Actas Odontológicas Erosión o corrosión dental: factores etiológicos y diagnóstico Sueldo Parraguirre, G. P.; Pesantes Cruzado, L. M.; Martucci, D. G.; Henostroza Quintans, N. Erosión o corrosión dental: factores etiológicos y diagnóstico Dental erosion or corrosion: etiology and diagnosis Autores Gisela Paola Sueldo Parraguirre Luz Marina Pesantes Cruzado Diplomada en Odontología Restauradora y Estética por la Universidad Peruana Cayetano Heredia (Lima, Perú). Diplomada en Odontología Restauradora y Estética por la Universidad Peruana Cayetano Heredia (Lima, Perú). Daniel Gustavo Martucci Natalia Henostroza Quintans Profesor Adjunto de la Cátedra de Técnica de Operatoria Dental de la Facultad de Odontología de la Universidad de Buenos Aires (Argentina). Magíster en Dentística Restauradora por la Facultad de Odontología de Baurú de la Universidad de São Paulo (Brasil). Profesora Auxiliar de la Sección Académica de Operatoria Dental y Materiales Dentales y del Área de Odontología Restauradora y Estética de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (Lima, Perú). Entregado para revisión: 01 de junio de 2010 Aceptado para publicación: 25 de agosto de 2010 Resumen La Erosión dental o Corrosión dental constituye una de las afecciones dentales más comunes de la vida moderna, fundamentalmente debido la proliferación de alimentos, medicamentos y bebidas ácidas en la dieta diaria. Otros aspectos de la etiología de esta afección también se discuten con la intención de permitir la identificación de los factores etiológicos para lograr un buen diagnóstico así como prevenir la corrosión dental. Palabras claves: erosión de los dientes; reflujo gastroesofágico; bebidas gaseosas; bulimia nerviosa. Abstract Dental Erosion or dental corrosion is one of the most common dental diseases of modern life, due to wide presence of acidic food, drugs and beverages on everyday diet. Other details of the etiology of this disease are also discussed intending to allow the identification of etiologic factors in order to achieve a good diagnosis as well to prevent dental corrosion. Key words: tooth erosion; gastroesophageal reflux; carbonated beverages; bulimia nervosa. V OLUMEN VII / N ÚMERO 2 / D ICIEMBRE 2010 / 5 - 11 ISSN 1510-8139 5 Actas Odontológicas Erosión o corrosión dental: factores etiológicos y diagnóstico Sueldo Parraguirre, G. P.; Pesantes Cruzado, L. M.; Martucci, D. G.; Henostroza Quintans, N. La erosión o corrosión dental es la pérdida superficial irreversible de tejidos dentales duros debido a una acción química de ácidos y/o sustancias quelantes en la que no intervienen las bacterias. (Grippo et al, 2004; Gandara & Truelove, 1999). Debido a los cambios de dieta y hábitos de la vida moderna, constituye una de las condiciones clínicas de pérdida de estructura comúnmente más encontrada dentro de las lesiones dentarias no cariosas y que causa daños de importancia en la estructura dental (Amin et al, 2001; Jensdottir et al, 2006; Ganss, 2008). superficie del esmalte pulida y sin brillo (Figura 1). Cuando se presenta en zonas oclusales (Figura 2), lo hace en forma de canaletas o pozos (Young et al, 2008). Ello se debe a que la corrosión dental empieza por la desmineralización superficial del esmalte para luego causar la disolución de las capas superficiales y la progresiva pérdida de la estructura dentaria subyacente (Ganss, 2008). De esta forma, la disolución química se produce de forma simultánea a la acción de desgaste mecánico, y así la superficie atacada por los ácidos pierde resistencia tornándose más susceptible a los y REVISIÓN DE LITERATURA El término, erosión dental, utilizado para referir este tipo de lesiones, no es el más adecuado ya que, tal como indican Grippo et al (2004), según la definición del Comité de Estandarización de la Sociedad Americana de ensayos de materiales, dicho término se refiere a la pérdida progresiva de un material sólido debida a la interacción mecánica entre la superficie de dicho sólido y un fluido. Así, este tipo de fenómeno es el observado en las rocas que son erosionadas por las olas del mar o por el viento. Los autores argumentan que esa no es la causa de la pérdida de estructura en las piezas dentarias y por consiguiente, sugieren reemplazar el término “erosión dental” por el de “corrosión”, que se ajusta mejor a la disolución química de dientes (Grippo et al, 2004). La prevalencia de la corrosión está aumentando alarmantemente observándose su manifestación a temprana edad, particularmente en niños de niveles socioeconómicos altos (Gandara & Truelove, 1999; Chunmuang et al, 2007; Ganss, 2008). Esta explosión se explica por los cambios de hábitos alimenticios recientes de las sociedades modernas, sobre todo con el aumento del consumo de bebidas ácidas, bebidas carbonatadas y jugos de frutas, que son los principales responsables de la aparición y generalización de este tipo de lesiones (Grippo et al, 2004; Magalhães et al, 2008; Young, 2008). Desde el punto de vista clínico se describen ciertas características comunes, como son: presentarse tanto en zonas linguales como vestibulares, especialmente en el tercio gingival como pequeñas depresiones o lesiones superficiales más anchas que profundas con forma de disco, cuchara o plato tendido, e irregular tener márgenes lisos y poco definidos exhibiendo la 6 Figura 1. Lesiones no cariosas en el tercio gingival de la superficie vestibular de piezas 11, 12, 21 y 22 en paciente de sexo femenino de 26 años de edad quien refiere beber diariamente jugo de naranja en las mañanas, inmediatamente después de levantarse. Figura 2. Lesiones no cariosas en oclusal de piezas 15 y 16 de paciente de sexo femenino de 65 años de edad para quien el jugo de naranja fue su única bebida de consumo durante muchos años. La paciente es, además, bruxómana, lo que agravó su situación. ISSN 1510-8139 V OLUMEN VII / N ÚMERO 2 / D ICIEMBRE 2010 / 5 - 11 Actas Odontológicas Erosión o corrosión dental: factores etiológicos y diagnóstico Sueldo Parraguirre, G. P.; Pesantes Cruzado, L. M.; Martucci, D. G.; Henostroza Quintans, N. efectos mecánicos de abrasión y atrición (Litonjua et al, 2003). Este mecanismo se explica porque la saliva contiene iones de Calcio y Fosfato, los cuales cuando el pH neutro se mantiene en estado supersaturado con relación a la hidroxiapatita del esmalte, impide la pérdida mineral; así, cuando el pH disminuye traspasando la línea de saturación conocida como pH crítico (aproximadamente 5.5 para el esmalte y 6.5 para la dentina) implica que cualquier sustancia en contacto con la cavidad bucal con valores de pH por debajo de 5.5 puede causar desmineralización de la matriz dental inorgánica, particularmente si el ataque es prolongado y repetitivo a través del tiempo (Litonjua et al, 2003). La cantidad de minerales disueltos por este proceso dependerá de varios factores tales como: tipo o disociación del ácido, valor del pH, efecto tampón o buffer, tiempo de duración de la exposición, comportamiento de disolución del esmalte y factores relacionados con la saliva, tales como: disminución de secreción y los niveles de Calcio y Fosfato (Gandara & Truelove, 1999; Amin et al, 2001; Lussi, 2008). Así, debido al complejo carácter multifactorial de dicha lesión, el diagnóstico abarcará no sólo el proceso de identificación y caracterización de las lesiones sino que también priorizará la obtención de información de los pacientes de índole médica, nutricional y ocupacional a través de la anamnesis (Grippo et al, 2004; Young et al, 2008; Ganss, 2008). El conocimiento exacto del origen de los ácidos responsables es fundamental para el correcto diagnóstico y tratamiento de estas lesiones. De esta manera, según el origen que presenten pueden ser: extrínsecos (ingeridos por el paciente), intrínsecos (producidos por el propio organismo) o idiopáticos (origen desconocido) (Ten Cate & Imfeld, 1996; Ganss, 2008). Los factores extrínsecos agrupan ácidos exógenos presentes fundamentalmente en la dieta, hábitos y estilos de vida particulares, en el medio ambiente y medicamentos. (Gandara & Truelove, 1999; Grippo et al, 2004; Jensdottir et al, 2006). Una forma es la conocida como exposición ocupacional a ácidos, es decir aquella donde los trabajadores están expuestos a gases industriales que contengan diversos tipos de ácidos que ocurre en diversos procesos industriales, tales como: extracción, fabricación, galvanización y acabado de metales; producción de fertilizantes y detergentes; fabricación de baterías y municiones y labores en diferentes áreas de las industrias V OLUMEN VII / N ÚMERO 2 / D ICIEMBRE 2010 / 5 - 11 química y petroquímica, donde están presentes diversos tipos de ácidos tales como: clorhídrico, pícrico, tartárico y sulfúrico, ya sea en forma líquida, sólida o gaseosa, que pueden alcanzar fácilmente la cavidad bucal por inhalación e ingestión y producir corrosión dental en la superficie labial de los dientes anteriores, además de gingivitis (Amin et al, 2001; Kim & Douglass, 2003). Todo ello puede ser evitado con el uso de máscaras de protección, cuyo uso Kim y Douglass en 2003 relacionaron con la disminución de la corrosión dental. Otra sustancia que produce lesiones de corrosión dental es el ácido tricloroso dianúrico, presente en las piscinas a las que se les hace inadecuado mantenimiento con cloro, que pueden afectar a los nadadores. Además, existen ciertos medicamentos que contienen sustancias con potencial corrosivo, que depende en gran medida de la frecuencia, duración y método de administración, así como la susceptibilidad del individuo (Grippo et al, 2004; Lussi, 2008). Algunos de ellos se detallan en la Tabla 1. Tabla 1 Medicamentos con potencial para la corrosión dental Tónicos de Hierro y jarabes para la tos con pH de 1.5 a 8.6. Tabletas de vitamina C Ácido acetil salicílico en presentación masticable en dosis elevadas y por largos períodos Narcóticos psicotrópicos (Nixon et al, 2002) Anfetaminas Aplicación tópica de cocaína (Grippo et al, 2004) Jarabes pediátricos que contienen fructosa y sacarosa Dentro de los factores extrínsecos, se encuentran muchos alimentos y bebidas presentes en la dieta que presentan potencial corrosivo por causa de su contenido ácido, por ejemplo: comidas con abundante vinagre o limón, yogurt, tomate, frutas frescas y en forma de jugo, bebidas carbonatadas, bebidas deportivas, infusiones y alcohólicas (Gandara & Truelove, 1999; West et al, 2001; Lussi ISSN 1510-8139 7 Actas Odontológicas Erosión o corrosión dental: factores etiológicos y diagnóstico Sueldo Parraguirre, G. P.; Pesantes Cruzado, L. M.; Martucci, D. G.; Henostroza Quintans, N. & Jaeggi, 2008). Las bebidas carbonatadas son una de las causas más comunes de descalcificación dental, ya que constituyen un componente de la dieta de las sociedades contemporáneas y su consumo se incrementa cada vez más, sobre todo en niños y adolescentes. Las bebidas carbonatadas suelen contener ácido fosfórico, un ácido con bajo potencial de ionización (pK 2.15) que se comporta como ácido fuerte. Dicho ácido se utiliza en muchos productos por ser un acidulante disponible muy económico. Además, las bebidas carbonatadas dietéticas contener ácido cítrico, lo cual las torna altamente corrosivas. El potencial corrosivo de dichas bebidas depende de la concentración de ácido, que determinará el pH. En las bebidas carbonatadas esto es muy variable, pero el pH aproximado se encuentra alrededor de 3.0 (West et al, 2001; Mas, 2002). Por ello, son muchos los aportes realizados para modificar la composición de las bebidas y reducir su potencial corrosivo mediante la adición de citrato de calcio malato o suplementos mixtos de calcio y sales de fosfato (Grippo et al, 2004; Jensdottir et al, 2006; Chunmuang et al, 2007). Otros productos identificados como factores de riesgo de producción de corrosión dental son los jugos de frutas naturales, néctares de frutas, bebidas agrias y alimentos ácidos (Lussi & Jaeggi, 2008) debido al contenido de ácido cítrico y maleico. Sin embargo, la frecuencia, duración y hábitos de consumo, teniendo en cuenta las superficies dentales que entran en contacto con los productos son de capital importancia, Así, Jensdottir et al, en 2006, indican que el consumo de frutas cítricas más de dos veces al día, eleva el riesgo 37 veces más para el desarrollo de corrosión dental; el consumo de vinagre de manzana, diez veces más; las bebidas para deportistas y las bebidas carbonatadas, cuatro veces más. Incluso el agua mineral carbonatada tiene un potencial corrosivo, aunque mínimo, en el esmalte (Grippo et al, 2004) por contener ácido carbónico. También el vino puede tener efecto en la corrosión dental debido a su acidez y contenido alcohólico, además del potencial de causar discromía e hipersensibilidad dentinaria (Meurman & Vesterinen, 2000). Su composición es compleja, incluye: ácido tartárico, láctico, maleico y cítrico. El potencial corrosivo está en relación con la variación en la concentración de los diferentes ácidos en cada vino, cuyos valores de pH oscilan entre 2.4 – 4.02 (Mandel, 2005). De esta forma, 8 se ha reportado que el vino blanco es un poco más ácido que el tinto, debido a los contenidos más altos de ácido tartárico y maleico (Mandel, 2005). Sin embargo, el vino también contiene Calcio, Fosfato y Flúor, que pueden compensar el pH ácido, neutralizando hasta cierto punto el efecto corrosivo gracias al efecto buffer y efectos de la remineralización de la saliva (Rees et al, 2002). Por otra parte, las bebidas alcohólicas también muestran alta incidencia de producción de corrosión dental (Grippo et al, 2004). Nogueira et al, en 2000, encontraron que los valores de pH de la cerveza oscilan entre 3.79 a 4.8 y la neutralización ácida varía de 7.2 a 9.52, concluyendo que esta bebida puede desmineralizar la estructura dental y provocar efectos dañinos en los dientes. Si el consumo es excesivo el paciente puede presentar un cuadro de gastitris crónica, con síntomas tales como regurgitación y vómitos, los cuales son un factor coadyuvante a la corrosión dental (Grippo et al, 2004; Jensdottir et al, 2006). En realidad, el potencial corrosivo de una bebida o sustancia no depende exclusivamente del valor del pH sino que está influenciado fuertemente por su capacidad buffer y las propiedades del quelación del ácido (Lussi 1996; Jensdottir et al, 2006), además de factores como la frecuencia, duración de la ingestión y el método de succión (Jensdottir et al, 2006). Así, si se bebe a través de un sorbete o pajilla, se disminuye el tiempo de contacto de la bebida con los dientes comparado a beber en un vaso (Gandara & Truelove, 1999; Lussi & Jaeggi, 2008). Por otro lado, el contenido de calcio, fosfato y fluoruro de algunas de estas bebidas, de modo similar a lo que ocurre con el vino, ayudan a contrarrestar su potencial corrosivo (Attin et al, 2000). Los factores intrínsecos, por su parte son los provenientes de ácidos endógenos, específicamente de los ácidos gástricos que llegan a la cavidad bucal. En forma característica, la corrosión producida por jugos gástricos difiere de las de los ácidos extrínsecos por la distribución de las zonas afectadas. La llegada de dichos ácidos a la boca puede deberse a: bulimia, anorexia, rumiadura o fenómeno de reflejo voluntario, regurgitaciones por alcoholismo, vómitos durante el embarazo y por la enfermedad de reflujo gastroesofágico (Gandara & Truelove, 1999; Grippo et al, 2004; Jensdottir et al,2006; Barlett et al, 2008; Garone Filho & Silva, 2010). La Bulimia es la causa más común de la y ISSN 1510-8139 V OLUMEN VII / N ÚMERO 2 / D ICIEMBRE 2010 / 5 - 11 Actas Odontológicas Erosión o corrosión dental: factores etiológicos y diagnóstico Sueldo Parraguirre, G. P.; Pesantes Cruzado, L. M.; Martucci, D. G.; Henostroza Quintans, N. corrosión dental rápida, severa y debilitante. Constituye un disturbio psicológico relacionado con la alimentación, que se caracteriza por episodios recurrentes de consumo de grandes cantidades de alimentos en un corto período de tiempo, acompañados por inapropiados métodos compensatorios para prevenir el aumento de peso, como vómitos autoinducidos, uso de laxantes o diuréticos y ejecución de ejercicios vigorosos (Gandara & Truelove, 1999; Woodmansey, 2000). La mayoría de los individuos con bulimia presentan una autoestima baja, tienen una idea irreal de su cuerpo y están excesivamente preocupados por su propia apariencia. Este desorden de alimentación es más frecuente en mujeres adolescentes y jóvenes, encontrándose que el 33% de estos pacientes consumen alcohol y estimulantes y más del 50% presentan trastornos de personalidad (Little, 2002; Burkhart et al, 2005; Lussi & Jaeggi, 2008). El método más utilizado por los bulímicos para reducir la posibilidad de aumento de peso es el vómito autoinducido. Esta autoinducción del vómito causa daños extensos en los dientes y produce un patrón único de pérdida de esmalte con características clínicas distintivas tales como estar circunscritos a las superficies linguales de los dientes ántero-superiores, presencia de bordes incisales debilitados que pueden llevar a la fractura, así como aspecto translúcido de los incisivos (Figura 3) y esmalte intacto en el margen gingival (Faine, 2003; Burkhart et al, 2005). Asimismo, en las piezas posteriores existe también pérdida de la anatomía oclusal o de las cúspides y restauraciones con márgenes sobresalientes de la superficie del esmalte. El cuadro se completa con hipersensibilidad dentinaria, mordida abierta anterior y pérdida de la dimensión vertical (Faine, 2003; Burkhart et al, 2005). Figura 3. Paciente de sexo femenino de 34 años de edad quien refiere hábito de succionar gajos congelados de limón. Además presenta traslucidez típica de lesiones por erosión en palatino compatibles con las causadas por Bulimia nerviosa. V OLUMEN VII / N ÚMERO 2 / D ICIEMBRE 2010 / 5 - 11 En los casos más severos también se ven afectadas las superficies vestibulares de los dientes posteriores, este patrón se relaciona a la posición de la cabeza en el momento de vomitar y la fuerza directa del vómito, que tiene un pH medio de 3,8 (Grippo et al, 2004). Además, en estos pacientes la lengua, labios y carrillos friccionan los tejidos dentales luego del ataque ácido, lo que exacerba el efecto de los ácidos sobre las estructuras dentales. Debido a la naturaleza de esta enfermedad, el tratamiento debe basarse en una buena comunicación con el paciente y en un enfoque integral con psiquiatras y nutricionistas (Burkhart et al, 2005). Otra situación que puede causar corrosión dental por factores intrínsecos es la Enfermedad de Reflujo Gastroesofágico, descrita por primera vez por Howen en 1971,quien describió mostrando un patrón específico de pérdida de superficie dental. Es un trastorno relativamente común, donde los ácidos del estómago discurren hacia el esófago y la cavidad bucal (Silva et al, 2001). Esto se debe al aumento de presión abdominal o al relajamiento muscular involuntario del esfínter esofágico superior, o al aumento de producción de ácido por el estómago, permitiendo el reflujo del contenido gástrico. Dicho reflujo está compuesto por: ácido clorhídrico, pepsina, sales biliares y tripsina, por lo cual es bastante cáustico con valores de pH menores a 2 (Gandara & Truelove, 1999). En estos pacientes, el movimiento de jugo gástrico ácido comparado con la bulimia es más lento, menos forzado, pero más prolongado y penetrante, es una condición silenciosa y desconocida por el paciente ya que ocurre durante el sueño profundo (Gandara & Truelove, 1999; Grippo et al, 2004). Los pacientes con esta afección presentan esmalte delgado y translúcido, pérdida de estructura dentaria en la superficie oclusal posterior y las superficies palatinas anteriores en forma de depresiones o concavidades. Además de sensibilidad dentinaria y secuelas adicionales, como: erupción compensatoria, movilidad dentaria, formación de diastemas, sobremordida (Ali et al, 2002). Esta afección requiere también el tratamiento por parte de un gastroenterólogo (Gandara & Truelove, 1999; Grippo et al, 2004; Burkhart et al, 2005). Cuando no existe una causa patológica que pruebe la enfermedad, ni una historia clínica capaz de proporcionar una explicación acerca de la etiología de las lesiones, la afección se denomina ISSN 1510-8139 9 Actas Odontológicas Erosión o corrosión dental: factores etiológicos y diagnóstico Sueldo Parraguirre, G. P.; Pesantes Cruzado, L. M.; Martucci, D. G.; Henostroza Quintans, N. Corrosión Idiopática. Sin embargo, también puede referirse a una etiología multifactorial. La corrosión dental ocurre porque los valores de pH los ácidos presentes en la boca, sea su origen intrínseco o extrínseco, son generalmente muy bajos, lo cual provoca corrosión y deja la superficie extremadamente sensible a impactos mecánicos, y de esta forma, más susceptible a la pérdida de tejido por procesos de atrición y abrasión. Es decir, ocurre una asociación etiológica y coexisten las lesiones combinadas (Attin et al, 2000). En este sentido, muchos autores han tratado de establecer parámetros para clasificar las corrosiones dentales (Lussi, 1996). Se han publicado muchos índices (Eccles, 1979; Smith & Knight, 1979) a pesar que ello dificulta la comparación de las lesiones según diferentes estudios. En dichos índices, la presencia de restauraciones, generalmente de amalgama, proyectadas por encima de la superficie del diente que la rodeaba se consideraba el signo clínico más importante. Sin embargo, también mencionan la hipersensibilidad de los dientes afectados, la ausencia de tinción, lo cual es un signo de actividad de la entidad y la presencia de defectos abrasivos de la estructura dental con márgenes redondeados. No obstante la meticulosa descripción de otras variadas características, parece ser que los criterios diagnósticos derivan de observaciones en grupos pequeños, poblaciones determinadas y experiencias individuales más que de investigaciones científicas sistematizadas (Young et al, 2008). Ahí radica la necesidad de establecer un índice simple y conveniente para las lesiones de corrosión dental tomando en cuenta las recomendaciones de la OMS unificando y asociando conceptos (Bartlett & Dugmore, 2008; Berg-Beckhoff et al, 2008; Ganss, 2008). Es importante indicar el grado de corrosión de un individuo, ya que refleja la exposición de las estructuras ante los desafíos corrosivos y las fuerzas protectoras que se oponen, y que juegan un rol en la comprensión del problema y la necesidad de intervenir para prevenir futuros desgastes dentarios. El diagnóstico temprano confiable tanto de lesiones adamantinas como dentinarias es, además de un reto, algo no muy sencillo de reproducir. En ese sentido, Young et al, en 2008 describen un nuevo sistema de cuantificación: el Examen Básico de Desgaste Erosivo (en inglés, Basic Examination of Erosive 10 Wear), denotado por las siglas BEWE (ver Tabla 2). Este sistema universal de cuantificación, basado en el BPE (Examen Periodontal Básico), se diseñó para ser: simple, reproducible, transferible y que puede utilizarse con el criterio de diagnóstico de todos los índices existentes. Con el tiempo, el uso del BEWE generará datos con prevalencia comparables, siendo posible además transferir resultados de investigaciones previas y hasta cierto punto, permitir comparaciones. Además, será una forma de identificar el desgaste corrosivo dental y guiar la toma de decisiones para el manejo de la corrosión dental (Young et al, 2008). y Tabla 2 Grados y criterios para la cuantificación del desgaste corrosivo Grado Característica 0 Ausencia de desgaste por corrosión 1 Pérdida inicial de textura superficial 2 Defecto obvio, pérdida de tejido duro <50% del área de la superficie 3 Pérdida de tejido duro =50% del área de la superficie En los grados 2 y 3 la dentina frecuentemente está afectada. Tomado de: Bartlett et al., 2008. CONCLUSIONES Debido a la naturaleza multifactorial de las lesiones no cariosas y de la corrosión dental es fundamental realizar un acucioso examen clínico y anamnesis. Asimismo, la detección de los factores de riesgo es fundamental para la prevención. ISSN 1510-8139 Dra. Natalia Henostroza Quintans Calle Chacarilla 447 Lima, 27 - Perú nhenostroza@yahoo.com V OLUMEN VII / N ÚMERO 2 / D ICIEMBRE 2010 / 5 - 11 Actas Odontológicas Erosión o corrosión dental: factores etiológicos y diagnóstico Sueldo Parraguirre, G. P.; Pesantes Cruzado, L. M.; Martucci, D. G.; Henostroza Quintans, N. REFERENCIAS Ali DA, Brown RS, Rodríguez LO, Moody EL, Nasr MF. (2002) Dental erosion caused by silent gastroesophageal reflux disease. JAmDent Assoc;133(6):734-7. Amin WM, Al-Omoush SA, Hattab FN. (2001) Oral health status of workers exposed to acid fumes in phosphate and battery industries in Jordan. Int Dent J; 51(3):169-74. Attin T, Buchalla W, Gollner M, Hellwing E. 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