cuando me retire, haré tortillas de patata en manhattan

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72 l Domingo 31 de octubre de 2010
HERALDO
DE ARAGON
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LA COLUMNA
Irene Vallejo
El tiempo
vuela
NOS apasionan los enigmas y a menudo estamos deseando que nos señalen uno para fantasear sobre él. Sin embargo no sabemos ver
los que tenemos cerca. El tiempo, por ejemplo. No hay nada que sea más familiar y conocido que el paso del tiempo; pero, ¿alguien
podría decir de forma fácil y breve en qué
consiste?, se preguntaba San Agustín en sus
‘Confesiones’. ¿Qué es en realidad el tiempo?
“Entendemos, cuando oímos hablar de él, entendemos cuando hablamos de él. Si nadie
me lo pregunta, lo sé; si quiero explicárselo al
que me lo pregunta, no lo sé”. El perplejo San
Agustín se dio cuenta de que hablamos del
tiempo como si lo viéramos. Decimos que es
largo o corto igual que si fuera un hilo o una
cuerda extendida. Sin embargo, el tiempo es
un poder invisible siempre en acción. Quizá
sería más tranquilizador poder mirarlo mientras pasa y nos transforma, pero la realidad es
así de inquietante. No sabemos qué medimos
cuando medimos el tiempo. Nos han enseña-
ER -0543/ 2008
REDACCIÓN
GA-2005/0354
IMPRESIÓN
do desde pequeños a diferenciar el tiempo
presente, el tiempo pasado y el tiempo futuro,
pero en realidad lo único que sentimos es un
solo instante siempre en tránsito. Para nosotros no existe más que ese momento que corre en partículas fugitivas, volando del futuro
al pasado. El pasado crece y el futuro mengua,
escribió San Agustín con vértigo. Le sorprendía que en nuestra vida aún exista un secreto
tan enorme. A decir verdad, nuestro reloj es
la cara familiar de un gran misterio.
Entrevista del domingo
“Cuando me
retire, haré
tortillas de patata
en Manhattan”
Darren Phillip tiene que sentarse para caber en esta ventana.
¿Le llamo Darren o prefiere DP?,
que no se pronuncia DP, sino Dipi, según la lectura anglófona.
Señor, puede llamarme como
quiera, pero me gusta más DP. Todo el mundo me llama DP.
¿Por qué le llaman DP?
Son las iniciales de mi nombre y
mi apellido (Darren Phillip). Todo surgió en el equipo de fútbol
americano en que jugaba. En la
plantilla había muchos Phillip.
Cuando me llamaban Phillip, respondían varios a la vez. Por eso,
un día mi madre, Margarita, empezó a llamarme DP.
Y con DP se quedó.
Me gusta que me llamen así.
Y suena muy bien. Aquí, en Zaragoza, y en Nueva York.
Nací en Londres, pero mi infancia
y adolescencia transcurrieron en
ESTHER CASAS
Nueva York. Nueva York no es
una ciudad, es el mejor país del
mundo. Hay gente de todo el planeta en Nueva York. Allí he visto
a gente de Zaragoza que me han
llamado DP en plena calle.
Usted se hizo en esas calles.
Es cierto. Si no hubiera jugado en
la calle, ahora no sería jugador de
baloncesto. Un europeo quizás no
lo pueda entender, pero yo jugué
en la calle con muchachos como
Ron Artest, que ahora está en Los
Ángeles Lakers, o Stephon Marbury, de los New York Knicks. Esa
fue nuestra mejor escuela.
La vida misma constituye la mejor universidad.
Allí conocí a todos estos grandes
jugadores. Y a Louis Bullock, que
ha jugado en España en el Real
Madrid e incluso es socio mío. O
a Larry Lewis, que jugó en el CAI
y ahora está en el Manresa.
Llegó a España a través del Unicaja de Málaga.
Tuve mucha suerte de caer allí.
Antes había estado en el High
School en Brooklyn, en Nueva
York, y en la Universidad de Fairfield. Solo tenía 22 años cuando
llegué al Unicaja. Allí di con gente maravillosa, como Carlos Cabezas.
Cabezas, el último fichaje del CAI
Zaragoza.
Él estaba empezando entonces, ya
apuntaba todo lo que luego ha
conseguido con el Unicaja y con
la selección española. Pero cuando digo maravilloso, mi refiero a
su categoría humana, personal.
Recuerdo las tortillas de patata
que hacía. Bueno, yo creo que las
DARREN PHILLIP
Capitán del CAI Zaragoza
“La calle fue mi mejor
escuela. Si no hubiera
jugado allí, no sería jugador”
hacía su madre, pero eran buenísimas. Cuando me retire, me pondré a hacer tortillas en Manhattan. Voy a hacerme rico (sonríe).
Vamos a comer una tortilla aquí,
que Rosa Mari las hace de escándalo.
No, no quiero comer nada. Me encantan los helados. Y también las
golosinas de fresa; pero no como
nada de eso.
Pues vamos a tomar un vino,
hombre.
No. Ya ve que tomo agua mineral.
No come, no bebe... Oiga, usted
es más triste que un panteón.
Tengo que cuidarme al máximo.
Si no, no rindo en la pista.
Por cierto, vaya puntazo con el
triunfo en la pista del Barça, ¡eh!
Fue una alegría inmensa para todos, para la directiva, para el cuerpo técnico, para los jugadores y,
sobre todo, para la afición. Le ganamos a un equipo que podría jugar perfectamente en la NBA. Fue
una pasada. Pero la Liga sigue. Ya
hay que pensar en el Cajasol. Hay
que ganar al Cajasol y luego al
Fuenlabrada.
Por fin parece que este CAI Zaragoza va en serio.
Tenemos un buen equipo y lo vamos a demostrar.
R. LAHOZ
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