Los aportes de la nueva Ley de Propiedad de la RPC

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Los aportes de la nueva Ley de Propiedad de la RPC (*)
Juan Felipe Botero Holguín
jbotero@lehmanlaw.com
Lehman, Lee & Xu www.lehmanlaw.com
Después de seis lecturas y 13 años de debate, la décima Asamblea Nacional Popular,
máximo órgano político en China, adoptó la primera Ley de Derechos de Propiedad de la
República Popular China (“LDP”). Sancionada el pasado 16 de marzo y compuesta por
247 artículos, sus disposiciones entrarán en vigor el 1 de octubre de este año.
Salvo en ciertos casos específicos y para sorpresa de muchos, la nueva Ley de Propiedad
no transforma drásticamente el régimen de la propiedad en China. Esto dicho, mal se
haría en subestimar su aporte, quizá uno de los más importantes en la ruta hacia la
“economía socialista de mercado”. A continuación se mencionan las principales
novedades de la Ley, intentando hacer un énfasis especial en su impacto frente a la
propiedad privada.
1. Aporte Teórico-General
El mayor aporte de la nueva ley es teórico, y en este caso, dual. Por un lado, consolida,
integra y clarifica las diversas disposiciones encontradas en el ordenamiento jurídico
chino. Por el otro, eleva a nivel de Ley una materia que por su estado de desorganización
y sus implicaciones políticas no había adquirido el estatus que le correspondía.
Como primer gran aporte la LDP consolida e integra el régimen de los derechos de
propiedad, dentro de un único texto que permite a cualquier interesado referirse al mismo,
disminuyendo así la incertidumbre del pasado. El tema de la propiedad en China
históricamente ha sido regulado a todo nivel normativo, desde los “Principios Civiles
Generales de la RPC” (“PCG”, corazón de la ley civil china), pasando por la Ley de
Garantías, Ley de Sociedades, o Ley de Matrimonios, hasta una gran variedad de
regulaciones administrativas. Lo que antes era una materia gaseosa, compuesta por
disposiciones de todo orden, se encuentra ahora integrada y organizada de manera lógica
y comprehensiva.
Lo anterior es reforzado por una “clarificación”. Por clarificar se entiende puntualizar
principios (por ejemplo, el Capítulo 5º de los “PCG”) u opiniones judiciales muchas
veces ya existentes, dándoles un carácter de accesibilidad y certeza. Las nuevas
disposiciones, al detallar las relaciones de propiedad entre los distintos agentes
económicos, apuntan a mayor seguridad jurídica y transparencia, requisitos para el logro
de un desarrollo económico sostenido. El caso más ilustrativo y contundente de
“clarificación” es el artículo 2, en donde por primera vez en China se da una definición
de propiedad:
“El término “propiedad” empleado en esta Ley incluye la propiedad mueble e
inmueble. […] La frase “Derechos de Propiedad” como término utilizado en esta
Ley se refiere al derecho exclusivo del que goza un acreedor para controlar
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formas específicas de propiedad como la titularidad o dominio, la usufructuaria, y
las garantías sobre los derechos de propiedad.”
El segundo aporte “teórico” es simple pero no menos importante. La Ley, promulgada
por el Congreso Nacional del Pueblo, adquiere el rango más alto dentro de la jerarquía de
las normas en China. Con esto no solo se le asigna a la materia el nivel de importancia
que se merece, sino pierde terreno la discreción administrativa y gana el Estado de
Derecho. El artículo 178 es un ejemplo concreto de esta idea:
“En caso de discrepancia entre la Ley de Garantías de la República Popular China
y esta Ley, prevalece esta última”
Los aportes arriba descritos son sin duda complementarios y responden a una política de
estado consolidada ya unos años atrás: igualdad de protección a la propiedad pública y
privada. La enmienda de 2004 al segundo párrafo del artículo 13 de la Constitución china
pone de relieve la situación de la propiedad en la China del siglo XXI:
“El Estado protege los derechos e intereses legítimos de los sectores no-públicos
de la economía, como lo son los individuos y los sectores privados de la misma”.
Los artículos 3 y 4 de la nueva LDP son una reformulación de la misma idea:
“El Estado implementa la economía socialista de mercado, asegurando el mismo
estatus legal y los mismos derechos para el desarrollo de todos los jugadores del
mercado”. (Art. 3, tercer párrafo)
“Los derechos de propiedad del Estado, el colectivo, los individuos y otros
acreedores están protegidos por la Ley y no pueden ser infringidos.” (Art.4)
Con estos apuntes de carácter general, si bien la nueva Ley trata los regímenes de la
propiedad estatal, colectiva e individual, a continuación el escrito se centra en comentar
el impacto de la Ley en la propiedad privada.
2. Impacto en la propiedad privada
Con la nueva Ley de Propiedad, el Partido de la Propiedad Pública (中国共产党) nombre oficial del Partido Comunista Chino- afirma responder a “la urgente demanda del
pueblo”. Desde el punto de vista de la propiedad privada, en una sociedad cada vez más
rica, la protección a los derechos sobre la propiedad privada encuentra sus cimientos en la
enmienda constitucional del 2004. En este sentido, el ya citado artículo 13 de la
Constitución de la República Popular China es contundente:
“El derecho a la propiedad privada es inviolable”.
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La nueva Ley reitera este derecho: “La propiedad legítimamente adquirida por los
individuos está protegida por la ley y no puede ser usurpada ni menoscabada por ninguna
unidad o individuo” (Art.66). Se garantiza a los propietarios el “derecho a poseer, utilizar,
disponer y explotar económicamente su propiedad real o mueble con acuerdo a las
leyes”(Art. 39).
Sin embargo, y como es de esperarse, la situación sobre la propiedad de la tierra no
cambia. Con excepción de ciertas tierras pertenecientes a colectividades de campesinos,
tanto las tierras rurales como urbanas pertenecen al Estado. (Art.47)
El derecho de uso sobre la tierra, esta vez renovable automáticamente para las tierras
desarrolladas con fines residenciales (anteriormente la ley otorgaba un término de 70
años), permanece como la relación más estrecha que puede tener una persona con las
tierras del Pueblo. Esta disposición alivia a los hasta ahora angustiados propietarios de
casas y apartamentos, quienes no podían predecir qué iba a suceder después del término
de 70 años. En el caso del derecho de uso sobre las tierras con fines no-residenciales, la
Ley deja su regulación a una futura legislación de desarrollo. ( Art.149)
La situación de la tierra es confirmada con la prohibición de hipotecar la propiedad sobre
las tierras del Estado (Art. 184). Con este límite el texto desvela el alcance de la
propiedad privada: “el individuo puede gozar del dominio respecto de propiedad
inmueble o mueble como son los ingresos legítimos, casas, bienes de subsistencia,
herramientas de producción y materias primas”.(Art. 64) En el mismo sentido, “los
ahorros, las inversiones y los rendimientos de los individuos están protegidos por la ley”.
(Art. 65) Lo mismo sucede con los derechos de herencia.
Aunque lo anterior es el resultado de un proceso que viene gestándose de años atrás, la
nueva Ley sí marca un antes y un después. La integración de estas ideas en un mismo
documento que goza de la máxima jerarquía jurídica es sin duda buenas noticias para
quienes creen en la sinergia entre una efectiva protección de los derechos de propiedad y
el crecimiento económico. A continuación se resaltan algunos casos concretos en donde
la LDP despoja incertidumbres y aporta novedades al ordenamiento jurídico chino.
3. Aportes concretos
La nueva Ley, aparte de las contribuciones anteriormente mencionadas, aclara y adiciona
algunos temas concretos dentro del régimen de los Derechos de Propiedad en China.
Dividida en 5 partes (Provisiones generales, Propiedad, Usufructo, Garantías reales y
Posesión.), estos son los casos particulares de mayor importancia:
•
Introduce reglas claras al régimen de las zonas comunes de una copropiedad/
propiedad horizontal, poniendo fin a una disputa entre copropietarios y las
compañías que llevaban a cabo estos proyectos. Las carreteras dentro de la zona
de la construcción pertenecen a todos los propietarios de las unidades del edificio.
Lo mismo sucede con las zonas verdes. En cuanto a los aparcamientos y garajes,
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deben ser diseñados y explotados para asistir las necesidades de los propietarios.
Los beneficios resultantes de su explotación, administrados por un tercero,
pertenecen a la copropiedad. (Arts. 70 y ss.)
•
Disposiciones protegiendo a terceros de buena fe. El capítulo 9 (Art. 106 y ss.) se
encarga de detallar la protección a terceros compradores de buena fe. Cuando se
trataba de propiedad inmueble, en China las disputas eran decididas dependiendo
del caso. La nueva ley clarifica la situación cubriendo todos los derechos de
propiedad y fija los parámetros de la protección (buena fe, precio razonable y
registro legítimo).
•
Introduce la posibilidad para las empresas y pequeños negocios comerciales e
industriales de dar en garantía su equipo de producción (existente y futuro),
materias primas, productos semi-terminados o terminados. (Cap XVI: “Right to
Mortgage”, Art. 181) Esta disposición, inspirada del modelo estadounidense pero
nueva en derecho chino, ya ha iniciado debates académicos sobre el porqué la
compañía debe ser cualificada, o porqué solo se permite la garantía sobre
propiedad mueble.
•
Por primera vez en una ley china se expone y explica el derecho de retención. El
principio es conocido: la falta de pago de la deuda legitima al acreedor a retener la
posesión del bien del deudor, y le otorga prioridad para pagarse con el dinero
resultante del remate del bien en cuestión.
Conclusion
Intentando mantener el equilibrio entre la apertura económica y satisfacer a los oficiales
de vieja guarda -empeñados en no abandonar los ideales revolucionarios de 1949- la
Asamblea Nacional Popular ha finalmente promulgado la Ley de Derechos de Propiedad
de la República Popular China.
Sus aportes principales son más teóricos que prácticos. Se encarga de consolidar, integrar
y clarificar las diversas disposiciones encontradas en el ordenamiento jurídico chino. Las
nuevas normas cumplen una función económica: fijan una base legal sólida para el
crecimiento del país, amplían las posibilidades de financiamiento de los individuos, y
aumentan la seguridad de sus transacciones.
No obstante, se trata del primer paso y los resultados están por verse. Los campesinos no
pueden aún hipotecar las tierras colectivas, lo que sigue siendo un obstáculo para su
financiación y el desarrollo de la China rural. Esto dicho, si bien la Ley apunta a la tan
deseada “Harmonious Society”, no sobra recordar que aprobar leyes no equivale al
Estado de Derecho.
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(*) Nota: El siguiente escrito se basa en la traducción no oficial al idioma inglés de la
nueva Ley de Propiedad de la RPC realizada por Lehman Lee & Xu.
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