Elaboración laborales del Informe Pericial para incapacidades Dentro del ámbito laboral, una de las funciones del perito psicólogo es la realización de informes periciales para solicitar Incapacidades Laborales. Este tipo de informe pericial tiene una serie de características propias tanto en su estructura como en su contenido. Con respecto a su estructura, además de los puntos comunes con otros tipos de informes periciales, estos informes deben tener una serie de apartados específicos. De esta forma, un modelo de estructura de un informe pericial para una incapacidad laboral sería el siguiente: 1. Encabezamiento: en donde además de los datos del perito se detalla el motivo del informe. 2. Metodología: se señalan los instrumentos utilizados en la evaluación (test y entrevistas, estudio de otros informes). Las pruebas utilizadas deben adecuarse tanto al trastorno que queremos evaluar, a la edad de la persona a su formación y a su estado actual. Es importante en este caso incluir algún test psicológico que contenga escalas de validez para poder descartar una simulación. 3. Historia previa: además de hacer un breve resumen de la historia de la persona evaluada es importante hacer un resumen de su historia laboral (cambios de trabajo, bajas laborales, etc.) así como de su formación profesional (estudios, capacitación , etc.) 4. Resultado de las pruebas aplicadas: en este apartado se detallan los resultados que hemos obtenidos en nuestra evaluación, tanto los obtenidos por medio de entrevistas realizadas (estructuradas o semi-estructuradas), como los derivados de las diferentes pruebas psicopatológicas empleadas. 5. Descripción del puesto de trabajo: este apartado es importante para tener en cuenta qué actividades del trabajo de la persona evaluada se ven afectadas por su enfermedad. 6. Influencia de la Enfermedad en la Actividad Laboral y Personal: teniendo en cuenta los apartados anteriores, aquí relacionamos el trastorno que padece la persona evaluada con su enfermedad, señalando el grado en que cada aspecto de su trabajo se ve afectado. Es importante señalar de qué modo y en qué grado (mucho o poco, todos los días o algunos, etc.) se ve afectado su trabajo actual. No debemos olvidar los efectos que los tratamientos que la persona deba mantener pueden tener sobre su actividad laboral (efectos secundarios de los psicofármacos, etc.). Además de cómo afecta a su actividad laboral, también es necesario señalar si su vida personal se ve afectada por el trastorno. Este punto es necesario para valorar una posible recuperación así como la posibilidad o no de que la persona pueda ejercer si no su profesión, otra distinta. 7. Valoración de otros informes y/o diagnósticos: cuando la persona evaluada aporta este tipo de informes es importante poder valorar su contenido. Este tipo de informes nos puede dar información por ejemplo sobre los diferentes tratamientos que ha seguido la evaluada, el tiempo que lleva con la patología, etc. En ocasiones el perito estará de acuerdo con el contenido de los informes y en otras no, si es así, deberá razonar su desacuerdo. 8. Diagnóstico según DSM-IV-R o CIE-10. 9. Valoración de minusvalía: utilizando los varemos adecuados (Tablas AMA, etc.), el perito propone un grado de minusvalía. Para valorar el grado debe tenerse en cuenta: el trastorno diagnosticado, su relación con el entorno, sus actividades de cuidado personal, su repercusión en su actividad laboral, la presencia de numerosos síntomas psicopatológicos de gravedad y la cronicidad clara del cuadro psicopatológico a pesar de todos los tratamientos a los que se haya sometido la persona evaluada. 10. Discusión forense: en este punto el perito explica el diagnóstico al que ha llegado y las repercusiones legales del mismo, en este caso, cómo afecta a la capacidad laboral de la persona. 11. Conclusiones forenses: de una forma más concreta que en la discusión forense, el perito señala, una por una, las conclusiones a las que ha llegado tras la evaluación dando respuesta a las peticiones de la parte que haya solicitado el informe. Quizás la mayor dificultad a la hora de realizar este tipo de informes sea la de descartar una simulación o exageración de síntomas. De igual forma es importante tener en cuenta si la persona evaluada ha seguido algún tipo de tratamiento para mejorar su estado, y si este tratamiento era el más adecuado o no para su trastorno. Otra dificultad a la hora de realizar este tipo de informes es que los trastornos mentales son difícilmente objetivables, y que en ocasiones hay ligeras mejorías de una semana a otra sin que por ello esto signifique una remisión del cuadro. Por ejemplo, hay diferentes grados de trastornos de pánico, en algunos casos las crisis se dan sólo fuera del domicilio y en otros incluso dentro de éste, en ocasiones la frecuencia es mayor y otras menor. Por esto, y teniendo en cuenta que cuando hablamos de capacidad laboral se supone que se habla de la capacidad de una persona de mantener un trabajo determinado de forma estable, es decir, sin tener que darse de baja dos días a la semana por ejemplo, es importante valorar de forma adecuada en qué grado afecta el trastorno a cada persona en particular.