DE HISTORIA NATURAL 153 obtuvo fenómenos inversos: es decir, que las granulaciones se encontraban en el citoplasma—tanto más numerosas y voluminosas cuanto más prolongada era la faradización del nervio—y faltaban por completo en el núcleo. Levi explicó la desaparición de las granulaciones fucsinófilas del núcleo por emigración de éstas al citoplasma. De tales investigaciones sacó Levi la conclusión de que los granulos fucsinófilos son productos intracelulares de recambio; la presencia de dichas granulaciones en las células ganglionares en estado de reposo y su ausencia durante el período de actividad bajo la estimulación eléctrica, demostraría, según Levi, que, durante la fase de actividad, las granulaciones intranucleares pasan al protoplasma. No juzgamos nosotros que las granulaciones vistas por Levi sean de naturaleza mitocondrial, ya que no hemos visto—y ningún autor lo ha descrito—mitocondrias en el interior del núcleo. Consignemos aquí que, recientemente, Saguchi (1928) ha señalado granulaciones argéntenlas intraprotoplásmicas en cantidad escasa, a las que no confiere naturaleza mitocondrial; representan, para dicho autor japonés, productos de recambio entre cario y citoplasma que, hipotéticamente, juzga originados por el nucléolo. Luna ( 1 9 1 3 b) ha investigado el condrioma de las células nerviosas de Bufo en condiciones experimentales, obteniendo los resultados siguientes: después de transplante de ganglio espinal, observó transformación de condriocontos en granulos, seguida de regresión del elemento celular; la sección del nervio periférico determinó la pérdida del agrupamiento regular de los condriosomas y aumento del volumen de éstos, llegando incluso a desaparecer en período más avanzado del proceso degenerativo. Strongman ( 1 9 1 7 ) , en un estudio experimental sobre relaciones entre mitocondrias y descarga de actividad nerviosa, no apreció variaciones de los elementos mitocondriales. Fisher Me. Cann ( 1 9 1 8 ) investigó las mitocondrias de las células de los ganglios espinales en la poliomielitis experimental del mono, observando que, aun cuando los cuerpos de Nissl hayan desaparecido, existen mitocondrias típicas situadas en el protoplasma que subsiste en el proceso de neurofagocitosis. Rasmussen ( 1 9 1 9 ) , inspirándose tal vez en el trabajo de Thurlow ( 1 9 1 7 ) , estudió la proporción numérica de las mitocondrias existentes (por milímetro cúbico de citoplasma) en diversos tipos de células nerviosas de Marmota monax, antes, durante y después de la invernación de este animal. No halló Rasmussen variaciones cuantitativas ni morfológicas que le permitiesen establecer conclusión alguna. Marinesco y Tupa (1922), en trabajo ya citado, exponen las variacio-