Primera Parte 57 Posteriormente, en sentencia de 3 de enero de 1865 la Corte expresó: “El demandante ha demostrado satisfactoriamente, dentro del término probatorio, que su casa situada en la calle del pozo (ciudad de Santa Marta), fue ocupada por las fuerzas de la extinguida Confederación Granadina, que hacían la defensa de esa plaza en los meses de noviembre y diciembre de mil ochocientos sesenta, para operaciones militares y punto fortificado; que la ocupación de que se trata se llevó a efecto por orden y disposición de Julio Arboleda y José María Vieco, jefes de las fuerzas que peleaban dentro de la ciudad y se apoderaban de las casas y edificios que se creían más idóneos para el éxito de la defensa que hacían; que el deterioro sufrido en la casa del demandante, a consecuencia de recibir los fuegos de la artillería de los federalistas, se estima en tres mil pesos. Por manera que los perjuicios causados a Sales, y que han motivado este juicio, están fuera de toda duda; pero no basta esto al deseo del actor y ordenar, en consecuencia, el reconocimiento en su favor y a cargo del tesoro de la unión, de los tres mil pesos reclamados pues ni el Decreto de dieciocho de septiembre de mil ochocientos sesenta y uno, ‘sobre suministros y empréstitos, ni ninguna otra de las disposiciones que rigen, respecto a pagos de gastos causados en la guerra que comenzó el ocho de mayo de mil ochocientos sesenta, reconocen la obligación de parte del Gobierno, de pagar daños y perjuicios causados en la mencionada guerra, en cuyo caso se encuentra Pedro de Sales. Si en esto hay alguna injusticia; si se desatiende un llamado que parece fundado en la equidad, corresponde al legislador repara esa injusticia, sancionando la disposición que reconozca la indemnización o pago de los perjuicios inferidos a los particulares por los beligerantes en la última lucha nacional; mas no los tribunales que tienen la única misión de aplicar la ley escrita”38. Esta jurisprudencia como hecho llamativo, restringe la responsabilidad del Estado al reconocimiento que haga el legislador de la obligación de indemnizar perjuicios; es decir que si la ley no lo consagra, el Estado 38 Corte Suprema de Justicia. Sentencia de fecha 03 de Enero de 1865, Bogotá. Estados Unidos de Colombia, Diario Oficial, año II, viernes 3 de enero de 1865 N°. 222, p. 849.