Especial Banca y Finanzas [ www.estrategiafinanciera.es ] Pymes y alternativas de financiación en los mercados españoles Javier Borrachero Presidente de CFA Society Spain E n los últimos años, coincidiendo con la crisis económica, la mayoría de las empresas españolas han convivido con la problemática de falta y carestía de crédito bancario. Las razones son bien conocidas: la necesidad de sanear el sistema bancario, el deterioro de la morosidad, la desaparición de numerosas cajas de ahorro, el endurecimiento de los requisitos de capital, así como de las normas sobre reclasificaciones de activos refinanciados o la caída del margen de la banca. A ello habría que añadir otros problemas estructurales como son las complicaciones para abrir un negocio y la elevada fiscalidad respecto a otros países europeos. La realidad es que desde 2008 el stock de préstamos a residentes ha caído un 28%, a razón de un 9% anual, y el coste de la financiación se ha situado un 65% por encima de la media europea. Estas dificultades han incidido de manera especial en las pymes (mucho más dependientes del crédito bancario y con menores posibilidades de acceso al mercado de capitales). Las posibles vías de solución es un asunto de máxima importancia para el tejido empresarial. España necesita de forma urgente desarrollar vías de financiación alternativas a la bancaria para lograr una correcta financiación de las empresas, especialmente, de las pymes. La dependencia de las entidades bancarias hace necesario incidir en vías que faciliten la transferencia de los mercados de l 52 Estrategia Financiera La dependencia de las entidades bancarias hace necesario incidir en vías que faciliten la transferencia de los mercados de capitales a las empresas capitales a las empresas. De esta forma estaremos poniendo unos sólidos cimientos para la reactivación de todo el proceso de activación económica, y su consiguiente generación de empleo y riqueza que la sociedad española demanda. Ello exige una implicación del gobierno, pero también de otros organismos como el BCE, BEI, el ICO o las sociedades de garantía recíproca. A nadie se le escapa que la economía española está “muy apalancada”, tanto por parte de las empresas como de las familias. En consecuencia, no es realista pensar que el crédito vuelva a fluir hasta que no se haya alcanzado un mayor grado de desapalancamiento de los potenciales demandantes de crédito. Igualmente desde el lado de la oferta es preciso completar el proceso de reestructuración bancaria, así como tomar medidas para devolver la confianza en el sistema, como los nuevos test de estrés. También debemos contar con actores “externos”, como son la morosidad (que sigue creciendo y supera ya al 12%) y las nuevas norma de Basilea III, que endurecen los criterios de solvencia de los bancos, llevando a un recrudecimiento de las condiciones para la financiación, especialmente las pymes. MERCADOS DE CAPITALES Dos estrategias que ayudarían sin duda a “desatascar” la financiación serían la mejora de los mercados de capitales como son el MAB (Mercado Alternativo Bursátil) o el recientemente creado MARF (Mercado Alternativo de Renta Fija). Pero igualmente es deseable desarrollar nuevas formas de desintermediación bancaria y mecanismos alternativos para que la financiación fluya hacia las empresas. Debe facilitarse la inversión directa, el private equity o capital riesgo, el direct lending o el crowfunding. Igualmente debe fomentarse que la inversión institucional (fondos de pensiones, de inversión, compañías de seguro o hedge funds) pueda también actuar como prestamistas. Nº 314 • Marzo 2014 Tribuna Maqueta Tituloarticulo El Mercado Alternativo Bursátil (MAB), la bolsa de valores para empresas de menor capitalización, no ha tenido el éxito que se esperaba, debido en buena parte a la irrupción de la crisis iniciada en 2008. Quizá también ha pesado la falta de liquidez y ciertas decepciones en algunos procesos de salida a Bolsa (posiblemente por un enfoque erróneo de los accionistas, que han entendido el MAB como un mecanismo para una venta rápida y desordenada de sus participaciones y no como un mecanismo para buscar financiación para proyectos de largo plazo). También es cierto que desafortunadamente en España no existe un inversor específico para mercados alternativos, a diferencia de otros países. Apenas hay fondos micro-cap de forma que los inversores que se han acercado al MAB (fondos small cap, banca privada, family offices, algún fondo de pensiones, inversor retail) lo han hecho de forma tímida. Sería además deseable que se desarrollaran medidas de estímulo fiscal para la inversión en el MAB (que solo algunas Comunidades Autónomas han establecido). Pero, en todo caso, en los últimos meses hemos asistido a un cierto repunte de las salidas al MAB (entre ellas varias de las recién creadas SOCIMI, sociedades de inversión en el mercado inmobiliario, un signo también de inflexión del mercado de Real Estate). También hay que destacar que está iniciando las actividades el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF), la réplica del MAB para pagarés y bonos de empresa, un formato que ha tenido bastante éxito en países como Alemania, y que desde luego puede ser una vía para la financiación de empresas, aunque más bien de “tamaño medio-grande” (en torno a 50-100 millones de facturación). En todo caso es importante entender que el MARF no será un mercado para rescatar empresas con problemas (difícil será que accedan empresas con ratios de deuda sobre EBITDA superiores a tres o cuatro veces), sino un mecanismo que facilite la financiación a empresas en procesos de internacionalización o de expansión. Se estima que entre 800 y 1.000 empresas podrían acceder al MARF, con emisiones de importe medio de entre 20 y 25 millones de euros, con tipos entre el 7% y el 8%. El MARF asegura tiempos reducidos de aprobación de los folletos de emisión, costes asequibles (entre el 2% y el 4% del volumen de la emisión), pero también protege al inversor (que será siempre cualificado, no es un mercado para el inversor minorista) a través de las calificaciones Nº 314•Marzo 2014 crediticias y en determinados casos con un Informe sobre el precio de emisión y la rentabilidad. Pero el éxito del MARF no está asegurado, ya que los inversores pueden decantarse por inversiones en activos más líquidos (aunque existirán los proveedores de liquidez), de menor riesgo (bonos del Tesoro o grandes empresas) o de vencimientos a más corto plazo (pagarés de grandes empresas). En todo caso se han introducido algunos incentivos fiscales para el inversor que resultan positivos para el desarrollo de este nuevo mercado. Por otra parte, y poniendo el acento en el campo legislativo, convendría propiciar cambios regulatorios para que nuevos actores se incorporen a la financiación corporativa. En países de nuestro entorno económico como Francia o los Estados Unidos, instituciones como los fondos de inversión, los fondos de pensiones, los hedge funds y los fondos de capital riesgo, están más implicados de forma directa en la financiación de las pymes (a través de colocaciones privadas, deuda mezzanine, créditos participativos o titulizaciones). MERCADO DE CRÉDITO No quisiera finalizar sin un punto de optimismo tan necesario en los momentos actuales. La mejora de la prima de riesgo o la reforma laboral pueden estar ya contribuyendo a la mejora de la coyuntura económica y del tejido empresarial. El mercado de crédito también parece estar alcanzando un “posible punto de inflexión”, según las últimas cifras de créditos facilitadas por el Banco Central Europeo (BCE). Estas muestran una posible estabilización del “stock” de crédito a empresas, lo que podría llevar a pensar que el mercado de financiación a las pymes “ha tocado fondo”. Igualmente, debemos también destacar como la inversión extranjera ha repuntado en España, con la entrada de fondos para comprar deuda pública e inmuebles. Finalmente destacar toda una batería reciente de medidas legislativas y fiscales que deberán contribuir a la gradual recuperación de la financiación. Cabe destacar la nueva Ley de apoyo a emprendedores, la reforma de las sociedades de garantía recíproca (que deberán jugar un papel más relevante en la concesión de avales), la elevación del listón para considerar a una empresa como PYME (que facilitará la concesión de créditos por las entidades bancarias), los nuevos préstamos ICO-BEI o el FOND-ICO, el aval del Estado a los créditos fiscales diferidos de la banca o la Ley Ascensor. Respecto a la financiación no bancaria hay que pensar que el private equity, que durante la crisis bursátil apenas ha podido encontrar vías de salida a sus inversiones, ahora podrá rotar sus inversiones más fácilmente y así también, levantar nuevo capital y ser más activo en la toma de nuevas participaciones en capital de empresa. Además se está buscando facilitar la inversión del capital riesgo en PYMES con cambios regulatorios. La nueva regulación de Fondos de Inversión y de Pensiones podría también permitir que estos instrumentos inviertan, por ejemplo, en empresas del MAB o incluso en préstamos directos a empresas (aunque esto siempre será más complicado debido a la necesidad de facilitar valores liquidativos diarios). Pero sí que parece posible pensar que los hedge funds podrían ser nuevos actores en el mercado de préstamos (como hemos visto en el caso reciente de los préstamos que otorga Bankinter junto al hedge fund Magnetar). En suma, hay razones para ser más optimistas y pensar ya en un punto de inflexión. COMÉNTELOEN www.estrategiafinanciera.es Estrategia Financiera l 53