ACUDIR AL FMI CONFIRMO LOS SEÑALAMIENTOS QUE SE LE VENIAN HACIENDO AL GOBIERNO Jesús Puerta CON EL FMI HEMOS TOPADO La decisión del gobierno del presidente Caldera de acudir al Fondo Monetario Internacional y demás organismos multilaterales de Crédito internacional, confirmó los señalamientos y pronósticos que muchos críticos de la oposición (entre ellos Teodoro Petkoff, Miguel Rodríguez y Agustín Berríos, participantes en un foro en FACES) venían haciendo desde hacía tiempo: el margen para desarrollar una política económica "heterodoxa" se redujeron aceleradamente y ya no hay más alternativas que aplicar un programa de ajustes que ataque el problema gravísimo de la inflación, el déficit fiscal y otros desequilibrios macroeconómicos, como la peligrosa diferencia entre el dólar controlado y el del "mercado gris". Aunque para el momento en que escribimos estas cuartillas no se tiene información definitiva acerca de los detalles del nuevo "Paquete económico", surgido de los nuevos compromisos del gobierno nacional con el FMI, ya son conocidas algunas medidas que obviamente formarán parte de él: eliminación de los controles de cambio y de precios, congelación y virtual reducción de las nóminas estatales, liberación arancelaria comercial, nuevo aumento de la gasolina, aumento de los impuestos, aplicación de otros nuevos y perfeccionamiento de los mecanismos recaudadores, transformación del sistema de las prestaciones sociales, etc. Ya se da como un hecho un disparo de la inflación para los primeros meses del año próximo, que se comerá los posibles aumentos de salarios (el del mínimo) que la CTV está exigiendo ahora. La inflación se agudizará junto al estancamiento. Como han dicho algunos especialistas, la receta ortodoxa actúa a la manera de la medicina homeopática: exagera los síntomas de una enfermedad para que el organismo desarrolle su propio sistema sanatorio. En todo caso, todas las voces se han levantado para exigir al gobierno definiciones rápidas ante un panorama económico aceleradamente en deterioro: baja de las reservas, inflación, desempleo, etc. El mayor costo político hoy resulta de las vacilaciones y las contramarchas, producto a su vez de las contradicciones evidentes en el equipo económico del gobierno. EL AUMENTO DE LA GASOLINA Todos los analistas coinciden en que éste era un aumento anunciado, desde hacía tiempo. Diversas voces, con mayor o menor énfasis, habían venido insistiendo en la conveniencia de aumentar los precios de gasolina utilizando razonamientos variados; desde la crítica a un supuesto "impuesto regresivo" significado por el antiguo régimen de precios, pasando por las dificultades financieras de PDVSA y el inmenso "hueco fiscal", hasta el señalamiento del contrabando de combustible hacia Colombia. Los voceros gubernamentales respondían invariablemente que tales aumentos no irían, con argumentaciones que, de alguna manera, aludían a su significación política y al pasado reciente de Venezuela; el efecto explosivo social que tuvo el 27 de febrero de 1987. Finalmente, el Presidente Caldera el 7 de septiembre de 1995, en una hábil alocución televisiva, contradiciendo lo que venía siendo política oficial desde siempre, anunció el aumento del líquido explosivo. Se refirió primero a su decisión de que se mantendrían y hasta se reducirían los precios de la gasolina popular de 5,25 a 5,20, que ahora tendría 87 octanos. Los aumentos efectivos Caldera los presentó como si no redundaran en el transporte colectivo; la superior de 91 octanos llegaría á Bs. 10 el litro y la óptima de 95 octanos a Bs. 14. Se trataba de un aumento promedio del orden del 53,1 %. Anunció también el Primer Magistrado la continuación del programa del gas. Los cálculos oficiales indicaron que el aumento redundaría en un ingreso fiscal de aproximadamente unos Bs. 35 mil millones este año, y 65 mil millones para el 96,lo que representa apenas el 1,9% del total de ingresos previstos para el Proyecto de Presupuesto. De modo que el impacto fiscal es modesto. Más, si se observa el abultado déficit fiscal, cercano al 8% del PIB; unos Bs. 750 mil millones, que se elevará el año próximo a casi billón y medio. El Nacional (8-9-95) hacía alusión a la coincidencia de este anuncio con algunos movimientos de acercamiento del gobierno hacia el FMI, en primer lugar para retrasar la evaluación anual de ese organismo sobre los resultados macroeconómicos de este año. En realidad, toda la información económica apuntaba a los efectos positivos que la medida tuvo hacia el exterior. Precisamente uno de los pocos valores positivos de la medida, en opinión del profesor Osmel Ramos, era precisamente su impacto hacia afuera. La misma opinión fue dada a conocer por Teodoro Petkoff, directivos de FEDECAMARAS y analistas en general. La respuesta fue efectivamente positiva pero tímida, puesto que se apreciaba la necesidad de nuevos pasos que confirmaran que la medida era sólo una parte de una política coherente. La oposición política señaló este aspecto: COPEI cuestionó lo tardío que se había tomado la medida, así como su desconexión de un plan claro y transparente que recuperara la confianza de los inversionistas. AD hizo llegar al gobierno una propuesta de plan que incluía un programa de recorte de los ingresos y reformulación de algunos impuestos, como el IVA. Pablo Medina, de la Causa R, dijo que el aumento era una «provocación contra el pueblo». Carlos Andrés Pérez aplaudió la decisión. Otras críticas apuntaban a sus efectos sobre el nivel de vida. El profesor Osmel Ramos, en un foro en FACES, señalaba su impacto ambiental, en el presupuesto familiar y en la propia maquinaria de los vehículos. Ramos y Pedro Taberoa coinciden en que los cálculos oficiales acerca de las características del parque automotor venezolano no son confiables, porque tanto los vehículos de carga como las camioneticas del transporte público funcionan actualmente con una tecnología "full inyection" que requiere de un octanaje superior. Efectivamente, se dio una tendencia en algunos propietarios de automóviles a desplazarse hacia el uso de la gasolina popular, como previeron los técnicos de PDVSA pero igualment6 se conoció que este cambio afectó el funcionamiento de motor. Por otra parte, la conversión a una tecnología de gas requuere de una inversión significativa. Algunos transportistas hicieron oir sus exigencias de nuevos aumentos del pasaje, aunque por otra parte se les respondió que recientes acuerdos con ellos contemplaban este aumento. La Cámara de Alimentos señaló, por su parte, que el aumento no repercutiría más de un 1% en los precios de los productos alimenticios. En todo caso, el aumento de la gasolina fue una rectificación en la retórica del gobierno justo antes de las elecciones de Diciembre. Y un cambio en el sentido de las recomendaciones de los organismos internacionales. Es posible que su objetivo principal sea el empezar a ganar puntos para reabrir negociaciones con el FMI, como algunos analistas señalan. Tal posibilidad se ha confirmado. La situación del país se encuentra bastante comprometida. Han bajado significativamente las reservas de divisas, a un nivel de menos de $ 9 mil millones. El gobierno tuvo que instrumentar mecanismos para evitar la importación de productos suntuarios. El Dr. Maza Zavala indicó que si las reservas llegaban a los 6 mil millones estaríamos una situación insostenible. El diferencial cambiario ya llegó hace tiempo a niveles preocupantes, cuando el llamado "Dorar Brady" alcanzó y superó el umbral de los Bs. 300; lo cual ha originado rumores acerca de la posibilidad de una devaluación del "Dólar oficial" . Otra área preocupante es el de la emisión de papeles de deuda pública. El gobierno ha tenido grandes problemas para colocarlos. Esto. ha ocasionado una cáustica polémica entre el Congreso y el Gobierno a propósito del Presupuesto Nacional de 1996. Por otra parte, hay informes de la ONU que América n a Venezuela entre los tres países con mayor inflación en toda América Latina, así como el de mayor desempleo, en el marco de un continente de crecimiento débil. Este panorama apunta a la necesidad inevitable de conversar con el FMI para buscar algunas salidas a los pagos atrasados y la apertura de nuevas líneas de crédito. Ya las conversaciones se iniciaron. Eso es lo que aconseja el sentido común. Pero, como siempre, todo depende de la voluntad del gobierno y la constelación de fuerzas políticas, que se produzca antes o después de las elecciones de diciembre. UN DEBATE SOBRE NUESTRO FUTURO EN FACES Si en algo concordaron los análisis hechos por gente de trayectoria y pensamientos tan diversos como Carmelo Lauría (1), Miguel Rodríguez Agustín Berríos y Teodoro Petkoff, fue en señalar las graves indefiniciones y contradicciones del gobierno en materia económica. Todos ellos fueron los invitados al ciclo de conferencias sobre "Políticas y programas económicos de fin de siglo", organizado en FACES por las cátedras de "Administración Pública" y "Problemas socioeconómicos de Venezuela y América latina" que durante julio pasado, nos permitió conocer valiosos análisis de la coyuntura que no puede obviar una revista como ésta. EL GOBIERNO NO TIENE POLITICA ECONONIICA El año y medio del Gobierno del Presidente Caldera, estuvo lleno de situaciones de emergencia, "incendios" que debían apagarse de inmediato, y ante los cuales se presentaron varios "planes" sucesivos, parciales (el "Sosa", el "Corrales", el "Matos"), ninguno de los cuales, y en esto coincidieron los cuatro conferencistas, expresa una política económica de conjunto, definida, que muestre una perspectiva clara de lo que se quiere hacer con el país. l.- Lauría a no pudo dar su conferencia porque un grupo dejó venes saboteó la actividad. De todos modos, nosotros le hicimos una breve entrevista donde expresó lo sustancial de sus posiciones. Para Miguel Rodríguez (graduado en Yale, catedrático actual del IESA ex-ministro de CORDIPLAN y ex-presidente del BCV en el período 89-92),el gobierno actual tomó posesión "sin tener claridad ni en el diagnóstico ni en las políticas que debían aplicarse, lo cual ha resultado catastrófico. Para Rodríguez, se ha perdido toda perspectiva de crecimiento económico, cuando el país "no debió haber dejado de crecer" en vista de los resultados de los años 90-92, cuando la tasa de crecimiento era de las más altas del continente. El conferencista manejo cifras de desempleo del 16%, y de inflación de1 70%. Agustín Berríos (parlamentario de COPEI, graduado en Harvard), resumió en dos palabras, empobrecimiento y atraso, su caracterización de la situación actual del país. En su conferencia señaló que en el gobierno "de ese hombre honesto, con vocación social sincera (...) no hay la más mínima compresión de la crisis venezolana" . Criticó Berríos al llamado Pacto Antiinflacionario, "en el cual las partes se comprometen a luchar contra la inflación, como si la inflación fuera un problema de empresarios voraces que quieren ganar mucho, trabajadores insaciables que quieren aumentos permanentes . Por su parte, Teodoro Petkoff cuestionó con gran fuerza, tanto la incoherencia y las contradicciones evidentes en el gabinete económico, como lo errático de su conducta y la vaciedad del llamado "Plan Matos", el cual debería reunir las proposiciones del gobierno para concretar el Pacto Antiinflacionario, pero que en realidad "es pura paja", „comía Pacto por cuanto no explica ni siquiera las medidas para enjugar el monstruoso déficit fiscal de cerca de un billón de bolívares este año. Para el dirigiste del MAS, la razón de esta indefinición, de esa extrema cautela y virtual parálisis del gobierno, responde a una razón política: no se quiere pagar el costo político de las medidas indispensables en vísperas de las elecciones regionales de diciembre. Petkoff y Berros coincidieron ~ que Venezuela tiene "una valla" ante la hiperinflación, que es el ingreso petrolero. Esto significa que no es posible que lleguemos a tener tasas inflacionarias similares a las que vivieron Argentina, Bolivia o Perú, de varios miles por ciento. Pero esto sólo podría implicar que la "decadencia crónica", en palabras de Petkoff podría extenderse indefinidamente, frustrándose el aprovechamiento de las potencialidades nacionales, como apuntó Berríos, y acrecentando los costos de oportunidad indicados por Rodríguez. Tal vez el único logro del gobierno que destacaron los conferencistas, en especial Petkoff, fue la creación del SENIAT, una verdadera policía fiscal muy eficiente, que ha permitido reducir las evasiones de impuesto y recaudar los ingresos necesarios para el estado, sobre todo en un momento en que el petróleo ya no es suficiente para mantener las dimensiones del gasto público y cerrar un enorme hueco fiscal de cerca del billón de bolívares. ¿SE HA AGOTADO EL MODELO RENTISTA PETROLERO? La insuficiencia de la renta petrolera para mantener el esquema de prosperidad que duró por varias décadas en el país, fue otro elemento en el cual, de una u otra manera, coincidieron los conferencista. Unos, como Agustín Berríos y Carmelo Lauría, llegaron a afirmar que se había agotado todo el modelo rentista petrolero y que estaba planteado un "profundo cambio cultura. Petkoff y Rodríguez sólo se refirieron a la significación de la reducción de los ingresos petroleros en los recursos del estado, como razón de peso para desarrollar una nueva cultura impositiva (Petkoff) o para orientar el esquema productivo venezolano hacia la competición en el mercado externo con productos no tradicionales. Berríos contrastó el empobrecimiento y atraso actuales con la situación que vivió Venezuela desde mediados de siglo hasta la mitad de la década de los setenta, cuando, gracias al petróleo, la expansión de la educación y los servicios públicos, era el país más próspero de América latina. Dijo el parlamentario copeyano: "Venezuela durante muchos años funcionó como una especie de tren con tres vagones: el primero era el petróleo, que movía al segundo, que era el estado el cual, a su vez, impulsaba al tercero, que era la inversión privada. Así funcionaba Venezuela. El motor fundamental de la actividad política, económica, social, era el petróleo. Ese tren de tres vagones se descarriló. Ese modelo se derrumbó en el momento en que el petróleo fue insuficiente para mover al estado y a la economía privada". El dirigente de COPEI expresó que lo que mantiene hoy a Venezuela en el camino del atraso es la resistencia de la clase dirigente venezolana a cambiar la mentalidad rentista. Por lo tanto, hay que cambiar la cultura por otra, donde se estimule la inversión, la actividad privada, las decisiones adecuadas de los actores económicos. Rodríguez, por su parte, resaltó con insistencia su "idea central": asumir el reto de la competencia internacional y crecer sobre la base de las exportaciones. Para ello se requeriría un programa que asimilaría las experiencias de los Nuevos Países Industrializados de Asia (los llamados "Tigres asiáticos"); Pero también de naciones como Chile. Naturalmente, y como lo ha hecho en otros foros, Rodríguez defendió el Programa Económico implantado hacia 1989 en Venezuela, bajo la presidencia de Carlos Andrés Pérez. Gracias a él, sostuvo, se habían logrado tasas de crecimiento de las más altas de América y del mundo. Estableciendo un paralelo entre ese programa y las políticas aplicadas en los mencionados países, Rodríguez sostuvo la pertinencia de un conjunto de medidas claves: apertura comercial superando las protecciones arancelarias y promoviendo las exportaciones no tradicionales, búsqueda de un tipo de cambio competitivo eliminando cualquier tipo de control, reforma tributaria correspondiente al cambio del peso del ingreso de la renta petrolera y la creación de una nueva cultura tributaria, reforma del estado, financiera y laboral, que incluyera la sustitución del sistema de las prestaciones sociales por el de los fondos de pensiones que podían capitalizarse. También hizo énfasis ce la importancia de la inversión en la educación para elevar los niveles de productividad de la población, así como la inversión pública en infraestructuras (por ejemplo, los puertos), posible mediante decididas Políticas de saneamiento y disciplina de las finares públicas. Petkoff, por su parte, señaló que ya está quedando un margen muy pequeño para poder aplicar una política heterodoxa, estilo Plan Antiinflacionario, la cual, aunque representa una de las últimas opciones dentro de la democracia, sólo ha tenido un relativo éxito en países muy peculiares, como Argentina e Israel. Pero, además esa política se ha visto torpedeada por los enfrentamientos en el seno del gabinete económico, las medidas erráticas del gobierno, como el decreto del bono salario, que han destruido la confianza en el Ejecutivo y la falta de decisiones en afrontar el problema de déficit fiscal. Todo ello trae como consecuencia el tener que plantearse políticas ortodoxas para enfrentar la situación. Las medidas ortodoxas, según el dirigente del MAS, implican aceptar que "no hay parto sin dolor". Lo primero es el ajuste fiscal. Llenar ese "hueco" de casi un billón de bolívares este año. Esto nos lleva a proponer un conjunto de medidas: reducción del gasto, plantearse un plan, un cronograma, de varios años, para ir reduciendo la burocracia del estado. Otra medida es meterse a refinanciar la deuda. Esa deuda no se puede pagar. El 43% del presupuesto está comprometido. Entonces, hay que ir a un mecanismo de refinanciamiento, y al mismo tiempo ir a las fuentes externas del financiamiento. Hay que endeudarse internamente, de manera razonable. Por cierto, se está haciendo ahora una cosa muy grave, que es pagar la deuda externa con deuda interna, a través de los bonos. Los intereses de la deuda externa son muchos más bajos que las de la deuda interna. Eso puede traer consecuencias muy graves, de tipo inflacionario. Hay que elevar, por supuesto, los impuestos. No hay otro camino. Y entrarle al tema de los precios de los bienes públicos, entre ellos, la gasolina. El estado venezolano, con ese enorme hueco fiscal, no puede seguir subsidiando la gasolina. Luego tenemos la cuestión cambiaría. Este cambio a 170 es insostenible. Esa brecha, que es de casi 80 bolívares, entre el dólar oficial y el del mercado negro, produce distorsiones terribles. Hay que aplicar un secante a la liquidez y enfrentar el problema de la reconstrucción del sistema financiero. Y para eso hay que vender rápidamente los activos. En cuanto a la apertura petrolera, consideró Petkoff, que es una buena noticia, sobretodo por el mensaje que da hacia el exterior, porque cambia un poco la imagen que los inversionistas extranjeros tienen de Venezuela. Pero su efecto no se sentirá a corto plazo. Además de que debe formar parte de una política. Tenemos también que impulsar la privatización de los activos públicos. Finalmente, está abordar el campo extensísimo de las políticas sociales, que debe articularse con esta política económica coherente. LA INSPIRACION DE LOS ASIÁTICOS Los invitados a la serie de conferencias sobre "Políticas y programas económicos de fin de siglo", centraron sus exposiciones en el diagnóstico de la crisis actual y en las medidas para enfrentar los aspectos más problemáticos, el déficit fiscal, la inflación y la recesión. Tal vez por la gravedad específica del momento que vivirnos los venezolanos, no se explayaron más en su visión de futuro de la economía venezolana. Consideramos que quizás quien más se centró en este asunto de mediano y largo plazo fue Miguel Rodríguez, quien trajo a colación un lo de desarrollo inspirado en las experiencias de los llamados Tigres Asiáticos. Pero incluso en esto hay diversas interpretaciones. En su respuesta a la exposición de Rodríguez, el profesor Pedro Taberoa llamaba la atención acerca del papel del estado en las estrategias de desarrollo de esos países, que hoy se presentan como modelos a seguir. En esas naciones -modelo, no se fue a una apertura comercial indiscriminada. Incluso el estado se reservó el derecho de establecer protecciones a ramas industriales enteras, mientras lograban un nivel de competitividad de orden internacional. Lo que nos llamó la atención en esta serie de conferencias, además del consenso entre representantes de tan variadas trayectorias y pensamientos, como señalamos al principio de este reportaje, es la pertinencia que nuevamente adquiere la discusión acerca de estrategias de desarrollo, y en esto, otra vez, adquiere una gran importancia la apreciación histórica de modelos, que ahora provienen del Sudeste asiático. Es de esta discusión que, creemos, Podremos sacar en claro una nueva perspectiva para nuestra golpeada nación.