Colecciones del Museo Histórico Nacional DIRECCIÓN DE BIBLIOTECAS, ARCHIVOS Y MUSEOS (DIBAM) 2012 DIRECTORA: Magdalena Krebs K. MUSEO HISTÓRICO NACIONAL DIRECTOR: Diego Matte P. INVESTIGACIÓN Y TEXTOS: Juan Manuel Martínez EDICIÓN DE TEXTOS: Leonardo Mellado G, Sigal Meirovich S. y Raquel Abella L. TRADUCCIÓN: Elizabeth Shaeffer FOTOGRAFÍAS: Juan César Astudillo C. y Marina Molina V. DISEÑO, DIAGRAMACIÓN Y EDICIÓN DE FOTOGRAFÍAS: XXX IMPRESIÓN: XXXX PROYECTO Financiamiento: Acciones Culturales DIBAM 2012 Coordinación General: Isabel Alvarado P. Administración: Marta López U. ISBN: XXXX PROPIEDAD INTELECTUAL: XXXX MUSEO HISTÓRICO NACIONAL Plaza de Armas 951, Santiago de Chile www.museohistoriconacional.cl IMAGEN PORTADA Sillón presidencial, (detalle), Francia, ca.1832. MHN 3-1311 IMAGEN PORTADA INTERIOR Silla, segunda mitad del siglo XIX MHN 3-1913 El Mueble Un espacio para habitar Juan Manuel Martínez Colecciones del Museo Histórico Nacional Índice PRESENTACIÓN INTRODUCCIÓN EL MUEBLE, UN ESPACIO PARA HABITAR Para mudar, guardar y ordenar Espacio, mueble y habitación en el nuevo mundo Nueva nación, nuevos ciudadanos y nuevos muebles París, Londres y algo más CATÁLOGO: Petaca Armario Sillón de vaqueta Escaño Mesa de arrimo Baúl Escritorio Cofre Armario de Sacristía Atril Sillón Mesa de arrimo Canapé Silla Altar de campaña Sillón Canapé Juego de sofá y sillas Sillón y armario Sillón presidencial Un par de espejos Cama mural Escritorio con puerta abatible Pianola costurero con su juego de sillas Mesa escritorio y sillón Mesa de pantalla Escritorio Chiffonnier Librero giratorio Sitial CITAS BIBLIOGRAFÍA ABSTRACT 5 66 Colecciones del Museo Histórico Nacional Presentación El Museo Histórico Nacional posee numerosas y variadas colecciones. Algunas piezas que forman parte de ellas son expuestas al público en las salas de la exhibición permanente; otras son dadas a conocer a través de muestras temporales dentro y fuera del Museo. Sin embargo, en relación al volumen de las colecciones, el porcentaje de objetos en exhibición es muy menor. De tal modo que muchas piezas que se conservan en los depósitos no son conocidas por la comunidad. Dentro de la misión del Museo está el difundir las colecciones que cautela. Es por esto que los últimos años ha realizado varias publicaciones. El presente libro es parte de una serie coleccionable de pequeño formato, de gran atractivo visual y que a la vez contiene información sobre un corpus específico de objetos o subcolección. Se trata de una serie de 12 volúmenes, cuyo objetivo es tratar diversos temas a través de un trabajo de documentación e investigación de 30 objetos, seleccionados de diferentes colecciones y materialidades. Esperamos, a través de estas publicaciones, contribuir al conocimiento del valioso patrimonio histórico que conserva nuestra institución. 7 Baúl . Anónimo. Chile Siglo XVIII Madera tallada y ensamblado de lazos vistos, labrado del metal. 69 X 40 cm MHN 3-2059 Este baúl de madera con tapa abovedada, está tallado con motivos vegetales y en su tapa las águilas bicéfalas, símbolo correspondiente a la monarquía hispana. En el interior compartimientos más pequeños para guardar los útiles de escritorio. Introducción El armario está sin llaves!... ¡Sin llaves el gran armario! Solían mirar a menudo su puerta sombría y negra… ¡Sin llaves!... ¡Era extraño!... Se soñaba muchas veces en misterios durmiendo entre sus flancos de madera y se creía escuchar, en el fondo de la cerradura abierta, un ruido lejano, vago y alegre murmullo Arthur Rimbaud, Les étrennes des orphelins1 Si bien es cierto, los muebles se relacionan en forma íntegra con la vida humana y se les considera en función de ella2, no se puede desconocer su valor simbólico y representacional dentro una sociedad. Lo que se relaciona con la pregunta que se plantea al investigar este tipo de objetos y que apunta a la manera en que se habita, tanto en el pasado como en el presente. En 1840, Edgard Allan Poe planteó la importancia del mueble en su texto The Philosophy of Furniture que: Hablamos de la armonía de un cuarto como lo haríamos de la armonía de un cuadro: tanto el cuadro como el cuarto son susceptibles a aquellos principios fijos que regulan todas las variedades del arte; y prácticamente las mismas leyes a través de las que decidimos los méritos de una pintura son suficientes para decidir sobre el arreglo de un aposento3. Un mueble abre diferentes lecturas que nos permiten, no sólo conocer técnicas u oficios del pasado, sino la forma de vivir, de relacionarse, el estatus entre hombres y mujeres, su valor simbólico y, por supuesto, sus estilos que lo sitúan en un horizonte en la historia del arte. En América, durante los siglos del virreinato, los muebles fueron expresión de los gustos que el imperio español diseminó 9 en sus dominios, integrando materiales y formas del mestizaje presentes en los estilos artísticos que se sucedieron, como lo fueron la adopción de estilos internacionales cuando se formaron las nuevas naciones después de la independencia. La colección de mobiliario del Museo Histórico Nacional fue estructurada recientemente4, no obstante se constituyó como corpus ya desde la fundación del Museo en 1911. Formada mayormente por donaciones, es una de las colecciones más significativas a nivel nacional, debido a que muchas de sus piezas tienen un contexto histórico relevante. Cada mueble que actualmente custodia el Museo Histórico Nacional es portador de historias, desde quién lo utilizó, hasta su valor simbólico. A esto se suma la calidad estética del objeto ya que da cuenta del desarrollo artístico, tanto en el país como a nivel mundial, de la historia del mueble. Varias de estas piezas 10 fueron exhibidas en la Exposición del Coloniaje, organizada por Benjamín Vicuña Mackenna en 1873, o integraron posteriormente en 1874 la colección del Museo Histórico del Santa Lucía. Fueron además parte de la exhibición del Centenario en 1910 y ya creado el Museo, participaron en exposiciones como la del Arte Colonial de 1929. La base de las investigaciones existentes sobre mobiliario se ha conformado tomando los estudios de Fernando Márquez de la Plata, Arturo Fontecilla Larraín y Eugenio Pereira Salas, pioneros en la investigación de este tipo de objetos. La selección de treinta muebles que se presenta en esta publicación, pretende dar a conocer al público una idea general de esta colección, como una suerte de itinerario del desarrollo del mueble en nuestro país, desde los siglos del virreinato hasta los primeros decenios del siglo XX. Recorrer con la mirada estos objetos que han ocupado y ocupan un espacio en la historia del país, es también un ejercicio de valorización de un trabajo artesanal, que en gran parte ha sido anónimo a fin de satisfacer una necesidad básica. Pero, como cualquier vestigio material del Caja Anónimo Chile Siglo XVIII Madera tallada y ensamblada 21 X 47,5 X 23 cm MHN 3-29784 pasado podemos descubrir en ellos multiplicidad de evocaciones, como lo afirma Gastón Bachelard: A veces un mueble anónimamente labrado tiene perspectivas interiores modificadas sin cesar por el ensueño5. Mueble de almacenaje de forma prismática realizado en madera completamente tallada con motivos vegetales y animales, producido en Chile. 11 PARA MUDAR, GUARDAR Y ORDENAR En el siglo XVII, el arca y todos sus derivados (cajas, arquetas, bargueños o papeleras) junto con los armarios, constituyen lo más representativo del mueble español y virreinal americano. En tanto las mesas, camas y asientos, tendrán una importancia secundaria6. Es así como el mobiliario que llegó a América estaba supeditado a volúmenes transportables que facilitaron llevar una forma de vida a los dominios hispánicos y lusos en este nuevo territorio. Lo que reprodujo una semejanza a un estilo de vida peninsular, generando, tanto en la metrópoli como en América, la producción de arcones, arquetas, escritorios portátiles, y en general muebles para guardar, donde la forma prismática primó. A esto se sumaron mesas, sillas y camas. Una de las piezas que destacó fue el escritorio o papelera7 por otorgarle un aire de distinción y nobleza a los espacios que se estaban comenzando a habitar8. 12 En el caso chileno, uno de los muebles más populares entre los siglos XVII y al XIX, fueron; la cajuelas , arquillas, arquimesas, bufetillos o bargueños. Muebles, mobiliario que se abandonaron totalmente en la segunda mitad del siglo XIX9. La denominación general de cajuela es una terminología local, pero arranca del arca, definida como: Caxa grande con tapa llana, asegurada con goznes para poder abrir y cerrar, y por delante se cierra con cerradura, ó candado. Regularmente es de madera desnuda sin forro, o cubierta interior, ni exterior10. Escritorio o papelera Anónimo España Siglo XVIII Madera ensamblada, tallada, taraceado 61 X 105 X 39 cm MHN 3-1118 El escritorio o papelera cumplía la misión de ser un ordenador de información, ya que los papeles se depositaban en los diferentes cajones y su tapa abatible se utilizaba como apoyo a la escritura, la que se servía para cerrarlo como una caja. En Chile los carpinteros locales trabajaron con madera autóctona, como la patagua y el alerce entre otras, realizaron muebles de estilo renacentista, con formas del estilo mudéjar, mezclando elementos decorativos geométricos y vegetales11. Estos patrones después se repitieron en tallados en madera en vigas, puertas, estribos y otros tipos de muebles. Fue notable que, desde fines del siglo XVII y durante todo el siglo XVIII, la producción de cuero en Chile fuera central, lo que derivó en objetos utilitarios que recogieron las técnicas del trabajo en cuero que se había generado en Andalucía, y que se denominó cordobán12. En este contexto, la industria artesanal chilena creó un cofre de cuero de carácter popular, denominado petaca, que se hacía de cuero de caballo reblandecido al agua y amoldado, que llevaba adornos de tipo geométrico, de tiras cosidas a la caja, las que se disponían 14 en formas geométricas, formando cuadrados y rombos, completando con herrajes para su cerradura13. En lo que se refiere a los escritorios, o papeleras, arquillas, arquimesas o contadores14, éstos fueron trasladados a América durante la etapa más temprana de los virreinatos, los que fueron posteriormente producidos, especialmente en América durante el siglo XVIII, y en el siglo XIX cuando cayeron en desuso por la llegada de los muebles franceses o ingleses15. En el caso de los armarios, éstos llegaron a España en el siglo XV, marcados por una tipología centroeuropea16. Su función en primera instancia fue de carácter litúrgico o social, antes que doméstico. Posteriormente se hizo más masivo dentro de las elites. En América, a parte de su uso litúrgico, se utilizó como aparador y como mueble de almacenaje, otorgándole orden al espacio habitado. Armario. Anónimo.Ámbito virreinal andino Siglo XVIII Madera ensamblada y tallada 258 X 184 X 58 cm MHN 3-29815 Un clásico mueble de almacenaje de forma prismática, siguiendo el estilo del renacentista hispánico, con decoración de cuarterones tallados y puertas batientes con bocallaves metálicas. 15 Una tertulia en 1790 Dibujo de Claudio Gay, grabado por F.Lehnert e impreso: por Becquet frères. Publicado en la obra de Claudio Gay, Album d’un Voyage dans la République du Chili, Edición de la Editorial Antártica, 1982. Una interpretación de Claudio Gay, sobre un salón a fines del siglo XVIII en Chile, donde se puede apreciar el mobiliario y la indumentaria de la época. ESPACIO, MUEBLE Y HABITACIÓN EN EL NUEVO MUNDO …espaciosas, blanqueadas con greda, y otras, con alguna cal que hacían de conchas marítimas, orladas algunas salas y aposentos de romanas labores17. Así explicaba Alonso González de Nájera en 1607, la estructura de la casa, que se conformaba en una sala, una cámara y una recámara, donde se fueron definiendo, con el paso de los siglos, los espacios públicos y privados de la familia. Estos espacios eran precedidos por el gran zaguán, la portada de la casa donde se ostentaban los blasones familiares. Los nuevos habitantes no pudieron resistirse rodearse de cierta ostentación y sofisticación, aún en un proceso de dominación del territorio18. Esta morfología de la casa sigue presente en Chile después de la Independencia, así lo atestiguó María Graham describiendo la habitación de Mercedes del Solar: Es una bonita y refinada mujer; parece conocer bien a los autores franceses y lo habla a la perfección. La encontré sentada en su dormitorio, el cual me he dado cuenta, se usa generalmente como una sala de estar; estaba rodeada por algunos niños adorables y unas hermosas sobrinas, había libros y bordados en una mesita francesa a su lado y en frente de ella un braserillo con carbón bien quemado. Era de plata maciza, bellamente labrado en un marco de madera… 19 Esta habitación también servía como una suerte de extensión de la cocina, donde, en muchos casos, se comía la merienda, como también para su función principal, el descanso20, y por cierto la intimidad sexual. No obstante, la realidad del mobiliario y la decoración eran distintas en los sectores populares, como lo atestigua Johnston en 1812: Pregunté entonces si había alguna cama, y señalóseme al punto otro cuarto del rancho, donde se veían dos catres, fabricados en el modo siguiente: en lugar de patas, tenían horcones enterrados en el suelo, con varillas verdes entretejidas21. 17 Vendedores en las calles Dibujo de Claudio Gay, grabado por F.Lehnert e impreso: por Becquet frères. Publicado en la obra de Claudio Gay, Album d’un Voyage dans la République du Chili, Edición de la Editorial Antartica, 1982. En la imagen se puede apreciar que el panadero vende su pan en petacas de cuero, ampliamente utilizadas en Chile para el transporte de productos. Se encuentra la misma opinión en el Diario de mi residencia en Chile en el año 1822, de Maria Graham: La mayoría, sin embargo, tiene un lecho decente: unas pocas estacas clavadas en el suelo, con tiras de cuero entrelazadas forman el somier, sobre el cual colocan un colchón de lana…22 En cuanto a la distribución de los muebles en la casa, se realizaba dependiendo de su utilidad. En el caso chileno se han determinado ciertas constantes de los muebles más usados, lo que claramente tenía que ver con su utilidad, por lo que encontramos las sillas, cajas de caudales, arcones de cuero, mesa de patagua, escaños y la cajuela23. Un mueble muy popular fue la silla de brazos, que popularmente se denominaba sillones fraileros, puesto que muchas de estas piezas estaban en conventos, y no solo cumplían un rol doméstico sino además uno de carácter ornamental24. En este sentido, las sillas y sillones, son los únicos muebles que no están estrechamente ligados a la arquitectura25 y que después tendrán un valor representacional ligado al poder político. Uno de los muebles que procede del ámbito eclesial, específicamente como banco de iglesia, y que se incorporó al ámbito doméstico fue el escaño, siendo un tipo de asiento de volumen lineal, compuesto de una sucesión de balaustres torneados con abundantes motivos vegetales. A esto se suma que en el mundo dieciochesco virreinal americano, en el comedor, el mueble principal era la mesa, con un número diversos de asientos y un escaparate, este último mueble, un armario para el guardado y la exposición de la vajilla26. Una sala característica de la vivienda virreinal fue el aposento donde se desarrollaban las tertulias. Para este espacio las sillas se adaptaron haciéndolas más bajas para el estrado, en el caso chileno, perduran ejemplares de sillas con influencia Reina Ana27 de madera tallada y cuero, 19 Retrato de José Antonio de Rojas y Urtuguren Anónimo Segunda mitad del siglo XVIII Óleo sobre tela, 108 X 83,5 cm MHN. 3- 104 provenientes del Río de La Plata o producidas localmente28. Y por los inventarios de este período, se puede apreciar el lujo contenido en las mesas de arrimo y consolas de proveniencia inglesa, con detalles de patas cabriolé y ornamentación vegetal de roleos y volutas. El uso de estos elementos decorativos da cuenta de la popularidad del estilo Rococó en América, y fue especialmente el mobiliario el objeto preferido para dicha expresión. La figura del francés Juste-Aurèle Meissonier (16951750) fue fundamental para el desarrollo de dicho estilo, el que se prestaba especialmente en su desarrollo en materiales como la madera y a la porcelana, ya que éstas se podían tallar y modelar con facilidad, produciendo una decoración sugestiva y retorcida en sus formas que inundó todo el mobiliario, caracterizado por estructuras largas y combadas, llenas de follajes asimétricos. Fueron sillones y sillas los muebles que recibieron mayor influencia de este estilo, haciendo que sus formas se ampliaran29. Ya a fines del período virreinal, las tendencias estilísticas del mobiliario se basaron en las de Francia e Inglaterra, donde se desarrollaron las influencias de Thomas Chippendales30, George Happlewhite31 y, Thomas Sheraton32. En Brasil se importaban estos muebles, para luego ser producidos por artesanos locales33. Así los salones del lejano Reino de Chile se poblaron de muebles que llegaron por importaciones, contrabando o copiados por hábiles artesanos locales, como bien lo describe Pereira Salas: En el escritorio, dos canapés de bayetas, doce sillas de laca roja, enjuncadas, estilo Reina Ana, traídas de Inglaterra, una mesa de madera del Brasil, con tinteros y blandones de plata34. Tertulia and mate party Londres, 1824 Dibujo de Peter Schimdtmeyer e impreso: por Rowney and Forster. Publicado en la obra de George Scharf,, Travels into Chile over the Andes in the years 1820-1821. MHN 3-2720 22 Tanto en el período virreinal como a comienzos del republicano, los principales elementos decorativos en una casa correspondían a imágenes religiosas, las que fueron posteriormente sustituidas por mobiliario importado de Europa. 21 NUEVA NACIÓN, NUEVOS CIUDADANOS Y NUEVOS MUEBLES El adorno de las paredes se reducía a uno o dos espejos con marcos de recortes de espejitos artísticamente acomodados, uno que otro cuadro del santo de la devoción de la familia, y tal cual espantable retratón de algún titulado antecesor hecho por el estilo del buen Josephus Gil. El alumbrado de todo el retablo se hacía con velones de sebo, y en los inviernos se templaba el aire del salón con brasas de carbón de espino colocadas en un poderoso brasero de plata maciza con su guapa tarima en medio del aposento.35 Vicente Pérez Rosales, en sus Recuerdos del Pasado reflejaba lúcidamente esta austeridad del hogar chileno, lo que ciertamente se contradice con las listas de inventarios y testamentos de la elite local de fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX. La influencia del Chippendale36 se hacía evidente en la decoración, por ejemplo de los edificios oficiales, como es el caso del recién inaugurado edificio de la Real Audiencia, el que estaba amoblado en un barroco inglés con muebles tallados y dorados. Estos modelos, cuando se copiaban en el país se pintaban para suplir las lacas orientales37. En el ocaso del Imperio Español, tanto las casas de las elites como los edificios públicos, se poblaron de mobiliarios más sofisticados. Claramente el contrabando, tanto con las potencias europeas, como con los Estados Unidos de América, producía un efecto de refinamiento en la lejana capital del Reino de Chile. Pero la pax imperial hispánica se esfumó con el proceso de la Independencia, José Zapiola recogió una interesante descripción del saqueo del palacio del gobernador español luego de su huida al saber la derrota del ejército del Virrey del Perú en la batalla de Chacabuco, el 12 de febrero de 1817; 23 Al acercarnos a este edificio notamos gran cantidad de pueblo que entraba y salía. Penetramos allí y tuvimos la agradable sorpresa de ver que aquellos “ciudadanos”, que entraban con las manos vacías, o, cuando más, con un cabo de vela encendido, se retiraban con algo que había pertenecido al Presidente prófugo. Mentiríamos si dijéramos que oímos disputa siquiera discusión sobre la propiedad de un mueble o utensilio, en que tanto abundaban los numerosos salones, cuartos y aun patios de palacio; cada unos se apropiaba lo que encontraba a mano o más le convenía, y se retiraba muy tranquilo38. Evidentemente el Palacio del Gobernador quedó limpio después de esta visita ciudadana, esto motivó a las nuevas autoridades a que se preocuparan especialmente de alhajarlo, para lo que Bernardo O’Higgins utilizó los muebles que en el navío el Águila había mandado traer el último gobernador, Francisco Casimiro Marcó del Pont, y que permanecían en Valparaíso 24 retenidos39. Posteriormente tras la batalla de Maipú en abril de 1818, y sin la preocupación evidente de un ataque externo, O’Higgins encargó por la suma de 1.600 pesos; 36 sillas, tres mesas “con tarima”, una de ellas grande y con dos cajones, otras dos mesas “de vuelta” y también con sus respectivas tarimas, un par de cómodas, un total de 56 metros de sofás y dos catres, posiblemente para la guardia, todo confeccionado por artesanos40. La viajera inglesa, María Graham, visitó a O’Higgins en su palacio, llevándose una grata impresión del Director Supremo de la nueva nación y por supuesto del entorno decorativo que rodeaba a la mayor autoridad del país, Las habitaciones están atractivas pero sencillamente amobladas: hay braseros ingleses labrados, alfombras escocesas, vajilla francesa y relojes que no parecían españoles y menos chilenos41. Tertulia Londres, 1824 Dibujo de Peter Schimdtmeyer e impreso: por Rowney and Forster. Publicado en la obra de George Scharf,, Travels into Chile over the Andes in the years 1820-1821. MHN 3-2720 Con la Independencia de Chile, llegaron muebles provenientes de Francia, Inglaterra y de los Estados Unidos de América, cambiando la decoración de las casas. O’Higgins no cesó en su afán por engalanar el recinto de gobierno, así como los antiguos gobernadores virreinales, la nueva autoridad sabía de la importancia representacional del mobiliario, como una forma de mostrar poder y prestigio. Era necesario dotar el entorno público del poder de una dignidad relacionada con su importancia, por lo que; Mandó hacer 4 esquineros de patagua y una mesa más, torneada, añadió una tabla a la del comedor, instaló un mueble de roble… Arregló un asiento que había en el patio y colocó 30 metros de escaños. Para el lavado de la ropa adquirió una batea de ciprés… Por 450 pesos se colocaron ocho petates en la sala directorial, todos de dimensiones distintas y que descubren su amplitud, pues medían 8 a 16 metros de largo por más o menos 4 de ancho. Incorporó a ella, también, una mesa que el decreto especifica como “elegante” y que costó 400 pesos, un sofá y otra docena de sillas que no fueron de caoba, pues se pagó 4 pesos por cada una42. 26 En el orden doméstico, María Graham, en cuyo relato se reconoce una filiación a la tradición británica del cuaderno de notas de viajes, describió de esta manera el interior de una casa en Valparaíso: Entramos directamente desde el jardín a la sala, en donde, conforme a la costumbre, una ventana enrejada dejaba pasar escasa luz. Bajo esta ventana había un largo banco cubierto con una alfombra tipo turca, tejida aquí: el banco cubre casi todo el largo de la habitación. Delante de él hay un entarimado de madera llamado estrada que se levanta cerca de seis pulgadas del suelo, tiene alrededor de cinco pies de ancho y está cubierta por el mismo tipo de alfombra que el banco, el resto del piso es de ladrillo a la vista. Una hilera de sillas de respaldos altos está situada en el extremo opuesto de la habitación43. Una descripción pormenorizada en un tiempo de cambios políticos, pero donde la pervivencia del modelo virreinal hispano continuaba imperando en las tradiciones y formas de vida en Chile. Lo reafirma Basil Hall hacia 1820, cuando describió la forma de uso del estrado: Las damas, según la costumbre del país estaban sentadas en fila cerrada a lo largo de la muralla; con sus chales tendidos sobre la cabeza y envolviéndoles la barba, los rostros se hacían casi invisibles. Una joven tocaba el arpa, otra la guitarra, algunas cantaban con entusiasmo aires patrióticos…44 Otro viajero, Samuel Haig, en 1817 dio cuenta de las costumbres, que mantenían un patrón virreinal, a pesar de la independencia política del país, donde las mujeres seguían ocupando el estrado como principal elemento social: Las mujeres se sientan en el estrado, vestidas con una bata suelta de algodón, sin medias, con bufanda de bayeta o un chal de lana que les cae desde los hombros…45 Retrato de José Miguel Infante y Rojas 1844 Raymond Monvoisin Óleo sobre tela 230 x 164 cm MHN 3-374 José Miguel Infante y Rojas, (1778-1844), fue un personaje central en la fundación de la república. En este retrato, a un costado aparece un mueble, estilo Hitchcock, sillas con un gran respaldo, en el que se presentan dibujos con flores u otros motivos. 27 PARÍS, LONDRES Y ALGO MÁS Así es que al verla reclinada sobre un magnifico sofá forrado en brocatel celeste, al mirar reproducida su imagen en un lindo espejo al estilo de la Edad Media46. El deslumbramiento y la fascinación del joven Martín Rivas, frente a la bella Leonor recostada en un sofá de un lujoso salón, nos evoca al Chile de mediados de siglo XIX, marcado por el gusto francés en la decoración y en el mobiliario. Blest Gana pudo retratar lúcidamente en una novela, que combina el amor, la intriga y la política, los cambios producidos por la elite, que tuvo con referente las modas imperantes en Europa, otorgándole a su medio una aire aristocrático y refinado, que abandonó, por lo menos en la ciudad, la severidad virreinal. El joven Martín, proveniente de la provincia, se ve deslumbrado por una ciudad que quiere ser París: Admiraba además al mismo tiempo, la riqueza de los muebles, desconocida 28 para él hasta entonces; la profusión de los dorados, la majestad de las cortinas que pendían delante de las ventanas, y la variedad de objetos que cubrían las mesas de arrimo47. En cuanto al desarrollo del mobiliario durante el siglo XIX, y específicamente después de 1830, se incorporaron otros modelos a los ya existentes en términos estilísticos. El modelo romántico condujo al revivals, conocido en Francia como estilo Luis Felipe y más tarde como segundo Imperio, y en el caso español, se denominó estilo Isabelino, el que perduró hasta 1870. La casa comenzó a poblarse de otras estancias y mobiliarios: bibliotecas, comedores, salas de estar y de bailes requirieron de otros muebles. Gracias a la revolución industrial se pudieron obtener nuevas telas para tapices, como la imposición de la moda de preferir el cuero para el tapizado. Fue extendido el uso del cuero de color verde para tapices en las bibliotecas y el rojo en el caso de los comedores, ya que estos últimos no absorbían los olores de las comidas y se podían limpiar con facilidad. Debido a los costos de la utilización del cuero para el tapizado, existía la posibilidad más económica de utilizar un tapiz de crin de caballo, el que fue muy popular en Chile49. En los salones, hasta la última década del siglo XVIII, los muebles se instalaban contra las paredes y solamente se separaban cuando era necesario para un evento, posteriormente se volvían a poner contra la pared, por lo que arquitectónicamente y decorativamente las molduras del friso se correspondían con la baranda superior, precisamente por la instalación de los muebles. Por esta razón, la parte trasera del mobiliario hasta el siglo XVIII tenía poco atractivo. Ya a finales del siglo los muebles comenzaron a situarse al medio de los salones o se cambiaban de lugar, los nuevos sistemas de iluminación a gas ayudaron a una nueva decoración y disposición de ellos50. Dos grandes sofás de palorrosa y seda carmesí, con flores de oro, conforman los únicos asientos, con la excepción de dos sillas de conversación, también de palorrosa. Hay un pianoforte (palorrosa también), sin funda y abierto. Una mesa octogonal, formada completamente del más suntuoso mármol incrustado en oro, está ubicada cerca de uno de los sofás51. En el siglo XIX, y desde fines del siglo XVIII, los manuales de muebles estándares realizados por Chippendales, Hepplewhite y Sheraton sirvieron durante mucho tiempo a los fabricantes de muebles. La diferencia se produjo en el siglo XIX, ya que los manuales no estaban dirigidos sólo a la industria, sino al propietario medio, al consumidor52. Los muebles son un eco de los cambios en el tiempo, por ejemplo 29 después de la revolución industrial, el mundo de la elite burguesa fue un grupo consumidor, con el fin de lograr un entorno más placentero, como glamoroso53. Chile, no estuvo ausente de ello, y en este sentido en 1855, se fundó la Casa Muzard, que inició la importación de amoblado y luego a partir de 1875 comenzó a fabricar muebles de estilo54. La llegada del siglo XX planteó nuevos desafíos. Si bien es cierto que los estilos decimonónicos y eclécticos perduraron en los 30 primeros decenios, el mobiliario fue cambiando para satisfacer la moda y el nuevo siglo que se imponía; ¿Existe algún objeto para el cual el siglo XIX no haya inventado cofres y estuches? Hay para los relojes, las pantuflas, los huevos, los termómetros, los naipes. Y a falta de cofres y estuches, inventa sobre tapices, cobertores y fundas. El siglo XX, con su gusto por la porosidad, la transferencia, la plena luz y el aire libre, ha puesto fin a la manera antigua de habitar55. Una tertulia en 1840 Dibujo de Claudio Gay, grabado por F.Lehnert e impreso: por Becquet frères. Publicado en la obra de Claudio Gay, Album d’un Voyage dans la République du Chili, Edición de la Editorial Antártica, 1982. Claudio Gay, describe un salón con clara influencia francesa e inglesa, modas y estilos que predominaron en Chile de mediados del siglo XIX. 32 Catálogo Consejo de Ministros del Presidente Balmaceda (detalle) ca. 1910 Pedro Subercaseaux Errázuriz Óleo sobre tela, 138,5 X 162 cm. MHN. 3-231 La escena corresponde a un consejo de ministros, reunidos en el gabinete presidencial en el Palacio de La Moneda, reconocible por la declaración de la Independencia que figura en el fondo de la obra, entre las columnas republicanas, una decoración que se mantuvo casi inalterable hasta 1973. Al fondo un librero giratorio. 33 PETACA El trabajo artístico y utilitario del cuero fue introducido por los árabes en España y la ciudad de Córdoba fue su principal centro productor, de ahí el nombre de cordobanes que se daba a un tipo de técnica para curtir y dejar lustrosos los cueros. Esta técnica pasó a América, aplicándose a gran parte de utensilios domésticos y suntuarios, como es el caso de esta petaca, maleta de viaje más liviana que un baúl o arca. Esta petaca, de forma rectangular, es de cuero trenzado, que produce una decoración de tipo geométrico, sus cerraduras son de amarras o con herrajes de hierro. 34 PETACA Anónimo, Chile. Siglo XVIII Cuero trenzado 38 X 70 X 47 cm MHN 3-1043 ARMARIO Anónimo cusqueño Siglo XVIII Madera de cedro ensamblada y tallada 204 X 132 X 64 cm MHN 3-1062 ARMARIO Este mobiliario tipificado como armario, llegó en forma tardía a América, ya que desde el Renacimiento la función de almacenaje la cumplían los arcones o los escritorios. Debido a su alta demanda comenzaron a producirse localmente, incorporando diseños que reflejaban el gusto mestizo. Uno de los elementos más distintivos de su talla es el motivo del florero en forma de ánfora que aparece en las puertas, uno de los motivos preferidos de la ornamentación barroca proveniente del Cusco. El armario perteneció al Obispo José Antonio Martínez de Aldunate, y fue comprado por el Museo Histórico Nacional a Clemente Pérez en septiembre de 1911. 37 SILLÓN DE VAQUETA Este tipo de pieza, llamado popularmente sillón frailero, es uno de los primeros tipos de mobiliario que trajeron los conquistadores españoles a América, debido a su utilidad práctica como también a la protocolar o ceremonial. En el siglo XVIII, estas sillas de brazos tomaron su nombre debido a que se usaban en conventos y monasterios. Este sillón es parte de un juego de dos y proviene de la ciudad de Santa Fe de Bogotá. Correspondían a la colección de Moisés García Huidobro y fue comprada a la Casa Eyzaguirre en 1910 para la exposición Histórica del Centenario. Posteriormente, desde 1911, las piezas integran las colecciones del Museo Histórico Nacional. 38 SILLÓN DE VAQUETA Anónimo, ámbito virreinal andino Siglo XVIII Estructura de madera labrada, cuero repujado y policromado 102 X 62 X 51 cm MHN 3-1075 ESCAÑO Anónimo, ámbito virreinal andino Siglo XVIII Estructura de madera tallada, torneada y ensamblada. 127 X 180 X 52 cm MHN 3-1318 ESCAÑO Uno de los muebles que procede del ámbito eclesial es el escaño, específicamente como banco de iglesia o de un ámbito eclesiástico. Este mueble de asiento, con estructura en base a madera ensamblada, posee una sucesión de balaustres torneados con abundante decoración vegetal. La parte superior del respaldo tiene tallada como motivo central la cara de un ángel, flanqueada por roleos y motivos vegetales. La parte inferior está compuesta por balaustres con torneado de lenteja. Este motivo decorativo se repite en los travesaños inferiores. En el ámbito doméstico fueron utilizados en los corredores de las casas. 41 MESA DE ARRIMO M ueble de soporte realizado en madera. La cintura, de menor área que el tablero y de mayor altura en su cara frontal que en las laterales; posee un cajón asentado con dos tiradores de botón, escudete central y decoración tallada en base a recuadros y escamas. La estructura descansa sobre cuatro patas con torneado de balaustre y chambrana corrida con decoración tallada en base a lengüetas. Esta mesa está construida con madera de patagua, árbol que abundó en la zona central de Chile, y por lo tanto fue una madera muy usada en la época colonial. Se usó también en tablas, vigas, muebles y otros trabajos de carpintería. Su tallado es más bien simple y posee un cajón con cerradura. 42 MESA DE ARRIMO Anónimo Chile Siglo XVII Madera tallada, torneada, ensamblado de caja y espiga, labrado del metal. 81 X 104 X 69 cm MHN 3-1127 COFRE Anónimo Ámbito virreinal andino Siglo XVIII Madera ensamblada Madera, marfil, nácar, carey. Tallado, ensamblado, marqueteado con nácar y marfil 32 X 57 X 31 cm MHN 3-29809 COFRE La cultura española que llegó a América no solo integró el mestizaje local, sino que fue muy abierta a las influencias orientales. Facilitada por las posesiones españolas en las islas de Filipinas, las que generaron un rico comercio con China y la India. A través de esta relación no sólo llegaron objetos al nuevo continente, sino además las técnicas orientales, que se aplicaron a muebles y otros objetos, como es el caso de la incrustación del nácar, carey o marfil con finos filetes de plata, las que se usaron en objetos de mobiliario y de artes decorativas. 45 BAÚL Una de las expresiones más interesantes del arte barroco americano son los baúles, los que cumplían la función de almacenaje de ropa y telas, y en muchos casos correspondían a arcas nupciales, donde se contenía el ajuar de la novia, por lo que se ubicaban en las dependencias privadas. El baúl de madera, forrado con cuero repujado y policromado, generalmente poseía una tapa cimbrada en arco de medio punto. Los planos decorativos están distribuidos en función de planos rectangulares, a través de paneles ubicados en la tapa y en las caras de los costados, rodeados por un marco decorado, conformando una distribución simétrica, la cual se duplica en los diferentes lados de la pieza. 46 BAÚL Anónimo cusqueño Siglo XVIII Estructura de madera, Forrada con cuero, repujado y policromado 106 X 66 X 57 cm. MHN 3-1077 ESCRITORIO Anónimo Ámbito virreinal americano Siglo XVIII Madera tallada, ensamblada Taraceada, con incrustaciones de nácar 23X 60 X 51 cm MHN 3-1059 ESCRITORIO En el ámbito virreinal, los objetos de uso más común eran realizados con complejas técnicas artísticas, es el caso de este escritorio o caja de escribir con una tapa en declive, suspendida en unas bisagras, que contenía utensilios de escritorio. La pieza presenta un trabajo de taraceado y de incrustaciones de nácar, formando el símbolo del águila bicéfala, símbolo propio de la dinastía de los Haugsburgo, pero usado durante todo el siglo XVIII, como un símbolo imperial. Este mobiliario de carácter portátil, no solo servía para el trabajo de despacho de documentos o cartas, sino también cumplía una función de representación de la elite colonial. 49 ARMARIO DE SACRISTÍA En el caso de este armario, antes de su uso como armario de sacristía, posiblemente se haya usado de manera doméstica, debido a que este tipo de mueble guarda una estrecha relación con los mobiliarios de uso cotidiano. Antes de viajar a Lima, para asumir como Virrey, el Gobernador de Chile, Manuel de Amat y Junyent, regaló este mueble al monasterio de las monjas Clarisas Capuchinas de la Santísima Trinidad, orden religiosa que se estableció en Santiago en enero de 1727. Posteriormente el mueble pasó a manos de la Sra. Luisa Mac-Clure y permaneció en la casa de la familia Edwards Mac-Clure, en el fundo San Isidro de Quillota. En 1934 fue donado al Museo por Carlos Edwards Mac-Clure. 50 ARMARIO DE SACRISTÍA Anónimo, Chile ca. 1760 Madera tallada ensamblada y policromada 228 X 147 X 77 cm MHN 3-1060 ATRIL Mueble de soporte, de pie, compuesto de dos cuerpos: un tablero rectangular inclinado en la parte superior que descansa sobre patas de tijera desplegables. Éstas están talladas y doradas en forma de volutas y decoradas con motivos vegetales y rocallas, que marcan el estilo Rococó. El atril, tipo de mobiliario eclesiástico, comenzó a ser utilizado en las primeras basílicas cristianas, y su función radicaba en servir de soporte para sostener textos o antifonarios para las liturgias o las oraciones canónigas. Comprado para la Exposición Histórica del Centenario de 1910, ingresó al Museo Histórico Nacional en 1911. 52 ATRIL Anónimo, ámbito virreinal andino Siglo XVIII Estructura de madera tallada, ensamblada y dorada. 190 X 70 cm MHN 3-2232 SILLÓN Anónimo Ámbito virreinal americano Siglo XVIII Madera tallada, ensamblada, dorada y tapizada 144 x 75 x 60 cm. MHN 3-2179 SILLÓN Este sillón proviene de la iglesia y convento de San Francisco de Santiago. Su finalidad era la de presidir liturgias y festividades. Su respaldo, de forma rectangular, presenta una coronación con volutas doradas y un motivo central que se ha perdido, y está flanqueada por urnas. El frente del respaldo está tapizado y tiene como motivo central el abrazo franciscano, iconografía representativa de la orden franciscana, que representa la unión de Cristo con San Francisco. Esta pieza participó en la Exposición Colonial realizada en el Museo Nacional de Bellas Artes en 1929 y perteneció a la colección de Moisés García-Huidobro. 55 MESA DE ARRIMO M ueble de soporte realizado en madera con tablero de contornos curvos. Posee una gran cintura con cajón asentado y faldón tallado con rocallas y volutas. Las patas a lo cabriolé son características del siglo XVIII, de inspiración oriental, y con silueta en S. En el caso de esta pieza, se rematan con garra y bola, lo cual se ha definido como estilo Reina Ana. Su finalidad era servir de soporte a algún elemento decorativo, su fabricación es posiblemente local y marca el cambio de estilos en los muebles chile en la segunda mitad del siglo XIX. 56 MESA DE ARRIMO Siglo XVII Madera tallada, torneada, ensamblada 93 X 120 X 74 cm MHN 3-1765 CANAPÉ Anónimo español. Fines del siglo XVIII Madera tallada, ensamblada y tapizada 141 X 286 X 64,5 cm MHN 3-1333 CANAPÉ El canapé es un tipo de sofá con respaldo y asientos acolchados de varios cuerpos. Es un mueble de origen francés y comenzó a producirse en el reinado de Luis IV (1643-1715). A partir de mediados del siglo XVIII, los canapés recibieron el influjo del estilo rococó, haciéndose más exageradas sus decoraciones y dorados. Este tipo de mueble, cuyo origen y función se destina a la realeza, daba cuenta del estatus social y económico de sus dueños, dado las dimensiones y lo complejo de sus decoraciones. Mediante la información otorgada por Sánchez, Iván Zingeni y Elena Larraín de Droguett, se determinó que este canapé perteneció al Marqués de Larraín, y fue donado al Museo en 1978 por la Corporación Amigos del Arte. 59 SILLA En el siglo XVIII, se comenzaron a abandonar las tradicionales sillas de brazos, tapizadas con cordobanes por las de este estilo, de influencia Reina Ana, que respondían a la decoración de los salones y especialmente al estrado, por lo que son más bajas, para el asiento de las damas. Esta tipología toma la forma de violoné, que se refiere a la forma de caja de violín en el respaldo, tipo pala o splat calada, con líneas suaves. Fueron producidas en madera tallada y cuero, localmente o provenientes del Río de La Plata. 60 SILLA Chile, Madera tallada y tapiz de cuero. 97 X 47 X 33 cm MHN 3-1029 ALTAR DE CAMPAÑA ca. 1817 Madera ensamblada, tallada, forrada en cuero y herrajes. 42 x 60 x 105 cm MHN 3-2373 ALTAR DE CAMPAÑA A ltar portátil usado por el ejército chileno en las campañas de la independencia entre los años 1817 y 1818. Se exhibió en la Exposición del coloniaje en 1873, proveniente de la Academia Militar, ingresó a la colección del Museo en 1911. Mueble de uso litúrgico realizado en madera encorada. Se compone de una caja de forma prismática rectangular cuyos laterales y tapa son plegables a través de un sistema de bisagras. Su interior posee una repisa. Cerrada, su frente está claveteado en los contornos y posee un escudete de bocallave central de forma circular. La cintura está ocupada por un cajón con tirador de manillar. La estructura descansa sobre cuatro patas con torneado de columna unidas entre si por travesaños y fiadores. 63 SILLÓN Esta pieza corresponde a un juego de 6 sillones usados por los primeros Magistrados de la República. Sus líneas de fines del estilo imperio, muestran una severidad en su diseño, lo que denota su función como un mobiliario de representación pública y de estatus de poder político. Su decoración, en madera tallada y dorada, combina motivos vegetales como las hojas de acanto y el símbolo de la antorcha alada. 64 SILLÓN Anónimo ca. 1820 Madera tallada y tapizada 123 X 55. X 55 cm. MHN 3-1302 CANAPÉ Anónimo Primera mitad del siglo XIX Madera tallada, torneada, chapeada, ensamblada, calcografiado y tapizada 90 X 214 X 46 cm MHN 3-2084 CANAPÉ M ueble de asiento realizado en madera tallada, chapeada y tapizada. Posee un respaldo recto con decoración calcografiada de roleos vegetales. Los brazos son curvos y presentan decoración también calcografiada con motivo de floreros. La estructura descansa sobre patas torneadas. Este objeto es un ejemplo característico del estilo imperio en su robustez y decoraciones florales. 67 JUEGO DE SOFÁ Y SILLAS C orresponde a un conjunto de 4 sillas con un sofá, realizados posiblemente en la costa Este de los Estados Unidos, específicamente ne las ciudades de Baltimore, Filadelfia o Boston, las que se especializaron en realizar este tipo de mueble. Hitchcock impuso este estilo de sillas con un gran respaldo, el que presenta dibujos con flores u otros motivos. Éstos se realizaban con la técnica de la calcomanía o pintura transferible, una pintura aplicada al revés y luego transferida al mueble, fijándolo con papel mojado y luego secándolo. Este conjunto fue comprado por Joaquín Figueroa Larraín para el Museo Histórico Nacional, hacia 1911. 68 JUEGO DE SOFÁ Y SILLAS ca.1830 Madera tallada, ensamblado, henchido ebonisada, con decoraciones de calcografía y tejido de fibra SOFÁ 78,5 X 194 X 51 cm MHN 3-1315 SILLAS 83 X 46 X 37,5cm s MHN 3-2251 MHN 3-1305 MHN 3-2253 MHN 3-2252 SILLÓN Y ARMARIO Anónimo ca. 1830 SILLÓN Caoba y tapiz de crin de caballo 81 X 57 X 50 cm MHN 3-1308 ARMARIO Madera, vidrio, tallado, ensamblado. 230 X 109 X 36 cm MHN 3-1281 SILLÓN Y ARMARIO Este juego de sillón y armario pertenecieron al despacho de trabajo en el Ministerio de Interior de Diego Portales Palazuelos (1793-1837), comerciante, político y ministro de Estado. Este juego consiste en un mueble de asiento de una plaza, con tallado en los brazos que terminan en voluta, y sus apoyos con forma de pez, se tapiza con crin de caballo. El armario termina en cornisa y posee su frente cerrado por cuatro portezuelas. Perteneció a Diego Portales y fue regalado por el General García al padre de Juan S. Portales Aldunate, quien lo vendió al Museo Histórico Nacional en 1918. 71 SILLÓN PRESIDENCIAL El Presidente Joaquín Prieto (1831-1841), quién inauguró los decenios presidenciales, se preocupó personalmente de alhajar el Palacio de la Independencia (la antigua Real Audiencia, hoy sede de este museo), tomando como matriz, evidentemente, los espacios de representación virreinales, como también los de la Francia post-napoleónica. Un objeto destacado de este conjunto es el sitial o sillón presidencial, que actualmente se exhibe en el Museo Histórico Nacional, trasladado al Museo por su gran valor patrimonial desde el Palacio de La Moneda, donde estuvo desde 1845 hasta la administración del presidente Jorge Alessandri Rodriguez, quien decidió su traslado. 72 SILLÓN PRESIDENCIAL Anónimo Francia, ca.1832 Madera ensamblada, tallada, dorada y tapizada 156 X 83 cm MHN 3-1311 UN PAR DE ESPEJOS Anónimo Francia, siglo XIX Madera tallada, ensamblada, dorada y pintura sobre vidrio 143 x 73 x 15 cm. MHN 3-1777 MHN 3-1874 UN PAR DE ESPEJOS Estos espejos, denominados Troumeaux, nacen de un diseño basado en la ornamentación de paneles con boiserie, o molduras de tallas de madera cubiertas con ghesso y láminas de oro. De forma rectangular, se compone de dos partes: una superior, con un panel pintado en el que está representado el tema de las cuatro estaciones y del juego al volante, y el inferior con un espejo de forma rectangular flanqueado por dos columnas. Estos espejos ayudaban a proyectar la luz en las estancias. Fueron comprados por el Museo Histórico Nacional en 1914 en un remate del Palacio Mandiola. CAMA MURAL Esta cama mural perteneció a Manuel Blanco Encalada (1790-1876), militar y político que participó activamente en el proceso de independencia. Entre 1852 y 1858 fue ministro chileno plenipotenciario en Francia. Este mueble dedicado al descanso, sólo presenta decoración por un lado, ya que es una cama que se adosa a la pared. Esta realizado en madera chapeada. Presenta un lecho, cuya forma fue muy extendida en el siglo XIX, con la denominación de lit en bateau. De forma rectangular con cabecero y piecero acopetado de la misma altura, y coronado en sus esquinas por urnas neoclásicas. El faldón presenta bordes ondulados y tiene un motivo decorativo central. Donación de Mercedes Villamil. CAMA MURAL Madera tallada, chapeada en caoba y jacarandá con aplicaciones de bronce moldeado y cincelado y dorado 133 x 220 x 134 cm MHN 3-2518 ESCRITORIO CON PUERTA ABATIBLE Anónimo España, primera mitad del siglo XIX Madera de caoba tallada, chapeada y aplicaciones de bronce dorado. 155 X 96 X 44 cm MHN 3-1779 ESCRITORIO CON PUERTAS ABATIBLE Este tipo de mueble corresponde a las topologías provenientes de los modelos Schiftcabinet, tipo de escritorio con tapa abatible, realizados en Holanda en el siglo XVIII. En este caso, vemos un mobiliario español de la primera mitad del siglo XIX, en base a dos cuerpos: el superior en relación a la clásica decoración hispánica del bargueño (escritorio), con incrustaciones de hueso, taraceado y bronces dorados, y el inferior corresponde a un tipo de cómoda de mayor volumen. Perteneció la familia Fernández Iñiguez. El Museo Histórico Nacional lo adquirió en 1984 a la familia Marín Fernández, con fondos legados por Margorie Rodríguez Memorial Found. 79 PIANOLA COSTURERO CON SU JUEGO DE SILLAS Este tipo de mobiliario fue muy frecuente en la segunda mitad del siglo XIX y reúne en un mismo mueble una pianola y una mesa de labores, a fin de satisfacer el entretenimiento y las labores propias del género femenino en esta época. Esta pianola costurero corresponde a un conjunto compuestos por un juego de sillas de la misma factura. Fue comprado a Jorge Carroza en 1979. Las sillas de una plaza, realizadas en madera tallada, tienen respaldo acucharado con pala central de jarrón calado y con decoración dorada. El asiento está henchido y pespunteado, y su falda, al igual que el respaldo y patas delanteras, está decorada con motivos vegetales en dorado. Éstas últimas son de perfil eseado mientras que las traseras son rectas. 80 PIANOLA COSTURERO CON SU JUEGO DE SILLAS Anónimo, segunda mitad del siglo XIX PIANOLA COSTURERO Madera tallada, ebonizada y policromada 75,5 X 74,5 X 52 cm. MHN 3-1917 SILLAS Madera tallado, ebonizado, policromado, henchido, ensamblado y tapizado. 85 X 41 X 45 cm MHN 3-1915, MHN 3-1913 MESA ESCRITORIO Y SILLÓN ca. 1850 MESA ESCRITORIO Madera caoba 78,5 X 170 X 115 cm MHN 3-1906 SILLÓN Caoba y tela. Talla, tapizado 88 X 49 X 42.5 cm MHN 3-1907 MESA ESCRITORIO Y SILLÓN Si bien es cierto la mesa de escritorio se configuró a partir del siglo XVII, fue en el siglo XVIII donde se desarrolló como un mueble de representación, en especial en el contexto monárquico. En el siglo XIX se hizo masiva y se convirtió en un mobiliario asociado a la labor tanto oficial como privada en la biblioteca de la casa. Esta mesa escritorio y silla pertenecieron a José Victorino Lastarria Santander (1817-1888) siendo legadas por las Srtas. Lastarria Villarreal. 83 MESA DE PANTALLA A fines del siglo XVIII, se comenzaron a utilizar muebles más fáciles de trasladar y que cumplieran diferentes funciones, por lo que comenzó a ser popular en las elites un tipo de mesa abatible, cuya cubierta podía situarse en posición vertical mostrando una decoración o motivo artístico, realizada en papiermâché, el que fue introducido en Europa en el siglo XVII, o en este caso con la técnica de burgauté, una laca con aplicaciones de madre perla o nácar, técnica proveniente de Asia. En la superficie se representa una escena de la Sagrada Familia que descansa sobre un soporte con torneado de balaustre y terminado en tres patas de perfil galbeado, a modo de trípode. 84 MESA DE PANTALLA Siglo XIX. Madera, pigmentos, nácar, tallado, torneado, ebonizado, policromado, lacado. 72 x 60 cm MHN 3-1890 ESCRITORIO Anónimo Segunda mitad del siglo XIX Madera de jacarandá tallada 170 X 148 X 80 cm MHN 3-1846 ESCRITORIO Escritorio que perteneció a Andrés Bello López (1781-1865), nacido en Caracas. Fue un poeta, filósofo, jurista y ensayista, primer rector de la Universidad de Chile. Se trata de un buró de biblioteca compuesto por dos cuerpos. El cuerpo superior, el cual está rematado por una cornisa, consta de tres compartimentos cerrados por puertas en cuyo interior contienen a su vez compartimentos de menor tamaño. Por el exterior, las puertas de cerramiento están flanqueadas por semi-columnas salomónicas talladas. El cuerpo inferior es más amplio para dar espacio al plano de escritura. 87 CHIFFONNIER El chiffonnier se creó como un mueble de dormitorio, con siete cajones, cada uno para el día de semana. Mueble que arranca de la cómoda, chapeado en caoba con aplicaciones de bronce, con un cajón central posee el frente abatible, el cual se acerca y se confunde con el concepto de secrétaire, término francés con el cual se conoce habitualmente este tipo de mueble .Ya en uso desde el siglo XVIII, se asemeja a la cómoda pero está presente en los dormitorios ya a mediados del siglo XVIII. Sufre cambios con al llegada del estilo imperio, haciendo de forma de paralelepípedo regular alto, con una parte superior coronada, con una losa de mármolSecreter de batiente. Legado al Museo Histórico nacional por Blanca Luz María Luisa de Toro Fierro en 2004. 88 CHIFFONNIER Anónimo Francia, mediados del siglo XIX Madera tallada, ensamblada, lacada con aplicaciones de broncey cubierta de mármol 126 x 72cm. MHN 3-31118 LIBRERO GIRATORIO Anónimo ca. 1920 Madera de caoba tallada, ensamblada, chapeada. 80 X 49 X 49 cm MHN 3-2205 LIBRERO GIRATORIO Benjamin Crosby, en 1808, presentó su proyecto de librería giratoria para obtener la patente de fabricación. Modelo destinado al ahorro de espacio, motivado por la revolución industrial, donde el estilo de los muebles se hizo más funcional. Posteriormente, el norteamericano John Danner en 1876 crea el modelo de un estante de cuatro caras que pudiera rotar sobre su propio eje, el que fue presentado en la Exposición Internacional de París en 1878. Esta librería fue parte del mobiliario utilizado por el Presidente Arturo Alessandri Palma, donado en 1982 por Juanita Izquierdo de Alessandri. 91 SITIAL S illón tipo sitial que le fue regalado por el Frente Popular de la ciudad de Antofagasta, al recién electo Pedro Aguirre Cerda como presidente de la república. Una pieza que tiene como finalidad la representación del cargo político a través del volumen del mueble, utilizando la verticalidad del gran respaldo del sitial que contrasta con las curvas suaves de los brazos, donde la tapicería juega un rol relevante, tanto como la madera trabajada para conseguir ondulaciones, con la aplicación de elementos metálicos que revelan su filiación con el estilo Art Deco, que en Chile se hizo masivo en la década de 1930. 92 SITIAL Chile, ca.1938 Madera ensamblada, metal y tela 167 x 74 x 72 cm MHN 3-2369 CITAS 1 Citado por Bachelard, 1965, pp.113-114. Se agradece a Carolina González, restauradora y conservadora del Museo Histórico Nacional, por habernos recordado este texto fundamental. 2 Aguiló, 2002, p.271. 3 Poe, 2012, p.15. 4 En el año 2005, se definió a través de las políticas de colección del Museo Histórico Nacional (Política de colecciones del Museo Histórico Nacional), un ordenamiento de las colecciones, a fin de que esto ayudara a su documentación, Alegría et al, 2005. En el año 2010, se realizó una propuesta de catálogo razonado de las colecciones de mobiliarios del Museo como parte del Seminario de título, para la obtención de la Licenciatura en Historia del Arte de la Universidad Internacional SEK, de la que se recogen algunos parámetros descriptivos, ver en Mújica, 2011. 5 Bachelard, 1965, pp.120-121 6 Aguiló, 2002, p.282. 7 Popularmente a este tipo de mobiliario se le denominó Bargueño, término utilizado por primera vez por Juan Facundo Riaño, en el catalogo de objetos artísticos españoles del Museo Victoria and Albert en 1872. El término fue admitido en 1897 por Davillier y Miguel y Badía, apareciendo en el Diccionario de la Real Academia, en su versión de 1914. El término provenía de una denominación que Domenech y Pérez Bueno propusieron al afirmar que este mueble provenía del pueblo de Bargas en Toledo, o de un ebanista de apellido Vargas, afirmaciones que no son correctas. En op. cit., p.287. 8 Villegas de Aneiva, 2003, p.142. 9 Fontecilla, 1939, p.48. 10 Diccionario, 1780, p.92. 11 Fontecilla, 1939, p. 50. 12 El trabajo de los cordobanes, denominación que proviene de la ciudad de Córdoba, la cual fue un centro productor desde la dominación árabe, Fontecilla, 1942, pp. 61-82. Durante los siglos de dominación árabe en la península, se generó un arte del cuero excepcional, donde los cueros se preparaban, se curtían, teñían y doraban, Aguiló, 2002, p.346. Desde la Edad Media se utilizó el cordobán para forrar arcas, baúles y arquillas, trabajo denominado encorados, a lo que se sumó el trabajo de los guadamacileros, quienes pintaban el cuero. 13 Pereira, 1965, p.56. Márquez de la Plata, 2009, p.163, Fontecilla, 1942, Carreño; Bomchil, 2011, p.316. 14 Aguiló, 2002, p.286. 94 Villegas de Aneiva, 2003, p. 142. Aguiló, 2002, p.294. 17 Citado por Pereira, 1965.p. 19. 18 Márquez de la Plata, 2009, p.157. 19 Graham, 2005, p. 110 20 Retamal Ávila, 2000, p.282. 21 Johnston, 1997, p.24. 22 Graham, 2005, p. 38. 23 Carreño; Bomchil, 2011, p.315. 24 Realizados en armazón de madera labrada, se utilizaba en su confección el cuero para el asiento y respaldo. El tema del cuero aplicado a las sillas, como también a los cofres de madera recubiertos con cueros que se pintaban y repujaban mediante la técnica del labrado en cuero, la que consiste en humedecerlo, prensarlo con moldes y aplicar calor en la superficie para endurecerlo, el diseño era también labrado y repujado para después policromarlo. Realizadas en madera de jacarandá, caoba, nogal entre otras. Fontecilla, 1942, pp. 61-82. 25 Aguiló, 2002, p.298. 26 Rodriguez, 2000, p.49. 27 La denominación estilo reina Ana proviene de Ana, hija de Jaime II, quien heredó el trono de Inglaterra en 1702, después de la muerte de su hermana María II. En el caso de los muebles, son de estilo sobrio, utilizando el chapeado y marquetería con maderas exóticas, como la caoba. También se usó el lacado oriental, y en términos de formas, se utilizó la venera y las patas con término en claw and ball (de garra y bola). 28 Cruz, 1995, p. 314. 29 Parissie, 2007, p.53. 30 Thomas Chippendale (1718-1779) mueblista y ebanista inglés, quien creó un estilo de mueble destinado a la aristocracia, el que fue popularizado. Su estilo representa las tendencias de la segunda mitad del siglo XVIII, que van desde el rococó hasta el comienzo del neoclásico. 31 George Hepplewhite (1727,aprox.-1786), fabricante inglés de sillas y armarios, fueron muy populares dentro de la sociedad inglesa entre 1775 a 1800. 32 Thomas Sheraton (1751-1806), ebanista inglés, sus diseños y muebles estuvieron de moda entre 1790 y comienzos del siglo XIX. Sus diseños se basan en la arquitectura clásica. 33 Brandão, 2010, p. 84. 34 Pereira, 1965. p. 280. 15 16 95 Pérez Rosales, 2007, p. 31. Carreño; Bomchil, 2011, p.330. 37 Idem. 38 Zapiola, 1974, p. 240. Citado también en Valencia, 1974, p.111. 39 Valencia, 1974,p. 112. 40 Idem. 41 Graham, 2005,, p. 107. 42 Valencia, 1974, pp. 113-114. 43 Graham, 2005, p. 13. 44 Hall, 1906, p. 26. Basil Hall, Extracts from a Journal: Written on the Coasts of Chili, Peru, and Mexico, publicado en Londres en 1827.Impreso en Londres por Constable&Cº. La versión en español es la traducida por Federico Gana C. llamada Estracto de un diario de viaje a Chile, Perú i Méjico: en los años 1820, 1821, 1822 / por el Capitán Basilio Hall, Universitaria, Santiago de Chile, 1906. 45 Haig, 1917, p. 58. Samuel Haig1831 con el nombre de Sketches of Buenos Aires and Chile .Publicadas en Londres en 1831, por James Carpenter& Son, los capítulos que se refieren a Chile fueron traducidos por Alfredo Ovalle y Félix Nieto y publicados con el título Viaje a Chile durante la época de la Independencia, Imprenta Universitaria, Santiago de Chile, 1917. 46 Blest, 1969, p. 18. 47 Op. cit., p. 25. 48 Bianco, 1998, p. 69. 49 Parissie, 2007, p.94. 50 Op. cit., p.101. 51 Poe, 2012, p.27. 52 Op. cit., pp.89-90. 53 Op. cit., p.51. 54 González, 2003, p.187. 55 Walter Benjamin, París, citado en Poe, 2012, p 58. 35 36 96 BIBLIOGRAFÍA Aguiló, María Paz. “Mobiliarios”, en Antonio Bonet Correa (coordinador): Historia de las Artes Aplicadas e industriales en España, Manuales de Arte Cátedra, Madrid, 2002. Alegría et al. Política de colecciones del Museo Histórico Nacional, Museo Histórico Nacional, Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Santiago de Chile, 2005. Bachelard, Gastón. 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The selection of thirty pieces of furniture for this catalog intends to provide the public with a glimpse of the collection as a kind of tour of furniture development in our country, from the time of the Viceroyalty until the first decades of the 20th century. To view these objects that have and still do occupy the space of our lives, constitutes an exercise in the appreciation of artisanal craft, which has been in large part anonymous. 99 Colecciones del Museo Histórico Nacional 100