CÓMO SOBREVIVIR AL FIN DEL MUNDO TAL COMO LO CONOCEMOS Tácticas, técnicas y recursos tecnológicos para tiempos de incertidumbre James Wesley Rawles Fundador de SurvivalBlog.com EDITORIAL PAIDOTRIBO Índice Agradecimientos Introducción Nota del editor 1 MENTALIDAD DE SUPERVIVENCIA PARA VIVIR EN TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE V VII XIII 1 2 PRIORIDADES. LA LISTA DE LISTAS 21 3 EL REFUGIO DE SUPERVIVENCIA 41 4 AGUA. EL RECURSO CLAVE 69 5 LA DESPENSA PROFUNDA. EL ALMACÉN DE COMIDA DE LA FAMILIA 85 6 COMBUSTIBLE Y ENERGÍA PARA LA CASA 119 7 HUERTOS Y GANADO 143 8 MATERIAL MÉDICO Y PRÁCTICA MÉDICA 167 9 COMUNICACIONES Y VIGILANCIA 213 10 SEGURIDAD DE LA CASA Y AUTODEFENSA 229 III IV 11 ARMAS DE FUEGO PARA SER INDEPENDIENTE Y DEFENDERSE 253 12 LOS VEHÍCULOS DE EVACUACIÓN Y EL TEMIDO VIAJE FUERA DE LA CIUDAD 281 13 INVERSIONES, TRUEQUE Y NEGOCIOS CASEROS 299 14 AHORA TODO DEPENDE DE USTED 327 Apéndice A. GLOSARIO Apéndice B. LIBROS Y RECURSOS EN INTERNET Apéndice C. PROTECCIÓN DE LA FAMILIA FRENTE A UNA PANDEMIA DE GRIPE 333 345 347 Índice alfabético Sobre el autor 355 373 Introducción Una sociedad extremadamente frágil ivimos en una época de relativa prosperidad. El cuidado de nuestra salud es excelente, nuestras despensas están repletas de alimentos frescos y nuestros sistemas de telecomunicaciones son veloces como la luz. Tenemos medios de transporte baratos y nuestras ciudades están conectadas por un elaborado y bien mantenido sistema de carreteras, autopistas, ferrocarriles, canales, puertos y aeropuertos. Por primera vez en la historia del ser humano, la mayor parte de la población mundial vive en ciudades. Pero la contrapartida de toda esta abundancia es la supercomplejidad, la superespecialización y unas cadenas de suministro excesivamente complicadas. En el Primer Mundo, menos del dos por ciento de la población se dedica a la agricultura o a la pesca. Pensémoslo un momento: sólo un dos por ciento alimenta al otro noventa y ocho por ciento. La comida de nuestras mesas procede de lugares situados a cientos o miles de kilómetros. Nuestro calor y nuestro sistema de iluminación suelen ser suministrados por fuentes de energía situadas a cientos de kilómetros. Para muchas personas, incluso el agua corriente que beben tiene que viajar distancias igual de largas. Nuestras fábricas producen coches y sofisticados aparatos electrónicos que tienen piezas que llegan de tres continentes. El ciudadano medio regresa cada día del trabajo a casa para encontrar que su frigorífico está lleno de comida, sus lámparas funcionan bien, su teléfono también funciona, de su grifo sale agua potable, su cuarto de baño está limpio, el banco le ha abonado el cheque, han recogido su basura, su casa se mantiene a unos cómodos veintiún grados de temperatura, puede ver su programa favorito en un tele- V VII visor que funciona las veinticuatro horas del día siete días por semana y su conexión a Internet es sólida como una roca. Hemos construido una Gran Máquina que hasta ahora ha funcionado bastante bien, con sólo algunos problemas técnicos. Pero quizá no siempre sea así. Tal como tuvo que sufrir Napoleón, las largas cadenas de suministro y de comunicaciones son frágiles y vulnerables. Algún día la Gran Máquina puede detenerse. Permítanme describir tan sólo una de las series de circunstancias que pueden hacer que esto ocurra. Imaginemos la mayor de las pandemias de gripe, que se contagia por simple contacto; un virus tan potente que mata a más de la mitad de las personas contagiadas. Imaginemos que el avance de la enfermedad es tan rápido que se extiende por todo el mundo en menos de una semana. (¿No son magníficos los viajes en avión actuales?) Tengamos en cuenta que contamos con servicios informativos tan ávidos de “noticias calientes” que no podrán resistir la tentación de mostrar imágenes de hombres con máscaras antigás, guantes de goma, gafas protectoras y trajes aislantes sacando de casas camillas cargadas con bolsas de cadáveres. Estas escenas se repetirán tantas veces que la mayoría de los ciudadanos dirá: “no voy a ir a trabajar mañana, ni tampoco pasado mañana; en realidad, saldré sólo cuando la situación mejore”. Pero, si no se trabaja, fallarán algunos importantes engranajes de la Gran Máquina. ¿Qué ocurrirá cuando falten piezas de la Gran Máquina? No se procesarán las órdenes en los centros de distribución. Los enormes camiones no llevarán las mercancías a las tiendas de alimentación. Las gasolineras se quedarán sin gasolina. Algunos policías y bomberos no irán a trabajar porque habrán decidido que la mayor prioridad es defender a sus familias. Los cables eléctricos no funcionarán por culpa de las tormentas, y no habrá nadie para repararlos. Las cosechas se pudrirán en los campos y las huertas porque no habrá nadie para recogerlas, transportarlas o transformarlas en productos elaborados, ni tampoco para colocarlas en las estanterías del supermercado. La Gran Máquina se habrá roto. VIII CÓMO SOBREVIVIR AL FIN DEL MUNDO TAL COMO LO CONOCEMOS ¿Suena espantoso? Claro que sí, así es. Las consecuencias son tremendas. Pero la situación puede ser peor. La familia media que vive en las afueras de una ciudad tiene en su despensa comida para sólo una semana. Supongamos que la pandemia continúa durante semanas o meses: ¿qué harán cuando se les haya acabado la comida y no exista posibilidad de que se restablezca el suministro? Los estantes del supermercado estarán vacíos. Enfrentados con el dilema de quedarse en casa y morir de hambre, o salir para encontrarse con la Señora Gripe, millones de bravos ciudadanos se verán obligados a salir y buscar alimento. Probablemente los primeros objetivos sean los restaurantes, las tiendas y los almacenes de comida. A medida que la crisis se agrave, no pocos de los que antes buscaban comida se convertirán en saqueadores que se apropiarán de lo que hayan dejado en casa sus vecinos. Después se trasladarán a granjas cercanas a las ciudades. Algunos saqueadores formarán bandas muy móviles y bien armadas, que se adentrarán en las tierras de cultivo con vehículos que funcionarán con gasolina robada. En algún momento se les acabará su buena suerte y morirán todos por la gripe o por envenenamiento con plomo. Pero, antes de que mueran todos, causarán mucho daño. Usted debe estar preparado para una posible crisis de este tipo. Su vida y la de sus seres queridos dependen de ello. El Nuevo Mundo y usted En el momento en que aparezca la pandemia de gripe —o un ataque terrorista, o una fuerte devaluación de la moneda, o alguna otra crisis imprevisible— la situación se pondrá muy fea en todo nuestro planeta. Piense en todas las implicaciones del derrumbamiento de sectores clave de nuestra moderna infraestructura tecnológica. Tendremos que poder conseguir agua, comida, calor y luz para nuestra familia. Lo mismo sucederá con el cumplimiento de las leyes, ya que lo más probable es que a partir de ese momento cada uno dependerá de sí mismo. INTRODUCCIÓN IX Deberemos tener listas nuestras provisiones, armas y recursos médicos. Y lo más importante, tendremos que estar preparados para permanecer emboscados tres o cuatro meses, con el mínimo contacto posible con el exterior. Esto requiere bastante preparación y mucho dinero en efectivo para pagar las facturas en ausencia de una fuente de ingresos. La Gran Desintegración Cuando la versión inglesa de este libro entró en prensa, en verano de 2009, fuimos testigos de una profunda crisis en la economía global. Los tipos de interés artificialmente altos y los precios inmobiliarios inflados en muchas naciones del Primer Mundo alimentaron una burbuja crediticia a nivel internacional. Esa burbuja estalló en 2007 y todos los efectos del colapso crediticio se han dejado notar después. La recesión resultante podría convertirse en una depresión económica que tal vez se prolongue más de una década. El colapso producido por el exceso de créditos “swap” es indicativo de un riesgo mucho mayor. Estas extrañas formas de cobertura suponen sólo una pequeña parte de un mercado de productos financieros similares que alcanza los seiscientos billones de dólares. Hay otros productos financieros igualmente peligrosos. El veterano inversor Warren Buffett los llamaba “bombas de relojería”. Estoy de acuerdo. Todas las malas noticias económicas actuales y la llegada de la gripe A ponen en cuestión algunos de los supuestos básicos relacionados con la vida en la moderna sociedad industrial. Tenemos la obligación de preguntarnos: ¿Cuánto estrés puede soportar una sociedad antes de empezar a desintegrarse? ¿Serán seguras nuestras ciudades dentro de un año, o de cinco años? ¿Seguirán bien surtidos los estantes de los supermercados, con la misma abundancia y variedad de productos? X CÓMO SOBREVIVIR AL FIN DEL MUNDO TAL COMO LO CONOCEMOS Con la información de este libro, usted podrá prepararse para vivir de forma independiente (sin suministro energético) durante un largo período de tiempo. La autosuficiencia es la clave. Por favor, tenga en cuenta que a lo largo del libro hago referencia a algunas páginas web útiles. Si usted no dispone de Internet en casa, puede acceder a estas páginas desde los terminales que hay en algunas bibliotecas públicas. Si alguna de las direcciones que ofrezco ya no existe, utilice buscadores para conseguir las nuevas direcciones o páginas similares. Para una mayor brevedad, he utilizado el servicio de SnipURL.com para abreviar las direcciones más largas citadas en el libro. Estas direcciones cortas harán más fácil y rápida la consulta de las páginas mencionadas. También en aras de una mayor brevedad utilizo muchos acrónimos. Todos ellos se encuentran en el glosario. Este libro plantea un reto y una respuesta: ¿Está usted preparado para sobrevivir al fin del mundo tal como lo conocemos? Si no es así, aquí tiene todo lo que necesita saber. Lea este libro. Dele una oportunidad. ¡Después, póngase a la labor! INTRODUCCIÓN XI Nota del editor emos hecho todos los esfuerzos por garantizar que la información contenida en este libro es completa y precisa. Sin embargo, ni el editor ni el autor se comprometen a ofrecer consejos o servicios profesionales al lector. Las ideas, procedimientos y sugerencias de este libro no pretenden sustituir los consejos de su médico. Todas las cuestiones relacionadas con la salud requieren supervisión médica. Ni el autor ni el editor se hacen responsables de las pérdidas o daños supuestamente procedentes de cualquier información o consejo de este libro. En lo que respecta al tema económico, esta publicación está destinada a proporcionar información precisa y autorizada relativa a su tema. Se pone a la venta partiendo del hecho de que el editor no está implicado en la tarea de ofrecer servicios legales, económicos ni profesionales de ningún tipo. Si necesita consejo legal u otro tipo de asistencia de expertos, debe solicitar los servicios de un profesional competente. Asimismo, las actividades de exterior son, por su misma naturaleza, potencialmente peligrosas. Todos los participantes en estas actividades deben asumir la responsabilidad de sus propias acciones. Si usted tiene algún problema de salud o enfermedad, consulte con su médico antes de realizar cualquier actividad de exterior. La información contenida en este manual no puede sustituir el buen juicio y la correcta toma de decisiones, los cuales pueden ayudar a reducir el riesgo. El enfoque de este libro no permite hacerle responsable de todos los potenciales peligros relacionados con tales actividades. Infórmese todo lo que pueda sobre las actividades de exterior en las que participe, prepárese para lo inesperado y sea prudente. La recompensa será una experiencia más segura y divertida. H XIII Finalmente, de acuerdo con lo expuesto, nada de lo dicho en este libro expresa o implica garantizar la idoneidad o buen funcionamiento de ningún producto, servicio o diseño. El lector que desee utilizar un producto, servicio o diseño descritos en este libro debe antes consultar a un especialista o profesional que asegure la idoneidad para el estilo de vida y las necesidades ambientales del lector. XIV CÓMO SOBREVIVIR AL FIN DEL MUNDO TAL COMO LO CONOCEMOS