ASPECTOS DE MODELADO FLUVIAL DEL VALLE DEL RIO PARANÁ Dra. Geóg. Pilar Serra I – INTRODUCCIÓN Las consideraciones que se exponen en el presente informe son parciales ya que el modelado fluvial del río Paraná, en este caso atiende a la situación como elemento físico utilizado a efectos de fijar límites o fronteras. Cuando un curso fluvial es utilizado como limite o frontera, surge la necesidad de conocer tanto su comportamiento hidrológico como las características del espacio en que se desplaza el valle fluvial. En Geomorfología se define al valle fluvial, como aquél espacio modelado por las aguas de un río y ocupado total o parcialmente por las aguas de éste, en forman permanente periódica o excepcional. Esta definición lleva a entender que en pueden determinarse compartimientos, caracterizados por una morfología particular, según sean asiento de las aguas en forma permanente, periódica o excepcional. Especialmente la última situación, cuya recurrencia puede ser de varias decenas de años, lleva a veces a olvidar que ese espacio es fluvial y que alguna vez será cubierto por las aguas. El comportamiento hidrológico crea comportamientos geomorfológico, conocidos como niveles de terrazas, cubiertos por las aguas con frecuencia cada vez menor, desde la más baja (T00) hasta la más alta (T2), pasando por las intermedias (T0 y T1). Cada nivel posee morfologías asociadas que contribuyen a identificarlo y caracterizarlo. En el origen de un valle fluvial existen otros factores aparte de los 1 hidrológicos y los niveles de terrazas obedecen a causas no siempre comandadas por el régimen. La constitución geológica no es la misma en la totalidad del recorrido, lo que hace variar la naturaleza del fondo y de las barrancas. Hasta proximidades de Ituzaingó y hacia el este, escurre sobre rocas basálticas, resistentes, lo cual obliga a las aguas a moverse dentro de un cañón que si bien es ancho, posee paredes escarpadas que las encauzan. Es probable que el modelado del valle en ese sector se deba no sólo a la pura acción hidráulicas, sino también a corrasión mecánica ejercida por los materiales acarreados o bien a crisis rexistásicas, con procesos de profundización y ensanchamiento. En el tramo oeste y norte- sur el lecho es de material suelto, arenoso, fácilmente removible. Figura 1: Lineamientos tectónicos limitando el valle mayor El modelado actual del valle, es la síntesis de procesos geológicos y geomorfológicos de sus áreas vecinas, tanto en las provincias del Chaco, como en Corrientes, Santa Fe o Paraguay, a lo largo de un tiempo suficientemente prolongado como para haber dejado las innumerables evidencias que hoy se encuentran A ello debe sumarse la dinámica actual, que a su vez trata de imponer una fisonomía producto del modelado fluvial que genera las actuales condiciones del régimen del curso. El sector del Paraná que nos 2 ocupa en este trabajo se sitúa casi en el eje de la cuenca sedimentaria chaqueña, afectada por una tendencia generalizada a la subsistencia. El esfuerzo a que están sometidos sus materiales más profundos, la han llevado a fracturarse en bloques longitudinales, determinados por fallas que en el Chaco siguen lineamientos NE – SW en Santa Fe son decididamente N – S (10). Esas fracturas afectaron también la actual área de emplazamiento del valle del Paraná, por lo cual puede decirse que este es un río de zona de fallas, cuyos lineamientos compartimentan el valle, son perfectamente visibles en las imágenes satelitales. Figura 1. Figura 2: Confluencia ríos Paraná y Paraguay. Popolizio, E. 2008 Según Popolizio, E. 1977no fue el Paraná el primero en ocupar la depresión tectónica a que aludía el párrafo anterior, sino que fue el río Paraguay, de modo que hoy el Paraná se encontraría remodelando una morfología pre existente. Si bien el material que trabaja es suelto, las condiciones morfométricas del área y las particulares del régimen, lo obligan a una selección del material a transportar y a realizar un conti- 3 nuo cambio en las condiciones hidrodinámicas del hecho. Por otra parte, esos antiguos modelos fluviales hoy han pasado a constituir niveles de terrazas, quedando total o parcialmente cubiertos por las aguas, según la magnitud de las crecientes. En ese se Para muchos autores, la velocidad en el desplazamiento de las aguas en creciente, permite al río la posibilidad de “limpiar” su canal o dicho de otra manera, es mayor su competencia para transportar caudal sólido y en consecuencia, mayor su capacidad erosiva del hecho. Permanentemente el río retrabada los materiales de fondo y aquellos removidos y transportados durante las crecientes, son depositados durante las bajantes, lo que conduce a una modificación del fondo y de la morfología isleña.. El río Paraguay, por su parte, confluye al Paraná con una significativa carga de sólidos, la mayor parte de los cuales provienen de la cuenca del Bermejo (cuyos valores de erosión son verdaderamente extraordinarios). El material transportado es diferente al del Paraná, lo cual impide que las aguas de ambos cursos se mezclan tan pronto como tomen contacto uno con otro. Figuras 2 y 3. Figura 3 De tal manera, el Paraná apoyado en la margen correntina y el Paraguay en la chaqueña, inician su marcha al sur, constituyendo un 4 “río doble” cuyos rasgos de fondo muestran los perfiles batimétricos. Aparentemente el ángulo de encuentro de ambas corrientes posee cierta incidencia en la disposición y orientación que adquieren las numerosas islas que se forman en los lugares de desencuentro de ambas y que desaparecen en las áreas de convergencia. Parodi y Estruco describen la hidrodinámica del río basada en la existencia de 2 ó más canales en proceso ondulatorio – migratorio en sentido transversal y longitudinal dentro del valle. EL MODELADO DEL VALLE: En este espacio poligenético (que a los fines de este informe se extiende entre confluencia y el límite con Entre Ríos, en una extensión de 360 Km.) se distinguen los compartimentos morfológicos del Valle menor: Donde tiene lugar el movimiento de fluctuación de las aguas ordinarias, generalmente denominado To con un ancho medio de 7 Km. y en el que se distinguen: Los canales de estiaje: Tienen un ancho de aproximadamente 2.500 metros si bien existen sectores donde el máximo oscila en 4.000 metros y otros donde se estrecha hasta unos 1.500 metros. En ellos, las aguas escurren permanentemente, aún en mínimas y se registran los menores caudales, las menores alturas del hidrómetro y las cotas más bajas de todo el valle. Los perfiles batimétricos muestran, en su corte transversal la presencia de 1, 2 ó 3 canales, en los cuales es posible encontrar las máximas profundidades. Estas a veces muestran una cierta tendencia a darse alineadas, lo cual ha llevado a designar a ese canal como “principal” por su profundidad. Los canales no son rectilíneos sino que describen un movimiento ondulatorio que los lleva a apoyarse en forma alternada en una ribera o 5 en la opuesta. En casos como el que nos ocupa, debido a la naturaleza móvil del lecho, ese canal más profundo sufre desviaciones periódicas, con referencia a posiciones que ocupara con anterioridad. Esos desplazamientos del canal más profundo lo llevan a ocupar en algunos casos y a través del tiempo, posiciones variables a veces totalmente opuestas a las anteriores. Como dijimos ese no es el único que existe, sino que se ve acompañado por otros de menor profundidad y que generalmente realizan el movimiento opuesto. De tal manera y tomándolo como ejemplo, podemos decir que las situaciones que muy frecuentemente se dan son las siguientes: a) que el canal más profundo vaya sobre la margen derecha y el menos profundo por la izquierda, b) la situación inversa, c) que se separen dejando islas en el medio. El movimiento de los canales es causa de movimientos en los sedimentos de fondo, con lo cual el canal principal puede tener tendencia a convertirse en secundario (menos profundo) y que el receptor de sedimentos en un canal secundario que va a principal, que es emisor de sedimentos hacia el primero. Esta movilización de materiales es alternante en sentido de la corriente y ello determina tramos en los cuales sobre las márgenes apoya indistintamente el canal principal o los secundarios. A tal punto características de los canales estar sometidos a continuos cambios, que los desplazan de posición no sólo en el tiempo sino en el espacio. Las islas: Son tal vez los elementos más sensibles a la oscilación de los canales en el río. Ellas responden en cuanto a número, tamaño y morfología a las condiciones hidrodinámicas de las corrientes que las corrientes que la bordean, y en un continuo cambiar, se adaptan a las posibilidades que tiene la corriente de generar en ellas procesos de erosión o sedimentación. 6 La presencia de islas en el valle menor, traduce una cierta incompetencia de la corriente para transportar el caudal sólido que trae situación que para el caso particular del Paraná, comienza a hacerse mucho más notorio a partir de su encuentro con el Paraguay. Figura 4: Vista de los canales de estiaje, islas e islotes. Es probable que se origine por el excesivo caudal sólido que las aguas de aquél aportan al Paraná o bien, a que el mismo inicia, debido a condiciones hidrodinámicas no bien conocidas, su proceso de redefinición del valle propio, prácticamente a partir de confluencia. Las islas representan simultáneamente la consecuencia de un proceso de sedimentación generado por el río, como también un obstáculo en el desplazamiento de las aguas, hecho probado por el efecto de erosión y remodelado a que continuamente se ven sometidas. Cierto que la corriente naturalmente tiende a describir un movimiento ondulatorio, pero hasta qué punto éste no está regido por el 7 obstáculo a eludir. En ese continuo divagar de ribera a ribera, en los sectores en que se ven aceleradas las aguas tienen tendencia a erosionar y en los que la velocidad disminuye, a depositar. Cuando existen dos o más canales no paralelos, aparecen áreas de estrechamiento y otras de ensanchamiento del valle menor. Mientras que en las primeras, la fuerza de la corriente no permite la formación de islas, en la segunda aquella disminuye la velocidad y en consecuencia se dan condiciones favorables para la sedimentación. Es así como aparecen grupos de islas en lugares fijos. Dentro de ellos las islas sufren transformaciones en el tiempo (según el sentido y dirección de la corriente), peo sin abandonar esos sectores ensanchados del valle. Esas modificaciones pueden sintetizarse en las siguientes: Mientras unas son erosionadas, otras crecen. Si se erosiona el sector norte, muy probablemente crezca el sur y viceversa. Las áreas de depositación quedan aguas debajo de la corriente hacia el sector cóncavo del arco. Puede comenzar a crecer como principal un canal que separa dos islas lo cual reduce el tamaño de estas o las desplaza lateralmente. Pueden una o más islas ser cortadas por la corriente, quedando sus sectores norte y sur divididos por un canal. Ello modifica las condiciones morfométricas las cuales en vez de alargadas en sentido norte sur, quedan oblicuas a éste, al crecer según los depósitos aportados por el canal. A través del tiempo cambia lo que podríamos llamar fisonomía de la isla, se modifica no sólo su contorno, sino también las dimensiones, orientación, superficie, situación en el canal en el canal y en algunos casos puede verse dividida en varios fragmentos según la enfrente la corriente. 8 Estas modificaciones suelen darse no sólo progresivamente a lo largo del año, sino que aparentemente son las condiciones de creciente las que producen los cambios más significativos. Dada una condición tal que aumenta el caudal, la capacidad de transporte o la velocidad, se pierde en parte la tendencia a la oscilación y el aumento de la erosión y la mayor linealidad de la corriente puede llevar a veces a que las islas se corten en uno o dos sectores. Por otra parte hay que recordar que las islas presentan como morfología típica una sucesión de canales bordeados de albardones por los cuales muy frecuentemente ingresan la aguas de los canales mayores, ello facilita el proceso de erosión y desmembramiento de la isla. La terraza Too: Es el nivel más bajo de terraza y está representado por un escalón de dimensiones variables, del orden de la decena de metros bastante notorio en las islas, desde las cuales se prolonga (como una banda arenosa desprovista de vegetación) por debajo del río, en forma de bancos. Ese nivel es cubierto frecuentemente por las pequeñas fluctuaciones del caudal y constituye, bajo las barrancas de la ribera, una pequeña planicie o playa en la cual frecuentemente encallan los restos vegetales arrastrados por la corriente. Cuando se la observa en imágenes satelitales o fotos aéreas, es necesario asociarla al nivel alcanzado por las aguas en los diferentes sectores del río, pues si una onda de creciente (aunque sea mínima) se está desplazando por la planicie, el sector por el que aún no pasó la dejará visible, mientras que el afectado la tendrá bajo agua. La terraza To: Todo el conjunto isleño, los múltiples canales de los más variados diseños, anchos y estadios de evolución, más los albardones que los bordean, terminan constituyendo un nivel de terraza muy heterogéneo, cuyo ancho promedio es de unos 20Km. conocido como To. 9 Este complejo fluvial, no es homogéneo. No es posible por el momento decir con seguridad si todo el conjunto isleño guarda una regularidad topográfica ya que la observación de las imágenes satelitales asociadas temporalmente a estadios extre mos de creciente, muestra que los niveles hídricos no son iguales. Figura 5: Vista del nivel Too y To. Image (ISS027-E-11058) Earth Sciences and Image Analysis Laboratory, NASA Johnson Space Center Ello podría asimilarse a que los momentos de formación han estado sujetos a movimientos de los bloques tectónicos que se identifican en el valle. Alejadas de los actuales canales principales se extiende un franja de morfología muy típica, constituida por innumerables riachos y canales que discurren con trazados laberínticos parcial o totalmente conectados a canal principal. Desde Confluencia hasta aproximadamente la latitud de Goya, esa franja está recostada hacia Chaco y Santa Fe y los canales principa- 10 les apoyan sobre las riberas correntinas. Desde Goya al sur, esta última situación se invierte y los canales se alejan dejando una vasta franja isleña a los Departamentos de Goya y Esquina de Corrientes. Daría la impresión, por sectores, tal como ocurre en el departamento Esquina, parte de Bella Vista o en Paso de la Patria, que ese sector isleño quedó adosado a la terraza superior o a la planicie extra valle, de modo que, se conserva el modelo morfológico, pero no se tienen indicios de una actividad netamente fluvial, sino en situaciones extraordinaria. La presencia de los canales de modelo anastomosado asociados a elementos positivos que los bordean, marginan y acompañan, se continúen en albardones sobre los que asienta una rica flora arbórea, con especies de alto porte y marcadamente hidrófila, con características de selva de ribera o galería. A partir del valle menor, se levanta el valle mayor, si bien menos complejo, menos notorio debido a la ocupación antrópica que lo caracteriza. Estudios de detalle permiten reconocer otros niveles de terraza, pero siempre complicados por la existencia de formas fluviales abandonadas que, parecen evidenciar más que un modelo actual, un corrimiento de la situación del valle de oeste a este. En este nivel asientan importantes núcleos urbanos y vías de comunicación, las cuales esporádicamente, en crecientes excepcionales, sufren daños a consecuencia d las mismas. Es a esos sectores a los cuales frecuentemente se los considera libres de la influencia del río, pero en realidad se encuentran conformando parte del valle y en consecuencia, aún esporádicamente, son cubiertas por las aguas. CONCLUSIONES Las conclusiones de las páginas precedentes llevan como fin pintar los rasgos morfológicos del río y establecer la funcionalidad de cada 11 uno, ajustando la terminología a utilizar de modo tal que su uso no se preste a interpretaciones erróneas. En síntesis: 1. El río Paraná posee un lecho de tipo móvil, por lo cual su fondo se ve permanentemente modificado en función de la característica de los materiales y de la dinámica hídrica. 2. Las características del hecho y su respuesta al desplazarse de las aguas, labra canales más o menos profundos, con tendencia a migrar lateralmente y en sentido sub meridiano, modificando su modelo y profundidad en el tiempo y en el espacio. 3. Las condiciones hidrodinámicas, crean áreas en las cuales preferentemente se produce la acumulación, favoreciéndola aparición de islas y sobre elevación del fondo. 4. La presencia de esas islas oficia de obstáculo al normal desplazamiento de las aguas, reforzando el movimiento ondulatorio que normalmente describen y determinando sectores de estrechamiento y sectores de ensanchamiento y alejamiento de los cuales. 5. Las condiciones actuales de escurrimiento han llevado al lecho menor a poseer canales mayores divagantes en un nivel de terraza que es asimétrico de Goya al norte y al sur. 6. Existe un paleomodelo laberíntico en el valle, el cual muy probablemente condicione el desplazamiento de los canales por presencia de materiales de fondo difíciles de remover. 7. La movilidad de los grandes canales removiliza los materiales isleños, en función de lo cual las islas se modifican totalmente en superficie, morfología, número y proximidad a una ribera u otra. 8. En consecuencia la superficie estimada de islas representa una estatización de una situación cambiante en el tiempo no sólo en función del movimiento de los materiales de borde sino también del canal que lleva el río. 9. Con referencia a esto, se hace necesario recordar que todo au- 12 mento de altura de las aguas implica una expansión del área cubierta por ellas y en consecuencia, menor superficie emersa, de acuerdo a ello, el paso de una onda de creciente, cualquiera sea su magnitud, torna no comparables las superficies isleñas estimadas, por cuanto aquella se desplaza progresivamente a lo largo del valle, afectándolo sectorialmente. 10. A consecuencia de lo expuesto, toda representación car- tográfica implica : 1) estatizar una situación que es esencialmente dinámica, tal como es la situación de los canales, la posición, forma y superficie de las islas, 2) hacerlo por convención exclusiva a los fines cartográficos, por cuanto tampoco los datos volcados en cartas son obtenidos simultáneamente en todos los puntos y muchos con productos de interpolaciones, 3) los relevamientos batimétricos son sectoriales, localizados y no continuos en el espacio, ni regulares en el tiempo, 4) el perfil batimétrico sufre, por último, alteraciones artificiales, producto de dragados que interfieren en la dinámica y en la morfología natural de fondo y del escurrimiento. PARODI, H. y ESTRUCO, J. 1975. El río Paraná. Teoría de las mutaciones periódicas. VII Congreso Nacional del Agua. Tomo 1. Editorial Región. Resistencia. POPOLIZIO, E. 1977. Contribución a la Geomorfología de la Provincia de Corrientes. Revista Geociencias VII y VIII. Centro de Geociencias aplicadas de la Universidad Nacional del Nordeste. Resistencia. POPOLIZIO, E. 2006. El Paraná, un río y su historia geomorfológica. Síntesis de Tesis Doctoral. Revista Geousal N ° 3. Universidad del Salvador. 13