Versión para imprimir MARTA RICART - 26/02/2006 La salud de los escolares Cuando dos y dos no suman cuatro Al menos uno de cada seis escolares se enfrenta a trastornos de aprendizaje Los expertos sanitarios reclaman una escuela más flexible ante los niños con trastornos Los profesionales sanitarios reclaman más atención para detectar y tratar estas disfunciones que afectan a la vida académica y pueden generar otros problemas MARTA RICART - 00:00 horas - 26/02/2006Al menos un 15% de los escolares sufre trastornos del aprendizaje (dislexia, disfasia, trastorno de aprendizaje no verbal u otros)que afectan a su capacidad de comprensión, de expresión oral y escrita o al razonamiento matemático. En torno a otro 3%-5% de los alumnos padece trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDA-H),que también afecta a la vida académica. Estos problemas, que a veces se solapan, influyen en el fracaso escolar y pueden marcar la vida de un niño. En España no sea tienden debidamente, opinan los profesionales sanitarios que tratan a los afectados. "Los trastornos de aprendizaje obedecen a la deficiencia de una función cerebral específica y si no se orientan adecuadamente pueden tener no sólo amplia repercusión en la vida académica del niño sino generar además trastornos emocionales, adaptativos y de conducta",explica Anna Sans, neuropediatra y coordinadora de la unidad detrastornos del aprendizaje del servicio de neurología del hospital Sant Joan de Déu (Esplugues de Llobregat).Estos trastornos de aprendizaje no se curan, aunque mediantereeducación, y las adaptaciones escolares adecuadas, pueden sercompatibles con un rendimiento académico aceptable, según losespecialistas. Hay que tener en cuenta que se dan en niños con unainteligencia por lo demás normal. Son problemas con un importantefactor genético: un 75% de los niños disléxicos, por ejemplo, son hijosde un padre o una madre con el mismo trastorno, aunque Sans explicaque muchas veces los progenitores no supieron que sufrían elproblema y lo superaron como pudieron o les relegó en su vidasociolaboral. En muchos casos, eso dificulta que su hijo recibaatención, pues no son sensibles al problema o no creen que se puedasuperar."Falta sensibilización hacia estos trastornos, muchos no los reconocen,incluidos todavía profesionales sanitarios", afirma Rosa Nicolau, psicóloga y coordinadora del centro de salud mental infantil y juvenil depsiquiatría del hospital Clínic de Barcelona.Lo usual es que los pequeños lleguen al especialista tras arrastrar elproblema unos años, cuando la intervención debería ser precoz, en losprimeros años de escolarización. "La escuela detecta más estosLos niños llegan alespecialista trasarrastrar años elproblema, cuando eltratamiento debería serprecoz"Detrás del fracasoescolar hay muchoscasos de trastornos deaprendizaje", asegurala neuropediatra AnnaSanstrastornos que los padres, pero aún es poco. Los psicopedagogos dapoyo en las escuelas deberían hacer un cribaje de casos, ver cuálesson trastornos de aprendizaje y en cuáles hay psicopatología detrás,pero no hay un sistema de detección sistemático, todo depende de lasensibilización del personal en cada centro, de si ya ha conocido otrocaso e identifica los síntomas", explica Rosa Nicolau.La detección y el diagnóstico no son el único problema. Luego, llega eltratamiento. "Nosotros hacemos un diagnóstico clínico, pero eltratamiento de los trastornos que sólo son de aprendizaje no debehacerse en los centros sanitarios, sino dentro del ámbitopsicopedagógico", opina Rosa Nicolau, quien precisa que el TDA-H esotro asunto porque no es un trastorno de aprendizaje (sino deconducta) aunque incida en él; además, en la mayoría de los casos requiere un tratamiento farmacológico."El tratamiento de los trastornos de aprendizaje suele requerir unareeducación individual, pero la escuela tiene un papel fundamentalayudando y adaptando los contenidos para que el alumno puedaprogresar", agrega Anna Sans.El Clínic se ha coordinado con 50 escuelas de su entorno, en elEixample barcelonés, para establecer protocolos de actuación para laatención a estos niños. En el hospital Sant Joan de Déu, cuando sediagnostica a un niño con estos trastornos, también se dan pautas a laescuela para tratarlo, de manera que su día a día escolar sea menostraumático para el niño y para los profesores. Pero Sans apunta que enla escuela hay aún un gran desconocimiento de estos problemas y,sobre todo, no existen protocolos de actuación ni las adaptacioneseducativas específicas para tratar a niños con un déficit deaprendizaje."La escuela, la mayoría de las veces, no sabe qué hacer ni dispone demateriales específicos ni, a menudo, de nadie que les asesore", sequeja Anna Sans. Así que, sin recursos de ayuda, el niño quedamarginado del sistema. "Por eso, creo que detrás del fracaso escolarhay muchos casos de trastornos de aprendizaje; no son el único factorde fracaso, pero influyen", asegura esta neuropediatra. Los profesionales del ámbito sanitario se quejan de que el sistemaeducativo no tiene previsto, por ejemplo, que a un niño disléxico se leevite leer en público, o se le dé más tiempo para hacer su examen, ono se le penalicen según qué faltas... Igual que con otros trastornos, sehacen muy pocas excepciones. La escuela sólo tiene previstos un tratodiferenciado, refuerzos o similares para niños con deficiencias opatologías graves, no ha dado importancia hasta ahora a estos otrostrastornos. "El sistema educativo es demasiado rígido, cuando debería tener encuenta estos trastornos, dado que hay un buen número de niños contales problemas", apunta Sans. En otros países, señala, sí que hayrecursos educativos y una atención personalizada. "Los trastornos de aprendizaje tienen una relación directa con lostrastornos de conducta", advierte la neuropediatra. Un niño disléxico,como uno hiperactivo desatendido, a quien se castiga y se riñe todo eltiempo por algo que él no entiende o no sabe evitar, acaba asumiendoun papel de niño malo y genera más problemas. Rosa Nicolau señalaque, a la vez, todos los trastornos del niño (como los de conducta o losadaptativos) inciden en su vida escolar. Y hay que pensar que en tornoa uno de cada cinco escolares padece algun trastornopsicopedagógico.Como no hay sistema pedagógico y psicológico que asuma la atenciónde los trastornos de aprendizaje, acaba recayendo el problema en lafamilia. Ésta, muchas veces, o arroja la toalla o va de profesional en profesional y puede caer en manos de personas que ofrecen tratamientos sin base científica. "El 70% de los niños que vienen anuestra consulta ha pasado por alguna terapia sin una base científica reconocida: que si terapia visual, que si auditiva, que si de lateral idad cruzada u otras", asegura Sans. Profesionales como Sans o Nicolau no recomiendan estas terapiassino estrategias específicas para cada trastorno que incidan en la disfunción neuropsicológica de cada niño y lo reeduquen en esa disfunción. El TDA-H es un caso aparte. Muchos padres acuden a especial istas sospechando que sus hijos tienen este trastorno y no siempre es así, pero estas especialistas aseguran que todavía son más las familias que lo ignoran durante tiempo. Aun así, se ha convertido en el motivo del 50% de las consultas en el centro de salud mental infantil y juvenil del Clínic, por ejemplo (llegan en torno a un centenar de niños cada curso). Esta elevada demanda de atención ha hecho que este hospital haya abierto una unidad específica de atención a este problema (igual que otra dedicada a adicciones), explicó Josefina Castro, responsable del servicio de psiquiatría juvenil del hospital. Incluso, el nuevo hospital de día del centro atenderá casos más graves de TDA-H. Este problema persiste en la adolescencia en muchos casos. En los últimos 85 casos tratados en el Clínic, los afectados tenían entre tres años y medio y 15 y el 80% eran varones. El tratamiento del Clínic para este trastorno incluye sesiones psicoterapéuticas con padres y profesores, además de con los pequeños. Documentos adjuntos LOS PROBLEMASLA VANGUARDIA - 00.00 horas - 26/02/2006DISLEXIA. Es el más frecuente. Trastorno para el aprendizaje de lalectura y escritura que condiciona una lectura lenta y pocoautomatizada y una gran dificultad para aplicar las reglas ortográficas. TDA-H. Es después de la dislexia el más común entre los escolares y aunque se trate de un trastorno de conducta afecta también al aprendizaje educativo. Los niños con este trastorno tienen dificultad para concentrarse y mantener la atención en tareas que requieren esfuerzo. Son despistados, desorganizados y con frecuencia presentan hiperactividad e impulsividad que repercute negativamente en sus relaciones sociales y en la adquisición de patrones de conducta adecuados. DE APRENDIZAJE NO VERBAL. Trastorno menos conocido, pues fueidentificado hace dos décadas. Comporta problemas de orientación espacial, atención y coordinación motriz. A los niños que lo sufren seles dan mal el dibujo y las matemáticas y tienen mala letra. A menudo presentan algunas dificultades en las relaciones sociales pero, en cambio, son hábiles con el lenguaje.SÍNDROME DE ASPERGER. Se manifiesta en dificultades y poco interés por las relaciones sociales, con intereses restringidos y poco habituales para la edad de los niños que lo padecen. Éstos tienden a lainterpretación literal de expresiones y a una conducta rutinaria y pocoflexible. Pese a su capacidad intelectual a menudo normal o superior,pueden tener un bajo rendimiento académico. DISFASIA. Se manifiesta ya en los primeros años de vida por unretraso significativo en la adquisición del habla y después supone unadificultad para todo lo relacionado con el lenguaje oral y escrito. DISCALCULIA. Dificultades específicas para el cálculo y el razonamiento matemático. LA VANGUARDIA, el diario más vendido en Catalunya Control OJDCopyright La Vanguardia Ediciones S.L. All Rights Reserved - Aviso Legal Contacte con nosotros - Publicidad