El "acuerdo preventivo extrajudicial" de la ley Argentina y la "solución amistosa de las dificultades de la empresa" de la ley francesa Farina, Juan María Voces CONCURSO PREVENTIVO ~ DERECHO COMPARADO Título: El "acuerdo preventivo extrajudicial" de la ley Argentina y la "solución amistosa de las dificultades de la empresa" de la ley francesa Autor: Farina, Juan María Publicado en: LA LEY 1999-F, 1109 -------------------------------------------------------------------------------El reglamento amistoso de la ley francesa prevé un acuerdo entre el deudor y sus acreedores para resolver el problema que está enfrentando la empresa, en procura de hallar las medidas propias para superar las dificultades, que no son todavía tan graves, tales como la suspensión de pagos permitida temporariamente al deudor, los sacrificios consentidos por los acreedores, pudiendo así la empresa retomar su "respiración" y dentro del mejor caso, le permiten reordenarse, para beneficio de todos. La ley argentina no prevé esta forma de solución. Los procesos de reglamento amigable de las dificultades de las empresas que establece la ley francesa tienden así a favorecer la conclusión de un acuerdo, en principio confidencial, entre el deudor y sus principales acreedores, con la ayuda de un mediador nombrado por el juez, acuerdo compuesto de medidas propicias para evitar la definitiva cesación de pagos y permitir el reordenamiento de la empresa (1). "La celebración del acuerdo amistoso supone que el juez nombra un conciliador (mediador) y que a éste se le confía una misión altamente aleatoria". Para que el deudor pueda beneficiarse del reglamento amigable, que prevé la ley francesa, su situación debe responder a dos condiciones acumulativamente: "La primera condición es precisa: el deudor no debe estar en cesación de pago, esta condición se impone porque según la ley francesa, el deudor en cesación de pago debe ser declarado en reordenamiento o en liquidación judicial". "La segunda condición es por el contrario más vaga. El deudor debe probar una dificultad jurídica, económica o financiera, necesidades que no pueden ser cubiertas con un financiamiento adaptado a las posibilidades de la empresa"(2). Los distintos instrumentos de prevención de las dificultades exigen por lo menos, una amenaza sobre la continuidad de la explotación pues el deudor debe enfrentar en corto plazo un problema grave que no puede resolver con los medios "ordinarios" (ej.; recurso de un simple crédito bancario). Desde la recepción de la demanda presentada por un acreedor el juez convoca al deudor para requerir sus explicaciones y llegado el caso, al acreedor demandante. Para obtener las más amplias informaciones sobre la situación económica y financiera de la empresa, la ley francesa establece que el juez dispone de dos medios: * Puede nombrar un experto a su elección para que brinde un informe sobre la situación de la empresa cuyo costo deberá ser soportado por ésta; * El juez puede también pedir información a terceros, quienes no pueden oponerse a suministrarlas escudándose en el secreto profesional. Advierten Pérochon y Bonhomme comentando la legislación francesa: "Estos requerimientos de información crean el riesgo de divulgar las dificultades del deudor y entonces comprometer el reordenamiento esperado a raíz de las indiscreciones que pueden ocurrir antes del nombramiento del mediador. En conocimiento de estas informaciones el juez recibe o rechaza la petición. Si considera que corresponde, abre el reglamento amigable y designa un mediador si prima facie surge que las propuestas del deudor son por naturaleza favorables al reordenamiento de la empresa teniendo en cuenta que las dificultades de ésta no sean tan graves --la empresa no debe estar en definitiva en cesación de pagos, etc.-- pero también que sean suficientes y que los medios sugeridos por el deudor, dentro de su requerimiento, parezcan susceptibles de restablecer la situación de la empresa en caso de ser aceptado por los acreedores. El mediador tendrá entonces por misión principal buscar el acuerdo de las partes. La misión del mediador es favorecer el funcionamiento de la empresa y buscar la conclusión de un acuerdo con los acreedores. Si la misión esencial del mediador es claramente lograr la celebración de un acuerdo con los acreedores, cabe preguntarse cuál debe ser el contenido de este acuerdo, pues la ley francesa no precisa: ¿debe necesariamente extenderse al reordenamiento de la empresa? ¿O puede como fue por entonces admitido, sobre la base de los textos precedentes, organizar la liquidación amigable de la empresa, si tal es el interés del deudor y de sus acreedores? Ninguna disposición legal se opone a la conclusión de un acuerdo liquidativo (3). La Ley argentina 24.522 (Adla, LV-D, 4381) (*) sólo regula como modo de evitar el concurso judicial --como dijimos-- el acuerdo preventivo extrajudicial cuya suerte depende de la voluntad de los acreedores quienes incluso pueden manejarse arbitrariamente o extorsivamente fuera del control de un mediador que procure evitar situaciones abusivas. En la legislación francesa --como hemos visto-- existe el "acuerdo amistoso" para lo cual el juez nombra un conciliador; pero debe mediar una condición precisa: el deudor no debe estar en cesación de pago, esta condición se impone como evidencia porque, según la ley francesa, el deudor en cesación de pagos debe ser declarado en reordenamiento o bien en liquidación judicial. Los procesos dentro del reglamento amigable de las dificultades de las empresas tienden así a favorecer la conclusión de un acuerdo en principio confidencial entre el deudor y sus principales acreedores, con la ayuda de un mediador nombrado por el juez, acuerdo compuesto de medidas propicias para evitar la cesación de pagos y permitir el reordenamiento de la empresa. Las posibilidades de que un acuerdo tal sea concluido y ejecutado y finalmente lograr su objetivo son bastante falibles, pero el legislador estimó que ellas valen ser intentadas. Para llegar a una solución de esta naturaleza en derecho francés el deudor debe probar una dificultad jurídica, económica o financiera que no puede ser solucionada por un financiamiento adaptado a las posibilidades normales de la empresa, pero que sí podrán superarse con un salvataje oportuno y adecuado. Especial para La Ley. Derechos reservados (ley 11.723). (1) PEROCHON, Françoise, y BONHOMME, Régine, (ibíd). (2) PEROCHON, Françoise y BONHOMME, Régine, "Entreprise en difficulté, instruments de crédit et de paiement" p. 39, Ed. Librairie Général de Droit et de Jurisprudence, p. 39, 3° ed., Paris, 1997. (3) PEROCHON, Françoise, y BONHOMME, Régine. (A) (*)El texto de la ley y los antecedentes parlamentarios que le dieron origen, han sido objeto de publicación en nuestra revista "Antecedentes Parlamentarios", t. 1995, p. 1111.