TESTIGOS DE LA PRESENCIA TRANSFIGURANTE DE DIOS MENSAJE DE LOS OBISPOS DE LA COMISIÓN EPISCOPAL PARA LA VIDA CONSAGRADA CON MOTIVO DEL XL ANIVERSARIO DE LA PUBLICACIÓN DEL DECRETO «PERFECTAE CARITATIS» Octubre de 2005 CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA C/ Añastro, 1. 28033 MADRID (España) http://www.conferenciaepiscopal.es conferenciaepiscopal@planalfa.es El 28 de octubre de 2005 se cumplen 40 años de la publicación del Decreto del Concilio Vaticano II PERFECTAE CARITATIS Sobre la adecuada renovación de la vida religiosa. Ésta es una ocasión privilegiada para, en comunión con la Iglesia universal, elevar una acción de gracias a la Santísima Trinidad por el don de la vida consagrada a la Iglesia, en la variedad de sus carismas y de sus instituciones, y para profundizar en el camino que ha cumplido la vida consagrada a lo largo de estas cuatro décadas, buscando signos y orientaciones que ayuden a todas las personas consagradas a ser –como exhorta Benedicto XVI- «testigos de la presencia transfigurante de Dios». El Simposio “Balance y perspectivas de la vida consagrada” Con este motivo, se ha celebrado en Roma, los días 26 y 27 de septiembre de 2005, el Simposio «Cuadragésimo aniversario del Decreto Perfectae Caritatis. Balance y perspectivas de la vida consagrada», organizado por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, que ha reunido a obispos responsables de la vida consagrada en las diversas Conferencias Episcopales, presidentes de Conferencias de Religiosos y de Institutos Seculares, así como superiores de Órdenes Monásticas, Institutos de Vida Consagrada y expertos procedentes de todo el mundo. El programa realizado en dos intensas jornadas de trabajo ha permitido reflexionar sobre el significado del Perfectae Caritatis en el contexto de la eclesiología del Vaticano II y examinar el camino de la vida consagrada desde entonces; se ha detenido en el análisis de la situación actual de la vida consagrada, “realizaciones, desafíos, perspectivas”, vista desde la óptica propia de cada forma de vida consagrada (institutos religiosos, sociedades de vida apostólica, institutos seculares, nuevas formas de vida consagrada y de monacato) así como desde la perspectiva geográfica. Junto a la reflexión, hemos podido gozar de espacios de convivencia y celebración litúrgica, coronados por la celebración eucarística en el altar de la cátedra de la Basílica de San Pedro. Todo ello ha contribuido a dibujar el perfil que presenta actualmente la vida consagrada en la continua aspiración de volver a las fuentes evangélicas y al espíritu de los fundadores, con exquisita fidelidad al Magisterio de la Iglesia y a la misión que nuestro momento histórico está reclamándonos. Mensaje de Benedicto XVI a la vida consagrada En este contexto reviste singular importancia el mensaje dirigido por Benedicto XVI quien, tras manifestar el agradecimiento de la Iglesia entera por la labor de los consagrados y consagradas, desea confirmar a todos la cercanía, el interés y el amor de toda la Iglesia, constatando que «la vida consagrada, al principio del nuevo milenio, tiene ante sí desafíos formidables que sólo puede afrontar en comunión con todo el Pueblo de Dios, sus Pastores y los fieles». En su escrito, el Papa ha expresado a los participantes al Simposio su confianza en que las indicaciones fundamentales de los padres conciliares para el camino de la vida consagrada sigan inspirando hoy a los que dedican su existencia al servicio del Reino de Dios. «Me refiero ante todo a lo que el Decreto Perfectae caritatis califica como “vitae religiosae ultima norma”, “norma suprema de la vida religiosa”, es decir el “seguimiento de Cristo”. No puede darse recuperación auténtica de la vida religiosa sino tratando de llevar una existencia plenamente evangélica, sin anteponer nada al único Amor, y hallando en Cristo y en su Palabra la esencia más profunda de todo carisma del Fundador o de la Fundadora». Otra indicación de fondo que ha dado el Concilio y recoge en su mensaje el Santo Padre, se refiere al generoso y creativo don de sí a los hermanos, que es característico de la vida consagrada, a la que «el fuego del amor, que el Espíritu Santo infunde en los corazones, impulsa a interrogarse constantemente acerca de las necesidades de la humanidad y sobre cómo responder a ellas, bien conscientes de que sólo quien reconoce y vive la primacía de Dios puede responder realmente a las necesidades auténticas del hombre, imagen de Dios». Comisión Episcopal para la Vida Consagrada Testigos de la presencia transfigurante de Dios pág. 2 CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA C/ Añastro, 1. 28033 MADRID (España) http://www.conferenciaepiscopal.es conferenciaepiscopal@planalfa.es Una tercera indicación recogida por Benedicto XVI del significativo Decreto Perfectae caritatis es el celo que ha de poner la persona consagrada en cultivar una verdadera vida de comunión (cf. n. 15), no solo en el interior de cada fraternidad, sino «con toda la Iglesia, ya que hay que conservar, ahondar y desarrollar constantemente los carismas “en sintonía con el Cuerpo de Cristo en crecimiento perenne” (Mutuae relationes, n. 11)». Preparando la Jornada de la Vida Consagrada 2006 Este marco eclesial nos anima a una relectura del Decreto Perfectae caritatis y del rico magisterio eclesial sobre la vida consagrada que se ha ido emanando a lo largo de estos cuarenta años. Las luces y sombras que todo período arroja, deben ser debidamente situadas para agradecer las primeras y para corregir a tiempo las segundas. Toda verdadera renovación, como auspiciaba el Decreto Perfectae caritatis, pasa por una apasionada vuelta al Señor y su Evangelio, desde el espíritu de los fundadores, con una inteligente adaptación a los tiempos cambiantes, realizada bajo la moción del Santo Espíritu de Dios y la compañía de la Santa Iglesia (cf. P.C. 2). Desde la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada también nos haremos eco de esta feliz efemérides, en un próximo Simposio que ayude a dar gracias y a seguir profundizando en la fidelidad de la llamada a los diversos carismas desde la comunión real con la Iglesia. De este modo recogeremos uno de los motivos señalados por Juan Pablo II para la instauración de las Jornadas de la Vida Consagrada: que los consagrados puedan “descubrir con más límpida mirada de fe los rayos de la divina belleza derramados por el Espíritu en su género de vida [...], hacer más viva la conciencia de su insustituible misión en la Iglesia y en el mundo [...]. Podrán así testimoniar con alegría a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo, en las diversas situaciones, que el Señor es el Amor capaz de colmar el corazón de la persona humana.” (Juan Pablo II, Mensaje para la primera Jornada de la Vida Consagrada, 2 de febrero de 1997, n. 4.) Los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada † Jesús Sanz Montes, obispo de Huesca y de Jaca. Presidente de la CEVC. † José Gea Escolano. Obispo emérito de Mondoñedo–El Ferrol. † Luis Gutiérrez Martín. Obispo de Segovia. † José Ángel Sáiz Meneses. Obispo de Terrassa. † Ángel Rubio Castro. Obispo Auxiliar de Toledo. † Demetrio Fernández González, Obispo de Tarazona. Comisión Episcopal para la Vida Consagrada Testigos de la presencia transfigurante de Dios pág. 3