Su impacto en el sistema Económico – Financiero Y en la política Argentina Instituto de Profesorado Sedes Sapientiae Archaina, C. Hernán - 2007 - Su impacto en el sistema Económico – Financiero Y en la política Argentina Trabajo de Investigación realizado por: Archaina, Carlos Hernán Profesora titular de la Cátedra: Volker, Paola Lucía Cátedra: Seminario sobre la Realidad Socio-económica y política Contemporánea. Instituto de Profesorado Sedes Sapientiae - Diciembre de 2007 - INDICE Introducción…………………………………………………………………………….. 1 CAPÍTULO I Panorama a nivel mundial (S. XX) – La situación Latinoamericana Panorama Mundial hacia fines del Siglo XX …………………………………………. 4 Generalización de la Situación a nivel económico y político de los diferentes países - la Segunda Guerra Mundial, sus consecuencias económicas – La evolución y el crecimiento de los países más relevantes. Situación Latinoamericana……………………………………………………………. 13 La deuda Latinoamericana como detonante para la posterior crisis - principales países deudores – el papel del FMI. CAPÍTULO II Argentina – México: Situación Previa a la Crisis Situación Económica y Política Argentina previa a la Crisis del Tequila……………...16 Los sucesivos gobiernos desde la década del 80, las políticas llevadas a cabo y las consecuencias de las mismas para la economía Argentina – Las nuevas políticas neoliberales de la década de los 90, sus efectos. El Sistema Financiero argentino previo a la Crisis del Tequila ……………………….26 Evolución normativa desde principios de la década de los 90 – Resumen de la situación de préstamos y depósitos bancarios a diciembre de 1994. México antes de la Crisis ……………………………………………………………..29 Panorama económico y político, consecuencia de las políticas implementadas por los últimos gobiernos antes del llamado error de diciembre o Crisis del Tequila – Causas que agravaron la situación mexicana y desataron la Crisis. CAPÍTULO III El Efecto Tequila – Consecuencias para Argentina La Crisis del Efecto Tequila …………………………………………………………33 Efectos de la Crisis para Argentina ……………………………………………………35 Repercusiones en el ámbito económico y en el sistema financiero – Reacción del Gobierno, el sistema bancario y las medidas llevadas a cabo. Conclusión …………………………………………………………………………….45 Apéndice………………………………………………………………………………. 47 Medidas adicionales adoptadas por el Banco Central y el Gobierno Nacional – Bajas y fusiones en el sistema Financiero. Bibliografía …………………………………………………………………………….53 INTRODUCCION: A medida que el sistema capitalista se fue extendiendo, comenzaron a establecerse relaciones entre las distintas partes del mundo. Esta situación dio lugar a múltiples intercambios que fueron consolidándose, pero que a la vez hicieron que comenzaran a hacerse más visibles las diferencias entre las distintas naciones; más que nada en cuanto a su progreso humano y bienestar material. De esta manera es que comienza un ciclo de mayor relación entre los diferentes países, más que nada por una cuestión de dependencia, de búsqueda de crecimiento y desarrollo. Durante muchos años se vio al mundo inmerso en constantes guerras que desde entonces habían desarticulado las relaciones entre los Estados y como consecuencia se veía también afectado el sistema económico. Es así como nace lo que se llamó Estado de Bienestar, que fue lo que había logrado sosegar el clima que se venía viviendo y ya con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, aparentemente el movimiento de la economía estaba bajo control. Pese al momento de tranquilidad que vivía el mundo, para fines de los años sesenta y comienzos de los setenta, ese orden internacional que se había consolidado entra en crisis. La competencia entre las grandes economías capitalistas se acrecienta y esto pone en crisis a las economías centrales que comienzan a crecer a tasas cada vez mas bajas. Así el sistema Soviético comienza a colapsar y a fines de los 80` se desintegra totalmente. Para esta misma época, se consolida un proceso que había comenzado desde los 70`; la Globalización, y de tal manera a partir de entonces, los procesos económicos, sociales, políticos, culturales, etc., comienzan a alcanzar cada vez mayor interconexión traspasando las fronteras nacionales con creciente facilidad por lo cual pierden importancia las distancias temporales y geográficas. Partiendo de este concepto es que se podrá comprender lo que se llamó “efecto contagio” producido por un acontecimiento sucedido en América Latina, más precisamente en México durante el transcurso de la década de los 90´ al que se denominó EFECTO TEQUILA y que mucho tuvo que ver con la situación económica y política vivida en Argentina para la misma época. Es importante antes de abordar este análisis, mencionar que ya a principios de la década de los 90`, en la Argentina se establecían una serie de reformas estructurales, pues la crisis económica de los años 80, reflejada en el gran déficit fiscal llevó a las autoridades gubernamentales a financiarse a través de impuestos sobre los depósitos y la emisión de moneda, por lo que la inflación trepó a una tasa promedio de 2.600 % entre 1989 y 1900. El sistema bancario, en 1990 observaba gran incertidumbre, muy poca disponibilidad de créditos por la escasez de depósitos y el déficit fiscal del Estado desplazaba del crédito al sector privado. Esta situación provocó el colapso del mercado de capitales y el sistema financiero prácticamente desapareció. Este desorden provocó una hiperinflación que forzó a las autoridades a tomar medidas que desembocaron en el plan de convertibilidad y en reformas en el sistema financiero. La ley de convertibilidad fijó el tipo de cambio, eliminó la indexación y estableció un requerimiento mínimo de reservas internacionales sobre la base monetaria. El país ingresó en un proceso de apertura de su economía, eliminando restricciones al movimiento de capitales, bajando aranceles a las importaciones, se realizó la privatización de la mayor parte de las empresas públicas y se mejoró la prestación de los servicios. Éstos entre otros cambios que le permitieron al país volver a tener financiamiento externo y entrar en un proceso firme de crecimiento entre 1991 y 1994 y un aumento de la confianza. Si se analiza la perspectiva mexicana, se observa que durante la década le los 80´ y principios de los 90`, el país recibió un fuerte flujo de capitales consecuencia de un programa de estabilización y reformas estructurales. Aquellas reformas llevaron a un crecimiento económico cuyo promedio fue del 3,1 % entre 1989 y 1994. Recién en 1993 la inflación se redujo en un digito por primera vez en dos décadas. México comenzó a atraer más inversiones extranjeras debido a la ausencia de mayores restricciones al ingreso de capitales y a las bajas tasas de interés de Estados Unidos. De esta manera la economía mexicana comenzó a depender fuertemente de los flujos de capital colocados en activos financieros, cuestión a la que se le dio mucha importancia, pues los mismos representaban la principal inversión extranjera del país. Para el 1º de Enero de 1994, comenzaba su vigencia el tratado de libre comercio de América que México había firmado con EE.UU. y Canadá (NAFFTA), por lo que la presidencia de ese momento, encabezada por Carlos Salinas buscó los medios necesarios para aumentar la eficiencia de la economía y aprovechar al máximo dicho tratado. Así privatizó la banca nacional con cuyos fondos financió un alto grado de gasto público que desembocó en un déficit histórico, que sumado a otras cuestiones que se analizarán, alarmaron a los inversores que comenzaron a vender los bonos comprados y de esta manera las reservas internacionales del banco de México se vaciaron. La cuestión desembocó en un nuevo desequilibrio de la balanza de pagos, una abrupta devaluación del peso y una caída del PBI. ¡La economía mexicana estaba nuevamente en crisis¡ En este caso, la confianza de los inversionistas extranjeros en México cayó, y este efecto se extendió a los mercados emergentes de América Latina entre ellos la economía Argentina que ya antes del tequila, había comenzado a desacelerarse, a salir a la luz el déficit fiscal, a elevarse la tasa de desempleo. “Es que con la suba de la tasa de interés internacional, en febrero de 1994, se cortó el financiamiento excepcional que había tenido la Argentina desde 1991 y no se pudo volver a los ritmos anteriores. Cuando las aguas se retiraron quedó al desnudo el duro rostro de la fragilidad. Después de aquello, solo después, el terremoto del tequila hizo de las suyas, porque encontró un terreno fértil”1. La burbuja especulativa producida agravó la fuga de capitales llevando al colapso al sistema financiero argentino y causando desastres por ende, a la economía del país, haciendo necesaria la adopción de medidas políticas que permitieran atemperar los ánimos. El presente trabajo buscará mostrar qué fue el EFECTO TEQUILA y sus consecuencias en el ámbito económico-financiero y en la política Argentina. Para ello se buscará analizar el panorama mundial para fines de la década de los 80, para de esta manera comprender el concepto de la naciente globalización; se indagará a cerca de dos realidades, la mexicana y la argentina para la misma época; y analizar la crisis del tequila para de esta forma poder determinar los efectos causados y las consecuencias producidas a un país como Argentina. 1 Daniel Muchnik- CAVALLO ABRIO UNA POLEMICA ¿La Argentina se benefició con el efecto tequila? Copyright Clarín, 1996 - http://www.clarin.com/diario/96/08/18/tit.htm- Domingo 18 de agosto de 96, Buenos Aires, República Argentina CAPÍTULO I PANORAMA MUNDIAL (S. XX) La Situación Latinoamericana MARCO TEÓRICO: Panorama Mundial hacia finales del Siglo XX La segunda guerra mundial, no solo causó pérdidas humanas, sino que a la vez, produjo desastres materiales los cuales fueron enormes. Debido a la tecnología utilizada, los bombardeos provocaron el destrozo y casi el colapso de las redes de transporte y comunicación así como la destrucción de viviendas e instalaciones industriales. Todo esto, causó efectos económicos que conllevaron a la caída de la producción y el producto bruto interno en los diferentes países beligerantes de una manera muy abrupta. La producción industrial de Japón cayó en 1946 en una quinta parte del promedio del período observado entre 1939-1944. En Alemania se vivía una situación muy crítica, pues era muy notable el descenso del nivel de vida concurrentemente con las constantes muertes por desnutrición; situación debida a causa de la falta de alimentos ya que los cultivos habían sido dañados por los combates y los bombardeos. Todo este desorden, alcanzó al sector de las finanzas públicas y al régimen monetario. En muchos lados, la mayor parte de los gastos habían sido financiados en base a la emisión de moneda y si bien durante el período de guerras se impusieron controles de precios que mantenían latente la inflación; mas adelante, cuando los controles fueron levantados en la mayoría de los países, los precios subieron estrepitosamente y el régimen monetario entró en colapso en los países vencidos. La guerra afectó menos a los Estados Unidos, ya que los combates no tuvieron lugar en su territorio, a demás de que dicho país demostró una enorme capacidad para aumentar su producción en la época de guerras a causa de su capacidad ociosa que le permitió encontrar la paz que se completó en 1947. Finalizado el conflicto, dos eran las cuestiones subyacentes. Por un lado, poner en marcha el proceso productivo, asegurar la distribución de los bienes de manera de poder alimentar a los países desvastados después de la guerra. Por otro, acabar con la inflación sostenida que había cobrado vida desde los años de guerra de manera de poder minimizar las deudas y eliminar el gran excedente de dinero sin valor y recuperar su uso para las actividades productivas. Alemania estaba bajo la amenaza de ser desindustrializada y convertida en un país principalmente agrícola con el objetivo de que no volviera a agredir como en 1939. Los Estados Unidos temieron el impacto inflacionario de posguerra. La administración Truman, en el año 1946, concluyó con el control de precios de tiempos de guerra (excepto en alquileres), y entre 1946 y 1948 éstos subieron un 42,9 por ciento. Los Estados Unidos tenían una balanza de pagos positiva y había restricciones a la oferta, que produjeron un desajuste entre la oferta y la demanda y la suba de los precios. Pero pese a esto, y a que los salarios para esta época se encontraban relegados, los sindicatos presionaban con la huelga pero el Estado las declaró ilegales. Esto hizo que pudieran controlarse los costos laborales y así disminuyó la inflación norteamericana. La experiencia europea fue mucho más difícil. Bélgica, por ejemplo, debió implementar una reforma monetaria consistente en la reducción de la cantidad de dinero. El resto de los activos financieros fueron convertidos en bonos que se aceptarían para el pago de impuestos. Las cuentas bancarias fueron bloqueadas, y los bancos sujetos a minuciosos controles, a la vez que se flexibilizó el control a las exportaciones para aliviar la falta de bienes. Los países bajos comenzaron una serie de reformas, que si bien fueron menos drásticas, tuvieron un corte más intervencionista. En Francia se propusieron diferentes mecanismos para frenar el problema. En un primero momento, se intentó apaciguar la situación proponiendo la reducción del gasto militar, opción que fue rechazada; en segundo lugar, se implementó un programa deflacionario para hacer crecer la economía, cambiando los billetes pero sin bloquear las cuentas y estableciendo un impuesto especial para sacar de circulación el excedente de dinero. Pese a esto la inflación alcanzó niveles muy altos. Recién en 1947, se implementó una reforma a través de la eliminación de los rígidos controles de precios y la devaluación del franco, induciendo de esta forma un sistema de cambios múltiples. Las reformas continuaron surgiendo; desde políticas de congelamiento de salarios y beneficios, hasta la implementación de elevados y muy progresivos impuestos. Aún no habiendo concluido la guerra, representantes de los países aliados que formaron las naciones unidas, tomaron la decisión de intentar buscarle solución a este proceso que se había gestado ya desde hacía tiempo y que venía causando la volatilidad constante de capitales. De esta manera, crear acuerdos monetarios para lograr la ampliación del comercio y el progreso de las naciones. Se llamó a esto, acuerdos de Bretton Woods. Este sistema, fue concebido de manera que ayudase a la mayor parte del mundo industrial a desarrollar un proceso de reconstrucción después de la destrucción provocada por la Segunda Guerra Mundial. Buscó evitar las rigideces del gold Standard, pero también los inconvenientes de la flotación generalizada y las devaluaciones competitivas. Se decidió mantener valores de paridad y excluir cualquier tipo de decisión unilateral en caso de dificultades de balanza de pagos, así, los países se comprometían a consultar con el Fondo para acordar medidas que dieran solución a cualquier desequilibrio estructural. Junto con el FMI se creó el Banco Mundial, para ayudar a los países desvastados por la guerra. Se propuso la creación de la International Trade Organization, en cuyo ámbito se negociarían la reducción de tarifas y el levantamiento a las restricciones. El tercer pilar de Bretton Woods no llegó a nacer y fue reemplazado por el GATT, “General Agreement on Tariffs and Trade”, que realizó una tarea positiva en la reducción de las restricciones al comercio, pero en la que no fueron incluidos los productos agrícolas. La cooperación en el sistema de Bretton Woods estaba relacionada con el mantenimiento de un tipo de cambio estable y con el libre comercio entre los países adheridos. Los ex beligerantes, manifestaban altos débitos con respecto a Estados Unidos. La política de éste país era de “contener” mediante un programa de apoyo a los países europeos. El Plan Marshall no sólo aprovechó las divisas para comprar bienes indispensables en el mercado norteamericano, sino que obligó a los países a llegar a acuerdos de colaboración, a cambio de recibir la ayuda. Más tarde se fija al dólar como a un patrón estable y esto hace que se registre un aumento notable en el comercio. Sin embargo, la idea del Bretton Woods, se sustentaba en un tipo de cambio estable pero no fijo. Como se dijo en párrafos anteriores, cada vez que algún desequilibrio se presentaba, cada país debía negociar con el FMI la devaluación para ajustarse a la realidad. Pero notablemente el régimen fue otro. Cuando surgía un desequilibrio, es decir, cuando el estado aplicaba de manera imprevista algún tipo de política expansiva, sea fiscal o monetaria, ya el mercado sospechaba que la paridad no sería posible y se apresuraba a cambiar sus activos, cuestión que daba lugar a los tan temidos flujos de capitales. “El problema de la segunda posguerra no fue el de las devaluaciones competitivas sino el de los cambios sobrevaluados. Nada era más peligroso para un gobierno que descubriera que existían negociaciones de las cuales podía resultar una devaluación. El mercado se anticipaba. Pero no se trataba sólo, como muchos creyeron, de preservar el secreto. Las cuentas fiscales eran suficientemente reveladoras de los desequilibrios y si los gobiernos no se apresuraban a remediarlos, la devaluación se desconectaba.”2 No obstante esto, el período que va de 1950 a 1970 se vislumbra con más optimismo. La economía experimentó un alto crecimiento que tuvo lugar en un primer momento en las exportaciones y las industrias de bienes de capital, crecimiento que se vió apoyado por los cambios en la demanda y el impacto de la tecnología sobre la productividad de los diversos sectores productivos. También puede decirse que el crecimiento se produjo como causa de una elevada inversión, que se tradujo en un aumento de la producción y así en la productividad con altas tasas de beneficios que se mantuvieron por largo tiempo y un aumento de los salarios por sobre el aumento en los precios al productor. De esta manera, las empresas, llamadas las nuevas corporaciones 3 transnacionales , que operaban a escala global comenzaron a ampliar su internacionalización de la producción, es decir, la realización de la cadena de valor con componentes e insumos que las mismas firmas producían en plantas instaladas en diversos países. De esta manera se produjo la transnacionalización de la economía La expansión europea se registró con tasas de crecimiento excepcionalmente altas y una baja inflación. Esto, se explica en un comienzo por la recuperación del producto, con lo que se volvió a la tendencia de preguerra. Ya desde allí el crecimiento continuó y fue mayor. La utilización del capital humano que había en toda Europa el 2 CORTÉS CONDE, Roberto.-Historia económica mundial, desde el medioevo hasta los tiempos contemporáneos.- 2º ed.- Enero de 2005.- Grupo Editorial Planeta SAIC/ Ariel.-Cáp. nº 9. La Segunda posguerra: La Pax americana.- (Pg. 268) 3 Unas pocas corporaciones que concentran el grueso del stock mundial de inversiones extranjeras directas, y todas ellas pertenecen a las principales potencias mundiales. Hoy, las grandes MULTINACIONALES incremento de la tecnología que pudo ser absorbida gracias a la eliminación de barreras y las elevadas tasas de inversión, formaron la combinación perfecta para el crecimiento. Durante la década de 1970, también los movimientos de fondos, esencialmente especulativos y de corto plazo registraron un movimiento extraordinario. Alrededor del 80% de las transacciones financieras internacionales se realizaban entre los mismos países industriales y el resto en las plazas de los países en desarrollo. De esta manera se aceleró el crecimiento financiero, facilitado en un primer momento por la liberación de los marcos regulatorios de las operaciones de cuenta corriente del balance de pagos y posteriormente en la de capital y a su vez la integración informática de las principales plazas financieras. En las economías más avanzadas, se produjo un fuerte proceso de concentración en menor número de entidades a través de fusiones y adquisiciones. Pero estas cuestiones que inicialmente resultaron favorables, más adelante contribuyeron a presionar al aumento de la inflación ya que en primero momento, la expansión financiera no solo que no contribuyó al aumento de la acumulación del capital en la economía, sino que aumentó la inestabilidad de los mercados, la volatilidad de los mismos y los cambios bruscos que a partir de ese momento comenzaron a experimentar las principales monedas y las cotizaciones bursátiles. Este panorama, fue agravado por la crisis del petróleo. Con ello finalmente cayó en el desaceleramiento entre los años 70 y fines del siglo XX y se agravó luego por los problemas que provocó en 1989 la unificación. (Ver cuadro 1.). Ahora bien, esta situación, en los países desarrollados, introdujo tensiones pero no desestabilizó el sistema que operaba en los mismos. “En cambio, en los mercados periféricos las burbujas especulativas originadas en la volatilidad de los mercados provocaron ciclos de endeudamiento que perturbaban los ciclos macroeconómicos y generaron crisis financieras, (…). Tales fueron, entre las principales, la de México en 1995, y su propagación a la Argentina y otros países, (…)”4. Cuadro 1. Comparación Internacional del PBI y PBI per cápita (1950 – 1970), en porcentajes. (EE. UU. = 100) 4 FERRER, Aldo.- La economía argentina, desde sus comienzos hasta principios del siglo XXI.Fondo de Cultura Económica de Argentina S.A.- 1º reimp. 2005. Cáp. XIX, Tendencias recientes de la globalización.(Pág. 293) Fuente: Van der Wee. En la mayoría de los países, la tasa de inversión después de la Segunda Guerra Mundial era de un 50 por cuento superior al promedio experimentado en el período de País 1950 PBI 1970 PBI per capita 1950 1970 Francia 13.2 Alemania occ. 12.0 Reino Unido 19.2 Italia 7.9 Total 52.3 Japón 8.5 Total general 60.8 1914 – 1949. (Ver cuadro 2) 18.6 21.2 17.1 12.7 69.6 30.8 100.4 45.0 36.0 56.0 23.0 n.a n.a n.a 74.0 74.0 62.0 48.0 n.a 61.0 n.a “Barry Eichengreen y Meter Kenen sostenían ante esta situación una doble causalidad: La inversión estimuló el crecimiento pero fue particularmente atractivo invertir en países que estaban creciendo por otras razones, constituyendo el crecimiento de posguerra un círculo vicioso.”5 A todo esto, cave destacar que los porcentajes en los incentivos de la inversión, fueron también una causal de la poco usual moderación de los salarios de los trabajadores, que, salvo en Gran bretaña, prefirieron apostar a las ganancias futuras que dejarían las nuevas inversiones y dejar de lado todo tipo de amenazas y reclamos salariales que irían en detrimento de este crecimiento. La política subyacente detrás de todo eso, era un compromiso por tratar de utilizar plenamente los recursos mediante la administración activista del producto real. La idea era mantener el pleno empleo y buscar una rápida reconstrucción de la economía mediante la intervención estatal siempre que ello fuera necesario, de esta manera lo que se quería lograr era evitar ese desperdicio de recursos provocado por el desempleo y por la política deflacionaria del período de entreguerras. De ésta manera, no se tenía como meta estricta la estabilidad de precios, sino mantener el ritmo del crecimiento. 5 CORTÉS CONDE, Roberto.-Historia económica mundial…Ob. Cit., (Pg. 275) Inversión Bruta Interna en los principales países occidentales (1900-1993), promedio del período como porcentaje del PBN País 18701913 19141949 19501960 19611971 19721982 19831993 Europa occ. Bélgica Francia Alemania occ. Italia Holanda Noruega Suecia Reino Unido Canadá Japón EE.UU. n.a n.a n.a n.a 15.4 n.a 12.7 12.3 7.7 25.5 n.a 20.6 n.a n.a n.a 14.3 13.5 n.a 15.4 15.5 7.6 16.0 n.a 14.7 21.0 16.5 19.1 24.0 20.8 24.2 26.4 21.3 15.4 24.8 24.0 19.1 23.2 21.0 24.6 26.0 20.4 25.6 26.9 23.0 18.3 22.2 35.1 16.8 21.7 20.9 22.3 21.4 19.9 20.7 30.3 20.4 18.0 22.7 32.1 18.2 19.9 17.1 20.1 20.2 20.3 20.1 24.3 19.2 17.5 20.4 29.6 17.2 Tasas de Crecimiento en los principales países occidentales (1870-1989), promedio en porcentajes. País 18701913 19131950 19501959 19601969 19701979 19801989 Europa occ. Bélgica Francia Alemania occ. Italia Holanda Noruega Suecia Reino Unido Canadá Japón EE.UU. n.a n.a n.a n.a 15.4 n.a 12.7 12.3 7.7 25.5 n.a 20.6 n.a n.a n.a 14.3 13.5 n.a 15.4 15.5 7.6 16.0 n.a 14.7 21.0 16.5 19.1 24.0 20.8 24.2 26.4 21.3 15.4 24.8 24.0 19.1 23.2 21.0 24.6 26.0 20.4 25.6 26.9 23.0 18.3 22.2 35.1 16.8 21.7 20.9 22.3 21.4 19.9 20.7 30.3 20.4 18.0 22.7 32.1 18.2 19.9 17.1 20.1 20.2 20.3 20.1 24.3 19.2 17.5 20.4 29.6 17.2 Fuente: Barry Eichengreen y Peter Kenen, “Managing the World Economy under the Bretton Woods System: An Overview”, en Managing the World Economy. Fifty Year After Bretton Woods, ed. P. B. Kenen (Washington DC: Institute for International Economics, 1994), p. 22. Un rasgo importante de destacar, es el grado de aumento en el gasto público de esta época, que en casos se dio en más del 37 por ciento en razón del PBI en los diferentes países. Por su lado América Latina tuvo también un avance hacia la responsabilidad gubernamental consistente por el mantenimiento de altos niveles de actividad, de esta manera se observó durante los años de posguerra la intervención macroeconómica del estado, estableciendo más controles, subsidios y proteccionismo, mayor hincapié en la planeación y mayor desconfianza hacia las fuerzas del mercado. Dos aspectos eran claves y de observación constante en América Latina durante la posguerra: el primero la marcada desigualdad en el ingreso causa de la herencia de los antiguos sistemas coloniales de explotación de la mano de obra, la restricción del acceso a la educación, etc., y la otra, la incidencia generalizada de la inflación que ya dentro del período 1950-1973 había alcanzado un promedio del 21.3 por ciento anual y que se arraigaba en las generalizadas políticas gubernamentales que impulsaban el gasto público mucho más allá de la capacidad de tributación. Pero ahora volviendo a la situación de los países occidentales de los que se venía hablando anteriormente, todo este buen comportamiento cooperativo concluyó generando una rigidez en el mercado laboral, que se hizo sentir cuando la oferta fue menos abundante y se tradujo en presiones inflacionarias que a la larga impidieron que la expansión continuara. Más aún, la desaceleración comenzó a vislumbrarse a partir de los años 70. La tasa de crecimiento que entre 1973-79 fue del 2,6 por ciento, cayó ya para el período 1979-90 al 2 por ciento, causa de la declinación de la tasa de inversión y la reducción de la productividad. Pero fueron muchas las circunstancias que colaboraron a que surgieran nuevamente los problemas. La disminución del aprovechamiento de las economías de escala y los cambios en la producción de tecnologías; cambios en los patrones de la demanda que ya no tuvieron el impacto sobre la producción masiva de los años de posguerra; la generación por parte del estado de bienestar de mercados menos flexibles, cuando la realidad exigía lo contrario. Por otro lado, durante mucho tiempo Europa había tenido una cuenta corriente negativa con los Estados Unidos. Como en los años que siguieron a la guerra el dólar había escaseado, las naciones europeas buscaron ahorrar en su uso. Pero fueron las mismas políticas expansionistas y el déficit fiscal de Estados Unidos los que comenzaron a revertir el proceso y la cuenta corriente norteamericana tuvo saldos negativos. “Cuando los Estados Unidos abandonaron el tipo de cambio fijo en 1973, concluyó un largo período de estabilidad de cambios y el nuevo sistema de flotación produjo incertidumbre en los mercados de capitales. (…). La crisis del petróleo agravó las presiones inflacionarias y se terminó el largo consenso de la edad de oro.”6 El siglo XX concluyó con el levantamiento del muro de Berlín en 1989 y con el colapso de la Unión Soviética en 1991. Pero la historia no terminó allí y curiosamente los desafíos del nuevo siglo vuelven a actualizar algunos de los problemas que habían aparecidos después de la Primera Guerra Mundial. El avance de la ciencia y la técnica contribuyeron en la mejora de las condiciones de vida y la creciente participación de las masas de la población en las determinaciones políticas, han generado una revolución de movimientos que han propugnado cambios en las condiciones sociales, económicas y políticas. El mundo se encuentra en la disyuntiva de cómo crear la equidad en un mercado donde la tecnología permita una enorme movilidad de capitales sin que ni unos ni otros se perjudiquen; mundo en el que la eficacia no asegura siempre la estabilidad y la palabra CRISIS se hace difícil de descartar. 6 CORTÉS CONDE, Roberto.-Historia económica mundial…Ob. Cit., (Pg. 279) SITUACIÓN LATINOAMERICANA. La deuda. Durante la euforia especulativa de la década de 1970, la Argentina y otros países latinoamericanos fueron un destino preferente de la penetración financiera de la banca internacional. Las políticas de endeudamiento, dejaron de lado la prudencia debido al aumento en la abundancia del crédito, ya que a partir de este momento, la accesibilidad a los mismos, se daba a partir de los préstamos que efectuaba la banca internacional, en operaciones normalmente a tasas de interés variable ajustada por la evolución de las mismas en el mercado internacional. De esta manera, “(…) la deuda externa latinoamericana aumentó raudamente. “En el caso de argentina, pasó de 5.000 a 44.000 millones de dólares entre 1973 y 1982, esto es, un aumento de 800%, el más pronunciado de América Latina salvo México, donde el mismo alcanzó a casi el 900%”7. En Brasil el aumento de la deuda fue también notable, registrándose en un 600%. Esta situación se agravó en el momento en que Estados Unidos comenzó a elevar las tasas de interés, que se duplicaron ya en 1982 y los precios de los productos primarios declinaron. En Argentina, la crisis ya había alzado vuelo a partir del derrumbe del régimen de facto, la política cambiaria, la fuga de capitales y el salto inflacionario. Pero poco después del mes de Agosto del año 1982, la crisis alcanzó la cúspide cuando México anunció la moratoria de la deuda externa. A raíz de toda esta situación, se puso en marcha un programa de salvataje de los bancos acreedores, principalmente norteamericanos, que conformaron lo que se dio a llamar como club de los acreedores y que negociaría de manera separada la situación con cada deudor. Fue el Fondo Monetario Internacional (FMI), quien intervino en nombre le los bancos y negoció separadamente los acuerdos de salvataje, que resolverían transitoriamente los desajustes de pagos con cada país. Sin embargo no era la primera vez que el FMI tendría que auxiliar a los países latinoamericanos, ya que desde 1940 hasta 1970, dicha institución, venía firmando convenios con éstos, incluida la Argentina. 7 FERRER, Aldo.- La economía argentina … Ob. Cit., (Pg. 299) Pero el FMI, imponía condiciones que estarían limitadas al tipo de cambio, al ajuste fiscal y a la restricción del crédito bancario. Con esto, la contracción de la producción y en las importaciones, harían que se alcanzara el equilibrio en la balanza de pagos internacional cuyos problemas tenían ya un carácter estructural debido a un nivel de deuda extremadamente alto con las políticas tradicionales de ajuste del gasto público y del tipo de cambio. Esta situación dio lugar al establecimiento de programas de ajuste estructural que luego pasaría a denominarse Consenso de Washington. La estrategia de este consenso, apuntaba a la apertura de la economía y a la desregulación de los mercados, especialmente del financiero, las privatizaciones y el achicamiento del Estado; al control de liquidez del gasto público y la existencia de tipos de cambio competitivos. Pero el FMI, desatendió estas cuestiones, ya que la sobrevaluación de la moneda de los deudores privilegiaba el endeudamiento, la transferencia de recursos al exterior y la fuga de capitales colocados en los mismos bancos acreedores. El hecho de que se sobrevaluara el tipo de cambio propicia estragos ya que se sustituía producción interna por importaciones, de esta manera la economía comenzaba a contraerse con la consecuente aparición del desempleo y de esta manera el empeoramiento de los pagos internacionales. Esto sucede como una consecuencia lógica de las variaciones en el tipo de cambio; al valorizarse la moneda nacional en relación con las divisas extranjeras, realizar transacciones en el exterior cuesta mucho menos entonces de esta manera se desplaza a la economía nacional y los desequilibrios se agravan. Debido a este complejo paradigma, los bancos acreedores optaron por aplicar una serie de políticas para minimizar el problema. La primera de ellas fue programar una masa de recursos cercana a los 50.000 millones de dólares por un plazo de tres años para apoyar a los gobiernos de los países deudores que ejecutaran políticas de ajuste estructural. Los gobiernos terminaron financiándose con déficit públicos y crecientes emisiones monetarias que hicieron estallar la estabilidad de precios, multiplicar las presiones inflacionarias, y en algunos países como la Argentina, desencadenar proceso de hiperinflación8. Por lo tanto, este primer plan resolvió transitoriamente los problemas de los bancos acreedores, pero agravó la situación interna de cada país. La segunda iniciativa norteamericana, bajo el gobierno de Bush, fue puesta en práctica a partir de Marzo de 1989. Este programa dispuso una reprogramación de las deudas a tasas más bajas de interés, cuestión que alivió la carga de la deuda y ocurrió en un contexto de reinicio del crédito hacia los países emergentes de América Latina y el resto del mundo y el aumento de la inversión privada directa, en gran parte relacionada con los programas de privatización de empresas públicas. De esta manera la transferencia neta de recursos con el exterior para la década de 1990 estaba siendo positiva y era equivalente a 175.000 millones de dólares. De esta manera se vislumbraba una década en la que nuevamente reinaba la abundancia, sustentada en la inversión privada y la colocación de papeles públicos en los mercados financieros, suficientes para financiar el déficit de la balanza comercial impulsado por la sobrevaluación del tipo de cambio, el fuerte aumento de las importaciones y los servicios de la creciente deuda externa. Ahora bien, el colapso de la confianza de los mercados volvió a estallar en México en el año 1995, con la fuga masiva de capitales y la devaluación del peso mexicano. La Argentina, el más vulnerable de los países por la dimensión de sus pasivos y la rigidez de su régimen cambiario con tipo de cambio fijo, registró el peor contagio de esta crisis del tequila. 8 El origen de la hiperinflación tradicional como se viene observando en el desarrollo del presente trabajo, obedeció a factores externos, ésta se produjo tras la primera guerra mundial, las economías europeas presentaron altos déficit presupuestarios financiados mediante la creación de dinero El término hiperinflación hace referencia al desorden monetario provocado por la subida rápida e incontrolada de los precios. Aunque no existe una definición precisa de la tasa de inflación que merece el nombre de “hiperinflación” en lugar de “elevada inflación”, es útil la definición de que un país tiene una hiperinflación cuando su tasa anual de inflación alcanza la cifra de 1000 por 100 al año. CAPÍTULO II ARGENTINA – MÉXICO La Situación previa a la Crisis PANORAMA NACIONAL Situación Económica y Política Argentina previa a la Crisis del Tequila. Abordando al panorama que ha analizado hasta ahora, es evidente que la situación argentina para este entonces era crítica. A principios de 1976 era evidente la incapacidad del gobierno de Isabel Perón para poder encausar la economía y establecer el orden político. Ya para el primer trimestre del año, la inflación anualizada alcanzaba el 1000%, el déficit fiscal representaba el 13% del PBI, se habían agotado las reservas del Banco Central, por lo que la oferta monetaria estaba fuera de control y todo esto sumado a una abrupta contracción de la economía general. Es así que a causa de esta incapacidad de restablecimiento de un ordenamiento claro que mejorara la situación pública dentro de los parámetros del orden democrático, se generaron las condiciones del golpe de estado y la toma del poder por las Fuerzas Armadas. Esta represión desatada a partir de Marzo de 1976 surgió, tal vez, como consecuencia de una serie de acontecimientos, como la guerra fría, que contribuyeron a crear un clima de tensión y violencia en la Argentina. Esta nueva crisis argentina, subyacía en un marco de conclusión del periodo dorado, sustentado en las nuevas políticas neoliberales en donde los países desarrollados mantenían la idea de que sólo ellos eran quienes poseían el conocimiento de la manera en que podían resolverse las problemáticas de los países subdesarrollados. Así el Gatt, el FMI y el Banco Mundial fueron los instrumentos para la organización del nuevo sistema. Nuevamente se ponía a prueba la capacidad de estos países para defender sus intereses frente a las nuevas políticas dominantes. Argentina, estaba en las peores condiciones. Arrasar con el tejido social, propiciar la apertura de la economía, la hegemonía de mercado y la visión fundamentalista de la globalización, fueron las nuevas ideas instauradas por el nuevo régimen de facto que en realidad constituía una política sectaria, agresiva contra los intereses de la nación y la mayor parte de sus habitantes. De esta manera quienes poseían el poder de facto eran quienes dominarían al país, mientras que los demás debían ser excluidos y hasta exterminados. Esta estrategia económica y política contó con el apoyo de influyentes sectores de opinión y las principales organizaciones privadas. Es así como el 2 de Abril de 1976, el ministro de economía de entonces, Martínez de Hoz, anuncia su plan denominado “Proceso de Regionalización Nacional”, centrado en tres objetivos fundamentales: la apertura de la economía, la redistribución del ingreso y la reforma financiera y la política cambiaria. La apertura se desenvolvió en dos planos; el primero en la flexibilización en el tratamiento de la inversión privada, poniéndola en pié de igualdad con la local, y el segundo tendiente a la reducción de las barreras proteccionistas mediante la rebaja de los impuestos a las importaciones. Esta política no causó más que la sobrevaluación del tipo de cambio que encareció en divisas la producción interna y puso en marcha un proceso de sustitución de importaciones que desplazó a la producción local. En el plano salarial, en un primero momento lo que se buscó es, mediante la intervención de la CGT, la reducción de la influencia de los sindicatos al prohibir las actividades gremiales, la huelga y reformar la ley de Contrato de Trabajo y los Convenios Colectivos y en ciertos períodos, congelar los salarios. El otro aspecto, tuvo que ver con la distribución del ingreso, por lo que se decidió trasladarlo al sector agropecuario mediante la reducción de las retenciones sobre las exportaciones tradicionales. En cuanto a la reforma monetaria, ésta se puso en marcha en julio de 1977 y consistió en la desregulación de la actividad, la liberación de las tasas de interés y un mecanismo que propugnara el ingreso de capitales que permitieran a los bancos estabilizar la expansión monetaria efectuada para contrarrestar el déficit fiscal. Como instrumento principal de esta política, se decidió en diciembre de 1978 una devaluación inicial de la moneda del 5,23% para descender lentamente y alcanzar un tipo de cambio fijo. El ajuste de la paridad se dio muy por debajo del aumento de los precios y como consecuencia una sobrevaluación del tipo de cambio con efectos negativos sobre la producción, y con un alto beneficio para la especulación financiera y la fuga de capitales. De esta manera, los tres objetivos planteados, terminaron convergiendo en un enfoque que se conoció como “enfoque monetario del balance de pagos para pequeñas economías abiertas”, que “(…) sostenía que en una economía abierta con tipo de cambio fijo, que era hacia donde se encaminaba la Argentina, los precios internos, incluida la tasa de interés, debían necesariamente converger con los internacionales. Al mismo tiempo la cantidad de dinero y el gasto se ajustaban por los resultados del balance de pagos. (…)”9. De esta manera se reestablecerá el equilibrio de precios y los pagos internacionales. Pero dentro del nuevo escenario, la realidad no era como se la pensaba. Al abrirse el mercado interno, se apreció la paridad de la moneda lo cual hizo que aumentara la tasa de interés, y el poder adquisitivo de la población disminuyera, de esta manera aumentaron los precios de los insumos no transables, se desactivaron los incentivos a las exportaciones y aumentó la presión impositiva. La rentabilidad del sector productivo se desplomó y perecieron empresas en todo el mercado. El balance de pagos soportó las consecuencias de la pérdida de competitividad, del creciente aumento de las importaciones y los pagos de los servicios de la deuda. Las importaciones aumentaron de 4.000 a 10.000 millones de dólares entre 1975 y 1980; registrándose en este ultimo año, un déficit de la balanza de pagos de 3.000 de dólares. Entre 1975 y 1979, en la fase de entrada de fondos, la balanza comercial experimentó un superávit, mientras en el banco central las reservas aumentaban en 10.000 millones de dólares. El mecanismo se basaba en que los bancos e inversores locales solicitaban préstamos al exterior y colocaban los dólares recibidos cambiándolos por moneda local ya que la tasa de interés interna estaba por encima de la internacional, de tal manera que con las ganancias obtenidas se solicitaban nuevos préstamos al exterior reanudando la cadena. Cuando esta tendencia cambió en los últimos años del 9 FERRER, Aldo.- La economía argentina… Ob. Cit., (Pg. 307). Con esto, queremos decir que cuando en el mercado la economía busca expandirse, y estamos en presencia de un tipo de cambio fijo, la balanza de pagos actuará como estabilizador y la emisión en la cantidad de dinero y la proporción del gasto determinarán la efectividad o no en el crecimiento. Es evidente que si se decide por aplicar una política monetaria expansiva, la misma no servirá para expandir la economía pues al aumentar la cantidad de dinero circulante, la tasa de interés local disminuye, por lo que al mantenerse más alta la internacional, se produce una fuga de capitales que hace disminuir las reservas en divisas (déficit en la balanza de pagos) y de esta manera reingresan a los bancos los pesos emitidos en un primer momento. Debido a que el tipo de cambio es fijo, el Estado no puede aplicar una política devaluatoria que equilibre la situación y es entonces que en definitiva solo se produce una contracción de reservas en igual cuantía que la expansión inicial en dinero local. Si se aplicara una política fiscal expansiva entonces la realidad sería otra. Un aumento por ejemplo del gasto, produciría una expansión económica sustentada en un primer momento en el aumento del ingreso que provocaría un incremento en la demanda de dinero; de esta manera se elevan las tasas de interés que provocarán un ingreso de capitales desde el exterior con la consecuente entrada masiva de divisas y un superávit en la balanza de pagos que favorece los pagos internacionales. proceso 1980-1983 provocada por el incremento del interés internacional y los ajustes del tipo de cambio, la pérdida de reservas fue ya de 16.000 millones de dólares. El déficit fiscal se acrecentó impulsado por un aumento en el gasto público como causa de las políticas militares. En los últimos tres años del proceso el déficit fiscal fue del 16% del PBI y a partir de allí fue incrementándose de tal forma que se hizo imposible poder controlarlo durante el proceso. La política monetaria sufrió las consecuencias debido a la expansión monetaria necesaria para financiar el déficit. La tasa de interés interna nunca convergió con la internacional experimentando una brecha de hasta el 20% o más. De esta manera el contexto internacional empezaba a deteriorarse y a aumentar la tasa de interés internacional con la consecuente agravación de la deuda externa. Como consecuencia lógica de este suceso, la fuga de capitales era inminente. Entre 1980 y 1982 se produjo una fuga que rondó en el orden de 20.000 millones de dólares que provocaron la estrepitosa caída de las reservas del Banco Central. El gobierno sostuvo la política de no fluctuar el tipo de cambio, sustentando con reservas y nueva deuda la fuga de capitales (importación de deudas y exportación de capitales). Así se elevó la tasa de interés al 300% anual para evadir la fuga de capitales. Pero ya para 1981, el gobierno dispuso una devaluación del peso del 400%, al tiempo que la inflación llegaba al 100% anual. La situación de los deudores privados, fue asumida por el Estado, situación que agravó el aumento del déficit y el endeudamiento público. Era evidente ya, que las políticas económicas aplicadas por el régimen militar, no podían sustentarse, por lo cual se iniciaba una agitación social que daría conclusión definitiva al gobierno de facto. Las elecciones se acercaban ya para 1983 y la naciente democracia tendría que cargar con el peso de una herencia bastante terrible dejada por la dictadura, signada por una deuda externa de más de 40 millones de dólares, una estructura industrial desvastada, caída en los ingresos de los trabajadores, aumento de la pobreza y concentración económica y del poder económico. En Octubre de 1983, tras 7 años de dictadura militar, se realizaban las elecciones democráticas resultando electo Raúl Alfonsín como nuevo presidente de la Argentina. “En su discurso de asunción, el presidente electo Raúl Alfonsín delineó, una suerte de subordinación plena de la economía a la política sintetizada en el lema: Con la democracia se come, se cura y se educa. (…). Tres fueron los objetivos básicos que junto a su nuevo grupo político buscó establecer: avanzar en la búsqueda de una solución al problema de la deuda externa; reactivar la economía tras la recesión y la destrucción de buena parte del aparato productivo y reducir la inflación”10. Pero no obstante toda esta situación, había un tema crucial que entorpecía la cuestión: el tema de la deuda externa, como algo crucial que recitaba ser resuelto. Las alternativas incluían la suspensión de los pagos, o fijar a los mismos un límite que concordara con la estabilidad de precios y el aumento del nivel de actividad. El gobierno especulaba con la posibilidad de que Argentina lograra llegar a acuerdos con otros países de América Latina para de esta manera formar un club de deudores que permitiera un mayor nivel de negociación con el grupo de bancos acreedores, más que nada después de la situación generada con el anuncio del default de México en 1982 y el consecuente estallido de la deuda latinoamericana. Dentro de los tantos problemas, el inconveniente de la deuda subyacía en un contexto en el cual los productos agropecuarios exportados por nuestro país estaban decayendo, mientras las tasas de interés de los Estados Unidos se alzaban de manera muy precipitada. El gobierno intentó para entonces, estimular la economía con una política monetaria y fiscal activa y ganar, de esta manera, autonomía de gestión frente a las condicionalidades del FMI y los bancos acreedores. La política económica de Alfonsín tuvo lugar, en un primer momento, en la fijación como meta primordial el crecimiento del PBI, a la vez que tratar de buscar la equidad en el régimen impositivo, contener la inflación, incrementar los salarios reales en razón de un 8% y evitar los ajustes recesivos. Se estableció a su vez un mecanismo que dio en llamarse (PAN), Plan alimentario Nacional para ayudar a las familias mas empobrecidas, reduciendo el gasto militar e invirtiendo más en salud y educación. Respecto de la deuda externa, se dispuso la suspensión de los pagos hasta el 30 de junio de 1984. La región transitaba lo que más tarde sería la década perdida de los ochenta, con el aumento de la pobreza y el desempleo y una explosión de los precios como 10 ROFMAN, Alejandro B., ARONSKIND, Ricardo C., KULFAS, Matías S., WAINER, Valeria S. ECONOMÍA: Las ideas y los grandes procesos económicos en el tiempo. La Economía argentina contemporánea.- Editorial Santillana S.A.- Buenos Aires, Argentina.- Cuarta edición, Noviembre de 2005. Cáp. 8 “Las ideas económicas de América Latina”- (Pg. 166-167) consecuencia de la inflación, debido a la incapacidad de los gobiernos para generar un superávit primario necesario para saldar la deuda sin déficit fiscal ni emisión monetaria. A fines de 1984, termina le negociación con el FMI en lo que se conoció como acuerdo de Stand by11. En 1984 el aumento mensual del índice del costo de vida se ubicó entre el 13% y el 28%, con el incremento anual del 700%. En Marzo de 1985 se inició la segunda etapa de la política económica. El Plan Austral, ideado principalmente para contener la inflación y contenía 5 puntos clave: 1. El congelamiento de los precios, de las tarifas de los servicios públicos y de los salarios al día 12 de junio de 1985. 2. La reducción de las tasas de interés. De esta manera las tasas activas se redujeron del 30% al 6%, mientras que las tasas pasivas del 28% al 4%. 3. La implantación de una política fiscal y monetaria más severa y restrictiva, lo cual implicaba un mayor control del gasto público y la circulación monetaria. Con esto se buscaba reducir el déficit del 11% al 4% del PBI. 4. La devaluación del peso en forma simultanea al incremento de las retenciones a las exportaciones. De este modo se fijó un tipo de cambio equivalente a 80 centavos de austral por dólar y se procedió a su congelamiento. 5. El cambio de la moneda: la eliminación de los antiguos pesos y su reemplazo por el austral. Los efectos del plan, fueron positivos en un inicio. Mejoró el empleo, los salarios reales, la tasa de inflación se redujo al 2% mensual y se recompuso la situación deficitaria de la balanza de pagos. Pese a todo esto, las exportaciones disminuyeron casi un 20% frente a un aumento de las importaciones estimuladas por la reactivación. Como consecuencia de ello el superávit se redujo a la mitad y al año siguiente, 1987, casi desapareció agravando los problemas del servicio de la deuda. En Abril de 1986, se produjo la flexibilización de precios con aumentos de tarifas, de combustibles y del tipo de cambio, y se aflojó la regulación de los precios. La inflación disminuyó pero en definitiva siguió manteniéndose alta. El costo de vida creció 82% en 1986 por lo que ya para 1987 y el año siguiente, la actividad económica 11 Acuerdo “Stand by”: tipo de acuerdo financiero que comprende el otorgamiento de un préstamo atado a ciertas pautas de política económica. Este tipo de acuerdos se establece entre el FMI y el gobierno de un determinado país. se desaceleró y volvió a entrar en recesión. El plan ya no podía sostener los desequilibrios macroeconómicos y la economía se encontraba nuevamente en caos. En Agosto de 1988 se lanzó un nuevo programa llamado Plan Primavera. El tema comenzó impulsado por una serie de acontecimientos políticos; entre ellos, el levantamiento militar de semana santa de 1987 y la sanción de una legislación que beneficiaba a muchos militares que en su momento se encontraban afectados por juicios, iniciados durante la dictadura, donde eran acusados de violación de los derechos humanos. El gobierno había resuelto la sanción de esta nueva legislación denominada ley de obediencia que solo responsabilizaba a un cierto rango de militares mientras que otros quedaban exentos de imputación. Esta postura, en la cual el Estado había cedido nuevamente ante el poder militar, lo debilitó aún más. La situación económica seguía decayendo. Se insistía en que el Estado debía dejar lugar a la inversión privada y ocuparse de asegurar la efectividad de los sistemas de salud, educación y seguridad. A esta altura, la inflación se encontraba por las nubes, superando ya para el tercer trimestre de 1988 el 20% mensual. Las tasas de interés se liberaron, los plazos de colocaciones bancarias se acortaron significativamente, al punto que el 80% de los depósitos tenía un plazo de solo 7 días. A partir de Abril de 1988 el gobierno cesó el pago de la deuda externa pues todos los recursos del estado pasaron a tratar de contener la inflación y sostener la paridad cambiaria. En Agosto de ese mismo año se implementó el plan que se venía gestando; el Plan Primavera, cuyo objetivo primordial era evitar la hiperinflación. Entre Agosto de 1988 y Enero de 1989 la pérdida de reservas superó los 1.700 millones de dólares. Ante la desconfianza la moneda local comienza a ser depreciada y se multiplica la propensión a adquirir dólares estadounidenses, hasta tal punto que el Banco Central se había visto obligado a vender nada menos que 900 millones de dólares en el lapso de solo 15 días y ya para febrero de este último año, el Banco Central carecía de reservas como para manejar el mercado pues la fuga de capitales se hacía inmanejable. Los acreedores comenzaron la presión para que el país reanudara el pago de la deuda. El efecto del nuevo plan, fue muy débil y efímero. En muy pocos días, la cotización del dólar pasó de 50 a 500 australes, y ya para finales de mayo, la cotización se multiplicó por 8, mientras que los precios habían aumentado un 9,5% en enero y en mayo se habían incrementado en un 80% con la consecutiva baja en los salarios que había establecido un mínimo de 20 dólares. La monetarización de la economía se desplomó y la fuga desde el austral hacia el dólar sancionó la debacle del sistema monetario. La moneda local había perdido su condición de tal; ya no era considerada signo monetario, no representaba valor de depósito ni era considerado como medio de cambio. En medio de esta situación, habiendo renunciado ya el ministro de economía, lo hace también el presidente Alfonsín, y asume Carlos Menem, quien gana cómodamente las elecciones del 14 de mayo y se proclama presidente de la Argentina. El 8 de julio, Menem asume la presidencia. En ese mes, los precios subieron un 197% y los salarios aproximadamente un 140%. Las tarifas de los servicios públicos crecieron en un 700%. La situación se había descontrolado con una inflación que para julio ya había llegado al 200% y la deuda interna experimentado un incremento del 60% con una decaída en la recaudación de ingresos fiscales. La tarea fundamental del gobierno del Dr. Menem consistió en reanudar las negociaciones con el FMI para regularizar los pagos de los servicios de la deuda externa interrumpido en los anteriores años. Para ello desde el inicio los planteos de su política comenzaron a delinearse en relación a lo que después daría de llamarse Consenso de Washington que incluía: la apertura de la economía, la privatización de empresas públicas, la reforma del Estado, las desregulación de los mercados y, en particular, de la actividad financiera. Uno de los primeros pasos de la nueva política consistió en la concentración de precios, la devaluación del austral en casi el 100%, el ajuste de tarifas de los servicios públicos y los combustibles y el aumento de los salarios por debajo de la tasa de inflación. Durante la presidencia de Menem, el año 1989 experimentaba un segundo trimestre con una inflación de 5.000%. El gobierno no tuvo otra opción que acudir a la baja en el gasto y las inversiones públicas, el aumento de los impuestos, la liberación de los precios y del mercado cambiario y la disminución en los salarios. La balanza de pagos arrojó superávit por la reducción en las importaciones y el incremento de las exportaciones, lo cual, sumado a la mejora de la situación presupuestaria, elevó la capacidad de pago de los servicios de la deuda y nuevamente el incremento de reservas del Banco Central; situación que favoreció la firma de un nuevo acuerdo entre la Argentina y el FMI. Se inició entonces un acelerado proceso de privatización de empresas públicas que incluyó a ENTEL (sistema de telecomunicaciones) y más tarde se vendieron empresas petroquímicas como YPF, Aerolíneas Argentinas y varios canales de televisión que generaron una entrada al país de 10.000 millones de dólares y que contribuyeron a la cancelación del déficit. Si bien esta situación contribuyó para recomponer nuevamente el equilibrio de las cuentas públicas, la estabilidad de precios no se alcanzó y el año 1990 cerraba con una nueva caída del nivel de actividad, con una inflación anual de casi 1.400% y un nuevo plan que ya para febrero de 1991 cambia la conducción económica. El Plan de Convertibilidad, reforma monetaria encabezada por el ministro de economía Domingo Cavallo y que se “(…) fundaba en un sistema de caja de conversión con un tipo de cambio fijo de un peso (que sustituyó 10 mil australes) por un dólar. La oferta monetaria pasó así a depender de la evolución de las reservas del Banco Central, las cuales respaldaban la base monetaria”12. En realidad esta política estaba basada en una estrategia tendiente a que se tomara sin sobresaltos la incapacidad del Estado de afrontar la exigibilidad del pago de la deuda. La estabilidad de precios no solo permitiría que se recobrase el control de la economía para que los empresarios pudiesen programar sus inversiones a largo plazo y a los asalariados les rindiera un poco más sus sueldos, sino, fundamentalmente, posibilitaría ajustar la economía nacional a las demandas de los acreedores internacionales. El plan en si, contó con una serie de instrumentos que fueron propuestos por el ministro Cavallo, y que básicamente tendían a vencer la recurrente hiperinflación, establecer las relaciones con los bancos acreedores y adaptar la economía argentina al proceso de relaciones internacionales. Los instrumentos fueron los siguientes: 1. Fijar por la ley 23.298 del 27 de marzo de 1991, una paridad cambiaria entre el dólar y la entonces unidad monetaria legal (el austral), una relación de un dólar estadounidense por 10.000 australes, sustituida por el peso más tarde. 2. Alentar el proceso de remonetización13 de la economía; de este modo impulsar a la población a volver a usar la moneda nacional que había 12 FERRER, Aldo.- La economía argentina,… Ob. Cit., (Pg. 320). Remonetización: Proceso que supone un paulatino incremento de los depósitos en los bancos con relación al total de la circulación monetaria. 13 sido muy depreciada en su valor por la continua devaluación frente al dólar y la hiperinflación. 3. Orientar el sistema impositivo en una dirección intencional: impulsar la suba de los impuestos al consumo en deterioro de los impuestos al capital, a la riqueza y a las ganancias. El Estado como responsable del pago de la deuda debía buscar un mecanismo rápido y eficaz. Aumentar la recaudación impositiva basándose en un sistema que garantizara ingresos rápidos y en una magnitud correcta, y el camino más adecuado era cobrar sobre la producción y el consumo, el impuesto al valor agregado (IVA) que al ir incorporado al precio del bien, no podría ser eludido por nadie. 4. Producir una profunda reforma del Estado. Para esto, en un primer momento se buscó la desregulación de los mercados que se basaba en dejar librada a los juegos propios del mercado la tarea de asignar en forma eficiente los recursos y de ajustar en forma progresiva los precios internos a los internacionales; y, en segundo momento, adaptar la legislación impositiva para que el estado pudiera asegurarse del pago de la deuda por lo que el método consistió en la fijación del IVA que desde 1991 a 1995 creció del 15% al 21%. El Plan de Convertibilidad comenzó a funcionar con éxito. El PBI creció casi un 35% entre 1991 y 1994, pero pese a esto, se observaba una tremenda inequidad en la carga impositiva que generaba una brecha muy grande entre el efecto que provocaba sobre ricos y sobre pobres. Durante el período citado, la estabilización de precios y la reapertura del flujo de créditos a productores y consumidores generó un fuerte impulso al crecimiento del poder adquisitivo de la población que percibía ingresos fijos. La tasa de inflación declinó casi en un 40% en el mes de febrero de 1991. En 1992 parecía instalado el milagro argentino, presentado en el país y en el resto del mundo como el ejemplo más notorio de la política neoliberal. El sistema comenzó a presentar desequilibrios desde distintos frentes. La apertura y la sobrevaluación cambiaria generaron un déficit en la balanza comercial. En el período 1992-1994 la cuenta corriente arrojó un déficit de 16.000 millones de dólares y para fines de 1994, la deuda externa alcanzaba a 86.000 millones de dólares, casi un 50% más que en 1991. En 1994 el Estado entró en déficit. El desequilibrio simultáneo de la balanza de pagos y del presupuesto se agravó aún más cuando se incrementó la demanda del crédito internacional por lo que la política económica quedó atada a las expectativas de los mercados. (…) “El milagro argentino comenzó a crujir cuando, en 1995, estalló, por segunda vez desde 1982, la crisis de la deuda mexicana. El aumento de la tasa de interés en los Estados Unidos desestabilizó el sistema financiero impulsando la fuga de capitales y la drástica disminución del crédito internacional. El peso mexicano fue devaluado y estalló el llamado Efecto Tequila. Los mercados emergentes sufrieron el impacto y la Argentina que a esa altura registraba los peores indicadores de endeudamiento de América Latina y del mundo, fue el país más afectado”.14 En 1995 la Argentina comenzaba signada por datos económicos y sociales negativos. La expansión económica de la etapa anterior se detiene y la economía nacional sufre un fuerte retroceso. SITUACIÓN DEL SISTEMA FINANCIERO ARGENTINO PREVIA A LA CRISIS DEL TEQUILA -Evolución normativa desde principios de la década de 1990Las reformas en el sistema bancario comenzaron a efectuarse ya desde 1990. La ley 24.144, introdujo una serie de modificaciones en el sistema y en el financiamiento del Banco Central, eliminándose en un primer momento, la garantía estatal sobre los depósitos, situación que limitaba el rol de prestamista de última instancia del estado. Para esto, se estipuló que la asistencia sólo debía ser otorgada en caso de iliquidez transitoria hasta un monto que no superara el total del Patrimonio Neto de la entidad beneficiada y por un plazo que no excediera los 60 días; pero para ello, la entidad asistida debía otorgar garantías reales y valuadas a precio de mercado. Otro cambio importante, fue eliminar el rol de interventor y liquidador de entidades del Banco Central. A partir de ahora, éste se limitaría a exigir un plan de depuración, suspender las operaciones por un plazo de 30 días y por último poder disolver la autorización para funcionar como entidad financiera15. 14 15 FERRER, Aldo.- La economía argentina,… Ob. Cit., (Pg. 321-322). Ocurrida esta situación, la entidad pasa a la órbita judicial y se la trata como cualquier otra empresa comercial. Vale destacar que por la ley de entidades Financieras, toda empresa que realiza Se eliminaron restricciones a la entrada de bancos extranjeros y las trabas a la apertura de sucursales para las entidades domésticas fueron removidas. Se exigió un capital mínimo de 15 millones y se elimino el canon. Por otro lado comenzaron a implementarse controles que permitieran vigilar la prudente toma de riesgos por parte de las entidades; de esta manera, se estableció la exigencia de capitales mínimos que se situaron en un 11,5% de los activos en enero de 1995. Para poder tener mayor liquidez y protección a los pequeños ahorristas, los encajes16 para los depósitos a la vista fueron fijados altos (40% o más), llegando próximos a cero para las colocaciones a plazos fijos largos y así no afectar el costo del dinero. Se modificó la forma de clasificación de la cartera estableciendo las reservas para pérdidas (previsiones) en función de la capacidad de repago del deudor principalmente y en segundo término en función de las garantías recibidas. A su vez se introdujo una norma de fraccionamiento del riesgo crediticio que tenía por objeto una adecuada diversificación mínima de las carteras activas a fin de acotar el riesgo económico, mientras que al mismo tiempo, se incorpora el concepto de concentración de riesgo para evitar la concentración del crédito con un solo cliente o grupo económico. Como disposición final, se estableció un régimen informativo consolidado de la operatoria nacional e internacional para permitir una mejor evaluación del estado de solvencia de las distintas entidades. Todos estos cambios introducidos, incrementaron la competencia entre los bancos y la seguridad del sistema financiero. intermediación entre la oferta y la demanda de activos financieros debe contar con una autorización para realizarla del Banco Central, órgano de aplicación de dicha ley. 16 Tasa de Encaje: Corresponde a un porcentaje que, del total de depósitos que reciben los bancos comerciales, tienen prohibido prestar a terceros. De esta manera se evita cualquier tipo de insolvencia en caso de una corrida bancaria. Depósitos por grupo de entidades a Diciembre de 1994 (en millones) Fuente: Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias Entidades Cantidad Depósitos en $ Depósitos en u$s Total Oficiales 33 10.747,1 7.375,6 18.122,7 Nac. Privadas 66 6.232,7 9.578,8 15.811,6 Extranjeras 31 2.737,2 5.122,9 7.860,1 Cooperativas 38 2.266,0 2.558,3 4.824,3 Total Sistema 168 21.938,0 24.635,7 46.618,7 Préstamos por grupos de entidades a diciembre de 1994 (en millones) Fuente: Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias Entidades Cantidad Depósitos en $ Depósitos en u$s Total Oficiales 33 10.939,8 11.875,3 22.815,1 Nac. Privadas 66 5.614,3 13.187,7 18.802,0 Extranjeras 31 2.496,8 6.559,0 9.055,8 Cooperativas 38 2.065,3 2.671,0 4.736,3 Total Sistema 168 21.116,2 34.293,0 55.409,2 MÉXICO Y LA CRISIS Situación mexicana previa a la crisis Desde finales de la década de los setenta, cuando se dio una abrupta devaluación del peso mexicano quedó claramente establecido el agotamiento del modelo proteccionista que había venido utilizando este gobierno. Posteriormente, los gobiernos de José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, todos pertenecientes al mismo partido político PRI, que estuvo en el poder desde 1929, dirigieron a México hacia una apertura comercial de alguna manera indiscriminada, que llevó al país a caer en varias crisis económicas, las principales presentadas en 1976, 1982 y 1994. Durante la década de los 80 y principio de los 90, México recibió un fuerte flujo de capitales como consecuencia de un programa que llevó a un crecimiento, cuyo promedio fue del 3,1% por año entre 1989 y 1994. Recién en 1993 la inflación se redujo a un dígito por primera vez en dos décadas. México comenzó a atraer a inversionistas extranjeros debido a la ausencia de mayores restricciones al ingreso de capitales y a las bajas tasas de interés de los Estados Unidos. En 1988 asume el poder de la República en México Carlos Salinas de Gortari, cuyo gobierno abiertamente neoliberal dio especial atención a la atracción de inversión extranjera; asimismo, durante esta administración se privatizó la banca nacional, la cual había sido nacionalizada hacia apenas doce años atrás. La política de este gobierno, se basó en una apertura comercial indiscriminada, una atracción de capital extranjero especulativo y sobre todo en una contención de los salarios de la población que, en quince años, habían perdido alrededor de 70% de su poder adquisitivo. Por otra parte, el gobierno del presidente Salinas impulsó una lucha contra la inflación, la cual era un obstáculo para que la estrategia exportadora del gobierno se pudiera completar. Para ello, la política de control de la inflación se basó en esquemas de concertación entre los principales empresarios, sindicatos y organizaciones campesinas, con el fin de controlar las demandas salariales y las solicitudes de mayores precios de garantías de los agricultores. La estrategia de control de la inflación fue sumamente exitosa, al punto que la inflación descendió de 160 por ciento en 1987, a 7 por ciento en 1994; y durante ese periodo, el producto interno bruto (PIB) mostró tasas de crecimiento positivas. Sin embargo, a pesar de que la inflación descendía, el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos crecía desmedidamente. Según Del Villar (1997) “En 1994, el déficit en cuenta corriente alcanza los 28.8 mil millones de dólares, financiado en parte con flujos de capital de corto plazo”. Este comportamiento de la balanza de pagos fue el que, al final, condujo a la crisis debido al abuso del manejo del tipo de cambio y de la política comercial para reducir la inflación. El tipo de cambio se mantuvo bajo estricto control del gobierno hasta el punto que el peso mexicano se encontraba sobrevaluado. En cuanto a la política comercial, el gobierno neoliberal mexicano provocó una acelerada apertura al comercio internacional en detrimento de la producción nacional; el arancel máximo descendió de 40% a 20%, mientras la gama de tasas por este rubro se redujo a cinco; el arancel promedio, que en 1985 era de 22.6%, para 1988 había alcanzado un porcentaje de 13.1; y la cobertura de los permisos previos pasó de 21.2 a 9.1, de 1988 a 1991. Sin embargo, a pesar del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, el nivel de las reservas internacionales de México había estado en crecimiento desde 1988. Este comportamiento, se debía a “una acelerada expansión de la inversión –financiada en forma directa con la repatriación de capitales, los flujos de inversión de compañías extranjeras y préstamos voluntarios del sector privado. Consecuentemente, a pesar de la magnitud del déficit, se acumularon reservas que en noviembre de 1991 fueron aproximadamente 16 mil millones de dólares, el nivel más alto alcanzado en México”. Por otra parte, a partir de la renegociación de la deuda externa en 1990, hay una creciente entrada de capitales, que llegó a 33,308 millones de dólares en 1993, debido a las expectativas favorables sobre la economía. Así, el saldo positivo de las reservas provenían de entradas masivas de capital, la economía mexicana empezó a depender fuertemente de los flujos de capital colocados en activos financieros, que pasaron a representar la principal inversión extranjera en el país. El riesgo comenzó cuando esos recursos se fueron trasladando del mercado de capitales hacia, por ejemplo, títulos de gobierno que ofrecen perfiles de vencimiento más cortos. Entonces, la estabilidad del tipo de cambio y de las condiciones macroeconómicas dependía de la permanencia de esos capitales de índole especulativa. Una de las principales causas de la crisis de México fue la recesión económica que enfrentó Estado Unidos a inicios de la década de los 90 “Debido a las bajas tasas de interés bancario destinadas a combatir la recesión 1990-91, cientos de millones de dólares pasaron de las cuentas de ahorro norteamericanas a los fondos mutuales de más alto rendimiento. Pero para obtener mayor rendimiento, los gerentes de los fondos mutuales tenían que obtener más altas ganancias y con esa finalidad enviaban su dinero a México. Cuando las tasas de interés de los EEUU volvieron a subir, los mismos gerentes comenzaron a repatriar el dinero. Con el dinero que salía en grandes cantidades y déficit en la cuenta corriente, era sólo una cuestión de tiempo hasta que México agotara sus reservas de divisas. Ya para inicios de 1994 era claro que la economía mexicana estaba al borde de una crisis, debido a la situación de la balanza de pagos y una inestable situación política; la rebelión en el estado de Chiapas17 y los asesinatos políticos. El levantamiento zapatista sucedido el 1 de enero de 1994, fecha en la cual entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, conocido por sus siglas en 17 Ejercito Nacional Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que es la organización armada mexicana constituida por campesinos que pertenecen a los grupos indígenas chamula, tzeltal, tojolabal, chol y lacadon. EZLN se rebeló a bajo los ordenes de su líder mestizo conocido con el nombre de subcomandante Marcos. El principal motivo del levantamiento fue la protesta ante la situación de extrema pobreza de los indígenas y campesinos no solamente en Chiapas pero en todo el México. En está rebelión también querían un mejor reparto de la riqueza y la participación de diferentes etnias tanto en la organización de su estado como de toda la Republica Mexicana. En el origen de la rebelión también esta el desarrollo, o mejor dicho el subdesarrollo de Chiapas que generaba no solo desigualdad, sino también pobreza. Es verdad que también la rebelión de Chiapas tiene sus raíces penetrantes en la historia colonial de violencia, expropiación violenta de la tierra e indignidades sufridas por la población indígena. A estos daños no los llegaron a subsanar los gobiernos nacidos de la Revolución, cuyas políticas y económicas se ubicaron en obtener el beneficio de los terratenientes, los ganaderos y todos los grandes intereses dedicados a la explotación forestal o mineral. El primer día de la sublevación los zapatistas llegaron a ocupar seis municipios cerca de la frontera con Guatemala. La ocupación de estos municipios fue combatida por las tropas federales a las ciudades tomadas por el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional. Además en las principales ciudades de Chiapas, como lo son: San Cristóbal de las Casas y Ososingo; hubo enfrentamientos entre los indígenas y campesinos y Ejercito Federal Mexicano. El Ejército Federal avanzó sobre las poblaciones, destrozándolas, y tomando varios poblados. En poco tiempo obligó a cientos de comunidades a huir hacia las montañas y a internarse en la selva. Por este clima de violencia el gobierno federal mexicano envió los mediadores como el ex jefe de Gobierno del Departamento del Distrito Federal – Manuel Camacho y el Obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz García. Ellos fueron los que negociaron una salida pacifica al conflicto a cambio de algunas condiciones, de las cuales la principal era la suspensión del candidato del PRI al gobierno de Estado. La iglesia del Estado de Chiapas se mantuvo al lado de los indígenas y estaba defendiendo sus derechos básicos. Aunque este conflicto armado no duró más que dos semanas, las inconformidades y peticiones de los insurgentes, eran causa de preocupación, especialmente para los inversionistas. (Fuente - http://www.ezln.org/) inglés NAFTA. El asesinato el 23 de marzo de Donaldo Colosio, candidato presidencial del PRI. El vacilante comienzo de Ernesto Zedillo, y el peso de la figura de su hermano y finalmente el asesinato del ex secretario general del PRI, Francisco Ruiz Massieu, en medio de un acto partidista, conspiraron contra la estabilidad política y económica de México y disminuyeron la confianza internacional de los inversores”. A pesar de toda esta situación, el gobierno de Salinas no tomó ninguna medida preventiva, por lo que esta política económica emprendida por el gobierno mexicano, desembocó en una nueva crisis de balanza de pagos, en una abrupta devaluación del peso y en una caída del producto interno bruto nacional. En un momento en que los mexicanos estaban confiados en que la política del presidente Salinas y de sus antecesores habían colocado a México en un puesto de preferencia a nivel latinoamericano y mundial. Para evitar un ajuste cambiario, el gobierno aumentó la emisión de títulos denominados en dólares (Tesobonos). Para finales de 1994, el 74% del total de valores gubernamentales en poder del público era en Tesobonos (en 1993 era de sólo el 4%), por lo que las internacionales reservas netas de Tesobonos eran negativas”. En el ambiente político que prevalecía en la primavera de 1994, la devaluación parecía poco atractiva como opción de política económica. Por otro lado estaba el compromiso, plasmado en los pactos de solidaridad renovados cada diciembre de mantener el tipo de cambio dentro de la banda de flotación. La devaluación habría significado romper el pacto por parte del gobierno. Por otro lado, la proximidad de las elecciones federales en agosto de 1994 no permitía al gobierno adoptar medidas impopulares. Es importante señalar que no existe evidencia de que el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá (TLCAN), que había entrado en vigor en enero de 1994, haya tenido algún margen importante de incidencia en la crisis de México del 94. CAPÍTULO III “EFECTO TEQUILA” Consecuencias para Argentina LA CRISIS El Efecto Tequila El déficit de la cuenta corriente, financiado con un superávit en la cuenta de capital, aumenta la deuda externa y el servicio de la misma, lo que deteriora la cuenta corriente en el futuro. Dado que para 1994, el déficit de la cuenta corriente superaba el superávit de la cuenta de capital, se produjo una reducción en las reservas monetarias internacionales mexicanas. México contaba con un sistema de flotación sucia, es decir que su Banco Central intervenía en el mercado para mantener el valor de la divisa dentro de las bandas de flotación establecidas. En febrero de 1994, las reservas de México eran de 29,000 millones de dólares, pero para diciembre de ese mismo año se redujeron a 6,000 millones de dólares y al momento de tomarse la decisión de devaluar (20 de diciembre de 1994) ascendían a solo 3,500 millones de dólares. Debido a las presiones sobre el tipo de cambio y la constante pérdida de reservas, el gobierno elevó el techo de flotación en un 15% y al día siguiente el ministro de Hacienda anunció la eliminación del sistema de bandas para entrar en un sistema libre de flotación (el Banco Central de México, vendió 1.700 millones de dólares en un día y los títulos de deuda cayeron un 3.4%). A esto se debe sumar el déficit en la cuenta corriente que en 1994 alcanzó, aproximadamente, 25,500 millones de dólares que equivalen al 8 % del PBI mexicano. En diciembre de 1994 llega a la presidencia de México Ernesto Zedillo, también proveniente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), encontrando una situación económica y política muy complicada, lo cual estaba generando un proceso especulativo entre los inversionistas nacionales y extranjeros que preveían que el peso se devaluaría inevitablemente. A partir de ese año, una serie de acontecimientos de naturaleza política y criminal deterioraron la imagen del país y pusieron en dudas las perspectivas del mismo. Al actuar los factores no monetarios en contra de México, el tipo de cambio real subió, por lo menos en la percepción de los mercados18. Una vez en el poder Ernesto Zedillo, y ante la situación económica del país, el gobierno mexicano decidió realizar una devaluación abrupta del peso. Zedillo decidió 18 Si el tipo de cambio real sube y el tipo de cambio nominal se mantiene constante, se produce un desequilibrio. Los agentes económicos empiezan a comprar dólares porque están convencidos de que su precio subirá pronto. establecer un sistema de libre flotación del peso el cual pasó, en el término de una semana, de 3.4 pesos por dólar a 7.2 pesos por dólar o sea una devaluación del 110%. Una vez que el gobierno dejó de controlar el tipo de cambio, el peso perdió la mitad de su valor, lo cual generó dificultades para atender las deudas en dólares. Esta fuerte devaluación, más el hecho de haber anunciado a los inversionistas que la misma se iba a llevar a cabo, fue declarado por el ex presidente Salinas como el “error de diciembre”, en parte como una estrategia para tratar de echarle la culpa del problema al presidente Zedillo. Las principales medidas adoptadas por el gobierno fueron: “el alza en las tasas de interés, mediante una política monetaria restrictiva que redujo el nivel de la economía; el incremento de tasas impositivas que gravaban el gasto (Impuesto al Valor Agregado); y la reducción del gasto público, en términos reales. Con tales acciones se buscó reducir el gasto en consumo y en la inversión para aumentar los niveles de ahorro privado, por un lado; y por el otro, convertir en superávit, el déficit público: es decir, aumentar el ahorro interno de tal forma que se reflejara en una disminución del externo, representado por el saldo negativo en la cuenta corriente de la balanza de pagos.” Esta situación aunada a la caída de las reservas internacionales y el creciente déficit en cuenta corriente, generaron la especulación de los inversionistas y la fuga de capitales. Asimismo, se incrementaron los índices de desempleo y los niveles de ingreso de la población disminuyeron aceleradamente. Ante esta situación, uno de los sectores más afectados fue el sector financiero, ya que después de la privatización de la banca estatal, las instituciones financieras habían otorgado indiscriminadamente créditos, especialmente para la adquisición de bienes inmuebles. Como es lógico, ante la crisis que experimentaba la económica mexicana y la abrupta devaluación de peso, muchos deudores se vieron ante la imposibilidad de hacerle frente a estas deudas, con los consiguientes problemas de morosidad para las entidades financieras. Por otra parte, con el fin de evitar más fuga de capitales, se incrementaron a tal punto las tasas de interés que la tasa pasiva pasó de 18 a 49 por ciento de 1994 a 1995. Esta situación llevó a una crisis del sistema financiero mexicano. EFECTOS DE LA CRISIS DEL TEQUILA Repercusiones en el ámbito económico y el sistema financiero argentino. Para el momento de la crisis mexicana, la situación argentina, como se ha venido observando, no era de lo más optimista. Si bien en los años anteriores la tranquilidad había sido alcanzada en una cierta manera, entrando ya en la década de los 90, el sistema bancario comenzaba a observar cierta incertidumbre. Esta situación provocó el colapso del mercado de capitales y para entonces, el sistema financiero había desaparecido. Hiperinflación’, fue la constante observada durante los años previos al Tequila, cuestión que había dado origen al surgimiento del régimen de Convertibilidad y las reformas en el sistema financiero que hicieron calmar las aguas temporalmente. Pero en 1994, ya podía observarse que en el mes de agosto, la inflación crecía a una tasa de más del doble que los ingresos, situación que impulsó al gobierno a que en octubre de ese mismo año, decidiera interrumpir el programa que lo ligaba al FMI. La percepción que tenían los agentes económicos sobre el país, hizo que la Argentina fuera vista como un país similar a México. Sumado a esto, el grado de endeudamiento que provocó un incremento del riesgo país causando la declinación del valor de las acciones y la caída en la afluencia de capitales, contribuyeron a lograr el efecto contagio. Para ese entonces, en Argentina se acercaban las elecciones y con ello, la posibilidad de reelección del presidente actual, que a la fecha era Carlos Menem. No obstante esto, otra cuestión era la sobrevaluación del tipo de cambio y las preocupaciones por el déficit fiscal, que generó dudas en el espectro de que la Argentina pudiera mantener el régimen de Convertibilidad y por lo tanto desató una crisis de confianza que afectó a la economía del país y al sistema financiero. Sumado a este panorama, la suba sostenida de la tasa de interés internacional durante el año 199419, causó la disminución en la entrada de divisas y de esta manera, el estancamiento de la base monetaria20. 19 El disparo en la tasa de interés internacional, fue una constante observada primordialmente durante el tercer trimestre del año, en el período que comenzaba a partir de julio-agosto. De esta manera, al caer la cantidad de depósitos, la tasa de interés aumentó con lo cual para 1995 se había ingresado en una etapa de recesión económica que afectaba a la solvencia y liquidez21 del sistema financiero y contribuía a una menor recaudación fiscal. La pérdida de reservas que para ese entonces se observó, fue del 27%, en un proceso de retiro neto de los depósitos que equipararon a un 18% del sistema y que se dio entre los períodos de diciembre de 1994 y mayo del 9522. Con esta situación, muchos bancos entraron en crisis. Si bien se mantuvieron las relaciones básicas establecidas en la Ley de Convertibilidad, se verificó un deterioro en la calidad de las reservas, aumentando la participación de los títulos públicos en los activos externos. El decaimiento se daba en que los particulares que optaban por retirar sus capitales, como se dijo con anterioridad; y quienes decidían no retirarse del sistema,, 20 Recordemos en este punto, que la Ley de Convertibilidad, vigente a la fecha, establecía que la base monetaria se vinculaba con el stock de reservas internacionales, es decir nunca se podía dar una emisión irrestricta de dinero si no se tenía en reservas, al menos la misma cantidad en divisas. 21 Se entiende por solvencia a la capacidad financiera (capacidad de pago) de un determinado ente, (en este caso los entes financieros), para cumplir sus obligaciones de vencimiento a corto plazo y los recursos con que cuenta para hacer frente a tales obligaciones, o sea una relación entre lo que una empresa tiene y lo que debe. Para que cualquier ente cuente con solvencia, debe estar capacitado para liquidar los pasivos contraídos, al vencimiento de los mismos y demostrar también mediante el estudio correspondiente que podrá seguir una trayectoria normal que le permita conservar dicha situación en el futuro. Se debe diferenciar el concepto de solvencia con el de liquidez, debido a que liquidez es tener el efectivo necesario en el momento oportuno que nos permita hacer el pago de los compromisos anteriormente contraídos. Solvencia es contar con los bienes y recursos suficientes para respaldar los adeudos que se tengan contraídos, aún cuando estos bienes sean diferentes al efectivo. Es decir, liquidez es cumplir con los compromisos y solvencia es tener con que pagar esos compromisos, para tener liquidez se necesita tener solvencia previamente. Los acreedores a corto plazo fijarán su atención en la solvencia financiera de la empresa. (Fuente: “Análisis e Interpretación de la Información Financiera I”, Acosta Altamirano Jaime A. E.S.C.A.- “La Enseñanza con dibujos del Análisis e Interpretación de Estados Financieros” Miranda Miguel A. Editorial Patria.)- http://www.mecon.gov.ar 22 Los depósitos totales (en moneda local y extranjera) en el sistema financiero cayeron estimativamente en 7.500 millones de dólares entre el comienzo de la crisis en México y el último día de marzo de 1995. Esto representa un descenso de casi el 17 % del stock de 45.300 millones existentes al 20 de diciembre del año pasado. Las mayores pérdidas se concentraron en el mes de marzo, y en especial en los primeros días de dicho mes. Entre el 23 de diciembre y el 31 de marzo últimos el Banco Central había perdido reservas internacionales por U$S 5.596 millones, mientras que la caída en los pasivos monetarios fue inferior al de las reservas ($ 4.255 millones). Esto implicó una disminución en las reservas excedentes del BCRA de más de U$S 1.300 millones. - http://www.mecon.gov.ar trasladaban sus depósitos hacia los grandes bancos sabiendo que no existía un seguro de depósitos. Las pérdidas mayores, fueron padecidas por los bancos mayoristas, cooperativos y los bancos privados regionales, mientras que los provinciales perdían menor cantidad de sus depósitos. Para poder asegurar la liquidez y evitar posibles insolvencias, el Banco Central optó por la reducción de las tasas de encajes; para lo cual en diciembre del 94 se dispuso mediante la comunicación “A” 2293 una reducción transitoria de los encajes, cuestión que se extendió al 12 de enero del 95 por la comunicación “A” 2298 a los depósitos en pesos liberando una importante masa de recursos23. A su vez, la falta de información pública a cerca de la situación patrimonial de algunas entidades que resguardaban depósitos, llevó a aquellos bancos con exceso de liquidez a reducir su exposición en el mercado interfinanciero lo que redujo aún más la liquidez de otras entidades. De esta manera los montos operados en el sistema financiero se redujeron drásticamente (de 750 millones de pesos antes de la Crisis del Tequila, para pasar a 400 millones en enero, y a 300 millones de pesos a fecha marzo de 1995). El gobierno, como consecuencia del creciente retiro de capitales, planteó un nuevo esquema de financiamiento, un aumento en las metas de lograr el superávit fiscal y la creación de fondos fiduciarios para atender específicamente los problemas de solvencia del sistema financiero. Para lograr esto, observando los indicadores agregados que presentaba la situación, optó por la necesidad de intervención a partir de ciertos criterios básicos: en primer lugar, afirmar la vigencia de la convertibilidad; segundo, eliminar del sistema financiero en efecto de la crisis fiscal de ciertas provincias, que se financiaban desde algunos bancos provinciales; y en último lugar, tratar de incentivar a que las propias entidades financieras privadas se encargaran de las entidades más débiles a través de adquisiciones, fusiones y absorciones. 23 Medidas adicionales adoptadas por el Banco Central y el Gobierno Nacional - 28/12/94 Comunicación “A” 2293 disminuye los encajes de los depósitos en dólares, fijándolos en 35% para vista y caja de ahorros y 1% para plazos fijos menores a 60 días en el periodo comprendido entre el 16/12 y 15/01 y en 30% y 1% respectivamente para el periodo entre 16/01/ y 31/01 - 12/01/95 Comunicación “A” 2298 dispone la dolarización de las cuentas corrientes de las instituciones en el B.C.R.A. al valor de un peso por cada dólar. Reduce los encajes de los depósitos en pesos igualándolos a los de dólar. (Fuente: UNIVERSIDAD DEL CEMA / Sede Central, Av. Córdoba 374, Buenos Aires, Argentina. http://www.cema.edu.ar/) Pero el Banco Central seguía actuando. La falta de oferta monetaria acaecida en el mercado financiero se redujo a partir de la colocación de pases activos por parte del mismo Banco Central, con las demás entidades. Lo que hasta entonces puede observarse, es que lo que estaba produciéndose en el sistema bancario, era una crisis de iliquidez y no de solvencia, salvo para el caso de algunos pequeños bancos privados dependientes de grandes depositantes que contaban en sus activos con gran cantidad de bonos argentinos, cuya cotización caía como producto del efecto tequila, y de varios bancos provinciales con altos porcentajes de cartera morosa e incobrable. Es lógico, esta crisis de iliquidez, se originaba por el plazo menor de maduración de los pasivos frente a los activos. (Ver cuadros)24 24 (Fuente: UNIVERSIDAD DEL CEMA / Sede Central, Av. Córdoba 374, Buenos Aires, Argentina. http://www.cema.edu.ar/) Además, en noviembre de 1994, los títulos públicos fueron valuados a su valor técnico en lo que se llamó Cuentas de Inversión. El objetivo es que los balances de los bancos no se deterioraran con la volatilidad de las cotizaciones de los títulos y poder calzar estos títulos con pasivos con vencimientos a largo plazo. Contabilizar los títulos en Cuentas de Inversión implicaba la voluntad de los bancos de no desprenderse de los mismos en el corto plazo. Para reforzar la continuidad del régimen de la convertibilidad, el 12 de enero de 1995 se dispuso que se unificara en un peso por dólar el piso y techo de la paridad en la que el Banco Central intervenía en el mercado libre de cambios y el 10 de marzo se llega a un acuerdo con el F.M.I. por el cual Argentina acepta ser monitoreada por el F.M.I. y recibe acceso a créditos por U$S 7.000 millones. En relación a las tasas de interés el Banco Central continuó con una política de libre fijación. La crisis desató un recalentamiento de la tasa de interés. Entre septiembre y diciembre de 1994 la tasa promedio de préstamos interfinancieros se mantuvo en torno al 7% y la tasa de interés del Banco Central por pases activos se mantuvo en el 9%. Desde el 20 de diciembre (devaluación mexicana) la tasa promedio interfinanciera se ubicó en niveles del 15% entre esa fecha y febrero y 20% en marzo alcanzando picos que superaron el 50%. A partir de febrero la tasa activa de pases activos se fijó en el 13%. La recuperación del mercado de préstamos interfinancieros, comienza con la recuperación de los depósitos con promedios diarios de $450 millones y una tasa de interés del 6% para el mes de agosto de 1995. En relación con la tasa de interés para los depósitos a plazo fijo pasó del 9% antes de la crisis hasta ubicarse en el 20% para los meses de enero y febrero de 1995, pero ya en agosto se mostraban por debajo del 10% en promedio. Las tasas activas para préstamos de primera línea (tasa prime) pasó del 10% en noviembre de 1994 hasta un pico del 26% en marzo de 1995. Luego comenzó a descender hasta un 12% en agosto de 1995. El monto de crédito pasó de $ 11.156 millones en noviembre de 1994 a $ 8.534 millones en marzo y se recuperó hasta llegar a los $8.868 millones en junio de 1995. Los depósitos recuperarían el nivel de Diciembre de 1994 recién en Diciembre de 1995 llegando otra vez a los $45.000 millones, pero la composición del sistema ya no sería la misma. En el año 1995 cerraron 34 bancos entre bajas y fusiones, principalmente bancos cooperativos y mayoristas, y 6 entidades no bancarias. Se destaca que sólo cerró un banco provincial pero se inició un proceso de privatización o cierre de alrededor de 15 bancos provinciales. También se produjeron cambios en las composiciones accionarias de algunos bancos comerciales privados a través de la incorporación de bancos o sociedades del exterior. Unos 8.000 millones de dólares, equivalentes a l 17% de los depósitos habían abandonado los bancos argentinos a partir de diciembre del 94. Los primeros en echarse a la fuga, habían sido los grandes inversionistas, y los pequeños ahorristas que ya en abril se sumaban incesantemente, en un momento de mayor peligro. Solo 129 de los 168 bancos quedaron en pié. En relación al perfil crediticio del sistema bancario, los préstamos hacia el sector privado tuvieron un crecimiento muy lento durante el año 1995. El otorgamiento del crédito, más en países como Argentina en el que el mercado accionario no esta fuertemente desarrollado, depende de la capacidad para prestar del sistema financiero, la cual estará dada por los depósitos que posea, mas el capital propio menos el efectivo necesario para cumplir con sus obligaciones y mantener su capacidad operativa. Otra cuestión subyacente en todo esto es que la reducción del crédito se vio afectada por su expansión hacia el sector público duplicándose en su cuantía para 1995. Esta situación, generó un aumento del riesgo país que consecuentemente incrementó la tasa de interés y con ello el problema para los inversores que veían aumentar los retornos sobre sus inversiones, volviéndolas mas riesgosas. Por último, el tema de la restricción de los créditos por parte de las entidades bancarias, tenía que ver con una política tendiente al resguardo por parte de las mismas de su liquidez, ya que luego de una crisis es muy difícil asegurar la estabilidad. (Obsérvese los cuadros siguientes). Depósitos por Grupos de entidades (en millones) Entidades Variación Nov 95/Dic 94 Depósitos Depósitos Total de Total de Cantidad en $ en U$S depósitos depósitos Noviembre - 1995 Dic - 94 Abs % Oficiales 32 9.698,3 8.454,0 18.156,3 18.122,7 33,6 0,2 Nacionales 58 6.175,3 9.177,9 15.353,2 15.811,6 -458,3 - Extranjeras 31 3.283,8 6.372,9 9.611,7 7.860,1 1.751,6 22,3 Cooperativas 11 1.004,1 1.335,0 2.339,1 4.824,3 - - Total Sist. 20.116,5 25.343,8 45.460,3 46.618,7 - - 132 Préstamos por Grupos de entidades (en millones) Entidades Cantidad Depósitos en $ Depósitos en U$S Total de depósitos Noviembre - 1995 Total de depósitos Variación Nov 95/Dic 94 Dic - 94 Abs % Oficiales 32 11.078,7 12.438,0 23.516,7 22.815,1 701,6 3,1% Nacionale 58 4.960,8 12.800,5 17.761,3 12.802,0 -1040,7 - Extranjer 31 2.656,5 7.541,2 10.197,7 9.055,8 1.141,9 12,6 Cooperati 11 882,9 1.670,6 2.553,5 4.736,3 - - Total Sist. 132 19.578,9 34.450,3 54.029,2 54.409,2 - - A partir de entonces, el sistema financiero argentino debió reestructurar sus políticas. De esta manera se observa como las crisis ponen a prueba a los responsables de tales entidades, sus habilidades para asistir de alguna u otra manera a las entidades en problemas y de esta manera evitar una crisis sistémica. Luego de la crisis los cambios fueron significativos. En un primer lugar, se fijaron altos encajes sobre depósitos de madurez inmediata o corta decreciendo los mismos a medida que aumentaba el plazo residual de las obligaciones. La contratación de una reserva adicional de carácter contingente por un monto total de U$S 6.500 millones. Antes de la crisis el otorgamiento de los redescuentos por parte del B.C.R.A. estaba limitado hasta el patrimonio neto de la entidad a asistir con un plazo máximo de 60 días; mientras que luego del Tequila se permitiría un exceso en el máximo por entidad cuando circunstancias generales y extraordinarias hicieran aconsejable dotar de liquidez al sistema financiero y por decisión de la mayoría absoluta del directorio del Banco Central. Otra cuestión importante es el tema de los seguros a los depósitos. Hasta antes de la crisis, no existían, mientras que luego se estableció un seguro limitado (hasta 20.000 $ por individuo), oneroso (porcentaje sobre los pasivos de las entidades) y obligatorios. La introducción de un seguro de depósito privado (SEDESA) que ofrecía cobertura parcial, fue otro de los instrumentos que ayudó a atemperar el miedo de los pequeños depositantes a fugar del sistema o a cambiar la entidad lo que antes producía grandes problemas en los bancos mas chicos con la probable expansión hacia otra entidades. Por último, también se comienza a utilizar para favorecer las absorciones y fusiones de una manera menos traumática, la Ley de Entidades Financieras, que en su capítulo IV, Art. 35 bis inc. II, autoriza la exclusión de activos y pasivos y su transferencia a otras entidades. Además las autoridades del Banco Central, desde 1995, incorporaron en las regulaciones otras normas tendientes a mejorar la solvencia de las entidades financieras. Así los bancos serian calificados de 1 a 5 bajo el sistema CAMEL (ponderando en la calificación su grado de capitalización, la calidad de sus activos, la idoneidad y honestidad del management, su capacidad de generar resultados y el grado de liquidez) y se refuerza el sistema de información y control del sistema bancario (concepto BASIC) introduciendo en el sistema de control a las auditorias externas y a las calificadoras de riesgo. La crisis ayudó a crear nuevos mecanismos para proveer al sistema asistencia en crisis de liquidez e incentivar a los bancos a tomar sus propias precauciones sobre todo en la banca extranjera donde la casa matriz podría actuar como un prestamista de última instancia. Recordemos que en Argentina estaba vigente el régimen de convertibilidad, el cual restringe la capacidad del Banco Central de actuar como prestamista de última instancia. Aunque parece obvio mencionarlo la crisis favoreció a una depuración del sistema donde quedarían las entidades más fuertes, mejorando la solvencia del mismo. El establecimiento de fondos fiduciarios para la privatización de los bancos provinciales y la reestructuración de los privados favorecieron este proceso de concentración. Pero en el ámbito económico, el impacto del Tequila fue generalmente mayor que en el circuito financiero, ya que las entidades financieras desaparecidas solo reunían en conjunto cinco por ciento de los depósitos del sistema. Los diez principales bancos registraban casi el 90 por ciento del total de las captaciones. La recesión económica causada por la crisis mexicana se tradujo en la depreciación de 30.000 comercios y 70.000 cuentas corrientes fueron cerradas por insolvencia. Para mayo del 95, el gobierno argentino había detectado un desempleo del 18,6 por ciento, la tasa mayor observada desde la década de 1940. Esta tasa se redujo para octubre al 16 por ciento, a causa de la deserción de la población económicamente activa; y a que mucha gente renunciaba a buscar ocupación y ese hecho disminuía relativamente el desempleo declarado. Pero pese a esto la alta desocupación, según entendidos, no se debía principalmente a la crisis del tequila, sino a las reestructuraciones practicadas por el gobierno del presidente Carlos Saúl Menem hasta ese momento. El proceso de privatizaciones de activos públicos, apoyado por la banca, redujo considerablemente el empleo en las antiguas empresas del Estado, como había sido el caso de la petrolera YPF, que tenía más de 50.000 trabajadores y que para finalizado el año 1995, ya en manos privadas, solo contaba con 5.000. Pero esta recesión, acabó al menos transitoriamente con el déficit comercial argentino. Para finalizado el 95 y entrando en el año 1996, el comercio exterior arrojaba un saldo de 2.000 millones de dólares según proyecciones basadas en los informes oficiales. Este aguardado superávit, era otro producto del ajuste que la crisis había determinado en la economía. En 1994 se había registrado un déficit de 5.000 millones de dólares y ya para comienzos del 96 finalizaría con un movimiento pendular de 7.000 millones. “Las importaciones se reducían en 2.000 millones de dólares debido a la retracción del consumo, y las exportaciones aumentaban 5.000 millones a causa de la mayor disponibilidad de excedentes ya que el consumo se había debilitado un 5 por ciento a causa de la reducción de los salarios que en la mayoría de las empresas había alcanzado ese mismo porcentaje”.25 De esta forma, ya pasado un año de acaecida la crisis del tequila, cuyo costo había superado los 30.000 millones de dólares al sumarse la pérdida del crecimiento proyectado a la caída del producto bruto interno (PBI), la Argentina se declaraba libre del Efecto Tequila. “La incertidumbre había desaparecido por completo y el sistema se estaba recuperando”26. Pero aunque México no había abandonado aun la zona de peligro, de repetiré una nueva crisis, el nuevo impacto sobre la Argentina sería de baja densidad ya que el país había podido superar la primera prueba. 25 Declaraciones del presidente del Consejo Empresario Argentino a la revista TERCER MUNDO – Red del Tercer Mundo – Third World Network.- Secretaria para América Latina: Jackson 1136, Montevideo 11200, Uruguay - Actualidades y Finanzas - Nº 79, enero y primera quincena de febrero de 1996 26 Declaraciones del presidente del Banco Central Roque Fernández a la revista TERCER MUNDO –,… Ob. Cit. Nº 79, enero y primera quincena de febrero de 1996 CONCLUSIÓN Con el gobierno de Isabel Perón y el golpe de Estado de 1976, quedó frustrado el modelo primario agroexportador que buscaba marcarse camino hacia una economía industrializada. Inmerso en un contexto de globalización, a partir de aquel momento, el comportamiento de la economía argentina estuvo fuertemente determinado no solo por las políticas internas, sino también por los hechos que acaecían en el marco internacional y las tendencias dadas a partir de 1970 que arrastraron al país por un camino crítico poco deseable. Durante la década de los 90` las reglas de juego se fundamentaron en la apertura del mercado interno, la sobrevaluación del tipo de cambio, la desregulación de los mercados y de la actividad financiera, las privatizaciones, y los incentivos al endeudamiento público y privado de los mercados financieros entre otras medidas adoptadas. Sus consecuencias para el desarrollo y los equilibrios macroeconómicos del país fueron fatales. Para finales de la década, Argentina era el país más extranjerizado, a demás de ser el más endeudado del mundo. De esta manera la participación económica latinoamericana en el mundo declinaba tristemente. México, foco también de endeudamiento externo, no era la excepción a este fenómeno crítico que se venía observando. Ya desde 1982, había manifestado su debilidad al entrar en default por la imposibilidad del pago de su deuda externa y dicha situación había dado un sacudón a las economías periféricas generando el estallido de la deuda latinoamericana. Si bien durante los siguientes años se vislumbraban una leve mejoría…la crisis volvió a estallar en la economía mexicana y causó estragos nuevamente. Durante fines de 1994, más precisamente en el mes de diciembre, una nueva crisis financiera en México, llamada “Crisis del Tequila” agravada por la situación económica interna del país y su gran déficit fiscal se manifiesta produciendo una burbuja especulativa que se extendía nuevamente a los países de América Latina y entre ellos Argentina como blanco principal. Para entonces nuestro país veía crecer su endeudamiento. Mantener el sistema bancario en funcionamiento, junto al apoyo de los organismos multilaterales de crédito contribuyeron a disipar las dudas sobre la fortaleza del régimen de convertibilidad, que venía constituyéndose en piedra angular de la estabilidad y crecimiento económico desde principio de la década de los 90`. De esta manera, los inversionistas vieron en Argentina un país similar a México, situación que generó la pérdida de la confianza en el sistema, generando una enorme fuga de capitales con la consecuente recesión y depresión de la economía argentina y la crisis sistémica del sistema financiero. El tequila impactó en sobremanera sobre la economía argentina y no sobre otras economías latinoamericanas, como Chile y el Brasil por un elemento clave: la Argentina y México, en aquel momento, tenían políticas muy similares La situación condujo a tomar medidas que desembocaron en cambios estructurales muy importantes que ya habido producido el desastre, lograron atemperar el trance. Esto muestra, que en una severa crisis financiera, las normas prudenciales de supervisión y regulación (poniendo énfasis en la liquidez) y una rápida e idónea reacción de las autoridades del Banco Central fueron capaces de mantener la estabilidad del sistema. La confianza es la variable fundamental sobre la que descansa el crecimiento y la sustentabilidad del sistema bancario. Todos los esfuerzos deben estar dirigidos a mantenerla y la mejor forma de hacerlo es enviar señales de un sistema financiero solvente y en un primer momento, la Argentina no lo hizo. De esta manera, la solvencia no dependerá solamente de la buena acción de las entidades financieras sino también de las políticas macroeconómicas que lleven a cabo los gobernantes. Si la base de la economía hubiese estado sólida junto a un estricto marco regulatorio sobre las entidades financieras, cualquier cambio en las expectativas, no hubiese causado importantes consecuencias y la crisis tendría que haber sido enfrentada con éxito. Pero para entonces, la economía argentina se encontraba muy debilitada, el déficit superaba lo común, el desempleo se hacia más que visible, y el financiamiento externo había sido interrumpido; de esta manera el Tequila encontró terreno fértil y causó desastres. APÉNDICE Medidas adicionales adoptadas por el Banco Central y el Gobierno Nacional 28/12/94 Comunicación “A” 2293 disminuye los encajes de los depósitos en dólares, fijándolos en 35% para vista y caja de ahorros y 1% para plazos fijos menores a 60 días en el periodo comprendido entre el 16/12 y 15/01 y en 30% y 1% respectivamente para el periodo entre 16/01/ y 31/01 12/01/95 Comunicación “A” 2298 dispone la dolarización de las cuentas corrientes de las instituciones en el B.CR.A. al valor de un peso por cada dólar. Reduce los encajes de los depósitos en pesos igualándolos a los de dólar. 17/01/95 Comunicación “A” 2300 extiende la autorización para afectar en garantía cartera de créditos y títulos valores respectos de las operaciones interfinancieras cuyo vencimiento no exceda el 30/06/95. 26/01/95 Comunicación “A” 2306 autoriza la transferencia de numerales entre entidades por excesos de integración. Aumenta el porcentaje de deficiencia de 1% al 10% sobre el cual se aplica la tasa de cargo atenuada (ahora 8%). 31/01/95 Comunicación “A” 2307 aumenta a partir del 1 de febrero a 32% el encaje de los depósitos a la vista y caja de ahorros tanto en pesos como en dólares. (antes 30%). Incrementa a 20% el porcentaje de deficiencia sobre el que se aplica la tasa de carga atenuada. 17/02/95 Comunicación “A” 2309 extiende la autorización para afectar en garantía cartera de créditos y títulos valores respectos de las operaciones interfinancieras cuyo vencimiento no exceda el 31/03/96. 27/02/95 Decreto 289/95 crea el Fondo Fiduciario para el desarrollo provincial para asistir a los bancos provinciales sujetos a privatización. 27/02/95 Decreto 290/95 modifica la Carta Orgánica del B.C.R.A. aumentándole las facultades para asistir a entidades con problemas transitorios de iliquidez flexibilizando la operatoria de redescuentos. 27/02/95 Decreto 289/95 modifica la Ley de Entidades Financieras, ahora el Banco Central podrá autorizar la reestructuración de entidades con problemas en defensa de los depositantes, previo a considerar la revocación para funcionar. 28/02/95 Comunicación “A” 2315 aumenta a partir del 1 de marzo a 33% el encaje de los depósitos a la vista y caja de ahorros y a 2% el correspondiente a los depósitos a plazo fijo menores a 60 días tanto en pesos como en dólares. 10/03/95 Comunicación “A” 2317 flexibilizó los encajes permitiendo computar el 50% de la caja como integración legal de efectivo mínimo. Además, a los bancos que hubieran adquirido créditos de entidades en problemas se le permite integrar un monto similar de dichos créditos como integración complementaria. Incrementa a 30% el porcentaje de deficiencia sobre el que se aplica la tasa de cargo atenuada. Deroga la autorización para transferirse numerales de excesos de integración. 17/03/95 Comunicación “A” 2320 extiende la autorización para afectar en garantía cartera de créditos y títulos valores respectos de las operaciones interfinancieras al financiamiento que las entidades obtengan de bancos del exterior calificados como investment grade. 28/03/95 Decreto 445/95 crea el Fondo Fiduciario de Capitalización Bancaria cuyo fin es asistir a las entidades con problemas de liquidez.. Con $ 2.000 millones conformado con bonos del Estado y U$S 500 millones provenientes del Banco Mundial, que tiene por finalidad colaborar con la fusión, adquisición o reestructuración de bancos privados en dificultades otorgando al nuevo banco dos tipos de préstamos, uno para reconstruir el capital a un plazo entre 5 y 8 años con un monto desde el 10% hasta el 25% (según se trate desde fusión, adquisición hasta reestructuración) de los activos ponderados a riesgo que forman parte de la ransacción y otro tipo de préstamo a 3 años para reembolsar redescuentos otorgados por el Banco Central. 30/03/95 Comunicación “A” 2324 prorroga para las posiciones del 15/04/95 y 30/04/95 las disposiciones dispuestas en la Comunicación “A” 2317 12/04/95 Ley 24.485 sanciona la ampliación de atribuciones del B.C.R.A. y las modificaciones de la Ley de Entidades Financieras que tienen origen en el decreto 290/95. Crea el Sistema de seguro de garantía de los depósitos bancarios que es de carácter obligatorio y oneroso para las entidades financieras y otorgará cobertura limitada a los depositantes.($ 20.000 por depositante, luego se incrementaría a $30.000) 27/04/95 Comunicación “A” 2331 prorroga para las posiciones del 15/05/95 y 31/05/95 las disposiciones dispuestas en la Comunicación “A” 2317 19/05/95 Comunicación “A” 2337 reglamenta el sistema de garantía de los depósitos fijando el aporte de cada entidad en relación al total de sus depósitos, las previsiones mínimas por riesgo de incobrabilidad que debe constituir, la relación entre activos de riesgo y activos totales que posee, el índice CAMEL que se le otorgue en el futuro y la relación entre la Responsabilidad Patrimonial Computable y la exigencia de capital mínimo que posee. 31/05/95 Comunicación “A” 2338 prorroga para las posiciones del 15/06/95 y 30/06/95 las disposiciones dispuestas en la Comunicación “A” 2317 en materia de integración de efectivo mínimo a excepción de lo referente a la integración con disponibilidades que disminuye de 50% a 40% salvo aquellas casas ubicadas a mas de 100km del Banco Central o del tesoro regional más cercano. Además disminuye del 30% al 25% el porcentaje de deficiencia sobre el que se aplica la tasa de cargo atenuada. 06/07/95 Comunicación “A” 2346 prorroga para las posiciones del 15/07/95 y 31/07/95 las disposiciones dispuestas en la Comunicación “A” 2338. Además disminuye del 25% al 20% el porcentaje de deficiencia sobre el que se aplica la tasa de cargo atenuada. 06/07/95 Comunicación “A” 2350 establece nuevos requisitos mínimos de liquidez adicionales a los encajes existentes. Los nuevos requerimientos se aplican sobre el promedio mensual de saldos diarios de los depósitos incluso los de títulos privados y públicos, pases pasivos, aceptaciones, cauciones, obligaciones negociables, obligaciones a la vista y a plazo con bancos y corresponsales del exterior. A su vez, estos requisitos deben constituirse teniendo en cuenta el plazo residual de las obligaciones, o sea, la cantidad de días que restan hasta su vencimiento. Las tasas de exigencia se establecieron decrecientes según los plazos (a menor plazo remanente mayor tasa). La integración se puede realizar con pases pasivos con el B.C.R.A. o con bonos de gobiernos centrales de países pertenecientes a la O.C.D.E. Las deficiencias de integración están sujetas a una tasa de cargo del 30% anual. Acompañando esta nueva normativa, se disminuyó en 3 puntos la exigencia de encaje en depósitos a la vista y caja de ahorro y en 2 puntos para los depósitos a plazo fijo menores a 59 días. Además disminuyó de 20% a 15% el porcentaje de deficiencia sobre el que se aplica la tasa de cargo atenuada. Por último se disminuye la posibilidad de utilizar la caja como integración al 30% para las posiciones que cierran en agosto, a 20% para el mes de setiembre, 10% para el mes de octubre y 0% para noviembre. Esta norma no se aplica para las casas ubicadas a más de 100km del Banco Central o el tesoro regional más cercano las cuales pueden seguir computando el 50% de sus disponibilidades para la integración de efectivo mínimo. 20/07/95 Comunicación “A” 2351 deroga a partir del 21/07/95 la posibilidad para los bancos que hubieran adquirido créditos de entidades con problemas de integrar como integración complementaria un monto similar a dichos créditos. 01/08/95 Comunicación “A” 2353 modifica algunos aspectos de la exigencia de requisitos mínimos de liquidez agregando como pasivo sujeto los saldos sin utilizar de adelantos en cuenta corrientes formalizados y excluye las obligaciones con bancos del exterior relacionadas con el comercio exterior. Además establece que a partir de las posiciones cuyo cierre opere el 15/09/95 el saldo diario de integración no podrá ser menor al 50% del requisito. Por último suprime las consideraciones acerca del cobro atenuado, disminuye a 1% el porcentaje de deficiencia e incrementa las tasa de cargo de 8% a 30% para el primer tramo y de 18% a 48% para el siguiente. 03/08/95 Comunicación “A” 2346 dispone la posibilidad por parte del Banco Central de transferir redescuentos y adelantos a entidades financieras que adquieran cartera crediticia que se encuentre garantizando asistencia otorgada a instituciones con problemas. Los términos de este financiamiento son de un plazo hasta 140 meses, tasa promedio para los depósitos en caja de ahorro común y una garantía de títulos públicos nacionales. 30/08/95 Comunicación “A” 2359 establece la posibilidad de integrar los requisitos de liquidez con Letras de Liquidez Bancaria y con títulos valores del país públicos o privados siempre que la entidad local cuente con el derecho de ejercer una opción de venta a un banco del exterior calificado con “A” 11/09/95 Comunicación “A” 2368 establece que las entidades financieras que mantengan deudas con el Banco Central por asistencia por iliquidez al 08/09/95 deberán aplicar a su amortización mensual el mayor de los siguientes importes: a) 45% del incremento total de depósitos observado en el mes anterior al vencimiento de la cuota de la deuda, b) 3% del saldo de deuda al 08/09/95, c) el cobro de los documentos de cartera afectados a la garantía de crédito registrado el mes anterior al vencimiento de la cuota. 21/09/95 Comunicación “A” 2369 fija límites al otorgamiento de créditos a un cliente. A partir de octubre de 1995 todas las financiaciones, excepto los call, que superen el 2,5% de la RPC de la entidad financiera deberán contar con la opinión de las más altas autoridades de la entidad y aprobación del Directorio. 26/09/95 Comunicación “A” 2374 establece que a partir de abril de 1996 el Banco Central comenzará a monitorear la posición de liquidez (desfasaje entre los vencimientos de las posiciones activas y pasivas). 09/10/95 Comunicación “A” 2378 permite integrar los requisitos de liquidez y exigencias de efectivo mínimo con el efectivo que posean hasta un 20% para las posiciones que cierran hasta el 31/01/96 y hasta un 10% para las posiciones del mes de febrero de 1996. Se admite como integración hasta un 40% del saldo acreedor de la cámara compensadora del Banco de la Nación Argentina. 09/10/95 Comunicación “A” 2380 establece que a partir del 01/11/95 el Banco Central concertará automáticamente pases pasivos a un día por el saldo registrado en las cuentas corrientes de las entidades en el Banco Central (overnight). Bajas y Fusiones en el sistema finaciero BIBLIOGRAFÍA MONIZ BANDEIRA, Luis Alberto.- Argentina, Brasil y Estados Unidos, de la Triple Alianza al MERCOSUR.- (Tiempos de Cambio).- Buenos Aires, Argentina.- Grupo Editorial Norma.- Marzo de 2004. Págs. 421- 497. ROFMAN, Alejandro B., ARONSKIND, Ricardo C., KULFAS, Matías S., WAINER, Valeria S. ECONOMÍA: Las ideas y los grandes procesos económicos en el tiempo. La Economía argentina contemporánea.- Editorial Santillana S.A.- Buenos Aires, Argentina.- Cuarta edición, Noviembre de 2005. Págs. 103-201. 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