La mitad de los médicos agredidos no denuncia por miedo a las represalias Veinticinco médicos han sido agredidos en Cantabria desde que entró en vigor el Protocolo Colegial de Actuación ante las Agresiones a Médicos en el Ámbito Sanitario en 2007, pero sólo la mitad (catorce) han cursado la preceptiva denuncia ante la Policía y el juzgado correspondiente por miedo a las represalias, según ha declarado Pablo Corral, presidente del Colegio Oficial de Médicos de Cantabria. Santiago Rego. Santander 01/04/2009 El protocolo, que el colegio trató de consensuar sin éxito con el Servicio Cántabro de Salud (SCS), ofrece a los facultativos agredidos asesoramiento personal, contacto permanente con un miembro de la Junta, apoyo psicológico y servicio jurídico en el ámbito judicial. Las urgencias de primaria y las hospitalarias son las que registran mayor conflictividad. Los datos aportados por la corporación profesional señalan que el 48 por ciento de las agresiones se produjeron en primaria, el 44 por ciento en especializada y el ocho por ciento en la medicina privada. María Ángeles Herrera, vicepresidenta del colegio y responsable del funcionamiento del protocolo, ha indicado que las agresiones se efectúan mayoritariamente por los propios pacientes (49 por ciento), y en segundo lugar por los familiares y acompañantes de los enfermos (40 por ciento). La junta colegial trató durante más de dos años de llegar a un acuerdo con el SCS, pero finalmente la institución médica puso el protocolo en funcionamiento sin que Sanidad se adhiriera, si bien esta última se persona, al igual que el colegio, en los juicios de los facultativos agredidos como acusación particular. "El protocolo es un instrumento que pretende hacer frente al desamparo de los médicos", ha añadido Herrera. Violencia generalizada Según Corral, el colegio ha constatado que se han generalizado los insultos, las amenazas e incluso las agresiones físicas. "Muchos médicos no quieren denunciar por miedo a las represalias. Desde el SCS nos dan buenas palabras, pero no se apuesta por una mayor protección de los profesionales, especialmente en las urgencias y en los centros de salud más aislados". Corral y Herrera coinciden en que en los centros periféricos, en los que sólo trabajan un médico y una enfermera, sin contar al menos con el apoyo de un celador, la situación es muy delicada. No obstante, la orden de la Fiscalía General del Estado, de 20 de diciembre de 2008, que considera autoridad al personal sanitario "es un hito, ya que las agresiones dejan de ser faltas y pasan a ser un delito de atentado". Diario Médico http://www.diariomedico.com/edicion/diario_medico/normativa/es/desarrollo/1201549. html