166 J]Û]pagf]khjY_e¦la[YkkgZj]<]j][`g\]>YeadaY Por el contrario, la segunda postura es la que se propone en un proyecto de ley presentado en el Congreso argentino en el año 2009 y que por dos años mantiene estado parlamentario, donde adopta la siguiente fórmula: “Si no han quedado descendientes ni ascendientes, los convivientes que tengan aptitud nupcial, se heredan recíprocamente, pero no tienen el carácter de herederos forzosos. En cualquier caso, el derecho hereditario del supérstite se extinguirá si con anterioridad al momento del fallecimiento del causante, la convivencia hubiese cesado”52. Si bien excede con creces los objetivos de esta ponencia profundizar sobre los diferentes conflictos que presentan las uniones convivenciales (si constituyen un nuevo estado civil, formas de terminación de la unión, si se recepta o no el deber de fidelidad y cuál sería su sanción ante el posible incumplimiento, la obligación alimentaria durante y tras la ruptura de la unión, la posibilidad de generar daños por dicha situación de ruptura, etc); lo cierto es que entendimos necesario dejar planteados algunos interrogantes todavía pendientes o al menos interesantes de ser revisados a la luz de la obligada doctrina internacional de derechos humanos. 5.- OTRA REVISIÓN NECESARIA EN EL DERECHO DE FAMILIA CONTEMPORÁNEO: LA IGUALDAD JURÍDICA Y REAL ENTRE HOMBRE Y MUJER 5.1. ALGUNAS CONSIDERACIONES GENERALES Uno de los conflictos que se muestra con mayor frecuencia en la práctica judicial y que involucra de manera directa a los derechos de niños, niñas y adolescentes, se refiere a su custodia tras la ruptura de la pareja, sea esta matrimonial o no por el principio de igualdad entre los hijos matrimoniales y extramatrimoniales. Desde la mirada constitucional- internacional, la inquietud central reside en saber qué tipo de regulación estaría más a tono con un principio incontrastable y básico en un Estado Democrático como lo es el de igualdad entre hombre y mujer. Principio que en el derecho de familia coloca en tela de juicio una máxima que hace tiempo está siendo puesta en crisis: la idea de la mujer-madre como principal cuidadora de los hijos, en virtud de un supuesto y natural “instinto maternal”. ¿Acaso la maternidad como todos los roles y funciones no son construcciones sociales? ¿Cómo se podría llegar a comprender que en algunos supuestos, las mujeres decidan desprenderse de su hijo en adopción, si existiera desde el punto de vista biológico un “gen de la maternidad”? En este contexto crítico, fácil se advierte que la crianza, educación y afecto que los padres les brindan a sus hijos no depende del “genotipo” que estos porten sino en ciertas y determinadas historias de vida, 52. S-1874/2009 que se puede consultar en www.senadores.gov.ar