aprendizajes necesarios para la formación profesional de Trabajo

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Equidad de género y violencia doméstica:
aprendizajes necesarios para la formación profesional de Trabajo Social
Héctor Alejandro Abarca Díaz1
Modalidad de trabajo:
Eje temático:
Palabras claves:
Presentación de experiencias profesionales y metodologías
de intervención.
Desafíos para la Formación Profesional en América Latina y
Caribe.
Violencia intrafamiliar, formación profesional.
Introducción
No es un misterio para nadie que el fenómeno de la violencia familiar es un problema
público que afecta a todas las sociedades. Se pueden entregar diversas cifras al respecto,
pero incluso ello no permite dimensionar con total claridad la inmensa magnitud de esta
situación que principalmente afecta a mujeres, niños y niñas de nuestros países.
Esta problemática, que será conocida directa o tangencialmente por las y los
profesionales del trabajo social, demandará acciones de diversa índole: legales, policiales,
terapéuticas, reparatorias y de acompañamiento psicosocial. Frente a este escenario cabe
preguntarse entonces ¿Las y los profesionales del trabajo social cuentan con los
elementos teóricos para comprender este fenómeno? ¿Tienen las herramientas suficiente
para apoyar a las familas y a las víctimas de violencia?
Estas preguntas tienen respuestas diversas en cuanto a contenido y profundidad, ya que
alguna/os estudiantes cuentan con ciertas nociones del tema y otras/os sólo tienen
impresiones formadas gracias al sentido común y a la difusión que se hace en los medios
de comunicación, los que en muchas ocasiones entregan una perspectiva reduccionista,
sesgada y/o machista de esta problemática.
A continuación se presentarán algunas reflexiones obtenidas a partir del trabajo
desarrollado durante varios años, en los cuales se ha impartido una asignatura de Trabajo
Social y Violencia Intrafamiliar para alumnos/as de pre-grado.
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Magíster en Trabajo Social y Políticas Sociales. Docente de la carrera de Trabajo Social, Universidad Católica de la
Santísima Concepción, Chile (e-mail: habarca@ucsc.cl). Ponencia presentada en el XIX Seminario Latinoamericano
de Escuelas de Trabajo Social. El Trabajo Social en la coyuntura latinoamericana: desafíos para su formación,
articulación y acción profesional. Universidad Católica Santiago de Guayaquil. Guayaquil, Ecuador. 4-8 de octubre
2009.
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El diagnóstico inicial
Durante la experiencia profesional que significó trabajar por varios años en la línea de
difusión de derechos de la Corporación de Asistencia Judicial y en algunas ONGs de
defensa de los derechos de las mujeres, fue posible constatar dos situaciones claves:
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Primero, que la gran mayoría de las y los profesionales de las diversas
instituciones no contaban con la preparación suficiente para abordar las
problemáticas de violencia intrafamiliar, específicamente las agresiones hacia las
mujeres por parte de sus parejas.
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Y en segundo lugar, que en las actividades de capacitación que se diseñaron y se
implementaron era importante considerar no sólo el análisis de las estrategias de
intervención, sino también elementos comprensivos vinculados el enfoque de
género específicamente.
Con estos elementos se definieron diversas actividades de sensibilización y capacitación,
en un contexto que estaba marcado además por la promulgación de la primera ley que
sancionaba la violencia intrafamiliar en el año 1995 en Chile. En este escenario era
posible constatar además que, sobre el tema de la violencia en las familias en general y
hacia las mujeres en particular, no existía en las y los profesionales la sensibilización
necesaria que permitiera apoyar la entrega de contenidos de carácter legal y social, por lo
cual este fue un aspecto que necesariamente se contemplar en el diseño de cualquier
iniciativa de capacitación.
Después de varios años desarrollando este tipo de iniciativas, y contando con la
oportunidad que significa el participar de procesos de formación de futuros profesionales
del trabajo social dentro de algunos centros académicos, se optó por proponer trabajar
sobre estas temáticas en el marco de una asignatura de carácter electivo para las y los
estudiantes.
Esta experiencia se desarrolló durante tres años en la U. Santo Tomás y desde el año
pasado en la U. Católica de la Santísima Concepción, obteniendo una muy buena
recepción por parte del alumnado quienes han manifestado la importancia de abordar
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estos temas en el proceso de formación y la utilidad que ha tenido para ellos y ellas
cuando han tenido que apoyar a familias en el marco de sus prácticas profesionales
posteriormente.
Parte de los aprendizajes y desafíos que se desprenden de esta experiencia se presentan
a continuación, esperando con ello motivar el abordaje de estos temas en las distintas
instancias de formación de futuros profesionales, dado que la violencia familiar es una
realidad permanente a la que se deben enfrentar, no sólo las y los trabajadores sociales,
si no que todos y todas las profesionales que intentan promover el desarrollo de familias y
comunidades.
Propuesta de contenidos a desarrollar
Al momento de iniciar el tratamiento de estas materias, y como aprendizaje de las
experiencias previas de sensibilización y capacitación, era indudable que se debía
comenzar por abordar el enfoque de género para así poder dar el contexto teórico que
explica las desigualdades e inequidades que históricamente las sociedades han
construído entre hombres y mujeres.
Ello además cobra vital importancia cuando se constata que parte importante del
alumnado no cuenta con una reflexión clara en torno al orígen de la violencia, cayendo en
explicaciones elaboradas a partir de mitos y prejuicios que visualizan a los agresores
como personas “enfermas de la mente” o que la violencia es algo lejano y poco frencuente
que más bien sucede en familias pobres que además enfrentan otros problemas sociales.
De esta forma, al abordar las explicaciones de cómo se construyen las diferencias de
género y las inequidades que a partir de ellas se originan, muchas veces las y los
estudiantes descubren una forma de entender muchas de las desigualdades existentes
entre hombres y mujeres en diversas áreas: política, económica, social, etc; las cuales no
se expresan sólo en las relaciones de pareja. Cabe señalar que se analiza expresamente
este enfoque porque permite dar explicaciones de manera transversal a muchas
desigualdades y porque es una herramienta que posibilita observar tensiones y nudos de
la estructura social que con otras miradas no siempre se pueden apreciar, todo lo cual
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representa un sustento explicativo y ético importante al momento de analizar los temas
relacionados a la violencia hacia las mujeres principalmente.
Un segundo tema relevante tiene que ver con diversos modelos y enfoques explicativos
de la violencia que se han propuesto, avanzando desde miradas algo reduccionistas y
lineales (causa-efecto) como los modelos psicopatológico y psicoanalíticos; pasando por
propuestas como el ciclo de violencia intergeneracional y el síndrome de estocolmo; hasta
propuestas más complejas y holísticas como el modelo ecológico o la rueda del poder y
control.
Al revisar las fortalezas y debilidades de cada uno de estos enfoques, se logran dos
objetivos: demostrar la complejidad del fenómeno de la violencia, por una parte, y se
entregan una serie de herramientas teórico-prácticas al alumno/a para que luego pueda
seleccionar la más pertinente a la situación que deba enfrentar, por otra.
En tercer lugar, se abordan elementos explicativos de la violencia y abuso que se puede
llegar a vivir al interior de las familias, utilizando para ello la descripción de las fases del
abuso sexual intrafamiliar que presenta el psiquiatra Jorge Barudy, por un lado, y las
conceptualizaciones y características de la dinámica de la violencia de pareja (ciclo,
escalada, etc) aportadas por por autores como Eleonore Walker y Jorge Corsi, por otro.
Otro contenido importante de revisar son las las políticas públicas y la legislación
existente en el país, ya que en el caso de Chile, tenemos una experiencia más bien
reciente que no todos conocen. Por ello, junto con describir las principales orientaciones
que desde el Estado se definen para abordar esta problemática, también se revisa la
actual legislación existente en materia de violencia intrafamiliar.
Finalmente se analizan diversas estrategias de intervención, las cuales se agrupan en las
siguientes categorías:
a) Primer apoyo o primera acogida: elementos relativos a la intervención en crisis
frente a casos de violencia doméstica.
b) Modelos de atención individual: contenidos mínimos que debieran incluirse en un
proceso de acompañamiento a mujeres víctimas de violencia doméstica.
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c) Intervenciones grupales y comunitarias: se revisan estrategias destinadas a la
sensibilización, difusión y capacitación.
d) Grupos de autoayuda o grupos de acogida: criterios de selección de participantes
y temáticas a trabajar en las sesiones son parte de los contenidos tratados.
e) Trabajo en redes sociales: algunos de los tópicos que se revisan en este punto
son los tipos de redes y las utilidades del trabajo en red.
Metodologías técnicas utilizadas para el proceso de enseñanza-aprendizaje
Por supuesto que para analizar todos estos temas y lograr que las y los alumnos se
sensibilicen no se puede utilizar las clases expositivas como único recurso pedagógico.
Es por ello que con el paso del tiempo se han ido incorporando diversas iniciativas que se
comentan brevemente a continuación:
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Análisis de películas: En primer lugar, y para revisar el enfoque de género, se
analiza el video llamado “El sueño imposible” a partir del cual los alumnos/as
realizan un breve trabajo individual que luego es puesto en plenaria para la
discusión colectiva. Por otro lado, y para que se puedan apreciar los elementos
relativos al ciclo de la violencia, la escalada y el impaco que sufren las familias, se
revisan las películas “El amor y la furia” y “Te doy mis ojos”, las que además
muestran dos realidades absolutamente distintas y en las cuales la violencia
familiar también se expresa con ciertas particularidades.
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Exposición de profesionales: Básicamente para la revisión de la ley sobre
Violecia Intrafamiliar se invitan a profesionales abogados/as que la comenten y
expliquen a las y los alumnos en clases. Hasta ahora han participado
profesionales del Servicio Nacional de la Mujer y de la Corporación de Asistencia
Judicial.
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Rol playing:
Para la unidad relativa a
los modelos de intervención,
específicamente en el tema del Primer Apoyo, se dividen las y los alumnos en
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grupos y se les entregan por escrito casos preparados con el propósito de que
representen las situaciones de violencia descritas, las que luego son analizadas
por el curso. Todas las situaciones contemplan la intervención de un/a trabajador/a
social y en ellas las protagonistas son mujeres de diversas edades y que realizan
distintas actividades.
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Observación de instituciones: Al término del curso, los grupos de alumnas/os
entregan por escrito y presentan a sus compañeros/as la descripción de una
organización que les correspondió visitar y en la cual entrevistan a las/los
responsables de ella para confeccionar un pequeño diagnóstico institucional.
Hasta ahora se han visitado instituciones públicas (SERNAM, Centros de Salud,
Ministerio Público), privadas (Casas de acogida, Centros de reparación) y
uniformadas (Carabineros de Chile).
Conclusiones y desafíos:
En base a las diversas retroalimentaciones recibidas por parte de las y los alumnos, la
primera conclusión relevante que se obtiene es que el abordar estos temas en el proceso
de formación de estudiantes de trabajo social es una contribución importante; llegando en
algunas ocasiones incluso a plantear la idea de dictarlo para estudiantes de otras carreras
como las de derecho, pedagogías y del área de la salud.
En este mismo sentido, las y los profesionales con que se toma contacto durante el curso
(expositores que asisten a clases o entrevistados durante las visitas a instituciones)
manifiestan lo positivo de que las y los futuros profesionales se preparen en estos temas,
ya que quienes están actualmente trabajando conocen la magnitud e impacto de esta
problemática y saben de los elementos formativos que se requieren para poder
enfrentarla.
A pesar de los aspectos positivos que se pueden destacar, sin duda hay algunos puntos
sobre los cuales hay que seguir trabajando:
a) Incorporar un análisis más amplio del soporte normativo internacional con el cual
se ha intentado contribuir a erradicar la violencia (CEDAW, Belem Do Para, etc) ya
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que ello permitiría a las y los estudiantes entender la importancia que para todos
los países tiene la sanción y prevención de la violencia en las familias, hacia los
niños y niñas, y hacia las mujeres.
b) Si bien es objeto de una breve revisión durante el curso, se considera un desafio
importante pronfundizar el estudio de los Femicidios, puesto que no son pocos los
que ocurren cada año y muchas veces son invisibilizados por la prensa.
c) Un aspecto que quizás se pudiera abordar en un segundo nivel del curso o en otro
espacio de profundización es la temática relativa a la reparación terapéutica de
víctimas de violencia familiar, ya que ello requiere de más tiempo para el trabajo
formativo y el uso de otras herramientas de aprendizaje también.
d) En general, otro tema poco abordado en el ámbito del trabajo social es el de la
masculinidad y su relación con la violencia, el cual sería importante de trabajar con
más detención ya que permitiría entregar elementos comprensivos que hasta
ahora no se han revisado con detención.
e) En este mismo sentido, y quizás de forma complementaria a lo anterior, se debería
agregar la preparación de profesionales para que realicen intervenciones directas
con hombres agresores, lo cual ha sido señalado permenentemente por las y los
diversos actores como una de las grandes tareas pendientes en esta materia, lo
que se grafica en inquietudes como las siguientes: ¿Quién se hace cargo o
atiende a los hombres maltratadores? ¿Qué avances se obtienen apoyando a
mujeres agredidas si nadie trabaja con quienes son los causantes de esa
violencia?
f) Otro de los aspectos que también es abordado tangencialmente debido a las
posibilidades con que se cuenta, es el del autocuidado individual y de equipos, ya
que como está estudiado en la literatura, las consecuncias del “burn out” o
“síndrome de desgaste profesional” que deben enfrentar las personas que trabajan
en estas temáticas son bastante intensas.
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Por último, cabe agregar que estos aprendizajes y desafíos son también extrapolables al
mundo
profesional
que
actualmente
se
está
desempeñando
en
las
diversas
organizaciones y que están atendiendo a familias al interior de la cuales existen
relaciones de violencia ¿Todas ellas y ellos cuentan con la formación necesaria para
apoyar a estas víctimas? ¿Sus intervenciones se sustentan en miradas patriarcalesmachistas o tienen un componente de género?.
Estas son interrogantes que a veces se plantean y frente a las cuales se pueden proponer
alternativas como la generación de espacios de formación profesional continua y de
especializacion a nivel de posgrado, y para las cuales se pueden establecer interesantes
alianzas entre el mundo académico, el colegio del gremio y las y los profesionales, todo lo
cual representa una contribución a la gran tarea de erradicar la violencia en las familias y
promover relaciones más equitativas y democráticas entre las personas.
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