Rol del Abogado Defensor en el nuevo Modelo Procesal Acusatorio. Por: Hugo Müller Solón (*) mullerabogados@hotmail.com De acuerdo con la Constitución Política del Perú, una garantía de la función jurisdiccional (Art.139.14) es el principio de no ser privado del derecho de defensa en ningún estado del proceso y a comunicarse personalmente con un defensor de su elección; igualmente se refiere a la defensa gratuita (Art.139.16) para las personas de escasos recursos; y, para todos, en los casos que la ley señala. Por su parte el Código Procesal Penal señala que el Servicio Nacional de la Defensa de Oficio (hoy Dirección General de Defensa Pública y Acceso a la Justicia (DGDPAJ) a cargo del Ministerio de Justicia, proveerá de defensa gratuita a todos aquellos que dentro del proceso penal, por sus escasos recursos no puedan designar Abogado Defensor de su elección, o cuando resulte indispensable el nombramiento de un Abogado Defensor de Oficio (Defensor Público) para garantizar la legalidad de una diligencia y el debido proceso. En términos generales el quehacer del abogado defensor dentro del proceso penal está orientado a prestar su colaboración para conseguir una recta y eficiente administración de justicia dentro de un Estado social y democrático de derecho, para ello goza de todos los derechos que la Ley le confiere para el ejercicio de su profesión, pues su efectiva presencia contribuye a desarrollar el debido proceso y al reconocimiento de las garantías fundamentales en favor de su defendido; al ostentar la condición de representante del imputado o acusado, el Defensor se guía por los intereses de éste, bien por una relación contractual o en razón de su labor de defensor público designado por el Juez; de allí que la figura del abogado defensor se cumple - en función de la asistencia y representación del procesado participando en forma permanente al lado de éste o de manera independiente en aquellas diligencias en las que la ley no considere obligatoria la presencia del investigado, procurando la resolución más optima o favorable a la situación o intereses de su patrocinado. Siempre que el abogado observe con lealtad la defensa de los intereses del imputado o acusado, estará contribuyendo a que el proceso responda a las exigencias constitucionales de derecho a la defensa, a tal extremo que aún teniendo un conocimiento indiscutible acerca de la responsabilidad penal del imputado o acusado, el Abogado Defensor está en el deber de controvertir los medios probatorios presentados por la parte acusatoria y ejercer el encargo patrocinando la pretensión exculpatoria de su cliente, lo cual podrá acreditarlo a través de cualquier medio de prueba, con la única exigencia de que se encuentre permitido por la Ley (Art. 157.1 CPP), ya que de lo contrario excedería los cauces de su función para incursionar en los límites del derecho penal. El abogado defensor de libre elección del imputado o el nombrado como Defensor Público, no es ni puede ser imparcial, éste es atributo del juez; todo lo contrario su actividad es absolutamente parcializada, pero dentro de la legalidad a favor de los intereses de su representado, y para que su presencia en los actos procesales sea eficiente y garantice el real cumplimiento del derecho de defensa tendrá que presentar las razones de hecho y de derecho que apoyen la versión de su defendido, porque, precisamente el nuevo sistema penal acusatorio se afianza en el principio de separación de funciones, de acuerdo con el cual dos partes adversarias o contendores jurídicos - Fiscal y Defensor -, que representan intereses diferentes pero en igualdad de armas, se enfrentan con las mismas herramientas de ataque y protección. Digámoslo coloquialmente “un Fiscal que ataca y un Defensor que defiende”. Es así que con el advenimiento del nuevo sistema procesal penal, vigente en nuestro país de manera progresiva desde el año 2006, fueron modificados no sólo los roles de la fiscalía, el Juez y el imputado, sino también, y significativamente, los del abogado defensor, profesional que está en el deber de sensibilizarse de la condición y necesidades de quien requiere su asesoría y representación en el ámbito penal, con el fin de brindar un servicio de calidad que responda con la función social que está llamado a cumplir, actuando con sujeción a los principios de lealtad, probidad, veracidad, honradez, eficacia y buena fe; así como del honor y dignidad propios de la Profesión, conforme lo señala el Art. 6.1 del Código de Etica del Abogado del Colegio de Abogados de Lima. En la nueva dinámica del nuevo modelo procesal penal, las funciones tradicionalmente desempeñadas por el defensor han sido revaloradas, insertando en ellas las exigencias de un sistema que tiene por fin humanizar la actuación procesal a través de un nuevo paradigma estratégico que supone una modificación sustancial del proceso penal tradicional, el cual ahora ha pasado a ser una actividad con propósitos múltiples, esto es, se utiliza para buscar diversas formas de solución del conflicto planteado, las que pueden ir desde una abstención de ejercitar la acción penal como en el caso del principio de oportunidad, hasta una sentencia condenatoria pasando por diversas formas de acuerdo entre las partes como se da por ejemplo en el Proceso de Terminación Anticipada, Proceso por Colaboración Eficaz o Conclusión Anticipada de Juicio. Esta característica hace que el proceso esté constituido por una serie de caminos alternativos que van a ser utilizados dependiendo o no de los intereses de las partes. Los derechos y deberes del abogado defensor se encuentran contenidos en el Art. 84° del Código Procesal Penal, y entre ellos, prevé que al defensor le asiste el derecho de aportar los medios de investigación y de prueba que estime pertinentes inclusive recurriendo a la asistencia reservada de un experto en ciencia, técnica o arte durante el desarrollo de una diligencia, expresarse con amplia libertad en el curso de la defensa, oralmente y por escrito, así como interponer cuestiones previas, cuestiones prejudiciales, excepciones, recursos impugnatorios y los demás medios de defensa permitidos por la ley, pues en el desempeño de su tarea, goza de autonomía para definir su estrategia de defensa, amplitud de investigación y libertad de expresión; y, como lo ha advertido el propio Tribunal Constitucional en su Sentencia recaída en el Exp. N° 02098-2010-PA/TC. “(…) el derecho a la asistencia letrada implica no sólo el nombramiento libre de un letrado, sino también la asistencia efectiva de este.(…)”; por tanto el nuevo sistema impone a la defensa una actitud proactiva y diligente en el desarrollo y concreción de las labores inherentes a su función en el nuevo rol que le compete al Abogado Defensor en el nuevo Modelo Procesal Acusatorio. (*) Hugo Müller Solón. Coronel de la Policía Nacional del Perú (R), Abogado Penalista, ex Fiscal Superior Penal (P) asignado a la Cuarta Fiscalía Superior Penal del Distrito Fiscal Huánuco, ex Fiscal Provincial Penal (P) de Juanjuí - Distrito Fiscal de San Martín, ex Juez Penal (T) y Fiscal Superior (P) del Fuero Penal Militar Policial - Lima, ha ocupado el cargo público de Defensor del Policía. Conferencista internacional y Capacitador en temas de adecuación al Nuevo Sistema Penal Acusatorio. Fundador y director del Proyecto “Policía Comunitaria” en la ciudad de Trujillo –PERÚ. Se ha desempeñado como Gerente Regional de Defensa Nacional en el Gobierno Regional La Libertad. Egresado del Centro de Altos Estudios Nacionales - CAEN como integrante de la LII Promoción del Programa de Desarrollo y Defensa Nacional. Docente universitario en los Cursos de Criminalística, Criminología, Derecho Procesal Penal, Derecho Penal, Derecho Penal Militar Policial y Asesoría de Tesis. Autor del Libro “La Policía en el Nuevo Sistema Penal Acusatorio”, puedes bajar el libro completo en su edición PDF haciendo click o copiando el siguiente link en tu navegador: https://policiacomunitariaperu.files.wordpress.com/2015/05/libro.pdf