220-3533 Asunto: Liquidación Voluntaria y Forzosa Administrativa Con toda atención se refiere el Despacho a la consulta formulada mediante comunicación radicada con el número 488.124-0 en la cual solicita se indique la diferencia entre liquidación forzosa administrativa y liquidación voluntaria, y se aclare si el artículo 665 del Estatuto Tributario dice relación con los dos tipos de liquidación y con cualquier tipo social. Sobre el particular debe señalarse que la liquidación forzosa y voluntaria son formas de extinguir a la persona jurídica que responden a regulaciones diferentes. En tanto la liquidación voluntaria obedece a una decisión propia del máximo órgano social y se rige por las normas previstas en el Código de Comercio (artículo 225 al 259 del C.Co); la liquidación forzosa administrativa es un procedimiento al que se ve abocada inexorablemente una sociedad por las causales establecidas en la ley y adelantada conforme al procedimiento establecido en el estatuto orgánico del sector financiero (Decreto 663 de 1993). Luego, de la comparación entre una y otra regulación podrá conocer en forma clara y precisa la estructura a que responden la liquidación voluntaria y la liquidación forzosa administrativa, ya que si bien en términos generales comparten principios comunes tales como el respeto a los créditos privilegiados, el pago atendiendo el orden y prelación, la realización de activos y la solución de pasivos, en su procedimiento, origen e interés jurídico tutelado son sustancialmente diferentes como seguramente lo evidenciará del estudio de las dos normatividades. Así mismo, se sugiere también abordar el estudio de la Ley 222 de 1995, que estableció un proceso judicial de naturaleza concursal y obligatoria al que deben someterse aquellas sociedades que se encuentren en los presupuestos previstos por dicha ley y que no tengan un trámite de liquidación especial. Uno de los trámites especiales que excluye de la liquidación obligatoria es el previsto en la Ley 142 de 1994 para las empresas de servicios públicos domiciliarios, que se hace a instancia de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios quien nombrará el liquidador con las facultades propias de los liquidadores de instituciones financieras (atículo 123 ley 142 de 1994). Ahora bien, con relación al artículo 665 del Estatuto Tributario, debe señalarse que el parágrafo por el cuál pregunta es claro al señalar que el agente retenedor no se encuentra incurso en responsabilidad penal por no consignar el impuesto sobre las ventas y retenciones en la fuente causadas, cuando se trata de sociedades que se encuentren en proceso concordatario (concordato o liquidación obligatoria), o en liquidación forzosa administrativa. Así que como no es una excepción para una clase especial de sociedad debe entenderse que hace referencia a todas ellas, sea que se trate de sociedades de responsabilidad limitada, anónimas, comanditarias, colectivas, etc; e inclusive aquellas dedicadas al sector financiero. En estas condiciones se da respuesta a la consulta formulada advirtiendo que la misma tiene el alcance señalado en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.