reivindicando una definicion para la historia del

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Sociedad Europea para el estudio de la historia del pensamiento económico
Conferencia Anual, Porto, Abril, 2006
“The Future of the History of Economics: Young Scholar’s Perspective”
REIVINDICANDO UNA DEFINICION PARA LA HISTORIA DEL
PENSAMIENTO ECONOMICO
REBECA GOMEZ BETANCOURT*
ALEXANDER TOBON**
Resumen
Este artículo discute algunas ideas sobre el carácter, el método y la
identidad del historiador del pensamiento económico. Éste se
define como un economista "generalista" cuya característica
principal es su conocimiento de las teorías económicas generales.
Este conocimiento le permite, por una parte, establecer un vínculo
con las distintas especializaciones económicas dominantes hoy en
día y, por otra parte, reconciliarse con la economía contemporánea.
Así, el historiador del pensamiento económico ocupa un lugar
preciso y permanente dentro de la economía y no dentro de la
historia. Reivindicamos el papel de los jóvenes investigadores en
historia del pensamiento económico a través del estudio de las
teorías generales.
*
Estudiante de Doctorado en Economía, Laboratorio Phare, Universidad de Paris I, Panthéon Sorbonne. Email :
rebeca.gomezbetancourt@malix.univ-paris1.fr. Dirección: Bureau 326, Maison de Sciences Economiques, 106112 Boulevard de l’Hôpital 75647 Paris Cedex 13, France.
**
Estudiante de Doctorado en Economía, Laboratorio EconomiX, Universidad de Paris X Nanterre. Email :
atobon@u-paris10.fr. Dirección: Bâtiment K-131, 200 Av. de la République, 92001 Nanterre Cedex, France.
1
El desarrollo de la ciencia económica en los veinte últimos años ha estado
caracterizado por la especialización dentro de las escuelas de pensamiento tradicionales.
Algunos conceptos económicos (o algunos mercados) se convirtieron en ‘subdisciplinas’, en
particular, dentro del marco de pensamiento microeconómico neoclásico. Se habla así de la
economía del trabajo, de la economía de la salud, de la economía de contratos, de la economía
de la evolución, de la economía pública, de la economía del medio ambiente, de la economía
del bienestar, de la economía del comportamiento, de la economía de las organizaciones, etc.
Se trata de una desarticulación de los distintos temas de investigación en economía. La
especialización es reforzada por la integración de las ideas de otras ciencias: la sociología, la
psicología, la filosofía, así como también de la medicina, del derecho, entre otras.1
No consideramos que la especialización sea negativa en sí misma. Esta permite la
profundización del conocimiento científico al mismo tiempo que proporciona bases sólidas
para el trabajo en economía aplicada en distintos ámbitos. La especialización se vuelve
perjudicial cuando fomenta el alejamiento de las cuestiones fundamentales de la ciencia
económica; y cuando ella permite la polarización del conocimiento. En la mayoría de los
casos tan distantes unos de otros que no pueden comunicarse. Es el caso hoy en día.
Las cuestiones fundamentales de la ciencia económica son las que proporcionan una
explicación teórica general del sistema capitalista o de la sociedad de mercado 2 . Existen,
grosso modo, cuatro grandes corrientes del pensamiento económico que han ofrecido los
argumentos más sólidos: la teoría clásica, la teoría neoclásica, la teoría marxista y la teoría
keynesiana. Uno de últimos esfuerzos, quizás el más importante, en la explicación de la
sociedad de mercado, es dado por la teoría neoclásica, en particular, por la demostración de la
existencia de un equilibrio general competitivo3.
Creemos que el estado actual de nuestra disciplina, compartido por la mayoría de los
economistas, es el siguiente: el estudio de estas cuatro teorías generales se convirtió en el
objeto de estudio de la historia del pensamiento económico y el estudio de las teorías (o
mercados) especializadas se convirtió en la teoría económica contemporánea. Existe entonces
una desconexión entre las distintas especialidades y la historia del pensamiento económico.
Por lo tanto, se constata que la teoría económica contemporánea esta compuesta de diferentes
especializaciones, que la historia del pensamiento económico es también una especialización
1
Para simplificar el debate, hemos omitido los desarrollos dentro de la macroeconomía (por ejemplo el estudio
de la macrodinámica a partir de fundamentos microeconómicos, etc.) y la teoría monetaria (los modelos de
prospección monetaria ó de búsqueda, etc.).
2
El debate también puede referirse a las teorías económicas de sistemas no capitalistas.
3
Hicimos abstracción de las corrientes heterodoxas asociadas a estas cuatro teorías generales, por ejemplo la
teoría postkeynesianas, la teoría néoricadiana (o sraffiana), la teoría del circuito, las teorías néomarxistes, etc.
2
pero ésta última se considera fuera del conjunto de subdisciplinas que conforman la teoría
económica contemporánea.
Le resultado de esta constatación es la marginalización de las teorías generales del
debate económico contemporáneo y, por lo tanto, la marginalización de los economistas
consagrados a su estudio. Esta marginalización tiene las consecuencias que se mencionan en
los artículos del suplemento de la revista History of Politcal Economy de 2002: la
desaparición de la enseñanza de las teorías generales en los programas universitarios de
economía y la notable reducción de trabajos de investigación asociados a esta problemática.
Esta realidad preocupa a los jóvenes doctorantes en historia del pensamiento
económico actualmente. Sin embargo, constatar esta marginalización, por desafortunada que
ella sea, no debe desalentarnos en nuestras carreras profesionales. Al interrogarnos sobre esta
problemática, es interesante saber si nuestra ‘especialización’ es relevante y fundamental para
el estudio de la ciencia económica en general.
La historia del pensamiento económico definida por nosotros como el estudio de las
teorías económicas generales, debería y podría generar un interés para el conjunto de nuestros
colegas economistas. Este interés puede ser explicado por tres elementos: (I) el carácter de la
investigación, (II) el método de la investigación y (III) la búsqueda de una identidad propia.
I) EL CARÁCTER DE LA INVESTIGACIÓN: LA TEORIA ECONÓMICA
Nos parece que el primer elemento de interés para el conjunto de economistas es que
la historia del pensamiento económico puede contribuir al desarrollo de la teoría económica
actual. En este sentido, la historia del pensamiento económico es capaz de contribuir al
desarrollo de modelos y teorías generales en los cuales las distintas especialidades puedan
encontrarse.
Tal y como la concebimos, la historia del pensamiento económico no es retrospectiva4.
Por una parte, no se limita a describir el proceso de formación o el posible progreso de la
teoría económica en un tiempo histórico. No se defiende una concepción evolutiva de la
teoría económica. Por otra parte, no se conforma solamente con establecer vínculos entre
distintas teorías, o con demostrar la herencia de algunas ideas actuales respecto a los
economistas precursores. Esta ha sido la definición tradicional de la historia del pensamiento
económico desde la Historia del Análisis Económico de Schumpeter. En el estado actual
4
Pensamos aquí en Mark Blaug en su Teoría económica en retrospección, en su primera edición de 1962.
3
marginal de la economía, éste no es, ni puede ser la definición de la historia del pensamiento
económico. Es precisamente esta concepción de la historia del pensamiento económico la que
es responsable del estado actual de nuestra profesión.
El tipo de investigación en historia del pensamiento económico que intentamos
proponer no es nuevo. Es el contexto de marginalización actual lo que es nuevo.
En la teoría económica contemporánea existen trabajos cuyo método implícito es el de
la historia del pensamiento económico expuesto aquí. Basta con citar, por ejemplo, los
trabajos sobre la formación de los precios de mercado a partir de la teoría de juegos, los
modelos postkeynesianos que establecen vínculos con la teoría néoricardiana para explicar
los comportamientos estratégicos de la empresa, los modelos sobre el crecimiento económico
de inspiración clásica, la nueva síntesis neoclásica en macroeconomía a partir de una
relectura de Wicksell, el desarrollo reciente de los modelos de prospección a partir de algunas
ideas de la teoría austríaca (Schumpeter et Menger), entre otros.
El profesor Lapidus (1996) llama a este carácter de la investigación “el método
intensivo”. El toma como ejemplo el método utilizado por Piero Sraffa en su obra
Producción de mercancías por medio de mercancías. Otro ejemplo es el de Karl Marx en su
Teoría sobre la plusvalía. Sraffa comenzó por leer y publicar la obra completa de Ricardo, lo
que le permitió más tarde construir su propia teoría. El utilizó los resultados su propio
análisis para aclarar los textos de Ricardo. A partir de la teoría de Sraffa se puede
comprender mejor los argumentos de Ricardo. Marx, por su parte, discute directamente con
los autores como si estuvieran sentados en frente. Este método de investigación se opone al
de Schumpeter, quien no interrogó a sus autores. El buscó la lógica de los conceptos, hizo un
análisis económico de los instrumentos y siguió un tiempo lógico.
Queremos, por lo tanto, salvaguardar de la historia del pensamiento económico su
carácter abierto al estudio de las teorías y problemas fundamentales de la economía, siempre
puesto en relación con la ciencia económica contemporánea. Reivindicamos el hecho de que
los jóvenes investigadores en historia del pensamiento económico se interesen y trabajen
sobre las teorías generales. La única historia del pensamiento económico que nos interesa es
aquella que puede dialogar con cualquier otra especialidad de la economía. De no ser así, ella
pierde todo sentido. La historia del pensamiento económico tiene un carácter general.
4
II) EL MÉTODO DE LA INVESTIGACIÓN: LA HISTORIA
Se trata aquí de uno de los principales temores de los economistas y paradójicamente
de aquellos que hacen historia del pensamiento económico: ser considerados como
historiadores.
La palabra “historia” produce dos efectos: miedo y vergüenza. Por un lado, genera
miedo ya que los economistas no tenemos necesariamente la formación y el método de trabajo
riguroso y específico de los historiadores profesionales. Además porque esto nunca ha
formado parte de nuestras intenciones. Por otro lado, la palabra historia produce vergüenza ya
que, siendo la economía una ciencia, la utilización de la historia como método de trabajo sería
considerado como una salida fácil y como muestra de una incapacidad del uso de las
matemáticas.
Es frecuente escuchar entre nuestros colegas economistas que el recurso a la historia
significa querer escapar al rigor de la ciencia económica, y sobre todo querer evadir las
matemáticas. Se escucha decir también que los historiadores del pensamiento son los que
utilizan en sus investigaciones las grandes obras clásicas del siglo XIX y XVIII, o anteriores.
Se tiene la impresión que cuanto más se remonta lejos en los siglos, más se es un historiador
menos y un economista.
Sin embargo, es necesario rechazar con fuerza estos comentarios sin fundamento. Para
nosotros, los historiadores del pensamiento económico tienen cuidado con el contexto en el
cual se desarrollan las teorías. Se sirven de un conocimiento histórico para comprender mejor
sus propuestas, pero su análisis no es historicista ni historiográfico. Cuando un economista
especialista en teoría de juegos utiliza el texto de Nash de 1950, el recurre a la historia.
Cuando un economista especialista en desarrollo económico utiliza los textos de Malthus, el
recurre también a la historia. Se sigue entonces que este método histórico no es exclusivo a la
historia del pensamiento económico sino a todas las otras subdisciplinas. La especificidad de
este método se deriva del carácter de la investigación que ya destacamos.
En cualquier caso, el hecho de utilizar artículos, textos antiguos y archivos de
cualquier época, confiere a este método de investigación una validez permanente. De la
misma manera que para un músico, las partituras de Beethoven son todavía de actualidad
cuando se busca una fuente de inspiración para componer nuevas canciones.
5
III) LA IDENTIDAD DEL INVESTIGADOR: UN ECONOMISTA HISTORIADOR
DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO
Una vez definido el carácter y el método de la investigación en historia del
pensamiento económico, solo nos falta asumir el papel del historiador del pensamiento
económico como economista dentro de su disciplina. Nos parece que el éxito de un
historiador del pensamiento económico no depende solamente de su calidad como
investigador -y como profesor- sino también de su reconocimiento como un economista
generalista. Este reconocimiento se opone, evidentemente, al de los economistas
especializados. Sin embargo, mientras existan las consecuencias negativas de la
especialización, es difícil que los historiadores del pensamiento económico tengan éxito como
economistas generalistas.
Una vez establecida nuestra identidad dentro de la disciplina, es quizás necesario
introducir una nueva distinción dentro de lo que la profesión llama historiadores del
pensamiento económico. Por una parte los economistas, que con un carácter y un método
diferente al mencionado aquí, hacen una historia del pensamiento económico alternativa.
Hablamos de los que adoptan los métodos de investigación conocidos como extensivo y
retrospectivo5.
Por otra parte, es imprescindible establecer también una distinción con aquellos que
hacen la historia de la economía como historia de ciencias. Roy Weintraub (1996), miembro
de la Sociedad de Historia de la Economía, define bien el objeto de esta especialización. En
esta especialización, los historiadores de ciencias trabajan en algunos ámbitos muy
específicos (historia de la teoría de los juegos, historia de la teoría monetaria, historia de la
econometría etc.), mientras que otros se preocupan por un estudio del contexto en el que
fueron desarrolladas estas teorías económicas, más que por un estudio de la propia teoría. Nos
parece que el término de historia del pensamiento económico e historia de la economía no son
sinónimos y su confusión es negativa para las dos subdisciplinas.
En resumen, el historiador del pensamiento económico debe participar directamente en
los debates actuales de la teoría económica. El argumento principal, ya se dijo, es el de hacer
sentir la necesidad de la existencia de una teoría general en la cual las distintas especialidades
puedan encontrarse de manera coherente. Esta será una necesidad espontánea de la ciencia
5
El método extensivo hace referencia al tratamiento de los problemas económicos antiguos a partir de
herramientas antiguas. El método retrospectivo, tal como ya se definió, trata los problemas económicos antiguos
con una lógica temporal o progresiva. Ver Lapidus (1996).
6
económica tarde o temprano. Es a través de esta participación sin ambigüedad al debate
actual, que se puede luchar contra la marginalización de la historia del pensamiento
económico y así evitar la desaparición del historiador del pensamiento económico de los
departamentos de economía de las universidades en el futuro.
BIBLIOGRAFIA
Blaug, M. (1962) Teoría económica en retrospección, México D.F., Fondo de Cultura
Económica, 2001.
History of Politcal Economy (2002) Supplemento, vol. 34, Issue 4.
Lapidus, A. (1996). Introduction à une Histoire de la pensée économique qui ne verra jamais
le jour, Revue économique, vol. 47 (4), pp.867-892.
Schumpeter, J. (1954) Historia del análisis económico, México D.F., Fondo de Cultura
Económica, 1984.
Weintraub, R. (1996). What defines a Legitimate Contribution to the Subdiscipline « History
of Economics ». http://www.eh.net/HE/hes_list/Editorials/weintraub.php
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