Instituto de Educación Superior Tecnológico Privado El Buen Pastor Dpto. de Bienestar Estudiantil Saber Esperar…indicador de Madurez Emocional Estar preparado es importante, saber esperar lo es aún más, pero aprovechar el momento adecuado es la clave de la vida Saber Esperar…indicador de Madurez Emocional En este boletín queremos abordar un tema que nos parece vital para nuestro desarrollo personal; a muchos jóvenes de hoy, al parecer, les caracteriza el “querer que todo suceda ya”, que los “logros se den inmediatamente”, que sus necesidades, incluso las afectivas “se satisfagan YA!!!” y lo que logran muchas veces es fracaso y/o frustración, y para colmo la “tolerancia a la frustración es CERO”. La frase: “¡Cuánto más rápido mejor!” resume en pocas palabras esta situación. Las personas desean que las cosas ocurran ¡¡ya!!, y proliferan restaurantes de comida rápida o cursos que ofrecen aprendizajes en el menor tiempo posible. “No puedo esperar más, estoy apurado…”, “Rápido, acelera, que no tengo tiempo…” Son frases que muestran esta predilección por lo rápido e inmediato. En este contexto, el proceso de la vida como característica humana: • ¿Qué importancia tiene? • ¿Cómo entenderla? • ¿cómo conjugar ese ritmo acelerado, casi frenético, con el proceso vital de todo ser humano? • ¿Acaso hemos dejado o perdido la capacidad de observar este proceso? La naturaleza sabe esperar: Contrariamente, si tú observas la naturaleza te percatarás que ella respeta los procesos y sabe esperar los resultados; una vez iniciado el proceso, con los cuidados necesarios, obtiene lo que se espera: • Nadie nace 3 o 4 días después de haber sido concebido • Nadie cosecha al día siguiente de haber sembrado. • Ningún niño puede correr a los dos meses de haber nacido • El día tiene su propio ciclo en el que trascurre el tiempo y se cumple inexorablemente Saber esperar o respetar el proceso de la vida no significa quedarse con los brazos cruzados observando la vida pasar; tampoco es resignarse sintiendo que has sido derrotado. Más bien implica dar todo de ti, hacer todo el esfuerzo para llegar al resultado deseado pero sabiendo que éste no llega sino después de un determinado proceso que se da en el tiempo. Saber esperar en tu vida: ¿Cuántas veces has querido lograr algo y sin embargo, verte en la necesidad de esperar a conseguir lo que deseas? Carmen a los 18 años deseaba convertirse en una gran administradora de un gran negocio propio. Juan a los 20 quería ser ejecutivo de una gran empresa transnacional No cabe duda que para triunfar necesitas una gran dosis de iniciativa y esfuerzo personal, pero tal como lo muestra la naturaleza, también hay necesidad de saber esperar que el propio proceso vital vaya brindando las posibilidades de desarrollo y aprovecharlas al máximo para poder conseguir los mejores resultados. Puede que algunas cosas quieras cambiarlas en ti, y a veces, te sientes desilusionado porque todo el esfuerzo desplegado no es aparentemente útil. Pero en tu vida puedes respetar los procesos. Y al mismo tiempo, esforzarte por conseguir el resultado Final. Recuerda que los resultados deseados son el efecto o producto final, al terminar todo el proceso, y este no se ve sino después de un determinado tiempo. Saber esperar en los estudios: Estudiar en el colegio, en el Instituto o en la universidad son acciones cuyo fruto final se evidencia a mediano o largo plazo. Sabe esperar en los estudios significa aceptar el proceso que implica: estudiar de semestre en semestre, año tras año, y progresivamente, pasar a cursos de mayor complejidad y especialización en la carrera. Significa disfrutar de todo el proceso hasta llegar al final y no quejarse de lo “inevitable” de las etapas previas. El proceso total requiere de toda una preparación que no se consigue en pocos días o semanas: • Nadie culmina la etapa escolar o una carrera profesional en un mes. • Una investigación tampoco se hace de la noche a la mañana o en un fin de semana. Hacerse profesional requiere de paciencia para llegar a dominar los conocimientos, desarrollar las habilidades necesarias y cultivar actitudes y valores necesarios para ejercer la especialidad. Erich Fromm, en su libro “El Arte de Amar” indica: quien haya tratado alguna vez de dominar un arte sabe que la paciencia es necesaria para lograr cualquier cosa. Si aspiramos a obtener resultados rápidos, nunca aprenderemos un arte. Para el hombre moderno es tan difícil practicar la paciencia como la disciplina y la concentración. Redescubriendo el Proceso de la Vida 1.- Desarrolla y Practica la paciencia: la paciencia no es un rasgo de carácter hereditario, con el que nacen algunos y otros no. Tú puedes desarrollar la paciencia y practicarla, si te esfuerzas conscientemente. 2.- Observa tu propio proceso de desarrollo: Observar tu vida en perspectiva, desde lo “alto”, te permite ver todo el panorama y no sólo un aspecto, de modo que te es posible evaluar tu vida sin apuro y sin desesperación. 3.- Asegúrate de haber comprendido antes de actuar: En la relación con los demás, la impaciencia se produce, generalmente, porque no logras comprender la posición de la otra persona. Hacer el esfuerzo de comprender verdaderamente al otro te abre la posibilidad de practicar la paciencia. 4.- Reconoce y acepta que la vida es un proceso: Mientras no asumas y aceptes que la vida es un proceso, difícilmente lograras ejercitar la paciencia. La necesidad de obtener resultados inmediatos provienes, muchas veces, de desconocer que en la vida existen procesos inevitables, que se tienen que respetar. 5.- Ser paciente con los errores y los fracasos: Tanto errores como fracasos son aspectos de la vida y puedes aprender de ellos para mejorar como persona. 6.- Mantener la calma y la serenidad: Los aparatos de sonido y video tienen un botón que resulta muy útil; el botón “Pausa”. Intenta presionar tu propio dispositivo de “pausa” cuando te sientas apurado o acelerado. Muchas veces, mantener la calma y la serenidad ayuda más que el apuro y la rapidez. 7.- Hacer las cosas a tiempo: la falta de paciencia sobreviene cuando no haces las cosas a su debido tiempo y entonces se te acumula todo para el último momento. Esfuérzate en avanzar poco a poco -progresivamente- antes que querer hacer todo en un minuto. 8.- Saber esperar es un rasgo de madurez: En la infancia, los niños no toleran postergaciones, de allí que las pataletas son una muestra de disconformidad. En la adolescencia y la adultez es posible proyectarse al futuro y plantearnos metas en las que se puede aceptar la espera. Cualquier inquietud o comentario sobre este artículo puedes hacérnoslo llegar escribiéndonos al E. Mail: cbontempo@bpastor.edu.pe