LOS VALIDOS DEL REY CARLOS II. 1655-1700 Reinado de Carlos II. Sucede el 17 de septiembre de 1655 a su padre Felipe IV. Validos: El primero de sus validos fue su confesor, el jesuita Everardo Nithard, que se hizo extraordinariamente impopular, hasta el punto de que en 1669 la regente se vio obligada a expulsarlo del país. Fue Inquisidor general por nombramiento de 22 de septiembre de 1666. A Nithard le sucedió Fernando de Valenzuela, el "duende de palacio", hijo de un oficial del ejército, inició su carrera al servicio del duque del Infantado; por sus servicios en la corte se vio recompensado con el hábito de la Orden de Santiago en 1671. En 1673 fue nombrado caballerizo mayor y superintendente de las obras de palacio, y un año más tarde se le nombró consejero de Italia. Fue el primer valido que recibió el nombramiento específico de primer ministro. Juan de Austria empezó a actuar como primer ministro en febrero de 1677: todas las esperanzas de los españoles estaban puestas en este hombre extraordinario y ambicioso, que falleció en 1679 sin contar con el apoyo de la Iglesia y el Ejército durante su gobierno. Le siguió en el cargo el presidente del Consejo de Indias, el duque de Medinacelli (1680-1685), cuyos cinco años de Primer ministro pasaron sin gloria alguna , sin que se consiguieran los buenos propósitos de reforma, ya que la oligarquía aristocrática no estaba dispuesta a ningún género de sacrificio. Tras la dimisión del anterior en abril de 1685 toma el cargo el duque de Oropesa cuyos esfuerzos se dirigieron a recuperar la economía española, junto con los Vélez, y reformar la burocracia y la Iglesia, si bien la situación de España en guerra con Luis XIV, le obligan a su dimisión el 25 de junio de 1691. Desde ese momento la reina Mariana de Neoburgo, hija del elector palatino, hermana del emperador Leopoldo, y segunda esposa de Carlos II, repartió el cargo entre diversas personas que ocupaban puestos como la Secretaría del Despacho y otras instancias: Juan de Angulo, apodado el Mulo, o Alonso Carnero, el duque de Montalvo, o el conde de Melgar, quienes actuaban a su voluntad, sin directrices claras. Esta situación favoreció la caída de la institución a la muerte del rey. BIBLIOGRAFÍA: LYNCH, J., España bajo los Austrias, vols. II, 4º ed, Barcelona, 1984, pp. 341-364. VALIENTE, Los validos en la monarquía española del siglo XVII, VV.AA., Los Validos, José Antonio Escudero (coord), Ed. Dykinson, Madrid, 2004.