RESONANCIA MAGNÉTICA DE LA PELVIS MASCULINA 511 monográfico radiología en urología 2 Arch. Esp. Urol., 54, 6 (511-518), 2001 Resonancia magnética de la pelvis masculina. MARINA HUGUET PAÑELLA. Centre Diagnostic Pedralbes. Cetir Grup Medic. Barcelona. España. Resumen.- La resonancia magnética (RM) constituye en la actualidad una técnica diagnóstica útil en la patología pélvica masculina. Su principal aplicación se basa en el estudio de la próstata, especialmente en el estadiaje preoperatorio. El examen RM permite determinar la invasión de la cápsula, del plexo periprostático, de las vesículas seminales, de la vejiga, del recto y de los ganglios linfáticos pélvicos. Su principal objetivo sería diferenciar estadios T1 y T2 de enfermedad avanzada. Con la introducción de la bobina endorrectal se ha mejorado la resolución de la imagen y se ha conseguido una mayor precisión en el diagnóstico de enfermedad extracapsular. La RM también permite diferenciar tejido cicatricial de recidiva regional en pacientes sometidos a prostatectomía radical. Otras aplicaciones de la RM son el estudio de las lesiones benignas de próstata y de las vesículas seminales, como los quistes prostáticos, la hiperplasia nodular focal, o la amiloidosis vesical. En el estudio de la patología del escroto, la ecografía sigue Correspondencia Marina Huguet Pañella Centre Diagnòstic Pedralbes CETIR C/ Monasterio nº 3 08034 Barcelona. España. e-mail: mhuguet@cetir.es siendo la técnica diagnóstica inicial. Sin embargo en determinados casos, la RM puede ser de utilidad, aportando información acerca de las tumoraciones testiculares, procesos inflamatorios, torsiones testiculares e incluso en los traumatismos. Palabras clave: Carcinoma de próstata. Prostatectomía. Resonancia magnética. Bobina phasedarray. Bobina endorrectal. Summary.- OBJECTIVE: To review the usage of magnetic resonance imaging (MRI) in the assessment of the male pelvis. METHODS: The applications of MRI in male pelvis pathology are reviewed. RESULTS/CONCLUSION: MRI has been demonstrated to be a useful diagnostic imaging technique in male pelvis pathology. It has been used mainly to evaluate the prostate, particularly for preoperative staging. MRI can depict tumor invasion of the capsule, periprostatic plexus, seminal vesicles, bladder, rectum and pelvic lymph nodes. Its main objective is to differentiate stages T1 and T2 of advanced disease. The endorectal coil enhances image resolution and diagnosis of extracapsular disease is more precise. MRI can also distinguish scar tissue from regional recurrence in patients submitted to radical prostatectomy. This imaging technique has also been used to assess benign lesions of the prostate and seminal vesicles; e.g., prostatic cysts, focal nodular hyperplasia, and amyloidosis of the bladder. Although ultrasound continues to be the primary noninvasive diagnostic method in the evaluation of scrotal pathology, MRI provides valuable diagnostic information in certain conditions; e.g., testicular tumors, inflammatory processes, testicular torsion and trauma. 512 M. HUGUET PAÑELLA Keywords: Prostatic carcinoma. Prostatectomy. Magnetic resonance imaging. Phased-array coil. Endorectal coil. INTRODUCCIÓN Los avances técnicos en Resonancia Magnética (RM), especialmente la mejora en la resolución de las imágenes ha conllevado a nuevas aplicaciones en la patología pélvica masculina. La mayor indicación la constituye el estadiaje preoperatorio del cáncer de próstata. Además, la RM se muestra útil para diferenciar tejido cicatricial respecto a la recidiva en pacientes sometidos a prostatectomía radical. En patología benigna de la próstata, la RM determina la presencia de quistes congénitos que pueden asociarse a situaciones de infertilidad. Se considera que la RM es superior a la TC puesto que aporta una mayor resolución espacial, un mayor contraste de los tejidos blandos y suplementa los hallazgos de la ecografía. La imagen RM ha mejorado sustancialmente desde que se utiliza la bobina endorrectal combinada con las bobinas de phasedarray (1). En RM, la próstata aparece hipointensa y homogénea en secuencias potenciadas en T1. Las distintas zonas pueden ser identificadas únicamente mediante secuencias T2, que demuestran la zona periférica como hiperintensa y la glándula central y la zona transicional como hipointensas. Las vesículas seminales son glándulas pares que descansan encima de la próstata. Su contenido es homogéneo e hipointenso en secuencias T1 e hiperintenso en secuencias T2 (Fig. 1). LESIONES BENIGNAS DE PRÓSTATA Y VESÍCULAS SEMINALES El diagnóstico de los quistes prostáticos congénitos ha aumentado paralelamente con el uso de la ecografía transrectal y de la RM. Se localizan en la línea media y pueden provenir del utrículo o de los conductos de Müller. Los quistes utriculares tienen un origen endodérmico, suelen comunicar con la uretra prostática y contienen espermatozoides. Los quistes de los conductos de Müller provienen del mesodermo, no comunican con la uretra prostática y pueden contener calcificaciones. RM DE LA PRÓSTATA ANATOMÍA La glándula prostática se forma a partir del seno urogenital durante el tercer mes fetal. Los conductos de Wolff desarrollarán los epidídimos, el conducto deferente, las vesículas seminales y los conductos eyaculadores. Los conductos de Müller se fusionan caudalmente en la línea media para formar el utrículo prostático y regresan dejando tan sólo el apéndice testicular como remanente. La próstata se puede dividir anatómicamente en tres zonas. La zona periférica posterolateral (la mayor parte de la glándula), la zona central (aproximadamente el 25% del volumen glandular) y el área transicional, englobando la uretra prostática (5-10 % del volumen glandular). Esta última zona es la responsable de la hiperplasia benigna prostática, que puede llegar a comprometer la función urinaria. Fig. 1: Tomografía coronal en secuencia potenciada en T2 y utilizando bobina endorrectal. Normal señal hiperintensa de las vesículas seminales. RESONANCIA MAGNÉTICA DE LA PELVIS MASCULINA El tratamiento de la hiperplasia prostática benigna suele ser la resección transuretral, reservándose la prostatectomía en casos de adenomas importantes. Su diagnóstico no constituye una indicación de la RM pero es un hallazgo frecuente en pacientes investigados por otras razones como el estadiaje del carcinoma de próstata. El depósito amiloide de las vesículas seminales puede estenosar la luz y transformar las vesículas seminales hipointensas en secuencias T2, simulando infiltración por neoplasia prostática. Frente a un caso dudoso, la utilización del contraste puede ser de gran ayuda. En la amiloidosis captará la pared de las vesículas, mientras que en la invasión tumoral, el contenido de las vesículas también mostrará captación. Además, debe tenerse en cuenta que una hemorragia secundaria a biopsia o una infección del tracto urogenital, pueden simular una infiltración de las vesículas seminales. CARCINOMA DE PRÓSTATA En la zona periférica de la glándula se originan la mayoría (70-80%) de los tumores malignos, mientras que en la zona central sólo se contabilizan un 5-10% del total. Alrededor del 95% de los carcinomas de próstata son adenocarcinomas, siendo raros los rabdomiosarcomas. En países industrializados, el carcinoma de próstata es el tumor más frecuente en el hombre después de la neoplasia de pulmón. Los primeros estadios son normalmente asintomáticos. Muchos se presentan con un incremento del antígeno prostático específico (PSA) o con un tacto rectal positivo con biopsia confirmativa. El grado tumoral y el tamaño del tumor predicen el comportamiento tumoral, incluyendo la invasividad y el potencial metastático. En el punto más alto del espectro, los grados de Gleason 810 presentan una incidencia de adenopatias entre el 20 y el 61%. En el carcinoma localizado (estadios T1 y T2), la supervivencia tras la prostatectomía radical es similar a la de los sujetos controles. En casos de enfermedad local avanzada (T3/T4), el beneficio es cuestionable. Por ello las técnicas de imagen deben poder diferenciar estadios T1 y T2 de enfermedad avanzada. 513 El carcinoma de próstata aparece como un área de hiposeñal en secuencias T2 en la glándula periférica (Fig. 2). La RM presenta una alta sensibilidad (91%) para el carcinoma de próstata en la zona periférica, pero una baja especificidad (sólo del 27%). Además, la sensibilidad de la técnica disminuye si el carcinoma se halla fuera de la zona periférica. Por estos motivos, se considera que la RM no es una técnica útil para el screening del carcinoma de próstata, pero sí para el estadiaje (2-5). El papel de la RM se dirige a determinar la invasión de la cápsula, del plexo periprostático, de las vesículas seminales, de la vejiga, del recto y la infiltración de los ganglios linfáticos pélvicos (5) (Fig. 3). La precisión de la bobina endorrectal para determinar invasión capsular es aproximadamente del 80%, sin embargo, dependiendo de la experiencia del radiólogo, la precisión puede decrecer hasta el 54%. Aunque la invasión microscópica de la cápsula es difícil de determinar, la RM permite detectar la extensión extracapsular, definida como la presencia de tumor mayor de 2 mm invadiendo la cápsula (6). Fig. 2: Neoplasia prostática. Pérdida de la hiperintensidad de señal en región paramedial derecha de glándula periférica. Secuencia axial potenciada en T2 con bobina de pelvis. 514 M. HUGUET PAÑELLA La invasión del plexo periprostático requiere una mayor resección. En RM aparece una hipointensidad de señal en el ángulo periprostático, en el aspecto postero-lateral de la glándula. La RM presenta un valor predictivo positivo del 68% y un valor predictivo negativo del 59% para la determinación de la invasión del plexo periprostático. La invasión de las vesículas seminales implica un peor pronóstico (Fig. 4). Conlleva al estadio T3, generalmente irresecable, debiéndose realizar radioterapia. Areas focales o difusas con hiposeñal en secuencias T2 sugieren infiltración tumoral. Los cambios hemáticos secundarios a una biopsia, pueden simular una neoplasia (7). También el tratamiento hormonal o radioterápico, los cálculos y la amiloidosis senil pueden mostrar hiposeñal en T2 (Fig. 5). La RM muestra una especificidad del 94% con una sensibilidad del 50% para determinar la invasión de las vesículas seminales. El diagnóstico diferencial de una lesión hipointensa en secuencias T2 en glándula prostática periférica, además de incluir el carcinoma prostático, debe excluir la hemorragia post-biopsia, que presentaría una Fig. 3: Extensa neoformación de la glándula periférica izquierda invadiendo la cápsula, el plexo periprostático y la pared del recto. Tomografía axial en secuencias T2 con bobina endorrectal. apariencia similar. La diferencia entre ambos procesos puede realizarse con la adquisición de una secuencia potenciada en T1, en la cual el tumor permanece hipointenso pero la sangre se transforma en hiperseñal. Por este motivo, se aconseja realizar la RM dos semanas después de la biopsia. La presencia de ganglios linfáticos constituye un factor pronóstico con implicaciones terapéuticas en el carcinoma prostático. Los ganglios linfáticos malignos suelen presentar un tamaño superior a 1.5 cm y pueden ser múltiples. Sin embargo, la sensibilidad de la RM para la detección de adenopatías es baja 5060%, debido a la gran cantidad de micrometástasis en los nódulos con tamaño normal (8). RECURRENCIA LOCAL DEL CARCINOMA DE PRÓSTATA La frecuencia de una recurrencia local postprostatectomía es aproximademente del 10%. Si se detecta en los estadios iniciales mediante la explora- Fig. 4: Invasión de la vesícula seminal derecha por adenocarcinoma de próstata. Tomografía coronal en secuencias T2 con bobina endorrectal. Se identifica pérdida de la hiperintensidad normal de las vesículas seminales. RESONANCIA MAGNÉTICA DE LA PELVIS MASCULINA 515 en los distintos procesos que lo afectan. En la mayor parte de las ocasiones, la ecografía aporta suficiente información para un correcto diagnóstico, especialmente con la introducción del eco-doppler en color que aporta información adicional sobre la perfusión. Cuando los hallazgos de la ecografía no son suficientes, equívocos o no coincidentes con la clínica, puede utilizarse la resonancia magnética (10-11). ANATOMÍA Fig. 5: Hipointensidad global de la glándula prostática y de las vesículas seminales por tratamiento hormonoterápico en paciente con carcinoma prostático. Tomografía coronal en secuencia potenciada en T2. En RM, los testículos aparecen homogéneos e isointensos con respecto al músculo en secuencias potenciadas en T1 e hiperintensos en secuencias T2. La túnica albugínea se identifica con hiposeñal en secuencias T2. El epidídimo también se aprecia mejor en secuencias T2 por su baja señal en comparación con los testículos. Al administrar contraste paramagnético, el epidídimo aparece más hiperintenso que los testículos (12). LESIONES TUMORALES MALIGNAS ción clínica o valores del PSA, pueden ser controladas por radioterapia. El PSA puede elevarse en casos de recurrencia o metástasis a distancia. La ecografía transrectal es la modalidad de elección para estudiar el lecho prostático. Sin embargo, el tejido prostático residual aparece anterior a la anastomosis vesicoureteral en el 80% de los pacientes. Por este motivo es difícil diferenciar pequeñas recurrencias de tejido prostático normal o tejido cicatricial. La ventaja de la RM se basa en el contraste de los tejidos blandos y en su capacidad multiplanar. En secuencias T2, el tejido residual prostático es hiperintenso y suele captar contraste, mientras que la recurrencia local o el tejido cicatricial son hipointensos (9). El tejido cicatricial generalmente no capta contraste, exceptuando los 3-6 primeros meses tras la cirugía. RM DEL ESCROTO Aunque el escroto es un estructura superficial, su examen clínico presenta dificultades diagnósticas debido a la similitud de la clínica y la exploración física El cáncer testicular es el tumor más frecuente del escroto, mientras que los tumores del epidídimo y del cordón espermático son extremadamente raros. El tumor testicular constituye el 1% del total de los tumores en el varón, sin embargo es el tumor más frecuente entre los 15 y 34 años. Los tumores testiculares comprenden los tumores de células germinales, del estroma gonadal, del sistema linfático, hematopoiético y las metástasis. Los tumores de células germinales son los más frecuentes, alcanzando el 95% del total. Los tumores pequeños son visualizados como lesiones focales, mientras que los tumores de gran tamaño pueden alterar la estructura testicular. En secuencias T1, los tumores testiculares muestran isoseñal en secuencias T1 con respecto al testículo normal. En secuencias T2, suelen ser hipointensos (13). Los seminomas presentan hiposeñal homogénea en secuencias T2 (Fig. 6). Si existen áreas heterogéneas, se corresponden con zonas de necrosis. Los tumores de tipo no seminoma (carcinoma embrionario, coriocarcinoma, teratoma), se caracterizan por su apariencia inhomogénea, resultado de hemorra- 516 M. HUGUET PAÑELLA gia, fibrosis, calcificación o cartílago (14). Los teratomas pueden presentar quistes (Fig. 7). LESIONES TUMORALES BENIGNAS Constituyen el 5% de las neoplasias testiculares. Pueden provenir de las células de Sertoli, Leydig o del tejido conectivo del estroma. Típicamente tienen una apariencia homogénea, difícil de distinguir de los tumores malignos. Los quistes epidermoides son lesiones benignas, la enucleación sigue siendo el tratamiento adecuado y sólo la biopsia permite diferenciarlos de los teratomas. Los tumores adenomatoides constituyen la neoplasia extratesticular más común. Provienen del epidídimo o de la túnica albugínea. El diagnóstico diferencial se establecerá con el granuloma epididimario (Fig.8). El quiste simple testicular es poco frecuente, siendo difícil diferenciarlo con los tumores quísticos malignos. El método diagnóstico de elección es la ecografía junto con la palpación. Los espermatoceles son quistes del epidídimo que Fig. 6: Lesión focal hipointensa en testículo derecho compatible con el diagnóstico histológico de seminoma. Tomografía axial en secuencia potenciada en T2. contienen sedimentos de detritus, espermatozoides inmóviles y lípidos. Suelen localizarse en el polo superior del testículo, en la cabeza del epidídimo. Pueden ser uni o bilaterales, solitarios o múltiples. Los hidroceles son acumulaciones patológicas de líquido entre las dos capas de la túnica vaginalis. Pueden ser idiopáticos o asociarse a procesos inflamatorios (epididimitis u orquitis), a torsiones testiculares o a tumores testiculares. Los hidroceles crónicos desarrollan septos y sus paredes se engrosan. Suelen representar un hallazgo accidental típico en RM. EPIDIDIMITIS Y ORQUITIS La epididimitis constituye la causa más frecuente de dolor agudo en el adulto. Suele ser causada por extensión intracanalicular de microorganismos en pacientes con prostatitis, uretritis u otras infecciones del tracto urinario. La orquitis asociada aparece en el 20% de los pacientes. En RM el epidídimo aparece aumentado de tamaño Fig. 7: Formación de características quísticas, bien delimitada, en testículo izquierdo. El diagnóstico anatomo-patológico se correspondió con un teratoma quístico. Tomografía sagital en secuencias T2 con supresión grasa. RESONANCIA MAGNÉTICA DE LA PELVIS MASCULINA 517 TRAUMATISMO En pacientes sometidos a un traumatismo, debe diferenciarse el hematoma, el hematocele, el sangrado intratesticular o la ruptura testicular. La eco-doppler color, permitirá distinguir el hematoma de la torsión testicular. En RM, los hematoceles presentan señal intermedia en T1 e hiperseñal en T2. Los hematoceles crónicos muestran hiperseñal en T1 y T2. La secuencia T2 permitirá diagnosticar la ruptura de la túnica albugínea BIBLIOGRAFÍA Y LECTURAS RECOMENDADAS (*lectura de interés y **lectura fundamental) Fig. 8: Histiocitoma epididimario. Extensa lesión ocupante de espacio en escroto izquierdo, por encima del testículo. Tomografía coronal en secuencia T2 con supresión grasa. y presenta señal RM heterogénea, generalmente hiperintensa en T2. Puede complicarse con hemorragia, dando una señal variable en T1 y T2. Las áreas inflamatorias captan contraste paramagnético. La inflamación testicular puede aparecer homogénea o heterogénea en secuencias T2, sin presencia de efecto masa. TORSIÓN TESTICULAR Se trata de la rotación testicular alrededor del eje longitudinal de cordón espermático. Requiere tratamiento quirúrgico urgente. En el 65% de los casos los pacientes son jóvenes (12-18 años). El diagnóstico se realiza con el eco-doppler color. La RM se realiza en muy raras ocasiones. Aparece un aumento del tamaño del cordón espermático con disminución del flujo, hiposeñal de los testículos y moderado engrosamiento de la túnica albugínea y del epidídimo (15). El punto de la torsión aparecerá como un área con vacio de señal. La presencia de hiperseñal en secuencias T1, indicará hemorragia intraparenquimatosa de los testículos o del epidídimo. **1. HRICAK, H.; WHITE, S.; VIGNERON, D. y cols.: "Carcinoma of the prostate gland: MR imaging with pelvic phased-array coils versus integrated endorectalpelvic phased-array coils." Radiology, 1193: 703, 1994. 2. SCHNALL, M.D.; IMAI, Y.; TOMAZEWSKI, J. y cols.: "Prostate cancer: local staging with endorectal surface coil MR imaging." Radiology, 178: 797, 1991. 3. CHELSKY, M.; SCHNALL, M.; SEIDMON, E. y cols.: "Use of endorectal surface coil magnetic resonance imaging for local staging of prostate cancer." J. Urol., 150: 391, 1993. 4. 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