"DERECHOS CONSTITUCIONALES DE LA INFANCIA" Ponencia presentada por la Prof. Norma Paz de Henríquez, en el Foro Los Derechos Constitucionales de la Infancia. Uno de los recursos naturales más valiosos, de los que dispone una sociedad, son, sin duda alguna, los niños y adolescentes, quienes forman parte del tesoro potencial de un país, ya que ellos constituyen la próxima generación de adultos a quienes les corresponderá garantizar la supervivencia de la propia sociedad. Si no hay una efectiva protección a la infancia, sería nugatorio cualquier intento de desarrollo del hombre, paso fundamental hacia el progreso de la humanidad; a fin de lograr esta protección, en los últimos tiempos han operado manifestaciones a nivel mundial, logrando que Instituciones Internacionales, constituciones, legislaciones, así como Organizaciones no Gubernamentales y autoridades responsables, se hayan preocupado y destinado importantes recursos para mejorar las condiciones de crecimiento y desarrollo de este sector trascendental de la población. En aras de su protección integral, los derechos de la infancia y adolescentes se extienden a los otorgados a todos los seres humanos en general, solo que deben tomarse en consideración, las necesidades particulares de estos pequeños ciudadanos y ciudadanas, esencialmente dependientes y en proceso de desarrollo. Nuestra Constitución de 1999, garantiza una serie de derechos propios de las niñas, niños y adolescentes, desde la protección de la familia, que los beneficia indirectamente en su desarrollo integral, hasta la protección de la maternidad y paternidad, pasando por normas referidas a la salud, educación y cultura; facultades éstas que han sido reconocidas expresamente por el Constituyente del 99, que inspirado en el principio de la corresponsabilidad compromete al Estado, a la sociedad y a la familia a proveer y coadyuvar en este cometido. Todo ello permite clasificar los derechos de la infancia y adolescentes, de la misma manera que los derechos otorgados a los ciudadanos, con la sola excepción de los derechos políticos. Por lo que los niños, niñas y adolescentes gozan de: Derechos Civiles: tales como el derecho a la vida, a la integridad física, psíquica y moral, a tener un nombre, al apellido del padre y de la madre, a la nacionalidad, a conocer su propia identidad, a recibir una información adecuada para su desarrollo integral, estos derechos individuales, los recoge y amplía la nueva Constitución, con base a una regulación progresiva, que establece normas y principios contenidos en tratados internaciones suscritos y ratificados por la República, en materia de derechos humanos. Derechos Sociales: los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a vivir, ser criados y a desarrollarse en el seno de su familia de origen, si ello es imposible o contrario a su interés superior, tienen el derecho a una familia sustituta de acuerdo a la ley; el derecho a una seguridad social con el nivel más alto alcanzable de salud, con acceso a los servicios médicos gratuitos, el derecho de los niños discapacitados a una atención especial, derecho a la protección de cualquier tipo de explotación o abuso sexual y el derecho a alcanzar una ciudadanía progresiva para los jóvenes y las jóvenes. Derechos Económicos: constituidos por una seguridad social que asegure a las niñas, niños y adolescentes su desarrollo integral, el derecho que tienen los jóvenes y las jóvenes de ser sujetos activos del proceso de desarrollo, estimulando su tránsito productivo hacia la vida adulta y capacitándolos para acceder a su primer empleo. Derechos Culturales: significa que tienen el derecho humano a una educación integral de calidad, permanente, orientada al desarrollo pleno de la personalidad, sin más limitaciones que sus aptitudes, vocación y aspiraciones; gratuita desde el maternal hasta el pregrado universitario. Derecho a una legislación que consagre la autonomía de la administración cultural, el derecho a la información cultural con la difusión de los valores y aportes de los creadores venezolanos. También tienen derecho a practicar actividades deportivas, recreativas y educación física. Estos derechos consolidan las demandas sociales, jurídicas, políticas, económicas y culturales de la sociedad, en un momento histórico en que los venezolanos y venezolanas participan como actores principales en la construcción de un nuevo país, que necesita fortalecer el Estado de Derecho, a fin de lograr la tutela plena e igualitaria de los derechos humanos y de las garantías constitucionales, para poder avanzar en el camino que se ha de recorrer, y generar una cultura nueva que los reconozca y satisfaga de una manera integral, pero no escapa a nuestra inteligencia que la vigencia de estos derechos está determinada por las condiciones económicas, sociales, culturales, civiles y políticas, que a menudo se presentan adversas, debido a la pobreza, el desempleo, las enfermedades, la inseguridad, la violencia, la injusticia social, actualmente, según afirmaciones del Director de la Asociación Civil INCECarabobo, Pedro Escalante, ha aumentado el número de jóvenes que abandonan las escuelas y liceos, debido a dificultades económicas y el 50% de la población joven que vive en áreas extra urbanas no ha concluido el sexto grado, por lo que nos enfrentamos a una evidencia: los derechos de la infancia y de los adolescentes son una verdad a medias; es necesario perseverar en la búsqueda de soluciones para mejorar dichas condiciones, a fin de que se permita hacer una realidad la efectiva aplicación de las normas vigentes. No quisiera concluir sin recordar a nuestro Miguel Otero Silva, con su poema Niño Campesino, que en su última estrofa dice: "... por los niños poetas, por los niños pintores por los niños artistas que nacen en las chozas de mi tierra y se quedan mirando los barrancos para toda la vida. Por la obra que nunca ha de nacer, porque están en el mundo con las manos cortadas esos niños terrosos de las chozas marchitas..." Debemos tomar conciencia que es responsabilidad de todos, hacer que estos venezolanos, artistas potenciales, en cuyas manos está el futuro de nuestra patria, se les brinde el apoyo necesario para canalizar sus aptitudes y de esta manera contribuir a que los ciudadanos del porvenir logren su desarrollo integral con equidad y justicia social. DERECHOS DE LOS INMIGRANTES EN VENEZUELA Ponencia presentada por la Prof. Norma Paz de Henríquez -Con Motivo del Día del Inmigrante en la Parroquia San Antonio Constituye para mi una gran satisfacción el haber sido honrada con esta invitación para compartir con ustedes esta importante fecha, lo cual agradezco. Abordaré los derechos de los inmigrantes en la nueva Constitución Venezolana de 1.999, para lo cual creo conveniente comenzar con delimitar los términos de emigrante e inmigrante. Se considera emigrante a cada ciudadano que sale de su patria con miras de trabajo, acompaña o va a reunirse con su cónyuge, ascendientes o descendientes, tíos, sobrinos o allegados en el mismo grado, emigrantes o ya emigrados con idénticos fines. Mientras que inmigrante es quien entra a un país con miras de trabajo, o para acompañar o reunirse a su cónyuge, ascendientes o descendientes, tíos, sobrinos o allegados en el mismo grado inmigrantes o ya inmigrados con idénticos fines. Es la Organización Internacional del Trabajo, la que primero utiliza el término "migración" comprendiendo a los dos fenómenos. El doctor Luis Esguerra Camargo, después de hacer un estudio sobre la terminología de los diccionarios, se refiere a la conveniencia de utilizar "migración" como comprensivo de "emigración" o "inmigración", pero entiende que no debe comprender a los fugitivos, desterrados, expatriados, expulsados, repatriados, viajeros, turistas y similares. Nuestra Constitución actual de 1.999, no prevé un capítulo aparte para las Colonias de inmigrantes radicadas en Venezuela, arraigadas de tal manera a esta tierra, aportando dividendos a nuestra economía con sus empresas y trabajo tesonero que día a día no solo han contribuido al mejoramiento efectivo de la economía venezolana, sino que su aporte en las costumbres y culturas han convertido este espacio en pluricultural, gracias a los esfuerzos de tanta gente de buena voluntad que escogió a nuestro país como su segunda patria y aquí nacieron y se educaron sus hijos, comenzando así una nueva generación de venezolanos. La Constitución actual de 1.999, en los ordinales l ° y 2° del artículo 21 del C.R.B.V, mantiene el principio de igualdad para todas las personas en este sentido no se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, c sexo, el credo, la condición social o aquellas que, en general, tengan por objeto o resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad, de los derechos y libertades de toda persona, y 1 Ley garantizará las condiciones jurídicas y administrativas para que la igualdad ante la ley sea real y efectiva. Podemos afirmar que los extranjeros gozan en Venezuela de todos los derechos civiles y del territorio de la Nación en el que pueden ejercer s industria y comercio, poseer bienes inmuebles, comprarlos y enajenarlo: ejercer libremente su culto; testar, casarse conforme a nuestras leyes. En cuanto a los derechos políticos, estos son reconocidos para se ejercidos por los extranjeros, pero con ciertas limitaciones, ya que estos son privativos de los venezolanos y venezolanas por nacimiento, salvo las excepciones establecidas en la Constitución. Se equiparan a los venezolanos y venezolanas por nacimiento, a aquellos venezolanos y venezolanas por naturalización que hayan ingresado , país antes de cumplir los siete años de edad y residido en él permanentemente hasta alcanzar la mayoridad (art. 40 C.R.B.V); estableciéndose así un igualdad absoluta entre los venezolanos y venezolanas por nacimiento y lo venezolanos por naturalización. También se le da la posibilidad a los venezolanos y venezolanas por naturalización para ejercer los cargos de Diputados o Diputadas a la Asamblea Nacional, Ministros o Ministras, Gobernadores o Gobernadoras, Alcaldes o Alcaldesas de Estados no fronterizos con la condición de tener su domicilio con residencia ininterrumpida en Venezuela durante un período n menor de quince (15) años y cumplir con los requisitos de aptitud previsto en la ley. En lo que respecta a la facultad de elegir, el artículo 64 de la C.R.B.V en su segundo párrafo, extiende este derecho a los extranjeros y extranjera que hayan cumplido dieciocho años de edad con más de diez años de residencia en el país, para las elecciones parroquiales, municipales y estadales; con las limitaciones establecidas en la Constitución y en la ley, y que n están sujetos a interdicción civil o inhabilitación política. Los electores y electoras tienen derecho a que sus representantes rindan cuentas públicas, transparentes y periódicas sobre su gestión, de acuerdo con el programa presentado (art. 66 C.R.B.V). Este derecho corresponde, por supuesto, a los extranjeros que sufragaron para las elecciones parroquiales, municipales y estadales. Dentro de los derechos políticos considerados por el Constituyente del 99, que son privativos de los venezolanos y venezolanas, no fue incluido el relativo al desempeño de funciones públicas, lo que le permitirá al legislador, al elaborar el Estatuto de la Función Pública, previsto en el artículo 144 C.R.B.V, incluir normas para el ingreso de los extranjeros y extranjeras en las funciones públicas, esto en virtud del derecho de igualdad ante la ley. Estos principios contenidos en el texto Constitucional van a ser desarrollados por la ley, siendo competencia del Poder Público Nacional, la legislación en materia de inmigración (art. 156, ord. 32 C.R.B.V). El texto Constitucional de 1.999, omite cualquier regulación específica referida al régimen de los extranjeros, reserva el ejercicio de los derechos políticos a los venezolanos, salvo las excepciones antes mencionadas, contenidas en la propia Constitución. Con respecto a la adquisición de la nacionalidad venezolana, el artículo 33 de la C.R.B.V señala que son venezolanos y venezolanas por naturalización: 1. Los extranjeros o extranjeras que obtengan carta de naturaleza: A tal fin, deberán tener domicilio en Venezuela con residencia ininterrumpida de, por lo menos, diez años inmediatamente anteriores a la fecha de la respectiva solicitud. El tiempo de residencia se reducirá a cinco años en el caso de aquellos y aquellas que tuvieren la nacionalidad originaria de España, Portugal, Italia, países latinoamericanos y del Caribe. 2. Los extranjeros o extranjeras que contraigan matrimonio con venezolanas o venezolanos desde que declaren su voluntad de serlo, transcurridos por lo menos cinco años a partir de la fecha del matrimonio. 3. Los extranjeros o extranjeras menores de edad para la fecha de la naturalización del padre o de la madre que ejerza sobre ellos la patria potestad, siempre que declaren su voluntad de ser venezolanos o 'venezolanas antes de cumplir los veintiún años de edad y hayan residido en Venezuela, ininterrumpidamente, durante los cinco años anteriores a dicha declaración. Derechos de Los Inmigrantes en Venezuela. Establece igualmente en su artículo 37 que: El Estado promoverá la celebración de tratados internacionales en materia de nacionalidad, especialmente con los Estados fronterizos y los señalados en el numeral 1° del artículo 33 de esta Constitución. Esta materia será regulada por una ley especial que dictará las normas sustantivas y procesales relacionadas con la adquisición, opción renuncia y recuperación de la nacionalidad venezolana, así como con la revocación y nulidad de la naturalización (artículo 38 C.R.B.V); pero mientras se dicta esta ley la disposición transitoria segunda prevé que: se considerarán con domicilio en Venezuela los extranjeros que habiendo ingresado y permanecido legalmente en el territorio nacional, hayan declarado su intención de permanecer en el país, tengan medios lícitos de vida y hayan residido en Venezuela ininterrumpidamente durante dos años. Otra innovación constitucional del régimen de la nacionalidad, es el de la admisión de la doble nacionalidad, es decir, que los venezolanos y venezolanas, sea por nacimiento o por naturalización, puedan tener otra nacionalidad sin perder la venezolana. Este principio, consagrado en el artículo 34 al prescribir que "la nacionalidad venezolana no se pierde al optar o adquirir otra nacionalidad", cambia radicalmente el régimen anterior. Esta tierra venezolana, madre generosa y buena, en la que queremos y conocemos la libertad de las personas, de la palabra, de la acción, de adorar al Dios de nuestras creencias, se honra de estas colonias radicadas en ella, especialmente la italiana, la española y la portuguesa, que por su magnitud han influido en la vida cotidiana integrándose a nuestra sociedad, y viniendo de esos países desarrollados coinciden con el nuestro en el sentimiento que emerge de sus corazones, que no es otro que un deseo sincero de paz y de solidaridad que nos une como una sola familia.