La Biología de las Estructuras de Poder

La Biología de las Estructuras de Poder1
Las castas α, β, γ, Ω
Tito Ureta
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Departamento de Biología, Facultad de Ciencias, Universidad de Chile
Las estructuras del poder en la era actual son variadísimas. En la mayoría de los
países occidentales existen sistemas que llamamos democráticos pero que difieren
entre sí en varios aspectos esenciales: las monarquías constitucionales hereditarias
de varios países europeos, las repúblicas parlamentarias o los sistemas
presidencialistas. En algunas repúblicas llamadas democráticas, la democracia es
apenas un nombre y en otras, es interrumpida cíclicamente por asonadas o golpes de
estado. Existen también sistemas más primitivos en que el poder es ejercido por una
asamblea de ancianos.
Además del poder político existen otras instancias de poder que incluso
pueden ser más efectivas y permanentes. Una de ellas es el poder económico que
puede ser individual y ejercido por alguna persona con amplios medios financieros.
Otros son institucionales, como en los conglomerados multinacionales sin cabezas
visibles o conocidas pero que, efectivamente, ejercen un poder férreo y
omnipresente, afectando aún al poder político. Se trata de un poder globalizado
ejercido por funcionarios altamente educados cuyo fin no es el bienestar social de
los ciudadanos sino el aumento del poder económico del conglomerado al que
sirven. En otros casos, la organización no persigue fines economicistas sino
ideológicos: el poder es ejercido por elites teocráticas. Los años finales del siglo
pasado y los de comienzos del tercer milenio han visto aparecer movimientos
fundamentalistas muy agresivos comandados por funcionarios clérigos. Se dice que
existen grupos de índole similar que manejan las políticas y finanzas del planeta. Sus
nombres son desconocidos por ser secretos, como también sus propósitos y las bases
filosóficas que les dan origen. Nadie les da mucha importancia pero forman la base
de innumerables mitologías, ensayos y obras de ficción que desvelan periódicamente
las supuestas inconfesables aspiraciones de esas organizaciones.
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Mientras estudiaba las estructuras de poder en animales y sus posibles relaciones con las estructuras
jerárquicas de las sociedades humanas, pensaba al mismo tiempo en los temores generalizados acerca
de los efectos que podría tener la inminente clonación de seres humanos y sus consecuencias para las
estructuras de poder político. A medida que avanzaba en la redacción del ensayo se me venían a mi
oído o a mi cerebro, murmullos de frases y conceptos que yo ya conocía. Finalmente pude
identificarlos: provenían del incisivo e influyente libro de Aldous Huxley Un Mundo Feliz. En este
escrito he tratado de reproducir esas sensaciones utilizando dos tipografías y diseños de página. En
tipografía normal, mi manera científica de ver el problema del poder. En cursivas hacia la derecha de
la página algunas frases relevantes e ideas fuerza de Huxley .
La biología subyacente en las estructuras de poder
Son escasísimos aquellos grupos humanos que no obedecen a sistema alguno.
Desde luego los humanos que recorren los desiertos del sur de África en grupos
recolectores de muy pocos miembros que no muestran estructura alguna. También
en algunas comunidades aisladas de Nueva Guinea o del círculo polar ártico.
“…si alguno de los óvulos queda sin fecundar, se le sumerge
una segunda vez, y aun una tercera, si fuese necesario. Los
óvulos fecundados vuelven a las incubadoras, donde los Alfa y
Beta permanecen hasta ser definitivamente envasados, mientras
que los Gamma, Delta y Epsilon se sacan a las treinta y seis
horas para ser sometidos al procedimiento Bukanovski.
Un óvulo, un embrión, un adulto, es lo normal. Pero el óvulo
bukanovskificado rebrota, se reproduce, se segmenta, y resultan
desde ocho a noventa y seis brotes y cada uno se convertirá en
un embrión perfecto y cada embrión en un adulto de perfecta
talla. Es decir que se producen noventa y seis seres humanos de
lo que antes se formaba uno. Progreso.
Este brevísimo e imperfecto resumen, informado apenas por
lecturas superficiales y algunas reflexiones personales, sólo ha tenido el
propósito de mostrar la variedad y complejidad del momento actual en lo
que respecta al ejercicio del poder. Interesantísimo resulta examinar el
camino recorrido por la humanidad para llegar a la situación actual, es
decir la historia del poder. ¿Cómo no asombrarse con los vaivenes del
poder a lo largo de los siglos? Los miles de años del poder de los
faraones que llega a su fin a comienzos de nuestra era. La marcha triunfal
de Alejandro Magno hasta la India para desvanecerse pocos años después
de su muerte. El poder desmesurado del Imperio Romano sobre casi todo
el mundo conocido de la época y que finalmente se derrumba en el siglo
quinto de nuestra era con un alargue bizantino de casi diez siglos. La
aparición sorprendente de una fuerza incontrarrestable nacida en las
arenas de la Felix Arabia y que se esparce incontenible por todo el medio
oriente y varias partes de la Europa medieval y que finalmente se
desvanece dividido en sectas y pequeños reinos sin mayor importancia.
Pero esos recuentos superan con creces mis esmirriadas capacidades y
sólo puedo admirar, asombrado, los desplazamientos del poder a lo largo
y ancho del planeta y suponer, esperanzado, que en algún villorrio
inadvertido se está gestando un nuevo movimiento que en algunos años
producirá un esquema de poder ojalá más justo, más fraternal, más
solidario, con oportunidades para todos los humanos.
Toda la variedad de sistemas de poder que hemos reseñado tiene,
sin embargo, puntos comunes que pueden reducirse como sigue: hay un
grupo más o menos reducido que ejerce el poder y una gran mayoría de
individuos que obedece los dictados de la elite que manda.
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El humano moderno es esencialmente el mismo que apareció en el
planeta hace aproximadamente 200.000-400.000 años. El Hombre de
Cromañón nos ha dejado sus huesos fosilizados, sus herramientas de
piedra y su arte rupestre de gran belleza, pero muy pocos rastros de sus
estructuras de organización social. Conocemos sus creencias en el más
allá, evidenciadas por sus costumbres funerarias. Éstas nos dicen que los
cromañones reconocían jerarquías de algún tipo.
Este cromañón de 60 años fue enterrado hace
28.000 años, con gran pompa y circunstancia. Se
le adornó con brazaletes, collares, pendientes y
una túnica en la que habían cosido cientos de
piezas de marfil de mamut. Junto con dos
entierros juveniles del mismo yacimiento (Sungir,
Rusia) éste es uno de los entierros más antiguos y
elaborados encontrados en Europa. Tomada de
Tattersall (2001).
No todas las tumbas son
iguales. Hay algunas muy
simples, con apenas una laja
de piedra que cubre la
sepultura. En otras, algunos
utensilios, hachas y puntas de
flecha nos señalan una mayor
importancia del difunto. Pero
en otros casos, los esqueletos
están teñidos de ocre y hay
adornos como collares o
diademas fabricados con
dientes o conchas de moluscos
en tal profusión que nos dicen
que el muerto era un
personaje de alto rango,
quizás un jefe muy respetado.
Todas estas observaciones me
dicen que la estratificación
jerárquica de los grupos
humanos proviene de tiempos
antiquísimos,
desde
el
amanecer de la humanidad, o
que tiene un trasfondo
genético aún más antiguo.
Las estructuras de dominación en el mundo animal
Las conductas de dominación en el mundo animal son análogas a las
conductas territoriales y resultan en lo que se llama jerarquías sociales o
jerarquías de dominación, es decir el conjunto de relaciones más o menos
permanentes entre los animales del grupo. La versión más simple de una
jerarquía es el despotismo, la dominación de un solo individuo sobre todos
los demás, sin distinciones de rango entre los subordinados. Lo más
común es que las jerarquías tengan múltiples rangos en una secuencia más
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o menos lineal: un individuo alfa domina a todos los otros, un individuo
beta domina a todos excepto al alfa y así hasta llegar al individuo omega
cuya existencia depende de pasar inadvertido por todos los otros. Las
jerarquías suelen formarse durante el encuentro inicial, momento en el que
se producen amenazas y luchas. Posteriormente cada individuo reconoce a
sus superiores con un mínimo de hostilidad. La vida del grupo puede
llegar a ser muy pacífica y esconder al observador la existencia de
jerarquías. Sin embargo, de tanto en tanto se produce alguna crisis que
termina en confrontación. En ese momento de tensión se revelan en
seguida los rangos de los componentes del grupo.
Uno de los estudiantes fue lo bastante tonto para preguntar
en que estribaba la ventaja.
¡Hijo mío!- respondió el Director … ¿no lo ve usted? ¿no
se le ocurre a usted? … El procedimiento Bukanovski es uno
de los instrumentos más eficaces de la estabilidad social. …
¡noventa y seis seres idénticos trabajando en noventa y seis
máquinas idénticas!  …”Identidad, Comunidad,
Estabilidad”. Sublimes palabras. Si pudiésemos bukanovskificar indefinidamente, el gran problema estaría resuelto.
Resuelto por Gammas en serie, Deltas uniformes, Epsilons
invariables. Millones de gemelos idénticos, el principio de la
producción en masa aplicado por fin a la Biología.
… uno a uno los óvulos eran trasladados de los tubos de
ensayo a recipientes mayores; se cortaba con destreza el
revestimiento de peritoneo, se ponía la mórula en su sitio, se
vertía la solución salina y … el envase había pasado; era el
turno de los encargados de poner los marbetes. Herencia,
fecha de la fecundación, número del grupo Bokanovski.
Cesado el anonimato seguía la procesión lentamente su
marcha a través de una abertura en el muro, pasando a la
Sala de Predestinación Social.
No es suficiente incubar los embriones, eso cualquier vaca
puede hacerlo. Predestinamos y condicionamos. Decantamos
nuestros infantes como seres humanos socializados.
En algunos casos pueden observarse signos visibles del estatus de
cada individuo. La identidad del macho principal en una manada de lobos
se revela por la forma en que mantiene la cabeza, orejas y cola y en la
manera confiada con que se aproxima a los otros miembros del grupo. En
la gran mayoría de los encuentros con sus subordinados no muestra
ninguna hostilidad. En el caso del macho rhesus dominante se mantiene
una postura elaborada: cabeza y cola en alto, movimientos corporales
lentos y deliberados acompañados por un escrutinio, medido pero global,
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de los otros monos. También hay conductas dominantes que se expresan,
además de signos visuales, de señales acústicas y químicas. Así sucede
con los conejos en que el rango dominante se expresa en el grado de
desarrollo de la glándula submandibular y, por lo tanto, de la secreción de
la glándula. También en algunas aves y ciervos que indican su estatus con
una mezcla compleja de feromonas que varían entre los componentes del
grupo. Cada individuo es capaz de distinguir su posición mediante la
detección de esas feromonas.
Reduciendo el número de revoluciones por minuto la
sangre artificial circula más lentamente y suministra menos
oxígeno al embrión. No hay nada como la escasez de oxígeno
para conservar a un embrión por debajo de lo normal.
¿Y para qué se necesita conservar el embrión por debajo
de lo normal?  se arriesgó a preguntar un estudiante de
buena fe.
¡Burro!  dijo el Director. ¿Nunca se le ha ocurrido a
usted pensar que un embrión Epsilon necesita un ambiente
Epsilon y una herencia Epsilon? Cuanto más baja es la casta
se le da menos oxígeno. El primer órgano afectado es el
cerebro y después el esqueleto. En los Epsilones no
necesitamos inteligencia humana. Y como no se necesita, no
se la damos.
Se han hecho estudios muy detallados de las jerarquías en gallos y
gallinas. El investigador crea un grupo con diferentes individuos y en
seguida comienza la lucha por el poder y el establecimiento de una
jerarquía. En un sentido literal la jerarquía que se forma es el orden de
picoteo; los gallitos mantienen su estatus picoteando a otros y amenazando
con la evidente intención de atacar a sus oponentes. Los pájaros que
obtienen alto rango tienen la prioridad en el acceso al alimento, a los sitios
de anidamiento y gozan de mayor libertad en sus movimientos. Se aparean
más frecuentemente. Se ha demostrado que la capacidad de pelea es
heredable. Los criadores de pollo seleccionan cepas más ponedoras pero a
la vez producen pollos más agresivos. En buenas cuentas seleccionan aves
dominantes. También se pueden estudiar cambios de las jerarquías
establecidas. Los pollos recuerdan quién es quién y mantienen las
jerarquías por períodos de hasta dos o tres semanas. Si se separan por
períodos mayores, se restablece la lucha por la dominación como si no se
hubiesen visto antes. Sin embargo, un pollo puede separarse repetidamente
de un grupo y reinsertarse sin cambiar su rango.
En general los machos dominantes, sobre todo en sociedades de
primates, utilizan su poder para terminar las peleas entre los subordinados.
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En especies que se organizan en base al despotismo los individuos viven
en paz relativa gracias al poder reconocido del tirano. Si se remueve al
animal dominante, la agresión recíproca aumenta bruscamente porque los
subordinados de igual jerarquía tratan de obtener la posición tope.
En especies de mamíferos como elefantes marinos, ungulados,
leones, langures, macacos y babuinos, los machos jóvenes son
regularmente excluidos por los mayores dominantes. Abandonan el grupo
y vagan como nómades solitarios o en grupos de solteros. A lo más son
tolerados en la periferia del grupo. Como regla esos machos jóvenes son
los más agresivos, emprendedores y molestosos. Se pelean entre sí y a
veces forman bandas separadas que cooperan entre sí para disminuir el
poder de los machos dominantes.
La dominancia consiste en poseer prioridad en el acceso a las
necesidades de la vida y la reproducción. El macho dominante desplaza a
los subordinados en el acceso a los alimentos, a la copulación y en la
elección de los mejores sitios. Un caso interesante es la dominancia
observada en chanchitos. En la primera hora después de nacer los
chanchitos compiten por la posición de los pezones, posición que se
mantiene durante la lactancia. La competencia es agresiva y se usan los
incisivos y los colmillos para desplazar a los otros chanchitos. La
preferencia es por los pezones anteriores que dan más leche que las de más
atrás y que les permiten quedar fuera del alcance de las patas posteriores
de la chancha. Mientras más leche reciba el lechoncito, mayor es el peso
corporal al momento del destete lo que les da ventaja para la competencia
que viene. No se conoce cuál es el estímulo que orienta a los chanchitos
para obtener la posición apropiada.
Los túneles calientes y los fríos se sucedían alternativamente.
La frialdad se unía a otras molestias bajo la forma de rayos X
intensos, y cuando llegaban a ser decantados los embriones
tenían horror al frío. Eran los predestinados a emigrar a los
trópicos, a ser mineros, tejedores de seda al acetato o
metalúrgicos. Más tarde se formaría su espíritu en
consonancia con las inclinaciones de sus cuerpos.
Y he aquí dijo el Director sentenciosamente el secreto
de la felicidad y la virtud: amar lo que hay obligación de
hacer. Tal es el fin de todo el acondicionamiento; que cada
uno ame el destino social, del que no podrá librarse.
Las estructuras jerárquicas en los humanos
Es muy fácil reconocer en la sociedad actual la existencia de
jerarquías. Una gran división es la capacidad económica la que se debe a
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múltiples razones, pero que tiene en su base la desigualdad en la
repartición de los bienes que todos producimos. En otros casos se trata de
divisiones producidas por conductas agresivas violentas como la de las
mafias que infestan nuestra sociedad. Los estratos sociales producidos por
la desigualdad en la repartición de la riqueza tienen consecuencias
terribles. Desde luego la endogamia, que resulta en la aplicación del efecto
Mateo en que aquellos que tienen seguirán teniendo y que los que no
tienen, lo poco que tengan les será quitado. Suele decirse que esta
desigualdad se debe a mayores capacidades individuales de aquellos que
tienen y que la endogamia, gradualmente, producirá aún mayor
estratificación. Los que no tienen deben su pobreza a que su dotación
genética es de menor calidad y su inferioridad irá en aumento a medida
que se produce el aislamiento reproductivo entre los diferentes grupos.
“… visten de verde” decía una voz suave pero clara “y los
niños Deltas, de caqui. ¡Oh no! No quiero jugar con los niños
Delta. Y los Epsilon son aún peores. Son demasiado tontos
para aprender a leer y escribir. Además van de negro que es
un color antipático ¡Cuán contento estoy de ser un Beta!” Los
niños Alfa van de gris. Trabajan mucho más que nosotros
porque son prodigiosamente inteligentes. La verdad es que
estoy muy satisfecho de ser un Beta, pues no tengo un trabajo
tan pesado. Y además somos mucho mejores que los Gamma y
los Delta. Los Gamma son unos tontos. Visten de verde. Y los
niños Delta de caqui. No, no quiero jugar con los niños Delta.
Y los Epsilon son aún peores. Son demasiado tontos…”
Se piensa, generalmente, que los cambios que han ocurrido en el
intervalo entre el modo cazador-recolector de hace 40.000 años hasta las
primeras civilizaciones de Sumeria y, prácticamente todos los cambios
desde Sumeria hasta ahora, se deben a la evolución cultural sin
participación del repertorio genético. Sin embargo, según varios autores
(véase Wilson, 1978), es posible discernir una fuerte influencia genética.
Desde luego, la aparición de la civilización en todas partes ha seguido una
secuencia muy similar. La emergencia de la complejidad desde los
cazadores-recolectores va acompañada de características que aparecen en
un orden consistente. Desde la banda a la tribu aparecen los machos
líderes que pasan a ser dominantes; luego se forman alianzas entre grupos
vecinos que pronto se formalizan. En grupos de mayor densidad aparecen
las distinciones formales de rango de acuerdo a la pertenencia en familias,
la consolidación hereditaria del liderazgo, la división del trabajo y la
redistribución de la riqueza en favor de las elites dominantes. A medida
que los grupos se transforman en ciudades y estados esas cualidades
básicas se intensifican y dan paso al sancionamiento religioso del carácter
hereditario del liderazgo. La especialización de los oficios lleva a la
estratificación en clases del resto de la sociedad. En el apogeo de la
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evolución del estado la arquitectura se hace monumental y las clases
dominantes son exaltadas y consideradas como absolutamente diferentes
al resto de la sociedad. Estos parecidos entre las civilizaciones de Egipto,
Mesopotamia, India, China, México y Sudamérica son considerables y no
se explican simplemente como productos del azar o de transmisiones
culturales. Es cierto que hay miríadas de detalles diferentes en la historia
de esas civilizaciones pero los paralelismos nos sugieren predisposiciones
conductuales con fuerte influencia genética.
Los hallazgos genómicos nos dicen que no hay valor científico en
la proposición de razas humanas. También nos dicen que, por el momento,
no es posible identificar genes responsables de características como la
inteligencia o la capacidad económica de los individuos. La inferencia
lógica es que, si no hay base genética para la estructura de las sociedades,
la presencia de jerarquías debe tener una base cultural que las hace
posibles. La explicación no es concordante con las observaciones que
hemos resumido. Pero concuerda con los ejemplos de movilidad jerárquica
que se observan en la sociedad humana. ¿No es acaso un modesto corso
llamado Buonaparte el que llega a ser Napoleón, el Emperador? En efecto,
la lotería genética puede producir una combinación tal de habilidades que
puede llevar desde una cuna humilde a las alturas más grandes del poder.
Las extraordinarias capacidades que aparecen inesperadamente en el seno
de familias corrientes, normalmente no se transmiten a los descendientes.
Se les ha llamado genotipos de Sísifo. Desde luego, todas las capacidades
se producen por combinaciones de genes en sitios diferentes en distintos
cromosomas y las características excepcionales son combinaciones raras
que se producen al azar en la formación de las células sexuales y en la
fusión de las células sexuales para crear nuevos organismos. Como cada
individuo producido por el proceso sexual corriente contiene un conjunto
único de genes, es muy poco probable que se produzcan las mismas
combinaciones excepcionales en la misma familia.
La enseñanza debiera de ser decisiva en producir la igualdad de las
posibilidades de cada individuo no importando su origen. Esto no ocurre
en muchos países, especialmente en el nuestro. Los resultados de las
evaluaciones del sistema de educación primaria y media indican que el
éxito en esas mediciones está relacionado con el acceso a mejores
colegios, a los que solo pueden acceder aquellos estudiantes que provienen
de familias de altos ingresos. En el caso de la educación superior se da un
fenómeno similar pero con menor impacto puesto que las universidades
privadas no son las de mejor calidad.
Nosotros creemos en la felicidad y la estabilidad. Una
sociedad de Alfas no podría evitar ser inestable y
desgraciada. Imagine una fábrica donde todos fuesen Alfa, es
decir individuos diferenciados y sin parentesco, de buena
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herencia y acondicionados para ser capaces (con ciertas
limitaciones)
de
escoger
libremente
y
asumir
responsabilidades. ¡Imagínela! … Un hombre decantado para
Alfa, acondicionado para Alfa, se volvería loco si tuviese que
hacer el trabajo de un Epsilon semienano; se volvería loco o
se pondría a destruirlo todo. Los Alfa pueden ser
completamente socializados pero sólo a condición de que
trabajen como Alfa. Solo a un Epsilon se le pueden pedir
sacrificios de Epsilon, por la sencilla razón de que no son
sacrificios para él. … Su acondicionamiento ha ido por lo
rieles por donde ha de rodar. No puede impedirlo; está
predestinado. … Si somos Alfa nuestros envases son,
relativamente hablando, enormes, Y sufriríamos intensamente
si nos viésemos confinados en un espacio más estrecho. No se
puede echar la champaña artificial de las castas superiores
en las botellas de la casta inferior.
Pareciera que la sociedad se las arregla para mantener castas de
dominación sin intervención dictatorial, sino por lo que suele llamar las
leyes del mercado. En nuestro país, y quizás en toda la América latina, las
castas se diferencian fácilmente por su aspecto físico, por la calidad de sus
vestimentas, por sus maneras peculiares de hablar y, en general, por su
imagen del mundo. En mis estudiantes de primer año de universidad
puedo distinguir claramente al menos tres órdenes, si bien su desarrollo
posterior tiende a difuminar los signos externos que los diferencian.
¿Qué nos promete la Ciencia?
Desde fines del siglo 20 los avances de la Biología y la
Biotecnología están enviando algunos mensajes ominosos. La aparición
repentina de la oveja Dolly ha hecho reaparecer toda clase de histerias
colectivas relacionadas con la posibilidad de que la clonación reproductiva
de humanos produzca, ahora sí definitivamente, seres humanos producidos
en serie para tareas específicas. No quisiera detenerme en este punto ya
que lo he tocado en varias oportunidades (véase Ureta, 2007). Sólo
quisiera rescatar lo dicho más arriba. La sociedad se las arregla para
producir castas jerarquizadas sin necesidad de clonaciones reproductivas,
aunque, por cierto, los nuevos procedimientos podrían producir alfas,
betas, gammas y epsilons, de manera rápida y efectiva. Las prohibiciones
para este tipo de investigaciones no son, en mi opinión, las formas
apropiadas de impedir el desarrollo de castas especializadas. Sólo
mantendrán el estatus actual.
Es curioso leer lo que se escribía en tiempos de Nuestro Ford
acerca del progreso científico. Parecían haber imaginado que
proseguiría indefinidamente, sin tomar en cuenta ninguna otra
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cosa. El saber era el más alto bien; la verdad, el valor supremo,
todo lo demás era secundario y subordinado. Cierto es que las
ideas comenzaban a cambiar por entonces. Nuestro Ford
mismo hizo mucho por quitar prestigio a la verdad y la belleza
y dárselo al confort y la felicidad. La producción en masa
exigía este cambio. La felicidad universal conserva los
engranajes funcionando con regularidad; la verdad y la
belleza, no. Y, desde luego, siempre que las masas obtenían el
poder político, era la felicidad, más bien que la verdad y la
belleza, lo que interesaba.
Por otra parte, hay un ámbito de la Ciencia en la que los avances
ocurren con una vertiginosidad que apenas deja vislumbrar hasta dónde
llegaremos. Me refiero a la Neurobiología que en pocos años ha logrado el
conocimiento de las funciones cerebrales con mucho detalle. En el
momento actual se trabaja en la localización, mediante variados artilugios,
de los procesos cerebrales responsables de la memoria, de la emoción, de
los afectos, en fin, de aquellas conductas que estimamos como propias del
humano y que suponíamos desprovistas de todo sustrato material. En los
años próximos sabremos mucho acerca de los mecanismos que regulan la
agresión y el altruismo. ¿Deberíamos prohibir la investigación de las
conductas angelicales o luciferinas del humano?
…Por eso hacemos obligatorios los tratamientos de S.P.V.
 ¿S.P.V.?
 Sucedáneo de Pasión Violenta. Irrigamos el organismo con
adrenalina. Es el completo equivalente fisiológico del miedo y
de la cólera. Todos los efectos tónicos de la muerte de
Desdémona y el hecho de ser muerta por Otelo, sin ninguno de
sus inconvenientes.
 Pero es que me gustan los inconvenientes.
 Pues a nosotros, no –dijo el Inspector- Preferimos hacer las
cosas cómodamente.
 Pero yo no quiero la comodidad. Yo quiero a Dios, quiero la
poesía, quiero el verdadero riesgo, quiero la libertad, quiero la
bondad, quiero el pecado.
El conocimiento per se debiera ser el gran emancipador. Iguala a los
individuos y a las naciones y elimina, o al menos minimiza, las barreras de
la superstición. Pero, por cierto, no logrará cambiar las reglas de la
conducta humana o alterar la trayectoria predecible de la historia. El
conocimiento puede informarnos acerca de los elementos de la naturaleza
biológica del humano a partir de la cuál surge la vida social moderna. Con
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ese conocimiento podremos distinguir los peligros de las disyuntivas que
se nos vayan presentando, cuáles elementos de la naturaleza humana
debiéramos cultivar y cuáles manejar con mucho cuidado. Dudo, sin
embargo, que podamos eliminar las estructuras biológicas que subyacen
nuestras conductas. Deberemos, por cierto, esperar hasta que nuestros
nietos aprendan a modificar los mensajes genéticos. Como se sabe,
estamos muy cerca de lograrlo.
La especie humana puede, mañana, cambiar su propia naturaleza.
¿Qué característica elegirá para reemplazar la actual? ¿Tratará de lograr
mayor inteligencia y creatividad? ¿Modificará sus respuestas emocionales
aumentándolas o disminuyéndolas? Quizás copiará en su genoma las
estructuras sociales de otras especies, por ejemplo el intenso y armonioso
socialismo de las hormigas o la laboriosidad de las abejas. En cualquier
caso el dilema pertenece a generaciones posteriores. En el intertanto
clarifiquemos cuál es la naturaleza humana.
 En resumen: usted reclama el derecho a ser desgraciado.
 Muy bien  dijo el Salvaje― entonces reclamo el derecho a
ser desgraciado.
 Sin hablar del derecho a envejecer, ser feo e impotente, el
derecho a tener sífilis y cáncer, el derecho a tener poco que
comer, el derecho a ser piojoso, el derecho a vivir en constante
inquietud por lo que ocurrirá mañana, el derecho a pescar la
tifoidea, el derecho a ser atormentado por indecibles dolores de
todas clases.
Siguió un largo silencio.
 Los reclamo todos  dijo por último el Salvaje.
Referencias
Huxley A (1932) Brave New World. Edición Flamingo Modern Classic, London 1994. Hay
numerosas traducciones al español (no todas buenas).
Ureta T (2007) Dolly y las perspectivas de la clonación. Cap. 5 en Fragmentos de un Manual para
Perplejos del Siglo 21. pp. 57-64. Facultad de Ciencias, Universidad de Chile.
Wilson EO (1978) On Human Nature. Harvard Univ Press
Wilson EO (1980) Sociobiology. The Abridged Edition. Harvard Univ Press
Tattersall I (2001) How we came to be human. Scientific American 42-49 december
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