0
Difícil de decir/No saben
2,3
Puntuación media escala
28,23
Desviación típica
2,92
Cocaína
(B)
28 casos
EXPERIMENTACIÓN CON PSICOESTIMULANTES
Éxtasis
Speed
Algún psic.
Ningún psic.
(C)
(D)
(E)
(F)
13 casos
29 casos
33 casos
267 casos
42,9 (F)
57,1
0,0
53,8 (F)
46,2
0,0
41,4 (F)
58,6
0,0
36,4 (F)
63,6
0,0
17,6
76,8 (dCB)
5,6 (EDCB)
3,6
96,4
0,0
7,7
92,3
0,0
3,4
96,6
0,0
3,0
97,0
0,0
0,0
97,0
3,0 (EDCB)
57,1(F)
42,9
0,0
53,8 (F)
46,2
0,0
51,7 (F)
48,3
0,0
48,5 (F)
51,5
0,0
16,1
79,4(EDCB)
4,5 (EDCB)
3,6
96,4
0,0
7,7
92,3
0,0
3,4
96,6
0,0
3,0
97,0
0,0
0,4
95,9
2,6
53,6 (F)
46,4
0,0
61,5 (F)
38,5
0,0
48,3 (F)
51,7
0,0
45,5 (F)
54,5
0,0
12,0
83,9 (EDCB)
4,1 (EDCB)
10,7 (f)
85,7
0,0
23,1(f)
76,9
0,0
10,3 (f)
86,2
0,0
9,1(f)
87,9
0,0
0,4
95,9
3 (EDCB)
64,3 (F)
35,7
0,0
69,2 (F)
30,8
0,0
62,1 (F)
37,9
0,0
60,6 (F)
39,4
0,0
14,6
80,5 (EDCB)
4,5 (EDCB)
7,1
92,9
0,0
24,93
3,59
15,4
84,6
0,0
23,77
3,91
6,9
93,1
0,0
25,36
3,95
6,1
93,9
0,0
25,69
3,86
0,4
96,3
2,6 (EDCB)
28,58 (EDCB)
2,59
Estos datos son coherentes con el hecho de que la ponderación del riesgo de meterse
una raya de cocaína o de tomar otros psicoestimulantes los fines de semana que realizan
los encuestados sea significativamente superior entre aquellos que no han consumido
nunca psicoestimulantes (Tabla 10.14).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
106
Tabla 10.14. Ponderación del riesgo de meterse una raya de coca o tomar otros psicoestimulantes
los fines de semana, en función de la experimentación con psicoestimulantes (% y medias).
PONDERACIÓN DEL RIESGO
(1) Nada en absoluto
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10) Muchísimo
Ns/Nc
MEDIA
Desviación típica
TOTAL
(A)
0,3
1,0
0,3
3,0
2,7
3,7
16,7
19,7
19,7
32,3
0,7
8,31
1,75
Cocaína
(B)
28 casos
0,0
10,7 (f)
3,6
7,1
10,7
7,1
10,7
28,6
7,1
14,3
0,0
6,68
2,52
EXPERIMENTACIÓN CON PSICOESTIMULANTES
Éxtasis
Speed
Algún psic.
Ningún psic.
(C)
(D)
(E)
(F)
13 casos
29 casos
33 casos
267 casos
0,0
0,0
0,0
0,4
15,4
10,3 (f)
9,1 (f)
0,0
7,7
3,4
3,0
0,0
0,0
6,9
6,1
2,6 (C)
15,4
10,3
9,1
1,9
7,7
6,9
6,1
3,4
15,4
17,2
15,2
16,9
15,4
20,7
27,3
18,7
0,0
6,9
6,1
21,3 (EDCB)
23,1
17,2
18,2
34,1 (EDB)
0,0
0,0
0,0
0,7
6,38
6,72
6,94
8,48 (EDCB)
2,76
2,53
2,46
1,57
La influencia de la experimentación con psicoestimulantes en la capacidad personal de
autocontrol de los daños potenciales derivados del consumo de estas sustancias no es
uniforme. Mientras que el hecho de haber consumido o no alguna vez psicoestimulantes
no introduce variaciones estadísticamente significativas en la capacidad personal
percibida para controlar los daños del consumo habitual (Tabla 10.15), no sucede lo
mismo en el caso del consumo ocasional (Tabla 10.16).
Tabla 10.15. Capacidad personal percibida para controlar los riesgos potenciales de consumir
habitualmente psicoestimulantes, en función de la experimentación con los mismos (% y medias).
CAPACIDAD PERSONAL PARA
CONTROLAR RIESGOS
(1) Totalmente incapaz
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10) Totalmente capaz
Ns/Nc
MEDIA
TOTAL
(A)
44,7
11,3
7,0
6,3
9,7
2,3
0,7
1,3
1,0
9,3
6,3
3,14
Cocaína
(B)
28 casos
32,1
3,6
14,3
10,7
10,7 (c)
3,6
3,6
10,7 (f)
0,0
7,1
3,6
3,96
EXPERIMENTACIÓN CON PSICOESTIMULANTES
Éxtasis
Speed
Algún psic.
Ningún psic.
(C)
(D)
(E)
(F)
13 casos
29 casos
33 casos
267 casos
38,5
31
36,4
45,7
0,0
6,9
6,1
12 (CB)
23,1
13,8
12,1
6,4
0,0
6,9
9,1(c)
6,0 (C)
0,0
10,3 (c)
9,1 (c)
9,7 (C)
7,7
3,4
3,0
2,2
7,7
3,4
3,0
0,4
15,4
10,3 (f)
9,1(f)
0,4
0,0
0,0
0,0
1,1 (edcb)
7,7
6,9
6,1
9,7
0,0
6,9
6,1
6,4
4,08
3,89
3,61
3,08
Estos datos ponen de relieve como el haber consumido en alguna ocasión
psicoestimulantes incrementa la autopercepción sobre la capacidad personal para
controlar los riesgos potenciales del consumo ocasional de estas sustancias, dado que de
algún modo los experimentadores ya se han enfrentado a los mismos.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
107
Tabla 10.16. Capacidad personal percibida para controlar los riesgos potenciales de consumir
ocasionalmente psicoestimulantes, según experimentación con estas sustancias (% y medias).
CAPACIDAD PERSONAL
PARA CONTROLAR RIESGOS
(1) Totalmente incapaz
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10) Totalmente capaz
Ns/Nc
MEDIA
TOTAL
(A)
28,3
8,7
10,0
11,3
13,0
3,3
3,3
3,0
3,0
10,3
5,7
4,07
Cocaína
(B)
28 casos
7,1
7,1
0,0
14,3
14,3
7,1
10,7 (c)
7,1
14,3 (f)
17,9
0,0
6,32 (F)
EXPERIMENTACIÓN CON PSICOESTIMULANTES
Éxtasis
Speed
Algún psic.
Ningún psic.
(C)
(D)
(E)
(F)
13 casos
29 casos
33 casos
267 casos
0,0
13,8 (C)
15,2 (C)
30,0 (EDCB)
0,0
3,4
6,1
9,0 (C)
0,0
0,0
0,0
11,2 (EDCB)
15,4
13,8
15,2
10,9
7,7
13,8
12,1
13,1
15,4
10,3
9,1
2,6
0,0
6,9
9,1(c)
2,6 (C)
0,0
6,9
6,1
2,6 (C)
30,8 (F)
13,8 (f)
12,1 (f)
1,9
30,8
17,2
15,2
9,7
0,0
0,0
0,0
6,4
7,77(FEDb)
6,07 (F)
5,76 (F)
3,84
Las experiencias de uso de psicoestimulantes tienen una influencia notable sobre las
actitudes hacia su consumo en contextos recreativos el fin de semana, significativamente
más favorables entre quienes han consumido alguna vez psicoestimulantes (Tabla 10.17).
Tabla 10.17. Actitudes hacia el consumo de psicoestimulantes en contextos recreativos del fin de
semana, según experimentación con estas sustancias (% y puntuación medias en la escala).
EXPERIMENTACIÓN CON PSICOESTIMULANTES
Cocaína
Éxtasis
Speed
Algún psic.
Ningún psic.
ACTITUDES
(B)
(C)
(D)
(E)
(F)
28 casos
13 casos
29 casos
33 casos
267 casos
ES NORMAL QUE LOS JÓVENES CONSUMAN PSICOESTIMULANTES CUANDO SALEN DE FIESTA
Total desacuerdo/En desacuerdo
69,3
32,1
15,4
31,0
36,4
73,4 (EDCB)
Intermedia
17,0
35,7 (F)
46,2 (F)
41,4 (F)
36,4 (F)
14,6
De acuerdo/Total acuerdo
13,7
32,1(F)
38,5 (f)
27,6 (f)
27,3 (f)
12,0
CONSUMIR PSICOESTIMULANTES LOS FINES DE SEMANA NO TIENE PORQUE SER PELIGROSO
Total desacuerdo/En desacuerdo
88,0
75,0
69,2
75,9
75,8
89,5 (edb)
Intermedia
8,7
7,1
0,0
6,9
9,1 (c)
8,6 (C)
De acuerdo/Total acuerdo
3,3
17,9 (F)
30,8 (F)
17,2 (F)
15,2 (F)
1,9
MERECE LA PENA EXPERIMENTAR CON LA COCAÍNA Y LAS DROGAS DE SÍNTESIS Y ASUMIR SUS RIESGOS
Total desacuerdo/En desacuerdo
88,7
46,4
30,8
51,7
54,5
92,9 (EDCB)
Intermedia
5,3
21,4 (F)
15,4
20,7 (F)
18,2 (F)
3,7
De acuerdo/Total acuerdo
5,3
32,1 (F)
53,8 (Fe)
27,6 (F)
27,3 (F)
2,6
PROBAR ESTAS SUSTANCIAS ES ESENCIAL PARA CONOCER SUS RIESGOS Y BENEFICIOS Y DECIDIR SOBRE SU CONSUMO
Total desacuerdo/En desacuerdo
79,7
35,7
38,5
41,4
42,4
84,3 (EDCB)
Intermedia
13,7
25,0
7,7
17,2
21,2
12,7
De acuerdo/Total acuerdo
6,3
39,3 (F)
53,8 (F)
41,4 (F)
36,4 (F)
2,6
CONSUMIR PSICOESTIMULANTES DE MODO OCASIONAL APORTA MAS BENEFICIOS QUE PROBLEMAS
Total desacuerdo/En desacuerdo
90,3
71,4
69,2
79,3
75,8
92,1 (EdcB)
Intermedia
3,0
3,6
0,0
0,0
3,0
3 (DC)
De acuerdo/Total acuerdo
6,3
25,0 (F)
30,8 (F)
20,7 (F)
21,2 (F)
4,5
SI SALES DE FIESTA POR LA NOCHE ES CASI IMPOSIBLE ABSTENERSE DE CONSUMIR COCAÍNA
Total desacuerdo/En desacuerdo
91,7
75
69,2
79,3
78,8
93,3 (EdcB)
Intermedia
5,7
10,7
7,7
10,3
9,1
5,2
De acuerdo/Total acuerdo
2,7
14,3 (f)
23,1 (f)
10,3
12,1 (f)
1,5
EL OCIO JUVENIL ESTÁ ORGANIZADO DE MODO QUE NO EXISTE ALTERNATIVA AL CONSUMO
Total desacuerdo/En desacuerdo
83,7
85,7
69,2
82,8
84,8
83,5
Intermedia
8,7
3,6
7,7
3,4
3,0
9,4 (e)
De acuerdo/Total acuerdo
7,3
10,7
23,1
13,8
12,1
6,7
Puntuación media escala
11,60
17,64 (F)
19,46 (F)
17,03 (F)
16,79 (F)
10,95
TOTAL
(A)
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
108
10.3. Influencia de los consumos de drogas en el grupo de iguales en las
actitudes y percepciones hacia los psicoestimulantes
10.3.1.
La influencia de los hábitos de consumo de los amigos/as
Los hábitos de consumo habitual de cannabis y psicoestimulantes por parte de los
amigos/as condicionan en parte la imagen de los encuestados acerca de la cocaína y
sus consumidores. Los encuestados que afirman que sólo alguno o ninguno de sus amigos
consumen habitualmente hachís/marihuana se identifican menos con la imagen de la
cocaína como la reina de las drogas y muestran un mayor rechazo a sus consumidores,
destacando en mayor proporción la gravedad de las secuelas físicas y mentales que
deja el consumo (Tabla 10.18).
Por su parte, la influencia ejercida por la presencia de amigos/as consumidores
habituales de cocaína o de éxtasis/speed en la imagen de la cocaína y sus
consumidores es más difusa, destacando la mayor identificación con la imagen de la
cocaína como la reina de las drogas de aquellos encuestados en los que todos o la
mayoría de sus amigos/as consumen psicoestimulantes. Este fenómeno se explica en
parte por el reducido número de encuestados que señalan la presencia de una mayoría
de consumidores habituales de psicoestimulantes.
Tabla 10.18. Imagen de la cocaína y de sus consumidores, según los hábitos de consumo de
cannabis y psicoestimulantes por parte de los amigos/as (%).
IMAGEN DE LA COCAÍNA
Y DE SUS CONSUMIDORES
La cocaína es la reina de las
drogas
Es una droga que nadie puede
controlar
La consume la gente que tiene
éxito
Los consumidores son gente que
no me merece ninguna confianza
Quien no la ha probado no sabe
lo que se pierde
Los consumidores presentan
secuelas físicas y mentales graves
Su consumo aporta prestigio
social
Consumirla puede destrozarte la
vida
La consume gente que sabe
estar a la altura cuando sale de
marcha
La gente que la consume me
produce un fuerte rechazo
TOTAL
(A)
300
casos
CANNABIS
COCAÍNA
ÉXTASIS/SPEED
Todos o la
mayoría
(B)
50 casos
Algunos o
ninguno
(C)
249 casos
Todos o la
mayoría
(D)
10 casos
Algunos o
ninguno
(E)
288 casos
Todos o la
mayoría
(F)
8 casos
Algunos o
ninguno
(G)
289 casos
18,3
32,0 (C)
15,7
60,0 (E)
17,0
62,5 (G)
17,0
33,0
30,0
33,7
40,0
32,6
50,0
32,5
5,0
10,0
4,0
0,0
5,2 (D)
0,0
5,2 (F)
13,0
10,0
13,3
10,0
13,2
12,5
13,1
1,7
6,0
0,8
20,0
1,0
12,5
1,4
73,3
58,0
76,7 (B)
50,0
74,0
50,0
73,7
1,7
4,0
1,2
0,0
1,7 (D)
0,0
1,7 (F)
88,0
84,0
88,8
60,0
88,9 (d)
62,5
88,9
1,7
4,0
1,2
0,0
1,7 (D)
0,0
1,7 (F)
25,3
14,0
27,3 (B)
10,0
25,7
25,0
24,9
Menos clara es la influencia que la presencia de amigos/as consumidores habituales de
cannabis y/o psicoestimulantes ejerce sobre la imagen del éxtasis y de sus consumidores
(Tabla 10.19).
109
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Tabla 10.19. Imagen del éxtasis y de sus consumidores, según los hábitos de consumo de cannabis
y psicoestimulantes por parte de los amigos/as (%).
IMAGEN DEL ÉXTASIS Y
SUS CONSUMIDORES
Potencia sensaciones, abre los
sentidos
Las consumen adolescentes que
no tienen acceso a cocaína
Fortalece la amistad
Sus consumidores son gente
inmadura, descerebrados
Son sustancias que no producen
dependencia, manejables
La consumen "bakaladeros",
gente a la que solo le interesa
música y baile
Su consumo ayuda a desinhibirse,
a mejorar relaciones sociales y
ligar
Producen importantes daños
psicológicos
Su consumo es mucho menos
peligroso que el de la cocaína
Nunca sabes lo que consumes,
sus efectos son imprevisibles
TOTAL
(A)
300
casos
CANNABIS
COCAÍNA
ÉXTASIS/SPEED
Todos o la
mayoría
(B)
50 casos
Algunos o
ninguno
(C)
249 casos
Todos o la
mayoría
(D)
10 casos
Algunos o
ninguno
(E)
288 casos
Todos o la
mayoría
(F)
8 casos
Algunos o
ninguno
(G)
289 casos
14,3
20,0
13,3
20,0
14,2
25,0
14,2
15,0
18,0
14,5
30,0
14,6
25,0
14,9
0,3
2,0
0,0
0,0
0,3
0,0
0,3
51,7
48,0
52,2
40,0
52,1
50,0
51,6
2,3
6,0
1,6
0,0
2,4 (F)
0,0
2,4 (F)
15,0
28 (C)
12,0
30,0
14,2
25,0
14,5
9,0
12,0
8,4
10,0
9,0
12,5
9,0
75,7
58,0
79,5 (B)
40,0
76,7 (D)
62,5
75,8
2,3
2,0
2,4
10,0
2,1
12,5
2,1
71,0
62,0
72,7
40,0
71,9 (D)
50,0
71,3
Las actitudes hacia las drogas ilícitas en general y hacia los psicoestimulantes en
particular son más favorables entre los encuestados que afirman que todos o la mayoría
de sus amigos/as consumen derivados del cannabis y cocaína o éxtasis de forma
habitual (Tabla 10.20).
Tabla 10.20. Actitudes hacia las drogas ilícitas y los psicoestimulantes, según los hábitos de
consumo de cannabis y psicoestimulantes por parte de los amigos/as (% y medias).
ACTITUDES HACIA
LAS DROGAS
TOTAL
(A)
300
casos
CANNABIS
Todos o la
mayoría
(B)
50 casos
Algunos o
ninguno
(C)
249 casos
COCAÍNA
Todos o la
mayoría
(D)
10 casos
Algunos o
ninguno
(E)
288 casos
ÉXTASIS/SPEED
Todos o la
mayoría
(F)
8 casos
Algunos o
ninguno
(G)
289 casos
PUNTUACIÓN ESCALA ACTITUDES ANTE LOS PSICOESTIMULANTES Y LAS DROGAS ILÍCITAS (18 A 90 PUNTOS)
Actitudes desfavorables
87,9
60,5
92,9 (B)
75
88,6
71,4
88,6
Actitudes intermedias
9,9
30,2 (C)
6,3
12,5
9,6
14,3
9,6
Actitudes favorables
2,1
9,3 (c)
0,8
12,5
1,8
14,3
1,8
MEDIA
35,23 44,05 (C)
33,59
44,25 (E)
34,94
44,00 (G)
34,98
Puntuación Subescala actitudes hacia los psicoestimulantes
Media
8,19
10,11 (C)
7,81
11,88 (E)
8,09
12,29 (G)
8,09
Puntuación Subescala actitudes hacia las drogas ilícitas en general
Media
27,05 33,98 (C)
25,74
31,78 (e)
26,86
31,13
26,90
La posición general frente a los riesgos/beneficios asociados al consumo de drogas está
claramente condicionada por los hábitos de consumo de estas sustancias por parte de
los amigos/as, de modo que aquellos encuestados que indican que todos o la mayoría
de sus amigos consumen de manera habitual cannabis, cocaína o éxtasis/speed
muestran posiciones más favorables a la asunción de riesgos (Tabla 10.21).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
110
Tabla 10.21. Posición frente a los riesgos/beneficios asociados al consumo de drogas, según los
hábitos de consumo de cannabis y psicoestimulantes por parte de los amigos/as (% y medias).
POSICIÓN FRENTE A
BENEFICIOS/RIESGOS
ASOCIADOS AL CONSUMO DE
DROGAS
TOTAL
(A)
300
casos
No favorable asunción de riesgos
Intermedia
Favorable asunción de riesgos
Media
87,3
10,3
2,4
27,57
CANNABIS
Todos o la
mayoría
(B)
50 casos
70,0
22,0 (C)
8,0 (c)
38,12 (C)
Algunos o
ninguno
(C)
249 casos
91,3 (B)
7,5
1,2
25,27
COCAÍNA
Todos o la
mayoría
(D)
10 casos
80,0
10,0
10,0
33,60
Algunos o
ninguno
(E)
288 casos
87,9
10,0
2,1
27,27
ÉXTASIS/SPEED
Todos o la
mayoría
(F)
8 casos
75,0
12,5
12,5
31,50
Algunos o
ninguno
(G)
289 casos
87,9
10,0
2,1
27,41
Los encuestados que todos la mayoría de sus amigos consumen habitualmente cannabis
atribuyen al consumo de cocaína problemas de malestar al día siguiente y problemas
económicos en porcentajes más reducidos que aquellos en los que sólo algunos o
ninguno consume estas sustancias. Por el contrario, estos últimos destacan la presencia
de problemas familiares, académicos y de adicción en porcentajes significativamente
superiores. (Tabla 10.22).
Por su parte, los encuestados en los que ninguno o algunos de sus amigos consumen
cocaína de forma habitual vinculan el consumo de esta sustancia en porcentajes
significativamente superiores a los accidentes, los problemas de salud y los problemas
legales y laborales. Algo similar ocurre al analizar la presencia de amigos consumidores
habituales de éxtasis o speed.
Tabla 10.22. Problemas asociados al consumo de cocaína de forma ocasional los fines de semana,
según los hábitos de consumo habitual de cannabis y psicoestimulantes de los amigos/as (%).
PROBLEMAS ASOCIADOS AL
CONSUMO DE COCAÍNA
Problemas con la familia
Problemas con la pareja
Molestias físicas o psicológicas
después del consumo
Malestar al día siguiente
Accidentes
Malos rollos con amigos/as
Rechazo de quienes no
consumen
Broncas y peleas
Problemas en los estudios
Problemas de salud
Problemas económicos
Problemas laborales
Problemas legales
Convertirse en un adicto
Ns/Nc
TOTAL
(A)
300
casos
CANNABIS
COCAÍNA
ÉXTASIS/SPEED
Todos o la
mayoría
(B)
50 casos
Algunos o
ninguno
(C)
249 casos
Todos o la
mayoría
(D)
10 casos
Algunos o
ninguno
(E)
288 casos
Todos o la
mayoría
(F)
8 casos
Algunos o
ninguno
(G)
289 casos
61,7
24,7
50,0
24,0
63,9 (b)
24,9
40,0
50,0
62,2
24,0
37,5
25,0
62,3
24,9
25,7
24,0
26,1
40,0
25,0
50,0
24,9
13,7
36,3
11,3
26,0 (C)
28,0
18,0
11,2
38,2
10,0
40 (e)
10,0
10,0
12,8
37,2 (D)
11,5
50,0 (G)
12,5
12,5
12,8
37,0
11,4
11,3
10,0
11,2
10,0
11,5
12,5
11,1
36,0
12,3
51,7
22,0
3,3
9,7
60,3
1,3
40,0
6,0
48,0
36,0 (C)
2,0
12,0
46,0
0,0
34,9
13,7 (b)
52,2
19,3
3,6
9,2
63,5 (B)
1,6
50,0
10,0
20,0
20,0
0,0
0,0
60,0
0,0
35,1
12,5
53,1 (D)
22,2
3,5 (D)
10,1 (D)
60,1
1,4
37,5
12,5
25,0
25,0
0,0
0,0
50,0
0,0
35,6
12,1
52,6 (f)
21,8
3,5 (F)
10,0 (F)
60,6
1,4
Apenas se observan diferencias significativas en los problemas asociados al consumo
ocasional los fines de semana de otros psicoestimulantes diferentes a la cocaína, en
función de la presencia o no de amigos consumidores habituales de cannabis o
psicoestimulantes (Tabla 10.23).
111
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Tabla 10.23. Problemas asociados al consumo ocasional de otros psicoestimulantes distintos de la
cocaína los fines de semana, según los hábitos de consumo habitual de cannabis y
psicoestimulantes de los amigos/as (%).
PROBLEMAS ASOCIADOS AL
CONSUMO OTROS
PSICOESTIMULANTES
Problemas con la familia
Problemas con la pareja
Molestias físicas o psicológicas
después del consumo
Malestar al día siguiente
Accidentes
Malos rollos con amigos/as
Rechazo de quienes no
consumen
Broncas y peleas
Problemas en los estudios
Problemas de salud
Problemas económicos
Problemas laborales
Problemas legales
Convertirse en un adicto
Ns/Nc
TOTAL
(A)
300
casos
CANNABIS
COCAÍNA
ÉXTASIS/SPEED
Todos o la
mayoría
(B)
50 casos
46,0
22,0
Algunos o
ninguno
(C)
249 casos
47,4
20,1
Todos o la
mayoría
(D)
10 casos
40,0
20,0
Algunos o
ninguno
(E)
288 casos
47,6
20,5
Todos o la
mayoría
(F)
8 casos
25,0
0,0
Algunos o
ninguno
(G)
289 casos
48,1
21,1
26,7
24,0
27,3
40,0
26,0
50,0
26,0
12,7
37,0
9,3
30,0 (C)
28,0
12,0
9,2
39,0
8,8
20,0
30,0
20,0
12,5
37,5
9,0
12,5
25,0
25,0
12,8
37,7
9,0
11,3
10,0
11,2
10,0
11,5
0,0
11,4 (F)
38,0
14,3
53,0
16,3
8,3
13,0
51,3
5,7
42,0
6,0
46,0
14,0
8,0
14,0
42,0
6,0
36,9
16,1(B)
54,2
16,9
8,4
12,9
53,4
5,6
20,0
20,0
60,0
0,0
0,0
0,0
40,0
10,0
38,5
14,2
53,1
17,0
8,7 (D)
13,5 (D)
51,7
5,2
12,5
25,0
50,0
0,0
0,0
0,0
50,0
12,5
38,8 (F)
13,8
53,3
16,6 (F)
8,7 (F)
13,5 (F)
51,6
5,2
47,3
20,3
El riesgo asociado al consumo de psicoestimulantes, atendiendo a los valores promedio
obtenidos en la escala, es significativamente mayor entre los encuestados que afirman
que ninguno, o sólo algunos, de sus amigos/as consumen habitualmente cannabis y/o
cocaína (Tabla 10.24).
Tabla 10.24. Riesgo asociado al consumo psicoestimulantes, según los hábitos de consumo
habitual de cannabis y psicoestimulantes de los amigos/as (% y medias).
RIESGO ASOCIADO
TOTAL
(A)
300
casos
TOMAR ANFETAMINAS ESPORÁDICAMENTE
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
19,7
Riesgo moderado/Gran riesgo
75,3
CONSUMIR HABITUALMENTE ANFETAMINAS
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
0,3
Riesgo moderado/Gran riesgo
97,0
PROBAR COCAÍNA OCASIONALMENTE
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
19,7
Riesgo moderado/Gran riesgo
76,3
CONSUMIR COCAÍNA CON REGULARIDAD
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
0,7
Riesgo moderado/Gran riesgo
96,0
PROBAR ÉXTASIS OCASIONALMENTE
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
15,7
Riesgo moderado/Gran riesgo
80,7
CONSUMIR ÉXTSIS CON REGULARIDAD
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
1,3
Riesgo moderado/Gran riesgo
95,0
PROBAR SPEED OCASIONALMENTE
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
19,7
Riesgo moderado/Gran riesgo
76,0
CONSUMIR SPEED CON REGULARIDAD
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
1,0
Riesgo moderado/Gran riesgo
96,0
PUNTUACIÓN MEDIA ESCALA
28,23
CANNABIS
COCAÍNA
ÉXTASIS/SPEED
Todos o la
mayoría
(B)
50 casos
Algunos o
ninguno
(C)
249 casos
Todos o la
mayoría
(D)
10 casos
Algunos o
ninguno
(E)
288 casos
Todos o la
mayoría
(F)
8 casos
Algunos o
ninguno
(G)
289 casos
34,0 (C)
62,0
16,9
77,9 (B)
20,0
80,0
19,8
75,0
12,5
87,5
20,1
74,7
2,0
96,0
0,0
97,2
0,0
100 (E)
0,3
96,9
0,0
100 (G)
0,3
96,9
40,0 (C)
60,0
15,7
79,5 (B)
60,0 (E)
40,0
0,3
77,4 (D)
0,0
50,0
0,3
76,8
2,0
98,0
0,4
95,6
0,0
100 (E)
0,7
95,8
0,0
100 (G)
0,7
95,8
28 (C)
70,0
13,3
82,7 (b)
60,0 (E)
40,0
14,2
81,9 (D)
75 (G)
25,0
14,2
82,0 (F)
4,0
94,0
0,8
95,2
0,0
100 (E)
1,4 (D)
94,8
0,0
100 (G)
1,4 (F)
94,8
44,0 (C)
54,0
14,9
80,3 (b)
60,0 (E)
40,0
18,4
77,1 (D)
50,0 (g)
50,0
19,0
76,5
6,0 (c)
94,0
26,55
0,0
96,4
28,61(B)
0,0
100 (E)
25,90
1,0 (d)
95,8
28,31(D)
0,0
100 (G)
26,13
1,0 (f)
95,8
28,28
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
112
Una situación similar se reproduce en lo relativo a la ponderación del riesgo de meterse
una raya de cocaína o tomar otros psicoestimulantes en los fines de semana, que resulta
ser significativamente más elevada entre los jóvenes en los que ninguno o sólo algunos
amigos/as consumen habitualmente cannabis o cocaína (Tabla 10.25).
Tabla 10.24. Ponderación riesgo de meterse una raya de coca o de tomar otros psicoestimulantes
los fines de semana, según hábitos de consumo de drogas de los amigos/as (% y medias).
PONDERACIÓN DEL RIESGO
(1) Nada en absoluto
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10) Muchísimo
Ns/Nc
MEDIA
TOTAL
(A)
300
casos
0,3
1,0
0,3
3,0
2,7
3,7
16,7
19,7
19,7
32,3
0,7
8,31
CANNABIS
COCAÍNA
ÉXTASIS/SPEED
Todos o la
mayoría
(B)
50 casos
Algunos o
ninguno
(C)
249 casos
Todos o la
mayoría
(D)
10 casos
Algunos o
ninguno
(E)
288 casos
Todos o la
mayoría
(F)
8 casos
Algunos o
ninguno
(G)
289 casos
0,0
6,0 (c)
2,0
10,0 (c)
4,0
8,0
24,0
28,0
6,0
12,0
0,0
6,92
0,4
0,0
0,0
1,6
2,4
2,8
15,3
18,1
22,5 (B)
36,1(b)
0,8
8,58 (B)
0,0
0,0
10,0
10,0
20,0
0,0
20,0
20,0
10,0
10,0
0,0
6,60
0,3
1,0 (d)
0,0
2,8
2,1
3,5 (D)
16,7
19,8
20,1
33,3 (D)
0,3
8,37 (D)
0,0
0,0
0,0
0,0
25,0
0,0
25,0
25,0
12,5
12,5
0,0
7,38
0,3
1,0
0,3
3,1 (F)
2,1
3,5 (F)
16,6
19,7
20,1
32,9 (f)
0,3
8,33
La presencia o ausencia de consumidores habituales de cannabis o psicoestimulantes
entre los amigos/as no altera la capacidad personal autopercibida para controlar los
daños potenciales derivados del consumo habitual de psicoestimulantes (Tabla 10.25).
Tabla 10.25. Capacidad personal para controlar los daños potenciales del consumo habitual de
psicoestimulantes, según hábitos de consumo de drogas de los amigos/as (% y medias).
CAPACIDAD CONTROL DAÑOS
ASOCIADOS AL CONSUMO
HABITUAL PSICOESTIMULANTES
(1) Totalmente incapaz
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10) Totalmente capaz
MEDIA
TOTAL
(A)
300
casos
44,7
11,3
7,0
6,3
9,7
2,3
0,7
1,3
1,0
9,3
3,14
CANNABIS
COCAÍNA
ÉXTASIS/SPEED
Todos o la
mayoría
(B)
50 casos
Algunos o
ninguno
(C)
249 casos
Todos o la
mayoría
(D)
10 casos
Algunos o
ninguno
(E)
288 casos
Todos o la
mayoría
(F)
8 casos
Algunos o
ninguno
(G)
289 casos
30,0
12,0
6,0
12,0
16,0
2,0
0,0
4,0
0,0
10,0
3,74
47,8 (B)
11,2
7,2
5,2
8,0
2,4
0,8
0,8
1,2 (b)
9,2
3,01
20,0
0,0
0,0
40,0 (E)
10,0
10,0
0,0
20
0,0
0,0
4,50 (e)
45,8 (D)
11,5 (D)
7,3 (D)
5,2
9,7
2,1
0,7
0,7
1,0 (d)
9,4 (D)
3,06
25,0
0,0
0.0
37,5 (g)
12,5
12,5
0,0
12,5
0,0
0,0
4,13
45,7
11,1 (F)
7,3 (F)
5,5
9,7
2,1
0,7
1,0
1,0 (f)
9,3 (F)
3,09
Por el contrario, los encuestados que afirman que todos o la mayoría de sus amigos
consumen habitualmente cannabis, cocaína y/o éxtasis/speed señalan tener mayor
capacidad para controlar los potenciales daños derivados del consumo ocasional de
psicoestimulantes (Tabla 10.26). La mayor familiaridad con estas sustancias y sus efectos,
aún cuando sea de forma indirecta a través de los amigos/as, explicaría la mayor
capacidad percibida para controlar los daños.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
113
Tabla 10.26. Capacidad personal para controlar los daños potenciales del consumo ocasional de
psicoestimulantes, según hábitos de consumo de drogas de los amigos/as (% y medias).
CAPACIDAD CONTROL DAÑOS
ASOCIADOS AL CONSUMO
OCASIONAL
PSICOESTIMULANTES
(1) Totalmente incapaz
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10) Totalmente capaz
MEDIA
TOTAL
(A)
300
casos
28,3
8,7
10,0
11,3
13,0
3,3
3,3
3,0
3,0
10,3
4,07
CANNABIS
COCAÍNA
ÉXTASIS/SPEED
Todos o la
mayoría
(B)
50 casos
Algunos o
ninguno
(C)
249 casos
Todos o la
mayoría
(D)
10 casos
Algunos o
ninguno
(E)
288 casos
Todos o la
mayoría
(F)
8 casos
Algunos o
ninguno
(G)
289 casos
12,0
4,0
6,0
14,0
18,0
6,0
8,0
10,0 (c)
4,0
10,0
5,35 (C)
31,7 (B)
9,6 (b)
10,8
10,8
11,6
2,8
2,4
1,6
2,8
10,4
3,81
30,0
0,0
0,0
0,0
10,0
0,0
20,0
10,0
20,0
10,0
5,80 (e)
28,5
9,0 (D)
10,4 (D)
11,8 (D)
12,8
3,5 (D)
2,8
2,8
2,4
10,4
4,00
25,0
0,0
0,0
0,0
12,5
0,0
25,0
12,5
12,5
12,5
6,00 (g)
28,7
8,7 (F)
10,4 (F)
11,8( F)
12,8
3,5 (F)
2,8
2,8
2,8
10,4
4,01
Los hábitos de consumo de los amigos/as tienen una influencia clara en las actitudes de
los jóvenes hacia el consumo de psicoestimulantes en contextos recreativos, mucho más
favorables entre quienes se rodean de amigos que en su mayoría o totalidad consumen
regularmente cannabis, cocaína o éxtasis/speed (Tabla 10.27).
Tabla 10.27. Actitudes hacia el consumo de psicoestimulantes en contextos recreativos, según
hábitos de consumo de drogas de los amigos/as (% y medias).
ACTITUDES ANTE EL CONSUMO
DE PSICOESTIMULANTES EN
CONTEXTOS RECREATIVOS
TOTAL
(A)
300
casos
CANNABIS
COCAÍNA
ÉXTASIS/SPEED
Todos o la
Algunos o
Todos o la
Algunos o
Todos o la
Algunos o
mayoría
ninguno
mayoría
ninguno
mayoría
ninguno
(B)
(C)
(D)
(E)
(F)
(G)
50 casos
249 casos
10 casos
288 casos
8 casos
289 casos
ES NORMAL QUE LOS JÓVENES CONSUMAN PSICOESTIMULANTES CUANDO SALEN DE FIESTA
Total desacuerdo/En desacuerdo
69,3
46,0
74,3 (B)
40,0
70,1 (d)
50,0
69,6
Intermedia
17,0
34,0 (C)
13,7
20,0
17,0
12,5
17,3
De acuerdo/Total acuerdo
13,7
20,0
12,0
40,0 (e)
12,8
37,5
13,1
CONSUMIR PSICOESTIMULANTES LOS FINES DE SEMANA NO TIENE PORQUE SER PELIGROSO
Total desacuerdo/En desacuerdo
88,0
84,0
89,2
60,0
89,2 (d)
62,5
88,9
Intermedia
8,7
8,0
8,8
20,0
8,0
25,0
8,0
De acuerdo/Total acuerdo
3,3
8
2
20
2,8
12,5
3,1
MERECE LA PENA EXPERIMENTAR CON LA COCAÍNA Y LAS DROGAS DE SÍNTESIS Y ASUMIR SUS RIESGOS
Total desacuerdo/En desacuerdo
88,7
74,0
92,0 (B)
50,0
89,9 (D)
50,0
89,6 (F)
Intermedia
5,3
12,0 (c)
4,0
20,0
4,9
25,0
4,8
De acuerdo/Total acuerdo
5,3
14,0 (C)
3,2
30,0 (e)
4,5
25,0
4,8
PROBAR ESTAS SUSTANCIAS ES ESENCIAL PARA CONOCER SUS RIESGOS Y BENEFICIOS Y DECIDIR SOBRE SU CONSUMO
Total desacuerdo/En desacuerdo
79,7
52,0
85,5 (B)
50
80,6 (d)
50,0
80,3 (f)
Intermedia
13,7
32,0 (C)
9,6
40,0 (e)
12,8
50,0 (G)
12,8
De acuerdo/Total acuerdo
6,3
16,0 (C)
4,4
10
6,3
0
6,6 (F)
CONSUMIR PSICOESTIMULANTES DE MODO OCASIONAL APORTA MAS BENEFICIOS QUE PROBLEMAS
Total desacuerdo/En desacuerdo
90,3
84,0
92,0
90,0
90,3
87,5
90,3
Intermedia
3,0
4,0
2,4
10,0
2,8
12,5
2,8
De acuerdo/Total acuerdo
6,3
12,0
5,2
0,0
6,6 (D)
0,0
6,6 (F)
SI SALES DE FIESTA POR LA NOCHE ES CASI IMPOSIBLE ABSTENERSE DE CONSUMIR COCAÍNA
Total desacuerdo/En desacuerdo
91,7
80,0
94,0 (B)
60,0
92,7 (D)
62,5
92,4 (f)
Intermedia
5,7
10,0
4,8
10,0
5,6
12,5
5,5
De acuerdo/Total acuerdo
2,7
10,0 (C)
1,2
30,0 (e)
1,7
25,0
2,1
EL OCIO JUVENIL ESTÁ ORGANIZADO DE MODO QUE NO HAY ALTERNATIVA AL CONSUMO DE PSICOESTIMULANTES/DROGAS
Total desacuerdo/En desacuerdo
83,7
68,0
86,7 (B)
70,0
84,0
62,5
84,1
Intermedia
8,7
16,0
7,2
10,0
8,7
12,5
8,7
De acuerdo/Total acuerdo
7,3
16,0 (c)
5,6
20,0
6,9
25,0
6,9
PUNTUACION MEDIA ESCALA
11,60
15,16 (C)
10,83
16,70 (E)
11,43
16,38 (G)
11,48
114
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
10.3.2.
La influencia de las actitudes de los amigos/as hacia los psicoestimulantes
Reiteradas evidencias señalan que las actitudes dominantes en el grupo de iguales
condicionan las actitudes y percepciones de sus miembros hacia las drogas. Por esta
razón, se ha procedido a cruzar las variables anteriormente descritas, indicativas de las
opiniones, actitudes y percepciones relacionadas con el consumo de psicoestimulantes y
sus potenciales riesgos, con las actitudes de los amigos hacia el consumo de
psicoestimulantes, seleccionando los posicionamientos más claros respecto al tema
investigado, que se corresponden con las categorías: a) la mayoría mantiene una actitud
favorable hacia el consumo “ y b) “La mayoría rechaza el consumo”.
Las actitudes favorables de los amigos hacia el consumo de psicoestimulantes se
correlacionan con una imagen más positiva de la cocaína, en tanto que las actitudes de
rechazo lo hacen con una actitud negativa hacia sus consumidores (Tabla 10.28).
Tabla 10.28. Imagen de la cocaína y sus consumidores, según la actitud mayoritaria de los
amigos/as hacia el consumo de psicoestimulantes (%).
IMAGEN DE LA COCAÍNA
Y SUS CONSUMIDORES
La cocaína es la reina de las drogas
Es una droga que nadie puede controlar
La consume la gente que tiene éxito
Los consumidores no me merecen ninguna confianza
Quien no la ha probado no sabe lo que se pierde
Los consumidores presentan secuelas físicas y mentales
graves
Su consumo aporta prestigio social
Consumirla puede destrozarte la vida
La consume gente que sabe estar a la altura cuando sale
de marcha
La gente que la consume me produce un fuerte rechazo
TOTAL
(A)
18,3
33,0
5,0
13,0
1,7
ACTITUD MAYORITARIA AMIGOS
HACIA PSICOESTIMULANTES
Favorable (B)
Rechazo (C)
30 casos
185 casos
40,0 (C)
11,4
36,7
33,5
10,0
3,8
10,0
13,0
10,0 (c)
0,5
73,3
60,0
80,0 (B)
1,7
88,0
0,0
83,3
0,5
90,8
1,7
3,3
0,5
25,3
6,7
30,3 (B)
Una situación similar, aunque con un alcance más limitado, se reproduce en el caso del
éxtasis y otras drogas de síntesis (Tabla 10.29).
Tabla 10.29. Imagen del éxtasis y otras drogas de síntesis y sus consumidores, según la actitud
mayoritaria de los amigos/as hacia el consumo de psicoestimulantes (%).
IMAGEN DEL ÉXTASIS Y OTRAS DROGAS
DE SÍNTESIS Y SUS CONSUMIDORES
Potencia sensaciones, abre los sentidos
Las consumen adolescentes sin acceso a cocaína
Fortalece la amistad
Sus consumidores son gente inmadura, descerebrados
Son sustancias que no producen dependencia, manejables
La consumen "bakaladeros", gente a la que solo le interesa
la música y el baile
Su consumo ayuda a desinhibirse, a mejorar relaciones
sociales y ligar
Producen importantes daños psicológicos
Su consumo es mucho menos peligroso que la cocaína
Nunca sabes lo que consumes, sus efectos son imprevisibles
TOTAL
(A)
14,3
15,0
0,3
51,7
2,3
ACTITUD MAYORITARIA AMIGOS
HACIA PSICOESTIMULANTES
Favorable (B)
Rechazo (C)
30 casos
185 casos
26,7 (C)
11,4
16,7
15,1
3,3
30,0
56,8 (B)
3,3
1,6
15,0
20,0
13,0
9,0
16,7
6,5
75,7
2,3
71,0
63,3
6,7
63,3
77,8
1,6
77,3
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
115
Se constata la existencia de una correlación intensa entre las actitudes mayoritarias
hacia los psicoestimulantes en el grupo de amigos y las actitudes personales de los
encuestados hacia estas sustancias y las drogas ilícitas en general (Tabla 10.30).
Tabla 10.30. Puntuaciones Escala de actitudes hacia los psicoestimulantes y las drogas ilícitas,
según la actitud mayoritaria de los amigos hacia el consumo de psicoestimulantes (% y medias).
ACTITUD MAYORITARIA AMIGOS
HACIA PSICOESTIMULANTES
Favorable (B)
Rechazo (C)
30 casos
185 casos
PUNTUACIÓN ESCALA ACTITUDES HACIA LOS PSICOESTIMLUNATES Y LAS DROGAS ILÍCITAS
Actitudes poco favorables
87,9
65,4
94,3 (B)
Actitudes intermedias
9,9
19,2 (c)
5,1
Actitudes favorables
2,1
15,4
0,6
Puntuación media escala
35,23
43,50 (C)
32,73
SUBESCALA DE ACTITUDES HACIA LOS PSICOESTIMULANTES
Puntuación media Subescala
8,19
10,50 (C)
7,51
SUBESCALA DE ACTITUDES HACIA LOS DROGAS ILÍCITAS EN GENERAL
Puntuación media Subescala
27,05
32,78 (C)
25,23
ACTITUDES ANTE LOS PSICOESTIMULANTES
Y LAS DROGAS ILÍCIITAS
TOTAL
(A)
También las actitudes favorables hacia los psicoestimulantes entre los amigos/as se
correlacionan positivamente con una posición más favorable a la asunción de riesgos
derivados del consumo de drogas (Tabla 10.31).
Tabla 10.31. Posición general frente a los riesgos/beneficios asociados al consumo de drogas,
según la actitud mayoritaria de los amigos hacia el consumo de psicoestimulantes (% y medias).
POSICIÓN ANTE RIESGOS/BENEFICIOS ASOCIADOS
AL CONSUMO DE DROGAS
No favorable asunción riesgos
Intermedia
Favorable asunción riesgos
Puntuación media
TOTAL
(A)
87,3
10,3
2,4
27,57
ACTITUD MAYORITARIA AMIGOS
HACIA PSICOESTIMULANTES
Favorable (B)
Rechazo (C)
30 casos
185 casos
73,3
93,9 (B)
23,3 (C)
5,0
3,3
1,1
35,13 (C)
24,74
No existen diferencias estadísticamente significativas en los problemas asociados al
consumo ocasional de cocaína en los fines de semana en función de la actitud
mayoritaria de los amigos hacia lo psicoestimulantes, salvo en lo relativo a los problemas
laborales, (Tabla 10.32).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
116
Tabla 10.32. Problemas asociados al consumo ocasional de cocaína los fines de semana, según la
actitud mayoritaria de los amigos/as hacia el consumo de psicoestimulantes (%).
PROBLEMAS ASOCIADOS AL CONSUMO DE
COCAÍNA LOS FINES DE SEMANA
Problemas con la familia
Problemas con la pareja
Molestias físicas/psicológicos después del consumo
Malestar al día siguiente
Accidentes
Malos rollos con amigos/as
Rechazo de quienes no consumen
Broncas y peleas
Problemas en los estudios
Problemas de salud
Problemas económicos
Problemas laborales
Problemas legales
Convertirse en un adicto
Ns/Nc
TOTAL
(A)
61,7
24,7
25,7
13,7
36,3
11,3
11,3
36,0
12,3
51,7
22,0
3,3
9,7
60,3
1,3
ACTITUD MAYORITARIA AMIGOS
HACIA PSICOESTIMULANTES
Favorable (B)
Rechazo (C)
30 casos
185 casos
53,3
65,4
23,3
24,9
30,0
24,9
16,7
11,4
33,3
38,4
13,3
11,9
10,0
12,4
30,0
35,1
6,7
14,1
53,3
51,9
33,3
19,5
0,0
3,8 (B)
6,7
8,6
60,0
64,3
0,0
1,1
Por el contrario, se observan diferencias significativas en los problemas asociados al
consumo ocasional de otros psicoestimulantes, distintos de la cocaína en los fines de
semana, asociándose estos consumos en mayores porcentajes con problemas con los
amigos, académicos, económicos y laborales entre los encuestados que cuyos amigos
mantienen actitudes de rechazo hacia los psicoestimulantes (Tabla 10.33).
Tabla 10.33. Problemas asociados al consumo ocasional de psicoestimulantes distintos a cocaína
los fines de semana, según la actitud mayoritaria de los amigos/as hacia los psicoestimulantes (%).
PROBLEMAS ASOCIADOS AL CONSUMO DE OTROS
PSICOESTIMULANTES LOS FINES DE SEMANA
Problemas con la familia
Problemas con la pareja
Molestias físicas/psicológicos después del consumo
Malestar al día siguiente
Accidentes
Malos rollos con amigos/as
Rechazo de quienes no consumen
Broncas y peleas
Problemas en los estudios
Problemas de salud
Problemas económicos
Problemas laborales
Problemas legales
Convertirse en un adicto
Ns/Nc
TOTAL
(A)
47,3
20,3
26,7
12,7
37
9,3
11,3
38
14,3
53
16,3
8,3
13
51,3
5,7
ACTITUD MAYORITARIA AMIGOS
HACIA PSICOESTIMULANTES
Favorable (B)
Rechazo (C)
30 casos
185 casos
40
49,7
16,7
20
23,3
25,4
30,0 (C)
7,6
36,7
40
3,3
10,3 (b)
16,7
11,4
46,7
38,4
6,7
17,3 (B)
53,3
55,1
6,7
17,8 (B)
0,0
9,2 (B)
20
9,7
40
55,7
6,7
5,4
La percepción del riesgo asociado a los psicoestimulantes es mayor entre los
encuestados cuyos amigos mantienen una actitud de rechazo a su consumo, tal y como
lo confirman las puntuaciones medias de la escala (Tabla 10.34).
117
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Tabla 10.34. Percepción del riesgo asociado al consumo de psicoestimulantes, según la actitud
mayoritaria de los amigos/as hacia el consumo de psicoestimulantes (% y medias).
PERCEPCIÓN DEL RIESGO ASOCIADO AL CONSUMO DE
PSICOESTIMULANTES
TOMAR ANFETAMINAS ESPORÁDICAMENTE
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
Riesgo moderado/Gran riesgo
TOMAR ANFETAMINAS HABITUALMENTE
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
Riesgo moderado/Gran riesgo
PROBAR COCAÍNA OCASIONALMENTE
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
Riesgo moderado/Gran riesgo
CONSUMIR COCAÍNA CON REGULARIDAD
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
Riesgo moderado/Gran riesgo
PROBAR ÉXTASIS OCASIONALMENTE
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
Riesgo moderado/Gran riesgo
CONSUMIR ÉXTASIS CON REGULARIDAD
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
Riesgo moderado/Gran riesgo
PROBAR SPEED OCASIONALMENTE
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
Riesgo moderado/Gran riesgo
CONSUMIR SPEED CON REGULARIDAD
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
Riesgo moderado/Gran riesgo
Puntuación media escala
(*) Resto de categorías hasta 100% “difícil de decir, no lo se”
TOTAL
(A)
ACTITUD MAYORITARIA AMIGOS
HACIA PSICOESTIMULANTES
Favorable (B)
Rechazo (C)
30 casos
185 casos
19,7
75,3
33,3 (c)
66,7
16,8
76,8
0,3
97,0
0,0
100 (C)
0,5
96,2
19,7
76,3
36,7 (C)
63,3
13,0
82,2 (B)
0,7
96,0
0,0
100 (C)
1,1
94,6
15,7
80,7
23,3
76,7
10,8
83,8
1,3
95,0
6,7
93,3
1,1
94,1
19,7
76,0
40,0 (C)
60,0
11,4
83,8 (B)
1,0
96,0
28,23
3,3
96,7
26,50
0,5
95,7
28,88 (B)
La ponderación del riesgo de meterse una raya de cocaína o tomar otro
psicoestimulante es significativamente más elevada entre los encuestados cuyos amigos
mantienen una actitud de rechazo hacia los psicoestimulantes (Tabla 10.35).
Tabla 10.35. Ponderación del riesgo de meterse una raya de coca o tomar otros psicoestimulantes
los fines de semana, según la actitud de los amigos/as hacia los psicoestimulantes (% y medias).
PONDERACIÓN DEL RIESGO
(1) Nada en absoluto
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10) Muchísimo
Ns/Nc
MEDIA
TOTAL
(A)
0,3
1,0
0,3
3,0
2,7
3,7
16,7
19,7
19,7
32,3
0,7
8,31
ACTITUD MAYORITARIA AMIGOS
HACIA PSICOESTIMULANTES
Favorable (B)
Rechazo (C)
30 casos
185 casos
0,0
0,0
3,3
0,5
3,3
0,0
3,3
1,1
3,3
1,6
3,3
3,8
30,0
15,7
23,3
14,6
13,3
23,2
16,7
38,4 (B)
0,0
1,1
7,50
8,65 (B)
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
118
La capacidad personal auto percibida para controlar los riesgos derivados del consumo
habitual de psicoestimulantes no varía significativamente en función de las actitudes
mayoritarias (favorables o de rechazo) de los amigos hacia estas sustancias (Tabla 10.36).
Tabla 10.36. Capacidad personal para controlar riesgos potenciales de consumir habitualmente
psicoestimulantes, según la actitud de los amigos/as hacia los psicoestimulantes (% y medias)
CAPACIDAD PERSONAL PERCIBIDA
PARA CONTROLAR RIESGOS
(1) Totalmente incapaz
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10) Totalmente capaz
Ns/Nc
MEDIA
TOTAL
(A)
44,7
11,3
7,0
6,3
9,7
2,3
0,7
1,3
1,0
9,3
6,3
3,14
ACTITUD MAYORITARIA AMIGOS
HACIA PSICOESTIMULANTES
Favorable (B)
Rechazo (C)
30 casos
185 casos
33,3
51,4 (b)
6,7
13,0
13,3
5,4
10,0
4,3
10,0
9,2
0,0
2,2 (B)
3,3
0,5
6,7
0,5
0,0
1,1
6,7
7,6
10,0
4,9
3,56
2,77
Algo que si sucede por el contrario en relación a la capacidad de control de los riesgos
derivados del consumo ocasional, más elevada entre los encuestados cuyos amigos
mantienen actitudes favorables hacia los psicoestimulantes (Tabla 10.37).
Tabla 10.37. Capacidad personal para controlar riesgos potenciales de consumir ocasionalmente
psicoestimulantes, según la actitud de los amigos/as hacia los psicoestimulantes (% y medias).
CAPACIDAD PERSONAL PERCIBIDA
PARA CONTROLAR RIESGOS
(1) Totalmente incapaz
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10) Totalmente capaz
MEDIA
TOTAL
(A)
28,3
8,7
10,0
11,3
13,0
3,3
3,3
3,0
3,0
10,3
4,07
ACTITUD MAYORITARIA AMIGOS
HACIA PSICOESTIMULANTES
Favorable (B)
Rechazo (C)
30 casos
185 casos
20,0
35,7 (b)
3,3
11,9 (B)
16,7
9,7
13,3
9,7
3,3
14,1 (B)
3,3
2,2
3,3
1,6
6,7
1,6
10,0
1,6
10,0
7,6
4,81 (C)
3,40
Las actitudes hacia el consumo de psicoestimulantes en contextos recreativos están
claramente condicionadas por las actitudes de los amigos hacia estas sustancias, siendo
las actitudes favorables al consumo muy superiores en los encuestados cuyos amigos
mantienen actitudes favorables hacia el consumo de psicoestimulantes (Tabla 10.38).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
119
Tabla 10.38. Actitudes hacia el consumo de psicoestimulantes en contextos recreativos, según la
actitud de los amigos/as hacia los psicoestimulantes (% y medias).
ACTITUDES HACIA EL CONSUMO DE PSICOESTIMULANTES
EN CONTEXTOS RECREATIVOS
TOTAL
(A)
ACTITUD MAYORITARIA AMIGOS
HACIA PSICOESTIMULANTES
Favorable (B)
Rechazo (C)
30 casos
185 casos
ES NORMAL QUE LOS JÓVENES CONSUMAN PSICOESTIMULANTES CUANDO SALEN DE FIESTA
Total desacuerdo/En desacuerdo
69,3
46,7
78,9 (B)
Intermedia
17,0
23,3
11,4
De acuerdo/Total acuerdo
13,7
30,0 (C)
9,7
CONSUMIR PSICOESTIMULANTES LOS FINES DE SEMANA NO TIENE PORQUE SER PELIGROSO
Total desacuerdo/En desacuerdo
88,0
83,3
91,4
Intermedia
8,7
3,3
7,6
De acuerdo/Total acuerdo
3,3
13,3 (c)
1,1
MERECE LA PENA EXPERIMENTAR CON LA COCAÍNA Y LAS DROGAS DE SÍNTESIS Y ASUMIR SUS RIESGOS
Total desacuerdo/En desacuerdo
88,7
76,7
94,6 (B)
Intermedia
5,3
6,7
2,7
De acuerdo/Total acuerdo
5,3
16,7 (C)
1,6
PROBAR ESTAS SUSTANCIAS ES ESENCIAL PARA CONOCER SUS RIESGOS Y BENEFICIOS Y DECIDIR SOBRE SU CONSUMO
Total desacuerdo/En desacuerdo
79,7
73,3
85,4
Intermedia
13,7
6,7
10,8
De acuerdo/Total acuerdo
6,3
20,0 (C)
3,2
CONSUMIR PSICOESTIMULANTES DE MODO OCASIONAL APORTA MAS BENEFICIOS QUE PROBLEMAS
Total desacuerdo/En desacuerdo
90,3
90,0
91,4
Intermedia
3,0
0,0
2,7 (B)
De acuerdo/Total acuerdo
6,3
10,0
5,4
SI SALES DE FIESTA POR LA NOCHE ES CASI IMPOSIBLE ABSTENERSE DE CONSUMIR COCAÍNA
Total desacuerdo/En desacuerdo
91,7
80,0
93,5 (b)
Intermedia
5,7
10,0
4,9
De acuerdo/Total acuerdo
2,7
10,0
1,6
EL OCIO JUVENIL ESTÁ ORGANIZADO DE MODO QUE NO HAY ALTERNATIVA CONSUMO PSICOESTIMULANTES/DROGAS
Total desacuerdo/En desacuerdo
83,7
76,7
87,0
Intermedia
8,7
10,0
7,0
De acuerdo/Total acuerdo
7,3
13,3
5,4
PUNTUACION MEDIA ESCALA
11,60
14,43 (C)
10,51
120
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
10.4. Valores sociales, actitudes ante el riesgo vital, actitudes hacia los
psicoestimulantes y percepciones del riesgo asociado a su consumo
Para conocer la influencia que los valores finalistas (que marcan los grandes objetivos a
perseguir en la vida) tienen sobre las cuestiones enunciadas se han seleccionado como
variable independiente cuatro grandes categorías de valores finalistas (familistas,
normativos, hedonistas/presentistas y altruistas), con los que se identifican de forma clara
los encuestados (puntúan con 7 o más puntos la importancia atribuida al valor de
referencia en una escala de 1 “Nada importante” a 10 “Muy importante”). Debe
recordarse que la suma de sujetos adscritos a cada categoría de valores supera los 300
integrantes de la muestra, dado que un mismo sujeto puede identificarse con dos o más
valores. Los resultados obtenidos de estos cruces se describen seguidamente.
Las actitudes favorables a la asunción de riesgos son significativamente superiores entre
los jóvenes que se identifican con valores de tipo hedonista/presentista (Tabla 10.39).
Tabla 10.39. Disposición a la asunción de riesgos en la vida, según el tipo de valores sociales
finalistas con los que se identifican los encuestados (% y medias).
POSICIÓN ANTE LA ASUNCIÓN
DE RIESGOS EN LA VIDA
No favorable
Intermedia
Favorable
Puntuación media escala
Desviación típica
TOTAL
(A)
300 casos
29,1
55,5
15,4
51,45
11,79
IDENTIFICACIÓN CON VALORES SOCIALES:
Hedonistas/
Familistas (B)
Normativos (C)
Altruistas (E)
Presentistas (D)
286 casos
200 casos
97 casos
19 casos
29,1 (D)
55,8
15,1
51,47
11,78
28,0 (D)
57
15,0
51,62
11,52
0,0
57,9
42,1 (ECB)
62,84 (ECB)
11,57
27,8 (D)
55,7
16,5
51,77
12,54
También la imagen de la cocaína y de sus consumidores se ve en parte influenciada por
los valores, si bien no existe una correlación clara entre el tipo de valores y la citada
imagen (Tabla 10.40).
Tabla 10.40. Imagen de la cocaína y sus consumidores, según el tipo de valores sociales finalistas
con los que se identifican los encuestados (%).
IMAGEN DE LA COCAÍNA
Y SUS CONSUMIDORES
La cocaína es la reina de las drogas
Es una droga que nadie puede
controlar
La consume la gente que tiene
éxito
Los consumidores son gente que no
me merece ninguna confianza
Quien no la ha probado no sabe lo
que se pierde
Los consumidores presentan
secuelas físicas y mentales graves
Su consumo aporta prestigio social
Consumirla puede destrozarte la
vida
La consume gente que sabe estar a
la altura cuando sale de marcha
La gente que la consume me
produce un fuerte rechazo
TOTAL
(A)
300 casos
IDENTIFICACIÓN CON VALORES SOCIALES:
Hedonistas/
Normativos (C)
Altruistas (E)
Presentistas (D)
200 casos
97 casos
19 casos
17,5
21,1
17,5
Familistas (B)
286 casos
18,3
18,5
33,0
33,2
36,5
42,1
40,2
5,0
4,9
4,5
15,8
2,1
13,0
12,2
13,5
10,5
12,4
1,7
1,0 (e)
1,0
5,3
0,0
73,3
73,8
73,0
68,4
77,3
1,7
1,7 (ED)
2,5 (ED)
0,0
0,0
88,0
88,8
90,5
89,5
89,7
1,7
1,7 (D)
1,0
0,0
2,1
25,3
24,5 (d)
25,5 (d)
10,5
24,7 (d)
121
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Menor es aún la influencia de los valores sociales dominantes en la imagen del éxtasis y
las drogas de diseño. De hecho sólo se aprecian diferencias significativas en el papel
atribuido a estas sustancias como desinhibidor o facilitador de las relaciones sociales, más
marcado entre los encuestados que se identifican con valores hedonistas/presentistas
(Tabla 10.41).
Tabla 10.41. Imagen del éxtasis y otras drogas de síntesis y sus consumidores, según el tipo de
valores sociales finalistas con los que se identifican los encuestados (%).
IMAGEN DEL ÉXTASIS Y OTRAS DROGAS
DE SÍNTESIS Y SUS CONSUMIDORES
Potencia sensaciones, abre los
sentidos
Las consumen adolescentes que
no tienen acceso a cocaína
Fortalece la amistad
Sus consumidores son gente
inmadura, descerebrados
Son sustancias que no producen
dependencia, manejables
La
consumen
"bakaladeros",
gente a la que solo le interesa la
música y el baile
Su consumo ayuda a desinhibirse,
a mejorar relaciones sociales y
ligar
Producen
importantes
daños
psicológicos
Su consumo es mucho menos
peligroso que el de la cocaína
Nunca sabes lo que consumes,
sus efectos son imprevisibles
TOTAL
(A)
300 casos
IDENTIFICACIÓN CON VALORES SOCIALES:
Hedonistas/
Familistas (B)
Normativos (C)
Altruistas (E)
Presentistas (D)
286 casos
200 casos
97 casos
19 casos
14,3
14,0
17,0
31,6
18,6
15,0
15,0
15,5
10,5
16,5
0,3
0,3
0,0
0,0
0,0
51,7
51,7
54,5
36,8
50,5
2,3
2,4
3,5
5,3
2,1
15
14,7
16,5
21,1
13,4
9,0
9,4
9,0
31,6 (ECB)
7,2
75,7
76,2
74,0
57,9
73,2
2,3
2,4
2,5
5,3
2,1
71,0
71,0
72,5
68,4
71,1
Las actitudes hacia las drogas ilícitas en general y los psicoestimulantes, en particular,
están influenciadas por los valores sociales, mostrando aquellos encuestados que se
identifican con los valores hedonistas/presentistas actitudes significativamente más
favorables hacia las mismas. Por su parte, los sujetos identificados con valores altruistas
son quienes mantienen actitudes menos favorables hacia estas sustancias (Tabla 10.42).
Tabla 10.42. Puntuaciones Escala de actitudes hacia los psicoestimulantes y las drogas ilícitas,
según el tipo de valores sociales finalistas con los que se identifican los encuestados (% y medias).
ACTITUDES ANTE PSICOESTIMULANTES
Y DROGAS ILÍCIITAS
TOTAL
(A)
300 casos
IDENTIFICACIÓN CON VALORES SOCIALES:
Hedonistas/
Familistas (B)
Normativos (C)
Altruistas (E)
Presentistas (D)
286 casos
200 casos
97 casos
19 casos
PUNTUACIÓN ESCALA ACTITUDES HACIA LOS PSICOESTIMLUNATES Y LAS DROGAS ILÍCITAS
Actitudes poco favorables
87,9
88,5 (D)
88,8 (D)
58,8
Actitudes intermedias
9,9
9,3
9,0
35,3 (ECB)
Actitudes favorables
2,1
2,2
2,1
5,9
Puntuación media escala
35,23
35,02 (e)
34,94 (e)
41,24 (Ecb)
SUBESCALA DE ACTITUDES HACIA LOS PSICOESTIMULANTES
Puntuación media Subescala
8,19
8,20 (e)
8,08
9,76 (Ec)
SUBESCALA DE ACTITUDES HACIA LOS DROGAS ILÍCITAS EN GENERAL
Puntuación media Subescala
27,05
26,83 (e)
26,84
31,47 (Ecb)
93,3 (D)
6,7
0,0
32,87
7,64
25,29
122
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Una situación similar se produce respecto al posicionamiento frente a los
riesgos/beneficios asociados al consumo de drogas, donde también las actitudes más
favorables a la asunción de riesgos se registran entre los sujetos identificados con los
valores hedonistas/presentistas (Tabla 10.43).
Tabla 10.43. Posición general frente a los riesgos/beneficios asociados al consumo de drogas,
según el tipo de valores sociales finalistas con los que se identifican los encuestados (% y medias).
POSICIÓN ANTE RIESGOS/BENEFICIOS
ASOCIADOS CONSUMO DROGAS
No favorable asunción riesgos
Intermedia
Favorable asunción riesgos
Puntuación media
TOTAL
(A)
300 casos
87,3
10,3
2,4
27,57
IDENTIFICACIÓN CON VALORES SOCIALES:
Hedonistas/
Familistas (B)
Normativos (C)
Altruistas (E)
Presentistas (D)
286 casos
200 casos
97 casos
19 casos
88,5
89,1
73,7
91,7 (d)
9,7
8,9
21,1
8,3
1,8 (E)
2,1 (E)
5,3
0
27,22
27,16
33,63 (E)
25,10
No se aprecian diferencias destacables en los problemas asociados al consumo de
cocaína los fines de semana según el tipo de valores dominantes (Tabla 10.44).
Tabla 10.44. Problemas asociados al consumo ocasional de cocaína los fines de semana, según el
tipo de valores sociales finalistas con los que se identifican los encuestados (%).
PROBLEMAS ASOCIADOS CONSUMO
COCAÍNA LOS FINES DE SEMANA
Problemas con la familia
Problemas con la pareja
Molestias
físicas/psicológicas
después del consumo
Malestar al día siguiente
Accidentes
Malos rollos con amigos/as
Rechazo de quienes no
consumen
Broncas y peleas
Problemas en los estudios
Problemas de salud
Problemas económicos
Problemas laborales
Problemas legales
Convertirse en un adicto
Ns/Nc
TOTAL
(A)
300 casos
61,7
24,7
IDENTIFICACIÓN CON VALORES SOCIALES:
Hedonistas/
Familistas (B)
Normativos (C)
Altruistas (E)
Presentistas (D)
286 casos
200 casos
97 casos
19 casos
61,9
63,0
63,2
69,1
24,5
27,0
36,8
27,8
25,7
25,9
26,0
26,3
18,6
13,7
36,3
11,3
13,3 (E)
36,0
11,2
14,5 (E)
39,0
11,5
10,5
26,3
21,1
6,2
36,1
13,4
11,3
10,8
11,0
15,8
10,3
36
12,3
51,7
22,0
3,3
9,7
60,3
1,3
36,4
11,5
52,1
22,7
3,1
9,4
61,2
1,4
37,5
13,0
51,0
22,0
4,0
9,0
56,5
0,5
31,6
5,3
57,9
31,6
5,3
5,3
57,9
0,0
41,2
13,4
51,5
22,7
3,1
10,3
60,8
1,0
Algo similar ocurre respecto de otros psicoestimulantes distintos de la cocaína (Tabla
10.45).
123
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Tabla 10.45. Problemas asociados al consumo ocasional de psicoestimulantes distintos de la
cocaína los fines de semana, según el tipo de valores sociales finalistas (%).
PROBLEMAS ASOCIADOS CONSUMO
OTROS PSICOESTIMULANTES LOS FINES
DE SEMANA
TOTAL
(A)
300 casos
Problemas con la familia
Problemas con la pareja
Molestias
físicas/psicológicas
después del consumo
Malestar al día siguiente
Accidentes
Malos rollos con amigos/as
Rechazo de quienes no
consumen
Broncas y peleas
Problemas en los estudios
Problemas de salud
Problemas económicos
Problemas laborales
Problemas legales
Convertirse en un adicto
Ns/Nc
47,3
20,3
IDENTIFICACIÓN CON VALORES SOCIALES:
Hedonistas/
Familistas (B)
Normativos (C)
Altruistas (E)
Presentistas (D)
286 casos
200 casos
97 casos
19 casos
47,6
50,5
36,8
46,4
20,6
21,0
21,1
19,6
26,7
26,6
25,5
26,3
21,6
12,7
37,0
9,3
12,6
36,7
8,7
12,5
39,0
9,0
15,8
42,1
15,8
10,3
35,1
11,3
11,3
10,8
9,0
5,3
14,4
38,0
14,3
53,0
16,3
8,3
13,0
51,3
5,7
38,1
13,6
52,8
16,8
8,0
13,3
52,1
5,9
38,5
15,5
53,0
15,0
9,5
14,0
49,5
5,0
42,1
26,3
47,4
26,3
15,8
10,5
57,9
0,0
42,3
18,6
54,6
20,6
9,3
14,4
53,6
4,1
Los valores con los que se identifican los encuestados no establecen diferencias
relevantes en la percepción del riesgo asociado a los psicoestimulantes (Tabla 10.46).
Tabla 10.46. Percepción del riesgo asociado al consumo de psicoestimulantes, según el tipo de
valores sociales finalistas (% y medias).
PERCEPCIÓN DEL RIESGO
ASOCIADO AL CONSUMO DE
PSICOESTIMULANTES
TOTAL
(A)
300 casos
IDENTIFICACIÓN CON VALORES SOCIALES:
Hedonistas/
Familistas (B)
Normativos (C)
Altruistas (E)
Presentistas (D)
286 casos
200 casos
97 casos
19 casos
TOMAR ANFETAMINAS ESPORÁDICAMENTE
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
19,7
19,2
Riesgo moderado/Gran riesgo
75,3
75,5
TOMAR ANFETAMINAS HABITUALMENTE
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
0,3
0,3
Riesgo moderado/Gran riesgo
97,0
96,9
PROBAR COCAÍNA OCASIONALMENTE
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
19,7
19,2
Riesgo moderado/Gran riesgo
76,3
76,6
CONSUMIR COCAÍNA CON REGULARIDAD
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
0,7
0,7
Riesgo moderado/Gran riesgo
96,0
95,8
PROBAR ÉXTASIS OCASIONALMENTE
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
15,7
15,4
Riesgo moderado/Gran riesgo
80,7
80,8
CONSUMIR ÉXTASIS CON REGULARIDAD
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
1,3
1,4 (E)
Riesgo moderado/Gran riesgo
95,0
94,8
PROBAR SPEED OCASIONALMENTE
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
19,7
19,2
Riesgo moderado/Gran riesgo
76,0
76,2
CONSUMIR SPEED CON REGULARIDAD
Ningún riesgo/Pequeño riesgo
1,0
1,0 (e)
Riesgo moderado/Gran riesgo
96,0
95,8
Puntuación media escala
28,23
28,27
(*) Resto de categorías hasta 100% “difícil de decir, no lo se”
19,5
74,0
31,6
63,2
17,5
77,3
0,5
95,5
5,3
94,7
0,0
100 (CB)
21,0
74,0
26,3
73,7
21,6
73,2
0,5
96,0
5,3
89,5
0,0
96,9
14,5
81,5
10,5
78,9
14,4
80,4
0,5
94,5
5,3
89,5
0,0
95,9
20,0
74,0
26,3
63,2
15,5
77,3
1,0
95,0
28,14
5,3
94,7
27,33
0,0
97,9
28,63
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
124
Tampoco los valores condicionan de manera significativa la ponderación que los jóvenes
encuestados realizan de meterse una raya de cocaína o de tomar otro tipo de
psicoestimulante en los fines de semana (Tabal 10.47).
Tabla 10.47. Ponderación del riesgo de meterse una raya de coca o tomar otros psicoestimulantes
los fines de semana, según el tipo de valores sociales finalistas (% y medias).
PONDERACIÓN DEL RIESGO
(1) Nada en absoluto
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10) Muchísimo
MEDIA
TOTAL
(A)
300 casos
0,3
1,0
0,3
3,0
2,7
3,7
16,7
19,7
19,7
32,3
8,31
IDENTIFICACIÓN CON VALORES SOCIALES:
Hedonistas/
Familistas (B)
Normativos (C)
Altruistas (E)
Presentistas (D)
286 casos
200 casos
97 casos
19 casos
0,3
0,5
0,0
0,0
0,7
0,5
5,3
0,0
0,3
0,0
0,0
1,0
2,4
3,0
5,3
3,1
2,8 (D)
2,5 (D)
0,0
1,0
3,8 (D)
4,0 (D)
0,0
4,1 (D)
16,8
17,0
21,1
14,4
19,9
19,0
26,3
18,6
19,9
21,0
15,8
14,4
32,2
32,0
21,1
41,2 (d)
8,33
8,34
7,83
8,55
La capacidad personal autopercibida para controlar los potenciales riesgos de consumir
habitualmente u ocasionalmente psicoestimulantes no está condicionada por los valores
sociales de los sujetos, a tenor de los resultados recogidos en las Tablas 10.48 y 10.49.
Tabla 10.48. Capacidad personal para controlar riesgos potenciales de consumir habitualmente
psicoestimulantes, según el tipo de valores sociales finalistas (% y medias).
CAPACIDAD PERSONAL PERCIBIDA
PARA CONTROLAR RIESGOS
(1) Totalmente incapaz
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10) Totalmente capaz
Ns/Nc
MEDIA
TOTAL
(A)
300 casos
44,7
11,3
7,0
6,3
9,7
2,3
0,7
1,3
1,0
9,3
6,3
3,14
IDENTIFICACIÓN CON VALORES SOCIALES:
Hedonistas/
Familistas (B)
Normativos (C)
Altruistas (E)
Presentistas (D)
286 casos
200 casos
97 casos
19 casos
44,4 (d)
44,0 (d)
26,3
46,4 (d)
11,5
11,0
15,8
14,4
7,3
6,5
10,5
4,1
6,3
7,0
5,3
8,2
9,8
10,5
10,5
9,3
2,1
2,5
5,3
3,1
0,7
0,5
0,0
0,0
1,0 (d)
0,5
0,0
1,0
1,0 (d)
1,0
0,0
2,1
9,4
9,5
15,8
8,2
6,3
7,0
10,5
3,1
3,13
3,15
3,94
3,04
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
125
Tabla 10.49. Capacidad personal para controlar riesgos potenciales de consumir ocasionalmente
psicoestimulantes, según el tipo de valores sociales finalistas (% y medias).
CAPACIDAD PERSONAL PERCIBIDA
PARA CONTROLAR RIESGOS
(1) Totalmente incapaz
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10) Totalmente capaz
Ns/Nc
MEDIA
TOTAL
(A)
300 casos
28,3
8,7
10,0
11,3
13,0
3,3
3,3
3,0
3,0
10,3
5,7
4,07
IDENTIFICACIÓN CON VALORES SOCIALES:
Hedonistas/
Familistas (B)
Normativos (C)
Altruistas (E)
Presentistas (D)
286 casos
200 casos
97 casos
19 casos
28,0 (D)
26,5 (D)
5,3
26,8 (D)
8,7
9,0
26,3 (cb)
15,5 (b)
10,5
10,0
21,1
7,2
11,2
11,5
10,5
13,4
12,9
12,5
10,5
16,5
3,1 (D)
3,5 (D)
0,0
3,1 (d)
3,1
4,0
5,3
2,1
3,1 (ED)
4,0 (ED)
0,0
0,0
3,1 (D)
3,0 (D)
0,0
3,1 (d)
10,5
10,0
10,5
8,2
5,6
6,0
10,5
4,1
4,09
4,16
4,00
3,74
Finalmente, señalar que los encuestados que se identifican con valores de tipo altruista
registran unas actitudes menos favorables al consumo de psicoestimulantes en contextos
lúdicos que el resto de encuestados (Tabla 10.50).
Tabla 10.50. Actitudes hacia el consumo de psicoestimulantes en contextos recreativos, según el
tipo de valores sociales finalistas (% y medias).
ACTITUDES ANTE EL CONSUMO DE
PSICOESTIMULANTES EN CONTEXTOS
RECREATIVOS
TOTAL
(A)
300 casos
IDENTIFICACIÓN CON VALORES SOCIALES:
Hedonistas/
Familistas (B)
Normativos (C)
Altruistas (E)
Presentistas (D)
286 casos
200 casos
97 casos
19 casos
ES NORMAL QUE LOS JÓVENES CONSUMAN PSICOESTIMULANTES CUANDO SALEN DE FIESTA
Total desacuerdo/En desacuerdo
69,3
69,6
70,5
57,9
73,2
Intermedia
17,0
17,1
18,0
15,8
17,5
De acuerdo/Total acuerdo
13,7
13,3
11,5
26,3
9,3
CONSUMIR PSICOESTIMULANTES LOS FINES DE SEMANA NO TIENE PORQUE SER PELIGROSO
Total desacuerdo/En desacuerdo
88
88,1
87,0
78,9
91,8
Intermedia
8,7
9,1
10,5
10,5
7,2
De acuerdo/Total acuerdo
3,3
2,8
2,5
10,5
1,0
MERECE LA PENA EXPERIMENTAR CON LA COCAÍNA Y LAS DROGAS DE SÍNTESIS Y ASUMIR SUS RIESGOS
Total desacuerdo/En desacuerdo
88,7
89,2
89,0
84,2
93,8
Intermedia
5,3
5,2
4,5
5,3
2,1
De acuerdo/Total acuerdo
5,3
4,9
6,0
10,5
3,1
PROBAR ESTAS SUSTANCIAS ES ESENCIAL PARA CONOCER SUS RIESGOS Y BENEFICIOS Y DECIDIR SOBRE SU CONSUMO
Total desacuerdo/En desacuerdo
79,7
80,1
82,0
68,4
84,5
Intermedia
13,7
13,3
11,5
21,1
9,3
De acuerdo/Total acuerdo
6,3
6,3
6,5
10,5
6,2
CONSUMIR PSICOESTIMULANTES DE MODO OCASIONAL APORTA MAS BENEFICIOS QUE PROBLEMAS
Total desacuerdo/En desacuerdo
90,3
90,2
90,0
84,2
92,8
Intermedia
3,0
2,8 (D)
3,0 (D)
0,0
1,0
De acuerdo/Total acuerdo
6,3
6,6
6,5
15,8
6,2
SI SALES DE FIESTA POR LA NOCHE ES CASI IMPOSIBLE ABSTENERSE DE CONSUMIR COCAÍNA
Total desacuerdo/En desacuerdo
91,7
91,3
91,5
89,5
94,8
Intermedia
5,7
5,9
5,0
5,3
4,1
De acuerdo/Total acuerdo
2,7
2,8
3,5
5,3
1,0
EL OCIO JUVENIL ESTÁ ORGANIZADO DE MODO QUE NO HAY ALTERNATIVA CONSUMO PSICOESTIMULANTES/DROGAS
Total desacuerdo/En desacuerdo
83,7
83,6
82
89,5
85,6
Intermedia
8,7
8,7
10,5
5,3
6,2
De acuerdo/Total acuerdo
7,3
7,3
7
5,3
8,2
PUNTUACION MEDIA ESCALA
11,60
11,56 (E)
11,58 (E)
13,42 (E)
10,54
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
126
11. TIPOLOGÍAS JUVENILES EN BASE A LAS ACTITUDES ANTE LOS PSICOESTIMULANTES
Una vez conocidas las actitudes generales de los jóvenes riojanos ante los
psicoestimulantes y los riesgos y beneficios asociados a su consumo, interesa clasificar a
los jóvenes en categorías o subgrupos en función de los diferentes matices con que se
posicionan frente a estas sustancias.
Para ello se ha recurrido el análisis de cluster, también denominado de grupos,
conglomerados o tipologías. Esta técnica de análisis multivariable (LUQUE, T. 2000)
permite formar grupos compuestos por elementos lo más parecidos posibles entre si
(homogéneos internamente) y a la vez lo más diferentes que sea posible entre grupos
(heterogéneos entre ellos), mutuamente exclusivos (no comparten ningún elemento) y
colectivamente exhaustivos (comprenden al conjunto de sujetos que forman la muestra).
Para la elaboración del cluster se han tomado como referencia las variables descriptivas
de la imagen de la cocaína y sus consumidores (Pregunta 8 del cuestionario), de la
imagen del éxtasis y otras drogas de síntesis y sus consumidores (P. 9), de la Subescala de
actitudes generales ante los psicoestimulantes (P.10), la percepción del riesgo asociado
al consumo de psicoestimulantes (P.14), la ponderación del riesgo de meterse una raya
de cocaína o tomar otros psicoestimulantes los fines de semana (P.15) y las actitudes
ante el consumo de drogas en contexto recreativos (P.20).
En base a las puntuaciones asignadas por los encuestados a estas variables es posible
diferenciar cuatro cluster o grupos de actitudes ante los psicoestimulantes entre los
jóvenes riojanos. En cada uno de los cuales destacan en positivo (puntuaciones por
encima de los valores de referencia) o en negativo (puntuaciones por debajo de los
valores de referencia) distintas agrupaciones de posicionamientos ante esta sustancias y
su consumo (Tabla 11.1).
127
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
Tabla 11.1. Análisis de cluster de las actitudes de los jóvenes riojanos ante los psicoestimulantes.
VARIABLES
CLUSTER 1 CLUSTER 2
IMAGEN DE LA COCAÍNA Y SUS CONSUMIDORES
P.8.1. La cocaína es la reina de las drogas
1,23
0,82
P.8.2. Es una droga que nadie puede controlar
- 0,18
- 0,70
P.8.3. La consume la gente que tiene éxito
0,44
- 0,23
P.8.4. Los consumidores no merecen confianza
0,12
- 0,39
P.8.5. Quien no la ha probado no sabe lo que se pierde
0,25
7,67
P.8.6. Consumidores presentan secuelas físicas/mentales
- 0,66
- 1,66
P.8.7. Su consumo aporta prestigio social
0,06
- 0,13
P.8.8. Consumirla puede destrozarte la vida
- 0,38
- 2,70
P.8.9. La consume gente que sabe estar a la altura
0,25
3,80
P.8.10. Quien la consume produce un fuerte rechazo
- 0,36
- 0,58
IMAGEN DEL ÉXTASIS/D. SÍNTESIS Y SUS CONSUMIDORES
P.9.1. Potencia sensaciones, abre los sentidos
0,63
2,44
P.9.2. La consumen adolescentes sin acceso a cocaína
0,40
0,98
P.9.3. Fortalece la amistad
- 0,06
8,60
P.9.4. Consumidores son inmaduros, descerebrados
- 0,40
- 1,03
P.9.5. No producen dependencia, son manejables
0,01
3,15
P.9.6. La consumen "bakaladeros"
0,88
- 0,42
P.9.7. Ayuda a desinhibirse, a relacionarse y ligar
0,79
- 0,31
P.9.8. Producen importantes daños psicológicos
- 0,85
- 1,76
P.9.9. Su consumo menos peligroso que la cocaína
0,17
3,15
P.9.10. No sabes que consumes, efectos imprevisibles
- 0.81
- 1,56
SUBESCALA ACTITUDES GENERALES ANTE PSICOESTIMULANTES
P.10.1. Agradable meterte raya coca de vez en cuando
1,10
3,42
P.10.2. Debe controlarse más el consumo de cocaína y
0,74
3,70
éxtasis en lugares de marcha
P.10.3. Tomar cocaína/éxtasis ayuda a resultar más
0,86
4,55
interesante y atractivo/a a los demás
P.10.4. La gente que consume cocaína o éxtasis no sabe
0,51
1,52
de verdad los riesgos que asume
P.10.5. Tomar coca /éxtasis ayuda a disfrutar de verdad
1,34
3,56
de la fiesta
RIESGO PERCIBIDO CONSUMO PSICOESTIMULANTES
P.14.1. Anfetaminas ocasionalmente
- 0,46
- 0,86
P.14.2. Anfetaminas regularmente
- 0,19
- 5,53
P.14.3. Cocaína ocasionalmente
- 0,69
- 1,48
P.14.4. Cocaína regularmente
- 0,34
- 499
P.14.5. Éxtasis ocasionalmente
- 0,53
- 1,68
P.14.6. Éxtasis regularmente
- 0,58
- 5,63
P.14.7. Speed ocasionalmente
- 0,90
- 2,06
P.14.8. Speed regularmente
- 0,71
- 5,54
P.15. Ponderación riesgo meterse raya cocaína o tomar
- 0,73
- 3,61
otro psicoestimulante fines de semana)
ACTITUDES CONSUMO PSCIOESTIMULAMNTES CONTEXTOS RECREATIVOS
P.20.1. Es normal que jóvenes consuman
0,81
1,77
psicoestimulantes cuando salen de fiesta
P.20.2. Consumir psicoestimulantes los fines de semana
0,77
3,55
no tiene porque ser peligroso
P.20.3. Merece pena experimentar cocaína y D. Síntesis
1,42
4,11
P.20.4. Probar psicoest. es esencial para conocer sus
1,31
3,28
riesgos/beneficios y decidir sobre su consumo
P.20.5. Consumir psicoestimulantes ocasionalmente
1,00
3,21
aporta mas beneficios que problemas
P.20.6. Si sales de fiesta por la noche es casi imposible
1,12
3,45
abstenerse de consumir cocaína
P.20.7. El ocio esta organizado de modo que no hay
1,09
1,89
alternativa consumo psicoestimulantes/drogas
CLUSTER 3
CLUSTER 4
- 0,18
- 0,02
- 0,08
- 0,15
- 0,07
0,06
0,06
- 0,03
- 0,07
0,05
- 0,22
0,08
- 0,06
0,11
- 0,13
0,18
- 0,07
0,18
- 0,07
0,07
- 0,13
0,12
- 0,06
- 0,16
- 0,10
- 0,04
- 0,03
0,04
0,06
0,14
- 0,11
- 0,25
- 0,06
0,29
0,05
- 0,23
- 0,21
0,25
- 0,15
0,14
- 0,07
- 0,33
- 0,01
- 0,27
0,01
- 0,35
- 0,02
0,16
- 0,14
- 0,34
- 0,48
- 0,07
- 0,34
- 0,004
- 0,43
0.07
- 0,40
0,04
0,60
0,21
0,55
0,18
0,59
0,20
0,68
0,27
- 0,38
0,64
0,18
- 0,45
0,36
- 0,62
0,04
- 0,54
0,15
- 0,59
0,05
- 0,40
- 0,04
- 0,36
- 0,04
- 0,32
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
128
Los distintos grupos o tipos de actitudes juveniles ante los psicoestimulantes se presentan
con una denominación sintética en la Tabla 11.2.
Tabla 11.2. Descripción de los distintos grupos o cluster en base a las actitudes de los jóvenes hacia
los psicoestimulantes.
CLUSTER 1: 41 CASOS (13,7% de los jóvenes)
“EXPERIMENTADORES”
ƒ
ƒ
Actitud proclive a experimentar con los psicoestimulantes.
Actitud favorable hacia los psicoestimulantes y su consumo en contextos recreativos.
CLUSTER 2: 2 CASOS (0,7% de los jóvenes)
“FASCINADOS”
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Imagen positiva de los psicoestimulantes.
Muy bajo riesgo asociado al consumo habitual de psicoestimulantes.
Proclives a la experimentación con las sustancias.
Actitud favorable hacia los psicoestimulantes y su consumo en contextos recreativos.
CLUSTER 3: 124 CASOS (41,3% de los jóvenes)
“MINIMIZADORES DEL RIESGO”
ƒ
ƒ
ƒ
Bajo riesgo asociado al consumo ocasional de psicoestimulantes.
Actitud en cierto modo proclive al consumo en contextos lúdicos.
No tienen una imagen particularmente positiva de las sustancias.
CLUSTER 4: 133 CASOS (44,3% de los jóvenes)
“SENSIBILIZADOS Y HOSTILES”
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Alto riesgo asociado al consumo ocasional de psicoestimulantes.
Actitud nada proclive a la experimentación con estas sustancias.
Con una actitud poco favorable al consumo de psicoestimulantes en contextos lúdicos.
No tienen una imagen particularmente positiva de las sustancias.
Los cuatro cluster señalados resumen las distintas actitudes de los jóvenes riojanos hacia
los psicoestimulantes, articuladas en torno a la imagen de las sustancias, la actitud
general hacia los psicoestimulantes, el riesgo asociado/atribuido al consumo de estas
sustancias y su actitud respecto a su uso en entornos lúdicos. Hay pues cuatro
posicionamientos básicos respecto a los psicoestimulantes:
a) El cluster nº 1 recoge la posición de los jóvenes proclives a la experimentación, que se
compatibiliza con una actitud favorable al consumo de psicoestimulantes en
contexto lúdicos. Lo que caracteriza a este grupo respecto de aquellos otros con los
que comparte alguno rasgo (cluster nº 3) es que no tienen en cuenta el riesgo
asociado al consumo. Este cluster, con un peso relativo dentro del universo juvenil,
integraría a los jóvenes con una clara disposición a la experimentación con estas
sustancias, soportada en una visión estereotipada de las mismas que las atribuye un
papel relevante en los espacios recreativos.
b) El cluster nº 2 resume la posición, claramente minoritaria, de los jóvenes que tienen
una imagen positiva de los psicoestimulantes, que compatibilizan con una bajísimo
riesgo asociado, tanto a su consumo regular como ocasional, una actitud proclive a
la experimentación y, en general, a su consumo en contextos recreativos.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
129
c) El tercer cluster, con un importante peso en cuanto al número de jóvenes que
aglutina, refleja la posición de aquellos sujetos con un bajo nivel de riesgo asociado al
consumo ocasional de psicoestimulantes, acompañada de una actitud relativamente
proclive a su consumo y de una imagen no positiva de estas sustancias.
d) El cuarto cluster, mayoritario, aglutina a los jóvenes con un alto nivel de riesgo
asociado/atribuido al consumo ocasional de psicoestimulantes y con actitudes poco
proclives a la experimentación con estas sustancias y al consumo de las mismas en
contextos lúdicos o recreativos, acompasada de una negativa imagen de las mismas.
La secuencia de estos grupos, en función de la presencia de unas actitudes de más a
menos proclives hacia los psicoestimulantes, sería la siguiente:
En uno de los extremos se situarían los componentes de cluster nº 2, fascinados por estas
sustancias (y consumidores de las mismas), que realizan atribuciones positivas sobre la
cocaína o las drogas de síntesis, atribuyen un bajo riesgo a su consumo regular y se
muestran favorables a que los jóvenes experimenten con las mismas y las consuman en
los espacios de ocio.
En el siguiente eslabón se situarían los integrantes del cluster nº 1 (“experimentadores”),
que mantienen una actitud favorable a que los jóvenes puedan experimentar con los
psicoestimulantes (de hecho, algo menos de la mitad de sus componentes han probado
la cocaína) y consumirlos en espacios de ocio. Esta actitud se acompasa con una
evaluación de los riesgos/beneficios atribuidos al consumo en la que destacan
ligeramente los beneficios sobre los riesgos.
A continuación se situarían los componentes del cluster nº 3 (“minimizadores del riesgo”),
un grupo caracterizado por su bajo nivel de riesgo atribuido al consumo ocasional de
psicoestimulantes y una cierta actitud favorable a su consumo en contextos lúdicos, ello
a pesar de que no tienen una imagen positiva de las sustancias. Este grupo, donde la
presencia de sujetos que han probado psicoestimulantes es muy reducida, ocupa una
posición intermedia en las actitudes juveniles. Los jóvenes integrantes del cluster
compatibilizan la imagen negativa de las sustancias y la percepción de que su consumo
ocasional no genera excesivos riesgos (atribuyen connotaciones negativas a los
psicoestimulantes, pero no creen que su uso ocasional sea excesivamente problemático),
pese a lo cual responden de forma claramente mayoritaria no consumiendo estas
sustancias.
En el otro extremo se sitúan los miembros del cluster nº 4 (“sensibilizados y hostiles”), que
atribuyen un alto riesgo al consumo de psicoestimulantes, tanto de forma ocasional
como regular, y que mantienen una actitud nada favorable a la experimentación con
estas sustancias y a su uso en contextos recreativos, coherente con la imagen negativa
que tienen de las mismas.
El peso de los distintos cluster se recoge en la Figura 11.1.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
130
Figura 11.1. Actitudes básicas de los jóvenes hacia los psicoestimulantes.
CLUSTER 2: FASCINADOS
(0,7%)
CLUSTER 1: EXPERIMENTADORES
(13,7%)
CLUSTER 3: MINIMIZADORES DEL
RIESGO (41,7%)
CLUSTER 4: SENSIBILIZADOS Y
HOSTILES (44,7%)
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
131
12. CONCLUSIONES
RELATIVAS A LA FORMA DE AFRONTAR LOS RIESGOS EN LA VIDA
1ª) Los jóvenes muestran una ligera disposición a asumir riesgos en la vida (51,45 puntos
de media en una escala de 10 a 100), más marcada entre los varones y los jóvenes de
menos edad. Sin embargo, si se polarizan las posiciones, se constata que el
porcentaje de jóvenes con actitudes abiertamente favorables a la asunción de
riesgos en la vida (15,4%) es claramente inferior al de quienes se declaran no
favorables (29,1%). Este dato pone en cuestión es estereotipo dominante sobre los
jóvenes, que les presenta como proclives a la aventura, la trasgresión y la asunción de
riesgos, que no sería aplicable a los jóvenes universitarios riojanos.
2ª) Entre los jóvenes son mayoritarias las actitudes reflexivas como forma habitual de
afrontar las situaciones de la vida cotidiana que puedan suponer riesgos, como lo
acredita el hecho de que el 47,3% de los encuestados señale que suele reflexionar
mucho antes de tomar decisiones que entrañen riesgos, frente al 2,0% que no suele
pensar en los posibles riesgos o peligros de las cosas que hace. Este modo de afrontar
los riesgos contradice algunos rasgos, como la impulsividad o la irracionalidad, con
los que en ocasiones se pretende caracterizar el comportamiento juvenil.
3ª) La identificación de los jóvenes encuestados con valores asociados a sensaciones,
tales como la exposición a experiencias y sensaciones nuevas y excitantes aunque
pudieran resultar peligrosas o implicar riesgos, es sensiblemente más reducida (23,0%)
que la de quienes no se identifican con este tipo de valores (37,5%).
RELATIVAS AL CONOCIMIENTO DE LOS PSICOESTIMULANTES
4ª) El nivel de conocimiento auto percibido sobre los efectos y daños de los
psicoestimulantes varía según el tipo de sustancia, situándose los porcentajes de
quienes se consideran suficiente o perfectamente informados en el 67,9%, 49,3% y
48,0% para la cocaína, el speed y el éxtasis, respectivamente.
5ª) La imagen que los jóvenes tienen de los psicoestimulantes es claramente negativa.
Los términos con los que espontáneamente asocian los principales psicoestimulantes,
atendiendo a la mayor frecuencia de las menciones, son los siguientes:
ƒ Cocaína: droga, adicción, peligro, problemas, muerte, dependencia y dinero.
ƒ Éxtasis: droga, peligro, locura y adicción.
ƒ Speed: droga, peligro, adicción y problemas.
6ª) Los jóvenes tienen una imagen de los psicoestimulantes, en general, bastante alejada
de los tópicos y estereotipos que frecuentemente rodean a estas sustancias:
ƒ En la imagen que los jóvenes riojanos tienen de la cocaína destacan dos
elementos básicos: a) su peligrosidad (el 88% considera que consumirla puede
destrozar tu vida) y b) la imposibilidad de controlar su consumo (33% de
menciones). Por su parte, de la imagen de los consumidores de cocaína destacan
aspectos como el las importantes secuelas físicas y mentales que presentan los
mismos (73,3%) y el rechazo (25,3%) y la desconfianza (13,0%) que les generan.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
132
ƒ La imagen del éxtasis y las drogas de síntesis está caracterizada mayoritariamente
por los daños psicológicos que provocan (75,7% de menciones) y lo imprevisible de
sus efectos (71,0%). Una minoría destaca su papel como potenciador de
emociones (14,3%) y desinhibidor (9,0%). El principal rasgo que los encuestados
destacan de los consumidores de drogas de síntesis es su inmadurez (51,7% de
menciones).
La imagen de todos los psicoestimulantes es significativamente más negativa entre
las mujeres.
ACTITUDES ANTE LAS DROGAS ILÍCITAS Y LOS PSICOESTIMULANTES
7ª) Las actitudes generales de los jóvenes hacia las drogas ilícitas y los psicoestimulantes
son, en general poco favorables, obteniendo una puntuación de 35,23 puntos en
una escala de 18 a 90 puntos. Esta actitud es algo más favorable en el caso de los
varones y los jóvenes de más edad. Si se agrupan las distintas actitudes se constata
que el 87,9% mantiene actitudes poco favorables hacia estas sustancias, el 9,9% una
actitud intermedia y sólo el 2,1% actitudes favorables.
8ª) Las actitudes hacia los consumos de psicoestimulantes en contextos recreativos son
algo más favorables, si bien sólo un 1,7% de encuestados considera normal que los
jóvenes consuman psicoestimulantes cuando salen de fiesta (un porcentaje similar al
de aquellos que reconocen mantener este patrón de consumo). Los varones y los
jóvenes de más edad mantienen actitudes más favorables al consumo de
psicoestimulantes en espacios de ocio.
RIESGOS Y BENEFICIOS ASOCIADOS AL CONSUMO DE PICOESTIMULANTES
9ª) Existe entre los encuestados una actitud mayoritaria poco proclive a la asunción de
riesgos relacionados con las drogas, en especial entre las mujeres y los jóvenes de
menor edad. En una escala de 10 a 100 puntos estas actitudes obtienen una
puntuación promedio de 27,57 puntos. El porcentaje de jóvenes que se declaran
poco favorables a asumir riesgos relacionados con el consumo de drogas (87,3%) es
abrumadoramente superior al de quienes mantienen posiciones intermedias (10,3%)
o favorables (2,4%).
10ª) Entre los problemas que los jóvenes atribuyen al consumo ocasional de cocaína
destacan los familiares (61,7%), de adicción (60,3%), de salud (51,7%), los accidentes
(36,3%) y las broncas y peleas (36,0%). En el caso del éxtasis o el speed son los
problemas de salud (53,0%) y de adicción (51,3%) los que reciben un mayor número
de menciones.
11ª) A pesar de las actitudes poco favorables existentes entre los jóvenes hacia el
consumo de cocaína, y de la imagen negativa que tiene esta sustancia, el 59,7%
atribuye a su consumo ciertos beneficios, tales como su capacidad para prolongar
el tiempo de marcha (34,0%) y para animarse o estimularse (23,3%). El 62,0% de los
encuestados atribuye algún beneficio al consumo de éxtasis o speed, en su mayor
parte relacionados con su acción estimulante (aguantar más de marcha,
animarse/estimularse, tener más energía, divertirse más, etc.).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
133
PERCEPCIÓN DEL RIESGO ASOCIADO AL CONSUMO DE PSICOESTIMULANTES
12ª) Los niveles de riesgo asociados al consumo de psicoestimulantes son muy elevados,
obteniendo una puntuación media de 28,23 puntos en una escala de 8 a 32 puntos.
Los altos niveles de riesgo se mantienen para los consumos habituales y ocasionales
de todos los psicoestimulantes. El consumo ocasional de éxtasis registra niveles de
riesgo superiores a los de otros psicoestimulantes.
13ª) En una escala de 1 a 10 la ponderación del riesgo que los jóvenes atribuyen al
hecho de meterse una raya de cocaína o tomar otro psicoestimulante los fines de
semana alcanza los 8,31 puntos, más elevada aún en el caso de las mujeres.
14ª) Los factores o elementos que los jóvenes más ponderan para establecer el riesgo
que supone consumir psicoestimulantes u otras drogas son, básicamente, los efectos
del consumo a nivel psicológico o mental (52,7%) y el potencial adictivo de las
sustancias (20,7%), teniendo los problemas académicos o laborales un papel
secundario en este proceso. Dada la relevancia que los jóvenes atribuyen a los
daños psicológicos y al riesgo de adicción, las estrategias dirigidas a prevenir el uso
de estas sustancias entre los jóvenes deberían reforzar la percepción de estos riesgos.
ELEMENTOS QUE HACEN INAMOVIBLE LA DECISIÓN DE NO CONSUMIR PSICOESTIMULANTES
15ª) La gravedad de los riesgos que entraña su consumo y el temor a no ser capaz de
controlar el mismo son los dos factores que más determinan la decisión, inamovible,
de los jóvenes, de no consumir psicoestimulantes.
16ª) La investigación pone de relieve la existencia de una baja confianza personal
autopercibida de la capacidad que los jóvenes tienen para controlar los daños que
pudieran derivarse, tanto del consumo habitual como ocasional, de
psicoestimulantes, significativamente más educida entre las mujeres. En una escala
de 1 a 10, la capacidad de control de los daños asociados al consumo habitual
alcanza una puntuación media de 3,14 puntos (el 44,7% se declara totalmente
incapaz de controlar los daños frente al 9,3% que se declara totalmente capaz).
17ª) Aunque la capacidad de control de los daños asociados al consumo ocasional de
psicoestimulantes es algo más elevada (4,07 puntos en la escala de 1 al 10), el
porcentaje de quienes se consideran totalmente incapaces de hacerlo (28,2%)
supera ampliamente al de quienes se declaran totalmente capaces de su control
(10,3%).
PREVALENCIA DE LOS CONSUMOS DE PSICOESTIMULANTES
18ª) El 11,0% de los jóvenes encuestados ha consumido alguna vez en su vida cocaína,
éxtasis o speed. Los niveles de experimentación son más elevados para el speed
(9,7%) y la cocaína (9,3%), frente al 4,3% para el éxtasis. Sin embargo, las prevalencias
de uso de estas sustancias en los últimos 30 días se reducen de forma drástica, hasta
situarse en el 2,3%, 1,7% y 1,3%, respectivamente, para el speed, cocaína y éxtasis.
19ª) El número de consumidores habituales de psicoestimulantes es bastante reducido. En
el caso de la cocaína, el porcentaje de quienes la consumen con una frecuencia de
1 o más veces en semana alcanza el 1,0% (el 10,7% de quienes la han probado).
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
134
20ª) La curiosidad (69,7%) y la diversión (42,4%) son las razones básicas esgrimidas para
iniciarse al consumo de psicoestimulantes entre quienes han consumido alguna vez.
Por su parte, los motivos para seguir consumiendo se relacionan fundamentalmente
con la fiesta y la diversión (el placer o la diversión, evitar el cansancio y poder seguir
de marcha, disfrutar el momento, contrarrestar el efecto del alcohol, etc.), aunque
dejan traslucirse motivos relacionados con la inercia (por rutina o porque es lo que
hay cuando sales de marcha).
21ª) La reiteración del consumo de psicoestimulantes resulta compatible con la presencia
de problemas asociados al consumo. De hecho, el 69,7% de quienes consumieron
estas sustancias en más de una ocasión afirman haber tenido alguna vez problemas
derivados del consumo, principalmente dificultades para dormir, paranoias,
irritabilidad, fatiga, detenciones y problemas económicos.
22ª) Entre las razones para no consumir psicoestimulantes que destacan quienes no les
han probado se incluyen los perjuicios en la salud física y mental (53,9%), porque no
precisan consumirlos (42,3%), por convicciones morales (34,8%) y porque provocan
problemas personales, familiares, académicos o laborales (30,3%).
23ª) La percepción que los jóvenes tienen de los consumos de psicoestimulantes que
realizan sus amigos/as se ajusta bastante a las prevalencias de uso registradas. Sin
embargo, perciben en sus amigos actitudes algo más favorables que las que se
atribuyen a si mismos: el 61,7% señala que la mayoría rechaza el consumo de estas
sustancias, mientras que el 20,0% afirma que dejan que cada uno/a consuma los que
quiera, lo que no implica una censura directa del consumo.
VALORES SOCIALES
24ª) Los jóvenes universitarios son en cuestión de valores claramente normativos,
identificándose con los mismos valores que los adultos establecen como socialmente
deseables. Tener buenas relaciones con la familia, cuidar la salud, conseguir un
adecuado nivel de formación cultural y profesional y esforzarse para lograr cosas en
el futuro son los valores con los que mayoritariamente se identifican.
25ª) El análisis de los valores sociales dominantes entre los jóvenes pone de manifiesto que
la imagen que de este colectivo presenta la publicidad y numerosos medios de
comunicación, que les muestra como hedonistas, presentistas, desimplicados
socialmente y sólo interesados en la fiesta y la diversión no se ajusta en absoluto a la
realidad de los universitarios riojanos.
RELACIÓN ENTRE LAS ACTITUDES VITALES ANTE EL RIESGO Y LAS ACTITUDES ANTE LAS
DROGAS Y LOS HÁBITOS DE CONSUMO
26ª) Se constata la existencia de una correlación positiva intensa entre las actitudes
vitales ante el riesgo y las actitudes hacia las drogas ilícitas y los psicoestimulantes y
los beneficios atribuidos al consumo de drogas. Así pues, los encuestados con una
actitud favorable a la asunción de riesgos en la vida mantienen actitudes más
favorables hacia los psicoestimulantes y las drogas ilícitas, una posición más
favorable al consumo de psicoestimulantes en contextos recreativos y atribuyen más
beneficios al consumo de estas sustancias.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
135
27ª) Existe una correlación negativa entre las actitudes ante la asunción de riesgos en la
vida y el riesgo asociado al consumo de psicoestimulantes. Los jóvenes con una
actitud más favorable a la asunción de riesgos tienen una menor percepción del
riesgo que comporta el consumo de psicoestimulantes, tanto de forma ocasional
como habitual, y asignan puntuaciones más bajas al riesgo que supone meterse una
raya de cocaína o consumir psicoestimulantes los fines de semana.
28ª) Las prevalencias de los consumos de cocaína, éxtasis o speed para los indicadores
consumo alguna vez en la vida, últimos 12 meses y últimos 30 días son
significativamente superiores entre los jóvenes con actitudes favorables a la asunción
de riesgos en la vida, como también lo es la frecuencia de los consumos realizados
en los últimos 30 días.
RELACIÓN ENTRE LA EXPERIMENTACIÓN CON LOS PSICOESTIMULANTES, LAS ACTITUDES
HACIA ESTAS SUSTANCIAS Y LA PERCEPCIÓN DEL RIESGO ASOCIADO A SU CONSUMO
29ª) Los resultados obtenidos en el presente estudio confirman los hallazgos de otras
investigaciones, que apuntan como la experimentación con las sustancias modula
de manera importante las actitudes hacia las mismas y la evaluación de los riesgos
que se atribuyen a su consumo. En este sentido, indicar que quienes han probado
alguna vez psicoestimulantes tienen una imagen más positiva de la cocaína, del
éxtasis u otras drogas de síntesis y de sus consumidores.
30ª) Los jóvenes que han experimentado con psicoestimulantes mantienen actitudes más
favorables hacia las drogas ilícitas y los psicoestimulantes. Asimismo, se muestran más
proclives a la asunción de los riesgos asociados a su consumo.
31ª) Las experiencias de consumo condicionan el tipo de problemas que los encuestados
atribuyen al consumo ocasional en los fines de semana de psicoestimulantes. En el
caso de la cocaína, mientras que los no experimentadores destacan el riesgo de
adicción, los experimentadores señalan el malestar existente al día siguiente.
32ª) La percepción del riesgo asociado al consumo ocasional de psicoestimulantes es
significativamente más reducida entre los jóvenes que han probado estas sustancias.
No existen por el contrario diferencias en el nivel de riesgo asociado al consumo
habitual, muy elevado tanto entre quienes experimentaron con psicoestimulantes
como quienes no lo hicieron.
33ª) La experimentación con las sustancias no introduce diferencias significativas en la
capacidad autopercibida para controlar los riesgos potenciales del consumo
habitual de psicoestimulantes (muy baja en experimentadores y no
experimentadores). Por el contrario, los experimentadote se atribuyen una mayor
capacidad para el control de los riesgos derivados del consumo ocasional de
psicoestimulantes.
34ª) Es importante destacar que las actitudes favorables hacia los psicoestimulantes y los
niveles de riesgo más reducidos asociados a su consumo ocasional se concentran,
básicamente, entre los jóvenes que han tenido contacto con estas sustancias, con
un peso abrumadoramente minoritario dentro del universo juvenil. Pero el hecho de
que los jóvenes que han consumido psicoestimulantes modulen sus percepciones y
actitudes para evitar disonancias respecto a su comportamiento, no supone que no
136
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
sean conscientes de los problema y riesgo que implica su consumo, incluso con un
patrón ocasional, como lo evidencia el hecho de que aproximadamente el 40% de
quienes han probado psicoestimulantes señalen entre los problemas asociados a su
consumo ocasional el riesgo de convertirse en un adicto.
HÁBITOS DE CONSUMO Y ACTITUDES DE LOS AMIGOS HACIA LOS PSICOESTIMULANTES Y
ACTITUDES HACIA LAS SUSTANCIAS Y RIESGO ASOCIADO A SU CONSUMO
35ª) Los hábitos de consumo de psicoestimulantes por parte de los amigos/as no tienen
una influencia clara sobre la imagen de las sustancias y de sus consumidores, ni en la
naturaleza de los problemas atribuidos al consumo ocasional o habitual de estas
sustancias. Por el contrario, si lo hacen sobre las actitudes generales hacia las drogas
y los psicoestimulantes, hacia el consumo de estos últimos en contextos recreativos y
la asunción de riesgos asociados a su consumo, más favorables entre aquellos
jóvenes que señalan que todos o la mayoría de sus amigos consumen de forma
habitual estas sustancias.
36ª) Los hábitos de consumo de los amigos condicionan la percepción del riesgo
asociado al consumo de psicoestimulantes, así como la capacidad autopercibida
para controlar los potenciales riesgos de su consumo ocasional, significativamente
más altas entre quienes señalan que ninguno o sólo alguno de sus amigos los
consumen habitualmente.
37ª) Se confirma que las actitudes de los amigos hacia los psicoestimulantes condicionan
de forma importante las percepciones y actitudes personales hacia las sustancias.
Las actitudes de los amigos favorables al consumo se correlacionan positivamente
con: a) una imagen más positiva de la cocaína, el éxtasis y otras drogas de síntesis y
de sus consumidores, b) una actitud general más favorable hacia las drogas ilícitas y
los psicoestimulantes, c) una actitud más favorable hacia el consumo recreativo de
psicoestimulantes en contextos recreativos, d) una posición más favorable a la
asunción de riesgos asociados al consumo de drogas y e) una mayor capacidad
autopercibida para controlar los riesgos potenciales del consumo ocasional de
psicoestimulantes.
38ª) La percepción del riesgo asociado al consumo de psicoestimulantes es muy superior
entre los encuestados cuyos amigos mantienen actitudes de rechazo hacia estas
drogas.
VALORES SOCIALES, ACTITUDES ANTE EL RIESGO VITAL, ACTITUDES
PSICOESTIMULANTES Y PERCEPCIÓN DEL RIESGO ASOCIADO A SU CONSUMO
HACIA
LOS
39ª) Los jóvenes que se identifican con valores de tipo hedonista o presentistas muestran
una disposición más favorable a la asunción de riesgos en la vida, una actitud más
favorable hacia las drogas ilícitas y los psicoestimulantes, una posición más favorable
a la asunción de riesgos relacionados con el consumo de drogas y una actitud más
favorable al consumo de psicoestimulantes en contextos recreativos.
40ª) Los valores sociales no condicionan de manera relevante la imagen de los
psicoestimulantes, en el tipo de problemas atribuidos al consumo ocasional de estas
sustancias ni la percepción del riesgo asociado al consumo.
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
137
13. BIBLIOGRAFÍA
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141
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
ANEXO I: ESTUDIO DE LAS ACTITUDES Y PERCEPCIONES DE LOS JÓVENES
RIOJANOS ANTE LAS DROGAS PSICOESTIMULANTES
La Consejería de Salud del Gobierno de La Rioja ha promovido la realización de un estudio
para conocer las actitudes de los jóvenes frente a los psicoestimulantes (cocaína, éxtasis,
speed, etc.) y, especialmente, su percepción acerca de los riesgos y beneficios asociados al
consumo de estas sustancias. La finalidad de este estudio es la de identificar los factores que
propician el consumo de estas drogas para mejorar el contenido de las intervenciones
destinadas a su prevención.
Para cubrir este objetivo se ha diseñado este cuestionario auto-administrado que está siendo
aplicado a una muestra representativa de alumnos de los diferentes centros universitarios.
El cuestionario que te ha sido entregado es absolutamente anónimo (no contiene ningún
dato que pueda identificarte). Te pedimos que seas lo más sincero/a posible. Si no deseas
contestar alguna pregunta del cuestionario o si no estas en condiciones de responder con
sinceridad, déjala en blanco.
Por favor, lee con detenimiento las preguntas antes de responderlas. Si tienes alguna duda
consúltasela a la persona que te ha hecho entrega del cuestionario.
Para cumplimentar el cuestionario en general deberás marcar con una “x” la respuesta
adecuada. En caso de error rodea con un círculo la respuesta equivocada.
¿CUÁL ES TU OCUPACIÓN ACTUAL?
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
…1
Estudio y trabajo habitualmente …………………………………………. … 2
Estudio y trabajo ocasionalmente ……..…………………………………. 6 3
Otra situación ..………………………………………………………………. … 4
Estudio …………………………………….…………………………… ……
En el cuestionario hay algunas preguntas con varias columnas y filas con números que
representan diferentes opciones. Por ejemplo, si considerases improbable consumir cocaína
en el próximo año, muy probable consumir éxtasis y probable consumir speed deberías
marcar así las respuestas:
¿HASTA QUE PUNTO ES PROBABLE QUE CONSUMAS CADA UNA DE LAS SIGUIENTES
DROGAS EN EL PRÓXIMO AÑO A PARTIR DE AHORA?
Muy
probable
Probable
No estoy
seguro/a
Improbable
Muy
improbable
Cocaína
5
4
3
2
1
Éxtasis
5
4
3
2
1
Speed
5
4
3
2
1
En otras ocasiones deberás registrar en el recuadro correspondiente el número que mejor
refleje tu opinión en una escala de 1 a 10. Por ejemplo, grado de acuerdo con la siguiente
frase. Si tu opción fuera ni de acuerdo ni en desacuerdo deberás poner un 5 en la casilla:
o
En la vida hay que arriesgarse
0 5
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
CUESTIONARIO NÚMERO:
142
…-………
NO CUMPLIMENTAR
CENTRO:
…………
NO CUMPLIMENTAR
P.1. ¿CUÁL ES TU SEXO?:
ƒ
Hombre
ƒ
Mujer
P.2. ¿QUÉ EDAD TIENES? (AÑOS CUMPLIDOS):
…1
…2
……
P.3. A CONTINUACIÓN APARECEN DISTINTAS AFIRMACIONES. INDICA HASTA QUE
PUNTO ESTÁS DE ACUERDO CON CADA UNA DE ELLAS EN UNA ESCALA DE 1 A
10, EN LA QUE 1 SERÍA “NADA DE ACUERDO” Y 10 “TOTALMENTE DE ACUERDO”
3.1.
3.2.
3.3.
3.4.
3.5.
3.6.
3.7.
3.8.
3.9.
3.10.
En la vida hay que arriesgarse
No me gustan los riesgos, prefiero pensar las cosas antes de hacerlas
La prudencia es fundamental en la vida
Es mejor hacer las cosas sin pensarlas mucho
Me gusta experimentar cosas nuevas, aunque suponga riesgos
Siempre hay que elegir lo conocido, te evita problemas
Es normal que los jóvenes se arriesguen más
Jugarse el tipo en aventuras es una locura
Lo importante es disfrutar el presente. Lo que tenga que pasar, pasará
Más vale evitar las cosas que nos pueden complicar el futuro
……
……
……
……
……
……
……
……
……
……
P.4. ELIGE ENTRE LAS SIGUIENTES OPCIONES LA QUE CONSIDERES MÁS
CARACTERÍSTICA DE TU FORMA DE REACCIONAR CUANDO TE ENFRENTAS ANTE
UNA SITUACIÓN QUE ENTIENDES QUE PUEDE SUPONER RIESGOS.
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Suelo reflexionar mucho antes de tomar una decisión que entrañe peligro
Sólo si considero que puede existir un peligro grave decido no asumir riesgos
Sólo si tengo la certeza de que voy a tener problemas decido no asumir riesgos
No suelo pensar nunca en los posibles peligros que entrañan las cosas que hago
…1
…2
…3
…4
P.5. ¿TE GUSTA TENER EXPERIENCIAS Y SENSACIONES NUEVAS Y EXCITANTES,
AUNQUE SEAN PELIGROSAS O SUPONGAN RIESGOS?
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Nada
Poco
Regular
Bastante
Mucho
…
…
…
…
…
1
2
3
4
5
143
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
P.6.
DINOS QUÉ TE EVOCAN CADA UNA DE LAS SIGUIENTES PALABRAS,
RECURRIENDO A TRES CONCEPTOS PARA DEFINIRLAS (Por ejemplo, si la palabra
de referencia fuera “dólar” las evocaciones podrían ser: poder, éxito y negocio).
Cocaína: ______________________
_____________________ _______________________
Evocación 1
Evocación 2
Éxtasis: ______________________
Evocación 3
_____________________ ________________________
Evocación 1
Evocación 2
Speed: ______________________
Evocación 3
_____________________ ________________________
Evocación 1
Evocación 2
Evocación 3
P.7. ¿CUÁL ES TU NIVEL DE CONOCIMIENTO SOBRE LAS SIGUIENTES DROGAS Y LOS
EFECTOS Y DAÑOS ASOCIADOS AL CONSUMO? (marca con una X la opción elegida)
Estoy
perfectamente
informado/a
Suficientemente
informado/a
Me gustaría
mejorar mi
información
Poco o nada
informado/a
Cocaína
1
2
3
4
Éxtasis/Drogas de síntesis
1
2
3
4
Speed
1
2
3
4
P.8. ¿CUÁL DE LAS SIGUIENTES AFIRMACIONES REFLEJA MEJOR LA IMAGEN QUE TU
TIENES DE LA COCAÍNA Y DE SUS CONSUMIDORES? (máximo tres opciones)
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
La cocaína es la reina de las drogas
Es una droga que nadie puede controlar
La consume la gente que tiene éxito
Los consumidores son gente que no me merece ninguna confianza
Quien no la ha probado no sabe lo que se pierde
Los consumidores presentan secuelas físicas y mentales graves
Su consumo aporta prestigio social
Consumirla puede destrozarte la vida
La consume gente que sabe estar a la altura cuando sale de marcha
La gente que la consume me produce un fuerte rechazo
…1
…2
…3
…4
…5
…6
…7
…8
…9
…10
P.9. ¿CUÁL DE LAS SIGUIENTES AFIRMACIONES REFLEJA MEJOR LA IMAGEN QUE
TIENES SOBRE EL ÉXTASIS Y OTRAS DROGAS DE SÍNTESIS Y SUS
CONSUMIDORES? (máximo tres opciones)
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Potencia las sensaciones, abre los sentidos
Las consumen adolescentes que no tienen acceso a la cocaína
Fortalece la amistad
Sus consumidores son gente inmadura, descerebrados
Son sustancias que no producen dependencia, manejables
La consumen “bakaladeros”, gente a la que sólo le interesa la música y el baile
Su consumo ayuda a desinhibirse, a mejorar las relaciones sociales y ligar
Producen importantes daños psicológicos
Su consumo es mucho menos peligroso que el de la cocaína
Nunca sabes lo que consumes, sus efectos son imprevisibles
…1
…2
…3
…4
…5
…6
…7
…8
…9
… 10
144
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
P.10. A CONTINUACIÓN ENCONTRARÁS UNA SERIE DE FRASES. LEE ATENTAMENTE
CADA UNA DE ELLAS Y SEÑALA CON UNA “X” LA OPCIÓN DE RESPUESTA QUE
MÁS SE APROXIME A TU OPINIÓN.
Totalmente
de acuerdo
De
acuerdo
No estoy
seguro/a
En
desacuerdo
Totalmente en
desacuerdo
5
4
3
2
1
Debería controlarse más el
consumo de cocaína y éxtasis
en los lugares de marcha
5
4
3
2
1
3) Tomar cocaína o éxtasis ayuda a
resultar más interesante y
atractivo/a a los demás
5
4
3
2
1
4) La gente que consume cocaína
o éxtasis no sabe de verdad los
riesgos que asume
5
4
3
2
1
5) Tomar coca o éxtasis te ayuda a
disfrutar de verdad de la fiesta
5
4
3
2
1
6) Consumir drogas ilegales puede
ser agradable
5
4
3
2
1
7) Un joven nunca debería probar
drogas
5
4
3
2
1
8) Hay pocas cosas más peligrosas
que experimentar con drogas
5
4
3
2
1
9) Consumir drogas es divertido
5
4
3
2
1
10) Hay muchas cosas mucho más
arriesgadas que probar drogas
5
4
3
2
1
11) Todo el que prueba drogas
acaba lamentándolo
5
4
3
2
1
12) Las leyes en materia de drogas
ilegales deberían ser más
estrictas
5
4
3
2
1
13) El uso de drogas es uno de los
grandes males del país
5
4
3
2
1
14) Las drogas ayudan a la gente a
tener una experiencia plena de
la vida
5
4
3
2
1
15) En los colegios se deberían
enseñar los peligros reales del
consumo de drogas
5
4
3
2
1
16) La policía no debería meterse
con los jóvenes que prueban
drogas
5
4
3
2
1
17) Probar las drogas es perder el
control de tu vida
5
4
3
2
1
18) Las drogas no tienen porqué ser
un problema ni para el
consumidor ni para la sociedad
5
4
3
2
1
1) Es agradable meterte una raya
de coca de vez en cuando
2)
145
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
P.11. PENSANDO EN LOS RIESGOS/BENEFICIOS DE LAS DROGAS, DINOS HASTA QUE
PUNTO ESTÁS DE ACUERDO O EN DESACUERDO CON LAS SIGUIENTES FRASES,
EN UNA ESCALA DE 1 A 10, EN LA QUE 1 SERÍA “NADA DE ACUERDO” Y 10
“TOTALMENTE DE ACUERDO”:
11.1. Las drogas pueden más que tú, es imposible controlarlas
11.2. Las drogas destruyen a quienes las consumen, no hay que probarlas
11.3. En la vida hay que probar de todo, también drogas
11.4. Las drogas tienen riesgos, como todo lo que merece la pena en la vida
11.5. Las drogas no suponen más peligros que cualquier otra forma de diversión
11.6. Consumir drogas es cosa de jóvenes
11.7. Los riesgos de consumir drogas se pueden controlar
11.8. Se pueden usar drogas, pero hay que tener cuidado con ellas
11.9. Usar drogas tiene demasiado riesgos, es preferible evitarlas
11.10. Probar drogas es la única forma de aprender a manejar sus riesgos
……
……
……
……
……
……
……
……
……
……
P.12. ¿QUÉ PROBLEMAS CONSIDERAS QUE PUEDE PROVOCAR EL HECHO DE
“METERSE UNA RAYA DE COCA” O DE “TOMAR OTROS PSCOESTIMULANTES
(ÉXTASIS, SPEED)” DE VEZ EN CUANDO LOS FINES DE SEMANA? Elige un
máximo de 4 problemas para cada tipo de sustancia.
COCAÍNA
ƒ
Problemas con la familia
Problemas con la pareja
Molestias físicas o psicológicas después del consumo
Malestar al día siguiente
Accidentes
Malos rollos con los amigos/as
Rechazo de quienes no consumen
Broncas y peleas
Problemas en los estudios
Problemas de salud (física o mental)
Problemas económicos
Problemas laborales
Problemas legales
ƒ
Convertirse en un adicto
ƒ
Ninguno
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
… 1
… 2
… 3
… 4
… 5
… 6
… 7
… 8
… 9
… 10
… 11
… 12
… 13
… 14
… 15
OTROS PSICOES.
… 1
… 2
… 3
… 4
… 5
… 6
… 7
… 8
… 9
… 10
… 11
… 12
… 13
… 14
… 15
146
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
P.13. AL MARGEN DE LOS POSIBLES PROBLEMAS, ¿QUÉ VENTAJAS CONSIDERAS QUE
PUEDE TENER “METERSE UNA RAYA DE COCA” O “TOMARSE OTROS
PSICOESTIMULANTES (ÉXTASIS, SPEED)” DE VEZ EN CUANDO LOS FINES DE
SEMANA? Elige un máximo de 4 ventajas para cada tipo de sustancia.
COCAÍNA
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
OTROS PSIC.
Mejora tu aceptación social, te hace más popular
… 1
Evita que los demás te vean como una persona rara/antigua _
… 2
Ayuda a pasarlo mejor, a divertirse más
… 3
Ayuda a relacionarte con los demás, a ligar
… 4
Hacen más fáciles y mejores las relaciones sexuales
… 5
Permite aguantar más tiempo de marcha
… 6
Ayuda a tener éxito
… 7
Ayuda a animarte, a estimularte
… 8
Ayuda a concentrarte y a estudiar/trabajar mejor
… 9
… 10
Ayuda a desinhibirte, a ser más espontáneos
Hace que las sensaciones sean más intensas
_____ … 11
Hace que tengas más confianza, que estés más seguro/a
_ … 12
Te da prestigio ante los demás
… 13
… 14
Puedes beber lo que quieras sin emborracharte
Te da energía, te hace sentir capaz de todo
____ … 15
Hace que te olvides de todos tus problemas
… 16
Te ayudan a estar delgada/o
… 17
Mejora tu creatividad
… 18
Ninguna
… 19
… 1
… 2
… 3
… 4
… 5
… 6
… 7
… 8
… 9
… 10
… 11
… 12
… 13
… 14
… 15
… 16
… 17
… 18
… 19
P.14. EN TU OPINIÓN ¿CUÁNTO RIESGO EXISTE DE QUE ALGUIÉN SE PERJUDIQUE A
SI MISMO POR?:
“Esporádicamente” = 1 vez al mes o menos frecuentemente.
“Habitualmente” = 1 vez por semana o más frecuentemente.
Ningún
riesgo
Pequeño
riesgo
Riesgo
moderado
Gran
riesgo
Difícil de
decir/no sé
1. Tomar anfetaminas esporádicamente
1
2
3
4
0
2. Consumir anfetaminas habitualmente
1
2
3
4
0
3. Probar cocaína ocasionalmente
1
2
3
4
0
4.Consumir cocaína con regularidad
1
2
3
4
0
5. Probar éxtasis ocasionalmente
1
2
3
4
0
6. Consumir éxtasis con regularidad
1
2
3
4
0
7. Probar ocasionalmente speed
1
2
3
4
0
8. Consumir speed con regularidad
1
2
3
4
0
P.15. ¿CUÁNTO CREES QUE ARRIESGA UN JÓVEN QUE SE “METE UNA RAYA DE COCA”
O QUE TOMA OTROS PSICOESTIMULANTES LOS FINES DE SEMANA, EN UNA
ESCALA DE 1 “NADA EN ABSOLUTO” A 10 “MUCHÍSIMO”?
Nada en
absoluto
1
Muchísimo
2
3
4
5
6
7
8
9
10
147
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
P.16. ¿CUÁL DE LOS SIGUIENTES FACTORES TIENE PARA TI MÁS IMPORTANCIA A LA
HORA
DE
ESTABLECER
EL
RIESGO
QUE
SUPONE
CONSUMIR
PSICOESTIMULANTES U OTRAS DROGAS? (Elige sólo uno)
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Los efectos nocivos del consumo a nivel físico
_____… 1
…2
Los efectos negativos del consumo a nivel psicológico o mental
Las ventajas que supone consumir frente a los potenciales riesgos
…3
El cómo puede afectar el consumo a mis relaciones con los amigos/as
…4
El impacto que el consumo tendrá en mis relaciones familiares o de pareja
_… 5
_…6
La opinión que mis amigos/as tienen sobre el tema
Mi capacidad para poder controlar y consumir sin riesgos
_…7
El potencial adictivo de las sustancias
_…8
_…9
La influencia que el consumo tendrá en mis actividades académicas o laborales
P.17. ¿QUÉ LÍMITE DE RIESGO HARÍA QUE TU DECISIÓN DE NO CONSUMIR
PSICOESTIMULANTES FUERA INAMOVIBLE? (Elige sólo una, la razón más
importante o de más peso)
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Si estuviera convencido/a de la gravedad de los riesgos que entraña su uso
Si pensara que existe una alta probabilidad de tener algún problema
Si con ello pusiera en riesgo mi relación con mis amigos/as
Si con ello pusiera en riesgo mi relación con mi pareja
Si pensara que no iba a ser capaz de controlar el consumo
Si fuera la única persona de mi grupo dispuesta a asumir ese riesgo
Otra razón (detallar: …………………………………………………………………………………)
ƒ
Ninguno
____ … 1
…2
…3
…4
…5
…6
…7
…8
P.18. ¿EN QUÉ MEDIDA TE CONSIDERAS CAPAZ DE CONTROLAR LOS DAÑOS QUE
PUEDAN OCASIONAR LOS SIGUIENTES COMPORTAMIENTOS? (escala de 1
“totalmente incapaz de controlar los daños” a 10 “totalmente capaz de controlarlos”
18.1. CONSUMIR COCAÍNA, ÉXTASIS Y OTROS PSICOESTIMULANTES DE MODO HABITUAL
Totalmente capaz
___:___:___:___:___:___:___:___:___:___:
(10)
(9)
(8)
(7)
(6)
(5)
(4)
(3)
(2)
Totalmente incapaz
(1)
18.2. CONSUMIR COCAÍNA, ÉXTASIS Y OTROS PSICOESTIMULANTES DE VEZ EN CUANDO
Totalmente capaz
___:___:___:___:___:___:___:___:___:___:
(10) (9)
(8)
(7)
(6)
(5)
(4)
(3)
(2)
Totalmente incapaz
(1)
P.19. ¿CUÁLES DE LOS SIGUIENTES RIESGOS ESTARÍAS DISPUESTO/A A ASUMIR
CONSUMIENDO PSICOESTIMULANTES? (Elige todas aquellas circunstancias en las
que estarías dispuesto/a a consumir)
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Consumir sabiendo que tengo un examen próximamente
Consumir sabiendo que tengo que conducir
Consumir habiendo bebido bastante y/o consumido antes otras drogas
Consumir sabiendo que pueda sentarme mal
Consumir aunque pudieran enterarse mis padres
Consumir aunque no le guste a mi pareja (sólo para quienes tengan pareja)
Ninguno
…1
…2
…3
…4
…5
…6
…7
148
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
P.20. LEE ATENTAMENTE LAS SIGUIENTES FRASES Y SEÑALA CON UNA “X” LA
OPCIÓN QUE PARA CADA UNA DE ELLAS MEJOR REFLEJE TU OPINIÓN
Totalmente
de acuerdo
De
acuerdo
No estoy
seguro/a
En
desacuerdo
Totalmente en
desacuerdo
Es normal que los jóvenes
consuman
psicoestimulantes
cuando salen de fiesta
5
4
3
2
1
2) Consumir psicoestimulantes los
fines de semana no tiene
porqué ser peligroso
5
4
3
2
1
3) Merece la pena experimentar
con la cocaína y las drogas de
síntesis y asumir sus riesgos
5
4
3
2
1
Probar estas sustancias es
esencial para conocer sus
riesgos y beneficios y decidir
sobre su consumo
5
4
3
2
1
5) Consumir psicoestimulantes de
modo ocasional aporta más
beneficios que problemas
5
4
3
2
1
6) Si sales de fiesta por la noche es
casi imposible abstenerse de
consumir cocaína
5
4
3
2
1
7) El ocio juvenil está organizado
de tal modo que no existe
alternativa al consumo de
psicoestimulantes u otras drogas
5
4
3
2
1
1)
4)
P.21. ¿CON QUÉ FRECUENCIA CONSUMISTE BEBIDAS ALCOHÓLICAS EN LOS ÚLTIMOS
30 DÍAS?
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Todos o casi todos los días laborables
Todos los fines de semana
Tres fines de semana
Dos fines de semana
Un fin de semana
No he bebido ningún fin de semana, sólo lo hice ocasionalmente algún día laborable
No he bebido alcohol en los últimos 30 días
…
…
…
…
…
…
…
1
2
3
4
5
6
7
P.22. ¿HAS CONSUMIDO ALGUNA VEZ HACHÍS O MARIHUANA?
ƒ
Si
ƒ
No
…1
…2
± En caso negativo pasa a la Pregunta 24
P.23. EN LOS ÚLTIMOS TREINTA DÍAS, ¿CUÁNTOS DÍAS HAS CONSUMIDO HACHÍS O
MARIHUANA?
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Ninguno
Menos de un día a la semana
Uno o dos días a la semana
Entre tres y seis días a la semana
Todos los días
…
…
…
…
…
1
2
3
4
5
149
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
P.24. ¿HAS CONSUMIDO ALGUNA DE LAS SIGUIENTES DROGAS?
TIPO DE
DROGAS
COCAÍNA
ÉXTASIS
Alguna vez en tu
vida
ƒ
Si ______
ƒ
No_____
ƒ
Si ______
ƒ
SPEED
±
ƒ
ƒ
… 1
… 2
…1
No______ … 2
…1
No______ … 2
Si ______
En los últimos 12
meses
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
…
No______ …
Si ______
…
No_______…
En los últimos 30
días
1
ƒ
2
ƒ
…1
No______ … 2
Si ______
1
ƒ
2
ƒ
…1
No______ … 2
…1
No_______ … 2
ƒ
Si ______
Si ______
Si _______
ƒ
Si ______
…1
No______ … 2
Si no has consumido ninguna de estas drogas pasa a la Pregunta 28
P.25. EN LOS ÚLTIMOS 30 DÍAS, ¿CUÁNTOS DÍAS HAS CONSUMIDO COCAÍNA?
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Nunca
Menos de un día a la semana
Uno o dos días a la semana
Entre tres y seis días a la semana
Todos los días
…
…
…
…
…
1
2
3
4
5
P.26. MOTIVOS PARA CONSUMIR COCAÍNA, ÉXTASIS O SPEED
P.26.1. ¿QUÉ MOTIVOS TE LLEVARON A INICIARTE EN EL CONSUMO DE ESTAS SUSTANCIAS?
(Puedes marcar más de uno)
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Para divertirme
La curiosidad
Para evadirme de mis problemas
Para experimentar nuevas sensaciones
Para no sentirme fuera del grupo (para hacer lo mismo que mis amigos/as)
Para ligar o comunicarme mejor
Para estudiar o trabajar
Porque están de moda
Por darme un homenaje en un día especial (cumpleaños, Nochevieja)
Otros: ¿cuáles?
±
…1
…2
…3
…4
…5
…6
…7
…8
…9
… 10
Si sólo consumiste una vez y no repetiste el consumo pasa a la Pregunta 27
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
150
P.26.2. ¿QUÉ MOTIVOS TE LLEVARON A SEGUIR CONSUMIENDO? (Puedes marcar más de uno)
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Por placer, porque me gusta divertirme
Para relacionarme mejor con los demás
Porque me gusta disfrutar el momento
Para evitar el cansancio y poder seguir de marcha
Para dejar de sentirme agobiado/a
Porque si sales de marcha es lo que hay
Me estimulan para estudiar o trabajar
Por rutina, te acostumbras a consumir
Para contrarrestar los efectos del alcohol o el cannabis
No lo sé, pero no puedo dejar de hacerlo
Otros (detallar: …………………………………………………………………………………)
…1
…2
…3
…4
…5
…6
…7
…8
…9
… 10
… 11
P.27. ¿HAS TENIDO ALGUNO DE ESTOS PROBLEMAS A LO LARGO DE TU VIDA POR
CONSUMIR COCAÍNA, ÉXTASIS O SPEED? (señala todos los que hayas tenido)
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Fatiga o cansancio
Problemas para dormir
Dificultades para estudiar
Faltar a clase
Tristeza, depresión
Irritabilidad
Paranoias
Problemas con el sexo
Ansiedad
Problemas de tipo físico
Riñas, peleas y agresiones físicas
Problemas económicos
Problemas con los padres o la pareja
Problemas de adicción a estas sustancias
Accidentes (de tráfico, domésticos, etc.)
Detenciones por la policía o las fuerzas de seguridad
Otros (¿cuáles?):
Ninguno
… 1
… 2
… 3
… 4
… 5
… 6
… 7
… 8
… 9
… 10
… 11
… 12
… 13
… 14
… 15
… 16
… 17
… 18
P.28. SÓLO PARA QUIENES NO HAN CONSUMIDO NUNCA COCAÍNA, ÉXTASIS O
SPEED. DE TODAS LAS RAZONES SIGUIENTES, SEÑALA LAS DOS MÁS
IMPORTANTES POR LAS QUE TÚ NO HAS CONSUMIDO ESTAS DROGAS:
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
Por convicciones personales de tipo moral
Porque perjudican la salud física y mental
Porque generan adicción
Porque me siento bien y no me hace falta consumirlas
Porque son ilegales
Porque crean problemas, personales, familiares, escolares y laborales
Porque mis padres o familiares no lo aceptarían
Porque no me fío de mí, de mi capacidad de control
Porque provocan accidentes
Porque tengo un ocio gratificante y alternativo al consumo de drogas
Por otras razones (¿cuáles?)
… 1
… 2
… 3
… 4
… 5
… 6
… 7
… 8
… 9
… 10
… 11
151
Las percepciones sociales como determinantes del consumo de psicoestimulantes
P.29. PENSANDO EN LOS AMIGOS/AS CON QUIEN TE RELACIONAS HABITUALMENTE,
¿CUÁNTOS DE ELLOS/AS HAN MANTENIDO LAS SIGUIENTES CONDUCTAS?:
TIPO DE COMPORTAMIENTO:
Todos
La mayoría
Algunos
Ninguno
Han fumado alguna vez hachís o marihuana
1
2
3
4
Fuman habitualmente hachís o marihuana
1
2
3
4
Han consumido alguna vez cocaína
1
2
3
4
Consumen habitualmente cocaína
1
2
3
4
Han consumido alguna vez éxtasis o speed
1
2
3
4
Consumen habitualmente éxtasis o speed
1
2
3
4
P.30. ¿CÓMO DEFINIRÍAS LAS ACTITUDES MAYORITARIAS QUE TUS AMIGOS/AS
MANTIENEN RESPECTO AL CONSUMO DE COCAÍNA, ÉXTASIS O SPEED?:
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
…
…
…
…
No percibo una actitud uniforme al respecto entre mis amigos/as
La mayoría mantiene una actitud favorable hacia su consumo ocasional
La mayoría rechaza el consumo de estas drogas
Dejan que cada uno consuma lo que quiera
1
2
3
4
PARA FINALIZAR, NOS GUSTARÍA CONOCER TU OPINIÓN ACERCA DE LAS COSAS QUE
CONSIDERAS IMPORTANTES EN LA VIDA
P.31. VALORA, PUNTUANDO DEL 1 (NADA IMPORTANTE) AL 10 (MUY IMPORTANTE)
LA IMPORTANCIA QUE CADA UNA DE ESTAS CUESTIONES TIENEN EN LA VIDA.
NADA IMPORTANTE
GRADO DE IMPORTANCIA
MUY IMPORTANTE
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Disponer de mucho tiempo libre/ocio
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Vivir al día sin pensar en el mañana
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Invertir tiempo y dinero en estar
guapo/a
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
La seducción, la atracción sexual
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Hacer cosas para mejorar tu barrio o
comunidad
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
La solidaridad, ayudar a los demás
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Ganar dinero
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Tener éxito en el trabajo
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Esforzarse, superarse para lograr cosas
en el futuro
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Obtener un buen nivel de formación o
capacitación cultural o profesional
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Mantener y cuidar la salud
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Tener buenas relaciones familiares
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Comprueba que has contestado todas las preguntas y deja el cuestionario boca abajo en la
mesa una vez revisado.
MUCHAS GRACIAS POR TU COLABORACIÓN
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