LA ARMADA DEL SIGLO XXI (1990-2010) radares dentro del amplio espectro electromagnético. Es necesario resaltar, la modernización de las lanchas clase “Manta”, transformándolas de torpederas a misileras con la ventaja de ganar una importante experiencia a nivel astilleros. La revolución en armamento y electrónica se la debemos a las lanchas clase “Quito”, sin embargo, es justo reconocer que antes de ésta; la llegada de las lanchas clase “Manta” a inicios de la década del 70, representó una innovación en los sistemas de propulsión con la introducción de motores de alta velocidad. Por un lado se experimentó la sensación extraordinaria de navegar a más de 30 nudos y por otra parte nos llevó a adoptar una línea de mantenimiento y reparación de los motores alemanes MTU, demostrando una visión de largo plazo digna de reconocimiento que sin lugar a dudas, ha sido nuestro mayor logro logístico debido al gran nivel de capacitación técnica alcanzado a nivel de maestranza. Desde el punto de vista estratégico, la adquisición de las lanchas otorgó a la Armada una importante independencia del tutelaje de los EE.UU., que frente a las tendencias tecnológicas amplió su visión hacia nuevas estrategias y tácticas de empleo de su flota; cambiando temporalmente el concepto del buque de guerra de mayor permanencia, al de unidades pequeñas y rápidas que causen sorpresa en el ataque al enemigo. Esta nueva concepción estratégica, obligó al mismo tiempo a una mejor capacitación técnica y operacional de su personal, capacitando a las primeras dotaciones en Alemania; conformando así, una nueva generación de oficiales y tripulantes que han permitido mantener la eficiencia operativa de las lanchas por más de tres décadas. Algunos de los sistemas de las lanchas clase “Quito” en diferentes épocas fueron cambiados, pero no por inoperatividad sino debido a las necesidades tácticas de modernización. Se les instaló un lanzador de chaffs SRBOC, el sistema de Guerra Electrónica NS-9010 que remplazó al detector de radar DR-2000 y fueron cambiadas las máquinas principales por nuevos motores MTU dotándoles de una renovada energía propulsora. En septiembre de 1998, ocurre un desafortunado incidente que origina la pérdida de la LAE “Tulcán” en el área marítima del golfo de Guayaquil, concediéndole el destino el privilegio de mantenerse permanentemente patrullando en el mar, en una navegación sin retorno y llevándose consigo recuerdos y experiencias de una pléyade de hombres de mar que se forjaron en sus cubiertas. La colisión aconteció con el BAE “Chimborazo”, y por la fuerza del impacto y los daños causados, su hundimiento ocurrio en menos de 10 minutos; su último Comandante fue el CPCB-SU Rafaél Torres Fabara121. Por decisión del mando naval las lanchas misileras LAE “Manta” y LAE “Nuevo Rocafuerte” fueron retirados sus misiles y pasaron a formar parte del Cuerpo de Guardacostas con los nombres de LG-37 “Isla de la Plata” y LG-38 “Isla Santa Clara” respectivamente. LM-24 LAE “Cuenca”, Archivo Dpto. RR.PP. de Cogmar. 121 Según relato del entonces CBOS-EL Alcides Eras Correa, tripulante de esa unidad, que vivió ese desafortunado acontecimiento. 383