Cáncer cervicouterino y virus del papiloma humano: la vacuna como alternativa preventiva Gerardo Álvarez Hernández * En países que se encuentran en desarrollo, como el nuestro, el cáncer cervicouterino (CACU) constituye la segunda causa de morbilidad sólo detrás del cáncer mamario (CAMA), y es la primera causa de muerte asociada a cáncer en mujeres de todas las edades. De un número anual estimado de 470,000 casos de CACU, 380 mil (81%) ocurren en países en desarrollo. Diversos estudios han concluido que el virus del papiloma humano (VPH) tiene un rol etiológico central en el desarrollo de CACU invasivo. El VPH es transmitido a través de contacto sexual, y se estima que al menos 50% de los adultos sexualmente activos han tenido una infección genital por VPH. Actualmente existen alrededor de 120 tipos de VPH, de los cuales, 38 infectan primariamente los genitales. Cuatro tipos (16, 18, 31 y 45) constituyen el 80% de todas las formas invasivas del CACU en todo el mundo. Dados estos datos, el desarrollo de una vacuna que pueda disminuir la probabilidad de la infección por VPH, puede representar un avance preventivo extraordinario para la salud reproductiva en general, y particularmente la de las mujeres. El pasado 29 de junio de 2006, el Comité Consultivo para las Prácticas en Inmunización del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos recomendó que una vacuna de nueva creación, diseñada para proteger contra el virus del papiloma humano, sea administrada rutinariamente a niñas de entre 11 y 12 años de edad, e incluso a niñas desde los 9 años de edad, en este caso, cuando así sea sugerido por el médico tratante. La recomendación se extiende a mujeres de entre 13 y 26 años, que se asume serán positivamente impactadas en su riesgo de adquirir la infección por 4 distintos tipos de VPH (6, 11, 16 y 18), que son responsables de hasta 70% de todos los casos de CACU. Con el propósito de contribuir al debate científico acerca de este evento de interés público, el Colegio de Profesionales en Salud Pública del Estado de Sonora A.C. (CPSP) organizó una mesa de discusión el pasado 29 de septiembre del año en curso, en la que basados en tres breves presentaciones a cargo del Dr. Andrés Rodríguez Gracia (Centro Avanzado de Atención Primaria a la Salud de la SSA), de la Dra. María del Carmen Castro (COLSON) y Dr. Gerardo Álvarez (UNISON-CPSP), investigadores del CIAD, el COLSON y miembros del CPSP participaron en una mesa de discusión. En tal mesa se revisaron los aspectos biomédicos y argumentos epidemiológicos que sustentan el uso de la vacuna contra el VPH; los impactos esperados en la salud pública, y particularmente, los desafíos sociales y culturales que implicaría su futuro uso en México. Una primera conclusión a la que se llegó en la discusión es que si bien la vacuna puede representar un avance médico y epidemiológico de gran trascendencia para la salud reproductiva en general, y favorecer positivamente la salud de las mujeres, aún existen múltiples dimensiones biomédicas, sociales, y de salud pública que deben revisarse cuidadosamente antes de su uso masivo en México, mismo que fue aprobado el día 2 de junio de 2006 por la Presidencia de la República, aún antes de que lo fuera en Estados Unidos, y vale la pena comentar, con poderosos laboratorios trasnacionales detrás de la producción de la vacuna (a saber, Merck Sharp & Dome, y Glaxo Smith). No obstante que se reconoció el potencial efecto benéfico que la vacunación contra el VPH puede generar, y que este avance biomédico puede constituir una herramienta preventiva muy útil en los esfuerzos por abatir la carga de enfermedad y muerte ocasionada por el cáncer cervicouterino asociado a VPH, una recomendación puntual que surgió de dicha mesa de discusión es que antes de que sea recomendada como una estrategia masiva en México, y particularmente en Sonora, es necesario que el gobierno defina con precisión cuáles son los mecanismos, estrategias y actividades que enmarcarían su aplicación. Asimismo, debe quedar perfectamente claro cómo es que el gobierno, vía las instituciones de salud, garantizará el acceso universal y gratuito a esta vacuna, particularmente a poblaciones socialmente vulnerables; además, debe mostrar cuáles serán las estrategias que permitirán la distribución equitativa de la vacuna, p.e. entre hombres y mujeres, o entre las propias instituciones de salud, o entre y dentro, de poblaciones urbanas y rurales. La vacuna contra el VPH, representa además, una nueva oportunidad para que el gobierno demuestre que sabe cómo superar los problemas secundarios a un modelo de salud fragmentado, ineficiente, de limitada calidad técnica y no siempre equitativo, como el que tenemos. La vacunación también otorgaría al gobierno, una vez más, la oportunidad de impulsar la educación sexual desde edades tempranas de nuestro desarrollo físico y mental, y permitiría al sistema de salud, demostrar que sabe como abordar un evento de salud con una perspectiva de equidad de género. Adicionalmente, en dicho foro se concluyó que el sistema de salud mexicano, debe reconocer las limitaciones que esta vacuna posee y no exacerbar sus potenciales beneficios como una panacea de la salud sexual y reproductiva. Es verdad, la vacuna contra el VPH no debe asumirse como la solución completa al problema del CACU. En el mejor de los casos, constituirá una herramienta más para disminuir la probabilidad de ser infectado por 4 tipos del virus, pero es necesario enfatizar que la citología vaginal exfoliativa (prueba de Papanicolau) apropiadamente usada, es hoy por hoy, no sólo una mejor estrategia preventiva, sino también más económica ($360 dólares por esquema vacunal completo por cada mujer, contra aproximadamente $13 dólares de una prueba de PAP), para enfrentar el efecto negativo del CACU. Mucho, y pronto, habrá que seguir discutiendo respecto del tema. Los colegios médicos y de salud pública, instituciones educativas y de investigación en salud, organismos de la sociedad civil, etc., tenemos que externar no solo nuestro posicionamiento, sino nuestras recomendaciones puntuales al gobierno federal y estatal, a fin de que la vacunación contra el VPH tenga el impacto favorable que todos deseamos en la salud reproductiva de mujeres y hombres. * Profesor Asociado. División de Ciencias Biológicas y de la Salud. Universidad de Sonora. Miembro Fundador. Colegio de Profesionales en Salud Pública del Estado de Sonora AC.