Por la trascendencia de la labor docente. Los derechos del maestro Colegio Mexicano de Profesionales para la Investigación Educativa. COMPIE A.C. Diciembre 2011 COMPIE 2 El Colegio Mexicano de Profesionales para la Investigación Educativa es una asociación civil, fundada en el año 2002 con el objetivo de impulsar, promover y realizar estudios interdisciplinarios en materia educativa que ayuden a fortalecer el sistema educativo mexicano. Ha desarrollado diferentes trabajos de investigación que son la base de diferentes proyectos académicos y formativos entre los que resaltan el referente a la Nueva Cultura Laboral que se realizó para la Secretaría del Trabajo; el llamado “Cultura para la Paz y no violencia de Género” dirigido a alumnos de educación básica en el Estado de Guanajuato; el de formación y capacitación para el trabajo en el área de Fortalecimiento Familiar del DIF en el Estado de Morelos. Además ha colaborado con diferentes instituciones del ámbito educativo, social, comunitario y familiar, tales como la Comisión Mexicana de Derechos Humanos, Alianza de Maestros, Educación y Crecimiento, Red Familia, Instituto de las Mujeres de Guanajuato, A favor de lo mejor y Suma por la Educación, entre los más importantes. PRESENTACIÓN En un esfuerzo del equipo de trabajo del COMPIE, nos propusimos como meta del 2011 realizar una investigación relevante, que se constituyera en una aportación positiva para el desarrollo de la educación en nuestro país, tal y como se enuncia en nuestros documentos de la fundación. Como grupo colegiado logramos hacer la presente aportación con la colaboración y el compromiso de todos los que formamos parte del mismo. Entre todas nuestras actividades profesionales y personales logramos hacer un espacio de reflexión y estudio, tener un tiempo para el desarrollo de la investigación de campo y finalmente dedicarnos a la tarea de la difusión de los resultados de dicha investigación, que titulamos “Por la trascendencia de la labor docente”. Concluimos el año de manera satisfactoria y con el deseo de difundir el trabajo en todos los espacios en donde nos sea posible, para darle un nuevo significado social y trascedente a la labor de los maestros que hoy atraviesa por una grave crisis. Es necesario agradecer a todos y cada uno de quienes con su talento contribuyeron al desarrollo de este trabajo de investigación y además a cada uno de quienes nos dieron sus opiniones y argumentos que fundamentan el producto final de la investigación que es la “Cartilla de derechos de los maestros”. Finalmente convoco a nuestros lectores a contribuir desde su ámbito de trabajo a difundir la investigación y colaborar con nosotros en el rescate de la educación, por lo pronto en el contexto en donde nos desenvolvemos. Profra. Rosa Virginia Ramírez Morán Presidente 3 INDICE 4 Presentación 3 Introducción 5 La educación en la transformación del orden social y las funciones del docente 6 En opinión de los entrevistados 9 Cartilla de derechos fundamentales del maestro 15 Equipo de trabajo 17 Fuentes de Consulta 18 Introducción La segunda mitad del siglo XX representa para la humanidad apenas el inicio de la protección a la dignidad de la persona humana a través de la firma de las Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) y de los Derechos de la Infancia (1959), hechos que sin duda fueron significativos en su momento. El respeto y protección a la dignidad humana establecida en dichas cartas, no es aún pleno, llama la atención para quienes somos maestros ver en nuestro medio la violencia y el abandono en el que viven los niños –nuestros alumnos-, así como la desintegración del núcleo familiar, la corrupción, y otros hechos que dañan el proceso educativo, vital para la construcción de un país. Dentro del contexto escolar se viven hoy en día una serie de incongruencias al respecto, pues por un lado se busca proteger los derechos de la infancia por diferentes medios pero al mismo tiempo se desacredita la educación a la que se dice, los niños tienen derecho. La educación se ha reducido a un acto vigilado en el que se limita la figura del maestro a un “facilitador” dejando a un lado su acción educativa en el más amplio sentido de su acepción, llegando al extremo de que los maestros son acusados ante la Comisión de Derechos Humanos, ante las autoridades del plantel y otras instancias de la propia Secretaría de Educación Pública (SEP), por ejercer su labor educativa –corregir, ordenar, orientar, vigilar, dar seguimiento al cumplimiento de las responsabilidades inherentes a su trabajo, etc.,- actividades que consideran algunos conculcan los derechos de los niños, limitando la actividad docente. En este trabajo se plantean las dimensiones del hecho educativo desde el punto de vista social y se hace la propuesta del código de derechos de los maestros que permita a los maestros realizar su labor con mayor libertad dentro de una zona segura de trabajo, es decir dentro de un clima de confianza, respeto, responsabilidad, en donde su labor sea reconocida, aceptada y sobre todo apoyada por los padres de familia, principales responsables de la educación de sus hijos. La investigación fue realizada con la finalidad de reunir las aportaciones de expertos en el tema educativo, para formular las bases o consideraciones principales sobre las cuales sustentar los derechos fundamentales del maestro. Para ello se consultaron directores y docentes de escuelas de educación básica y media, algunos directores de diferentes niveles de la estructura de la SEP, directivos de instituciones formadoras de maestros y padres de familia. 5 La educación en la transformación del orden social y las funciones del docente La educación entendida como el proceso por medio del cual una persona alcanza el desarrollo pleno de las capacidades humanas, -como la inteligencia y la voluntad- tiene como finalidad individual el perfeccionamiento de las mismas, entendido como el logro del bien propio. Sin embargo es también un hecho social, puesto que se da dentro de una relación humana, empezando por los padres y maestros en diario acontecer de la vida en sociedad. Los logros alcanzados por la persona en lo individual –gracias a la educación- se reflejan en el ámbito social. Para los grupos humanos la educación es una necesidad puesto que a partir de lo individual se construye lo colectivo, pasando entonces la educación a formar parte del bien común y por lo tanto del interés político1. La educación es un medio para alcanzar el bien común y al mismo tiempo un elemento esencial del mismo que surge como un resultado del desarrollo de los pueblos, es un producto de la vida en comunidad, de las necesidades de la sociedad y de la época a la que pertenece, lleva el sello de los logros de las generaciones anteriores, de las tradiciones, del avance de las ciencias, de la organización política, de los valores sociales del entorno en que se da. Se trata de una acción ejercida por las generaciones adultas sobre las jóvenes que no están aún preparadas, tiene por objeto desarrollar en el educando actitudes, conocimientos y destrezas físicas, intelectuales y morales que reclama de él, la sociedad política. En cuanto la persona nace y vive en sociedad, tiene derecho a que durante su infancia y adolescencia al menos, reciba de la familia primero y después de la sociedad todos los elementos que contribuyan al logro de su perfeccionamiento como persona, a través de la educación que sigue siendo ese “sacar fuera” (ex1 Lo político entendido como todo aquello de interés para la construcción del bien común de las sociedades. 6 ducere) lo que la naturaleza humana de cada persona tiene en germen dentro de sí para transformarse en competencias para la vida. Esta tarea se constituye como un derecho y un deber en primer lugar para los padres ya que es la familia la primera sociedad en donde la persona inicia su desarrollo. Es también un deber del Estado que en una acción subsidiaria debe proteger el derecho a la educación, supervisar y proporcionar los elementos necesarios para completar la obra iniciada en la familia y que ha de desplegar en la escuela. La inserción del educando a una vida social más amplia deberá estar antecedida de una educación integral que les permita desarrollar todas sus potencialidades para integrarse plenamente a la sociedad, no ya limitada por las fronteras geográficas sino abierta a la cultura y a la civilización del mundo globalizado en el que nos ha tocado vivir. En una visión actual se considera que “la educación” es un proceso que dura toda la vida y que requiere la participación de diferentes agentes, los cuales deberán estar inmersos en procesos de educación permanente y movidos por una visión compartida de un futuro prefigurado comunitariamente. La educación en México es un reto social insoslayable, que sufre un estancamiento en relación no solamente con los países desarrollados, sino con aquellos que hace sólo una o dos décadas pertenecían al grupo de los países subdesarrollados o en desarrollo, como el nuestro y ahora son “emergentes”, como China, India, Singapur, recientemente Brasil, entre otros. La internacionalización y globalización de la economía presenta retos no sólo de competitividad y productividad sino también de afianzar y fortalecer los valores que forman parte de nuestra identidad nacional. Es aquí que cobra relevancia fundamental la escuela en todos sus niveles pero especialmente en la educación básica que es la etapa en que se fijan las bases de la personalidad y la conducta de los educandos. Es por ello fundamental plantear las formas y medios en que la escuela pueda contribuir a formar hombres y mujeres íntegras y responsables y en beneficio de la sociedad. La educación es una función social y como tal únicamente se lleva a cabo mediante la participación en ella de todos los mecanismos de la sociedad y desde los diversos ámbitos de convivencia en los que es posible generar mejor calidad de vida. La sociedad entera ha de avocarse a la búsqueda de las estrategias que puedan conducir a nuestro país a garantizar a todos los mexicanos el poder ejercitar sus 7 derechos plenamente, especialmente el poder tener una educación de calidad que permita a cada persona su propio desarrollo y la adquisición de las competencias que se requieren para que México salga adelante. Después de los padres de familia son los maestros los principales responsables – socialmente hablando- de la obra educativa, por lo que cabe entonces detenernos un momento para reflexionar sobre lo que se espera de los maestros. En primer lugar estamos hablando de una profesión trascendente desde el punto de vista social al igual que muchas otras, misma que reúne ciertas características complejas. Por ejemplo en ella se resuelven una serie de problemáticas diferentes día a día, fundamentadas en el saber pedagógico y en la experiencia educativa a las que les da un sentido de finalidad. Esta actividad profesional, de manera cotidiana exige una preparación científica que le permite a los docentes evaluar las situaciones educativas y analizarlas, estudiar los diferentes factores que condicionan su labor, elaborar estrategias de intervención, ajustar a las necesidades de sus alumnos y a sus propias capacidades los fines y los medios educativos a llevar a cabo, además de verificar de manera constante los resultados de sus actuaciones. Por lo tanto al maestro se le exige una actualización permanente para saber responder al momento presente y adelantarse a las necesidades de la sociedad, así como para resolver los distintos problemas que van surgiendo. El maestro asume los riesgos de las decisiones que toma y se rige por sus propios criterios en ellas, por lo que debe saber justificar pedagógicamente sus decisiones dentro de un marco ético y legal establecido. Además salvaguarda el derecho fundamental a la educación de los niños y jóvenes por lo que contribuye de manera directa, permanente, consiente y estructurada al bien común. 8 En opinión de los entrevistados 9 El trabajo de investigación que se realizó consistió en el desarrollo de una entrevista de profundidad, dirigida a un grupo de 30 profesionales de la educación que pos su experiencia en el campo de la docencia y la dirección de sistemas educativos, pudieran aportar sus opiniones al respecto de las funciones del maestro, los principales problemas que aquejan a su actividad y cuáles son sus derechos fundamentales. El grupo expreso que en la actualidad es necesario ¨…Que el maestro enseñe fomentando la pasión por investigar, propiciando un aprendizaje proactivo y reflexivo, con tareas estimulantes que lleven a la reflexión, sin dirigir a los alumnos a un camino predeterminado, con una visión crítica del conocimiento promoviendo su aplicación y dejando atrás la mera memorización.” También se espera “…que exista un trabajo coordinado entre padres y maestros dentro del proyecto educativo, dando seguimiento al proceso de formación de sus hijos. Que se les permita a los padres de familia participar de forma activa y organizada con los profesores para que las competencias para la vida que adquieran sus hijos en la escuela sean reafirmadas, fortalecidas en casa.” Dentro de cada escuela es importante que cada uno de los actores de la educación asuma su responsabilidad a conciencia, que los padres se comprometan a orientar, dirigir y supervisar los avances de sus hijos; el personal docente se empeñe en enseñar contenidos de calidad, continuando con su capacitación y actualización constante; el administrativo en procurar la dotación y el aprovechamiento en sus planteles de los nuevos recursos tecnológicos; y los alumnos hagan un esfuerzo para rendir mejores resultados aprovechando los conocimientos de sus maestros y los nuevos medios que la tecnología ofrece, los cuales, bien utilizados, pueden apoyar y suscitar un interés por la investigación desde la infancia . Sin embargo las principales dificultades de la labor del maestro sobre las que es necesario trabajar y que los entrevistados en este estudio refieren, son: La distancia del maestro con los padres de familia. Padres de familia temerosos, con falta de autoridad, sin un proyecto definido para sus hijos. El abandono en que muchos padres tienen a sus hijos por la necesidad de salir a trabajar con horarios demasiado largos. La carga que los padres depositan en los maestros, queriendo que suplan la labor educadora de la familia. El hecho de que los alumnos pertenezcan a familias disfuncionales, lo cual muchas veces provoca un clima de permisividad que impacta significativamente la tarea del maestro. Otras dificultades de la labor docente son: La adversidad económica que enfrenta y que convierte en un impedimento para concentrarse totalmente en su profesión. El hecho de que el ambiente educativo está notoriamente politizado, que hay demasiada ideologización y política sindical y partidista en el ambiente magisterial y que el sindicato se ocupa cada vez más de asuntos electorales o intereses personales. La falta de libertad laboral del maestro, por estar sindicalizados obligatoriamente y tener que realizar actividades ajenas a su profesión, es algo que tienen que enfrentar día a día los verdaderos maestros. Entre lo más destacado que nos refieren los entrevistados sobre las dificultades de la labor del maestro se encuentran las relacionadas directamente con los alumnos: La falta de interés y responsabilidad para cumplir con sus obligaciones escolares. La falta de habilidades básicas lo que provoca que presenten trabajos escolares con poca calidad. La distorsión del lenguaje, sin que haya corrección de parte de la autoridad o de los padres de familia. La falta de disciplina que impide crear un verdadero ambiente de aprendizaje. En general el maestro se encuentra frente a una sociedad teledirigida, donde hay una clara supremacía de la sensación sobre el pensamiento, generando un impacto fuerte de los medios de comunicación, sin filtro de valores, ante la mentalidad, infantil, adolescente y juvenil. Los grandes distractores tecnológicos para los alumnos; la gran cantidad de información disponible y las diferencias generacionales con respecto al uso y dominio de la tecnología. 10 En el orden personal –el maestro- carece principalmente de plena vocación, en donde el hecho de que frente a grupo estén personas poco comprometidas con la verdadera educación y que sólo ven en ella un interés político o sindical enfrenta no sólo el maestro que lo es por vocación, sino toda la sociedad con una barrera muchas veces imposible de superar. Los entrevistados opinan que el maestro actualmente se enfrenta a la falta de respaldo para la formación del carácter, cuando hay una necesidad inminente de formar en valores y virtudes y en este sentido será importante rescatar su autoridad. Otra problemática relevante que enfrentan los maestros en la actualidad son los problemas de tipo social que vive México, entre los que se encuentra un equivocado enfoque de la cultura de los “derechos de los niños” que limitan la autoridad y coartan la disciplina; la inseguridad social y la discriminación; los ambientes de violencia que vivimos en la calle, en los medios masivos de comunicación y que se reflejan en el comportamiento cotidiano del alumno y que cada día es más agresivo y violento. Los maestros hoy en día carecen de la suficiente preparación para atender alumnos con barreras para el aprendizaje y carecen de apoyo para su actualización y crecimiento, tanto en aspectos didácticos como de su especialidad. Aunado a una carga excesiva de convocatorias, concursos y programas que por falta de tiempo no se aplican como debería de ser. Junto a maestros que no cumplen los estándares de eficiencia y calidad ni en su preparación ni en su desempeño, lo que es una de las causas del rezago educativo, hay un grupo muy significativo de maestros con verdadera vocación atentos a actualizarse para asumir el liderazgo que les corresponde en el aula y en la comunidad escolar. Sin embargo no se les valora adecuadamente, ni se les estimula suficientemente, ya que están perdidos en el anonimato, entre aquellos que realizan actividades políticas desvinculadas a la labor educativa que les corresponde La tarea no es fácil y por ello es importante destacar que la docencia es una vocación y profesión que debe estar enfocada en la calidad total de la persona que la ejerce, se trata de una profesión basada en una relación persona a persona; no cualquier relación, sino una relación de continuo crecimiento, mejora y desarrollo en todas las dimensiones que involucran al ser humano. Es indispensable que el profesor tenga las habilidades y destrezas para su labor docente, pero además de la capacidad humana de acercarse a los alumnos para 11 poder lograr una empatía que es una herramienta para lograr desarrollar ampliamente esta vocación. Cuando existe la vocación de educar, la enseñanza es necesariamente un acto de amor y de confianza en sí mismo y en sus educandos y el aprendizaje es un proceso, una continua búsqueda de perfección humana, la cual implica de cambios en las personas, de cambios profundos y radicales, cambios que transformen de manera auténtica la mente y el corazón de los alumnos. Se requiere de maestros con una calidad humana en que destaquen virtudes como la paciencia y la humildad, el afán de superación, la justicia y el amor por su trabajo. Partiendo de la idea de que educar es un acto de amor y de confianza y de que la docencia requiere un servicio del espíritu a la vida, de entrega, de respeto y de compromiso, entonces el maestro, debe ser una persona amorosa, capaz de amar, de creer y de crear. Un servidor del espíritu y de la vida que con actos ejemplares promueva la entrega, el respeto y el compromiso con los demás. Expertos y padres de familia coinciden en que las principales cualidades del maestro deberían ser, la integridad y la coherencia entre sus ideas y acciones, además de ser el ejemplo a seguir. El comportamiento ético, la honestidad, la justicia y la equidad en el trato son otras cualidades que llevarán al maestro a ganarse la autoridad moral frente a la comunidad educativa. En este sentido, es necesario que el maestro ejerza su liderazgo con compromiso y responsabilidad, conduciendo a los alumnos hacia la búsqueda del bien común por medio de la razón, interesándose por el mundo y su preservación. El maestro es un agente de cambio, capaz de permear e influir con su pensar y actuar en la vida cotidiana. De ahí la relevancia de que posea cualidades de tan alto grado que sean el reflejo de un espíritu íntegro, congruente y ético. El maestro debe tener una formación técnica amplia, un conocimiento de la persona humana, así como una gran sensibilidad respecto del entorno para captar los problemas y necesidades de sus alumnos, así como para reconocer sus logros. Esto aunado a la capacidad de adaptación que le permita atender la diversidad cultural y lingüística, de estilos de aprendizaje, etcétera. El maestro debe tener la cualidad de la tolerancia, debe estar orientado al logro académico y hacerlo con profesionalismo y alta competencia, pero fundamentalmente habrá de buscar el desarrollo pleno e integral de sus alumnos. 12 La indispensable vocación de servicio, para que el maestro ejerza su profesión con una clara intencionalidad educativa, demostrando en su quehacer cotidiano el amor por sus alumnos, por su trabajo, respetando la dignidad de las personas y formando voluntades sanas y fuertes. Otras de las cualidades que debe tener un maestro son la innovación y la creatividad para la transmisión de conocimientos y valores; el ser capaz de ejercer su libertad para utilizar los recursos didácticos que favorezcan el aprendizaje de sus alumnos. Es preciso que se esfuercen en desarrollar habilidades didácticas que les permita educar en valores y guiar la conducta de sus alumnos, para crear un ambiente de aprendizaje, para hacer causa común con otros educadores y padres de familia. Es preciso que el maestro posea un espíritu creativo para transformar y recrear contextos; que demuestre flexibilidad y apertura para incorporar las nuevas tecnologías de la educación que capturen el interés y la atención de los estudiantes. Una cualidad necesaria en el maestro es el deseo por continuar aprendiendo, por la actualización constante, la curiosidad por descubrir cosas nuevas y la generosidad para compartirlas. Es indispensable que el maestro posea y perfeccione las habilidades para la comunicación y la interrelación personal; que el maestro sea capaz de trabajar de forma colaborativa con empatía, escucha y asertividad. No sobra decir que es fundamental que el maestro tenga dominio de los contenidos de enseñanza de la materia que imparte; que sea crítico y propositivo en el proceso de enseñanza-aprendizaje, con conocimiento de enfoques y fundamentos incorporados en el currículo, y con alta competencia para planearlos y organizarlos con precisión. A todas luces, la sociedad tiene una gran expectativa del personal docente, ya que sus tareas son múltiples y de gran importancia, de ahí que se le exigirá mucho, porque de él depende en gran parte el futuro social del país En síntesis, hay una gran coincidencia entre los expertos en que el maestro debe poseer tanto cualidades humanas como intelectuales, adecuadas para propiciar un nuevo enfoque y metodología de la enseñanza, que vaya encaminada a las necesidades actuales del alumno y a los retos que la globalización impone para el progreso sostenible. La capacitación de los docentes es determinante para la formación de actitudes, ante el estudio, la situación política y económica, los cambios sociales, etc. Su misión es despertar el pensamiento, la curiosidad, favorecer el sentido de 13 autonomía, fomentar la disciplina que implica de desarrollo intelectual, de tal forma generar los ambientes propicios para el éxito de la enseñanza y la educación permanente. La importancia del papel que cumple el personal docente como agente de cambio, favorece el entendimiento mutuo y la tolerancia. Es enorme la responsabilidad para el personal docente, ya que participa en la formación del carácter y de la mente de las nuevas generaciones, tanto a nivel individual como colectivo. El docente educa para la convivencia, las relaciones interpersonales, la ciudadanía, etc. con miras al futuro pero haciendo vida en el aula los principios básicos de una convivencia sana. En otras palabras su labor es planear, diseñar, crear, favorecer, mantener ambientes educativos de convivencia dignos del ser humano. El docente ha de establecer una nueva relación con el alumno, de mutuo acuerdo y entendimiento para convertirse no solo en el trasmisor de los conocimientos, sino como quien ayuda a los alumnos a encontrar, organizar y manejar esos conocimientos, guiando las mentes, más que moldeándolas, no solo inculcando conocimiento sino formando el pensamiento, despertando el interés por reflexionar y por investigar por su cuenta, pero formando también su espíritu, en cuanto a los valores imprescindibles para la vida. La conclusión de todas estas aportaciones son los derechos fundamentales del maestro que a continuación se enuncian. 14 15 Cartilla de derechos fundamentales del maestro Considerando la necesidad de salvaguardar el derecho a la educación consignado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en la Convención de los Derechos de la Infancia, en las actuales líneas de la política educativa vigente, así como en las recomendaciones para México de diversos organismos internacionales de los que forma parte, se proponen como derechos fundamentales básicos del Maestro, los siguientes: 1. Derecho a planear, desarrollar y evaluar con libertad didáctica las actividades académicas basándose en el programa educativo vigente con el compromiso de conducir eficaz y eficientemente el aprendizaje de sus alumnos. 2. Derecho a una formación profesional permanente, con el compromiso de innovar la práctica educativa de acuerdo al contexto y necesidades de sus alumnos. 3. Derecho a la libre asociación para conformar grupos colegiados y aprovechar la experiencia profesional del gremio en su práctica cotidiana. 4. Derecho al reconocimiento y respeto a su autoridad en el proceso formativo, con el compromiso de mantener relaciones humanas de convivencia sanas tanto dentro del aula como en los espacios educativos en donde se desarrolle. Dicha convivencia tiene su referente en el respeto la dignidad de la persona humana, en los valores fundamentales, así como a la normatividad aplicable en cada caso. 5. Derecho al respaldo de las autoridades educativas y de los padres de familia por ser corresponsable en el proceso formativo de seres humanos íntegros y en la construcción de una sociedad mejor. 6. Derecho a solicitar los recursos materiales necesarios para desempeñar su profesión conforme a las posibilidades de la comunidad, con el compromiso de cuidar y aprovechar al máximo tales recursos. 7. Derecho a un salario acorde a su responsabilidad, competencia y trayectoria magisterial con el compromiso cumplir ética y cabalmente con cada una de sus responsabilidades. 16 Equipo de trabajo 17 Guadalupe Alvarado de Ramírez Sara Cánovas Theriort Sara Antonieta Funes Díaz Ma. De los Ángeles Ituarte Verdusco Ana Teresa López de Llergo Guillermina Vicenta Meléndez Larios María Rosa Prada Alonso Paula Quezada Alvaro Rosa Virginia Ramírez Moran Araceli Romo Cabrera Alma Vallejos Dellauna Imelda Fabiola Velasco García Fuentes de consulta 18 Convención sobre los derechos del niño. Texto original recuperado el 4 de mayo de 2011 en: http://www.unicef.org/mexico/spanish/mx_resources_textoc dn.pdf Declaración Universal de los Derechos Humanos. Texto original, recuperado el 3 de mayo de 2011 en: http://www.un.org/es/documents/udhr/ Delors, Jacques. (1996). La educación: encierra un tesoro. UNESCO. México: Ed. Correo de la UNESCO. García, Aretio. Ruiz, Marta. García, Miriam. (2009). Las claves de la educación. España: Narcea. Issacs, David. (2004). Ocho cuestiones esenciales en la dirección de centros educativos. Pamplona: Ed. EUNSA. Manning, Elizabeth. Hernández, Yolanda. (2011 El valor de ser mejor. México: UVM Centro Institucional de Valores. Tomado del Foro Internacional Educación y Valores organizado por el Instituto de Fomento a la Investigación Educativa. IFIE. (1994)