MOLLA, R.- Contraía consigo mismo. A.E.U.. 74 (N= Extr.): 441 451, 1988. Rev. - 1.1. Contrato por el Esc. ESCRIBANA MARÍA WONSIAK.- En la noche de hoy damos comienzo al Ciclo de este afio de las organizadas por el Instituto de Investiga ción de la Asociación de Escribanos del Uruguay. Conferencias Durante todo el mes de junio, éstas van a estar a cargo de la Comisión de Derecho Civil y van a abarcar, fundamentalmente, temas extraídos de las problemáti cas planteadas en las consultas que en número bastante llegan permanentemente a esa Comisión. elevado Los temas, que van a estar a cargo de las distintas no sólo se van a referir a aspectos prácti Comisiones, cos, sino que también se van a analizar nuevas leyes aprobadas -como es el caso de la Ley Forestal-, proyec tos de ley en este momento en discusión en el Parlamen to -como ocurre con el "leasing"- y a otros de interés propuestos por las distintas Comisiones. La conferencia de la noche de hoy va a estar a cargo Roque Molla, que me voy a excusar de presentarlo ya que es un colega ampliamente conocido del Escribano Consigo Mismo Roque Molla ha poco lo que más provecho nos pueda brindar, cuál sido la aplicación práctica que ha tenido una y otra posición doctrinaria y, fundamenlalmente, cuál viene a un ser la -porque no posición podemos hablar en términos absolutos- de la Comisión de Derecho Civil de la Asociación de Escribanos del Uruguay. Con respecto a las precisiones que me permitía señalar, debo hacer, en primer lugar, una fundamental y es que la propia denominación del tema adolece, diría yo, de un vicio congénito, ya que contrato consigo mismo es una expresión antinómica porque justamente nadie puede contratar consigo mismo, en el sentido literal o etimológico de la expresión. Por su propia voluntad, nadie puede provocar traslados patrimoniales dentro de su propia esfera patrimonial. Es el caso del famoso artículo de compraventa, en el sentido de que la compra de cosa propia no vale. Sin embargo, esta denominación de contrato con sigo mismo es la que se ha mantenido con mayor fuerza lo que es el tratamiento doctrinario, inclusive en lo que es la consagración de los Códigos modernos, justa por las conferencias y disertaciones que ha dado, por los trabajos que ha presentado, por su labor docente y por en su cargo de Coordinador de la Comisión de Derecho Civil. Por lo tanto, con el fin de aprovechar el tiempo lo más posible, damos ya la palabra al Escribano Molla mente porque es para que exponga sobre el contrato consigo mismo. ESCRIBANO ROQUE MOLLA.- El tema que nos ocupa en la noche de hoy es otro de aquellos que nos visualizar permiten confirmar lo que decimos en cada oportunidad que nos corresponde dar este tipo de charlas, y es que el Derecho demuestra -y lo ha demostrado con enjundia en este siglo que está terminando- que es una ciencia, por lo cual se impone una tarea de investigación y no tomar porque a esta altura no corresponde todavía, sino que será a modo de conclusión, expedirse en tomo a cuál es "iure et de iure" supuestos que vienen siendo tratados por los siglos, sino estar constantemente en la co como tarea de revisión de ellos. realizar algunas precisiones previas con respecto a la denominación del tema en sí; luego intentaremos, a nivel dogmático, señalar las posiciones antagónicas que él existen, fundamentalmente referidas a la naturale jurídica del denominado contrato consigo mismo, y lo que dice relación con los efectos; asimismo hacer za a una breve referencia a las legislaciones que están actual vigentes y que ttatan el tema; qué sucede con las se me ocurre debe ser que no lo tratan; y luego, en lo que mente con o de identificar la actuación de una persona física que, por su sola voluntad, pretende provocar la formación de un contrato. Y digo "pretende provocar" la naturaleza jurídica de esta actividad que desarrolla esta sola persona. Pasando entonces al plano estrictamente dogmáti y comenzando por lo que es la naturaleza jurídica del instituto denominado contrato consigo mismo, auto- autoacto, diremos que contrariamente a lo que sucede con casi todos los institutos que están tratados por el Código Civil y en general por el Derecho privado, donde es fuente obligada en todo sentido -en el contrato o Quizá lo primero que corresponda -y quisiera ceñirme a un plan en la exposición para procurar dar una idea general de lo que entiendo por este fenómeno- es en la que identifica al fenómeno mayorprecisión. También se habla de autocontrato o de autoacto, que son expresiones que están tratando de sentido de lugar de conocimiento y, al mismo tiempo, inicio de una investigación- el Derecho Romano, en esta circunstancia, sin perjuicio de señalar que el Derecho Romano conoció este tipo de situaciones, no es como propiamente en él donde vamos a encontrar los inicios de la teoría del contrato consigo mismo. Esto se debe a una razón muy sencilla, y es que el Derecho Romano, en lo que hace relación con la teoría de la representación, no se preció, justamente, por su riqueza sino que, por el 442 REVISTA DE LA A.E.U. contrario, - T. 74 (N= Extr.), 1988 no trató con favor al instituto, excepto en situaciones excepcionales. Digo esto porque justamen que más allá de toda consideración jurídica, hay un pre supuesto que impide la existencia de este fenómeno, y te donde se plantea con mayor enjundia el ese problema del consigo mismo es cuando siglo pasado hace ebullición la teoría de la representación. contrato a Para terminar con mediados del el Derecho Romano, diremos no identificó las situaciones sucintamente que si bien hoy manejamos como contrato consigo mismo, las con la practicidad enorme que tenían los romanos, con ese sentido jurídico que ellos identifica ban con el sentido común, pudieron llegar a conclusio nes que hoy por hoy están vigentes, e inclusive me animo a decir que, en mi opinión, son las que conducen, que conoció, y en definitiva, a una solución armónica con los restantes presupuesto que está impidiendo que una es razón propio derecho positivo vigente: un el consentimiento no manifestación de voluntad unilateral sino que es es una resultado que el Código exige como producto de dos una la que realiza la manifestaciones de voluntad: propuesta y la otra la que realiza la aceptación. Por lo tanto, este antagonismo que vemos reflejado Decíamos, entonces, que debemos recurrir representación. ¿Por qué? Porque a la sucede que descartada la posibilidad de lo que sería el contrato consigo mismo en sentido literal -o sea, que una persona no existencia razón querer pero lo que no se puede por sí solo es formar el consentimiento. Esto también está confirmado por el institutos. teoría de la esa sicológica y, por ende, hay lógica por la cual un contrato no puede ser tal cuando hay una sola voluntad. Baudry-Lacantinerie dice en Francia que se puede una puede provocar efectos patrimoniales en su propia esfera, de naturaleza contractual-, la ubicación natural de este instituto es cuando un es, cuando necesariamente intereses y de sujeto actúa por otro, esto estamos en presencia de patrimonios distintos. entre la posición positiva, es -para llamarla de alguna manera- decir, que acepta la figura, y la que la niega, demuestra desde el inicio diferencias en cuanto a su luego -y en definitiva también quizá en un plano práctico tenga su importan naturaleza jurídica. Vamos a ver cia- si estas diferencias absolutamente inconciliables en el plano estructural se repiten en sede de eficacia. posición que admite la figura del autocontrato Derecho, con la opinión sin ninguna duda ilustre del Doctor Gamarra- maneja la propia definición del artículo 1247, en el cual la exigencia no es que existan dos voluntades, sino que el requisito -por lla La -en nuestro son tres los elementos que entran en al decir de Cafaro y Camelli, voluntad, interés y juego patrimonio. Y el invitado de hoy tiene lugar, justamen Entonces, te, cuando tenemos intereses y patrimonios distintos, pero se da la circunstancia de que tenemos una sola voluntad. Ese es, entonces, el marco en el cual se debe marlo así- que está encartado en la definición, es la exigencia de dos partes. Dice el mencionado artículo: desarrollar el tema que tratamos de exponer. Acá surgen, en lo que hace referencia a su natura obliga leza jurídica, dos grandes vertientes. La primera maneja la posibilidad de la existencia de este fenómeno conser dar, hacer o no hacer alguna cosa". Por supuesto, no se queda solamente y sería una vando la típica definición de contrato que todos conoce mos, o sea, como aquella convención en la que intervie agresión, nen dos partes, independientemente de manejar el concepto de contrato en el sentido restringido como lo hace el Código Civil, es decir, como fuente de obliga ciones, o de manejarlo como lo hacen otros regímenes, también como medio hábil para extingirlas simplemen te en lo que hace a su faz estática, esto es, a la estructura que tiene el contrato. Esta primera posición doctrinaria entiende que es perfectamente posible conciliar la definición que de contrato dan los Códigos tributarios del Derecho Romano a través de sus intermediarios -el Código francés y el Código alemán- con la existencia de dos estén representa partes, y el hecho de que ambas partes "Contrato es una para con recíprocamente convención por la cual una parte se o ambas partes se obligan la otra, a una prestación cualquiera, esto es, a - sobre todo a la figura de Gamarra- con la definición que da el artículo 1247 para manejar esta teoría. Evidentemente, hay toda una construcción que merece el mayor de los respetos y que está basada, justamente, como decía hace un momento, en la madu rez de la teoría de la representación. La teoría de la representación viene avanzando desde Savigny hasta nuestros días, transitando por lo que se llamaba la teoría del nuncio, que justamente es la teoría de Savigny, hasta la verdadera teoría de la repre sentación, con matices intermedios que fueron jalonan do lo que en definitiva plasmó en la construcción hoy por hoy indiscutida. Es decir, en la teoría savigniana este tema ni siquiera se plantearía, porque Savigny, en todos los casos de representación, entiende que la voluntad das por una misma persona. La otra posición parte no de un rigor jurídico, sino de algo que está -y lo compajtimos- con antelación a toda jurídica, y es la situación de hecho, y que está actuando es la del representado. De manera que este eminente sabio alemán no vería ningún obstáculo dicen -dicen bien, en mi concepto- que es imposible que tener dos una persona física pueda al mismo tiempo señala Se se contraponen. voluntades que justamente ha sido la que a nivel de Derecho nacional do, él siempre iba a tener, en su teoría, las dos voluntades disquisición opinión -y han vertido los eminentes Profesores Cafaro y Camelli- para admitir la figura del autocontrato, porque en la medida en que siempre la voluntad es la del representa que a la vez, coincidentemente, forman las dos partes que exige la definición de contrato. Por lo tanto, siempre habría contrato en el sentido ortodoxo de la palabra. Con el devenir de la teoría de la representación. 443 DERECHO OVIL con la independización -como corresponde, por otra parte- de la voluntad del representante de la voluntad del representado, y más aún con la consagración actual voluntad. porque, justamente, tenemos una sola El tema ha transitado durante todo el siglo -aunque ustedes piensen que tendría que haber sido resuelto, representante, queda sin posibilidad de tránsito jurídico sobre todo por los Códigos modernos- y ha sido y sigue siendo discutido sobre estas bases. El afio pasado tuve la suerte de recibir una obra la teoría de italiana, "El Contato", de Franco Caressi, indiscutida de que la voluntad que está desple gando en el contrato su hacer es exclusivamente la del mente Viene Savigny. de los sostenedores del manteni ayuda posición positiva -para la que existe real mente la figura del contrato consigo mismo- la ficción que emerge de la teoría de la representación. Esto es, ese famoso salto a dos pies que se realiza cuando actúa un representante en un negocio de gestión o en un negocio final, por el cual por su voluntad logra algo que no es lo normal en el negocio jurídico. O sea, investido de ese poder de disposición que le fue conferido por la persona interesada en determinado traslado patrimonial, logra que los efectos del negocio pasen por encima de él y repercutan directamente en el patrimonio de su repre en miento de la sentado. En esta construcción se basa toda la teoría que pretende ver en esta figura un contrato. Nos parece muy fundada la crítica que se le hace y, la vez, de un peso imposible de rebatir. Justamente, el propio hecho de tratarse de ima ficción es lo que está en el cual absoluta vigencia las dos posiciones anta replantea gónicas e inconciliables en lo que hace a la estructura y, con en definitiva, Como a negocio. seguimos la la naturaleza jurídica de este dijimos al comienzo, nosotros posición de Cafaro y Camelli a nivel de Derecho nacio nal, porque entendemos fundamentalmente que se han ceñido al método que corresponde para transitar en lo que hace a la eficacia de un negocio. Es decir, en primer lugar determinada la existencia de la capacidad jurídica, el elemento que debe ser estudiado de inmediato es el consentimiento. En un tránsito lógico de estudio meto dológico corresponde hablar en primer lugar de capaci dad, en segundo término de consentimiento, en tercer lugar de causa y en cuarto término de objeto. Si en alguno de estos estadios no logramos avanzar, el exa men metodológico no puede proseguir. Y esto es lo que a sucede destruyendo esta posición, porque la teoría de la repre Al realizar la investigación y encontramos ante un sujeto con plena capacidad de obrar, ello nos va a con este superar uno de los presupuestos que tiene el estudio y el examen de un negocio. Y ya inmersos en él, en realidad la que estaba la voluntad de representante, dejó confir mado sin ningún tipo de duda de que ésa era la voluntad permitir que estaba jugando en el contrato, la del representante, y solamente su voluntad. De manera que si esa es exclusivamente la voluntad que está funcionando en el un sentación, al desentrañar que actuando era misma voluntad la que está accionar la otra parte del contrato, nos contrato y a la vez es esa pretendiendo encontramos con una imposibilidad: ya no tenemos dos voluntades. Si se quiere, podemos tener dos partes, pero lo que no se puede discutir -y acá queda aherrojada esta teoría- es que existe una sola voluntad. Se recurre, entonces, a la propia definición -que es bastante consecuente en todos los ordenamientos- de que la exigencia no está vinculada a la existencia de dos voluntades, sino exclusivamente a la existencia de dos partes, y por lo tanto, existiendo las dos partes represen tadas por una sola voluntad, la definición salva el negocio es absolutamente viable. Lo que sucede es que el Derecho consagra las examen y el normas que corresponde. Hay situaciones que están por encima de toda declaración, y entendemos que ésta es una. En nuestro concepto, sería absolutamente supera bundante haber señalado en el Código que necesaria mente debían concurrir dos voluntades para formar el contrato, justamente porque el argumento que maneja la posición negativista es a todas luces incontestable. ¿Cómo vamos a hablar de formación de un consenti miento requiriendo dos manifestaciones de voluntad si tenemos una sola? Ya se ha cerrado la discusión inclu sive antes de poder entrar a su disquisición jurídica. No hemos ixxlido llegar a la formación del consentimiento fenómeno. cuando vamos a negocio, tarea nos analizar los requisitos que debe reunir detenemos en de desenü'aflar si miento tiene un se juicio el consentimiento, y la o no el consenti ha formado de valor negativo, porque el el consentimiento, no ha podido for marse por la inexistencia de dos manifestaciones de voluntad. Es decir que hay una imposibilidad lógica que resultado, que es es consecuencia de una imposibilidad sicológica: nadie puede querer al mismo tiempo comprar y vender. Esto es absolutamente imposible. Dicen algunos juristas alemanes con un graficismo elocuente que nadie puede partir su alma en dos. O como decía recién que señalaba Baudry-Lacantinerie, una persona puede querer pero no puede consentir en el sentido técnico de la expresión; es decir, lograr un resultado para el cual la ley está exigien do otra declaración de voluntad. Tampoco ha faltado la crítica a esta posición, que no solamente viene dirigida por la propia definición que de contrato da el Código, sino también por un concepto dogmático que merece respecto y que es el siguiente. Se dice -es la opinión de Masnatta en la Argentina- que en realidad el error de esta teoría está en afincarse en la voluntad cuando lo que interesa no es la voluntad intrínseca sino la declaración de voluntad. Por lo tanto, existiendo las dos declaracio nes de voluntad, no interesa si la voluntad ha sido emitida por una misma persona. Entiendo que es harto ingeniosa la posición de Masnatta pero no ofrece realmente una crítica acertada lo que ha sido esta construcción que en nuestro país han manejado Camelli y Cafaro, porque si bien es cierto a 444 REVISTA DE LA A.E.U. que la voluntad debe ser declarada, también decimos que la declaración de voluntad es simplemente la manifestación de ese querer y, por lo tanto, justamente en el íter que debe seguir el fenómeno, primero está el querer y después la declaración. Es decir que la decla ración tendrá exteriorización y aptitud en la medida en que exista el querer; de lo contrario realmente no declaración. es tal - T. 74 unánime sino que la cuestión- la situación tampoco es existen básicamente dos centros grandes (N^ Extr.). 1988 que han pre arrojar luz sobre este asunto. En primer lugar está el Código Civil alemán que, como todo Código -como siempre decimos-, es el producto de la actividad humana y, por lo tanto, es susceptible de ertor. Por supuesto, no es la opinión nuestra sino la de notables juristas alemanes e italianos, tendido Me permito adelantar que esta discusión a nivel de naturaleza jurídica es de fundamental importancia por que consideran que esta ha sido una de las instancias en que se ha equivocado, ha errado, por inclinarse por una que todos los institutos deben tener una correcta defini ción en su naturaleza jurídica para poder desentrañar de las teorías que hemos manejado. Es decir, el Código Civil alemán, que es dable mencionarlo como también al italiano y al francés -y luego, sin mayores dificultades, cuáles cuencias de la misma. En lo que dice relación llamado positivista, las son conse funcionamiento y la analiza en su dinámica, se encuentra con un obstáculo insalvable que la va a en conducir de la dar el de la plano eficacia, en el de los efectos, los mismos resultados que como da la posición el error que mano a en negativista. En nuestro concepto, este es se comete desde el punto de vista metodo lógico. Se está trasladando a la sede de la naturaleza jurídica las consecuencias del fenómeno, y esto no corresponde. Un instituto, un fenómeno, debe ser ana lizado primero en función de su ser, y determinado su ser, acaecen las consecuencias del mismo. Al haber admitido el negocio consigo contrato mismo, tendría que sobrevenir, justamente por su exis tencia, toda la regulación que conforme al Derecho establece la ley materia civilde ningún jurídica. -en nuestro con esencia, Código Civil vicio y, por lo tanto, ha nacido a la vida inmediatamente invalidado en el sentido para realizar un contrato en el cual también está enjuego su propio interés, está determinando la aparición de la ih'cila del sujeto de la voluntad y su representado, provoca la nulidad absoluta del negocio por causa ilícita. Causa ilícita bien manejada por Gamarra, porque justamente el sujeto de la voluntad está actuando con un instmmento un fin ilícito; que es el poder del que está investido para ilícito porque no es el fin para el cual le fue conferido el autocontrato. Por supuesto, siempre nos estamos manejando en el campo de la representación voluntaria, no así en el de la representación legal, justamente porque acá la situa ta en del la medida de que no existe la posibilidad, por parte -que es incapaz-, de manifestarse sujeto del interés idóneamente. Por eso, rechazado por la propia naturale za del cargo que tiene la representación legal, rechazaría el autocontrato. Prohibición absoluta, entonces, para el autocontrato en materia de representación legal y per miso para realizarlo en lo que hace relación con la representación voluntaria. concepto provoca la confusión entre lo que debe mantenerse estrictamente como la naturale to que en nuestro de instituto, de lo que es el funcionamiento del mismo, y es el famoso conflicto de intereses. Es decir, za empezó a manejar la situación de conflicto que se iba dar entre representante y representado, y ese conflicto se a imposibilita, justamente -decían- la concreción del fin perseguido, porque el representante nunca puede actuar -y esto es absolutamente incontestable- en beneficio propio. poder. general podemos ha sido decir que el tránsito que ha pacífico en docttina ni en la tenido la figura no legislación. En lo que hace a la doctrina, reseñado, la controversia sigue vigente, y la mados por la teoría de la representación, por esa ficción jurídica llevada prácticamente a la realidad -y ese fue el error- admitió la figura del autocontrato, esto es, la actuación de una persona por sí como sujeto del interés en su esfera patrimonial y a la vez en representación de otra de la cual tenía poder de representación para provo car un desplazamiento patrimonial. Entendió que era harto suficiente la depuración que había tenido la doc trina para sancionarlo a nivel de Derecho positivo y permitir esta situación de representación, es decir, de Pero sucede que en los estudios surge este elemen entre el a Quebec, y los Estados norteamericanos de habla española- tuvo un prinrier proyecto en el cual, entusias na, negocio. Justamente, esta es la posición que maneja Gamarta. Es decir: no tiene inconveniente en admitir la figura, se plantea pero sucede que el conflicto de intereses que En aun ción es manejada por todos como absolutamente distin negocio, una vez admitido en su técnico de la expresión, es considerado absolutamente nulo porque -se dice- el sujeto de la voluntad que está actuando en representación del sujeto del interés, de la persona que le confirió el poder, al utilizar ese poder causa con excepción, por supuesto, de la sajona, y dentro de esta zona de influencia a Escocia, Luisia- occidental en respecto a un contrato que no adolece Pero sucede que el es caso, el que es dable mencionarlos porque son faros que han iluminado prácticamente a toda la civilización digo la posición que hemos cuando admitida la figura la pone con legislación -que es un como en hemos lo que hace poco y mucho la que define Esto mente trajo como consecuencia que vuelta la cuestión y se diera total consagrara la posición harto criticable, y es la se antagónica, que también es norma que hoy está vigente en el Código Civil alemán en el artículo 181: "Salvo autorización en cnnirarin p1 445 DERECHO CIVIL no podrá celebrar en nombre del repre negocio jurídico ninguno consigo mismo, ya de terminar con la parte dogmática, a nivel de Derecho positivo alemán es absolutamente imposible. Es decir, nombre no es representante sentado obre en propio representante de o como un tercero, a no ser que el negocio jurídico de que se trate consista exclusivamente en el cumplimiento de una obligación". Como puede apreciar, estamos ante una norma corresponde resaltarlo, por que la otra gran vertiente, que es la que viene precedida por el Código Civil francés y por lo tanto tenemos que tomar como punto de referencia porque está reflejada en el nuestro, no se ha manifestado en forma tan categórica en contra de la figura del autoconttato, sino que lo ha prohibitiva. se Esto también hecho, diríamos nosotros, mucho más ponderado, con y que criterio racional, definitiva es el que debe mantenerse. Esto es, el Código Civil francés descartó por corresponde, la figura del contrato completo, como consigo mismo en sede de representación legal; prohi bió, para ser más claros, la contratación el repre de orden. entre legal y su representado. La razón es En primer lugar, el poder que tiene el representante es un poder que está sujeto, que es tributario del deber que tiene de vigilar los intereses del menor. Por lo tanto, es imposible que el representante legal pretenda celebrar con su representado un negocio en el cual vaya ínsito su propio interés. En cambio, en lo que hace a la representación sentante voluntaria -que en definitiva es dentro de la representa ción la especie que presenta los mayores problemas- no prohibición. Se podrá decir que si no existe ima prohibición existe una autorización. Creemos que existe una esto no es así. Lo que está claro es que no estamos regidos por un como el Código Civil alemán, muy criticado, sistema llamado de Derecho estricto, que ha cercenado la posi bilidad del florecimiento del derecho de equidad porque absolutamente monolítica y no permite el más mínimo juego jurisprudencial. Así ha ocurrido en la norma es siglo: situaciones que claramente, inclusive para los detractores de la figura del contrato consigo mismo, eran viables, en función de la disposi el devenir de este ción que acabamos de leer han tenido un juicio negativo por parte de la jurisprudencia. En algún caso concreto similar a uno que nos ha tocado en alguna consulta, la jurispmdencia alemana no ha permitido la viabilidad jurídica del negocio celebrado por el único socio de una sociedad actuando por ella. Pido perdón a los comercialisias y al Coordinador de la Comisión de Derecho Comercial Esc. Guillermo Servan Bauzón que esta presente; no es si existe o no del caso entrar ahora la sociedad de un en la discusión de socio, pero como supuesto para el ejemplo pongamos que existe. Es decir, la posibilidad de que existiendo la persona jurídica, este solo socio realiza un negocio de disposición que tiene por efecto el ttaslado de un inmueble de la sociedad a su patrimonio personal. Esta situación, sobre la que vamos a volver luego hubiera tomado. nunca Pero tampoco es cuestión de echar las campanas al vuelo y decir que en la medida en que el acto no está está prohibido, permitido, y consecuentemente cortcs- propugnar la validez ponde existencia, si ustedes quieren contrato consigo todos los en antes que casos o la la validez, del mismo. Esto, que puede parecer contradictorio un en permitido este acto jurídico. Como ustedes ven, el sancionar una prohibición provoca una disyuntiva de hierro para el Juez y lo obliga a tomar determinadas decisiones que sin ninguna duda afirmado hasta hace con lo momento, queremos pretender lo es. Creemos que el Código Civil un demostrar que no francés -y el nuestro, como tributario de él- en definitiva lo que ha hecho es reconocer la situación de que la figura como tal, como ontológico. una En contrato, no es posible en el plano existe un contrato formado por su ser no sola voluntad. Pero ha tenido la sabiduría de tener la también sabia posición man de los romanos, de buscar el sentido útil, el sentido social de la situación del fenómeno, de este acto jurídico, que sí tenemos que definir. Diríamos, sin duda, que es un negocio jurídico unilateral, vestido instrumentalmente con el ropaje de un contrato, pero es un negocio jurídico unilateral porque es producido por una sola voluntad. Sucede que el Código -en nuestro concepto, sabia mente- ha encontrado la fórmula para mantener la posibilidad de esta definición, y no obstante ello, poder permitir el desencadenamiento de los efectos propios de un contrato. Acá es donde quisiera hacer la distinción con aquella posición que venía reseñando del Derecho Romano, que veía, en la autocontratación no un dero contrato. El Derecho Romano nunca se verda apeó de lo que fueron sus formalismos o sus definiciones. Para dicho Derecho, el contrato, durante toda su vida, fue un acuerdo de voluntades, y figura. Claro: no obstante permitieron la no como contrato. Dijeron -y dijeron bien- que era una situación jurídica que producía los efectos del contrato. En pocas palabras, era un negocio al contrato. equivalente A nuestro criterio, esto es lo que sucede con los elementos que tenemos a nivel de Derecho Positivo. Claro está que corresponde, con total honestidad inte lectual, decir que el Código de mayor envergadura de los últimos tiempos, el que está irradiando a los nuevos Códigos de este siglo, que es el Código Civil italiano de 1942, tiene una norma netamente a que en su artículo 1395 se afilia la teoría positiva y consagra, define y lo rotula contrato consigo mismo, señalando que: "Es anulable el contrato que el representante concluya consigo mismo ..." -o sea que está presuponiendo la existencia de la figura- "... en nombre propio o como representante de otra parte, a menos que el representado lo hubiese autorizado específicamente o que el conteni do del contrato hubiera sido determinado de modo que 446 REVISTA DE LA A.E.U. excluya la posibilidad impugnación podrá de un conflicto de intereses. La propuesta solamente por el ser representado". Con todos los respetos debidos, observen que, en realidad, la aceptación de la figura es más aparente que real, porque nos habla de que "Es anulable..." -punto - T. 74 (N= Extr.). 1988 del contrato, y que por lo tanto es posible, que tiene eficacia y que despliega efectos. Pero hay otros que dicen: "No; como estoy en la posición contraria, como entiendo que la figura del autocontrato no tiene viabili dad jurídica, no puede formarse el contrato consigo mismo y, por consiguiente, todo negocio en el cual se dé sobre el cual también corresponde hacer alguna aprecia una actuación de este ción- "... el contrato que el representante concluya consigo mismo, en nombre propio o como representan con el juicio de valor negativo más drástico que tiene el te de otra parte, a menos que autorizado el representado lo hubiese específicamente". Vemos acá, por un lado, la voluntad del interesado. Habla de "autorizado espe cíficamente", o -y es la segunda hipótesis para impedir Ese contrato que no excluya la porque se está dando la unión de una teníamos antes de la sanción de la es contrato voluntad, como norma, además de una autorización o, en su defecto, con la posibilidad que la ley le da a esa única voluntad de producir efectos jurídicos, porque justamente el conte nido del contrato excluye la posibilidad del conflicto. De manera que con distinto ropaje, desde el punto de vista de la naturaleza jurídica del fenómeno -y lo decimos con la más absoluta modestia, contra la opinión de o esas eminencias que Stolfi-, seguimos son con la Cariota Ferrara, Messineo imposibilidad de la que principio. No tenemos un contrato. Sí algo distinto; tenemos consagrada legislativa hablábamos al tenemos a nivel de Derecho Positivo, una norma que, por lado, ratifica el concepto y, por otro -que eso es mente, un harina de otro costal- sanciona con nulidad relativa la transgresión de la norma. Viene al caso la opinión de Cariota Ferrara, quien lógicamente se rinde ante la disposición legal, pero apunta de que en realidad se trata de una decisión político-legislativa. Acá no es que se haya plasmado en la ley un concepto moderado doctrinariamente, sino que ha habido una decisión -como hay muchas en Derecho- alejandrina. El nudo no se desató sino que se cortó, que son dos cosas distintas. Y esto lo dice Cariota: las dificultades de avanzar en un reconoce plano estrictamente conceptual con esta figura, pero señala que las dificul tades han sido superadas por la ley y que a ella hay que calificada negativamente como decía hace un momento, las dos leonas vienen a coinci dir no - pero digamos en los aspectos el terreno de la eficacia. puntuahnente, trascendentales- en Ustedes dirán: entonces, ¿qué importancia tiene la Porque está bien que es un proble naturaleza jurídica? ma tal, y decimos enfáticamente no es es ordenamiento, que es la nulidad absoluta". Esto no es así, y acá es donde, justamente, la anulación del contrato- "que el contenido del contrato hubiera sido determinado de modo que posibilidad de un conflicto de intereses". tipo de método, pero si en el plano de la eficacia las son las mismas, esta disquisición está de soluciones más. Entendemos que no porque el habernos plegado a niega la existencia de esta figura, va a la teoría que implicar que no necesitemos, como se pretende, una prohiba la actuación, porque justamente el negocio en sí es imposible. No necesitamos una norma prohibitiva. Los sostenedores de la posición que admite la figura tendrían que decir: el Derecho Privado es el terreno donde reina la autonomía privada, y el principio rector de dicho Derecho es que se puede hacer todo lo que no está prohibido. Por lo tanto, para poder impedir el desarrollo o el despliegue de efectos de esta figura admitida en su esencia, tengo que encontrar alguna norma que me prohiba la actuación. Este es, digamos, un razonamiento que a nivel simplista podría ser admi norma que tido. Por eso digo que es importante definirse en la naturaleza jurídica, porque plegados a esa teoría que lo niega, ya no tengo que destruir este apotegma del Derecho Privado que es la autonomía privada. No tengo que ir a buscar la norma prohibitiva, que además es muy posible que no la encuentre o que figure para determi nados actos, y alh' tenga que hacer jugar otro tipo de mecanismos como interpretación extensiva, quizá para algunos -entiendo que no, por supuesto- analogía, prin cipios fundamentales, etcétera. Es decir que se puede ir esfumando lo que es la contundencia de una razón, cual inferir que no corresponde el análisis como contrato, ceñirse. es Es decir que, reiteramos, no es un argumento de tanto peso el artículo 1395 del Código Civil italiano, justamente, como para que nos lleve a decir que en el plano dogmá tico la figura del contrato consigo mismo tiene viabili coherente con lo que es la base, la esencia de la teoría de dad jun'dica. la representación -que es justamente ese elemento que se llama "contemplatio domini", o sea, obrar en nombre Sin embargo, también corresponde señalar con énfasis que denostar como contrato a este fenómeno no significa y creo que esto debe quedar bien claro- privarlo de efectos jun'dicos, que es un poco la simbiosis un lado se señala que el que se maneja. Es decir, por autocontrato es una figura jurídicamente existente los términos tradicionales, con en la fórmula tradicional porque no puede existir. Entonces sucede que para poder transitar en forma ajeno, que es el elemento extemo de la representación (sabido es que el elemento intemo es el poder)-, es necesario, para quienes admiten la existencia del con trato consigo mismo, comenzar una tarea de interpreta ción que no siempre llega a buen puerto. Observen que si hemos avanzado del consenti vamos a la causa, no es tan firme la nosiríón miento y 447 DERECHO CIVIL de Gamarra cuando dice que es realidad vean dificultoso y que en causa ih'cita, porque en el negocio -sin perjuicio de todo lo que es el tema de la causa ih'ci ta-, causa ilícita, en el sentido propio de la definición, no existe. Entonces vemos que la teoría comienza a tamba azaroso lear y ahí se enfrenta con un verdadero rubicón que es absolutamente insalvable para cualquier posición favo rable para este negocio, que entre es el conflicto de intereses representante y representado. Pero digo, el conflicto de intereses no es privativo del negocio de representación o del negocio de gestión, en el cual actúa un sujeto representando a otro. Por el contrario, el conflicto de intereses es justamente como de la esencia del conü-ato. Todo contrato, como dice Cafaro, tiene abstractamente -aunque pueda no tenerlo concretamente-, por definición, un conflicto de intere ses. De manera que ya el tema está resuelto al inicio. En un contrato hay conflicto de intereses. Cuando actúa representante y representado pretendiendo con una sola manifiesta su voluntad y el negocio queda absolutamen te en ese aspecto. Todavía no ha habido ningún tipo de El lo que ha hecho, técni desplazamiento paüimonial. camente jugado definido, en esa propuesta; lo único que ha su voluntad, y como tal es una actuación fue de vo propone. Tiene que esperar otia manifestación luntad, pero no es la de él, ni tampoco es la del sujeto del interés representado por él, sino que es la del sujeto del interés manifestando por Se dice que aprobar en el sí, en forma. es un acto de la voluntad que plano de los hechos tiene como antecedente otios hechos: el hecho anterior es la propuesta y el hecho posterior es la aprobación que además, reitero, debe ser respetando las formas. Y esta aprobación lo que hace, sin más, es formar el consentimiento: propuesta más aceptación. Digo esto como una permitido -y lo vamos a advertencia que nos hemos los casos prácticos- ver en señalar. La propuesta como elemento integrante del es revocable. Es decir, nuestro Código voluntad formar el contrato, el avance es muy corto porque ya el conflicto le impide la actuación. consentimiento la eficacia, creo que interesa resaltar cuál es el punto de vista de la teoría negativista, porque la teoría positivista, evidentemente, se va a manejar con proponente envía su propuesta al aceptante, éste la debe remitir al proponente, y en el momento de llegar no al conocimiento, que es un esladio más avanzado que generales. ¿Pero qué hace la teoría nega Porque se encuentra, según hemos dicho, con la ausencia de contrato y dice que hay un negocio jurídico recogen otros Códigos, sino al llegar a destino la acep tación, ahí se forma el consentimiento. Esto es lo que se unilateral. Pero sucede que si vamos a las causas efi cientes de las obligaciones, si vamos a las fuentes de las Digo permitido En cuanto a los principios tivista? obligaciones, nos encontramos en la definición, en principio, con la ausencia de la posibilidad de un nego cio jurídico unilateral como fuente de obligaciones. Y decimos que no. En primer lugar, porque está esa válvula de escape que es la ley: la ley es fuente de obligaciones. Acá lo que está sucediendo es algo que entendemos que es perfectamente armonizable con la inexistencia de contrato, y es que la ley y la voluntad están jugando de forma totalmente coherente y permi tiendo que un negocio que no es contrato cumpla la función de tal y provoque consecuencias jurídicas igua les a las de un conüato. se afilió a la teoría de la llama la teoría de la recepción, y por lo tanto el recepción. advertencia que nos hemos -y lo vamos a ver en los casos prácticosseñalar. La propuesta como elemento integrante del esto como una consentimiento afilió es revocable. Es la teoría de la decir, nuesfro Código y por lo tanto el proponente envía su propuesta al aceptante, éste la debe se a remitir al proponente, y conocimiento, que recogen otios recepción, en el momento de llegar no al esladio más avanzado que sino al llegar a destino la acep es un Códigos, tación ahí se forma el consentimiento. Esto es lo que se llama la teoría de la recepción. Por definición, la propuesta, en su estado natural, diríamos, es revocable. La propuesta puede ser irrevo cable; pero ese no es su estado natural. De manera que Esto está establecido en los arüculos 2070 y 207 1 El articulo 2070 le impide al mandatario realizar los jando, negocios de compra y venta aún por interpuesta perso na, pero remata el artículo la prohibición con esa posi bilidad de que el negocio sea viable en la medida en que haya sido aprobado expresamente por el sujeto del interés. O más precisamente porque en este caso los dos -y justamente por eso no hay conüato- son sujetos del interés, por el poderdante, si me permiten. cómo sabemos que esa propuesta no ha sido retirada. Lo ideal sería que cuando se actúa en este tipo de . Es decir que en la situación final comparece una persona, manifiesta su voluntad, invoca la representa ción de otra y realiza un desplazamiento paüimonial a mérito de su declaración por sí, y además invocando el poder. Y acá es donde está el error en el estudio del fenómeno. En realidad no estamos ante un caso de representación sino que estamos fuera de la representa ción. Acá está sucediendo que viene una persona. la mayoría de los casos que estamos mane situaciones de propuestas simples, o sea, con la posibilidad de su revocación. Digo esto porque la aprobación, que llamamos ratificación, sobre viene perfectamente en estado de vigencia de la pro puesta, pero puede sobrevenircuando ya la propuesta ha sido retirada. Y el problema en el orden de la prueba es en enorme tenemos relaciones se haga una propuesta irrevocable que, como dice el Código Civil, es aquella en la cual se obliga el proponente a esperar la contestación, que es distinta a la otia figura de la propuesta con confundida y que, justamente, ción. es plazo, que el reverso es muy de la situa Luego de definir la propuesta revocable, el artículo 1265 establece: "Hasta ese momento, está en libertadel 448 REVISTA DE LA A.E.U. proponente de retractar su propuesta, a no ser que al hacerla se hubiere comprometido a esperar contesta ción y ano disponer del objeto del contrato sino después de desechada la oferta, do un o hasta que hubiere transcurri plazo determinado" . La situación es distinta cuando el proponente envía la propuesta con plazo. Este plazo está justamente funcionando en beneficio del proponente. El realiza la propuesta con comunicar, tal como haber mediado plazo, vencido el cual sí tiene que hacerlo no tiene que en caso de no porque no olvidemos que la respuesta tardía también permite la formación del con sentimiento. Es el articulo 1266, que establece: "En plazo, de respuesta tardía, el proponente que se ha comprometido simplemente o sin plazo a esperar con testación, debe participar su cambio de determina caso ción" . Observen la carga que existe en sentido técnico El proponente que realiza la oferta sin plazo cada uno en su esfera de interés, - T. 74 es (N» Extr.), 1988 decir, por sí, sin representación ninguna, pueden perfectamente en ese negocio conferir poderes jurídicos de actuación en beneficio exclusivo del apoderado; concretamente, puede establecerse -que es muy común, además- que en virtud de existir determinado embargo, se le confiere poder jun'dico al comprador para que destine parte del precio a satisfacer al acreedor embargante y desintere sarlo. Esa es una actuación que está realizando el sujeto investido del poder en su beneficio, porque justamente está permitiendo el levantamiento de un vínculo de indisponibilidad para poder acceder a un interés, que es el goce del bien. De lo que se tiata en materia de representación cuando hablamos de autorización, es directamente de la posibilidad de que una sola persona, un solo sujeto de la voluntad, despliegue una actividad unilateral por defi nición, que sumada a aquella autorización logre los jurídico. efectos que tiene el contiato. No es tampoco un contrato, tiene que comunicar su cambio de determinación, por que de lo contrario estará sujeto a la respuesta tardía y pero se consigue, a mérito de la posibilidad que el Derecho Privado permite, la producción de los efectos la formación del consentimiento; jurídicos del contrato. Como decían los romanos, es un equivalente del contrato, pero sigue siendo un negocio jurídico unilateral. consecuentemente a pero en el plano que estamos manejando de la propuesta pretendida como consentimiento, y detectado que en la realidad del consentimiento lo único que hay es uno de sus elementos, si no se realiza en forma de propuesta Esta situación, cambio, a diferencia de la situa en irrevocable, la aceptación perfectamente puede llegar ción anterior que hemos visto, no es una propuesta, y ésta es la gran diferencia. Acá sí la autorización no tiene cuando ha habido retiro de la oferta. Y el contenido de es realiza el esto lo que ü-ae lo que no puede suceder en materia jurídica, que es la incertidumbre. Ahí vemos, por lo tanto, un primer en el plano de los efectos del negocio. problema Por ello decimos -y lo hemos señalado en las resoluciones que hemos sacado últimamente- que per fectamente puede formarse con aprobación que sigue aquella oferta, pero debemos buscar los medios que nos permitan acertar que no ha habido retiro de la oferta, porque de lo contrario tampoco hay consentimiento. Esta es la primera situación, entonces. Reiteramos que no es autocontrato, voluntad, es sino que es una manifestación de propuesta, a la cual sigue una aceptación, conflicto una propuesta. El negocio final lo de la voluntad, por sí y ante sí, y el relevado por la propia voluntad del sujeto sujeto es del interés al conferir el poder. prevista en el artículo 2071, que también está directamente regulada por la ley, está encartada dentro de los principios generales. Allí se establece lo siguiente: "Si fuese encargado de tomar dinero prestado, podrá prestarlo él mismo ..." -o sea, el apoderado- "... al interés corriente..." -y observen que La otia situación ratifica el criterio que venimos expo niendo- "... pero facultado para colocar dinero a interés, no podrá tomarlo prestado para sí, sin aprobación del nuevamente se y estamos denü'o del esquema conü'actual tiadicional clásico, sin ningún tipo de diferencia con lo que es mandante". nuestio método de conflicto. Existe conflicto porque la posición de deudor investigación. ¿Pero qué pasa si en lugar de aprobación hubiere una autorización? ¿Es posible la autorización? El Códi go no lo menciona, pero ahí sí juegan los principios de Derecho Privado. Esta sí no está prohibida, y al no estar prohibida la autorización, está permitida. En primer lugar, porque en sede de representación voluntaria, están enjuego intereses privados. El sujeto, al conferir el poder -negocio jurídico también unilateral (algunos hasta los califican de absttaclo)-, autoriza a su apodera do a que realice determinados negocios en los cuales el apoderado tenga interés. Esta figura se distingue netamente de lo que se llama el procurador "in rem suam". O sea, en el caso de un negocio sinalagmático -un conü-ato; si quieren, una compraventa- con dos sujetos de voluntad actuando ¿Por qué no puede? Porque justamente acá sí hay supone un estudio de responsabilidad patrimonial - eventualmente, pedir garantías reales o personales- y este es un conflicto que no puede resolver por sí y ante sí el representante. Hemos pretendido, entonces, en un mente en sus plano estiictadogmático, señalar cuál es la naturaleza jurídica dos versiones, cuál ha sido el tránsito a nivel de Derecho Positivo principalmente en base a estos dos grandes Códigos de este siglo, cuál es la posición del codificador nacional, y fundamentalmente -que es lo que realmente interesa en el plano consecuencial- cuá les son los efectos Nos en una y otxa posición. queda un poco, por simple inquietud intelec tual, resaltar la poco técnica decisión del Código Civil italiano, pero a la vez, en honor a la verdad -y quizá eso 449 DERECHO CIVIL haya decidido la cuestión-, son lo que la utilidad práctica al la conformidad las necesidades sociales o resolver con respecto a un instituto. Esto es: con en un plano estiictamentc dogmático y conceptual, si manejamos la inexistencia o -si quieren, para el Derecho Positivo umguayo- la nulidad absoluta, alguna de salvar ese negocio. Cuando manejamos no tenemos posibilidad la situación de ausencia de el negocio llamado de gestión sin poder concretamente, para poner un ejemplo-, en realidad, cuando actúa una persona sin poder de representación y conttata con un tercero pretendiendo provocar efectos patrimoniales en la esfera de su seudo-representado, en voluntad, en - manejado como caso de laboratorio, que es la actuación del apoderado que infrigiendo los deberes que le corres ponden realiza un negocio para su propia utilidad y que nuli es sancionado directamente por el Código con la dad absoluta. Decíamos que había una diferencia en cuanto a si era por falta de consentimiento o por causa ilícita u objeto ilícito, que es la posición de Gamarra, es el pero como ustedes ven, el resultado siempre mismo: la nulidad absoluta. Hay oü-as situaciones que no son tan claras y a la provocan espejismos en cuanto a la pretendida sanción por nulidad absoluta. En el plano de la represen tación voluntaria entre personas físicas, puede darse, vez ha presentado a nivel de consulta, una situación verdad de lo que se trata es de un negocio válido -porque como se tiene todos los elementos necesarios para adquirir la categoría de validez- pero es ineficaz. Es decir, no que aparentemente encuadra en la hipótesis prohibida y no obstante debe ser admitida y resuelta en forma despliega eficacia por la sencilla razón de que nadie puede agredir la esfera patrimonial de un ajeno sin su conformidad. Recién cuando esa persona dispone por su voluntad que esos efectos de ese negocio hasta ese momento oponibles, y resuelve tomarlos para sí, recién ahí, por efectos de la "ratificación", se va a producir el desarrollo consecuencial, la eficacia, el despliegue de positiva. efectos del contato. Indudablemente, esta tendría que haber sido la solución a rigor dogmático. O sea, no es un problema de anulabilidad, porque hubiera tenido que sancionarse nulidad absoluta porque estamos ante un caso de imposibilidad -más bien, de inexistencia que de nulidad con eventualmente podía haberlo trasladado, pretendido algunos autores, al plano de la ineficacia. Sin embargo lo ha dejado en un punto medio, absolutacomo o han que entiendo que a nivel técnico es absolutamente inaceptable que es el de la nulidad relativa. En pocas palabras: ha permitido que el negocio naciera -como todo negocio, con la "espada de Damocles" de la nulidad relativa- con un vicio que, eventual podrá provocarle su muerte retroactiva, si me permiten la expresión; ha permitido que naciera inváli do, por supuesto, desplegando sus efectos como todo negocio relativamente nulo, y simplemente le tiaslada la carga de vigilar por sus intereses al sujeto del interés. Este es el único que puede impugnar la actuación en mente, consigo mismo. Decíamos, entonces, que si bien a nivel dogmático parecería carecer realmente de base científica sólida, base a esta fórmula llamada conüato indudablemente, en lo que hace al tránsito de las relacio nes sociales, es una solución mucho menos drástica que la que traería aparejada la sanción de nulidad absoluta, o más técnicamente, la inexistencia. ¿Cuál ha sido, en el plano de las situaciones fácticas, el tiánsito de este negocio contato consigo mismo? algunas situaciones que son de contrato ü'picamente consigo mismo en el sentido que se ha pretendido dar a esta expresión, y a otras que Nos vamos a referir a aparentan no serlo pero que no obstante tienen el mismo tiatamiento por el ordenamiento jurídico. Como primera hipótesis vamos a ver la que hemos Existe un negocio preliminar actuando los dos sujetos por sí, convienen incluso con pretensiones anti cipadas, ya un poco transforman al negocio preliminar en anómalo con la famosa discusión que todos conoce quieren, para mayor pulcritud del desarro llo, quedémosnos con el negocio preliminar típico en el cual simplemente se asumen obligaciones de hacer y mos; pero si concretamente se está difiriendo la manifestación de voluntad del negocio definitivo para una ulterior instan embargo sucede que en el ínterin uno de los sujetos del interés y de la voluntad del negocio prelimi nar resuelve conferir un poder a la otra parte contiatante. La otia parte concurre al negocio final por sí e investido de ese poder. Y acá en primera instancia se entiende que estamos en la hipótesis normal, o si ustedes quieren, en la anormal, es decir, en aquella en la cual esta actuación no está permitida, en la cual justamente se da este conflicto de intereses y, por lo tanto, este negocio no puede realizarse. El sujeto de la voluntad solamente puede manifestarla en función de su calidad de promi tente comprador, pero no puede investir la representa ción que pretende porque, justamente, hay un conflicto cia. Sin de intereses. Diremos que acá el negocio final es debido. Indu dablemente que el negocio preliminar puede ser incum plido, pero es un negocio debido en el planojurídico. La situación de estar vinculados por esa relación jurídica que es el negocio preliminar, ya ha impedido el libre juego de la autonomía privada, y las dos partes están realmente sujetas a esa relación. Por lo tanto, ese poder que le confiere el promitente vendedor al promitente comprador, por ejemplo, en el que le dice, lisa y llanamente y sin entrar en mayores precisiones, que puede disponer del bien, solamente puede interpretarse en función de ese negocio debido independientemente de que esté inscripta la promesa o no, de que esté pagado el precio o no- solamente puede - entenderse voluntad como la autorización para que con su sola llegue al negocio final y concrete la realidad que es, justamente, el objeto de ese negocio preliminar. Decimos esto porque si nos afiliamos a la posición 450 REVISTA DE LA A.E.U. negativista, no necesariamente el afiliarse a ella supone negar la viabilidad de estas relaciones. Independiente mente de que no sean contratos, tienen viabilidad jurí dica y por lo tanto producen efectos jurídicos. Mucho más tortuoso es el camino cuando estamos manejando las personas jurídicas. Acá sí ha habido disparidad de criterios ente la Comisión de Derecho Civil y el informe de uno de los consultores extiaordinarios, el Escribano Walter Pardías, con referencia al manejo Concretamente, la consulta versaba sobre lo que si nivel estiictamentc descriptivo no pare consigo mismo, debe por lo menos encartarse como un autocontato en sentido amplio o, si a ce como un contiato ustedes lo desean, indirecto. Es el caso de que el repre sentante de una persona jurídica realiza un acto de disposición en favor suyo, como sujeto o persona física. nos manejamos con la teoría organicista, que niega, y ratificándola decimos que la persona Si nadie física en realidad lo que está realizando, investida de su calidad de representante estatutario, es accionar la vo luntad de la persona jurídica -la voluntad jurídica, decimos nosotios, de la persona jurídica-, sucede que no hay tal autoconüato porque tenemos una persona jurídi ca y una persona física distintas que están realizando un negocio, en el que simplemente se da la coincidencia de la actuación de se El otio ha dicho que en este caso no corresponde ahondar no (N« Extr.). 1988 existencia del conflicto de caso también un poco líder es, lamentable juicio de valor negativo cuando aparen temente tendría que serlo positivo. Es el caso de una persona jurídica que enta en liquidación, cuyo liquida dor, designado como conesponde, es el Presidente de la sociedad y, a la vez, es el padre de los accionistas, de los mente, cuales con un uno de ellos es menor de edad y está sometido a patia potestad. Más allá de la discusión de si en realidad lo que conesponde es ir a la partición o si corresponde una adjudicación en pago de acciones, y ubicándonos en la posición más favorable para salvar el negocio, de que fuere eventualmente una paga por entega de bienes -la adjudicación en pago de acciones-, vemos que el nego cio de enajenación que es seguido del modo conespondiente va a determinar el tiaslado paüimonial de un bien del patimonio de la sociedad al de los ex-accionistas o accionistas. Acá también se puede decir que en realidad no hay ningún tipo de conflicto porque el padre está actuando la voluntad social y lo que está haciendo, cuando se forma el contato, es concurriendo por la sociedad, actuando a su voluntad, y además con su cónyuge, o eventualmente si fuere él sólo el titular, en ejercicio de en la patia potestad, representando al una voluntad jurídica Y sola persona física que actúa en la de la persona jurídica y en la propia. el criterio de la es T. 74 intereses. su de los institutos. bien es cierto niendo - Y ota menor. que volver al esquema inicial. contatar con el hijo. La sociedad vez tenemos El padre no puede podría hacerlo, pero sucede que actuar la voluntad tavés de la voluntad sicológica del padre investigaciones por la razón expuesta, porque no es un caso de negocio consigo mismo, no solamente en el plano estinctural sino directamente, en lo que hace a la cuestión, ni siquiera hay conflicto de intereses. Se dice social la que acá de lo que se trata es de la manifestación de voluntad sicológica de la sociedad y de la manifestación -también voluntad sicológica- de la persona física. sanción de nulidad absoluta. ¿cómo puede hablarse de una voluntad sicológica de una persona jurídica? Las únicas personas que tienen voluntad, sicológicamente la voluntad de la sociedad, y en ello estamos de acuerdo. en Y volvemos al principio: hablando, son las personas físicas. Por lo tanto, el hecho de aceptar la teoría del órgano, de aceptar que esa la voluntad jurídica de persona física está actuando en la persona jurídica, no impide el desarrollo precedente el sentido de que en el momento en que va a decidir en el plano sicológico, se produce un conflicto de intereses que él por sí y ante sí, no puede resolver, y por lo tanto es procedente -no conveniente sino procedenteen , en el estudio de la situación, investigar cómo se formó en función de la cual esa persona va la voluntad jun'dica. Concretamente habrá que indagar, si se tiata de un Directorio colegiado, si ha de la Asamblea. Es decir, habido un la voluntad social a actuar todos pronunciamiento aquellos elementos que permitan confirmar que realmente de lo que se tata es de lo que se quiere, o sea, la actuación de la voluntad jurídica de la persona jurídi la teoría de la persona ca. No es que se esté negando lo que se está mante sino simplemente, que, jurídica, a determina el conflicto ente el padre y el hijo, y ese conflicto, además por estar en la zona de la representa ción legal, Se negocio absolutamente insalvable y recibe la es como se ha hecho, que como ha formado y que vale la manifestación de puede decir, no se Adquirida la mayoría de edad por el menor, éste podría, justamente actuando el artículo 2070, dar su aprobación expresa al negocio y de esta forma salvarlo, si ustedes quieren. Pero acá también reiteramos el problema que un momento, de la certeza que debe reunir la situación en la medida de no haberse producido decíamos hace revocación de la oferta, que en definitiva fue lo único que hizo esta sociedad. Por último, está el caso que mencionaba anterior una mente que en el Derecho alemán no es admitido debido al arti'culo 181: la situación bastante común -y reitero, a considerar y dar como presupuesto e hipó tesis de tabajo la existencia de las sociedades de un solo socio- de un socio único accionista y a la vez único sin entar Director que realiza un negocio por el cual se produce el taslado del patimonio de un bien de la sociedad al de la persona físicas socio y Director. Esto, formalmente, estmcturalmente, debe ser calificado como un autocontato, como un negocio consigo mismo, como un nego hay una sola voluntad sicológica cio unilateral, porque 451 DERECHO CIVIL que está actuando. Pero de esta circunstancia no se concluye -reitero- el juicio de valor negativo, sino que corresponde realizar la investigación para determinar si virtud de situaciones patológicas. Por principio, los negocios jurídicos son verdaderos y váli dos. Excepcionalmente, son simulados y nulos. En natiiral y no en de esa sustitución de poder, que en mi con cepto implica la cesión de la calidad en otia persona y Observen que un accionista, único socio. Director de esa sociedad -más allá, reiteramos, de las teorías muy de la relación por lo tanto el alejamiento del sustituyeme de poder, a pesar de poder revocar esa sustitución, lo absolutamente incontestable es que sale de la relación esa actuación es o no adecuada a Derecho, y más concretamente, si esa actuación está conflicto o no lo está. en hipótesis valederas que entienden que ni siquiera hay sociedad; pero en la hipótesis de tabajo de que existiere-, está actuando en una esfera en la cual no hay ningún conflic de intereses porque él es el único titular de los intereses de la sociedad y, por lo tanto, lo que está realizando es adecuado. Es la única forma que tiene de to actuación. En definitiva, se está dando lo que conespon con la teoría que sostiene que no hay Simplemente se tata de un negocio declara tivo de algo que ya estaba consumado, y era que el bien había pasado a título universal al patrimonio de la de de acuerdo sociedad. consecuencia, justamente por la sustitución que ha verificado, deja de ser apoderado, y al dejar de serlo no está en la situación Por que justamente le impedía su calidad de apoderado. lo tanto, puede perfectamente realizar este negocio por la razón de que ha dejado de investir esa calidad. Lógicamente, podrá darse el caso -como se da en cualquier negocio ente sujetos que actúan por sí- de simulación, es decir, que se haga la sustitución por un acuerdo simulatorio para provocar un desplazamiento ficticio y, en definitiva, permitir lo que no podía hacer directamente. Pero son dos situaciones absolutamente persona física. Una situación que también merece estudio y que ha diferenciables y que por lo tanto, una, el estado natural, y ota, el eslado patológico, deben ser resueltas de sido criticada, es la hipótesis en la cual, cuando se otorga acuerdo el negocio de apoderamiento -como sucede en la casi totalidad de lo que vemos circular, y enhorabuena de que sea así-, el poderdante faculta al apoderado a sustituir el poder. ¿El apoderado puede, para eliminar el conflicto de intereses, sustituir el poder y de esa manera llegar a un negocio de gestión en el cual comparece él por sí y comparece en representación de su ex-poderdante, el apoderado sustituto? No tenemos ninguna duda en contestar que sí, que puede hacerlo, porque las catego rías jurídicas se deben resolver en función de su estado con sus respectivas coordenadas. Creo que la hora es un poco avanzada. No sé si algún colega quiere dar alguna opinión sobre el punto, que creo sigue todavía en estado fermental. ESCRIBANA MARÍA WONSIAK.- Vamos a signo aceptación o de que la exposición ha sido tan rica y tan llena de argumentacio nes, que ha dejado a todo el mundo con una base de pensamiento. Por lo lanto, sólo nos resta agradecer al Escribano Roque Molla por el estudio profundo que ha realizado tomar el silencio como sobre este instituto. de