GENERALIDADES DE LAS MAGNITUDES Y UNIDADES LUMINOSAS. Partiendo de la base de que para poder hablar de iluminación es preciso contar con la existencia de una fuente productora de luz y de un objeto a iluminar, las magnitudes que deben conocerse y definirse son las siguientes: La Luz La luz es también, como la electricidad, el calor, etc. una de las manifestaciones de la energía. Se puede producir de varias maneras; calentando hasta la incandescencia cuerpos sólidos o gases (fundamento de las lámparas incandescentes), en cuyo caso se obtiene además energía calorífica, generalmente en forma de pérdida, o bien se puede obtener también energía luminosa por medio de una descarga eléctrica entre dos placas de material conductor sumergido en un gas ionizado o en un vapor metálico (de mercurio, de sodio, etc.) éste es el fundamento de las lámparas de descarga. En todos estos casos, a los manantiales luminosos ha de proporcionárseles energía (calorífica, eléctrica, etc.) que se transforma en energía luminosa. Así, en una lámpara eléctrica se consume energía eléctrica, en una lámpara de gas se consume energía química que suministra gas, etc. Temperatura del Color Considerado el cuerpo negro como radiante teóricamente perfecto, este va cambiando de color a medida que vamos aumentando su temperatura, adquiriendo al principio el tono de un rojo sin brillo, para luego alcanzar el rojo claro, el naranja, el amarillo, el blanco, el blanco azulado, y finalmente el azul. De esta idea nace la "Temperatura del Color", y se utiliza para indicar el color de una fuente de luz por comparación de esta con el color del cuerpo negro a una determinada temperatura. Así, por ejemplo, el color de la llama de una vela es similar al de un cuerpo negro calentado a 1.800 ºK, por lo que se dice que la temperatura de color de la llama de una vela es de 1.800 ºK. La temperatura de color solamente puede ser aplicada a aquellas fuentes de luz que tengan una semejanza con el color del cuerpo negro, como por ejemplo la luz del día, la luz de las lámparas incandescentes, la luz de las lámparas fluorescentes, etc. El color de las lámparas de vapor de sodio, no coincide con el color del cuerpo negro a ninguna temperatura, por lo que ni pueden ser comparadas con él, ni se les puede asignar ninguna temperatura de color. Flujo luminoso Es la magnitud que mide la potencia o caudal de energía de la radiación luminosa y se puede definir de la siguiente manera: Flujo luminoso es la cantidad total de luz radiada o emitida por una fuente durante un segundo y que produce sensación luminosa en el ojo humano. Se mide en Lúmenes. Ejemplos de flujos luminosos: Lámpara de incandescencia de 60 W: 730 Lm. Lámpara fluorescente de 65 W. "blanca": 5.100 Lm. Lámpara halógena de 1000 W: 22.000 Lm. Lámpara de vapor de mercurio 125 W: 5.600 Lm. Lámpara de sodio de 1000 W: 120.000 Lm. Nivel de iluminación En nivel de iluminación o iluminancia se define como el flujo luminoso incidente por unidad de superficie. A su vez, el Lux se puede definir como la iluminación de una superficie de 1 m2 cuando sobre ella incide, uniformemente repartido, un flujo luminoso de 1 Lumen. Ejemplos de niveles de iluminación: Mediodía en verano: 100.000 Lux. Mediodía en invierno: 20.000 Lux. Oficina bien iluminada: 400 a 800 Lux. Calle bien iluminada: 20 Lux. Luna llena con cielo claro: 0,25 a 0,50 Lux. Intensidad luminosa La intensidad luminosa de una fuente de luz en una dirección dada, es la relación que existe entre el flujo luminoso contenido en un ángulo sólido cualquiera, cuyo eje coincida con la dirección considerada, y el valor de dicho ángulo sólido expresado en estereorradianes. Ejemplos de intensidad luminosa: Lámpara para faro de bicicleta sin reflector: 1 cd. Lámpara PAR-64 muy concentrada: 200.000 cd. Faro marítimo (Centro del haz): 2.000.000 cd. Luminancia Se llama también brillo y densidad luminosa, aunque el nombre que tiende a prevalecer es el de luminancia. Luminancia es la relación entre intensidad luminosa por unidad de superficie perpendicular a la dirección de la luz. La luminancia L suele expresarse indistintamente en candelas/cm2 o en candelas/m2. Eficiencia Es la relación entre flujo luminoso que sale de una luminaria y el emitido por la lámpara. Se representa mediante la letra N. La eficiencia luminosa de una luminaria depende, entre otros, de los siguientes factores: . Los materiales empleados en la construcción de la luminaria. Particularmente su característica de reflexión. . La forma constructiva de la luminaria. Incluyendo la técnica utilizada para proteger y montar la fuente luminosa. . Las condiciones de su instalación. . El mantenimiento de la luminaria, es decir, el estado de conservación de las características iniciales. Rendimiento Es la relación entre el flujo luminoso emitido por una lámpara y la potencia eléctrica absorbida por la misma. La eficiencia se expresará por tanto, en lúmenes por vatios. Las lámparas van perdiendo potencia luminosa con el tiempo; es decir que "envejecen". Llamaremos vida útil o duración útil de una lámpara al tiempo transcurrido para que el flujo luminoso de una lámpara haya descendido un 80% del flujo luminoso inicial. Luego se verá la eficiencia de cada lámpara en particular. Reproducción de Colores Uno de los puntos más importantes en la decoración de un ambiente es la armonía y la combinación de los colores, sin embargo esto puede ser perjudicial si usted no escoge las lámparas adecuadas. La reproducción de colores de una lámpara es medida por una escala llamada IRC (Índice de Reproducción de Colores). Cuanto más próximo este índice al IRC 100 (dado a la luz solar), más fielmente los colores serán vistos en la decoración. Esto ocurre porque, en realidad, lo que observamos es el reflejo de la luz que ilumina los objetos, ya que en la oscuridad no vemos los colores. La luz es compuesta por los siete colores del arco iris y los pigmentos contenidos en los objetos tienen la capacidad de absorber determinados colores y reflejar otros. Por lo tanto, la cualidad de reproducción de los colores de la lámpara utilizada va a influir directamente en los colores de la decoración, alterando o manteniendo los colores escogidos. Un ejemplo claro de esto es cuando compramos ropa en un almacén y después cuando la vestimos durante el día, percibimos que el color no era exactamente aquel que nos parecía haber visto. La capacidad de las lámparas para reproducir bien los colores (IRC) es independiente de su temperatura de color (ºK). Existen tipos de lámparas con tres temperaturas de color diferentes y el mismo IRC. En una residencia debemos utilizar lámparas con buena reproducción de colores (IRC arriba de 75), pues el color es fundamental para el confort y belleza del ambiente.