Diagnóstico Ambiental para la Agenda 21 Local de Granada VI. Conclusiones VI. CONCLUSIONES 765 Diagnóstico Ambiental para la Agenda 21 Local de Granada VI. Conclusiones 766 VI. CONCLUSIONES En este apartado de conclusiones del Diagnóstico Aambiental para la Agenda 21 Local del municipio de Granada, hemos querido resaltar un conjunto de aspectos del funcionamiento de la ciudad que nos han parecido destacables. Estos aspectos no son uniformes, ya que en unos casos se trata de núcleos de problemas que destacan por aglutinar otros, por su fuerza o por presentar gran número de interrelaciones, en otros casos por la importancia intrínseca del aspecto tratado, pero en ningún caso se ha pretendido hacer un “resumen” del diagnóstico ni un listado exhaustivo de conclusiones. El modelo de crecimiento difuso de la ciudad de Granada genera, aumenta y complejiza multitud de problemas ambientales. Desde hace veinte años la comarca de Granada se ha convertido en una unidad funcional, que no tiene su correlato institucional. En el interior de este área, que hemos venido denominando aglomeracion urbana de Granada, se ha hecho cada vez más imperante una implantación territorial caracterizada por una urbanización difusa, con uso extensivo del suelo, que ha abandonado la tradición de crecimiento compacto. Este hecho trae consigo el desarrollo de un nuevo concepto de ciudad, que se enfrenta a la ciudad tradicional y que además está exacervando muchos problemas ambientales: aumento excesivo del vehículo privado, pérdida en la calidad del aire, aumento excesivo de consumos energéticos, aumento de los ruidos, pérdida del carácter multifuncional de la ciudad, destrucción del paisaje tradicional de la Vega. Todos estos problemas se caracterizan por estar fuertemente interrelacionados entre sí, de forma compleja. El aumento de urbanizaciones en estructura difusa lleva directamente aparejado el incremento del uso del vehículo privado, que a su vez genera más ruido, contamina el aire y dispara los consumos energéticos contaminantes y necesita cada vez más espacio para viario, que insulariza el paisaje agrario. Todo ello porque estas urbanizaciones difusas carecen de los servicios propios de la ciudad compacta (comercio, dotaciones públicas, ocio, etc). Al mismo tiempo se Diagnóstico Ambiental para la Agenda 21 Local de Granada VI. Conclusiones 767 generan zonas unifuncionales (centros comerciales, sanitarios, industriales o de ocio) junto a las grandes vías de comunicación para proporcionar servicios a toda la población del área (Granada y aglomeración); lo que potencia aún más la movilidad privada, no sólo de la periferia sino también de la propia ciudad central, socavándose el modelo de ciudad tradicional. La consideración, conceptual o práctica, de las consecuencias ambientales negativas de este escenario obliga a tener en cuenta el modelo de crecimiento de forma integral, ya que la fuerte interrelación de elementos haría fracasar en mayor o menor grado operaciones sectoriales. Falta de Responsabilidad Ciudadana. Ésta está ligada al desarrollo en Granada de toda una serie de hábitos de consumo inmoderados e irreflexivos, tanto de los recursos naturales como de los espacios públicos, que aumentan la huella ecológica de la ciudad a nivel global y local, y disminuyen la calidad de vida individual y colectiva. Estas prácticas suponen incrementos importantes de la producción de residuos (128.000 toneladas en el año 2000) y usos ineficientes y degradativos de recursos naturales como el agua, la energía, el suelo y otras materias primas. Las razones de estos comportamientos pueden ser reflejo de una visión distorsionada de la ciudad en sus dimensiones, posibilidades y modelos más deseables de funcionamiento y racionalidad por parte de su población. Por otra parte, el desentendimiento de estos recursos naturales, una vez se han convertido en “residuos”, explica las bajas tasas de reutilización y reciclado, en relación a las cantidades totales generadas, que se dan en Granada. Igualmente esta basura se arroja al suelo desconsideradamente convirtiéndose en fuente de suciedad, conflicto muy crítico en la ciudad. El deterioro de los espacios públicos viene asociado también a otras diferentes manifestaciones, como el uso indiscriminado del coche y las motos, que además de invadir el espacio físico de las personas, son una fuente desmesurada de contaminación atmosférica. Otras prácticas, como los Diagnóstico Ambiental para la Agenda 21 Local de Granada VI. Conclusiones 768 comportamientos nocturnos de los jóvenes durante la “movida”, son causa de un problema social que además de afectar a la salud de los participantes (enfermedades y accidentes por consumo de alcohol y tabaco entre otras drogas) y al descanso de otras personas, se convierten en fuente mayor de ruido, basura, malos olores y suciedad. Todos los problemas ligados a la irresponsabilidad ciudadana, comentados anteriormente, suponen además un aumento inmenso de los costes públicos de forma directa o indirecta. Así por ejemplo el Ayuntamiento de Granada destina 3.140.673.157 millones de pesetas a la gestión de residuos y limpieza viaria, representando esta última aproximadamente el 50 % del total. Consideraciones en esta línea se podrían hacer en torno a la gestión del agua, la energía, los cuidados hospitalarios, etc. La resolución de los problemas ambientales necesita de la implicación ciudadana en el ámbito individual y colectivo. Para participar se requiere un sentido del compromiso y de la colectividad, que disponga a las personas a intervenir y a organizarse en torno a redes para ocuparse en común de las problemáticas de interés. Todo lo contrario, en Granada el tejido asociativo es débil, al existir un escaso número de asociaciones en comparación con otras ciudades europeas o españolas. Por otra parte, la iniciativa de éstas para crear redes de trabajo entorno a preocupaciones concretas de la ciudad no es algo habitual ni consolidado, lo cuál revela el escaso grado de presión hacia acciones coordinadas que puedan ser realmente fuente de soluciones a los problemas de la ciudad. Frente a esto, como cauces de participación ciudadana, el Ayuntamiento crea las Juntas Municipales de Distrito y los Consejos de Participación Municipal. No obstante, en la práctica los primeros se caracterizan por una participación limitada de la sociedad civil, al ser órganos consultivos y no vinculantes, y los segundos por la excesiva fragmentación y descoordinación, aspecto negativo para afrontar la complejidad de las problemáticas ambientales. Aún a pesar de las limitaciones, se trata de experiencias valiosas, ya que sería positivo aprovechar los conocimientos y vivencias de las personas que han estado implicadas, tanto en los Consejos o Juntas de Distrito, como en las asociaciones que funcionan corrientemente, para la creación de cualquier plataforma o foro para la Agenda 21 Local de Granada. Diagnóstico Ambiental para la Agenda 21 Local de Granada VI. Conclusiones 769 Insuficiencia de coordinación administrativa frente a los problemas ambientales Los problemas ambientales no se circunscriben a las fronteras administrativas locales, regionales o nacionales. Sin embargo, las competencias ambientales quedan dispersas por multitud de organismos, áreas, secciones, departamentos, etc. perdiendo así la posibilidad de gestión integral del medio ambiente. Para solucionar este problema sería necesario la coordinación entre las diferentes administraciones involucradas. Pero esto está lejos de la realidad actual, ya que en la mayoría de las ocasiones las diferentes divisiones de la Administración actúan de forma independiente, disminuyendo la eficacia de las acciones puestas en marcha. Esta descoordinación generalmente es mayor entre las organizaciones de distinto rango nacional, autonómico y local. Aunque también es significativa entre distintas áreas de la misma Administración e incluso dentro de la misma división, como se pone en evidencia en la gestión del agua, gestión de residuos, movilidad, planificación de jardines, etc. También existe un escaso intercambio de la información ambiental que se va generando. Todo esto se traduce en una no coordinación en la elaboración y ejecución de proyectos, planes y programas que afectan al medio ambiente. Perspectiva administrativa limitada La administración posee en general una visión sectorializada de los problemas ambientales. Así se pone de manifiesto en su propia distribución estructural. En la mayoría de las ocasiones, únicamente se preocupan por las competencias a las que han sido asignadas, sin realizar un análisis más profundo sobre las causas que lo produce o las consecuencias que conllevan las diferentes actuaciones. Existen áreas administrativas que sí poseen una perspectiva ambiental, pero en su mayoría, ésta es escasa y correspondiente a sus Diagnóstico Ambiental para la Agenda 21 Local de Granada VI. Conclusiones 770 competencias. También se tiene una perspectiva correctora, cuando aparecen los problemas es cuando se actúa, como se pone de manifiesto en la gestión de los ríos y de los residuos. En otras áreas ni siquiera se plantean sus repercusiones ambientales, cubriendo el expediente con informes ambientales en sus proyectos que, al final, terminan sin poner en práctica las recomendaciones que se establecen. La degradación de los lugares identitarios de Granada y la limitada percepción ciudadana En la actualidad dos de los lugares que han conformado la ciudad de Granada a través del tiempo se encuentran en un serio proceso de desintegración. Tanto la Vega como el Centro Histórico, sufren hoy la desarticulación de los elementos que los conforman como patrimonio de la ciudad. La Vega, paisaje cultural que acompaña a la ciudad de Granada desde hace un milenio, se encuentra hoy en proceso de desaparición como tal. Por un lado, desaparece como espacio físico por su urbanización. Por otro, se desintegra por las alteraciones de muchos de los elementos que la conforman como paisaje: caminos, tipologías constructivas, acequias, abandono de cultivos, etc. siendo además, en conjunto, distorsionada por la proliferación de nuevas vías de comunicación y nuevas tipologías constructivas. Por su parte, la degradación del Centro Histórico es elevada en general (con diferentes niveles según zonas). La cualidad estéticaarquitectónica se ve afectada por su mala conservación, nuevas intervenciones poco afortunadas, alteración de la trama urbana y, en suma, fuerte alteración paisajísica. A ello se suma la pérdida de la población que le da sus señas de identidad y la que permanece está envejecida. Todo esto, más la falta de dotaciones y equipamientos públicos, hacen del Centro Histórico un lugar que se desintegra. En este sentido, hay que poner de relieve que el Centro Histórico, además de sus valores identitarios, está Diagnóstico Ambiental para la Agenda 21 Local de Granada VI. Conclusiones 771 formado por barrios de la ciudad, y, como tales, deberían estar completamente habitados, sobre todo en una ciudad que se expande. La percepción de los ciudadanos sobre su ciudad tiende a construir una idea de ésta a través de imágenes clave: Sierra Nevada, la Vega, la Alhambra, la Catedral y su entorno, el Albaycín y el Sacromonte. Esta percepción de la ciudad tiende a crear un modelo fijo que funciona como un velo que impide percibir ciertos procesos de degradación. En el caso del Centro Histórico, la atención puesta en algunos de sus hitos deja en segundo plano el conjunto (hipersensibilidad con la Alhambra y desatención del urbanismo histórico). En la Vega, una imagen gruesa de este paisaje (“verde”, “agraria”, “extensa”) oculta la comprensión de la complejidad de sus elementos y su fragilidad. Tanto en un caso como en otro, estas percepciones sobre el Centro Histórico y la Vega muestran un afecto ciudadano que no es capaz de traducirse en una actitud operativa para salvaguardarlos. Actitud capaz de demandar, exigir, ayudar a la administración y, en conclusión, participar en los procesos de cambio de lugares tan significativos para la ciudad. Inadaptación de la ciudad a su medio. Descubrimos diversos síntomas de que la ciudad no considera cuáles son las limitaciones y potencialidades ambientales del medio que la rodea, de tal forma que, en el desarrollo cotidiano de la actividad urbana, estas disfunciones son fuente de distintos problemas ambientales. La vivienda es un claro ejemplo de esta inadaptación de la ciudad a su medio (clima continental de temperaturas extremas), como consecuencia de lo cual debe importar crecientes cantidades de energía no renovable para poder acondicionar los interiores (bien a través de combustiones o de otros medios de calentamiento que derrochan la energía). Las prácticas de construcción deficientes en aislamiento, así como la proliferación de las calefacciones individuales, afectan a la calidad del aire que respiramos, disminuyendo la calidad de vida. Diagnóstico Ambiental para la Agenda 21 Local de Granada VI. Conclusiones 772 Muy ligada a esta idea, está el hecho de que las características climatológicas y topográficas de Granada conforman un tipo de atmósfera peculiar, donde la presencia de capas de inversión que dificultan la dispersión de los contaminantes del aire, es muy frecuente. Sin embargo, la ciudad vive de espaldas a esta realidad sin poner en marcha estrategias integrales de prevención y control de la contaminación atmosférica. La propia artificialización de la ciudad que se ha descrito entorno a sus ecosistemas fluviales, el diseño y mantenimiento de los jardines urbanos, el proceso urbanizador de su Vega y la sucesión de actividades que degradan la vegetación de sus cuencas, son desequilibrios cotidianos e indicadores del bajo grado de armonía entre Granada y su medio. En este sentido sorprende ver cómo ésta, conocida por la “ciudad del agua”, ha degradado sus ríos hasta el punto de convertirlos en puros sistemas cementados y abandonados al vertido de residuos sólidos y líquidos, y cómo proliferan los desmontes de vegetación en zonas de fuerte pendiente donde se incrementa el riesgo de erosión, frente a lo cuál se responde con repoblaciones mal planificadas o de especies alóctonas que compiten con la vegetación natural. Los jardines están diseñados de acuerdo con criterios más propios de la arquitectura que de la ecología, de tal forma que encontramos incongruencias como la utilización frecuente de especies alóctonas, responsables de elevados consumos de agua (recurso cuya gestión es conflictiva), o el estrangulamiento de los árboles de la ciudad con hormigón y diferentes sistemas de tuberías. En este sentido, uno de estos simbólicos exponentes de inadaptación, la ubicación bajo el Parque de Federico García Lorca de una capa de zahorra, que lo separa del rico suelo de la Vega. La actividad agrícola, por su parte, está basada en el cultivo de especies cuyo crecimiento en las condiciones climáticas e hidrológicas de la zona supone un alto deterioro, cuantitativo y cualitativo, de los recursos locales (agua, suelo, biodiversidad) sobre los que se sustenta. Insuficiente cumplimiento de la normativa ambiental A lo largo del diagnóstico, se han descrito distintos problemas ambientales que evidencian un frecuente incumplimiento de la normativa ambiental (legislación y planes de gestión), tanto por parte de la Diagnóstico Ambiental para la Agenda 21 Local de Granada VI. Conclusiones 773 administración y otras instituciones públicas, caso de la Universidad, como de diferentes establecimientos, industrias, o de los propios ciudadanos, pudiendo por tanto señalar que nos encontramos ante una situación generalizada. Estas infracciones son fuente de impactos ambientales que suponen costes económicos y daños al medio ambiente y a la salud. Entre otros podemos señalar las siguientes: superaciones de los niveles de contaminación atmosférica por formas nocivas de materia (dióxido de nitrógeno y partículas sólidas fundamentalmente) o de energía (ruido); incumplimiento de los objetivos de reducción, reutilización, reciclado de residuos y disposición en condiciones de seguridad de aquellos residuos que no puedan ser aprovechados (recogidos desde las Directivas europeas hasta los planes de gestión andaluces); niveles elevados de gestión inadecuada de residuos peligrosos; superaciones de los límites permitidos por contaminación de nitratos de las aguas del acuífero; incumplimiento de la ordenanza de vertidos de tal forma que aparecen compuestos tóxicos y elevadas concentraciones orgánicas en las aguas de depuración; incumplimiento de las disposiciones reguladas por planes de protección como el de la Vega y los ríos, etc. Se describen diversas causas asociadas a esta problemática, como un control poco sistemático y preventivo por parte de la Administración, que frecuentemente actúa impulsada por denuncias u otro tipo de acciones puntuales (con deficiencias de medios y personal y descoordinación), pero sin que exista una política planificada e integradora de todas las variables del problema. Así, por ejemplo, cuando se piensa en calidad del aire, solo se alude al tráfico o a los filtros de las chimeneas (y nunca observando toda su complejidad), pero no se contemplan cuestiones urbanísticas, procesos de producción, etc.; o cuando se gestionan los residuos, la preocupación nunca se acerca a la solución fundamental que es la reducción. Paralelamente en el terreno empresarial, la despreocupación por las cuestiones ambientales, se pone de manifiesto en la casi ausencia de sistemas de gestión ambiental de sus establecimientos y procesos productivos. Esta misma realidad es extensible a los propios centros de la Administración y otras Instituciones Públicas. Diagnóstico Ambiental para la Agenda 21 Local de Granada VI. Conclusiones 774 Utilización desigual de los recursos que sustentan la actividad económica. La economía granadina se encuentra escasamente diversificada, con un sector industrial y agrario muy débiles y un sector terciario hipertrofiado. En principio, prodríamos pensar que la debilidad del sector industrial nos libra de las consecuencias negativas ambientales que suele acarrear, sin embargo también desde el punto de vista de la sostenibilidad se aboga por un equilibrio en la representación en la economía de los diversos sectores, puesto que posibilita una menor dependencia de factores exteriores, disminuye costes energéticos por transporte, favorece la diversidad de empleos y en general dinamiza la sociedad. Un sector terciario moderno se liga al resto de sectores. Por contra el sector terciario de Granada es muy autorreferencial, dependiendo de sí mismo y sobre todo del subsector de servicios públicos (Administraciones y Universidad), de los que no cabe quizá esperar un mayor crecimiento. El turismo, sin embargo, apoyado en recursos propios, se ha convertido en la más definida esperanza para el crecimiento de la ciudad. Esta actividad presenta varios problemas: se desarrolla en la ciudad de una forma muy descompensada, sobreexplotando por un lado e infrautilizando por otro. El turismo en Granada es un turismo netamente cultural, que se basa en el patrimonio, recurso no renovable, frágil y con límites, que se expresan en términos de capacidad de carga (hoy la Alhambra ya ha tenido que establecer su límite). La agricultura de la vega, por otro lado, se caracteriza por la explotación intensiva altamente artificializada, produciendo contaminación de los suelos y del acuifero, y realizando un consumo excesivo de agua. Por otro lado, la actividad se ve sometida a la fuerte tensión de la presión urbanística. Tanto las limitaciones como las prevenciones en torno al patrimonio como al recurso agrario de la Vega deben ser vistos desde el punto de vista de una economía sostenible, donde el mantenimiento de los recursos locales Diagnóstico Ambiental para la Agenda 21 Local de Granada VI. Conclusiones 775 es la única perspectiva racional para su explotación y la estrategia más eficaz para garantizar su pervivencia futura. Heterogeneidad y persistencia de problemas sociales Los problemas sociales que presenta la ciudad de Granada son comunes a los de otras ciudades de nuestro entorno más próximo o del país. Pero el concepto de desarrollo sostenible estaría incompleto si no se consigue la equidad y la cohesión social de la ciudad. Si los ciudadanos son los actores y los receptores de la sostenibilidad global entonces la sostenibilidad ambiental implica preservar la vida y el bienestar humanos. Para conseguir un mundo más justo se debe incrementar la distribución equitativa de los bienes, servicios y oportunidades entre la población más desfavorecida. Los colectivos sociales más vulnerables a la exclusión y la pobreza son los que acumulan más problemas sociales. La acumulación de factores en su origen hacen difícil su eliminación sin unas políticas integrales que aborden el problema en su conjunto. La concentración en determinados barrios de la ciudad (Almanjáyar, Haza Grande o Albaicín) de altas tasas de desempleo, la baja cualificación profesional, familias en alto riesgo de pobreza, el analfabetismo, infraviviendas, el hacinamiento familiar, alcoholismo, violencia doméstica, toxicomanías, deterioro del mobiliario urbano y degradación de los espacios públicos y jardines, poca infraestructura administrativa, cultural, deportiva, escasa actividad comercial, etc. exige una política de cohesión social que rompa con la polarización estructural y socioeconómica. La igualdad de oportunidades para acceder a bienes y servicios básicos (empleo, educación, sanidad, vivienda, prestaciones sociales) también se extiende a otros colectivos que forman parte de la ciudad aunque sea temporalmente como son los inmigrantes, los nómadas o los turistas. Pérdida de la calidad urbana. Diagnóstico Ambiental para la Agenda 21 Local de Granada VI. Conclusiones 776 Granada es una ciudad mediana, de unos 250.000 habitantes (unos 430.000 en toda la aglomeración), tradicionalmente inserta en el paisaje, con unos pilares económicos de potencial impacto ambiental bajo, con un patrimonio de reconocido prestigio mundial, sin embargo presenta una paulatina pérdida de calidad urbana. Una de las ciudades más ruidosas de España, que supera casi todos los días los niveles (de inmisión) permitidos por la ley en dióxido de nitrógeno y partículas, que ha primado al coche sobre las personas en el uso del espacio público disminuyendo así su carácter de lugar de sociabilidad, que está perdiendo su tradicional carácter de ciudad multifuncional (como ciudad mediterránea) y que ha ido dando la espalda en sucesivas rupturas a sus históricas y peculiares características urbanas, paisajísticas y arquitectónicas que la individualizan como ciudad para entrar en un proceso de homogeneización y estandarización. No obstante, es una ciudad con recursos, que precisa concebirse más integralmente, articularse con su comarca y aunar esfuerzos sectoriales en una perspectiva común que le permitan ir reconduciendo sus muchos problemas que la alejan de la sostenibilidad.