Un vacío legal permitió el descontrol

Anuncio
38
EL MUNDO. JUEVES 29 DE MAYO DE 2014
MADRID
Un vacío legal permitió el descontrol
G Una normativa regional incompleta regula los cadáveres de la Complutense
G Para UPyD, la Comunidad de Madrid tenía una clara responsabilidad de inspeccionar
QUICO ALSEDO / PABLO HERRAIZ
¿Y quién tenía que supervisar? El
caso de los cadáveres acumulados
en la facultad de Medicina, además
de la polémica generada, deja varias preguntas en el aire. Una de
ellas es la referente a la legislación
y a las competencias para inspeccionar ese lugar. Hace 15 días, antes de publicarse la noticia sobre
el sótano de los horrores en este
periódico, se preguntó a la Comunidad de Madrid sobre las competencias. Para ellos era claro: no
las tienen, todo depende de la
universidad.
El grupo parlamentario de UPyD
en la Asamblea de Madrid también
lo tiene claro... Pero al revés:
«UPyD piensa que la Consejería de
Sanidad tiene una responsabilidad
que no debe intentar eludir en lo
ocurrido con los cadáveres de la facultad de Medicina de la Universidad Complutense», explica Enrique Normand, portavoz en la Comisión de Sanidad de la Asamblea.
«Consideramos que el problema
es que la falta de inspectores dedicados a Sanidad Mortuoria ha llevado a una falta de supervisión durante años, lo que ha provocado un
trato inadecuado a los restos humanos de personas que donaron
sus cuerpos de forma altruista para que se dedicasen a la enseñanza
y la investigación científica», añade Normand.
Lo que sí está claro, ciertamente,
es que la legislación no es muy específica y está incompleta. El reglamento de Sanidad Mortuoria, que
es del año 97, regula lo que hay
que hacer con los cadáveres dentro
de la Comunidad de Madrid.
En sus primeros artículos, el reglamento dice que su objeto será
ordenar lo que se puede hacer con
los cadáveres y las instalaciones
destinadas a estos. Yendo un poco
más allá, en su artículo 4 el reglamento dice que el destino final de
todo cadáver será «el enterramiento, la incineración o la utilización
para fines científicos o de enseñanza». Es decir, este reglamento regional incluye los cadáveres donados a la ciencia, como los del escándalo del departamento de
Anatomía II, entre los que la Comunidad de Madrid regula.
Por continuar con lo que dice la
normativa hay que hacer referencia a los traslados. Según el reglamento, cualquier cadáver debe ser
trasladado por «empresas funerarias autorizadas». Fuentes de la facultad dijeron que los traslados a la
Complutense los hacía una empresa privada de ambulancias, así que
de ser así se habría incumplido la
ley. Además, está el asunto de los
cubos con restos humanos precintados por la Guardia Civil en Ar-
Pero lo más curioso es que los
mismos motivos que convencen a
UPyD de que la Comunidad tenía
la potestad y la obligación de inspeccionar lo que se estaba haciendo con los cadáveres en la facultad,
son para la Comunidad los argumentos para no tener que hacerlo.
Para UPyD, la Comunidad tenía
una labor de inspección sanitaria
clara que no cumplió. Fuentes judiciales consultadas por este periódico también son de esta opinión.
La Consejería dice
que es la universidad
quien tiene que
controlar los cuerpos
La Comunidad
«habría ido a
inspeccionar» si se
lo hubieran pedido
Arriba, el horno
crematorio de
Anatomía II,
clausurado por la
Inspección de
Trabajo. Al lado,
cadáveres
envueltos y
apilados en una
cámara frigorífica.
/ E. M. / Q. A. / P. H.
La Fiscalía investiga
Q. A. / P. H.
La semana pasada, el Seprona
de la Guardia Civil inmovilizó
y precintó 26 cubos de residuos en una nave de Arganda
porque al menos 14 de ellos
contenían restos humanos sacados de la Complutense. Además, dio cuenta al juzgado de
guardia de Arganda del Rey de
lo ocurrido y de un posible delito de falsedad documental,
porque se declaró que en los
cubos había residuos de carácter infeccioso cuando en realidad se trata de partes de cadáveres.
Tras recibir una denuncia de
la propia Complutense por este asunto, según fuentes del
mpreso por Francisco Rincón Durán. Prohibida su reproducción.
TSJM, la Fiscalía ahora está investigando el caso para dirimir
si hay delito o no. En caso afirmativo, remitiría un escrito a
los juzgados de Plaza de Castilla, porque el delito se habría
cometido en Madrid. Entonces, el juzgado de Arganda remitiría a Madrid la información que tenga.
Mientras tanto, se supone
que el juzgado de Arganda
tampoco puede hacer nada
más, por lo que es de esperar
que hasta que haya noticias de
la Fiscalía los cubos sigan precintados en la nave de gestión
de residuos de Arganda. Si no
llegan a inmovilizarse, se habrían incinerado ya.
ganda del Rey, que
trasladó FCC la semana pasada como si
fueran residuos infecciosos, igual, por
ejemplo, que los de
los hospitales.
La norma también
dice que las incineraciones «se realizarán
siempre en crematorios debidamente autorizados», pero la Inspección de Trabajo clausuró el horno crematorio de la facultad (en la
foto superior) por no cumplir las
condiciones adecuadas para operar
con él, además de que Anatomía II
no le proporcionó documentación
que demostrase que el horno estaba autorizado.
Y por terminar con los legalismos, el reglamento de Sanidad
Mortuoria dice que será competencia de la Consejería de Sanidad (o
sea, de la Comunidad de Madrid)
«la inspección sanitaria de empresas, establecimientos y servicios funerarios».
El resto del reglamento, fuera de
lo mencionado al principio, no
vuelve a hacer referencia a los cadáveres donados para fines científicos o de enseñanza.
El director general de Ordenación e Inspección de la Comunidad, Manuel Molina, en cambio,
está convencido de no tener competencias para esto: «Nuestra labor
inspectora llega hasta que se destina un fin último al cadáver, es decir, el entierro, la incineración o la
donación a la ciencia. Una vez decidido su fin, hay otras autoridades
competentes». En este caso, la universidad, según él.
Pero ¿en los traslados tampoco
tenían que inspeccionar? Molina
explica que no, «porque una vez
que se dona el cadáver es la universidad la que se encarga de todo,
incluido el traslado, y ellos son los
que deben tener un protocolo para
el tratamiento de los cadáveres».
Molina, sin embargo, sí dice que
«la Comunidad habría ido a inspeccionar si llega a recibir un requerimiento de la universidad, en caso
de que hubiera un posible riesgo
para la salud pública, pero sólo para prestar apoyo técnico».
El Ayuntamiento de Madrid, por
su parte, tiene potestad para inspeccionar los tanatorios de la ciudad, por ejemplo, pero no el Instituto Anatómico Forense, donde
también hay cadáveres, porque lo
gestiona la Comunidad, y en este
caso el Gobierno regional sí tiene
competencias para inspeccionar.
Enrique Normand concluye que
su partido «pide a la Consejería de
Sanidad que a través de la Dirección General de Ordenación e Inspección investigue lo ocurrido y
aplique las sanciones oportunas que
contempla la normativa vigente».
Descargar