La dolicoectasia basilar y su asociación con los infartos pontinos Poster no.: S-0683 Congreso: SERAM 2012 Tipo del póster: Presentación Electrónica Científica Autores: 1 2 A. Burguete Moriones , R. Muñoz Arrondo , M. C. Bacaicoa 2 2 2 Saralegui , T. Cabada Giadás , J. Zabalza Unzue , M. M. 2 1 2 Mendigana Ramos ; Galdakao/ES, Pamplona/ES Palabras clave: Neurorradiología cerebro, RM, Isquemia / Infarto DOI: 10.1594/seram2012/S-0683 Cualquier información contenida en este archivo PDF se genera automáticamente a partir del material digital presentado a EPOS por parte de terceros en forma de presentaciones científicas. Referencias a nombres, marcas, productos o servicios de terceros o enlaces de hipertexto a sitios de terceros o información se proveen solo como una conveniencia a usted y no constituye o implica respaldo por parte de SERAM, patrocinio o recomendación del tercero, la información, el producto o servicio. 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Página 1 de 16 Objetivos La dolicoestasia basilar es una elongación y aumento del tamaño arterial que provoca cambios hemodinámicos que producen trombosis, microembolización y compresión del troncoencéfalo. No se conoce mucho sobre la asociación entre dolicoectasia basilar y el patrón del infarto pontino en pacientes sin estenosis basilar. Este trabajo quiere estudiar si un flujo desigual en las arterias vertebrales contribuye al desarrollo de la curvatura basilar. También se analiza la posible relación de la presencia de dolicoectasia con la etiopatogenia de los infartos pontinos (paramedianos y lacunares) así como de la dirección de la curvatura del tronco basilar con la lateralidad de los infartos paramedianos. Material y método Estudiamos de manera retrospectiva a todos los pacientes que acudieron a nuestro hospital entre los años 2008-2011 con clínica de ictus que fueron diagnosticados mediante RM craneal de infarto pontino. De estos pacientes, seleccionamos 86 que presentaban infarto pontino unilateral sin estenosis basilar, excluyendo los que presentaban cardioembolismo, vasculitis o disección arterial. Se realizó una detallada historia clínica sobre los factores de riesgo cardiovascular. A todos los pacientes se les realizó una RM craneal (1,5 T Siemens Avanto) con el protocolo de estudio vascular habitual en el que se incluyen secuencias axiales SE potenciadas en T2 (TR/TE de 4000/98) y secuencias de difusión EPI (TR/TE 3000/89) con gradientes de difusión en 3 direcciones ortogonales, y cálculo automático de los mapas de CDA. Estas dos secuencias junto con un estudio de angio RM con secuencia TOF 3D fueron evaluados en este trabajo. Se determinó la lateralidad de los infartos y se clasificaron en paramedianos o lacunares según su morfología en la secuencia de difusión. La determinación de la lateralidad del infarto y la clasificación en pontino o lacunar se realizó de manera visual en la secuencia de difusión y los pacientes fueron divididos en dos grupos dependiendo si el infarto era pontino o lacunar (Fig. 1). Página 2 de 16 La arteria vertebral dominante fue definida como la que tenía un mayor diámetro (diferencia de diámetro lado-lado mayor de 0,3 mm.) o como la que tenía una conexión con la basilar más recta si ambas vertebrales eran similares visualmente (Fig. 2 y 3). Analizamos los tres componentes de la dolicoectasia basilar la ectasia, el desplazamiento lateral o curvatura y la altura de su bifurcación. El diámetro de la arteria basilar basilar se calculó como la media de 3 medidas, hechas en 3 puntos consecutivos desde la unión vertebro-basilar y cada 1 cm en el estudio de angioRM. Se consideró que existía ectasia si el diámetro máximo era mayor o igual a 4 mm. La dirección de la curvatura fue definida según la convexidad (de la curva basilar) fuera a la derecha o a la izquierda. El grado de la curvatura y la altura de la bifurcación fue determinado según los hallazgos en la secuencia de RM en plano axial potenciada en T2 y fue definido siguiendo una versión modificada de la clasificación utilizada por Smoker et al. Para asignar el grado de la curva se identificaba la posición más lateral de la basilar en cualquier punto de su trayecto y se clasificó en grado 0 línea media, 1 medial al margen lateral del clivus o dorso de la silla turca, 2 lateral al margen lateral del clivus y 3 en la cisterna del ángulo pontocerebeloso (Fig. 4-7). La altura de la bifurcación fue puntuada como 1 en la cisterna supraselar, 2 al nivel del suelo del III ventrículo y 3 indentando y elevando el suelo del III ventrículo (Fig. 8). Para el análisis estadístico las diferencias entre los grupos (paramedianos vs lacunares) se utilizó el test de chi cuadrado, T de Student y U de Mann-Whitney, estos análisis fueron realizados utilizando el programa SPSS y los valores de p menores de 0,05 fueron considerados significativos. Images for this section: Página 3 de 16 Fig. 1 Página 4 de 16 Fig. 2 Página 5 de 16 Fig. 3 Página 6 de 16 Fig. 4 Página 7 de 16 Fig. 5 Página 8 de 16 Fig. 6 Página 9 de 16 Fig. 7 Página 10 de 16 Fig. 8 Página 11 de 16 Resultados Estudiamos 86 pacientes con infartos pontinos (31 mujeres y 55 hombres con una edad de 32-90 años) de los cuales 22 eran lacunares y 64 paramedianos. La tabla 1 muestra la relación entre los factores que condicionan la dolicoectasia basilar (diámetro, curvatura y altura) y el tipo de infarto. La ectasia de la arteria basilar (diámetro mayor de 4 mm) fue significativa y estadísticamente más frecuente en el grupo de infartos paramedianos, fue encontrada en el 38% de los infartos paramedianos frente al 10% de los lacunares (p=0,012). Sin embargo no se observó relación significativa entre el tipo de infarto y el grado de curvatura o la altura de la bifurcación. Estos hallazgos son similares a los descritos por Kwon et al. en los que solamente la ectasia estaba significativamente asociada con los infartos paramedianos y la curvatura basilar no. La dirección de la curva no presentó una relación significativa con la lateralidad de los infartos paramedianos (tabla 2). Estos hallazgos contradicen los encontrados por Hong et al en los que los infartos pontinos ocurrían frecuentemente en el lado contrario a la dirección de la curvatura basilar. Estas diferencias pueden ser debidas a que en su estudio presentaban 47 infartos pontinos pero no los clasificaban según si eran paramedianos o lacunares, mientras que nosotros solamente estudiamos la relación entre la lateralidad de la curvatura y del infarto en el caso de los infartos pontinos, no incluimos los lacunares. La arteria vertebral dominante fue más frecuente en el lado izquierdo (72% de los pacientes) y en los pacientes que presentaban curvatura basilar la mayoría de pacientes tenían una relación direccional opuesta entre la arteria vertebral dominante y la curvatura basilar (88% de los pacientes) (tabla 3). Esto es consistente con lo descrito en la bibliografía y es probablemente debido a cambios hemodinámicos en la arteria basilar debido a un flujo desigual en las arterias vertebrales. Los factores de riesgo vascular se distribuyeron de forma similar en los pacientes con infartos paramedianos y lacunares. Este hallazgo era esperable debido a que según varios estudios publicados los infartos paramedianos están relacionados con la oclusión ateromatosa de las ramas penetrantes que se originan de la basilar y los lacunares con lipohialinosis de las pequeñas ramas perforantes. Los factores de riesgo cardiovascular se encuentran en relación con ambas entidades. Página 12 de 16 Images for this section: Table 1 Página 13 de 16 Table 2 Página 14 de 16 Table 3 Página 15 de 16 Conclusiones La arteria vertebral dominante condiciona la dirección de la curvatura del tronco basilar en pacientes con dolicoectasia. No se encontró relación entre la localización del infarto pontino y la dirección de la curvatura basilar. La ectasia del tronco basilar está relacionada con el tipo de infarto pontino, siendo estadísticamente más frecuente en los paramedianos. Bibliografía 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. Kwon HM, Kim JH, Lim JS, Park JH, Lee SH, Lee YS. 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