Matías Lagaña Blasco. Ortografía de la fachada sur del brazo del crucero de la Catedral de León, según se hallaba antes del 7 de octubre de 1861. Proyecto de reconstrucción de la fachada meridional. León, 20 de noviembre de 1863. Escuela Superior de Arquitectura de Madrid. Matías Laviña Blasco. Ortografía de la fachada sur de la Catedral de León (brazo del crucero) que se propone para su reconstrucción en noviembre de 1863. Proyecto de reconstrucción de la fachada meridional. León, 20 de noviembre de 1863. Escuela Superior de Arquitectura de Madrid. [Fotos: Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid]. demia para explicar detalladamente las razones que le indujeron a rechazar el "frontón" triangular. Matías Laviña se excusó por motivos de salud y escribió una carta a Peyronnet en la que insistió en que el perfil horizontal resuelto con una galería abierta era el más indicado "para establecer un tránsito continuado en toda la coronación de la fábrica que quedaba interrumpido en ambos frontones". La Academia se vio obligada a rechazar el proyecto de Matías Laviña: "el Arquitecto Director deberá, pues, hacer en concepto de la Academia, un nuevo trazado... donde evite con el mayor cuidado la falta de unidad artística que demuestran los dos trabajos". Matías Laviña cuando recibió esta resolución de la Academia tenía ya sumamente debilitadas sus fuerzas y, en los dos años que aún permaneció al frente de las obras, se vio i mpotente para rehacer el proyecto de fachada meridional. Las indicaciones de la Academia serían retomadas años después por Juan de Madrazo que, a lo largo de tres proyectos de reconstrucción, cumplimentó con destacado acierto las pautas señaladas en el informe. El rechazo del proyecto de Matías Laviña para la fachada meridional, debido a esa "falta de unidad" señalada por la Academia, era el más claro reconocimiento de la incapacidad del anciano "arquitecto del antiguo sistema" para discernir y encerrar en una unidad conceptual la arquitectura gótica. La obra más perdurable de Matías Laviña en la Catedral de León quedó paradójicamente identificada con las arriesgadas y diestramente gobernadas operaciones de derribos y desmontes. Así fue señalado por los autores posteriores que detectaron las contradicciones de los proyectos y obras de Matías Laviña. Vicente Lampérez y Romea, célebre medievalista formado en la catedral leonesa como ayudante de su suegro Demetrio de los Ríos, evaluaba en este sentido la contribución de Matías Laviña: "la verdadera importancia de los trabajos de Laviña en la restauración de la catedral leonesa consiste en las demoliciones que efectuó, dejando el campo preparado para empresas más gloriosas". El intento de reconstruir la cúpula en el crucero del templo y los anacronismos y desajustes funcionales de su proyecto de remate de la fachada meridional no pudieron ser pasados por alto por la Academia de San Fernando. En cuanto al futuro del edificio, la actividad de Matías Laviña fue crucial; el arquitecto aragonés, como hemos visto, recibió el edificio en un estado sumamente delicado y grave. El detallado análisis de las causas de su ruina y el proceso de desmontes fueron las facetas en las que Laviña se mostró más certero, demostrando sus dotes de "laborioso y observador arquitecto", como reconoció Lázaro. Los derribos, pese a ser sumamente polémicos y fuertemente criticados por un historiador como Street, fueron una decisión radical, profundamente meditada, que no ha de ser enjuiciada a la ligera, sino solamente a la luz de detallados exámenes y demostración de la inestabilidad del edificio efectuados por el concienzudo Matías Laviña. La Catedral de León, tras los desmontes, iniciaba una nueva etapa de reconstrucción: el desbaratamiento de las condiciones de equilibrio del edificio extendió la alarma de ruina entre los medios facultativos y populares. Sería Juan de Madrazo quien se encargase de atajar esa descomposición progresiva del edificio con su proyecto de encimbrado aplicado a las bóvedas y elementos activos de la Catedral de León. La flecha neogótica de Demetrio de los Ríos Una vez desestimada la pretensión de Matías Laviña de volver a erigir una cúpula en el crucero de la Catedral de León, la actividad se concentró en evitar la ruina del edificio y proceder a la reconstrucción de lo desmontado y la restauración de los numerosos elementos deteriorados, tareas que ocuparon dos décadas de intensa actividad. Pero el tema del crucero no quedó cerrado. Varios años más tarde de estos acontecimientos, una vez asegurada la estabilidad de la Catedral de León, el arquitecto Demetrio de los Ríos volvió a insistir sobre la posibilidad de elevar una torre o flecha sobre el crucero de la Catedral de León. Este "pensamiento de remate monumental sobre la gran bóve- 68