“La receta no es debilitar más la defensa de los derechos de los

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15/11/2014
Tirada:
6.683
Categoría: Andalucía
Difusión:
5.852
Edición:
Regional
Audiencia: 17.556 Página:
13
AREA (cm2): 877,8
ENTREVISTA
OCUPACIÓN: 83,5%
Martín Godino
V.PUB.: 24.107
NOTICIAS DE SAGARDOY
Presidente de la Asociación
Nacional de Laboralistas
La Asociación Nacional de Laboralistas (Asnala) celebra en Almería su XV Congreso nacional. Su presidente analiza
las consecuencias de la reforma laboral impulsada por el Gobierno y el horizonte de los nuevos proyectos normativos en materia de mercado de trabajo y contratación. La cita reúne en la capital a 150 expertos de todo el país
“La receta no es debilitar más la defensa
de los derechos de los trabajadores”
JAVIER PAJARÓN
Redacción
“La reforma laboral
fue de urgencia y
no se hubiera
podido hacer con
el acuerdo social”
Martín Godino (Madrid,
1963) es presidente de la Asociación Nacional de Laboralistas (Asnala) y director general de la Fundación Sagardoy, asociada a un importante despacho de abogados.
“Es un drama que
los ajustes se hagan
sobre la extinción
de los contratos
temporales”
¿Cuáles son los objetivos del congreso?
El congreso es muy
oportuno, un año y medio
después de la reforma laboral. Por un lado, es un buen
momento para hacer balance de su aplicación ahora que
parece que la recuperación
económica lo permite y, por
otro, porque vuelve a plantearse, con este reciente informe de la Comisión Europea,
la oportunidad de una reforma orientada a la contratación, para acabar con la famosa dualidad entre contratos temporales e indefinidos.
El congreso reflexiona sobre
si en materia de contratación
está todo hecho.
¿Por qué han elegido
Almería para la cita?
Es tradición en Asnala fomentar la implantación
territorial de la asociación.
Tenemos 420 socios en todas
las comunidades y provincias. Por eso el congreso es
itinerante. Y, en particular,
en Almería hay un grupo importante de socios de Asnala
desde hace mucho tiempo y
es gente muy activa.
¿Qué opinión tiene
de la reforma laboral impulsada por el Gobierno?
La materia es sensible y en una asociación tan
plural como Asnala cada uno
tiene su visión. Pero, con la
mayor objetividad, creo que
la reforma ha funcionado razonablemente bien en la flexibilidad interna, es decir, la
capacidad de las empresas de
adaptarse al entorno, con
modificación de las condiciones y el descuelgue de convenios. Pero creo que en los despidos no está funcionando y
“El contrato único
es muy difícil, pero
se necesita una
formulación con
menos contratos”
está dando muchos problemas. Se ha perdido agilidad,
los procesos colectivos se eternizan durante años y hay mucha inseguridad jurídica.
EL PRESIDENTE de Asnala, Martín Godino, en Almería. LA VOZ
Apertura del congreso
nacional de laboralistas
INAUGURACIÓN del encuentro ayer en Almería. NIEVES LÓPEZ
El Edificio de las Mariposas
de Cajamar en Almería acogió ayer el acto de apertura
del XV Congreso nacional de
laboralistas, organizado por
la asociación Asnala con
participación de los colegios profesionales de Abogados y Graduados Sociales
de Almería. El título de las
jornadas es ‘El contrato de
trabajo en un entorno de recuperación económica’.
En la inauguración participaron la delegada del Gobierno de la Junta, Sonia Ferrer,
el alcalde la capital y abogado,
Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, el presidente de
los graduados sociales, Mi-
guel Ángel Tortosa, el decano de los abogados, José
Pascual Pozo, el presidente
de la Sala de lo Social de
Granada del TSJ de Andalucía, Jose Manuel González Viñas, y el presidente de
la Asociación Nacional de
Laboralistas, Martín Godino Reyes.
La cita reúne a 150 especialistas llegados desde todos los puntos del país y se
erige como un foro de reflexión y debate sobre los cambios normativos en materia
de Derecho Laboral. Entre
los ponentes se encuentran
Ana María Orellana, magistrada de la Sala de lo Social
del TSJA, y Antonio Sempere, magistrado de la Sala IV
del Tribunal Supremo y catedrático. La Secretaria de
Estado de Empleo, Engracia
Hidalgo, participa en la
clausura a las 15 horas de este sábado.
¿Y la contratación?
Esa es la tercera pata y
prácticamente no se ha abordado en la reforma. El grueso
del problema que tenemos
con un 25 por ciento de contratación temporal no se ha
abordado y yo creo que es el
que está ahora encima de la
mesa de debate.
¿Habría que reducir el
número de contratos?
Claramente. Una de las
tradicionales recetas de los últimos años, el contrato único,
es discutible y muy diícil técnicamente, pero es verdad que
se necesita una formulación
con menos contratos y una homogeneización del régimen
jurídico de los contratos indefinidos y temporales. Es un
drama que todos los ajustes se
hagan en la extinción de contratos temporales, la mayoría
en la población más joven. Las
personas llegan a los 35 ó 40
años sin haber tenido nunca
un contrato indefinido. Es un
problema muy serio.
¿Cómo se soluciona?
Probablemente, que
los derechos y obligaciones,
también en las indemnizaciones, sean iguales para contratos indefinidos y temporales.
Abaratar despidos,
temporalidad ... suena a Despotismo Ilustrado, todo para
los trabajadores pero sin los
trabajadores.
Yo defiendo que hacía
falta una reforma para flexibilizar el mercado de trabajo, pero nuestra legislación es ya suficientemente flexible. Hemos
tocado suelo. No creo que la receta sea debilitar más los mecanismos de defensa de los derechos de los trabajadores.
¿Y los minijobs?
Los minijobs son una
fórmula para destruir empleo
cambiando los contratos a
tiempo completo a tiempo
parcial. Es verdad que las tasas
de paro en Alemania se mantuviera, pero también que 4
millones de trabajadores pasaron a jornadas reducidas. No
creo que la solución sea esa.
Puede ser una medida de ajuste para empresas en crisis, pero ya existe en la legislación.
Almería sufre un problema en los Juzgados de lo
Social con señalamientos a
dos años vista.
No sé si con la misma
intensidad, pero es un problema generalizado.
¿Cree que al Gobierno le ha falta diálogo con los
agentes sociales?
En el ámbito laboral la
reforma no se hubiera podido
hacer con acuerdo social, fue
una reforma de urgencia y
creo que, aunque el diálogo es
siempre un cauce adecuado,
creo que hubiera sido imposible. En cambio, en al ámbito
de Justicia la actitud del Gobierno ha sido francamente
diálogo con ninguno de los sectores afectados. La situación
es insólita, con el Ministerio
de Justicia enfrentado a jueces, abogados, graduados sociales... con todo el mundo.
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