Willem van Diest (La Haya 1610 ca. – 1663 ca.) Mar agitado con barcos de pesca Óleo sobre tabla – 37 x 45,5 cm. Obra con trazo de firma - 1640-45 ca. Para celebrar la llegada del verano, como cuadro de julio hemos elegido este maravilloso “Mar agitado con barcos de pesca”, realizado por el importante pintor holandés del siglo XVII, Willem van Diest especializado en escenas marítimas. Junto a los también artistas Jan Porcellis y Simon de Vlieger formaría parte de la temprana escuela llamada “gris”, pero con una manera de pintar más suelta y con más movimiento que la de sus colegas. Diest era experto en realizar con minuciosidad los pequeños efectos pictóricos por lo que es muy fácil confundir sus obras con las de Pieter Mulier y Jacob Adriaensz Bellevois, en cambio sus marinas en calma recuerdan más a las de Jan van de Capelle. Sus obras, como en nuestra tabla, suelen estar firmadas en pequeños tablones de madera flotando a la deriva. Sus mejores cuadros tienen siempre como protagonista el mar, tanto en calma como agitado, con los barcos ubicados con mucha precisión dentro de una cuidada composición, dando gran movimiento a la misma. Como ya hemos comentado en anteriores ocasiones, la especialización es una de las características fundamentales en este periodo, en este caso las marinas pertenecen al género de los paisajes, creando en sí mismas un subgénero muy amplio. La importancia del mar para los holandeses es incuestionable, era el lugar en el que se producía el tráfico comercial, de todo tipo de productos, dando cabida a la comunicación ultramarina. Las costas estaban plagadas de barcos de pesca para abastecer la gran demanda en todas las provincias de los Países Bajos. Era el espacio en el que tenían lugar las batallas navales tan frecuentes en el Siglo XVII, de las que los artistas se interesaban y representaban con esmero, de hecho fueron muy demandadas y cotizadas por aquel entonces y también en nuestros días, ya que suponen una fuente de carácter histórico y topográfico. En nuestra tabla vemos una pincelada perfectamente cuidada y minuciosa cuando representa el mar y las embarcaciones, prestando mucha atención, en el caso de estas últimas a todos los detalles que las conforman, como los mástiles, las velas, las cuerdas, etc. Diferentes barcos protagonizan la escena, todos ellos portan en lo alto la bandera holandesa. A la derecha, en un primer plano vemos un barco de pesca faenando en un mar agitado, en su interior hay varios tripulantes trabajando, todos ellos ataviados con sombreros. En un segundo plano aparecen dos embarcaciones, un velero de perfil y un gran buque visto desde la popa que el artista ha realizado plasmando hasta el más mínimo detalle, pudiendo ver perfectamente todo el entramado de mástiles y cuerdas. Las diferentes tonalidades ocres con las que están pintadas las velas de este fragmento de la composición, contrastan con el cielo, realizado a base de grises, creando un aspecto plomizo a las nubes. A la izquierda encontramos otra pequeña embarcación, concebida por el artista de forma muy elegante, tanto por el punto la vista utilizado, como por el tratamiento de las velas y el casco de madera del barco. Se ve claramente a cuatro personajes, tres de ellos a la izquierda vestidos con alegres colores. Pero es el cuarto el más llamativo, un elegante caballero que está de pie en la cubierta, de espaldas al espectador, ataviado con una capa negra y sombrero del mismo color, mirando al horizonte, creando cierta sensación misteriosa al observarlo detenidamente, ya que contrasta absolutamente con lo que es habitual encontrarnos en una marina. Como era habitual, Diest ha pintado una ciudad que se difumina con el fondo, en la que podemos ver sus edificaciones y la característica torre de la iglesia destacando sobre el resto. Algo recurrente entre los artistas de marinas es colocar la línea del horizonte baja, lo que ayuda a dotar de una gran profundidad a la composición. Para acabar, hay que señalar que en los cuadros de marinas hay dos elementos absolutamente protagonistas. En primer lugar, el cielo, que ocupa más de dos tercios de la composición. Era el lugar en el que los artistas holandeses se ratificaban como maestros de la luz y auténticos estudiosos de los diferentes efectos atmosféricos, que traen como consecuencia esos cambios tan bruscos en las formas de las nubes. En nuestro caso vemos un cielo lleno de contrastes, con una maravillosa luz dorada que envuelve toda la obra, creando en el azul del cielo un increíble juego cromático. Y en segundo lugar, en este caso el más importante, el mar, con todos los efectos de luces y sombras que el cielo provoca sobre él, con sus movimientos de vaivén creando diferentes formas en las olas, con cantidad de contrastes de tonalidades monocromáticas, que quedan acentuadas por la espuma que se crea cuando el mar está encrespado. Todo ello nos lleva a contemplar maravillosas composiciones cargadas de movimiento, transportando al espectador a esos mares agitados del Norte. BIBLIOGRAFÍA - L. J. Bol, Die Hollandische Marinemalerei de 17 Jahrhunderts, 1969, pág 162-166; pág 164, fig. 167. - R. Preston, Seventeenth Century Marine Painters of the Netherlands, 1974, pág 17 - L. Preston, Sea and River Painters of the Netherlands, London, 1937. - W. Bernt W. Bernt, The Netherlandish Painters of the Seventeenth Century, Phaidon, 1970, Vol I, pág 31, plates 311 y 312. - Concise Catalogue of Oil Paintings in the National Maritime Museum, Greenwich, 1988, pág 151. - E. Benezit, Dictionnaire des peintres, sculpteurs, dessinateurs et graveurs, Vol. 4, pág 572. - Catálogo All the paintings of the Rijkmuseum in Amsterdam, pág 194. PROCEDENCIA Colección privada Londres. MUSEOS Existen obras de Willem van Diest en las colecciones de museos de las siguientes ciudades entre otras: ÁmsterdamRijksmusem, Museo Marítimo de Holanda, La Haya- Gemeentesmuseum, Greenwich- National Maritime Museum, Poitiers- Museo de Bellas Artes, Praga- Galería Nacional, Rotterdam- Maritiem Museum Rotterdam, Wurzburg- Martin von Wagner Museum.