El Desván “Al Descubierto” Con la sinceridad atrapada en la garganta, la banda navarra El Desván presenta 'Al descubierto', su primer trabajo discográfico. Una colección de 10 canciones forjadas en un rock clásico que no vetusto, de estructura sencilla que no simple, con guitarras vehementes que supuran 'ochentas' pero viven en el siglo XXI y una voz aguerrida, que mira hacia dentro para poder gritar hacia fuera. El 18 de marzo de 2012, Patxi Morillas y Gabriel Gainza comenzaron a darle forma a un sueño que, a día de hoy, han conseguido cimentar y consolidar a fuego lento pero firme con Iñaki De Castro (bajo) y Juanra Alduán (batería). Tras una primera maqueta, Las prisas sí son buenas, que hacía honor a su título y que vio la luz refrendada por otra formación y un originario Desván por entonces apodado Peter, ahora han retomado la senda de la calma para alumbrar su nuevo álbum, grabado en los estudios Sonido XXI (Esparza de Galar, Navarra). Un trabajo para el que han contado con la producción de Javi San Martín, que, a la sazón, se ha convertido casi en un quinto miembro de El Desván. Un disco que supone para la banda un salto más que cualitativo, ya que han encauzado y enraizado su particular forma de entender la música, que partió de un pop rock primigenio, hasta consolidar un estilo propio, en el que no inventan nada pero disfrutan cada segundo, acarician cada acorde y sopesan cada palabra. Lo que, al fin y al cabo, es la esencia de ese rock and roll que les da la vida, a veces se la quita, pero, sobre todo, los ha convertido en tipos felices. Rock and roll. Estrofas, estribillos, solos... Todo el mundo sabe cuáles son los ingredientes de la Coca-Cola, pero la clave está en saber conjugarlos y aportar ese granito de vida e ilusión que le otorga un sabor diferente y único que los chicos de El Desván han cosechado colocando su mejor sonrisa ante los pequeños tropiezos, forjando así su libertad. Corazón, amistad, pasión, voluntad, trabajo y más trabajo. Ese es su secreto a voces y la forma que tienen de sentir el latir de unas canciones que te abrazan desde el minuto cero, con guitarras protagonistas que caminan sobre una base de bajo y batería exquisita en su desnudez y milimetría, que trabaja como un buen árbitro de primera división, alejadas del protagonismo y haciendo que la banda camine sin detenerse. Patxi Morillas, el guitarrista de la formación, ha encontrado la madurez en su segunda juventud, regalándose y regalándonos una colección de solos para enmarcar en los que deja claro que tiene a John Mayer en la mochila. El trabajo a las seis cuerdas es una de las matrículas de honor del disco, con especial hincapié también en los dúos y en las rítmicas, binomio venido a menos en estos tiempos en los que rige la modernidad mal entendida pero absolutamente necesario para que una banda de rock rinda en plenitud. Descarnada la piel, dejando el corazón al descubierto, el disco arranca con 'La impotencia de quererte', primer single y perfecto botón de muestra de una colección de letras plagadas de regates, dobles y triples sentidos, reflexiones que llegan a detener los acordes y sentimientos que burbujean sobre las escamas de la piel. Pero que nadie piense que estamos ante un tratado de filosofía barata, todo lo contrario, la libertad atrapa cada palabra ('El vagamundo', con la voz del Piñas, de Marea), la rebeldía impregna cada frase ('Rebelde luchador', con la voz de Pedro La Fuga) y la amistad se traba a cada paso con las confidencias ('Cosa de dos', 'Su propia hoguera', con Juanan Tierra Santa a los teclados) mientras la tristeza del puto cáncer convierte en héroes a padres y madres anónimos ('Gente corriente'). Trabajando sus recuerdos al pie de vetustas murallas del siglo XIII, Gabri se ha desnudado hasta la saciedad, perpetrando en los textos del álbum, que tampoco son ajenos a los latigazos de un gobierno pantuflero y corrupto ('Es verdad'), un ejercicio de sinceridad al alcance de pocos. Dicen, y es verdad, que el rock debe mostrarse como una desbrozadora de almas; pues bien, eso es, esto es lo que ha hecho El Desván, alumbrar un abrazo de corazón por nombre 'Al descubierto'. FERNANDO F. GARAYOA Periodista Musical