CONOZCAMOS ¿QUÉ ES LA MEDIACIÓN? El siguiente ensayo pretende ser un acercamiento a la institución de la mediación familiar que se encuentra estipulada en la ley 19.968 de Tribunales de Familia. Además interesa presentar el punto de vista de tres disciplinas de las ciencias sociales: dos de las cuales tienen participación directa en el proceso de mediación familiar el trabajo social y la psicología, y la tercera corresponde a la sociología, que aporta su particular análisis de la institución familiar contemporánea. Pero ¿Qué se entiende por mediación familiar? Una primera aproximación al concepto lo sitúa como una instancia prejudicial de encuentro entre dos partes en conflicto con el objeto de negociar acuerdos consensuados y sustentables en el tiempo, con carácter vinculante ante la ley. En la actualidad la mediación familiar se realiza de manera profesional y seria, a través de los mediadores, que se encuentran dentro de un estatuto legal y que los sitúa como una alternativa viable al proceso judicial, que permite a muchas familias evitar situaciones de tensión y conflictos propias de todo juicio, en que el énfasis esta en obtener el máximo de beneficios en perjuicio de la otra parte. Además, permite a las partes ser soberanos de sus propias decisiones en un proceso civilizado de negociación cuyo objetivo es un equilibrio óptimo en resguardo de derechos y bienes de las partes, pero fundamentalmente, del respeto personal y sobre todo el de los hijos. Ahora bien, la clave de la mediación es que se basa en una decisión libre que adoptan las partes en conflicto, sin presiones de ninguna especie y sin que pueda haber forma de obligar a su realización. Del mismo modo durante el proceso de mediación, si alguna de las partes desea ponerle fin, puede hacerlo. Así mismo, los acuerdos a que lleguen deben ser informados a la instancia judicial que corresponda, para que su ejecución y efectividad se concreten. Por tratarse de una alternativa extrajudicial de resolución de conflictos, la mediación ha sido abordada por profesionales del trabajo social por la convivencia entre las personas y por profesionales de la psicología orientados a canalizar los conflictos y las emociones de las personas. El fundamento basal del trabajo social hacia la mediación está dado por potenciar en las personas su propia capacidad de resolver los problemas inherentes de la vida en sociedad, evitando llegar a la resolución judicial, la cual, si bien responde a la convención institucional aceptada por la sociedad para zanjar diferencias como sustento del estado de derecho, en algunos casos, especialmente en lo que concierne a conflictos al interior de la familia − instancia en que están involucrados afectos y sentimientos − suele ser una etapa profundamente traumática en que un tercero, el juez, impone, determina y sanciona. La psicología por su parte, aborda un nivel de asistencia al conflicto, que dice relación − entre otras cosas− con la interacción entre las partes y la comunicación como dispositivo fundamental de la negociación, ya que tanto el conflicto mismo como la negociación y la mediación son problemas comunicacionales. La perspectiva de parte de un psicólogo mediador debe apuntar hacia la planificación de estrategias de intervención, que potencian la actitud proactiva de las personas en conflicto familiar asumiendo su propio liderazgo en la búsqueda de acuerdos, pero atendiendo a la eliminación de la crisis y la perdida como factor patógeno y a la instalación como objetivo final, de la reorganización de la nueva estructura familiar en la post− separación, insistiendo en la participación de todos los involucrados particularmente los hijos. Esto tiene directa relación con la necesaria identificación de roles que no deben confundirse: lo familiar, lo conyugal y lo parental. Aunque la pareja decida poner fin a su convivencia matrimonial, la familia debe seguir funcionando. 1 La sociología por su parte nos aporta un particular análisis sobre la mediación familiar. Esta perspectiva nos dice que la mediación corresponde a una tendencia de la resolución de los conflictos − desformalización del derecho según algunos−, que está íntimamente ligada a las transformaciones de la institución familia, en las últimas décadas, ya que los cambios a nivel macro social han dejado atrás al prototipo de familia tradicional, dando lugar a la familia contemporánea que esta siendo actualmente cuestionada dado al deseo moderno de ser: uno, distinto, un único, no confundible ni asimilable a papeles históricamente definidos, ni a roles aprendidos, ya que cada miembro busca desarrollar su autonomía individual, con perjuicio de que esto aporta una dosis de inestabilidad a la institución del matrimonio, la cual ya no se aprecia formalmente como para toda la vida sino que ahora el matrimonio, es posible si las expectativas de felicidad y desarrollo personal existen. La revisión de las miradas del trabajo social, la psicología y la sociología hacia la mediación permite advertir los aportes de cada disciplina y, a la vez, las áreas comunes en la aproximación a los episodios de manejo de conflictos intrafamiliares. En primer ligar, el TS (trabajo social) tiene como un elemento, consustancial a su esencia el manejo de herramientas de negociación y arbitrio entre partes en conflictos, como el caso particular de la mediación familiar. La psicología por su parte aporta una red conceptual y teórica, que permite analizar las interacciones humanas y sus componentes − armonía y conflicto− como necesarios en toda convivencia social, más aún al interior de la familia. La sociología observa la familia desde una macro óptica que le permite identificar las tendencias de esta institución cultural en la dinámica de los cambios experimentados por la sociedad en las últimas décadas. Las transformaciones de los roles tradicionales al interior de la familia, desde la determinación histórica hacia la autonomía y autorrealización, así como las modificaciones de las familias a la luz de la nueva sociedad competitiva e individualista, permite particularizar la relativización del vínculo conyugal, no así el vinculo familiar, el cual se aprecia y valora. En consecuencia, la mediación, entendida como una institución prejudicial, constituye una necesidad por que permite, desde una mirada que integra distintas disciplinas, resolver algunos aspectos involucrados en los conflictos familiares que culminan en separación, de una mirada civilizada y respetuosa de los derechos y dignidad de los miembros de la familia. 2