Problemática empresarial y social en el Valle del Ebro Una mirada al futuro PROBLEMÁTICA EMPRESARIAL Y SOCIAL EN EL VALLE DEL EBRO El Valle del Ebro como espacio socioeconómico. Introducción Las comunidades de Aragón, La Rioja y Navarra, configuran uno de los espacios socioeconómicos más relevantes de España, y constituyen el denominado corredor del Ebro, no sólo por compartir el curso del citado río, sino también porque estas regiones presentan rasgos muy similares entre sí, a la vez que peculiares respecto a los del conjunto de la nación. Así, el proceso de concentración demográfico ha dejado a la mitad de la población del Valle del Ebro asentada en las capitales de provincia, tasa que supera con creces el porcentaje nacional que únicamente supone el 33%. La asimetría en la localización de la población se deja notar asimismo sobre las características de ésta, manifestando, por ejemplo, tasas de envejecimiento sensiblemente más acentuadas que en el conjunto de España. Esta dualidad demográfica que se traslada igualmente al campo económico –valle-montaña- tiene efectos inmediatos sobre la organización de la actividad productiva pero indiscutiblemente también sobre la planificación de políticas económicas o sociales, la resolución de decisiones referentes a infraestructuras o, simplemente, sobre los planes de inversión empresarial. El Valle representa actualmente el 5,6% de la producción de bienes y servicios nacional con únicamente el 4,9% de su población. Esto primeramente nos sugiere que el área es un territorio ampliamente productivo. Pero la posición de esta región en España es de paulatina decadencia, quizá más en el terreno demográfico que económico, puesto que a comienzos del siglo XX las tasas se solidificaban en el 7,6% y 7,8%, respectivamente. Quizá las infraestructuras, al igual que la fisonomía demográfica han contribuido a materializar esta estampa. Las infraestructuras, después, tal vez, del factor humano, son el elemento vertebrador por excelencia potenciando ventajas competitivas o generando sinergias; de modo, que un déficit en infraestructuras supone un freno forzoso al desarrollo regional. Los análisis económicos acostumbran a juzgar las decisiones en infraestructuras en términos de análisis de costes y beneficios; es decir, evaluando los retornos de la inversión. El manejo extremo de esta estrategia puede llegar a la fatal paradoja de que el grado de concentración demográfica todavía resulta muy primitivo o que no resulta productiva la localización de nuevas infraestructuras económicas en comunidades como la riojana. La inclusión de España en una comunidad como la europea con elevados estándares de vida ha contribuido a que, por ejemplo, en Aragón, el PIB crezca 0,55 puntos porcentuales durante el periodo 1994-1999 y se estima que 0,34 puntos para el espacio 2000-2006 frente al escenario sin ayudas comunitarias. La convergencia con estos países significa pasar de ser receptores netos de ayuda a ser líderes en crecimiento mundial con lo que supone todo esto: guías en el desarrollo tecnológico, en la promoción de nuevas áreas económicas o responsables últimos del desarrollo mundial. El Valle como centro neurálgico de actividad económica nacional debe hacerse cargo de estas nuevas responsabilidades e intentar mitigar urgentemente todas sus debilidades. Motores de Crecimiento Al querer profundizar en el estudio de la problemática empresarial y social del Valle del Ebro, parece obligado acudir al análisis de los motores de crecimiento que la teoría económica considera más relevantes, y así nos topamos entre otros con la dotación de capital y su evolución a través del componente inversor, el grado de apertura de las economías y, cómo no, el estado tecnológico en el que, paralelamente, el grado de formación del capital humano supone un componente esencial. Dotación de Capital Comenzando por la primera de las variables, efectivamente podemos deducir que el sostenido avance de la economía española, y también concretamente del área que nos ocupa, se debe en buena medida a las cifras de capitalización de estas economías, que partiendo, eso sí, de niveles exiguos han experimentado crecimientos con tasas medias anuales del 4,2% y 4,1% respectivamente durante los últimos cuarenta años, y que están detrás también del meritorio proceso de convergencia con Europa. En este sentido, el proceso desagrarizador, comenzado años atrás, parece que ha alcanzado su suelo, al menos, en comunidades como la Navarra. La instauración tecnológica ha posibilitado que cada vez se precise menos mano de obra directa (no así, indirectamente) y simultáneamente optimizar la utilización de medios productivos: desde el suelo al agua. El resultado final actual es un sector altamente productivo, superando incluso, en regiones como la riojana, la productividad de fuentes inagotables de ésta como la del sector industrial. La composición del stock de capital a comienzos del siglo XXI no tiene un origen equitativo, ya que el capital privado supone cuatro quintas partes del mismo, y el público el 20% restante tanto en el caso de España como en el caso de nuestras regiones. Si nos centramos en las infraestructuras, principal componente del capital público, la literatura distingue fundamentalmente entre infraestructura productiva y social, reservando para la primera partidas como transportes, obras hidráulicas y estructuras urbanas; y los capítulos de educación y sanidad para las segundas. Tanto en las economías del Valle como en España el peso de lo social ha ido ganando porcentaje de participación en la composición del stock de capital público. Aún así las categorías productivas suponen alrededor de un 84% en el primer caso, y un 60% para el conjunto nacional. Diferencial considerable, que junto a otros factores, puede estar detrás de la mayor productividad registrada frente a los valores nacionales. Existen muy diversas formas de entrar a valorar el nivel de dotación de infraestructuras en las regiones ribereñas comparativamente con el resto de España, en función de si las variables de estudio son unas u otras, pero lo incuestionable es que nuestras infraestructuras han ido perdiendo importancia relativa, pues de suponer alrededor de un 9,8% de la dotación existente en España a mediados de la década de los cincuenta, veinte años más tarde el porcentaje había caído a los 7,5 puntos, y hoy en día nos situamos en cifras cercanas al 6,5%. En lo que a infraestructuras del transporte se refiere, lo cierto es que en el Valle, aparte de la Autovía del Camino que unirá Pamplona con Logroño o la del Pirineo (Pamplona – Jaca – Lérida), no parece que se haya sabido vertebrar el territorio y en menor medida aún, franquear “el muro” de los Pirineos. Las infraestructuras en este sentido se declaran deficientes. Al igual que lo son las ferroviarias a la hora de aproximar el Valle o las infraestructuras relativas al transporte aéreo. Los aeropuertos de Zaragoza, el recientemente inaugurado de Logroño o el de Pamplona únicamente representan el 0,34% del movimiento total de pasajeros en los aeropuertos españoles y el 0,04% de los pasajeros con destino u origen internacional. Así, un área intensamente desarrollada e industrializada debe redirigir sus flujos de mercancías y viajeros hacia otras regiones para poder tener cabida, no solamente, en el contexto mundial, sino incluso, en el nacional. Inversión Extranjera Atenazando también las posibilidades de crecimiento se encuentra la inversión extranjera directa (IED). Sus efectos de arrastre sobre otras actividades productivas y la economía en general no se dejan sentir en el Valle ya que solamente inmoviliza el 4% del total nacional durante la última década frente a comunidades como la madrileña y catalana que absorben conjuntamente el 75% del total. Pero tampoco las empresas de la región están aprovechando la oportunidad que supone la internacionalización de las corporaciones redirigiendo flujos de capital hacia el exterior buscando mercados más dinámicos y potencialmente más atractivos. Con esto último no pretendemos hablar de deslocalización sino, como decimos, de internacionalización empresarial sin renunciar a seguir albergando capital foráneo que suele venir fusionado, en el caso español, con altos niveles tecnológicos. Los últimos datos referentes al año 2004 dejan ver estas carencias: solamente el 0,33% de la inversión extranjera directa del exterior en España se alojó en el Valle y el 0,11% de la IED de España lanzada al exterior procede de esta región. Flujos significativamente inferiores a los que le corresponden en relación a su aportación a la economía española (en el mismo periodo el Valle contribuyó con un 5,5% al Valor Añadido Bruto (VAB) nacional) Grado de apertura En 1986, con la incorporación de España a la entonces Comunidad Europea se produjo el impulso definitivo de consolidación de nuestra democracia, y de apertura de la economía, con la paulatina eliminación de las barreras al libre intercambio de ciudadanos, bienes, servicios y capitales. En posteriores ocasiones, véase la menos lejana integración de España en la Unión Monetaria, hemos ratificado nuestra postura europeísta, lo cual ha facilitado y acelerado la realización de intercambios comerciales y financieros con la zona euro. Repercutiendo, todo ello, en el crecimiento tanto de España en su conjunto, como de la zona del Valle del Ebro, contribuyendo así a la convergencia con la Unión Europea. El Valle del Ebro presenta un elevado grado de apertura en su industria, con un valor superior a la media nacional, aunque la nota discordante es, en lo que a intercambios comerciales se refiere, que las tres comunidades autónomas presentan un elevado grado de concentración en sus exportaciones. El capítulo relativo al automóvil despeña el papel protagonista en Aragón y Navarra, representando el 59,4% y el 49,8% de las exportaciones totales, mientras que en La Rioja su producción vitivinícola se encarga de posicionar las “bebidas, líquidos alcohólicos y vinagre” como la partida que concentra un 21,9% de las mismas. No obstante, esta gran especialización regional no sólo se aprecia en términos de intercambios comerciales, sino que se recoge en la evolución macroeconómica vivida durante estos últimos años en el Valle. De un lado, uno de cada tres euros de crecimiento de nuestro VAB lo explica enteramente el sector industrial. De otro, la agroindustria supone el 14% de las personas ocupadas en la industria generando unas ventas de 6 mil millones de euros (17% del volumen de ventas industriales). Su importancia no solamente reside en la creación de valor sino en el acercamiento de la actividad industrial al entorno rural ayudando al asentamiento demográfico a través de la generación de empleo y su interrelación con los otros sectores productivos, pues son empresas en constante proceso de inversión (la inversión en este sector crece a un ritmo del 12% acumulativo anual durante los dos últimos ejercicios). Intensidad tecnológica Con lo anteriormente expuesto se vislumbra uno de los principales problemas de la industria del área que nos ocupa: el monocultivo industrial. Asimismo, otro lastre lo supone todavía la importancia de la industria tradicional que, aunque con menor peso que en España, continúa contribuyendo a más de un 50% del VAB del sector secundario en el Valle del Ebro. La relevancia de la industria con intensidad tecnológica intermedia y el poco desarrollo de actividades con demanda y contenidos tecnológicos altos, nos ayuda a comprender hacia dónde deberíamos orientar nuestros esfuerzos. Capital humano En la era de la sociedad de la información y del conocimiento, no podemos recorrer el Valle del Ebro sin detenernos a analizar no sólo su población, sino también su capital humano: Por un lado, la incapacidad en el mantenimiento de la población (las provincias de Huesca o Teruel, por ejemplo, actualmente no albergan la población que las poblaba hace un siglo) seguramente explique el retroceso económico. A comienzos del siglo XX la población del Valle ligeramente superaba los 1,4 millones de personas; es decir, ha experimentado un crecimiento de poco más del 50%. Esta tasa se multiplica por 2,5 en el caso español hasta el 136%; indicativo de la pérdida definitiva de efectivos en términos relativos. A esto hay que sumar otro factor condicionante, del presente y futuro, como que todas las provincias muestran índices de envejecimiento superiores al conjunto de España, acentuado este hecho en aquellas provincias que se han mostrado incapaces de retener a su población. La inmigración extranjera, ha supuesto la inyección de 79 mil nuevos efectivos durante la última década en el Valle que parece pequeño si tenemos en cuenta que la llegada de inmigración extranjera procedente del exterior alcanza los 2,5 millones. Sin embargo, existen señales de optimismo: la captación durante el último año, el 2004, ha sido meritoria al hospedar casi el 5% de las llegadas; concretamente, más de 30 mil nuevos habitantes. El lado amable de todo esto es que la instantánea resultante es un mercado laboral con una tasa de paro muy por debajo de la media española e incluso de la europea (5,1% frente al 8,4% nacional). Por otro lado, en las últimas décadas España en su conjunto ha experimentado una mejora del nivel formativo de sus ciudadanos, y tampoco la población ocupada del Valle del Ebro ha escapado a esta tendencia. Así, por ejemplo, más de la mitad de la población de 25 a 34 años tiene estudios superiores en comunidades como la navarra, quedando las otras dos regiones, aragonesa y riojana, por encima de la media española (37%). Asimismo, en gastos en investigación, el 6% del gasto en innovación nacional de las empresas la realizan sociedades del Valle. No obstante, en encuestas recientemente realizadas, las empresas de esta área esgrimen dicho factor como elemento que les resta competitividad en este mercado cada vez más exigente y global. Si establecemos una comparativa del número de ocupaciones por nivel de estudios para 2000 y para 2004, observamos cómo el valle del Ebro destaca, al compararlo con la media española, por un mayor porcentaje de contrataciones a diplomados o equivalentes, y en concreto los casos de Navarra y Aragón, por el también mayor peso de colocación de titulados de grado superior y de los individuos que han cursado formación profesional. Por otro lado, si bien el periodo 1964-1997 se caracterizó por el aumento tanto a nivel nacional como en el área del Valle del Ebro de los trabajadores que al menos habían concluido algún tipo de estudio medio, al comparar 2000 con 2004 nos encontramos con un aumento de las colocaciones tanto de analfabetos como de personas que no han completado los estudios primarios, probablemente derivado del fuerte flujo migratorio de escasa cualificación del que hemos sido receptores en los últimos años. Poder adquisitivo de la población Otros factores que definen la economía de la región, jugando hoy por hoy una importante baza en la localización de actividades productivas, serían: el poder adquisitivo de la población, y por tanto su correlativo potencial en capacidad de compra; su posición geoestratégica, cuyo corredor natural une a los principales mercados del país; y una baja conflictividad laboral entre otros. Síntesis En síntesis, el crecimiento económico experimentado durante los últimos años ha permitido la convergencia –per cápitacon los países de la UE-15. Sin embargo, esta buena referencia oculta que es consecuencia de la pérdida de efectivos humanos y no de la marcha de la economía por encima de la nacional. Así, durante la última década, el Valle del Ebro no ha conseguido alcanzar las tasas de crecimiento acumulativo anual al que ha venido prosperando España (2,9%), aunque la Comunidad Foral de Navarra haya avanzado un 3,1%. La localización excepcional dentro del escenario nacional pero también en el europeo y, por tanto, en el mundial, no se está materializando en rentas de situación. Un factor entorpecedor parece ser las actuales infraestructuras. Aunque los avances, por ejemplo, en infraestructura hidráulica parecen positivos; las comunicaciones son el talón de Aquiles. Sin embargo, en insumos tan importantes para el crecimiento y desarrollo económico de las regiones como el capital humano, ostentamos una patente diferencia. Dicho esto, ¿Cuáles son por tanto las oportunidades y amenazas del Valle del Ebro? OPORTUNIDADES Y AMENAZAS DEL VALLE DEL EBRO Competencia. Necesaria reconversión hacia productos de mayor valor añadido Para empezar señalaremos los efectos de la globalización, fenómeno que se expande a lo largo y ancho del globo terrestre, y nos expone a una mayor competencia, acercándonos simultáneamente a nuevos mercados. El ímpetu de este fenómeno tiene mayor repercusión en las actividades más abiertas a los mercados internacionales. En este sentido, podemos pensar en cómo la alarma del déficit exterior nacional lleva años indicándonos que el turismo internacional de sol y playa vuela a otros destinos más competitivos, resultándole del todo imposible compensar el déficit comercial de la balanza de bienes. ¿Qué hacer por tanto ante semejante reto? La demanda remolona de nuestros principales socios comerciales y la fuerte competencia de los países emergentes, ha propiciado que el país en su conjunto reflexione sobre este asunto, asumiendo de forma unánime, que los productos de bajo coste son una apuesta sin futuro. Por lo que nuestra única salida es aquella que nos conduce hacia una estructura productiva reconvertida, en la que los productos de mayor valor añadido se disputan las más elevadas consideraciones. Sin embargo, y por desgracia, este cambio de modelo de crecimiento no se realiza con la facilidad del que cierra una puerta, la del crecimiento sustentado mayoritariamente en la creación de empleo, para abrir otra, la de la economía del conocimiento y los productos de alto valor añadido. Para ello todos los agentes económicos hemos de implicarnos, desde los empresarios, a los gobiernos, pasando por los trabajadores. Es más, ante la existencia de estructuras industriales tan homogéneas y complementarias deberíamos abordar cualquier tipo de estrategia –no solamente en el ámbito público- desde un punto de vista supraregional. La estructura productiva industrial aragonesa y navarra, por ejemplo, son idénticas; al igual que la riojana, aunque en menor medida por el gran peso en esta última del sector agroalimentario. Los clusters de la automoción o de la agroindustria deben abordarse desde la perspectiva de una gran área económica, el Valle, donde prime la cooperación entre los diferentes actores autonómicos. Administración La dirección a seguir es la de la productividad, por lo que nos sentimos en la obligación de instar a nuestros dirigentes, pertenezcan al ámbito administrativo que pertenezcan, a diseñar con la máxima diligencia la mejor estrategia de desarrollo, que con toda certeza habrá de sustentarse en una combinación de políticas de rentas, de apoyo a la I+D+I, de formación de los trabajadores o de mejora de infraestructuras. En este sentido, nuestros representantes políticos, no han de permitir que nuestros territorios pasen desapercibidos en las agendas y planes de política económica. El Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte (PEIT), cuyo horizonte temporal apunta hasta el 2020, es un claro ejemplo de ello. O, entrando en un tema desencadenante de prolongados debates, la aprobación o no del Estatut, hemos de tener muy en cuenta que las comunidades del Valle del Ebro y siempre desde el respeto a todas las Comunidades Autónomas, no podemos permitir tratos diferenciales que nos perjudiquen. Infraestructuras Abundando en la envergadura de las infraestructuras y sobre la base de que el mayor número de empresas transnacionales atraídas en el Valle tienen como principal mercado de destino España, reiteramos la importancia de una mejora de nuestras vías de comunicación, y en especial de aquellas que nos unan con el sur de Francia, al ser requisito imprescindible para nuestro desarrollo. Concretamente, llevar a cabo, por ejemplo, las inversiones necesarias para poner en funcionamiento la Travesía Central Pirenaica, nos posicionaría dentro del área de estudio de empresas que quieran llegar no sólo al mercado español sino también al mercado galo. En la misma línea, resaltar el potencial de los centros logísticos de PLAZA y PLATEA, como recurso generador de valor añadido, dada la privilegiada posición geo-económica del Valle del Ebro. No en vano somos nudo de comunicaciones en el área económica más importante de la península, tanto en volumen como en términos de renta. Asimismo, la próxima creación de infraestructuras: autovía Somport-Sagunto, conexión PamplonaHuesca-Lérida, y autovía Pamplona- Logroño, recogidas junto a otras actuaciones en el PEIT, van a ser importantes y no lejanos activos que van a dinamizar más los flujos económicos en nuestro territorio. En lo concerniente al sector primario, la superficie en regadío produce un rendimiento del suelo 6 veces más que en secano; y además, causa una renta 4 veces superior. El Plan Nacional de Regadíos fortalecerá la situación del Valle transformando casi 40 mil hectáreas (regadíos en ejecución) y 200 mil más (consolidación y mejora); la mayor parte de ellos en la comunidad aragonesa. El desafío futuro consistirá en armonizar su utilización sostenible con otras actividades como la agroindustrial, la tecnológica e investigadora y terciarias como el desarrollo de nuevos modelos turísticos. La dotación de infraestructuras afecta también a otro de los grandes factores productivos: el capital humano. Y más todavía en un área como la del Valle del Ebro, en la que la lucha contra la despoblación es tan importante, dada su baja densidad de población, envejecimiento y elevada concentración de personas en los principales núcleos urbanos. Características a las que en estos momentos se les suma la tendencia generalizada en España hacia la escasez de personal cualificado. El trabajador cada vez valora más la calidad de vida a la hora de elegir trabajo, por lo que, uno de los objetivos principales del Valle del Ebro debería ser la captación de población cualificada mediante la apuesta por mayores equipamientos y una ampliación de su oferta cultural, lúdica, formativa y comercial. No obstante, si bien la relevancia de las infraestructuras es innegable, no menos trascendencia tiene una correcta estrategia formativa que propicie el incremento de la cualificación por individuo y estimule su capacidad emprendedora. En este sentido desde las Cámaras de Comercio hemos preguntado a los empresarios su opinión sobre la utilidad de una serie de medidas encaminadas a la adecuación del empleo a las necesidades de la empresa. Las principales conclusiones nos llevan a exigir una mejora en la calidad de las prácticas ya que se considera un buen método para instruir a la persona sobre el funcionamiento de las compañías; un incremento en la exigencia de la formación reglada; así como la potenciación de los canales de comunicación entre empresas y centros formativos. Internacionalización En cuanto a la relevancia del papel de nuestros empresarios, su incursión en el sector exterior, como todos sabemos, es trascendental para toda economía que pretenda prosperar. La apuesta por los mercados extranjeros es una muy buena forma de crecer ya que la dimensión del mercado al que accede o se dirige una compañía determina su tamaño y por extensión el de la economía a la que pertenece; otra de sus virtudes es la diversificación del riesgo, permitiendo, por ejemplo, que una insuficiente demanda interna se vea compensada por una más boyante demanda externa; adicionalmente, podemos pensar en el beneficio de rentabilizar una capacidad productiva excesiva, o de entrar en economías de escala a nivel mundial… En el plano del conocimiento, la experiencia en ámbitos muy distintos, también tiene algo que decir, pues siempre y cuando los flujos de información se gestionen de forma adecuada, el conocimiento de la compañía será suma de aprendizajes de factorías con idiosincrasias muy dispares: más analíticas, más experimentales… favoreciendo el conocimiento tanto tecnológico como de gestión. En este sentido, y a favor del área del Valle, hemos de resaltar cómo su tradición exportadora es una ventaja a potenciar, la clave radica en implicar al máximo número de empresas y ramas productivas posibles, pues la supervivencia en el mercado internacional es garante de bien hacer. Sin duda, el sello de la internacionalización otorga valor añadido a la zona, contribuyendo a la atracción y creación de nuevas empresas. Detengámonos por un momento en el análisis de las principales industrias exportadoras de la zona, es decir, automoción y agroalimentaria: Sector automovilístico Por un lado, del sector automovilístico no se puede decir que atraviese uno de sus momentos más boyantes. A la dilación en la recuperación del mercado europeo, con la consiguiente apatía de su consumo, se une la competencia de los mercados asiáticos. Lo cual nos advierte de la necesidad de diversificación de la industria de Navarra y Aragón hacia nuevas actividades de alto valor añadido, tales como la biotecnología, la aeroespacial, la nanotecnología, las renovables o la domótica, pues aun reconociendo el buen nivel tecnológico y competitivo del que disfrutan nuestras factorías, el riesgo de trasladar un modelo a otra factoría con menores costes laborales, siempre estará ahí, y más aún en el actual estadio donde se prevé una concentración de constructores (unos 10 ó 12 en el año 2010), a la vez que de proveedores (unos 5 grandes proveedores resistirán en el apartado de “guarnecidos e interiores”, por ejemplo). Nuestra industria ha de ser capaz de continuar mejorando esa ventaja comparativa del mejor “saber hacer” adquirido con la experiencia, a la vez que ha de lograr atraer la fabricación de los modelos cuyo mercado objetivo sea Europa Occidental. Estas dos bazas junto con otras como la apuesta por un competitivo núcleo empresarial de proveedores, la flexibilidad en las condiciones laborales, la mayor eficiencia en los costes logísticos (pensamos ahora en la infraestructura de comunicaciones) o la búsqueda de valor añadido en ideas como la marca pueden ser buenos puntos de partida sobre los que planificar el futuro. También institutos de innovación como CITEAN (Centro de Innovación Tecnológica de Automoción de Navarra) con la unión de la acción pública y privada, o programas (con la ayuda europea) como el ICARO –de duración bianual- con el objetivo inmediato de anticipar y hacer frente a los procesos de cambio en el sector, creemos que son soluciones muy eficaces que pueden garantizar y fortalecer el crecimiento industrial a largo plazo. Industria agroalimentaria Por lo que se refiere a la importancia de la industria agroalimentaria en La Rioja, sin duda, el éxito o fracaso radicará en su posicionamiento en el segmento de gama alta. Puesto que el crecimiento de los últimos años ha ido de la mano de un incremento del nivel de vida y por ende de los salarios, sería un absurdo tratar de competir en segmentos de mercado de gama media o baja, pues productos de zonas con menores costes laborales nos desmantelarían. Esta orientación debería complementarse con la apuesta por marcas o símbolos de calidad que hagan frente a la difícil posición a la hora de acceder a canales de promoción y distribución. Planteamos estudiar la posibilidad de un gran símbolo en el que estuviesen presentes los términos “Valle del Ebro” como denominación de origen. Por otro lado, la atomización del sector es elevada pero la gran empresa también tiene cabida tirando de la facturación (unas cuarenta empresas tienen ventas superiores a 30 millones de euros). La administración, conocedora de la especificidad sectorial debe hacerse cargo de la provisión de todo tipo de servicios: de innovación, institutos de crédito, servicios de asesoramiento, fomento del asociacionismo o la creación de atmósferas fiscales seductoras. Los Programas de Desarrollo Rural (2000-2006) son una oportunidad. En Aragón, por ejemplo, se presupuesta un gasto público total en este sexenio de 116 millones de euros dentro del Programa de Industrias (financiados en buena parte por fondos FEOGA-Garantía) que estimulará la inversión en el sector hasta alcanzar un total de 532 millones de euros Gestión empresarial Ser una empresa competitiva y mantenerse en los mercados internacionales implica una elevada dosis de esfuerzo empresarial aderezada con la pizca exacta de suerte, para qué negarlo. En este sentido, uno de los requisitos a exigir a nuestros empresarios es la de tener una clara orientación al mercado, ya que un análisis constante del entorno puede desvelarnos tendencias que nos permitan, mediante actuaciones inteligentes, ser pioneros y alcanzar un posicionamiento privilegiado en el mercado, pensemos, por ejemplo, en el buscador de internet “Google”. Asimismo, el buen empresario ha de ser capaz de llevar a cabo una correcta gestión del conocimiento, entendido en sentido amplio: -persiguiendo la perspicacia que le permita visionar cómo un descubrimiento científico puede convertirse en innovación de producto o de proceso, -implantando políticas de empresa que fomenten las sinergias cognitivas entre empleados, de tal modo que por un lado, se evite que personas separadas físicamente tengan que incurrir en el mismo error antes de subsanarlo y por otro, propiciando la suma de conocimientos especialmente fructífera cuando dos trabajadores de distinto perfil formativo colaboran, -o potenciando el uso de nuevas tecnologías de la información y la comunicación de tal forma que se extraiga de ellas el máximo beneficio posible. No olvidemos, que aunque el número de ordenadores por empresa ha crecido a un buen ritmo en España, no podemos decir lo mismo del uso que de estos se hace, por ejemplo, en el e-commerce. Asociacionismo Otro apunte que no podemos olvidar es el hándicap que supone el tamaño de la compañía para un elevado porcentaje de empresarios, dada la fuerte atomización de nuestro entramado empresarial. En este sentido, medidas como el asociacionismo pueden jugar un importante papel. Véase el caso de CENEO, centro de enlace para la innovación que agrupa cinco instituciones entre las que se encuentran el Instituto Tecnológico de Aragón, el Instituto Científico-tecnológico de Navarra, y la Agencia de Desarrollo Económico de La Rioja, y que pertenece a una red europea de transferencia de tecnología entre empresas, universidades y centros de investigación europeos, en el que la iniciativa privada, en colaboración con las diferentes instituciones buscan las sinergias adecuadas para poder hacer frente a los retos que se avecinan. Nuevos planteamientos empresariales Al margen de estos planteamientos más tradicionales, señalar que también hemos de abrirnos a nuevos planteamientos empresariales: colaboraciones interempresariales que nos permitan incrementar la innovación en nuestra empresa; o la externalización de actividades no estratégicas en busca de un mayor valor añadido a un menor coste, que permita la especialización y la posibilidad de orientar el ahorro generado a la investigación. Expo Ya para concluir, subrayar el rol de la Expo como iniciativa que está tomando forma desde su adjudicación y que sin duda dinamizará económica y socialmente nuestro querido Valle. Este acontecimiento que se celebrará en 2008, y cuyo lema es “Agua y desarrollo sostenible” es una oportunidad singular para impulsar el progreso del Valle del Ebro y nos brinda mostrar al mundo el atractivo de nuestra economía, nuestra cultura y nuestra sociedad. Contamos, por tanto, con una ocasión de difusión internacional y ganancia de protagonismo mundial que no debemos dejar pasar. Cuadro 1: Análisis DAFO del Valle. DEBILIDADES AMENAZAS - Barrera –no solamente física- de los Pirineos. - Dualidad demográfica y económica (concentración / desertificación) entre las zonas de montaña y las zonas más llanas. - Población envejecida. - Incremento de la competencia - Deslocalización en la actividad industrial y de la inversión. - Infraestructuras existentes no vertebran el Valle. - Basculación de la activad económica mundial hacia áreas del Pacífico. - Déficit de infraestructuras en la conexión transnacional (aéreas, férreas y por carretera). - Evolución de los precios internacional, especialmente, los energéticos. - Poca capacidad de atracción de Inversión Extranjera Directa. - Reducida internacionalización empresarial. - Elevada concentración de la actividad exportadora (automóvil; producción vitivinícola) - Dependencia del mercado europeo - Dependencia extrema industrial en el sector del automóvil. - Especialización industrial profunda; poca importancia de industrias como la química que alberga ingentes dotaciones de capital humano y tecnológico. - Predominio en actividades con – relativamente- bajo valor añadido e intensidad tecnológica. - Difícil acceso a los canales de promoción y distribución de la industria agroalimentaria. - Desajustes entre la demanda de mano de obra y la oferta (su cualificación). - Dependencia del petróleo - Pacto en el seno de la UE de las Perspectivas Financieras 2007-2013. - Dilación en la recuperación del mercado europeo (debilidad de la demanda) - Posibles cambios en la Política Agraria Común. - Efectos regionales socioeconómicos de un posible cambio de tendencia en el ciclo económico. - Poca conciencia medioambiental en la utilización de recursos naturales por los productores. - Dilatación de la brecha tecnológica y en las actividades de I+D con las áreas económicas más dinámicas. - Pérdida de competitividad internacional. - Riesgos medioambientales. - ¿Agotamiento del modelo turístico en algunas áreas? - Pérdida de patrimonio paisajístico, ecológico, histórico y artístico. FORTALEZAS OPORTUNIDADES - Localización estratégica; su cercanía con Europa. - Orientación empresarial a los mercados mundiales (Europa, Asia, EE.UU.;…) - Importantes áreas de regadío que invitan a la especialización productiva y tecnológica. - Diversificación hacia actividades de alto valor añadido - Complementariedad agricultura e industria. - Potencial turístico, ecológico y natural. - Sector terciario todavía sin explorar. - Importancia en la producción energética que junto al suelo industrial hace que sea un área muy interesante para el asentamiento industrial. - Economía volcada hacia el exterior. - Mano de obra altamente cualificada, más educada y poco conflictiva. - Reducido nivel de personas paradas. - Región altamente productiva. - Elevado poder adquisitivo de la población - Proyección del mayor centro logístico europeo y su intermodalidad. - Buen posicionamiento en las TIC (más del 35% de la población tiene acceso a Internet frente a menos del 33% en España). - Grandes ciudades muy dinámicas. - Aprovechamiento de la cercanía con Madrid (asentamiento de sedes de empresas…) - Efectos del cluster agroindustrial y automovilístico (economías de aglomeración). - Proyecto ICARO (Innovation Car Opportunity). - Ayudas a la inversión en explotaciones agrarias. - Cooperación supraregional. - Asociacionismo sectorial - Colaboraciones interempresariales. - Implementación de una mejora política de desarrollo que combine políticas de rentas, de apoyo a la I+D, de formación de los trabajadores o de mejora de infraestructuras. - Nuevas tecnologías y su interrelación con la actividad socioeconómica del Valle. - Orientación empresarial a la correcta gestión del conocimiento - La simpatía por la agroindustria, tanto pública como privada (Programas de Desarrollo Rural). - Preocupación por la sostenibilidad de los modelos (agricultura ecológica, turismo rural…). - Profundización en el desarrollo turístico con nuevos modelos más ligados al mundo rural. - Conciencia política del estrangulamiento económico que suponen las actuales infraestructuras. - Conexión definitiva de los institutos de investigación y la actividad productiva. - Mejora formativa a través del trinomio empresaadministración- centros formativos - Admisión de la relevancia y necesidad de captación de población cualificada. - Mejora en la calidad de vida de los núcleos rurales. Iniciativas como Walqa, ciudad agroalimentaria, Expo 2008, PLAZA, PLATEA, CENEO… SUMARIO DE POSIBLES ACTUACIONES A modo de resumen, exponemos las posibles actuaciones y medidas a desarrollar en el trazado del Valle del Ebro: Plataforma Valle del Ebro, agrupación empresarial para el desarrollo de actuaciones conjuntas, cooperaciones empresariales, reivindicaciones de interés común… Foros consultivos como organismo de impulso en el Valle del Ebro de cara a toma de decisiones estratégicas. Encuentros mensuales: Foro de encuentro y debate empresarial. Identificación de necesidades conjuntas y diseño de soluciones. Diseño de una estrategia de desarrollo óptima que combine políticas de rentas, de apoyo a la I+D, de formación de los trabajadores o de mejora de infraestructuras. Apuesta decidida por la calidad en sectores como turismo y agroindustria entre otros. Reconversión estructural hacia productos de mayor valor añadido. Plan de Comunicación y estrategia de marketing para la difusión de una imagen conjunta “Empresarios Valle del Ebro”. Promoción comercial conjunta. Agrupación de intereses y diseño de plan de internacionalización Asociacionismo sectorial Colaboraciones interempresariales Búsqueda de partners en países de interés. Análisis de posibilidades en países emergentes. Estrategia de captación y atracción de grandes empresas como diversificación actividades, y que realmente necesiten de los servicios de las empresas ya asentadas en el valle. Externalización de actividades no estratégicas Fomento empleo, para el asentamiento de la gente joven en el Valle del Ebro. Itinerarios de empleo y creación de redes de información conjunta. Orientación profesional y conocimiento de las demandas del sector Mayores equipamientos y ampliación de la oferta cultural, lúdica, formativa y comercial. Mejora formativa (mayor calidad de las prácticas, incremento exigencia formativa reglada, potenciación de la comunicación entre empresas y centros formativos) Propiciar una correcta gestión empresarial del conocimiento Afianzar y desarrollar redes de colaboración cliente – proveedor en el Valle del Ebro. Implementando herramientas y tecnologías necesarias para afianzarlo. Central de Compras Valle del Ebro, para optimizar costes en determinados productos. Punto permanente de asesoramiento para empresas. En definitiva impulso del Cluster Valle del Ebro, para la identificación de las necesidades empresariales con la finalidad de conseguir un objetivo común a través de la complementariedad de sus actividades. Desarrollo del tejido empresarial del Valle del Ebro.