J.A. MAURI-LLERDA, ET AL REVISIÓN Epilepsias agudas sintomáticas J.A. Mauri-Llerda, C. Tejero-Juste, I. Escalza-Cortina, I. Jericó, F. Morales-Asín SYMPTOMATIC ACUTE EPILEPSIES Summary. Objectives. To review the differentiating characteristics of symptomatic acute epilepsies, epidemiology, aetiology and controversies over treatment, and describe our experience with symptomatic acute epilepsy in cerebrovascular disorders. Development and conclusions. The so-called symptomatic acute epilepsies show clearly differentiated characteristics with regard to true epileptic disorders: 1. A clearly identified causal association; 2. Generally tend not to recur; 3. Usually long-term anti-epileptic treatment is not necessary. Therefore the most suitable term for them is symptomatic acute seizures. They make up a large proportion of all newly-diagnosed epilepsies around 40%. The highest incidence occurs during the first year of life (probably because of the high incidence of seizures due to encephalopathies, metabolic disorders and infections) and in elderly patients (especially in relations to cerebrovascular disorders). The commonest causes are: cerebrovascular disorders, head injury, infections of the central nervous system, alcohol and drugs. The risk of subsequent epilepsy is increased in a subgroup of these patients, especially in cases with associated cerebrovascular disorders, head injuries and central nervous system infection. Long-term preventive treatment is rarely indicated in these patients. [REV NEUROL 2000; 31: 770-4] [http://www.revneurol.com/3108/j080770.pdf] Key words. Alcohol. Central nervous system infections. Cerebrovascular disease. Drugs. Epidemiology. Epilepsy. Head injury. Metabolic disorders. Symptomatic acute seizures. Treatment. INTRODUCCIÓN ¿Qué condición clínica se denomina con frecuencia epilepsia, se recoge a menudo como epilepsia en estudios epidemiológicos y, sin embargo, tiene un pronóstico diferente de la epilepsia y raramente se trata igual que ésta? La respuesta sería las crisis agudas sintomáticas, también denominadas crisis reactivas, crisis provocadas o crisis relacionadas con una determinada situación. Podríamos definir las crisis agudas sintomáticas como aquellas que se encuentran en clara relación temporal con un determinado trastorno sistémico o cerebral. Este tipo de crisis correspondería al apartado 4.1 de la Clasificación Internacional de los Síndromes Epilépticos que corresponde a crisis relacionadas con una determinada situación. Las crisis agudas sintomáticas difieren de la epilepsia en varios aspectos importantes. En primer lugar, estas crisis poseen una asociación causal claramente identificable. Cuando se considera la secuencia temporal de la mayoría de crisis agudas sintomáticas (p. ej. uremia, traumatismo craneal, ictus), la alteración biológica (disrupción aguda de la integridad cerebral o de la homeostasis metabólica) y, en muchos casos, el efecto intensidad (gravedad del trauma craneal o del infarto cerebral en correlación con el riesgo de crisis), todo se encuentra en una evidente relación causal. En segundo lugar, y a diferencia de la epilepsia, las crisis agudas sintomáticas no se caracterizan por una tendencia a la recurrencia (aunque el riesgo de epilepsia subsiguiente puede estar incrementado en estos pacientes). En tercer lugar, estos enfermos no necesitan tratamiento con medicación antiepiléptica a largo plazo, aunque sí lo requieren en ocasiones a corto plazo, hasta que la situación aguda se resuelva. EPIDEMIOLOGÍA Existen pocos estudios epidemiológicos que estudien la frecuencia de crisis sintomáticas agudas. Ello puede deberse en parte a las Recibido: 08.10.99. Aceptado tras revisión externa sin modificaciones: 02.11.99. Servicio de Neurología. Hospital Clínico Lozano Blesa. Zaragoza, España. Correspondencia: Dr. José Ángel Mauri Llerda. Condes de Aragón, 20, 4.º D. E-50009 Zaragoza. 2000, REVISTA DE NEUROLOGÍA 770 dificultades para su identificación; se diagnostica y codifica más la enfermedad subyacente que la auténtica crisis. Estos pacientes raramente se remiten al neurólogo para su seguimiento y, puesto que se trata de una situación aguda, la evaluación electroencefalográfica puede no ser deseable o apropiada; así pues, se eliminan estas fuentes importantes en la identificación de pacientes. Para estudiar de forma adecuada las crisis agudas sintomáticas, resulta más eficaz el estudio de las condiciones asociadas, tales como trauma craneal o ictus. Este aspecto no es considerado por la mayoría de los epileptólogos y las crisis no resultan de gran interés para los especialistas que tratan estas enfermedades subyacentes. No obstante, las crisis agudas sintomáticas suponen más de la mitad de las crisis de novo e incluso en algunas áreas geográficas hasta el 80% de las mismas; por ello, el considerar estas crisis de forma separada modificaría marcadamente las aparentes características epidemiológicas de la mal llamada ‘epilepsia sintomática aguda’. Intencionadamente no consideraremos las crisis febriles, por su alta frecuencia en la población, presentación específica de la edad y universalidad de la exposición. Incidencia de crisis agudas sintomáticas Únicamente, dos trabajos muestran información detallada de la incidencia de este tipo de crisis. En el estudio de Hauser et al [1] realizado en Rochester, Minnesota, Estados Unidos, entre 1955 y 1984, la incidencia fue de 39,0 casos por 100.000 personas/año, cifra que representa alrededor de un 40% de todas las crisis identificadas en dicho período. Esta tasa es algo superior a la comunicada por Loiseau et al en Burdeos, Francia, [2], de 29 casos por 100.000 personas/año, y que representa también un 40% de todas las crisis de nuevo diagnóstico. Los varones presentan un mayor riesgo de crisis agudas sintomáticas que las mujeres. En el estudio de Hauser et al, la incidencia ajustada a la edad fue considerablemente mayor en los varones que en las mujeres (52% frente al 29,5%), mientras que en el estudio de Loiseau et al [2] fue del 33% para varones y 17% para mujeres. Estas variaciones por sexos reflejan más diferencias relativas a la incidencia de las condiciones subyacentes, que a las propias de las crisis. REV NEUROL 2000; 31 (8): 770-774 EPILEPSIAS AGUDAS SINTOMÁTICAS La edad de presentación en el estudio de Hauser et al fue en el primer año de vida con gran diferencia respecto al resto, posiblemente por la alta incidencia de crisis debidas a encefalopatías, alteraciones metabólicas e infecciones durante el período neonatal. A partir de los 35 años, la incidencia se incrementa de nuevo de forma progresiva y llega hasta 123 casos por 100.000 habitantes/año en mayores de 75 años (la enfermedad cerebrovascular acontece para más de la mitad de las crisis sintomáticas en mayores de 65 años). Las tasas en el estudio francés son similares para varones de edades medias, pero en el estudio americano fueron mayores en niños menores de 15 años y en ancianos. Causas de crisis agudas sintomáticas Las causas fundamentales de crisis sintomáticas en ambos trabajos son [1-3]: – Traumatismo craneal – Enfermedad cerebrovascular – Infecciones del sistema nervioso central (SNC) – Suspensión de fármacos. Infecciones del SNC Es esperable que alrededor de un 5% de las infecciones del SNC presenten crisis agudas sintomáticas. Éstas comprenden el 15% de todas las crisis sintomáticas, con una incidencia máxima en el primer año y en niños menores de 15 años. La incidencia ajustada a la edad es de 5,2 casos por 100.000 personas/año, el doble en varones que en mujeres. Traumatismo craneal Presentan crisis agudas sintomáticas alrededor 6% de todos los traumas craneales y este porcentaje se eleva en los casos de traumatismo grave. Estas crisis comprenden un 15% de todas las crisis sintomáticas en el estudio de Rochester y un 5% en el estudio francés. Son más comunes en varones que en mujeres en todas las edades y la distribución es trimodal con tres picos: en el primer año, en los 15-24 años y en el anciano. Enfermedad cerebrovascular Entre el 5 y el 10% de los pacientes con ictus presentan crisis precoces y esta cifra se incrementa en el caso de hemorragias cerebrales. En el estudio francés comprende un tercio de los casos y en el americano un 15%. La incidencia aumenta de forma paralela a la edad (54,6 casos por 100.000 personas/año en mayores de 75 años) y es mucho mayor en varones que en mujeres. Tumores cerebrales Son raros en individuos menores de 45 años; en pacientes con edades superiores la incidencia permanece constante, con 6-8 casos por 100.000 personas/año, y es igual en varones que en mujeres. Eclampsia Comprende un 3% de las crisis agudas sintomáticas en mujeres, con una incidencia de 2,8 casos por 100.000 mujeres/año entre los 15 y los 44 años. Tóxicos Abarca un grupo variable, por ejemplo intoxicación por CO o por ácido acetilsalicílico, y comprende un 5% de crisis agudas sintomáticas; la incidencia mayor es en ancianos. REV NEUROL 2000; 31 (8): 770-774 Suspensión de fármacos o alcohol Comprende un 15% de los casos en el estudio de Rochester y un tercio en el francés. Su pico máximo se sitúa en los 35-54 años y es mucho más frecuente en varones. Es la primera causa de crisis sintomáticas entre 25 y 55 años. Alteraciones metabólicas Abarcan entre el 10 y el 15% de todas las crisis sintomáticas [4] y la mayor incidencia corresponde al primer año de vida. Podríamos considerar en este apartado la uremia, hipoglucemia, hipocalcemia, hiponatremia o anoxia cerebral. Incidencia acumulada de crisis agudas sintomáticas El riesgo de experimentar una crisis sintomática durante un período de vida de 80 años es de un 3,6%, porcentaje que se aproxima al riesgo para epilepsia (5% en varones y 2,5% en mujeres). Pronóstico de las crisis agudas sintomáticas Suelen reflejar la gravedad de la enfermedad y, por lo tanto, se relacionan con una mortalidad relativamente alta; no obstante, el pronóstico varía según la enfermedad subyacente. En la mayoría de los estudios, los pacientes con crisis agudas presentan un mayor riesgo de epilepsia probablemente asociado a la mayor gravedad de la enfermedad de base. No está claro que las crisis de origen metabólico incrementen el riesgo de epilepsia subsiguiente, razón por la cual son necesarios estudios más detallados. CRISIS AGUDAS SINTOMÁTICAS EN INSUFICIENCIA RENAL Las crisis pueden aparecer en alrededor de un tercio de los pacientes con insuficiencia renal aguda o crónica. Aquellas de presentación en el fracaso renal agudo suelen asociarse a grave encefalopatía y se manifiestan 7-10 días después del inicio del fallo renal, en la fase anúrica u oligúrica. Suelen ser crisis generalizadas tonicoclónicas y múltiples, aunque pueden aparecer también crisis parciales y epilepsia parcial continua [4]. En enfermos con fracaso renal crónico, las crisis se presentan cuando la enfermedad está ya avanzada, sobre todo en individuos con grave encefalopatía o preterminales; en la actualidad, las padecen alrededor del 10% de los pacientes. En este caso, las crisis son típicamente tonicoclónicas generalizadas, aunque también pueden ser parciales motoras y mioclónicas. El tratamiento implica la corrección del fracaso renal y de los trastornos metabólicos asociados; en ocasiones, puede ser necesaria la utilización de fármacos anticonvulsionantes, entre los cuales la fenitoína es el más utilizado. El tratamiento de la insuficiencia renal puede por sí misma dar lugar a crisis de tipo generalizado en estadios tardíos de la hemodiálisis o varias horas después, en la situación denominada síndrome de desequilibrio de la diálisis (asociado con el reemplazamiento de líquidos en la diálisis y edema cerebral). En dos tercios de los pacientes con la llamada encefalopatía de la diálisis se presentan trastornos del lenguaje, cognitivos y psiquiátricos, asterixis, mioclonías, ataxia de la marcha y crisis generalizadas tonicoclónicas, especialmente frecuentes durante o inmediatamente después de la diálisis. CRISIS SINTOMÁTICAS EN ENFERMEDAD HEPÁTICA Un pequeño grupo de pacientes con fracaso hepático agudo pueden 771 J.A. MAURI-LLERDA, ET AL presentar crisis epilépticas. Pueden ser generalizadas o parciales y típicamentesedanenenfermosconencefalopatíahepáticadegrado III. La hipomagnesemia puede producir crisis multifocales y generalizadas, pero solamente con niveles inferiores a 0,8 mEq/L. CRISIS SINTOMÁTICAS EN PORFIRIA CRISIS SINTOMÁTICAS EN ENCEFALOPATÍA ANÓXICO-ISQUÉMICA Las crisis pueden aparecer en porfirias del grupo hepático; asimismo, un 10-15% de los pacientes con porfiria aguda intermitente pueden presentarlas. CRISIS SINTOMÁTICAS EN RELACIÓN CON EL ALCOHOL Y LAS DROGAS La mayor parte de las crisis relacionadas con el abuso de alcohol son generalizadas, autolimitadas y se presentan en las primeras 72 horas tras la privación alcohólica. Dado su carácter único y el pobre cumplimiento en estos pacientes, la medicación antiepiléptica raramente estará indicada. Las crisis vinculadas al consumo de drogas de abuso pueden deberse con mayor frecuencia a una intoxicación aguda y, en segundo lugar, a fenómenos de privación. La droga más habitualmente implicada en la génesis de las crisis es la cocaína, y más raramente relacionadas son las anfetaminas, la fenciclidina y la heroína. Por último, deberemos mencionar en este apartado las crisis provocadas por la retirada de barbitúricos y benzodiacepinas. CRISIS SINTOMÁTICAS DE ORIGEN METABÓLICO La hipoglucemia sintomática puede originar crisis epilépticas, focales motoras o generalizadas, en el 7% de los pacientes. En el 25% de los pacientes, la hiperglucemia no cetósica se presenta con crisis que pueden ser parciales motoras o bien epilepsia parcial continua. De forma característica, un tipo de crisis de posible aparición en este tipo de pacientes son las denominadas crisis inducidas por el movimiento o la postura (provocadas por un movimiento activo o pasivo de una extremidad). Estas crisis son refractarias al tratamiento antiepiléptico, pero responden rápidamente a la corrección de la hiperglucemia. La hiponatremia, una de las alteraciones electrolíticas más frecuentes, suele manifestarse en sus formas iniciales como confusión que progresa hasta coma y en fases más avanzadas, cuando el sodio sérico se encuentra por debajo de 115 mEq/L, se asocia a crisis epilépticas con una mortalidad superior al 50%. Su causa más habitual suele ser la depleción de sodio, la intoxicación acuosa o ambas. La encefalopatía hiponatrémica da lugar a edema cerebral por desequilibrio osmótico entre el líquido extracelular y las células cerebrales. Pueden presentarse tanto crisis parciales como generalizadas. En niños pueden relacionarse con intoxicación acuosa sintomática. La corrección con suero salino hipertónico no debe ser superior a 1 mmol/l por hora, por el riesgo de producir una mielinólisis pontina o extrapontina. Se presentan manifestaciones neurológicas en alrededor del 50% de los pacientes con hipernatremia significativa. Las manifestaciones neurológicas se manifiestan con concentraciones de sodio por encima de 160 mEq/L y es frecuente la disminución del nivel de conciencia. Pueden aparecer también crisis parciales o generalizadas, sobre todo durante la rehidratación. La hipocalcemia significativa (por debajo de 6 mg/dl) se observa más frecuentemente tras cirugía de tiroides o paratiroides. Las manifestaciones más habituales son las alteraciones del sensorio y las crisis epilépticas: estas últimas aparecen en alrededor de un 25% de los casos. Las crisis son típicamente generalizadas y tan sólo en un 20% son parciales. 772 En estos pacientes las crisis se presentan en la fase aguda de la reanimación en un 15-44% de las ocasiones. Aparecen característicamente en las primeras 24 horas y pueden ser generalizadas tonicoclónicas, tónicas, mioclónicas y parciales. La aparición de crisis o de estado epiléptico no empeora el pronóstico en este grupo de enfermos, salvo en el caso de estado epiléptico mioclónico; este tipo de estado suele ser resistente al tratamiento antiepiléptico. CRISIS SINTOMÁTICAS EN ENFERMEDAD TIROIDEA La incidencia de crisis en el hipotiroidismo es relativamente alta, pues aparece en alrededor de un 20% de los pacientes que progresan a coma mixedematoso; estas crisis suelen ser generalizadas. Aunque son raras en el hipertiroidismo, se han comunicado tanto de tipo parcial como generalizado. CRISIS SINTOMÁTICAS PRODUCIDAS POR FÁRMACOS La mayoría de esta crisis son autolimitadas y raramente dan lugar a un estado epiléptico. Su no reconocimiento puede provocar la persistencia de las crisis de forma indefinida. Al hablar de crisis inducidas por fármacos, cabe realizar varias distinciones [5]: 1. Ciertos fármacos producen crisis por sí solos en dosis terapéuticas; 2. Otros fármacos van a precisar de dosis tóxicas; 3. Otros inducen crisis en relación con alteraciones metabólicas, y 4. Por último, la suspensión de ciertos fármacos puede producir crisis –aspecto ya comentado con anterioridad en relación con los barbitúricos y las benzodiacepinas–. La lista de fármacos capaces de producir crisis epilépticas es muy amplia y sobrepasa los objetivos de esta presentación. Podemos mencionar: – Antidepresivos: tricíclicos, inhibidores de la monoaminoxidasa , mianserina, bupropión, maprotilina, amoxatina, fluoxetina. – Sales de litio. – Antipsicóticos: clorpromacina, promacina, triflupromacina, haloperidol, piperacina, piperidina, clozapina. – Psicoestimulantes: anfetaminas, doxapram, fenilpropanolamina, metilxantinas. – Anestésicos. – Antiarrítmicos: mexiletina, tocainida, lidocaína, propranolol. – Opiáceos: meperidina, norpetidina, propoxifeno. – Antimicrobianos: penicilinas, imipenem, ácido nalidíxico, ciprofloxacino, isoniacida, cloroquina, pirimetamina. – Antineoplásicos: clorambucil, busulfán, metotrexato, citarabina, vincristina, cisplatino. – Inmunosupresores: ciclosporina, corticosteroides en dosis altas, azatioprina. – Contrastes radiológicos. CRISIS SINTOMÁTICAS AGUDAS EN ENFERMEDADES INFECCIOSAS En alrededor de un 19% de los pacientes, aparecen crisis sintomáticas agudas que incrementan la posibilidad de crisis tardías para REV NEUROL 2000; 31 (8): 770-774 EPILEPSIAS AGUDAS SINTOMÁTICAS Con frecuencia, las crisis epilépticas son el primer síntoma en pacientes con tumores cerebrales y representan una causa de morbilidad potencialmente prevenible. En general, no está demostrado que el uso de antiepilépticos prevenga la aparición de crisis en este grupo de pacientes, únicamente un estudio sugiere su eficacia en pacientes con gliomas. Algunos autores recomiendan su utilización de forma preventiva en el melanoma metastásico, dado que el 50% de estos pacientes presentan crisis (naturaleza hemorrágica del tumor y afectación de la sustancia gris cortical). Ciertos trabajos sugieren que la presentación de crisis como debut en los tumores es un signo pronóstico favorable, pues suelen asociarse con tumores menos agresivos. tes en la hemorragia cerebral y, según algunas series, en infartos cardioembólicos, aunque quizás estén más relacionadas con la topografía lesional cortical parietotemporal [7-14]. En hemorragias cerebrales pueden aparecer en entre un 5 y un 15% de los pacientes, y el riesgo es mayor en caso de hematomas lobares, alcoholismo y afectación parietotemporal. En la hemorragia subaracnoidea aparecen en un 6-24% de casos, y en el 90% de los pacientes cuando hay resangrado. Son factores de riesgo: la localización supratentorial, la afectación de la cerebral media y la presencia de hematoma intracerebral. El pronóstico de los pacientes con ictus y crisis precoces constituye un aspecto controvertido, puesto que mientras algunos estudios no muestran un incremento significativo de la mortalidad, otros, como el más reciente de Arboix [15], encuentran una mortalidad mucho más elevada. En nuestra serie retrospectiva [16,17], revisamos 1.640 pacientes con enfermedad cerebrovascular en un intento de valorar la incidencia de crisis epilépticas agudas, y hallamos como conclusiones más llamativas las siguientes: – El número de pacientes con crisis sintomáticas es del 1,8%. – Las crisis son más frecuentes en las hemorragias. – Haypocatendenciaarecidivar,conbuenarespuestaaltratamiento. – Son más frecuentes en ictus embólicos que en aterotrombóticos. – No se produce un incremento de la mortalidad en la fase aguda. – Las localizaciones más frecuentes de las lesiones son temporal y parietal. CRISIS SINTOMÁTICAS AGUDAS EN TRAUMATISMO CRANEAL CONTROVERSIAS EN EL TRATAMIENTO DE CRISIS AGUDAS SINTOMÁTICAS Las crisis precoces ocurren en un 2-5% de todos los pacientes con traumatismos craneales, y son más frecuentes en niños que en adultos [6]. En los casos de traumatismo grave, que implica daño cerebral estructural significativo y amnesia postraumática superior a 24 horas, y de fracturas de cráneo, la frecuencia de crisis precoces es más alta: el 10-15% en adultos y el 30-35% en niños. Las crisis precoces son seguidas de crisis tardías en el 25-35% de los adultos (esta incidencia es menor en los niños). La mayoría aparecen en las primeras 24 horas y suelen ser predominantemente generalizadas tonicoclónicas. Los hematomas intracraneales y las encefalopatías graven incrementan el riesgo de padecer estas crisis. Algunos autores aconsejan el uso profiláctico de la fenitoína en pacientes con traumatismo craneal grave, al menos durante la primera semana; no obstante, no se ha demostrado en posteriores estudios el efecto preventivo de esta sustancia sobre el desarrollo de la epilepsia postraumática. La fenitoína es el fármaco de elección para prevenir y tratar las crisis precoces, dada su eficacia demostrada y la posibilidad de administración intravenosa. Puesto que las crisis agudas sintomáticas no asocian lesión cerebral subyacente y son habitualmente autolimitadas, la primera consideración terapéutica en este grupo de pacientes sería la identificación y tratamiento de la enfermedad subyacente. En caso de que el tratamiento con antiepilépticos se utilice para la supresión de las crisis, generalmente no es necesario continuarlo después de la recuperación de la enfermedad de base. Las decisiones en el tratamiento de las crisis sintomáticas que ocurren en ictus, traumatismo, procedimientos neuroquirúrgicos o toxicidad por alcohol, en ocasiones resultan complicadas. En cada una de estas enfermedades se presenta un riesgo elevado tanto de crisis sintomáticas como de epilepsia. Aunque los antiepilépticos resultan efectivos en el tratamiento de las crisis de forma aguda, ninguno ha demostrado retrasar o reducir el desarrollo de epilepsia tardía. Ello se ha demostrado por ejemplo en crisis después de un traumatismo craneal. La asociación entre alcohol y crisis es también compleja. Mientras la privación aguda alcohólica puede dar lugar a crisis autolimitadas que no requieren tratamiento, el alcoholismo crónico es un factor de riesgo mayor para epilepsia. Es decir, a lo largo de los años, muchos alcohólicos pueden presentar tantocrisis agudas sintomáticas por privación como epilepsia. La aproximación en la valoración de los pacientes con crisis agudas sintomáticas y riesgo elevado de epilepsia debe basarse únicamente en la necesidad de suprimir las crisis activas y no en la esperanza de poder prevenir la epilepsia tardía. La mayoría de los antiepilépticos no influyen en el desarrollo de la epilepsia (epileptogénesis) [18]. todas las categorías de infecciones del SNC. En algunos países en desarrollo, las crisis de este apartado, en especial la cisticercosis, constituyen el grupo más frecuente de crisis agudas sintomáticas. CRISIS AGUDAS SINTOMÁTICAS Y ECLAMPSIA Asociacrisisconvulsivasahipertensión,proteinuria,edemas,coagulopatía, cefalea, somnolencia e hiperreflexia; conlleva una mortalidad materna del 13-20%. El tratamiento puede realizarse con sulfato de magnesio y en los casos resistentes con benzodiacepinas o fenitoína. CRISIS SINTOMÁTICAS AGUDAS EN TUMORES CEREBRALES CRISIS SINTOMÁTICAS Y ENFERMEDAD CEREBROVASCULAR El momento de presentación de las crisis con relación al ictus varía entre las 24 horas y las dos semanas. La mayoría de los autores las clasifican en la primera semana desde el inicio de la focalidad neurológica, y suelen ser aisladas, breves y autolimitadas. Son expresión lesional de la propia enfermedad cerebrovascular, con la consiguiente hipoxia, acidosis láctica, cambios iónicos e incremento de la demanda metabólica y de aminoácidos excitadores (glutamato y aspartato). Su frecuencia varía entre el 0,8 y el 6%. Son más frecuen- REV NEUROL 2000; 31 (8): 770-774 EPILEPSIA TRAS ESTADO EPILÉPTICO AGUDO SINTOMÁTICO Un porcentaje de pacientes con estado epiléptico agudo sintomá- 773 J.A. MAURI-LLERDA, ET AL tico desarrollará epilepsia en algún momento futuro. Esta proporción es variable y depende de la gravedad de la enfermedad subyacente. En la mayoría de los casos es de alrededor del 15-30% y puede tardar en presentarse varios años. Desconocemos si el riesgo es mayor en este grupo de pacientes que en los que presentan únicamente crisis agudas sintomáticas. Al igual que en las crisis agudas sintomáticas, no hay datos que apoyen el uso preventivo de fármacos para evitar el desarrollo posterior de epilepsia y la mayor parte de estos pacientes no desarrollan epilepsia con posterioridad, incluso en largos períodos de seguimiento. 2. 3. 4. 5. CONCLUSIONES 1. Las denominadas epilepsias agudas sintomáticas comprenden un grupo con características diferenciales respecto a la enfermedad epiléptica: asociación causal claramente identificable; 6. en general, sin tendencia a la recurrencia y, habitualmente, sin necesidad de tratamiento antiepiléptico a largo plazo. Este grupo de crisis epilépticas representa un porcentaje muy importante de todas las crisis de nuevo diagnóstico, aproximadamente un 40%. Su mayor incidencia es en el primer año de vida, seguido de los pacientes ancianos. Las causas más frecuentes de crisis sintomáticas son: enfermedades cerebrovasculares, traumatismos craneoencefálicos, infecciones del sistema nervioso central y fármacos. El riesgo de epilepsia posterior está incrementado en un subgrupo de estos pacientes, en especial las debidas a enfermedades cerebrovasculares, traumatismos craneoencefálicos e infecciones del SNC. No obstante, el tratamiento preventivo muy raramente estará indicado en este grupo de pacientes. BIBLIOGRAFÍA 1. Hauser WA, Annegers JF, Lee JR, Rocca WA. Incidence of acute symptomatic seizures in Rochester, Minnesota, 1935-1984. Epilepsia 1995; 36: 327-33. 2. Loiseau J, Loiseau P, Guyot M, Duche B, Dartiques J, Aublet B. Survey of seizure disorders in the French Southwest. I. Incidence of epileptic syndromes. Epilepsia 1990; 31: 391-6. 3. Hauser WA, Annegers JF. Epidemiology of acute symptomatic seizures. In Engel J Jr, Pedley TA, eds. 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Las denominadas epilepsias agudas sintomáticas presentan unas características claramente diferenciadoras en lo que respecta a la auténtica enfermedad epiléptica: 1. Una asociación causal claramente identificable; 2. No tienden en general a la recurrencia, y 3. No es necesario, generalmente, un tratamiento antiepiléptico a largo plazo. Por lo tanto, el término más adecuado para denominarlas sería el de crisis agudas sintomáticas. Representan un porcentaje importante de todas las epilepsias de nuevo diagnóstico, alrededor de un 40%. Su incidencia mayor es en el primer año de vida (probablemente por la alta incidencia de crisis debidas a encefalopatías, alteraciones metabólicas e infecciones) y en pacientes ancianos (en relación sobre todo con la patología cerebrovascular). Las causas más frecuentes son: patología cerebrovascular, traumatismo craneoencefálico, infecciones del sistema nervioso central, alcohol y fármacos. El riesgo de epilepsia posterior se encuentra incrementado en un subgrupo de estos pacientes, sobre todo en loscasosasociadosapatologíacerebrovascular,traumatismoscraneoencefálicos e infecciones del sistema nervioso central. El tratamiento preventivo a largo plazo muy raramente está indicado en estos pacientes. [REV NEUROL 2000; 31: 770-4][http://www.revneurol.com/3108/j080770.pdf] Palabras clave. Alcohol. Crisis agudas sintomáticas. Enfermedad cerebrovascular. Epidemiología. Epilepsia. Fármacos. Infecciones del sistema nervioso central. Metabolopatías. Tratamiento. Traumatismos craneoencefálicos. EPILEPSIAS AGUDAS SINTOMÁTICAS Resumo. Objectivos. Rever as características diferenciais das epilepsias agudas sintomáticas, epidemiologia, etiologia e controvérsias terapêuticas, e expôr a nossa experiência com as epilepsias agudas sintomáticas na patologia vascular cerebral. Desenvolvimento e conclusões. As denominadas epilepsias agudas sintomáticas apresentam características que as diferenciam claramente da doença epiléptica propriamente dita: 1. Associação causal claramente identificável; 2. Em geral não têm a tendência a recorrer, e 3. Geralmente, não é necessário um tratamento antiepiléptico a longo prazo. Portanto, o termo mais adequado para denominá-las seria o de crises agudas sintomáticas. Representam uma percentagem importante de todas as epilepsias de novo diagnóstico, cerca de 40%. A sua maior incidência é no primeiro ano de vida (provavelmente pela alta incidência de crises devidas a encefalopatias, alterações metabólicas e infecções) e em doentes idosos (em relação sobretudo com a patologia vascular cerebral). As causas mais frequentes são; patologia vascular cerebral, traumatismo crâneo-encefálico, infecções do sistema nervoso central, álcool e fármacos. O risco de epilepsia posterior encontra-se aumentado num subgrupo destes doentes, sobretudo nos casos associados a patologia vascular cerebral, traumatismos crâneo-encefálicos e infecções do sistema nervoso central. O tratamento profiláctico a longo prazo, muito raramente está indicado nestes doentes. [REV NEUROL 2000; 31: 770-4] [http://www.revneurol.com/3108/j080770.pdf] Palavras chave. Álcool. Crises agudas sintomáticas. Doença vascular cerebral. Epidemiologia. Epilepsia. Fármacos. Infecções do sistema nervoso central. Metabolopatias. Tratamento. Traumatismos crâneoencefálicos. 774 REV NEUROL 2000; 31 (8): 770-774