LIMPIEZA DEL ACERO INOXIDABLE Los aceros inoxidables están presentes en muchos utensilios de uso diario. Además de su resistencia tanto física como de comportamiento, presenta una gran belleza superficial. Para un perfecto mantenimiento de los aceros inoxidables, son indispensables unas adecuadas prácticas de limpieza, que permitan mantener unas superficies limpias de suciedades y se prolongue de forma indefinida la vida del inoxidable. Hay que entender que el acero inoxidable, igual que cualquier otra superficie, debe ser limpiado para que mantenga su gran belleza superficial así como las condiciones higiénicas necesarias según los usos específicos. Para mantener el aspecto superficial es necesario seguir unas “muy sencillas” prácticas de limpieza. COMO LIMPIAR: - De una forma periódica, lavar las superficies con agua más jabón de tipo neutro hasta la eliminación de la suciedad. Emplear bayetas y/o esponjas que no arañen al inoxidable. Nunca olvidar un buen aclarado con agua después de cualquier operación de limpieza. Un secado final realzará la belleza de las superficies. QUE NO HACER: - No se deben usar lejías. Nunca utilizar una herramienta de acero al carbono en contacto con el inoxidable, lo cual provocará contaminación por hierro con la consiguiente aparición inmediata de óxidos marrones-anaranjados sobre las superficies del inoxidable. Además de las normas generales de limpieza, en las que simplemente lavados con agua más jabones de tipo neutro son suficientes para el mantenimiento de las superficies, según los medios específicos donde se encuentren los inoxidables, serán necesarias diferentes prácticas de limpieza. Como regla general, es adecuado hacer una prueba en una zona poco visible de la instalación, con el fin de observar como afecta el utensilio elegido sobre la superficie del inoxidable. COMO ELIMINAR DIFERENTES MANCHAS: 1- Marcas de dedos, marcas de grasa o aceite: Si con el simple lavado con agua y jabón no es suficiente para la eliminación de este tipo de manchas, las superficies de inoxidables pueden ser tratadas con alcohol y/o acetona con el fin de eliminar las marcas dejadas por restos de grasas y/o aceites. Para un acabado perfecto lavar a continuación con agua más jabón neutro seguido de un abundante enjaguado con agua. Secar la superficie. 2- Manchas de té y café: Estas manchas pueden ser eliminadas disolviendo bicarbonato en agua y añadiéndolo sobre la zona afectada. El calentamiento de esta solución puede hacer más efectivo el tratamiento. Una vez eliminada la mancha, la superficie de inoxidable debe ser lavada abundantemente con agua hasta la total eliminación de la mezcla usada para la limpieza. Un secado final devuelve la belleza a la superficie del acero inoxidable. 3- Adhesivos: Los restos de pegamentos de etiquetas adhesivas sobre las superficies de inoxidable han de eliminarse con el disolvente adecuado. En muchos casos la frotación del pegamento con aceite de oliva es suficiente para su eliminación de la superficie. En otras ocasiones puede probarse con alcohol y/o acetona. Siempre se recomienda después de la operación anterior un lavado con agua más jabón neutro. Aclarar abundantemente con agua y secar. 4- Pinturas: La eliminación de pinturas sobre las superficies de inoxidable, vendrá condicionada por el tipo de disolvente con el que ha sido formulada la pintura. En general, se pueden usar disolventes orgánicos y, es recomendable lavar a continuación la superficie con agua más jabón neutro hasta la eliminación del disolvente. Aclarar con abundante agua y secar. Muchas veces es necesario usar utensilios rascadores, pero se debe tener mucho cuidado para no arañar las superficies de inoxidable. 5- Restos de agua sobre la superficie: En algunos sitios debido a la dureza del agua corriente, cuando las superficies de inoxidable se secan al aire, pueden quedar huellas por la cantidad de elementos que puede llevar este agua. La adición de una solución compuesta de 1 parte de vinagre y 3 de agua elimina este tipo de manchas. Si es necesario, añadir agua caliente. Inmediatamente después de haber eliminado las manchas, lavar las superficies con abundante agua hasta la eliminación total de la solución ácida anterior. Secar la superficie. 6- Cemento: La mejor forma de asegurarse que el cemento no deja marcadas las superficies de inoxidable, es eliminarlo simplemente con agua cuando aun está mojado. Si se deja secar el cemento sobre la superficie, se producirá un producto totalmente adherido que es difícil de eliminar. Aunque se conoce que el ácido clorhídrico disuelve el cemento, no debe utilizarse sobre las superficies de inoxidable, ya que este producto ataca el acero. En algunos casos parece que el ácido fosfórico pudiera eliminar las manchas de cemento, pero en caso de emplearse, debe usarse en una solución muy diluida con agua para no dañar al inoxidable, debe ponerse especial cuidado en su manejo, y además debe ser eliminado de la superficie con abundante enjuagado con agua hasta asegurarse de la total eliminación de ácido. 7- Contaminación de hierro: En ocasiones y, por malas operaciones, las superficies pueden contaminarse por hierro. Bien procedente por el contacto con herramientas de acero al carbono, salpicaduras en operaciones de soldeo o simplemente el arañado por alguna pieza de hierro. Al quedar en contacto estas partículas de hierro con la superficie del inoxidable, se produce un fuerte par galvánico, que en presencia de un electrolito adecuado como puede ser la humedad ambiental, se produce la oxidación del hierro. El hierro, que actúa de ánodo, se oxida frente al inoxidable (cátodo), y se produce la aparición de una fuerte coloración marrón anaranjada propia de los óxidos de hierro. Aunque inicialmente el acero inoxidable no se ve afectado, con el tiempo y por procesos de aireación diferencial, puede llegar a atacarse. Por tanto, además de la mala imagen que dan estos óxidos sobre la superficie, conviene eliminarlos para evitar futuros problemas de corrosión. En estados incipientes el simple frotado con estropajos tipo “Scotch Brite” puede eliminar la contaminación de la superficie, o bien el empleo de lijas que rasquen las partículas de hierro de la superficie. Ya que estos métodos según el acabado que presente el inoxidable pueden arañar las superficies, también pueden ser recomendadas otras acciones empleando soluciones ácidas con contenidos en nítrico o fosfórico, que sean capaces de eliminar esta contaminación. En el mercado existen limpiadores de inoxidable que contienen fosfórico, y productos decapantes con nítrico, que se pueden usar. El empleo de estos métodos de limpieza de superficie conlleva la aplicación de unas cuidadas normas de trabajo con el fin de evitar riesgos innecesarios por el uso de estos productos químicos. Si el ataque es muy acusado son necesarios tratamientos mecánicos que eliminen la zona afectada y poder recuperar así las superficies de inoxidable.