EVOLUCIÓN DE LA CALIDAD DE VIDA A GRANDES RASGOS LAGOMARSINO ROIG, Juan Marcos Instituto Primo Capraro, San Carlos de Bariloche, Río Negro Profesor guía: REPOSSINI, María Elisa Introducción: Para poder hablar de calidad de vida con respecto a los avances tecnológicos tenemos que saber primero el significado de dicho término. El concepto de calidad de vida depende de la imagen del mundo que individuos y grupos tengan de la vida en una sociedad espacial, temporal, cultural y políticamente determinada. 1 “Principalmente se tiene que tener en cuenta dos gamas: • La primera es el ambiente externo, trata sobre los bienes y servicios que deben estar a disposición de esos individuos para satisfacer sus necesidades tanto materiales como inmateriales. Una vez determinado por los que toman las decisiones en nuestra sociedad las características ya mencionadas de las que depende el concepto de calidad de vida, se lograría objetivamente determinar el grado de excelencia de vida, esto es lo que se considera la calidad objetiva de vida. • La otra es el ambiente interno de las personas, su visión personal del mundo, sus creencias, sus valores, sus aspiraciones y deseos, para desembocar en aspectos exclusivamente perceptivos de contento o descontento, de felicidad o infelicidad, de satisfacción o insatisfacción, de dolor o placer ante diferentes dimensiones de la vida, en general, y de aquellos bienes y servicios localizados en el espacio geográfico en particular. Pero obviamente no se puede hablar de dos teorías diferentes, ambas están relacionadas, ya que no existiría un mundo externo si no hubiera un sujeto que objetivase desde su interior. Y por el contrario no se podría subjetivizar sobre el mundo exterior inexistente.” Esta teoría explica, en parte, el porqué de tanta diferencia de calidad de vida entre países diferentes, donde la cultura, el sistema de vida y las costumbres influyen en la aplicación, tanto de tecnologías materiales, como sociales. Particularmente adopté esta teoría para mí, y me parece importante tener en cuenta lo que ésta explica, ya que la calidad de vida no depende solo de la tecnología material y los avances científicos, sino también del ambiente interno de cada persona o sociedad. Antes de empezar a desarrollar esta monografía, ya que mencioné las tecnologías materiales y sociales, me gustaría aclarar dichos términos: 2“El ser humano, con su capacidad y motivación es constructor de dos tipos de tecnologías en el entorno donde habita. Por un lado crea instituciones sociales que le permiten ”vivir con el otro” y, 1 : ABALERON, Carlos Alberto; “Calidad de vida como categoría epistemológica”; San Carlos de Bariloche; agosto 1988 (1999); Fundación Bariloche 2 GIL, Alfonso Javier; “Causas del desarrollo económico España en Europa 1900-2000”; Madrid España 2001; Minerva Ediciones. simultáneamente, crea instituciones materiales que le permiten “vivir mejor con el otro”. Éstas serán dos maneras de manifestarse el conocimiento en la historia y, aunque el origen y causa de ambas tecnologías es individual, sus efectos son claramente colectivos. Solo nuestro desconocimiento del proceso de transmisión y conversión nos impide contemplar la relación que en verdad existe entre causa y efecto, es decir, entre lo individual y lo colectivo.” Desarrollo: Hasta los siglos XVII-XVIII, la población mundial había venido creciendo de una forma inapreciable, donde la ley natural pre-científica limitaba sus posibilidades de supervivencia y reproducción. Las altas tasas de natalidad coincidían con las igualmente altas tasas de mortalidad. La población vivía en su gran mayoría en condiciones precarias: una esperanza de vida que apenas superaba los 30 años, una mínima alimentación que la situaba al borde de la posibilidad de reproducción, se llevaba una vida donde se sufría de hambruna, falta de hogar e higiene adecuados y de educación. La vida humana estaba sometida a la naturaleza. Lo que se puede resaltar, es que la calidad de vida era en todos lados igual. Sin embargo, como ocurre siempre, había excepciones, donde una minoría, por diferentes motivos, llevaría su vida en mejores condiciones. La tendencia a la homogeneización en los hechos demográficos y de condiciones de vida y renta empezó a quebrarse en algunas sociedades. Desde el siglo XVIII aparecieron, de a poco, dos senderos evolutivos: el de aquellas economías que son capaces de aumentar en el tiempo las condiciones de vida y de renta de sus habitantes, y el de aquellas que ven como su situación tiende a rezagarse, cuando no a estancarse, con respecto a las primeras. El bajo crecimiento demográfico significaba que la sociedad a duras penas era capaz de poder alimentar a la población existente y menos aún obtener incrementos en su renta per cápita. Ni el nivel de acumulación de capital alcanzado, ni el conocimiento aplicado existente podían sostener mayores incrementos de población. La economía de estas sociedades dependía de las circunstancias que se daban en la naturaleza, por ejemplo, el incremento de la producción agraria debido, por ejemplo a una buena cosecha como resultado de buenas condiciones climatológicas, generaba un excedente de producción de alimentos que llevaría a un aumento de la población debido a las buenas condiciones alimenticias. Esta mayor población de no darse un nuevo incremento en la producción de alimentos, los agotaba hasta volver a estar en las mismas condiciones precarias en la que se encontraba anteriormente. Es decir que el nivel de vida de la población se mantenía estable a largo plazo, el nivel de subsistencia, puesto que toda mejora en su bienestar sería pasajera. En estas circunstancias, la población estaba íntimamente ligada a la pobre capacidad de generar recursos por el sistema. Aunque la gran mayoría de los habitantes trabajaba en el campo, las cosechas apenas alcanzaban para poder alimentarse. Por el contrario, durante los siglos XVIII-XIX, tanto en Europa como en los nuevos países occidentales asistían a procesos crecientes de cambio tecnológico, que dieron como resultado aumentos del producto por encima del crecimiento de la población. La población también crecía, lo que significa que parte del aumento del producto fue destinado a satisfacer las necesidades de los recién llegados. Sin embargo gran parte del excedente los fueron acumulando los propietarios de los medios de producción, los capitalistas. Sin embargo, salvo excepciones minoritarias, el bienestar económico de la población europea no tuvo un crecimiento apreciable hasta bien entrado el siglo XX. Hasta entonces, la acumulación de capital y la tecnología posibilitó un crecimiento del PIB y del PIB per cápita que no tuvo reflejo paralelo en las condiciones de vida de la población. Al aparecer las industrias, la mano de obra empezó a trasladarse desde el sector agrícola hacia el industrial, sin que esto ocasionara una baja en la producción de materias primas. Además cada vez se iban generando mas avances tecnológicos que permitían un aumento en la calidad de vida. La cual se debió a la puesta en marcha de rigurosas prácticas epidemiológicas y de higiene en los entornos urbanos. Las vacunas empezaron a acabar con todas las epidemias que tanto azotaron esa época. Además, con la introducción de prácticas tan elementales como la higiene personal, el tratamiento de las aguas y su potabilidad, la limpieza y salubridad de las calles, el alcantarillado y el control e higiene de los alimentos, se dio un gran avance en la calidad y cantidad de vida de la población. Se pasó de una esperanza de vida al nacer que apenas superaba los 30 años a finales del XVIII, a otra que alcanzaba los 50 en el año 1900. Finalmente la educación empezó a ser tomada en cuenta como se debe. En el siglo XVIII la mayor parte de la población en el mundo era analfabeta, incluida la de los países donde se dio la revolución capitalista, en el siglo XIX éstos iniciaron la tarea de formar a sus habitantes pasando a ser una prioridad para esos gobiernos, sobre todo en el siglo XX. Distinto fue el sendero que tomaron los países en vías de desarrollo. Ni con la posibilidad de orientar su economía industrialmente ni lograr avances tecnológicos pudieron mantener el ritmo marcado por los países adelantados. El siglo XX fue protagonista de una doble explosión socioeconómica. Por un lado, la población del mundo, que al principio del siglo se situaba en 1500 millones de personas, alcanzaba los 6000 al terminarlo. Por otro lado, el siglo pasado vio el mayor crecimiento económico jamás alcanzado por el mundo desde su existencia. El PIB mundial se multiplicó por quince entre 1900-1992 y el PIB per cápita se multiplicó a su vez por un coeficiente superior a dos en todas las zonas del mundo: ¿Por qué esta doble explosión demográfica y de producción? A pesar de las dos guerras mundiales, conflictos civiles y tribales, hambruna, desastres naturales, epidemias, falta de salubridad y de higiene, etc., la población mundial se había multiplicado como nunca antes lo había hecho. Existen dos causas básicamente. En primer lugar, la mejora de la sanidad, incluida la vacunación masiva, había incidido poderosamente sobre la tasa de mortalidad y, por lo tanto, sobre la esperanza de vida de la población. Ésta pasó de un promedio de 50 años al inicio del siglo XX a alcanzar los 75 años a finales del mismo en el mundo desarrollado. En los países en desarrollo, la esperanza de vida pasó de 30 años a una media de 60 años para el mismo período. Es decir, las condiciones de vida de toda la población habían mejorado, y ello tanto en lo que respecta al crecimiento del PIB per cápita como al alargamiento de la esperanza de vida. En segundo lugar, la producción de alimentos se ha multiplicado en los últimos 30 años por tres y, actualmente, sigue creciendo a un ritmo del 2,1% anual, mayor que el de la población. El uso de fertilizantes, control de plagas, herbicidas, mejora en las semillas, la revolución verde, han generado un aumento en al producción de alimentos. Aunque los logros han sido espectaculares, no todo ha sido beneficio. Debido a la polarización y divergencia en el crecimiento, más de 1.000 millones de personas viven con menos de un dólar al día y, probablemente, otros cientos de millones permanecen en situación de grave precariedad. Además, el precio pagado en debilitamiento de la biodiversidad y degradación de los recursos naturales es impresionante y sólo ahora empezamos a reconocerlo. En los países en vías de desarrollo, las tasas de mortalidad se inclinaron a la baja por la aplicación masiva de vacunas, de medidas de higiene y de una tenue mejora en la alimentación. Este modelo se expandía en tanto en cuanto las medidas tomadas para reducir las tasas de mortalidad en los países desarrollados durante el siglo XIX e inicia así la transición demográfica, y empiezan a ser aplicadas también en los países en desarrollo. De hecho, la esperanza de vida en los países en desarrollo ha aumentado en general más que en los desarrollados. No obstante, como las tasas de natalidad permanecieron altas, las caídas pronunciadas en las tasas de mortalidad motivaron incrementos desmesurados de población en el tiempo. Si a ello añadimos que, sobre todo en Asia, se partía de cifras de población ya elevadas, el mantenimiento durante generaciones de altas tasas de crecimiento aplicadas sobre bases ya altas, terminó por transformarse en una auténtica explosión demográfica. En esas condiciones, todo incremento en la producción sería absorbido por la población, siendo muy difícil la mejora en sus condiciones de vida En el siglo XX, la explosión de producción y de crecimiento económico fue mayor que la de población. Como consecuencia, el PIB per cápita se incrementó. Todas las zonas crecieron, pero unas zonas crecieron mucho más que otras. Globalmente no se da convergencia en los valores de PIB per cápita respecto a los de los países desarrollados. Japón representa un caso paradigmático de país que al comenzar el siglo XX estaba considerado como país en vías de desarrollo; sin embargo, al finalizar el siglo se encuentra entre los desarrollados, siendo el país que más ha crecido en el mundo. Lo mismo podríamos decir de algunos países asiáticos, Corea del Sur, Singapur, Taiwán y Hong Kong, que durante los últimos 30 años han conseguido tasas de crecimiento espectaculares, acercándose a los valores de los países desarrollados. Paralelamente, podríamos señalar países que han conseguido que su PIB per cápita haya empeorado, sobre todo en África, donde el crecimiento económico se encuentra más colapsado. Países como Mozambique, Angola, Etiopía y El Congo han visto descender su PIB per cápita en los últimos 20 años. Sólo un 15% de la población del continente vive en unas condiciones favorables para alcanzar el desarrollo y casi el 50% vive con menos de un dólar al día. Para finalizar voy a hacer un breve relato histórico que concluye con la diferencia de calidad de vida. La sociedad al principio y hasta antes de la revolución industrial fue mejorando muy lentamente su calidad de vida debido a la falta de tecnología y conocimientos. Durante el siglo XXIII, el siglo de la “Ilustración”, el hombre adquiere conocimientos y logra avances tecnológicos muy rápidamente, lo que le permite mejorar su calidad de vida. Esta sociedad evolucionada que buscaba el mejor método de producir (más y “mejor” en menos tiempo) pegó un gran salto en su desarrollo. Al haber habido un aumento demográfico debido a la mejora de la calidad de vida, aumentó consecuentemente en su desarrollo ya que hay más capital humano en la busca de un avance. Pero como el proceso es secuencial, no todas las sociedades pudieron alcanzar los mismos niveles de bienestar en un tiempo determinado. Lo relevante sería que los procesos dinámicos del crecimiento actúen sobre todos los individuos en todas las sociedades. Inevitablemente se seguirán dando desigualdades. Lo preocupante y motivo de esta monografía es la situación de núcleos de población o áreas geográficas determinadas donde el estancamiento y ausencia de cambio estructural tiende a ser permanente mientras que en otros lados la tecnología es motivo de un bienestar verdaderamente buena. Si la situación anterior se da conjuntamente con fenómenos de explosión demográfica, la extrema pobreza será algo cotidiano en esas poblaciones, o sea que aunque aumentó la calida de vida mundial, ciertos sectores todavía no logran salir de la pobreza y aumentar su nivel de vida. Conclusión: Por lo tanto, si uno se pregunta: ¿En qué medida han contribuido, o no, la investigación científica y los desarrollos tecnológicos al mejoramiento de la calidad de vida?, hay que analizarlo, como ya lo dije anteriormente, globalmente. Si comparamos hace 500 años con hoy en día, se puede afirmar que hoy se goza de una calidad de vida mucho más alta (en general). El problema es que los factores antes mencionados no han contribuido de igual manera en todo el mundo; hay una manifiesta desigualdad. Revertir el patrón inequitativo de los niveles de Desarrollo Humano3 es una empresa que debería estar en el primer punto de las agendas gubernamentales, ya que mientras algunos países gozan de una calidad de vida realmente buena, otros se mueren de hambre. Un ejemplo es lo que ocurre en el territorio Argentino, la caída de los ingresos familiares totales per cápita, en un contexto de agravamiento en su distribución extremadamente desigual acentuó un mapa de la inequidad en el Desarrollo Humano El progreso de toda sociedad dependerá del nivel y la tasa de crecimiento de conocimiento aplicado a la obtención de más y mejores tecnologías tanto sociales como materiales. El problema es que la globalización ha incrementado el abismo entre países desarrollados y no desarrollados impidiendo el progreso de los mas necesitados. Y ese es el gran conflicto que hay que solucionar, el ¿Cómo? Tiene que ver con las respuestas que cada país, cada sociedad a través de sus instituciones y de sus innovaciones tecnológicas decidan ponerlas al servicio de las personas Bibliografía: • • • • • • 3 Javier Alfonso Gil, “Causas del Desarrollo Económico” Minerva Ediciones “Aportes Para el Desarrollo Humano de la Argentina” /2002 PNUD - Argentina Carlos Alberto Abaleron, “Calidad de Vida como Categoría Epistemológica” (Fundación Bariloche) Javier Alfonso Gil, “El mosaico del Desarrollo” Universidad Autónoma de Madrid. www.worldbank.org/poverty/wdrpoverty/ http://www.elmundo.es/salud.htm El paradigma de Desarrollo Humano, es una concepción del desarrollo cuya meta es la expansión de las capacidades y opciones de las personas y de la sociedad en su conjunto para alcanzar un nivel de vida acorde a sus valores. “Un desarrollo de la gente, por la gente y para la gente” – Aportes Para el Desarrollo Humano de la Argentina /2002 PNUD - Argentina • www.google.com