1. Clasificación de sustancias por Plinio Sosa a) Categorías límite ¿Cómo agrupar tantas sustancias? Puede haber muchas maneras: por su color, por su textura, por su estado físico, por sus propiedades químicas o por cualquier otro criterio que se nos ocurra. Aquí, en este texto, se van a clasificar según sus propiedades eléctricas y su punto de fusión. Esta clasificación es útil porque guarda una relación directa con el tipo de estructura de las sustancias: partículas independientes o enormes entramados donde las partículas están interconectadas. Considerando sus propiedades eléctricas y su punto de fusión, las sustancias se pueden clasificar en cuatro categorías: sustancias metálicas (los metales), sustancias iónicas (las sales), sustancias covalentes reticulares (las cerámicas) y sustancias no reticulares (las sustancias moleculares y atómicas). − Sustancias Metálicas (M). Son los metales. Conducen la electricidad en estado líquido y en estado sólido. Están constituidas por enormes entramados de tamaño indefinido llamados redes metálicas. La estructura de la red consiste en un número muy grande de núcleos positivos (cationes) interactuando eléctricamente con un número muy grande de electrones. Los núcleos se ocupan posiciones fijas en un arreglo geométrico perfectamente ordenado pero “sumergidos” en la región donde se encuentran los electrones. Las aleaciones son materiales metálicos que contienen varias sustancias. Por ejemplo, el latón, el bronce, las amalgamas. No es fácil describir matemáticamente esta estructura en la que hay un sinnúmero de cargas y un sinnúmero de interacciones, por tanto. Sin embargo, los científicos han encontrado una manera de simplificar la descripción mediante un modelo matemático (más simple) al que le han dado, precisamente, el nombre de modelo del mar de electrones. No todas las sustancias metálicas son sólidas. El mercurio, por ejemplo, es líquido en condiciones ambientales. En la figura 2.1, se puede apreciar una imagen de dicho modelo. Las letras (el símbolo químico del oro) representan la parte positiva de la estructura. Cada símbolo se refiere al núcleo y todos los electrones internos. La región sombreada representa la parte negativa de la estructura, es decir, la zona donde se mueven los electrones más externos. Como se puede apreciar, las interacciones no son de un solo electrón con un solo núcleo, sino... ¡de todos con todos! Esto es exactamente lo que se quiere resaltar con el modelo del “mar de electrones”. Algunos ejemplos de sustancias metálicas son: sodio, Na, mercurio, Hg, uranio, U, plomo, Pb, etc. Por definición, los otros 3 tipos de sustancias (iónicas, covalentes reticulares y no reticulares) se consideran no metálicas. Figura 2.1. Modelo del mar de electrones para representar la estructura de una sustancia metálica, en este caso, el oro. − Sustancias Iónicas (I). Conducen la electricidad en estado líquido y en solución acuosa pero no en estado sólido. Las sustancias que coloquialmente conocemos como sales son un ejemplo de sustancias iónicas. Están constituidas por enormes entramados de tamaño variable llamados redes iónicas. La estructura de la red consiste en un número muy grande de iones de carga opuesta (aniones y cationes1) interactuando eléctricamente. Figura 2.2. Imagen de la estructura corpuscular de una sustancia iónica. La figura 2.2, exhibe una imagen de esta estructura. Las esferas grandes representan a los iones negativos (aniones) y las pequeñas a los iones positivos (cationes). Ejemplos: cloruro de sodio, NaCl, nitrato de amonio, NH4NO3, etc. +Por definición, las otras 3 categorías (metálicas, covalentes reticulares y covalentes no reticulares) son sistemas covalentes, es decir, no iónicos. No todas las sustancias iónicas son solubles en agua. Los sulfuros, los óxidos, los hidróxidos y los carbonatos —entre otros— suelen ser insolubles en agua. − Sustancias Covalentes Reticulares (CR). No conducen la electricidad ni en estado líquido, ni en estado sólido ni en solución acuosa. Tienen puntos de fusión muy elevados (más de 400 ºC). Están constituidas por enormes entramados de tamaño indefinido llamados redes covalentes. La estructura de la red consiste en un número muy grande de núcleos y electrones conectados entre sí mediante una compleja cadena de enlaces covalentes típicos (la interacción eléctrica entre 2 núcleos y un par de electrones). Ejemplos: diamante (C), cuarzo (SiO2), etc. Figura 2.3. Representación de la estructura de una red covalente. El símbolo químico representa al núcleo y a todos los electrones internos. Los electrones más externos se comparten de dos en dos. Así, cada línea representa un par de electrones interactuando eléctricamente con dos carbonos. − Sustancias No Reticulares (NR). Son las sustancias moleculares y atómicas. No conducen la electricidad ni en estado líquido, ni en estado sólido ni en solución acuosa. Tienen bajos puntos de fusión (menos de 400 ºC). Consisten de átomos o moléculas estables interactuando —si acaso— muy débilmente entre sí. 1 Los cationes suelen ser pequeños porque les faltan electrones. Y los aniones, grandes porque les sobran. En las sustancias gaseosas, la interacción entre partículas es prácticamente nula. Para fines prácticos se trata de partículas independientes. En las sustancias líquidas, la interacción entre partículas ya es significativa, lo cual hace que estén muy cerca unas de otras aunque todavía con mucho movimiento debido a sus altas velocidades. Las sustancias sólidas de esta categoría también consisten de redes pero con la diferencia de que los puntos reticulares son ocupados por moléculas y no por iones. Por definición, las otras 3 categorías (metálicas, iónicas y covalentes reticulares) son sistemas reticulares. Esta categoría contiene dos subcategorías: las sustancias moleculares y las sustancias atómicas. En la primera, se agrupan aquellas sustancias que consisten de moléculas sueltas. La mayoría de las sustancias a las que se hace alusión en las aulas y laboratorios escolares pertenecen a esta subcategoría. En la segunda, sólo hay seis sustancias: los gases nobles: helio (He), neón (Ne), argón (Ar), kriptón (Kr), xenón (Xe) y radón (Rn). En las condiciones de presión y temperatura de la superficie terrestre, son las únicas sustancias que consisten de átomos sueltos. Figura 2.4. Representación de la estructura de “partículas sueltas” en las sustancias no reticulares. Aquí se presentan tres ejemplos: la sacarosa2, alias “el azúcar”, (sólida), el agua (líquida) y el argón (gaseoso). 2 Para simplificar la representación de la sacarosa no se pusieron todos los carbonos. Sustancias Conductoras Metálicas Aislantes Iónicas Covalentes reticulares No reticulares Moleculares Figura 2.5. Clasificación de las sustancias según su estructura: de partículas sueltas o de red de partículas. Atómicas b) El tetraedro de las sustancias Esta clasificación en 4 categorías independientes es útil para fines de clasificación. Sin embargo, en la realidad, las fronteras entre ellas no son fáciles de delimitar. Más bien se trata de un espectro continuo, donde las categorías son en realidad los casos límite o ideales. Es decir, la mayoría de las sustancias no son 100 % iónicas, 100 % metálicas, 100 % covalentes reticulares ni 100 % no reticulares sino alguna combinación de dichas categorías ideales. Esto se puede ilustrar con un tetraedro donde las categorías definidas ocupan los vértices (figura 2.6). Carácter iónico I 100 % CsF NaCl SiO2 Grafito 0% Diamante CR H 2O Au I2 Hg M CO2 NR Figura 2.6. Clasificación de sustancias con respecto a las cuatro categorías límite. En esta orientación, se evidencia la dicotomía iónico- no iónico. Por ejemplo, el fluoruro de cesio, CsF, —la sustancia más iónica conocida— no es 100 % iónica: tan sólo muestra un 90 % de carácter iónico. El cloruro de sodio, NaCl, la sustancia iónica por excelencia tampoco es 100 % iónica: tiene únicamente un 60 % de carácter iónico. El dióxido de silicio, SiO2, no se considera una sustancia iónica puesto que tiene menos del 50 % de carácter iónico. Sin embargo, está lejos del 0 % iónico. En el tetraedro de la figura, estas 3 sustancias se localizarían en la arista iónico-covalente reticular. No hay sustancias 100 % iónicas El diamante, Cn, (100 % covalente reticular), el dióxido de carbono, CO2, (100 % no reticular) y el oro (100 % metálico), estos sí, estarían exactamente en los vértices que les corresponden. El grafito, Cn, también es un caso interesante. Claramente es una sustancia covalente reticular, sin embargo, ya tiene cierto carácter metálico puesto que conduce la electricidad en estado sólido. Esto lo ubicaría —no en el mero vértice— sino en la arista covalente reticular-metálico. Todavía más interesantes son el yodo, I2, el mercurio, Hg, y el agua, H2O. Las moléculas dinucleares del iodo no están totalmente aisladas sino que están interactuando unas con otras. Es decir tiene cierto carácter reticular. Esta interacción hace que la interacción entre núcleos y electrones se parezca cada vez más al modelo del “mar de electrones” con el que acostumbramos a explicar la estructura de las sustancias metálicas. Y, en efecto, a la vista, el yodo forma unas laminillas con un claro aspecto metálico. O sea, también tiene cierto carácter metálico. Por lo tanto se encontraría en la base del tetraedro o, mejor dicho, en la cara que forman los vértices no reticularmetálico-covalente reticular. El agua ya muestra un apreciable carácter iónico. En el lenguaje de la química se dice que es una sustancia polar. Una parte de las moléculas de agua tienen un poquito de carga negativa. Y en otra parte de ellas hay el mismo poquito pero, ahora, de carga positiva. En otras palabras las moléculas de agua tienen un poco de carácter iónico. Esos pequeños polos con carga eléctrica hacen que las moléculas vecinas se atraigan entre sí empezando a formar lo que sería una red incipiente. Se podría decir que el agua es la sustancia iónica que quiso ser... ¡pero no pudo! En la figura, el agua se localizaría en la cara correspondiente a los vértices no reticular-iónico-covalente reticular. El mercurio es una sustancia indiscutiblemente metálica. Sin embargo, es un líquido en condiciones ambientales (intervalos de presión y temperatura cercanos a los que imperan en las cercanías de la superficie terrestre). Es decir, los átomos de mercurio, aunque interactuando fuertemente entre sí, ya no ocupan posiciones fijas en una red. El mercurio muestra una estructura poco reticular. Se podría decir que es una sustancia metálica que lo está dejando de ser. Sus propiedades son intermedias entre lo metálico y lo no reticular. En la figura, se encuentra en el vértice que une lo metálico con lo no reticular. Como ves, el porcentaje de carácter iónico se representa con una línea que va desde la base del tetraedro —el lado opuesto, en realidad— (0 % de carácter iónico) hasta el vértice iónico (100 % de carácter iónico). En general, se consideran sustancias iónicas aquellas con más de 50 % de carácter iónico. Así, las sustancias iónicas se localizarían en la parte superior del tetraedro mostrado en la figura 2.6. Del mismo modo, las sustancias no iónicas se ubican en la parte inferior del tetraedro. Esto quiere decir que ni las covalentes reticulares, ni las no reticulares ni las metálicas son sustancias iónicas. O, dicho de otro modo, que en la dicotomía iónico-no iónico, tres de las cuatro categorías se refieren a sustancias cuya estructura no consiste de iones interactuando. Girando el tetraedro podemos distinguir otras dos dicotomías: metálico-no metálico (figura 2.7) y reticular-no reticular (figura 2.8). De manera similar, en el caso de la dicotomía metálico-no metálico, se puede saber el carácter metálico de una determinada sustancia a partir de la altura a la que se encuentra dicha sustancia en el tetraedro de la figura 2.7. Así, en la parte superior del tetraedro se encuentran las sustancias metálicas y en la parte de abajo, las no metálicas. Aquí también se cumple que lo no iónico comprende tres de las cuatro categorías de sustancias: las no reticulares, las iónicas y las covalentes reticulares. En efecto, ninguno de estos tipos de sustancias muestra la estructura del modelo de “mar de electrones” de las sustancias metálicas. Carácter metálico 100 % M CR 0% I NR Figura 2.7. Dicotomía metálico-no metálico Igualmente, el porcentaje de carácter no reticular de una sustancia se puede conocer a partir de en qué parte del tetraedro se encuentra dicha sustancia. Para ello, habría que girarlo y colocarlo como se aprecia en la figura 2.7. Si la sustancia aparece en la parte de arriba, quiere decir no es una sustancia de tipo reticular. O sea, las partículas que la integran no forman una red de tamaño indefinido sino que, en realidad, son partículas sueltas, prácticamente independientes unas de las otras. Es fácil ver que las sustancias metálicas, las iónicas y las covalentes reticulares son, las tres, reticulares. Es decir, las sustancias de esta tres categorías forman redes: las primeras, redes metálicas, las segundas, iónicas y, las últimas, redes covalentes. Carácter no reticular 100 % NR CR 0% M Figura 2.8. Dicotomía no reticular-reticular I