59328 - RECURSO DE APELACIÓN

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1-59328-2014 -
"ALMADA, JOSE LUIS C/ HANSEN, MARTA A. S/ CUMPLIMIENTO DE
CONTRATO"
JUZGADO EN LO CIVIL Y COMERCIAL Nº 2 - TANDIL
Nº Reg. ............
Nº Folio ..........
En la Ciudad de Azul, a los ..28.. días del mes de Noviembre de
2014 reunidos en Acuerdo Extraordinario los Señores Jueces de la Excma.
Cámara de Apelaciones Departamental -Sala I- Doctores Lucrecia Inés
Comparato, Ricardo César Bagú y Esteban Louge Emiliozzi, para dictar
sentencia en los autos caratulados: "ALMADA, JOSE LUIS C/ HANSEN,
MARTA A. S/ CUMPLIMIENTO DE CONTRATO ", (Causa Nº 1-593282014), se procedió a practicar la desinsaculación prescripta por los arts. 168
de la Constitución Provincial, 263 y 266 del C.P.C.C., resultando de ella que
debían votar en el siguiente orden: Doctores COMPARATO - LOUGE
EMILIOZZI - BAGU .Estudiados los autos, el Tribunal resolvió plantear y votar las
siguientes:
-C U E S T I O N E S1ra.- ¿Fue bien concedido a fs. 168 el recurso interpuesto a fs.
161/165?
2da.- En caso afirmativo, ¿es justa la sentencia de fs. 156/158?
3ra.- ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?
- V O T A C I O N–
A LA PRIMERA CUESTION, la Señora Juez
Doctora LUCRECIA INES COMPARATO, dijo:
I) Decretada la caducidad de la presente
instancia e impuestas las costas del trámite por su orden, a fs. 159/160
obran las cédulas de notificación que hacen saber a las partes la sentencia.
Seguidamente, a fs. 161/165 se glosa la pieza presentada por el accionante,
José Luis Almada, con el patrocinio letrado de la Dra. Bonadeo, intitulada
“Fundamentan recurso” y por el que el interesado manifiesta textualmente:
“vengo por el presente en legal tiempo y forma a fundar el recurso de
apelación interpuesto contra la resolución de fecha 5 de mayo de 2014, que
decreta operada la caducidad de instancia de las presentes actuaciones,
solicitando su revocación por las consideraciones que paso a exponer” (conf.
fs. 161/161 vta.). A fs. 166 el juzgado solicita que se aclare la petición en
proveimiento puesto que no se ha interpuesto recurso de apelación.
Posteriormente, ya fs. 167 y transcurridos 15 días hábiles desde la
notificación de la sentencia en cuestión, el peticionante manifiesta que aquel
escrito “tiene como fin claramente apelar y fundamentar la resolución de
fecha 5 de mayo de 2014” e interpreta que “la presentación aludida resulta
hábil para la interposición del recurso en términos formales” (conf. fs. 167
vta.). Así las cosas, a fs. 168 el anterior magistrado tiene presente la
aclaración formulada y considera que pese a resultar improcedente fundar el
recurso de apelación conjuntamente con la interposición del mismo, “en
definitiva, la actora manifestó su voluntad de interponer dicho recurso, por lo
que corresponde tener por interpuesto el recurso de apelación contra el auto
dictado el 05 de mayo del corriente año a fs. 156/158. Concédase el mismo
en relación y hágase saber que el mismo deberá fundarse dentro del plazo
procesal previsto”. A fs. 169/172 éste se funda y a fs. 173 se ordena conferir
traslado del memorial a la contraria por el término de 5 días. A fs. 175,
transcurrido el plazo legal sin que ésta última haya efectuado su réplica, se
ordena la elevación de los presentes.II) El desarrollo que antecede pretende ilustrar por
qué el Tribunal ha decidido plantear la primera de las cuestiones formuladas.
Efectivamente, el procedimiento impugnativo seguido en los presentes
-
iniciado con los fundamentos y no con la interposición recursiva
propiamente dicha - presenta anomalías que, para poder adentrarnos en el
estricto juicio de fundabilidad de la apelación deben ser previamente
dirimidas.Destaco que ello es así pues el juicio de
admisibilidad es previo al de fundabilidad y la ausencia de cualesquiera de
los recaudos de aquella naturaleza, exime al órgano de apelación de emitir
opinión sobre el mérito del asunto (Azpelicueta-Tessone, “La Alzada.
Poderes y Deberes”, p. 9); máxime cuando como ha dicho nuestro Superior
Tribunal Provincial tal examen debe ser efectuado por la alzada incluso
hasta el momento en que comienza a conocer del recurso, pues no se
encuentra atada por las providencias de mero trámite que hubiese dictado
con anterioridad y que hacen al procedimiento de segunda instancia (ob. cit.
p. 14 S.C.B.A., C. 102.827, “Argentini…” del 14.09.2011; esta Sala, causa n°
56.564, “Dietzel…”, del 07.08.12).Recordaré entonces que uno de los principios que
gravita en materia recursiva es el de legalidad, por el cual los recursos
ameritan una regulación mediante la ley y no hay posibilidad de impugnar sin
que ella resulte del orden jurídico. En tal alcance, el régimen recursivo no
puede ser modificado por las partes ni por la jurisdicción (conf. Quadri,
Gabriel H.; “Los recursos ordinarios en el proceso civil y comercial de la
provincia de Buenos Aires”, p. 32/33).Como lo ha explicado Hugo Alsina “La concesión o
denegación de un recurso no puede quedar librada a la voluntad del juez,
pues éste podría negarlo, incluso por amor propio, cuando considerase que
su pronunciamiento estuviese arreglado a derecho, o por temor a que el
superior dictase un pronunciamiento contrario; o podría concederlo por
exceso de delicadeza en el deseo de que las partes adquieran la convicción,
mediante una sentencia confirmatoria, de la justicia de su fallo. Por otra
parte, no es posible dejar librada la admisibilidad del recurso a la voluntad de
los litigantes, porque frente a la aspiración de justicia está la necesidad
social de poner término a los litigios. De aquí la necesidad, también, de una
regulación legal que limite los recursos, fije la oportunidad de su
interposición y establezca sus efectos” (Alsina Hugo, “Tratado teórico
practico de derecho procesal civil y comercial”, T. IV, p. 187).
Asimismo, como dice Quadri en la obra que ya he
citado, amalgamado con el principio de legalidad que venimos hablando, el
sistema recepta el de formalidad, el cual significa que los recursos deben por
regla, ejercitarse de conformidad con el procedimiento prescripto en los
Códigos rituales y ajustándose a sus formalidades, teniendo cada uno su
propia fisonomía y no siendo posible utilizarlos por analogía ni resultando
factible aplicarlos a supuestos no previstos. Por ello se dice que cada uno de
los recursos y remedios legales para impugnar pronunciamientos judiciales
tienen autonomía conceptual y normativa” (ob. cit. p. 33).En sintonía con lo antedicho debemos tener
presente que la interposición del recurso constituye el acto procesal
que
inicia
el
procedimiento
de
apelación.
“Generalmente,
la
fundamentación se realiza con posterioridad, en oportunidad de presentar la
expresión de agravios o los memoriales, pero es necesaria la interposición
del recurso para iniciar la instancia recursiva” (De los Santos Mabel,
“Procedimiento en segunda instancia”, en AAVV “Recursos ordinarios y
extraordinarios”, p. 187). Al respecto, señala Jaime Guasp que la
interposición del recurso “tiene como contenido fundamental el de dar vida al
proceso de apelación, o segunda instancia, del asunto judicial resuelto en la
primera por el juez o tribunal de cuya resolución se recurre. Es, pues, un
auténtico acto de iniciación al que cabe llamar “demanda”, si a este término
se le da el significado amplio que verdaderamente merece. E incluso cabe
observar que se trata de una demanda pura y simple y no mixta o compleja,
porque el escrito de interposición del recurso contiene la simple petición de
que el proceso de apelación dé comienzo y no encierra la pretensión
procesal de fondo, de eliminación o sustitución de la resolución recurrida, la
cual queda reservada para un momento ulterior de la tramitación” (Guasp
Jaime, Derecho Procesal Civil, Instituto de Estudios Políticos”, T. 2, p. 739 y
ss.).Por lo tanto, resultando ineludible este acto de inicio,
detalla Mabel de los Santos que la interposición debe efectuarse conforme
las formas establecidas por la legislación procesal, so riesgo de la
ineficacia del acto (De los Santos, Mabel, ob. cit. p. 187). Sobre el
particular puntualmente prescribe el 245 del CPCC que el apelante deberá
limitarse a la mera interposición del recurso y si ésta regla fuere infringida se
mandará devolver el escrito previa anotación que el secretario o el oficial
primero pondrá en el expediente, con indicación de la fecha de interposición
del recurso y del domicilio que se hubiese constituido en su caso. Norma
que, como dice Palacio, “constituye una aplicación de la regla generalmente
adoptada por nuestros códigos procesales, en virtud de la cual el
procedimiento de apelación se escinde en dos fases: la destinada a la mera
interposición del recurso, que se verifica ante el órgano que dictó la
resolución, y la que tiene por objeto la fundamentación de aquel, que de
acuerdo con algunos códigos se lleva siempre a cabo ante el órgano
superior, y según otros, ante el órgano de segunda o de primera instancia,
según se trate, respectivamente , de recurso concedido libremente (art. 259)
o en relación (sin efecto diferido, art. 246), aunque en este último
supuesto el acto de fundamentación (memorial de agravios) supone la
previa interposición y otorgamiento del recurso, configurando, un acto
procesal autónomo” (conf. autor cit; “Derecho Procesal Civil”, T. V, p. 95).
En síntesis, “La Alzada sólo se encuentra habilitada para tratar los
agravios respecto de aquellos justiciables que han abierto la segunda
instancia con la interposición del respectivo recurso de apelación (arts.
242, 243, 254 –in fine- C.P.C.C.), salvo el caso de la apelación adhesiva. Es
que el auto que concede el recurso de apelación es el que produce la
apertura de la segunda instancia, o sea, que es el recurso de apelación el
medio que permite a los litigantes llevar a la consideración del tribunal de
segundo grado una resolución estimada injusta para que la modifique o la
revoque, según el caso y, por tanto, el único que puede expresar agravios es
el litigante que ha apelado la sentencia dictada por el magistrado de origen
(art. 242, 243, 254 –in fine- C.P.C.C., Cám. Civ. y Com. La Plata, 113609,
“S.M.T….”, del 29.09.11, base JUBA).Es más, aún en anómalo caso de admitir que la apelación
y su fundamentación puedan concretarse en un mismo escrito o por
separado, debe resguardarse como única condición que éstas se
verifiquen dentro del plazo de cinco días contado desde la notificación
(conf. Cám. Nac. Civil Sala G, “Gaist Herz…”, LL, 1982, p. 144, cit. por
Hitters, Juan Carlos, “Técnica de los recursos ordinarios”, p. 445), supuesto
que como señalé -respecto de la interposición- aquí tampoco aconteceRepárese que en autos, el actor aludió fundar un recurso
que nunca interpuso y solo ante el requerimiento de aclaración del “a quo” y he apuntar una vez más, en tiempo extemporáneo para deducirlo (conf. fs.
160 vta y fs. 167 vta.) - manifestó que tal pieza tenía por fin apelar y fundar
la resolución de fecha 5 de mayo de 2014. Interpretación esta última que a
tenor de todo lo dicho hasta aquí, estimo no puede ser compartida; como
así tampoco conferir a los fundamentos en cuestión la entidad de “pieza de
interposición” de la que carecen.
Asimismo soy de la opinión que la
particular y anómala situación configurada no admite ser resuelta tal como lo
entendió el anterior magistrado, es decir aplicando por analogía lo dispuesto
por el art. 245 del Código Ritual. Ello así pues es la solución dada por el
legislador al supuesto de interposición y fundamentación conjunta que
contravenga lo dispuesto en el 2° párrafo de aquel artículo y no para
aquellos casos como el sub lite, donde el interesado ha omitido -lisa y
llanamente-
efectuar
el
primero
de
aquellos
actos.-
Por lo demás, recuerdo que si bien en el derecho procesal moderno se viene
gestando una corriente que aspira a distender de algún modo las
formalidades del proceso, ello no significa que se aspire a una anarquía
adjetiva, que no resulta para nada conveniente si se tiene en cuenta que
ciertas formas sirven para ejercer debidamente el derecho de defensa (conf.
Hitters, Juan Carlos, ob. cit. p. 58). En otras palabras “la garantía de
defensa, el debido proceso legal y el acceso irrestricto a la justicia no cubren
ni amparan la negligencia” (SCBA, LP A 70832 S en los autos “Sosa….”,
del 14.08.13).Finalmente respecto de las costas, recordaré que el
tribunal ha receptado la doctrina que entiende que en los supuestos en que
se declara mal concedido el recurso, corresponde imponerlas al recurrente
(esta Sala, causas n° 57152, “Ramírez…”, del 02.10.12; n° 56363, “Lioi…”,
del 14.08.12). Sin embargo, en el entendimiento de que fueron las
resoluciones de fs. 166 y fs. 168 las que motivaron la continuación del
trámite recursivo y la intervención de este tribunal, estimo que corresponde
imponerlas por su orden.Consecuentemente, mi propuesta decisoria es declarar
mal concedido el recurso de apelación traído a juzgamiento, imponiendo las
costas por su orden. Así lo voto.Los señores Jueces Dres. LOUGE EMILIOZZI y BAGU
por los mismos fundamentos, adhirieron al voto precedente.A LA SEGUNDA CUESTION: la Señora Juez, Doctora
COMPARATO, dijo:
Atento lo acordado al tratar la cuestión anterior, no
corresponde abordar la presente.
Así lo voto.-
Los señores Jueces Dres. LOUGE EMILIOZZI y BAGU por
los mismos fundamentos, adhirieron al voto precedente.A LA TERCERA CUESTION: La Señora Juez Doctora
COMPARATO dijo:
Atento lo acordado al tratar las cuestiones anteriores
propongo al acuerdo declarar mal concedido el recurso de apelación en
tratamiento, imponiendo las costas al recurrente (art. 68 y ccdtes del CPCC)
Así lo voto.
Los Señores Jueces Dres. LOUGE EMILIOZZI y
BAGU, votaron en análogo sentido.Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente:
POR LO EXPUESTO y conforme lo prescripto por el art. 267
“in fine” del CPCC se Resuelve: 1) Declarar mal concedido el recurso de
apelación en tratamiento, imponiendo las costas al recurrente. 2) Notifíquese
a las partes y devuélvase.-
Lucrecia Inés Comparato
Juez
-Sala 1-Cám.Civ.AzulRicardo César Bagú
Juez
-Sala 1-Cám.Civ.AzulSi///
///guen las firmas.Esteban Louge Emiliozzi
Juez
-Sala 1-Cám.Civ.AzulAnte mi
Emilio Minvielle
Auxiliar Letrado
-Sala 1-Cam.Civ.Azul-
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