La actividad económica El ser humano persigue la satisfacción de sus necesidades tratando de disminuir o eliminar el problema que representa la escasez. Por ello, a lo largo de la historia, ha buscado diferentes formas de cooperación entre las personas para superar este obstáculo. Las actividades que los seres humanos llevan a cabo en el seno de la sociedad reciben el nombre de actividades sociales. Pero no todas ellas son actividades económicas. •Como ejemplo de actividades sociales no económicas podemos citar el cuidado de los bosques, la atención desinteresada a los enfermos y a los ancianos, la transmisión de creencias, la asistencia a conferencias, la visita a museos, etc. •Las actividades económicas consisten en producir, distribuir y consumir bienes y servicios, trabajar, negociar, etc. Naturalmente, estas acciones son también actividades sociales. El objeto de la economía es analizar el conjunto de las actividades económicas. Actividad económica es toda actividad social dirigida a satisfacer las necesidades humanas. Las actividades económicas se clasifican tradicionalmente en actividades de producción, de distribución y de consumo. − Actividades de producción: Se llevan a cabo para obtener los bienes capaces de satisfacer las necesidades humanas. Por ejemplo, los hornos son los responsables de la producción del pan. Para ello transforman el factor trigo. − Actividades de distribución: Mediante este tipo de actividades, se reparten los bienes y servicios obtenidos entre los miembros de una sociedad. Una vez obtenido el pan, las panaderías se encargan de distribuirlo entre los diferentes individuos. − Actividades de consumo: Son las que satisfacen directamente las necesidades humanas. Cuando los miembros de la sociedad adquieren el pan, lo consumen para satisfacer sus necesidades de alimentación. Economías domésticas La microeconomía es la parte de la ciencia económica que estudia la manera en que los agentes económicos toman sus decisiones en condiciones de escasez. El objeto de estudio de la microeconomía no es otro que analizar las decisiones económicas que toman las economías domésticas1—qué productos se van a comprar y en qué cantidad— y las empresas —cuánto y cómo se va a producir— a partir de los deseos de los agentes económicos y teniendo en cuenta la escasez de recursos. Cualquiera de nosotros, cuando actuamos como consumidores, toma infinidad de decisiones. La mayor parte de las veces lo hacemos de forma inconsciente, dado lo habitual de dichas decisiones. Así, en el desayuno decidimos si tomamos azúcar o miel. Una noche cualquiera elegimos entre estudiar o ver la televisión. Con nuestros ahorros pensamos en hacer un viaje o guardarlo para invertir más adelante. Difícilmente pasan unos minutos sin que tengamos que hacer frente a algún tipo de elección. Esta situación se plantea de forma general a un gran grupo de agentes económicos al que denominamos economías domésticas, consumidores o también familias, aunque estén formadas por un solo individuo. Para analizarlas mejor, podemos clasificar el conjunto de decisiones que adoptan las economías domésticas en tres grandes grupos: decisiones de consumo de bienes, decisiones de consumo/ahorro y decisiones sobre ocio/renta. 1 Las economías domésticas o familias ofrecen sus recursos productivos a las empresas y, a cambio, obtienen unos ingresos o renta. Con esta renta deciden qué bienes y servicios consumir. • Decisiones de consumo de bienes Este grupo engloba todas aquellas decisiones que tienen como resultado la adquisición de un determinado bien o conjunto de bienes, es decir, qué bienes compramos y en qué cantidad. Por ejemplo: tomar azúcar o miel en el desayuno. • Decisiones de consumo/ahorro Este grupo hace referencia a todas aquellas decisiones en las que los consumidores se plantean qué parte de su renta destinan a consumo presente y qué parte ahorran. Por ejemplo: elegir entre hacer un viaje o guardar el dinero para invertirlo. • Decisiones sobre ocio/renta Este grupo incluye las decisiones que toman los consumidores acerca del tiempo que desean dedicar a trabajar para poder obtener una renta que les permita vivir, y el tiempo que dedican al ocio, es decir, a aquellas actividades de recreo y descanso. Por ejemplo: estudiar o ver la televisión. La restricción presupuestaria y la recta de balance Cuando un consumidor decide adquirir un determinado bien o servicio, además de tener en cuenta cuáles son sus preferencias, ha de considerar si dispone de suficiente dinero para llevar a cabo la compra. En la inmensa mayoría de los casos es necesario ajustar las preferencias a las posibilidades económicas. Incluso para un consumidor que fuera muy rico, siempre podríamos encontrar algo que le resultara excesivamente caro. Esta idea se conoce con el nombre de restricción presupuestaria, y se representa mediante la denominada recta de balance. La recta de balance es la línea que representa la restricción presupuestaria y en la que se van a encontrar todas aquellas cestas de bienes que podemos alcanzar suponiendo que nos gastáramos toda nuestra renta, dados unos determinados precios para los bienes. En consecuencia, el consumidor no puede acceder a todos los bienes y servicios que le rodean, dado que su renta o presupuesto es limitado2. Para comprender el alcance de esta condición, volvamos a nuestro mundo restrictivo en el que sólo existen dos bienes: alimentos (X) y prendas de ropa (Z). Supongamos que el consumidor tiene una renta mensual (Y) de cien mil unidades monetarias. Supongamos también que el precio de las prendas (Pz) es de cuatro mil unidades monetarias la unidad, y que el precio de los alimentos (Px) es de quinientas unidades monetarias el Kilogramo. Lo que nos indica la restricción presupuestaria es que este individuo no puede gastar más de cien mil unidades monetarias en ambos bienes, es decir: Y = Pz ∙ Z + Px ∙ X Dado que Y = 100.000 um, Pz = 4.000 um/u y Px = 500 um/kg, al sustituir, obtendremos la ecuación siguiente: 100.000 = 4.000 ∙ Z +500 ∙ X Si el individuo decide gastar toda su renta en prendas de ropa, podría comprar como máximo veinticinco unidades. Y = Pz ∙ Z + Px ∙ 0 100.000 = 4.000 ∙ Z + 500 ∙ 0 100.000 = 4.000 ∙ Z Z = 25 unidades => Cesta A = (O,25) (O, 25) será el valor de la ordenada en el origen. La capacidad de consumo de una persona está limitada por su renta disponible para ser gastada y por los precios relativos de los bienes. Los dos condicionantes son su restricción del consumo, una frontera de posibilidades de consumo de los bienes. Los individuos van a gastar en el período de tiempo considerado, en este caso un mes, toda su renta. Esto significa que no hay ahorro, y tampoco existe la posibilidad de pedir prestado. Las decisiones consumo/ahorro son un grupo distinto a las decisiones de consumo de bienes. Para abordar el análisis de este grupo de decisiones, evitaremos entrar en las de consumo/ahorro. De ahí que supongamos un ahorro igual a cero, es decir, que se gasta toda la renta. 2 Si por el contrario, decide gastar toda su renta en alimentos, a lo sumo podrá comprar doscientos kilogramos de éstos al mes. Y = Pz ∙ 0 + Px ∙ X 100.000 = 4 000 ∙ 0 + 500 ∙ X 100.000 = 500 ∙ X X = 200 kg => Cesta B = (200, 0) (200, 0) determina la abscisa en el origen. Si situamos en un gráfico las dos cestas obtenidas y trazamos la recta que las une, obtenemos la recta de balance. Esta recta representa todas las posibles combinaciones de bienes que podemos alcanzar en un momento determinado y para unos precios y una renta dados. El área delimitada entre los ejes y la recta de balance se denomina conjunto de oportunidades. •Las cestas que se encuentran fuera del conjunto de oportunidades son inalcanzables para el consumidor. Para unos determinados precios de los bienes, su renta no es lo suficientemente alta. Es el caso de la cesta C. •Las que están dentro del conjunto de oportunidades son las que el consumidor puede adquirir, sin llegar a gastar toda su renta (cesta D). •Las cestas situadas en la frontera del conjunto de oportunidades pueden ser adquiridas siempre y cuando el consumidor gaste toda su renta. Éstas van a ser las cestas relevantes para nosotros (cestas A, B, E y F). EFECTOS DE LA VARIACIÓN DE LA RENTA MONETARIA Si cambia la renta monetaria, cambian en la misma proporción la renta real, la abscisa y la ordenada en origen, y por tanto, la recta de balance se desplaza paralelamente a sí misma; y, al no cambiar los precios, no cambia la pendiente. λY = X ∙ px + Z ∙ pz Verbi gratia, si la renta monetaria aumenta y los precios permanecen constantes se pueden comprar mayores cantidades de las dos mercaderías; y lo contrario, si la renta monetaria disminuye. ↑ Renta monetaria3 = ↑ Renta real4 Supongamos que los precios se mantienen constantes y la renta mensual del consumidor pasa de 100.000 u.m. a 120.000 u.m. Y = Pz · Z + Px · X 120.000 = 4000 ∙ Z Z = 30 unidades Cesta A = (O, 30) 120.000 = 500 ∙ X X = 240 kg Cesta B = (240, 0) Un incremento de la renta provoca un desplazamiento paralelo de la recta de balance. También en este caso se amplía el conjunto de oportunidades. 3 Renta monetaria o nominal: el nº de unidades monetarias que recibe el sujeto en la unidad de tiempo consierada. 4 Renta real o en términos reales: la renta en términos de mercancías o servicios, es decir, medida en unidades de una mercancía. EFECTOS DE LA VARIACIÓN DE LOS PRECIOS 1. Si la Renta monetaria permanece constante y los precios varían en la misma proporción: cambia la renta del sujeto ( Y/px, Y/pz); y, en consecuencia, la abscisa y la ordenada en el origen en la misma proporción. Y = X (px ∙ λ) + Z (pz ∙ λ) El efecto es el mismo que si varía la renta monetaria y permanecen constantes los precios. Se desplaza hacia la izda. paralelamente a sí misma. 2. Si la Renta monetaria permanece constante y varía sólo uno de los precios: Y/px o Y/pz. El px ↑ : AB → BC El px ↓ : CB →AB El pz↑ : AB → AC El pz↓ : AC → AB Si el precio de los alimentos pasa de 500 u.m./kg a 400 u.m./kg, el consumidor podrá adquirir un mayor número de cestas con la misma renta. Se amplía el conjunto de oportunidades. Y = Pz · O + Px · X 100.000 = 4.000 ∙ 0 + 400 ∙ X 100.000 = 400 ∙ X X = 250 kg => Cesta B = (250, 0) Dada una misma renta, al reducirse el precio de uno de los bienes, se produce una nueva restricción presupuestaria y, como consecuencia, un desplazamiento que da lugar a una nueva recta de balance. 3. Si la Renta monetaria y los precios de los bienes y servicios que adquiere el sujeto varían en la misma proporción, su situación real no ha cambiado y su recta de balance debe ser la misma. Si multiplicamos por λ, tanto Y como px, pz, no cambian: − la Renta real en términos de X (Yx = Y/px) − la Renta real en términos de Z (Yz = Y/pz) − la Pendiente de la recta de balance. Precios absolutos y precios relativos El Precio absoluto es el precio en términos monetarios, en unidades monetarias. El Precio relativo expresa cuánto cuesta una unidad de una mercancía (x) en términos de unidades de la otra (z). Ej.: Si el px = 200 u.m. y el pz = 800 u.m.; el precio relativo de Z en términos de X es p z/px = 800/200 = 4. es decir, una unidad de Z cuesta cuatro unidades de X. El precio relativo de X en términos de Z es p x/pz = 200/800 = ¼. Es decir, una unidad de X cuesta una cuarta parte de una unidad de Z. Dicho de otro modo, a esos precios, se podrían intercambiar una unidad de Z por cuatro unidades de X; y una unidad de X por 0,25 unidades de Z. El COSTE DE OPORTUNIDAD (COSTE REAL) de una mercancía en términos de otra puede definirse como el número de unidades de ésta a que hay que renunciar para adquirir una más de aquella. COSTE DE OPORTUNIDAD = PRECIO RELATIVO El coste de oportunidad de Z en términos de X es pz/px = 4, porque hay que renunciar a 4 unidades de X para adquirir una unidad más de Z. El coste de oportunidad de X en términos de Z es px/pz = 1/4, porque hay que renunciar a 0,25 unidades de Z para adquirir una unidad más de X.