Caracalla redujo el impuesto a una décima parte, pero Macrino, su

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PERSONAS NATURALES Y PERSONAS JURÍDICAS
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Caracalla redujo el impuesto a una décima parte, pero Macrino, su sucesor, lo
volvió a su tarifa primitiva.
Después de Caracalla no hubo sino ciudadanos en el Imperio Romano, con
excepción de los sentenciados, a quienes se privaba del derecho de ciudadanía,
de los latinos o dediticios, que desaparecieron bajo Justiniano y, en fin, los pueblos
nuevos que se agregaban al imperio por la conquista.
Pero ante la unidad que Caracalla implantó, en principio, hubo muchas clases de
no ciudadanos.
1.11. LOS NO CIUDADANOS
a) Los peregrinos.
Esta palabra no existía al principio del Derecho Romano; en tiempos de paz a
todos los extranjeros se les llamaba hostes, pero pronto la palabra hostes
designaba al enemigo, y para indicar al pueblo aliado o sometido a Roma, se
creó la palabra Peregrinus. El peregrino era, pues, aquel que se vinculaba a
Roma como súbdito (provincialis) o como aliado independiente (socius), y que
no había recibido el título de ciudadano romano.
En sus relaciones con los ciudadanos romanos, gozaba del derecho de gentes, y
en el seno de la ciudadanía a la cual pertenecía, disfrutaba de su derecho nacional.
Sin embargo, los peregrinos sin ciudadanía, es decir, los que llegaban a este
estado por consecuencia de una sentencia, o los peregrinos dediticios que se
rendían a discreción, y los manumitidos asimilados a estos últimos, no podían
invocar sino las reglas generales del Derecho de Gentes.
b) Los bárbaros.
Este nombre se daba a los pueblos con los cuales Roma no tenía ninguna relación
pacífica, y estaban, por lo mismo, fuera del Derecho de Gentes, en la condición
completa y perpetua del Estado de Guerra. Pero estos principios rigurosos se suavizaron
en la época clásica; los bárbaros muchas veces vinieron a ser auxiliados de las milicias
romanas y, a título de colonos, se establecieron en ciertas comarcas del Imperio.
c) Los latinos: Jus latii o latinitas.
Los latinos ocupaban un puesto intermedio entre los romanos y los peregrinos,
y, además, era preciso distinguir los latini veteres de los latini coloniarii, a los
cuales se asimilaron más tarde los latinos junianos.
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